Bruno Merino Canales
Estudiante de Relaciones Internacionales de 21 años
Para Lampadia
Primicia de esta semana ha sido la embarazosa entrevista del presidente Pedro Castillo con el periodista de la CNN, Fernando Del Rincón. Ambos siendo fieles a su estilo se caracterizaron por un lado en divagar e irse por las ramas o simplemente no saber de lo que se habla y por el otro lado en dar preguntas incisivas las cuales atacan en el punto mas débil.
El presidente se vio rebasado por el entrevistador, incapaz de defenderse, cosa que tras dado el hecho se lanzaron a hacer sus escuderos dentro y fuera de la política peruana, algunos acusaron a Fernando Del Rincón de ser un mentiroso, poca cosa, muchos improperios de por medio en ciertos casos, otros lo acusaron de ser un mercenario de los poderosos enemigos del ‘gobierno del pueblo’ e incluso otros se inventaban una realidad propia donde Castillo salió galante de aquella entrevista. Cabría resaltar las odas a las ambiciones bolivianas a tener mar propio, que tiempo después sus detractores tildaron de coqueteo con la traición a la patria (por lo tanto, significando una nueva oportunidad de vacancia) o la mención de su inexistente preparación para gobernar, que el ‘esta aprendiendo’ a gobernar, palabras célebres que dañan aún más la ya afectada oficina de presidente de la República y refuerzan esa ya vieja idea de que en el Perú cualquiera puede ser presidente.
Sin embargo, no es esta vez primera en la que el presidente da erradas declaraciones, estas lo persiguen desde que era solo un candidato presidencial relativamente desconocido en nuestro entorno, podríamos recopilar sus promesas (y amenazas) de la campaña electoral de las cuales afortunadamente pocas han llegado a cumplir causando la mofa de sus detractores, así como la frustración de sus seguidores. El presidente Castillo es y ha sido por largo tiempo esclavo de sus palabras, las cuales debería comenzar a elegir mejor sino solo le quedaría la otra opción, ser el dueño de su silencio.