Bruno Merino Canales
Estudiante de Relaciones Internacionales de 21 años
Para Lampadia
Muchas veces ha sido dicho que un animal acorralado y herido suele ser mucho mas peligroso, que la desesperación lo obligará a tomar decisiones drásticas y extremas con tal de salvarse del peligro. Los seres humanos distamos de ser la excepción, no solo psicológica sino también físicamente, la adrenalina, propia de situaciones de riesgo, nos puede llegar a dar una fuerza, resistencia, agilidad y determinación que en otras situaciones creeríamos imposible.
El caso que considerar nuevamente es el del presidente Castillo, últimamente atacado y cada vez mas aislado y acorralado. No se puede eludir el hecho de que esta es una situación creada por su propia mano, lo que inició como una moción de vacancia débil, vista como un capricho desde el ala derecha de la oposición al gobierno, una oportunidad para afianzar lazos con el centro, ha cobrado fuerza hasta convertirse en una seria amenaza tras el escándalo de las reuniones clandestinas.
En el transcurso de esta semana la situación del presidente se ha visto deteriorada a pasos agigantados, su incapacidad de dar explicaciones convincentes ha causado gran escepticismo no solo en los que eran sus aliados potenciales en el centro sino incluso en la misma bancada oficialista cada vez más alejada del poder ejecutivo. Por todos lados se comenzó a pensar en un futuro más cerca que lejos en el que Castillo no es presidente, materializado en un reportero preguntándole si pensaría en renunciar, he aquí cuando vimos la respuesta de un hombre acorralado y en desesperación.
Proclamó que tanto las vidas de los agricultores como las escuelas de los maestros dependían de su estancia en el cargo y que aquel que le sugiriera renunciar era un loco. Esto vino acompañado de una reunión con los comandantes generales de las fuerzas armadas la cual suscitó incendiarios rumores de que planeaba el cierre forzado del congreso, los que al día de hoy parecen ser falsos y que por el contrario lo cercano es el último suspiro de Castillo como gobernante. La lógica nos puede llamar a la conclusión de que el presidente no tiene la habilidad ni los medios para saltearse de forma abierta y pronunciada la legalidad y las formas de la constitución, sin embargo, en nuestro país el panorama político esta caracterizado por sus sorpresas, algunas impredecibles, y una de las cosas mas impredecibles es un hombre desesperado. Lampadia