Gráfico de la semana
David Belaunde Matossian
Para Lampadia
Nuestro gráfico de esta semana muestra el porcentaje diario de crecimiento en el número de casos positivos de infección, Perú versus dos casos emblemáticos, Italia y la ciudad de Nueva York, desde el primer día de implementación de medidas de aislamiento social obligatorio.
Lo que el gráfico parece indicar es que, una vez implementadas, estas medidas han sido más eficaces en aquellos casos, de lo que han sido en el Perú en términos de reducir el ritmo porcentual de propagación del virus. Y eso, a pesar de que en nuestro país hemos sido en general más estrictos: por ejemplo, las aplicaciones de delivery funcionan en NY, o en Francia la gente puede salir para actividades deportivas a un km a la redonda, etc.
La comparabilidad con estos ejemplos tiene sus límites, ya que los números absolutos son menores en el Perú, se comenzó en una fase más baja de la curva en nuestro caso que en Italia o NY, y la evolución de las cifras de infectados se ve alterada por el aumento de la capacidad de realizar pruebas. No obstante, hay suficiente aquí como para temer que el esfuerzo de contención podría prolongarse durante buen tiempo.
Esto en sí no sorprende mucho. Factores estructurales – el hacinamiento, la informalidad, la debilidad del Estado, etc. – atenúan la efectividad de tales medidas. Aquí es, sin embargo, donde el Gobierno corre el riesgo de no calibrar bien su respuesta. Al no generarse los resultados deseados, tiende a aumentar las restricciones de manera poco diferenciada. Esto puede resultar problemático ya que:
- En algunos casos las medidas podrían ser contraproducentes. Ejemplo: el restringir aún más los horarios de circulación genera aglomeraciones en los horarios libres, lo cual aumenta el riesgo de contagio.
- Conforme se prolongue esta situación, cada vez será más difícil hacer respetar las medidas, si estas son percibidas como excesivas, demasiado indiferenciadas, tomadas con criterios no técnicos (¿la lucha contra el patriarcado?) y/o ineficaces.
Por ello el gobierno debería empezar a hilar más fino: aumentar la diferenciación geográfica, trabajar con el sector privado para multiplicar las capacidades de reparto a domicilio y otras medidas para reducir las aglomeraciones, etc. Lo que no se puede hacer es simplemente seguir presionando el mismo botón cada vez con más fuerza.