Por: Rafael Venegas
Gestión, 9 de setiembre de 2021
Fernando Savater, es un famoso profesor de filosofía, escritor y activista vasco. Ha sido catedrático de las mejores universidades de España y ha merecido innumerables premios literarios, así como varios doctorados honoris causa.
Su obsesión siempre ha sido la ética y ha escrito varios libros sobre este y otros temas filosóficos. Entre ellos se destacan “El contenido de la felicidad” y “Ética para Amador”. Este último se convirtió en libro texto de las principales universidades españolas y veinte años después, acaba de publicar una actualización cuyo título es “Ética de Urgencia”.
Tiene muchas frases célebres, pero hay una que me parece sensacional, ya que es perfectamente aplicable a lo que está sucediendo en nuestro país y que ha generado un deterioro profundo de la moral y la política. La frase es “Lo grave no es la corrupción sino la impunidad”. ¡Qué frase para más cierta!
La corrupción está muy presente en la mente de los peruanos debido al gran destape del caso Odebrecht, así como el de los “Cuellos blancos”. Esta lacra involucró a varios expresidentes, políticos, autoridades locales, funcionarios públicos y de justicia, fuerzas del orden y hasta empresarios.
Una verdadera vergüenza, que ocupó los titulares de la prensa por mucho tiempo y que convirtió en estrellas cinematográficas a varios fiscales y jueces y en indeseables a muchas personas.
La corrupción ha llegado a niveles alarmantes y se ha convertido en una efectiva herramienta política. Esto debido a que está enquistada en todos los poderes del Estado, sin excepción. Todos los presidentes de los últimos 25 años han sido acusados y perseguidos. Sin embargo, hasta el día de hoy, no hay ningún personaje de alto nivel preso. ¡La nefasta impunidad!
En el Perú, la corrupción existe a gran escala, pero también a nivel hormiga. Lo que no se sabía era lo grande que era y lo enquistada que estaba en el sector público. Eso se lo debemos a Odebrecht.
Esta empresa brasilera es la causa principal de la terrible corrupción que ha causado enormes pérdidas pecuniarias y crisis políticas en casi todos los países de nuestra región. De esto se ha aprovechado la izquierda radical.
La corrupción se genera por tres motivos: Primero por la falta de ética y valores, que hace que algunas personas delincan por necesidad o por codicia. Segundo por abuso de autoridad o por burocracia pública, que genera adrede los espacios necesarios para la coima. Y tercero por la impunidad.
Esta es causada porque la corrupción está inmersa en los entes que se supone que imparten orden y justicia. El archivamiento o la mitigación de la sanción tiene también su tarifa.
Por eso Savater tiene toda la razón. La impunidad es la principal causa de la corrupción, ya que si existiera justicia verdadera y sanción sin miramientos, esta se reduciría dramáticamente.
Por eso, como él dice, “lo grave no es la corrupción sino la impunidad”.