Turismo, agroexportación y minería, el trípode de nuestro desarrollo
Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
El Perú se preparó como nunca para la FITUR 2024 (la más importante Feria Internacional de Turismo), evento que se inauguró el 24 de enero en Madrid, para promover nuestro turismo receptivo. PROMPERÚ lanzó el extraordinario video “Perú WOW”, llamado así por lo asombroso de nuestra oferta turística.
El stand peruano tenía 280 metros cuadrados lleno de imágenes, muestras de comida peruana, Pisco Sour, estampas costumbristas de nuestras regiones y, como telón de fondo, había arribado nuestro BAP (Vela) Unión, increíble embajada itinerante muy visitada en cada puerto y los puertos españoles, no fueron la excepción, resaltando nuestra presencia y visibilidad con la visita del alto mando naval y dotación del buque al Rey Felipe VI.
Debemos recalcar que el turismo, junto con la agroexportación y la minería, son los tres principales motores para reactivar nuestra economía.
Sin embargo, simultáneamente a FITUR, un increíble grupo de delincuentes, corruptos y extorsionadores cusqueños, sabotearon toda actividad turística en el Cusco y especialmente en Machu Picchu.
El pretexto fue, ni más ni menos, la instalación de una plataforma virtual, moderna y a prueba de corruptos, ladrones y extorsionadores de turistas en Machu Picchu pueblo.
Estos cusqueños, querían mantener una plataforma virtual local, que era una “coladera” sin control, además de mantener la venta de 1,000 tickets físicos por día, de manera presencial y en efectivo y, para eso, no dudaron en destruir la imagen del Perú como destino turístico, justo cuando estábamos en la noticia.
Ciertamente, no quieren perder esa prebenda, considerando que una auditoría a las operaciones del último año, reportaba un robo de más de 8 millones de soles (estiman entre 8 y 13 millones), por sobreprecios o simplemente por no registrar la venta realizada. Por otro lado, desean exigir a los turistas una permanencia de dos días en su pueblo para acceder a los tickets, de forma que usen alojamientos, alimentos y compren artesanías.
Es una pena que el Perú haya recibido sólo 2.4 millones de turistas en 2023, cuando habíamos alcanzado 4.4 millones en 2019 y, con un manejo adecuado, hubiéramos podido lograr 6 millones. Somos el único país de Latinoamérica que no ha remontado las cifras prepandemia. Claro que, un comportamiento de protestas sociales y políticas como los que hemos tenido en los años 2022-2023, no ayudan en lo absoluto. Tampoco la forma como ha escalado la delincuencia y el crimen, por lo que debemos trabajar los siguientes aspectos:
- Mejorar la seguridad ciudadana y crear un ambiente político adecuado.
- Hacer consciencia que, el patrimonio cultural, monumental y paisajístico, es de todos los peruanos, al igual que los recursos naturales y no de pequeños grupos locales. Debemos gestionarlos con criterio nacional, no local.
- Debemos establecer una oferta de turismo nacional abierta, que muestre por igual todos nuestros destinos y atractivos turísticos, y que la venta de tickets para todos los destinos, se realice de manera centralizada, con la anticipación debida y de forma transparente. Los paquetes turísticos tienen que ser asegurados con toda anticipación.
- Ya es tiempo de abrir el abanico de destinos turísticos, multiplicando estos a los ojos del turista. Vale decir, acercarnos al mercado de competencia perfecta, con múltiples destinos y múltiples demandantes.
- Resolver el caos creado por los operadores aéreos de CORPAC, cuando no privatizarla, para evitar la increíble experiencia negativa del retraso de los vuelos por “huelgas blancas”, que justo se ha sumado recientemente, como coordinada.
Estoy seguro que los turistas desean, no sólo conocer un lugar histórico como Machu Picchu, de los que tenemos varios, sino también y, sobre todo, gozar de una experiencia agradable, una ciudad con gente acogedora, una naturaleza variada, contacto con la jungla, las playas o ambientes espectaculares como los que tenemos, con gastronomía de primer nivel mundial.
Si nos quedamos sólo promocionando Machu Picchu, sacaremos del “radar turístico”: las líneas y geoglifos de Nazca y Palpa, el centro histórico de Arequipa y sus diversos atractivos como el Monasterio de Santa Catalina, el Valle del Colca, el Complejo Arqueológico de Chan Chan, los ríos de la Amazonía, la Reserva Pacaya-Samiria con su avistamiento de aves y vegetación espectacular, Kuélap, la Reserva Natural del Titicaca, el Parque Nacional Huascarán, la Reserva de Paracas, el Santuario de la Pampa de Ayacucho, Cajamarca y sus atractivos, el museo de sitio de Pachacamac, las Tumbas Reales de Sipán, las playas del norte y del sur, con sus ofertas deportivas y de “surf”.
Estoy seguro que el balance de: monumento histórico visitado, calidad de la experiencia (que incluye fluidez del transporte y sus conexiones), calidad de alojamientos, experiencia culinaria, calidad del servicio hotelero, calidad del comportamiento de la gente en la ciudad, pueblo o comunidad que visitan, son cruciales. Ese conjunto de atributos debe ser evaluado y puesto en valor.
No debemos permitir que nuestros visitantes se lleven una experiencia desagradable, pues la comunicarán boca a boca o en las redes sociales alrededor del mundo y eso, destruye la imagen del Perú y cualquier esfuerzo del Estado y sus organismos de promoción turística. Lampadia