Por: Juan Stoessel
Perú21, 22 de noviembre de 2020
Hemos vivido días muy convulsionados, pero confiamos en que los próximos meses traerán la estabilidad necesaria para un 2021 en que retomemos el crecimiento. Las elecciones están muy cerca, sin embargo aún hay tiempo de impulsar avances importantes para el sector Turismo.
Algunos pensarán que con un flujo turístico reducido por la pandemia, las brechas de infraestructura pueden esperar. Sería un gravísimo error. O nos preparamos desde ya para la reactivación de la demanda, o los demás países nos llevarán de encuentro. Aquí las palabras clave son priorizar y agilizar. Los proyectos existen, solo que su progreso ha sido muy lento. El principal reto del Mincetur y su flamante ministra será encaminarlos y acelerarlos, de modo que el siguiente Gobierno pueda culminarlos en el menor tiempo.
Haciendo un rápido recuento. Para el turismo receptivo es urgente la nueva terminal del Jorge Chávez (cuya construcción aún no empieza), así como la vía rápida que conecte el aeropuerto con la zona hotelera. Por el lado del turismo interno, la ampliación de los aeropuertos regionales y la doble calzada en la Panamericana son fundamentales. Para el turismo corporativo resulta vital habilitar el Centro de Convenciones de Lima y edificar el Recinto Ferial. Y por supuesto, no podemos olvidar Machu Picchu, cuyo reordenamiento –ahora que el distanciamiento social será norma obligada– es tan importante como impostergable.
Si se prepara una agenda de trabajo que ponga el foco en estas prioridades, no solo estaremos generando necesarios puestos de trabajo –las obras de infraestructura demandan mucha mano de obra–, sino que estaremos sentando las bases para reactivar un sector que genera millones en divisas. ¡Que esta transición nos deje enrumbados hacia convertir al Perú en la gran potencia turística de la región!