Por: Juan Stoessel
Perú21, 19 de noviembre del 2023
“Machu Picchu viene mostrando síntomas de envejecimiento. No es un coloquialismo; son términos técnicos”.
El turismo fue un tema muy visible en CADE. Desde el Mincetur, la viceministra de Turismo fue enfática en el compromiso del ministerio por desarrollar infraestructura clave para el despegue del sector. ¡Se vienen obras importantes! También hubo una clara toma de conciencia sobre la disyuntiva que enfrenta Machu Picchu. Nuestra maravilla mundial está rezagada, congelada en el tiempo. La infraestructura turística y el circuito de visita son prácticamente los mismos desde los 70. Machu Picchu viene mostrando síntomas de envejecimiento. No es un coloquialismo; son términos técnicos. Según el Consejo Mundial de Turismo, señales de que un destino ha envejecido: disminución de la satisfacción del visitante, crecimiento basado en arreglos de corto plazo, población descontenta. Check, check, check. Es una gigantesca llamada de alerta. Los turistas se han vuelto más selectivos y exigentes. Buscan experiencias de primer nivel. Esperan un customer journey impecable, potenciado por la tecnología. Otros grandes atractivos mundiales lo ofrecen. Nosotros no. Y cada año la brecha crece, para perjuicio del sector y de la población de Aguas Calientes.
Ante esto, las autoridades han decidido iniciar el plan maestro para el reordenamiento de Machu Picchu. El objetivo, mejorar la experiencia e incrementar el aforo de manera sostenible. Adicionalmente, se apunta a generar revisitas con un centro de visitantes, nuevos circuitos y caminos incas, dando al turista motivos para volver. Egipto es un excelente ejemplo: gracias al museo de los faraones, captaron nuevos viajeros y atrajeron a quienes ya habían ido a las tumbas.
Modernizar la comercialización de las entradas es otra obligación si queremos revertir este declive. La web y ventanilla son un tremendo lastre. Una muestra: si un turista quisiera comprar entradas para marzo, no podría. Únicamente están disponibles para el año en curso. Vaya forma de ahuyentar prospectos. Sin mencionar que solo se puede pagar en efectivo, con sencillo y en soles. Pero lo más grave de este sistema arcaico es que 500 personas diarias no consiguen ticket, ¡habiendo aforo! Machu Picchu deja fuera 180 mil turistas al año, que aportarían US$17 millones en divisas, que el país pierde por pura inoperancia. En 2024, con la nueva plataforma, la alta ocupación estará garantizada, porque el sistema hace una venta dinámica. La disponibilidad de boletos se maneja automáticamente para que en promedio ingresen las 4 mil personas permitidas, minimizando ventas pérdidas. ¡No retrocedamos!