Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Es típica, en los diferentes estamentos del Estado, la absoluta falta de claridad de los objetivos a cumplir. Esta es la principal razón por la que divagan, no planean, no diseñan estrategias eficaces para cumplirlos y, al final de cuentas, seguimos perdiendo el tiempo y lamentando nuestra “mala suerte”.
El Estado peruano, desde sus instancias de gobierno nacional, gobiernos regionales y municipales, enuncia reiteradamente que se propone:
- Mejorar la nutrición escolar y reducir la anemia infantil.
- Proveer agua potable y alcantarillado a los pueblos más alejados.
- Proveer uniformes a la PNP, FFAA y personal de los centros de salud.
- Brindar educación escolar gratuita a nivel nacional.
- Asegurar servicios de salud a la población.
- Brindar seguridad ciudadana.
- Proveer infraestructura vial, puentes, pistas y veredas, así cómo servicios de electricidad, entre muchos otros buenos propósitos.
Lo cierto es que, para cualquier administrador eficiente, el cumplimiento de esto significaría atender a la población objetivo oportunamente, respetando estándares de calidad estables en el tiempo y adquiriéndolos a precios razonables de mercado.
Pues bien, ahí es donde empezamos a fallar, pues observaremos los siguientes “desvaríos”:
- Para la nutrición se plantea: Compras locales para beneficiar a los pequeños productores de leche, compra de cereales a pequeños agricultores, manejo de estos programas en manos de clubes de madres o similares. Esto termina perjudicando a los niños por la mala calidad de los alimentos, incrementa los precios para favorecer a esos productores y alimenta las mermas por las mafias que se organizan alrededor de los “gestores” de los clubes de madres y ollitas comunes. Resultado: Mantenemos más de 40% de anemia infantil, no se concentra el beneficio en el grupo objetivo y familias de clase media, que no lo requieren, reciben por ejemplo leche del programa “Vaso de leche”.
- Para las soluciones de agua potable y alcantarillado, los gobernadores regionales y alcaldes municipales, quieren que se maneje como obra pública directa. La consecuencia es: malos expedientes técnicos, contrataciones a pequeñas empresas locales o amigos, trayendo como resultado gran corrupción, mala calidad de ejecución, obras inconclusas (lo que equivale a gastar sin tener ningún beneficio) y así, los pobladores continúan en abandono.
- En el tema de los uniformes, ocurren múltiples compras a múltiples proveedores, lo que genera no sólo grandes deseconomías, sino que, se dificulta el control de calidad, el comprador “se tiene que involucrar” también en el control de calidad y logística de entrega, lo que genera grandes fuentes de corrupción, uso de mala calidad de material y sobreprecios.
- El tema de educación es ciertamente muy sensible, por las presiones de los sindicatos de maestros, aquellos que no están velando por la calidad educativa, sino por sus privilegios económicos e intereses políticos, la búsqueda de oportunidades para el adoctrinamiento de los niños y la introducción de temas anti-familia, inculcar la ideología de género, con el que muchos se hacen los distraídos para no corregir tales desviaciones.
- En salud tenemos un grave problema, pues el gobierno nacional ha trasladado este manejo a las regiones, y las regiones mostrando gran ignorancia, corrupción y malísima capacidad de gestión, lo han tomado, pero no tienen capacidad para captar un importante equipo de médicos capaces y honestos, quienes a su vez han generado sus propios mecanismos de corrupción (muchas veces promovida o auspiciada por los gobernadores regionales). La falta de un manejo centralizado de adquisición de equipos, de medicamentos y su control de inventarios, falta de uso de adecuados sistemas de información para el control de citas médicas y atención de pacientes, uso y mantenimiento de los equipos especializados (tomógrafos, rayos x, laboratorios, resonancia magnética, etc), manejo logístico centralizado y construcción de centros de salud debidamente estandarizados (cada gobernador regional lo maneja a su estilo y diseño), permitiendo negocios inaceptables de la gente involucrada.
- La seguridad es un asunto grave, pues es probablemente una de las actividades donde más ha proliferado el descontrol y corrupción. Ya no es sólo la Policía Nacional del Perú (PNP) la que atiende esta necesidad, pues se viene creando una serie de cuerpos conexos, tales como Serenazgo (quienes requieren hacer “patrullaje integrado” para contar con la protección de la PNP), Supervisores Municipales de Tránsito, agentes de SUTRAN, entre otros, los que ciertamente son “compartimentos estanco”, con doctrinas diferentes, comandos y atribuciones distintos, que muchas veces no las definen con claridad. Podemos ver cómo ante la acción de supervisores de SUTRAN, la delincuencia del transporte ilegal los emboscó, incendió la movilidad que los transportaba y asesinaron a un supervisor e hirieron seriamente a los demás. Ahora necesitamos PNP para proteger a los funcionarios de SUTRAN y a Serenazgo.
- Ya la provisión de infraestructura de pistas, veredas, puentes, electrificación y obras hidráulicas, son el negocio de alcaldes, regidores y gobernadores regionales, a nivel nacional. Son la fuente principal de corrupción, al punto que generaron movilización de gobernadores regionales al congreso, para que deroguen una ley que prohibía esos manejos. En lugar de armar paquetes de obras, con masa crítica que se hagan atractivos, para empresas que puedan cumplir con capacidad técnica, financiera y construyan con la calidad y en los plazos requeridos, se permite un misceláneo de pequeñas obras, sin buenos expedientes técnicos y se ejecutan con pequeñas empresas locales, algunas constituidas a partir de esos negociados y que comparten beneficios con las autoridades.
Como podemos apreciar, hay objetivos subalternos que impiden maximizar los beneficios a la ciudadanía y cumplir los grandes objetivos. Lampadia