Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 30 de enero del 2024
“Ahora están bloqueando la joya de la corona, Machu Picchu, y maltratando a los visitantes solo porque se está racionalizando la venta de entradas a esas ruinas”.
Los peruanos somos unos artistas en joder todo lo que nos genera más valor (a menudo con la ayuda de la izquierda). Primero, le hemos hecho la vida imposible a la minería, nuestra principal fuente de riqueza. Así, en lugar de multiplicar las minas de cobre —el metal del futuro— las hemos paralizado (Conga y Tía María los mejores ejemplos) o asediado constantemente (Las Bambas), todo esto gracias a las ONG y personajes como Marco Arana.
Luego le tocó el turno a la floreciente agroindustria, que fue asediada por una ola de repentina violencia vesánica. Asustado, el cobarde de Sagasti derogó la legislación que precisamente había originado el crecimiento explosivo del sector porque mandan los bárbaros gamberros de Barrio Chino. Y desde aquí hemos denunciado la campaña de ideologización antiempresarial en Ica que está impulsando la ONG Codehica, junto a la izquierda (Rocío SS) y algunos coleguitas (Pedro Salinas).
Tras atacar a estos dos motores de la economía, le ha tocado el turno al turismo. Después de ser muy golpeado por toda la crisis mundial en el sector que trajo el COVID-19, vinieron esas absurdas y muy violentas manifestaciones en el sur contra la salida de Pedro Castillo, mientras que el norte anduvo jaqueado por los problemas meteorológicos que trajo El Niño. Así, Cusco, Puno y Ayacucho sintieron mucho la caída de visitantes, particularmente la segunda de estas regiones nombradas (Tacna ha tenido problemas con el turismo transfronterizo chileno, pero más que por algunas revueltas ha sido básicamente por el deficiente manejo de los lentísimos puestos fronterizos desde ambas partes). Y como cereza de la torta, ahora están bloqueando la joya de la corona, Machu Picchu, y maltratando a los visitantes solo porque se está racionalizando la venta de entradas a esas ruinas, lo que ha irritado a todo un ecosistema argollero y mafioso que medraba de esa actividad. De verdad que nos merecemos el meteorito en el Perú: los dinosaurios eran más cuerdos e inteligentes.