Cecilia Blume
Para Lampadia
Cuando se pensó en la explotación del gas de Camisea, hubo oposición de personas que, sobre todo, desde la política, veían al gas de Camisea como un “gas peruano” que debía ser explotado por el Estado, sin razón técnica alguna. No eran expertos en gas, pero sí en política y por ello el gas estuvo enterrado 20 años!
Han pasado 20 años desde la operación de Camisea iniciada en el año 2004, explotando los lotes 88, 56 y 57. Hoy podemos hacer una evaluación, de lo que ha significado esta y ver si efectivamente se debió o no hacer Camisea.
1) Camisea es, hasta la fecha, un proyecto de casi 15 mil millones de dólares, invertidos en Perú, por 10 empresas privadas especializadas en las distintas etapas del proyecto, que no le han pedido dinero al Estado.
Los peruanos no hemos tenido que distraer recursos públicos para este proyecto a pesar que somos “el socio” de estas empresas pues el 30% de impuesto a la renta y las regalías que pagan entran al erario público.
2) Camisea ha permitido que los 365 días generemos energía eléctrica, energía más barata y limpia, reduciéndose la tarifa de luz comparativamente con países que no tienen gas, y el alza en los precios de los combustibles en otros países, no nos han afectado porque producimos gas.
Cuando prendemos la licuadora, usamos gas de Camisea, cuando cargamos nuestro celular, lo mismo. Cuando una bodega enchufa un freezer para conservar cervezas, lo hace con gas de Camisea. Cuando se ilumina un quirófano, usamos gas de Camisea.
3) 2,200 peruanos usan el gas de Camisea en sus casas y ahorran el 50% en sus consumos de gas doméstico. Ello gracias a las empresas distribuidoras en Lima, Callao e Ica y a que hemos creado una industria de “ductos virtuales” que no es otra cosa que gas, transportado en camiones, para que La Libertad, Ancash y Cajamarca, tengan también gas de Camisea.
4) Los 400,000 taxistas que han reemplazado el combustible en sus autos ahorran 8,800 soles al año y hemos creado 320 grifos para surtirlos.
5) Hemos sido capaces de construir una planta criogénica en la selva del Cusco, traer dos ductos, uno de gas y otro de líquidos a Lima recorriendo casi 800 kilómetros.
Hemos construido una planta de fraccionamiento en Pisco que nos ha permitido dejar de importar GLP, -gas de balón – pues entre otros, exportamos anualmente hidrocarburos por $1,400 millones, y dejamos de importar otros $2,000 millones de dólares.
Hemos construido la única planta de licuefacción de gas de la costa de sud américa para exportar gas tendiéndose un ducto desde Ayacucho a Melchorita de 400 kilómetros.
6) Desde el 2004, Camisea generó más de S/.60,000 millones para el fisco peruano, S/45,000 millones en regalías y S/15 mil millones en impuesto a la renta.
Se transfirieron más de S/30,000 millones a los gobiernos regionales y locales del Cusco por canon gasífero y otros S/. 6,000 millones a través de Fondo de Desarrollo Socioeconómico de Camisea – FOCAM.
7) El Cusco rural ahora usa gas de balón, GLP, con lo que ello significa para la salud de las familias dejando el uso de leña. Para 2020, el 84.3%, de la región Cusco usaba GLP.
8) Algunos señalan como un beneficio implícito del consumo del gas en el Cusco, que cuando algunos buscaron bloquear las carreteras, la población salió a impedirlo, para que el gas llegue a sus hogares.
9) Hemos desarrollado una industria inexistente, creado especialistas en gas, con técnicos de todo el mundo que han venido a enseñarnos lo necesario para construir y operar estas increíbles instalaciones.
Eso es transferencia tecnológica y ahora otros países contratan a nuestros profesionales.
Todo esto no se hizo en un gobierno. Empezó con Fujimori, lo siguió Paniagua, lo inauguró Toledo, y García inició operaciones en la planta de exportación.
Lo impulsaron varios ministros como Daniel Hokama, Carlos Boloña y Jaime Quijandría. Desde el sector privado el trabajo de Bárbara Bruce y Carlos del Solar fue importantísimo.
Hoy necesitamos condiciones legales y políticas para que haya más exploración y consiguientemente más gas. Es el momento. Las inversiones grandes toman muchos años en ser rentables, por eso, los 20 años que quedan deben ser usados desde ahora para seguir llevando gas a todo el país.
No conozco a nadie que hoy piense que Camisea no se debió hacer. El Perú es otro país gracias al gas de Camisea. Y los peruanos lo reconocemos. Lampadia