Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Aunque no bien comunicado, el mensaje de la ministra del ambiente respecto a la forma de cuidar el agua, ante los trabajos programados por SEDAPAL, acaba de ser motivo de un “apanado” mediático, digno de mejor causa.
Es lamentable que nuestra mentalidad provinciana y poco educada, no nos permita ver a nuestros alrededores y tratar de aprender y aplicar, seriamente, las lecciones que debieran llegar a convertirse en una política nacional para preservar el agua.
Desde antes de la década de los 70s del siglo pasado (más de medio siglo), en Europa, se tiene una gran consciencia de lo que significa la carencia de agua y la forma más eficiente de usarla. Para ello, los gobiernos establecieron algunas políticas que, más nos valdría adoptar y que los colegios profesionales de ingenieros y arquitectos deberían estar promoviendo:
- El agua dulce, siendo un recurso escaso, no debería ir al mar, sino que debe acumularse en reservorios en las alturas serranas y regular su despacho.
- Las aguas limpias e incluso “turbinadas” de los ríos, gracias a las centrales hidroeléctricas, no se deben ensuciar aguas abajo, antes de llegar a las plantas de tratamiento de SEDAPAL. Estamos incurriendo en un costo en dinero y de oportunidad en épocas de avenida, por no canalizarlas adecuadamente. (Existe un proyecto diseñado por ENEL, en su tiempo EDEGEL, para ejecutarlo siempre que pudieran instalar otra hidroeléctrica y aprovechar esas aguas).
- Las casas deberían tener no sólo medidor de agua, sino también medidor de desagüe, para promover el uso adecuado de las aguas.
- La construcción de los sistemas hidráulicos en las casas, debe contar con dos circuitos: Uno de agua limpia de primer uso, para beber, cocinar y asearse, y un segundo circuito, para reutilizar esas aguas en los inodoros y riego de jardines.
Es evidente que, si tienes una manera inteligente de evitar los mayores costos del desagüe, serás el primero en controlar el despacho de esas aguas “usadas” y evitar tales costos, induciendo a la reutilización del agua.
Lamentablemente, SEDAPAL no ha sido capaz de comprender este asunto y ha recurrido al mecanismo idiota de cobrar, a quienes les cobra (no a todos), un servicio de alcantarillado sin medición, con lo cual, al margen de recaudar fondos de manera abusiva, no logra ningún propósito ambiental, tales como: Inducir a la reducción del consumo de agua, reducir los caudales de las redes del servicio de alcantarillado y ser más equitativos con quienes queremos contribuir a la reducción de la demanda de agua.
Finalmente, pero no menos importante, es que todas las aguas “residuales” DEBEN ser tratadas en plantas de tratamiento adecuadas, y ser debidamente utilizadas en riego de potenciales áreas de cultivo y desiertos, para convertirlas en terrenos fértiles.
Una reflexión final:
La prensa y la ciudadanía debe educarse, y en lugar de publicar, con mofa, el dicho anecdótico de una persona, como ocurrió con la ministra, debería profundizar en el análisis del tema, indagar con la persona que hizo la mención y tratar de sacar las lecciones que nuestro país y nuestra población necesitan.
Hay muchos que proponen desalar el agua de mar y así proveer de agua potable, ese mensaje que suena “políticamente correcto”, no toma en consideración varios aspectos:
- Desalar por ósmosis inversa, demanda una gran cantidad de energía, bastante más que tratar las aguas residuales.
- Desalar el agua de mar produce un alto volumen de salmueras, que generan un problema ambiental en la zona de tierra donde se acumulen estas y en la zona de mar en las que estas salmueras se arrojen.
- Acumular aguas en las alturas e infiltrar las riberas de los ríos sembrando quenuales, permite regular el flujo de las aguas y usarlas o “cosecharlas”, según nuestras necesidades.
En este caso, debemos hacer presión sobre el gobierno y sobre SEDAPAL, para que enmendemos rumbos y adoptemos prácticas más adecuadas. Lampadia