Entrevista a Alberto Isola
Actor
Perú21, 7 de diciembre del 2023
Por: Iris Mariscal Herrera
Más de 50 años dedicados a las tablas. Viene de El hombre que corrompió a una ciudad y ahora dirige Cisnes, obra que combina teatro y danza.
Alberto Isola es una figura emblemática del teatro peruano. Tiene más de 50 años dedicados a las tablas y se encuentra más vigente que nunca. El mes pasado actuó en El hombre que corrompió a una ciudad y ahora se encuentra dirigiendo un espectáculo que une danza y teatro. Se trata de Cisnes, una obra protagonizada por Mirella Carbone y Raffaella Cuneo, y que espera llevar por varias ciudades. De este y otros proyectos nos habla en esta entrevista.
Acaba de estrenar Cisnes, una obra que aborda el alzhéimer.
Es un proyecto que ganó el Premio a la Creación y Producción de la Universidad Católica. Combina danza y teatro y cuenta la relación entre el alzhéimer y la música. La protagonista es una bailarina clásica que tiene esa enfermedad y muestra cómo la ayuda la música. El espectáculo ha sido una creación nuestra, absolutamente original.
La obra va hasta el 10, ¿se volverá a presentar?
Sí, es un proyecto que vamos a llevar adelante, posiblemente hacerlo girar también por varias ciudades del país y por el resto de América Latina el próximo año. Los países se definirán próximamente. Además, queremos participar del Festival de Artes Escénicas de 2025.
Hace poco estuvo en El hombre que corrompió a una ciudad, ¿cree que la sociedad peruana está reflejada en esta obra?
Sí, es una fábula que habla de la corrupción. Por más que esté ambientada en el siglo pasado, ya nos advertía sobre lo que significaba este problema. Creo que necesitamos que el arte también hable de esas cosas, que nos divierta, pero que al mismo tiempo nos deje pensando. La honestidad es un buen punto de partida para salvar al Perú.
¿Alguna vez quiso ingresar a la política?
No, nunca. No es lo mío. Creo que cada uno tiene su manera de participar en la vida del país. La mía es el teatro y en ese ámbito, yo hago lo que quiero hacer y debo hacer como ciudadano de este país. No me atrevería a entrar a la política. La posibilidad de utilizar el teatro, en el buen sentido de la palabra, para hablar de ciertas cosas me parece importante. Nuestro quehacer artístico es una excelente manera de hacer que el público reflexione sobre lo que sucede.
¿Considera que el Perú reconoce tardíamente a sus artistas?
Para mí, el reconocimiento más importante es el no dejar de trabajar. Si tú no dejas de trabajar, significa que tienes un reconocimiento, y yo no he parado de trabajar. O sea, me ha costado mi esfuerzo también y varios años de trabajo, pero en este momento me considero una persona privilegiada porque puedo llevar adelante mis proyectos y es para mí el reconocimiento más importante.
¿Los adultos mayores tienen oportunidades o son dejados de lado?
Hay que pelear contra eso. Yo tengo ya 70 años y esa es una de mis consignas. Yo peleo mucho contra esa descalificación absurda que se da a partir de una determinada edad. Yo pienso seguir todo lo que pueda, peleando contra esta marginación que yo siento muy injusta.
¿Hay mucha marginación?
Yo creo que sí. Hay una tendencia a pensar que una vez que tuvieras una cierta edad, pasan determinadas cosas. A mí, eso me preocupa, el pensar que una persona a los 70 años se tiene que retirar es absurdo. Hay una marginación generalizada. Además, la expectativa de vida ha cambiado muchísimo, entonces creo que son conceptos que hay que reexaminar.
También es profesor, ¿cuál es la falencia más común en los futuros actores?
Creo que el principal problema es la falta de paciencia. Todos quieren llegar muy rápido y eso no siempre sucede. En esta carrera no importa tanto llegar sino mantenerte. A veces muchos se frustran rápidamente porque no consiguen el éxito que quisieran inmediatamente, hay como una especie de falta de tolerancia a la frustración, que es un poquito peligrosa. A quienes recién empiezan les aconsejaría las famosas tres p: pasión, paciencia y persistencia.
¿Cuál ha sido la experiencia más enriquecedora de su carrera?
Enseñar. Poder enseñar es una experiencia muy importante porque cuando tú enseñas también aprendes y te renuevas.
Desde sus inicios hasta ahora, ¿cuánto ha evolucionado el teatro en el Perú?
Yo creo que ha avanzado bastante. Siempre ha habido teatro de buena calidad aquí. Lo que pasa es que creo que nosotros mismos a veces no lo sabemos reconocer. Para mí, sí es muy importante, es una manera de relacionarme con el mundo, de estar presente en el mundo contemporáneo, de hablarle a las personas que viven en este país como yo.
¿El streaming está matando al teatro?
No, porque el teatro es una experiencia viva y eso no se puede cambiar, es un contacto vivo entre actores y espectadores y tiene otro tipo de efecto y de magia también. No creo que el teatro desaparezca. El cine probablemente va a tener que replantearse.
¿Nos falta innovar en las producciones nacionales?
Lo que pasa es que seguimos con las novelas tradicionales, que me parece que tienen su lugar y no tengo nada en contra. Yo he hecho telenovelas también, pero me parece muy interesante este nuevo formato de las series que se hace en Netflix, por ejemplo, que van un poco más allá. Se arriesgan. Me encantaría hacer eso.