Por: Ismael Benavides
Expreso, 29 de setiembre del 2023
Es una frase célebre que acuñó el equipo de campaña de Bill Clinton durante la elección de 1992 contra George W. Bush (padre), que candidateaba a la reelección en Estados Unidos y enfrentaba una difícil situación económica. Clinton ganó y su país tuvo 8 años de una economía creciente y dinámica dando inicio a la revolución tecnológica.
No quiero referirme en esos términos al Ministro de Economía, sino al Gobierno en su conjunto el cual parece no entender que el gran problema es reactivar la economía, que no excluye temas como seguridad ciudadana, sino más bien la complementa, pues a mayor bienestar, mayor empleo y mejores ingresos y menor criminalidad.
El piloto automático en la economía ya se acabó y no por causa del modelo “neo liberal” o la Constitución del 93, si no por el lento declive de la economía desde 2012 que aunado al Gobierno de Castillo fue el puntillazo para llevarnos a la situación en que estamos hoy, y sin que el actual gobierno aún tome medidas de fondo para relanzar nuestra alicaída economía, que ha despertado alarmas en el BCR, las clasificadoras de riesgo y los agentes económicos, llevando las proyecciones de crecimiento al cierre del fin de año a 0.6 o 0.9% del PBI. Se necesitan medidas audaces para que la economía se reactive y la inversión privada vuelva a entusiasmarse y hasta ahora no las vemos o son muy tibias.
Esta semana está en Lima el Secretario General de OCDE, a la que el Perú espera acceder en el 2026. El secretario, Sr. Mathias Cormann, no es un funcionario cualquiera, ha sido Ministro de Finanzas de Australia y ha venido al Perú a entregar el primer “Estudio Económico de la OCDE sobre el Perú”. El informe en lenguaje diplomático, contiene comentarios halagüeños sobre la solidez económica del Perú, y los avances en las pasadas dos décadas, pero también contiene jalones de oreja y llamadas de atención sobre la evolución reciente de nuestra economía.
Cito un párrafo en particular “entre 2,000 y 2019 el PBI creció un 5.1% anual en promedio, muy por encima de sus pares latinoamericanos, mientras que el PBI per cápita aumentó en forma sostenida hacia los niveles de OCDE entre 2004 y 2014”. Termina el párrafo diciendo “no obstante en un contexto de menor crecimiento mundial, alta inflación, ralentización de la mejora de la productividad e incertidumbre política en Perú, la economía se ha desacelerado y la convergencia con los niveles de renta (per cápita) de la OCDE se ha estancado”, ¡es decir los países de la OCDE nos están sacando ventaja en el crecimiento de los ingresos y bienestar de sus poblaciones!
El estudio continua que “para garantizar la reanudación del aumento de los ingresos y el nivel de vida de su población” recomienda una serie de reformas estructurales que fomenten el crecimiento a largo plazo. En pocas palabras una hoja de ruta para el gobierno.
Pocos gobiernos han tenido la oportunidad de hacer tantas reformas en un país que las clama, un socialismo fracasado, y un momento político idóneo, con un Congreso que al final, por más ruido que haga, apoya al Gobierno para quedarse hasta el 2026, con sus viajes a Rusia y otros intereses mundanos. Esperemos que, en el espíritu del informe de la OCDE, y la clarinada de alerta del Presidente del BCR sobre el rumbo de la economía este año, la crisis del sector agrario y el ambiente positivo de PERUMIN, el Gobierno actúe en temas concretos para relanzar la economía con nuevos proyectos mineros, APPs e infraestructura y el rescate del agro peruano.