Por Fernando Cillóniz B.
Ica, 21 de agosto de 2023
CILLONIZ.PE
Para Lampadia
Según el Índice de Competitividad Regional (INCORE 2023) que elabora todos los años el Instituto Peruano de Economía (IPE), Ica ocupa el primer lugar, a nivel nacional, en materia de empleo adecuado. En Ica, los trabajadores –muchos migrantes de la Sierra y Selva del país– están mejor considerados que en regiones como Lima, Arequipa, Tacna, Piura, La Libertad, Cusco…, mejor que en todas.
Ciertamente, las empresas iqueñas –mineras, pesqueras, manufactureras, turísticas, comerciales, de servicios… incluidas las agroexportadoras– tienen mucho ver con este gran logro socioeconómico.
Pregunto entonces ¿a qué se debieron las violentas protestas de diciembre 2020, y enero y febrero pasados… precisamente, en Ica? Recordemos: paro agrario, abajo las empresas “agro-explotadoras”, no a los salarios de hambre, S/. 15.00 diarios no alcanzan para subsistir (la mayoría de los trabajadores gana entre 5 a 10 veces más), derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, no a los subsidios a los empresarios abusivos… bla, bla, bla.
¡No tapemos el sol con un dedo! Las protestas en Ica fueron un farsa política – ideológica, donde primaron la mentira, la demagogia, la extorsión y el vandalismo. Al INCORE 2023 me remito. Ica: la menor tasa de desempleo, a nivel nacional. Ica: los mejores niveles de ingreso por trabajador. Ica: los mejores niveles educativos de la fuerza laboral. Ica: los menores niveles de informalidad laboral… todo eso muestra el INCORE 2023 respecto del tema laboral, en Ica.
Entonces, como diría el gran Gareca – ¡pensá! –. Si de maltrato laboral se trataba ¿por qué no protestaron los trabajadores de las regiones peor rankeadas? ¿Por qué Ica fue el centro de atención, a nivel nacional… precisamente, en lo que mejor está: en calidad de empleo?
Claramente, se trató de asonadas políticas – ideológicas, propias de gente retrógrada, acomplejada, envidiosa, amargada, mediocre… y todo lo demás. ¡Pura politiquería! Y de la peor especie. ¿Y la prensa? Salvo contadas y honrosas excepciones, ¡vaya que la prensa de puso del lado de la mentira y la demagogia, en aquellas asonadas!
El problema de Ica – lo he dicho mil veces – es el Estado. La corrupción y la inoperancia en el Estado… para ser más preciso. El problema no es el sector empresarial. Aunque nadie dice que no haya empresarios abusivos, prebendarios, evasores de impuestos, corruptos y así. Pero son los menos. En todo caso, es el Estado el llamado a sancionar a las empresas informales, tramposas y maltratadoras, que repito… lamentablemente, hay.
Sin embargo, seamos objetivos y veraces. Las principales carencias de los iqueños – agua y vivienda digna, salud y educación pública de calidad, infraestructura y seguridad, etc. – se deben más al fracaso del Estado, que al Sector Privado.
Por ejemplo, veamos el tema del servicio de agua potable para la población. Según el INCORE 2023, Ica ostenta el puesto No. 22 – de 25 – en cuanto a continuidad de provisión de agua para uso doméstico. Es decir, en el tema de agua potable, los iqueños estamos entre los peores en la cola, a nivel nacional. ¡Un fracaso! Pero ¿de quién depende el suministro de agua potable en el país? De las Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS). Es decir, de los municipios… es decir, del Estado.
Otra perla. ¿Qué dice el INCORE 2023 respecto de Ica en cuanto al factor institucional? Concretamente, en cuanto al porcentaje de ejecución del gasto de inversión presupuestado. Pues que Ica se ubica en el puesto No. 25 del ranking nacional en esa materia. O sea, la peor, la última. ¡Una vergüenza!
¿Qué quiere decir eso? Pues que nuestras autoridades estatales – empezando por el Gobernador Regional y sus funcionarios – no sirven para nada. Peor aún. No sólo no saben gastar en obras de infraestructura para el bienestar de nuestra población, sino que gastan mal. Y encima – por si fuera poco – coimean a más no poder.
A los hechos me remito: Javier Gallegos y Rocky Hurtado – los dos Gobernadores que me sucedieron – están, el primero, Gallegos, entrando y saliendo de Cachiche, por corrupto y coimero, y el otro, Hurtado, con un carpetón fiscal que tarde o temprano – o, mejor dicho, más temprano que tarde – lo llevará también a Cachiche. (Para los que no conocen, Cachiche es la cárcel de Ica)
Ambos, por supuesto, no están solos. Como son mafiosos, están acompañados de consejeros regionales corruptos, directores y gerentes coimeros, periodistas mermeleros (90 periodistas de Ica, según el Instituto de Prensa y Sociedad – IPYS). La colada mafiosa también incluye a empresarios prebendarios que nunca faltan, sicarios desalmados, y hasta policías y fiscales corruptos. ¡Unas basuras!
Bueno pues, eso que pasa en Ica – me refiero a la corrupción e inoperancia del Estado Regional y Local – pasa también en todas las regiones del país. Incluso – como es de público conocimiento – pasa también en el ámbito del Gobierno Central, en los ministerios, en las instituciones adscritas a los ministerios: en la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, en Provías Nacional, Provías Descentralizada y demás, en las Fuerzas Armadas y Policiales, en el Poder Judicial, en el Poder Electoral… en todo.
Entonces, al INCORE, aparte de leerlo, hay que saberlo interpretar. Más allá de los rankings regionales, que están muy bien elaborados, lo que el INCORE nos dice – entre otras cosas – es que, en materia estatal, el país está mal, muy mal… pésimo. La pregunta del millón es ¿por qué?
Mi respuesta a tal interrogante es… por la corrupción en el Estado. La corrupción en el Estado es la madre del cordero.
Por ello ¡revolución moral… radical y total! Esa es mi propuesta. Que autoridades autónomas, apolíticas, descentralizadas, profesionales, meritocráticas – tipo Banco Central de Reserva (BCR) – altamente especializadas, brinden los servicios públicos: agua y vivienda social, salud y educación públicas, seguridad e infraestructura. Ningún Ministerio, ningún Gobierno Regional o Municipal tendría injerencia en dichos servicios.
Zapatero a tus zapatos. Los políticos… a la política. Que hablen y discutan todo lo que quieran. Que se insulten a gritos y que se peleen a trompadas y patadas. Pero que no se metan en los servicios públicos altamente especializados. Los profesionales… a los servicios públicos.
Así, y sólo así, acabaríamos con la corrupción e inoperancia en el Estado. Así y sólo así, acabaríamos con el clientelismo político y con los empresarios prebendarios. Así y sólo así, acabaríamos con la crueldad y maltrato de muchos servidores públicos, que de servidores no tienen nada. Así y sólo así, acabaríamos con la pobreza e indignidad de gran parte de nuestra población. Lampadia
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