Por: Rexvi Rivera Guillén, Economista de Macroconsult
Gestión, 24 de febrero de 2021
En los últimos días, se ha visto la grave situación que enfrenta el Perú respecto a la escasez de oxígeno medicinal: hospitales desabastecidos, colas interminables, gente viajando a otras ciudades para recargar balones de oxígeno, precios exorbitantes e impagables, un mercado negro con amenazas de mafias revendedores y constantes estafas en redes sociales.
Esta escasez es consecuencia de una demanda de oxígeno que no se previno en su momento y que se traduce, a la fecha del presente artículo, en un déficit de 100 toneladas/día, equivalentes a cerca del 20%-25% de la oferta total actual de oxígeno en el Perú. Los principales problemas para atender este déficit radican en las barreras de entrada a la producción e importación, sumadas a un Gobierno con problemas de gestión y eficiencia.
Por un lado, el mercado de oxígeno medicinal se encontraba altamente concentrado debido al requisito de 99.5% de nivel de pureza que significaba una barrera de entrada a la competencia, el cual posteriormente se corrigió al estándar recomendado por la OMS de 93%. Sin embargo, varias de las plantas de oxígeno donadas por el sector privado con este nuevo estándar tuvieron y tienen impedimentos para entrar en operación debido a permisos y trabas burocráticas.
Este tipo de trabas también ha estado presente en la importación de concentradores de oxígeno, debido a que solo empresas calificadas como droguerías podían importar dichos equipos. Esto ha ocasionado que sus precios en el Perú se incrementen hasta en 300%.
Asimismo, existen serios retrasos en la entrega de plantas de oxígeno acordada meses atrás, lo que agrava particularmente la situación de los hospitales del interior del país que no cuentan con plantas propias y que dependen del abastecimiento de un mercado concentrado y con limitaciones logísticas.
Este tipo de limitaciones causaron el retraso del oxígeno donado por Chile debido a la carencia de isotanques para su transporte.
Para hacer frente a esta crisis, es urgente planificar cómo cubrir cada tonelada de déficit de oxígeno y tomar acción inmediata. Ello implica destrabar la oferta eliminando todas las barreras burocráticas que se consideren pertinentes, a fin de poner en marcha las plantas donadas y eliminar las barreras a la importación de concentradores de oxígeno. Asimismo, se debe incentivar la producción de oxígeno del sector privado con mecanismos adicionales a la actualización del nivel de pureza mínimo, que como se ha visto, es insuficiente.
A pesar de los recientes esfuerzos para aumentar la oferta de oxígeno como la importación desde Chile y la puesta en marcha de algunas plantas donadas por empresas mineras, la brecha aún persiste. Estamos en una lucha contra el tiempo, donde cada día con déficit tiene como costo la vida de muchos peruanos. Todo esfuerzo salvará vidas.