Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 8 de octubre de 2021
Para Lampadia
“La corrupción es un virus social que lo infecta todo”. Eso dijo el Papa Francisco en Lima, allá por el año 2018. ¡Y eso que en ese entonces aún no se conocían los audios del Juez Hinostroza y los Cuellos Blancos del Puerto!
Cáncer, virus, podredumbre, pus, metástasis, porquería, miasma… todo eso – y mucho más – se ha dicho de la corrupción en nuestro país. Sin embargo, el Papa dijo algo que va más allá de dichas expresiones metafóricas. “La corrupción es evitable, y exige el compromiso de todos.”
En otras palabras, TODOS estamos obligados a desenmascarar a los corruptos… con nombres y apellidos. Por ello felicitemos y agradezcamos a los valientes policías, fiscales, jueces, periodistas, y ciudadanos en general que desenmascararon a las mafias en el Consejo Nacional de la Magistratura, en el Poder Judicial, y en el Congreso de la República. Y ¿qué decir de los que desenmascararon la corrupción en los Partidos Políticos, en ciertas Universidades tragamonedas, en la Oficina Nacional de Procesos Electorales, en los Colegios Profesionales, en el periodismo chantajista? ¡Y los empresarios corruptos! Claro que desenmascarar a la corrupción, exige el compromiso de todos.
Por eso pregunto – y cuestiono – ¿por qué tantos ministros, gobernadores, y alcaldes se quedan callados cuando congresistas corruptos los buscan para pedir favores indebidos? ¿Por qué no los desenmascaran como lo hicimos en Ica cuando fui Gobernador Regional en el período 2015 – 2018?
- ¿Acaso sólo los congresistas de Ica eran los torcidos?
- ¿Por qué tanta impunidad en las instituciones públicas de todo el país?
- ¿Acaso sólo en Ica había médicos que abandonaban los hospitales y maltrataban a los pacientes?
- ¿Acaso sólo en Ica se vendían Brevetes por lo bajo? Dinámicos del Centro hay en todo el país… ¿o no?
La corrupción es lo más parecido a una traición a la Patria. Por eso hay que ser radical – y revolucionario – frente a ella. En esto de la corrupción, el que calla otorga.
Ahora bien, al César lo que es del César. Así como tenemos corrupción… y de la brava, también tenemos integridad. En efecto, tenemos muy buenos y abnegados policías, fiscales probos y eficientes, y jueces rectos e incorruptibles. Y lo mismo se puede decir de ciertos congresistas, periodistas, docentes universitarios, profesionales colegiados, empresarios, etc. quienes día a día nos dan ejemplos de integridad, civismo, y patriotismo. Hay que separar la paja del trigo.
Sin embargo, seamos realistas. El sistema de justicia – por sí solo – no va a corregir la corrupción. ¿El Congreso?… tampoco. ¿Y el Presidente Castillo?… menos. Su partido es una organización criminal experta en chantajes, cupos, coimas, y todo lo demás. Entonces ¡que no nos venga con el cuento de no darle ni un milímetro a la corrupción… si su partido está atiborrado de corruptos! Además, él los ha convocado al Gabinete Ministerial.
Por eso, es hora de apoyar y respaldar decididamente a todos los que están confrontando – y desenmascarando – a las mafias. Sobre todo, a los que están confrontando a la mafia de los Dinámicos del Centro, que bajo la batuta del inefable Vladimir Cerrón, ganó fraudulentamente las elecciones generales pasadas. Todos – la ciudadanía en pleno – debemos exigir las máximas sanciones a esos personajes de baja estofa. ¡Cínicos, manipuladores, chantajistas, coimeros! A los corruptos – vengan de donde vengan – hay que mandarlos a la porra… sin titubeos. Y si son autoridades de alto rango… ¡con mayor razón!
La corrupción no es un problema más… la corrupción es EL PROBLEMA. Todo lo demás, viene por añadidura. La inseguridad ciudadana, el caos urbano y vehicular, la falta de agua potable y la basura, el financiamiento de las campañas electorales, la burocracia inoperante, el aumento desmedido del gasto público, el narcotráfico, las colas interminables en los hospitales del Estado, la crisis en el Magisterio, la crisis en los clubes de fútbol profesional… todo se origina a partir de la corrupción.
Indignación total, muchas críticas, pocas propuestas, mínimos compromisos… esa es la sensación que me deja el momento actual. En ese sentido – como dijo el Papa – TODOS tenemos vela en este entierro. Yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos… TODOS.
CONCLUSIÓN. La corrupción no es un problema más… la corrupción es MI PROBLEMA, TU PROBLEMA, NUESTRO PROBLEMA. La corrupción es EL PROBLEMA. Lampadia