Patricia Teullet
Perú21, 29 de abril de 2016
Uno de los temas que más enorgullecen al gobierno saliente es el gasto de S/64,000 millones del 2010 al 2015 en programas sociales. Si bien argumentan que ha sido la clave para reducir la pobreza, incluso en un contexto de menor crecimiento, no logran explicar por qué la anemia en niños ha aumentado desde el 30.7% en el 2011 hasta el 35.65% del 2014.
Como la evidencia demuestra, no basta con gastar. Se debe hacer el diagnóstico correcto, implementar la solución adecuada, hacer monitoreo y corregir en el momento en que se presente un problema que impida alcanzar el objetivo deseado.
Según el Dr. Accinelli, experto neumólogo peruano, la desnutrición (y otros problemas de salud física y mental) se inicia con la contaminación del hogar por el humo que se genera al cocinar. Con el fin de evitarla, el gobierno y algunas ONG construyeron millones de cocinas mejoradas para las zonas rurales. Estas proveen un escape para el humo y retienen el calor para aprovechar el combustible (leña o bosta).
No nos ocurre solo a nosotros el invertir en soluciones mal implementadas o basadas en supuestos errados; de hecho, el Proyecto de Cocinas Limpias fue promovido internacionalmente como manera de salvar millones de vidas. Y es bueno aprender de los errores de otros. Hace un tiempo, el Washington Post publicó un artículo que analiza el impacto de los millones de cocinas limpias hechas en el mundo: incluso con el mejor diseño y el mantenimiento ideal, mientras utilicen leña, bosta o carbón como combustible, continuarán generando gases contaminantes que superan los límites establecidos por la OMC para emisiones en interiores.
Por lo tanto, el problema subsiste y, en el Perú, la anemia se incrementa y sus efectos sobre la capacidad de los niños para estudiar y futuros adultos para trabajar se continuarán sufriendo. Mientras, en el mundo, “la polución de aire en el hogar se considera la mayor causa ambiental de muerte y discapacidad”. Lampadia