Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
“Donde entra el comercio, no entran las balas”.
Promover el libre comercio es promover la paz.
(Frédéric Bastiat)
La semana pasada reseñamos cómo la experiencia del ajuste económico del Perú de los 90s, es una buena lección para Argentina (The Economist dixit).
El 25 de enero pasado compartimos en Lampadia la presentación de Milei en Davos: ¡Cuidado!!! – El Foro de Davos, Milei y la nueva censura.
Hace diez díaz pusimos la primera parte de la presentación de Milei en el CPAC: Una buena clase de economía.
Ahora compartimos la segunda parte del texto de la presentación del revolucionario argentino en la Conferencia del Partido Republicano en Washington hace diez días. Como indica el propio Milei, en esta conferencia explica los ‘fundamentos técnicos que sostienen las apreciaciones políticas que vertió en Davos’.
De esta manera, Milei asume el rol de un extraordinario formador de la visión económica del liberalismo, tan venida a menos durante los últimas décadas. Milei deja chicos a nuestros economistas que, por ejemplo, son muy críticos de los monopolios. Pues Milei sustenta con gran maestría los impactos negativos de interferir la acumulación de rendimientos crecientes y el proceso de destrucción creativa schumpeteriano.
No dejen de leer los argumentos de Milei (segunda parte):
Milei en CPAC
Milei en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), en Washington, EEUU
Fuente: Casa Rosada, gobierno de Argentina
Sábado 24 de febrero de 2024
Glosado por Lampadia
(…) dado el impacto de la Conferencia en Davos, en que señalé que Occidente está en peligro, dado el avance de las ideas estatistas, hoy haré foco en los fundamentos técnicos que sostenían dichas apreciaciones políticas, en aquella conferencia. En este sentido, haré foco sobre cómo la economía neoclásica y su visión de los fallos del mercado son funcionales al avance del socialismo y cómo eso destruye al crecimiento económico poniendo un freno a las mejoras contra el bienestar y la lucha contra la pobreza.
(…)
De hecho, les voy a contar el caso de un país que conozco, llamado Argentina.
Un país que entró al siglo XX siendo uno de los países más ricos del mundo y que sin embargo hoy está 140 en el ranking mundial, con más de 50% de pobres y más de 10% de indigentes. Y cuando uno mira la cantidad de regulaciones, uno va a entender por qué.
Dentro de nuestros equipos de gobierno, hemos descubierto, por el momento, 380 mil regulaciones que traban el funcionamiento del sistema económico.
Y de hecho, nuestras dos grandes pedidos de medidas propuestas, proponen darle más libertad a los argentinos, ir hacia estructuras de mercado más competitivas y sobre todas las cosas, eliminar la corrupción de la política.
Nos encontramos con grandes resistencias por parte de los beneficiarios de este sistema decadente, que empobrece a los argentinos de bien en favor de la casta corrupta. Donde la casta corrupta se compone de políticos ladrones, que ponen sus privilegios por encima del bienestar de los argentinos, por empresarios prebendarios que hacen negocios con los políticos corruptos, por medios de comunicación corruptos que están muy enojados con nosotros porque les eliminamos la pauta oficial, también por los sindicalistas que se ocupan de sus negocios en contra de la gente, y además por aquellos profesionales que son funcionales a la religión del Estado que viven de defender a estos corruptos. Por lo tanto, tomarán conciencia de la gran pelea que estamos dando. Pero no nos vamos a rendir en volver a hacer Argentina grande nuevamente.
La otra gran amenaza por donde atacan los socialistas y el estatismo es básicamente la discusión entre eficiencia y distribución, donde ahí se señala al capitalismo como un sistema hiper individualista y se lo compara con el altruismo socialista con el dinero ajeno. Siempre con el dinero ajeno. Y esta aberración se lleva a cabo en nombre de la justicia social, donde Hayek hablaba de las palabras comadreja. Donde cada vez que le ponían un adjetivo, significaba totalmente lo opuesto. De hecho, como dice el gran Jesús Huerta de Soto, la justicia social es violenta e injusta, no es ni justa ni social ni nada, es una aberración.
En primer lugar, es injusta porque implica un trato desigual frente a la ley y la redistribución que implica la justica social es robarle a uno para darle a otro. Lo que hace que la justicia social además de ser violenta sea injusta. En el mismo sentido, esto se agrava con la idea de la democracia ilimitada. Es decir, la democracia originalmente fue diseñada para respetar el derecho de las más pequeñas de las minorías, el individuo. Pero cuando ingresan las ideas socialistas e ingresa la idea de la democracia ilimitada, ingresa el populismo.
Pero para que no quede en algo tan abstracto les voy a dar un ejemplo. Supongamos que se juntan cuatro lobos y una gallina. Ahora vamos votar por qué se come hoy a la noche. Se acaban de comer la gallina.
En el fondo eso también es lo que pasa en la economía, la gallina de los huevos de oro es el segmento que genera riqueza, pero por la forma de la distribución del ingreso, el 80% de la población tiene un ingreso menor que el ingreso promedio. Y ahí es cuando aparece el político populista que dice que hay que sacarles a los ricos para darle a los pobres.
Cuando eso ocurre, se destruye los beneficios y se destruye el crecimiento económico. Si lo quieren en términos prácticos, Argentina es un país que produce alimentos para más de 400 millones de seres humanos y la presión fiscal sobre el sector productor de alimentos es del 70%. Es decir que el Estado se queda con el alimento de 280 millones de seres humanos. A pesar de ello, hay 5 millones de argentinos que no les alcanza para comer gracias al maldito Estado.
Otra parte que también discuten los socialistas y que tiene que ver con la distribución del ingreso, dicen que el sistema es injusto.
Hay un hermoso libro de Israel Kirzner, que se llama creatividad, capitalismo y justicia distributiva. Y ese libro parte de la hipótesis que el sistema capitalista es más productivo pero que si fuera verdaderamente injusto, no habría motivos para defenderlo. En ese sentido, trabaja sobre dos ideas,
trabaja con el principio de apropiación de Locke, el que lo descubre se lo queda. Si ustedes descubren algo, son los dueños de esos.
Y la otra idea es la de Hayek, que es la de mercado como proceso de descubrimiento, que implica que no hay una torta para repartir, sino que esa torta se va creando cuando se va produciendo. Por lo tanto, si esa torta se va descubriendo mientras que ustedes van avanzando en el proceso productivo, por lo tanto, lo lógico es que esa torta sea apropiada por aquel que la fue descubriendo. Por lo tanto, ahora el sistema, que no solo es más productivo, sino que además es el único sistema que es justo.
Y la verdad es que digamos, todo esto a los socialistas, los tenemos más que en jaque mate, ya les diría que… por eso les voy a dar una más, les voy a dar bis. Naturalmente cuando uno regula los monopolios, regula las empresas, lo que eran los procesos competitivos y al mismo tiempo introduce el concepto de la justicia social, evidentemente eso conduce al estancamiento. Y ese estancamiento dado el crecimiento de la población lleva al empobrecimiento paulatino de ese país.
¿Y cómo corrigen esto? lo corrigen con la agenda asesina del aborto. Una agenda asesina que podemos encontrar sus orígenes ya con los egipcios intentando exterminar a los judíos o con el caso de Malthus con su tratado sobre la población y la ley de hierro y salarios que promovía en control de la natalidad; o más cercano -a fines de la década del 60- el Club de Roma, donde el Club de Roma decía que como mundo se movía con energía fósiles y como esas energías no son renovables, predecían que en el año 2000 se iban a agotar esos recursos. Y sin embargo, esa situación lo que iba a generar es que no hubiera alimentos para todos y que nos íbamos a morir y que solamente quedaríamos mil millones de personas en el planeta tierra.
Y en base a eso, hoy habiéndose desclasificado los archivos de Nixon y Kissinger sabemos que propusieron esa agenda asesina del aborto. Pero afortunadamente se equivocaron de nuevo, porque hoy en mundo viven 8 mil millones de seres humanos.
El postmarxismo, frente a su derrota en lo económico, ha traslado sus batallas de lucha de clases a otros aspectos de la vida, por ejemplo, el ecologismo; donde plantea la lucha del hombre con la naturaleza, donde culpan al ser humano del calentamiento global, cuando esto ya ha pasado cuatros veces en la historia del planeta tierra y no vivía el ser humano, y donde para corregir este problema a los neomarxistas no se le ocurre otra cosa que exterminar a los humanos.
Si verdaderamente tuviéramos un problema de recursos deberíamos estar esperando colonizar otros planeta, no condenarnos a la muerte.
De hecho, todos esos análisis en contra del crecimiento de la población son falsos. Quiero dejar el caso de un economista muy optimista que se llamaba Julian Simon, que señalaba que el crecimiento de la población traía más progreso tecnológico, entonces, por ejemplo, señalaba que había crecimiento tecnológico impulsado por la demanda, donde básicamente al haber más personas y haber problemas de escases y demás, eso afectaba al sistema de precios y generaba nuevas reformas y nuevos progresos tecnológicos para resolver dichos problemas. Y por otra parte señalaba que el progreso tecnológico impulsado por el lado de la oferta, donde -por ejemplo- las chances de que tengas un Mozart es mucho más grande si vive 1 millón de personas que si viven 10.
En definitiva, el mensaje es el siguiente: no dejen avanzar al socialismo, no avalen la regulación, no avalen la idea de las fallas del mercado, no permitan el avance de la agenda asesina y no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social.
Yo vengo de un país que compró todas esas ideas estúpidas, y de ser un país de los más ricos del mundo está en el lugar 140.
Por lo tanto, no entreguen su libertad, peleen por su libertad, porque si no pelean por la libertad los van a llevar a la miseria. Pero quiero dejarles también un mensaje de optimismo, Argentina parecía un país de ovejas condenado a la pobreza que nos marcan los socialistas y recuerdo cuando inicié mi carrera política para ser diputado Nacional dije: que yo no venía a guiar corderos, venía a despertar leones. Y fue así que cada día despertamos más leones y el mensaje de la libertad, no solo nos llevó a la presidencia, a la Presidencia de la Argentina, sino que además estamos despertando a todo el mundo. Por lo tanto, no cedan frente a la lucha por la libertad, ¡viva la libertad carajo! ¡viva la libertad carajo! Muchas gracias. Lampadia