Por: Arturo Woodman
Expreso, 24 de agosto de 2021
En las últimos días y coincidentes con el inicio del Gobierno del Presidente Pedro Castillo, se han producido considerables alzas, tanto el dólar, como los alimentos básicos entre ellos el pan, fideos, aceite, manteca, igualmente el gas y las medicinas.
Esto ha sido ocasionado por diferentes factores como la fuerte subida de los commodities y fletes, del petróleo que influye en el gas, sumándose la devaluación del sol debido a la inestabilidad política generada por la insistencia del Ejecutivo, de un sector del Congreso y del dirigente de Perú Libre Vladimir Cerrón en cambiar la Constitución, a través de una “Constituyente del Pueblo” que nos llevaría a perder nuestra libertad y derecho a la propiedad, tomando el Estado el manejo de todas las actividades productivas, implementándose un sistema autoritario comunista como el de Cuba y Venezuela, conduciéndonos al caos, pobreza y éxodo.
El ministro de Economía sostiene acertadamente que no es conveniente implementar el control de precios para lograr bajarlos al estar demostrado, que ese sistema ocasionó la disminución de la producción, escasez, especulación y un alza desmedida de los precios, tal como lo hemos experimentado durante el Gobierno Militar del Gral. Velasco y en el primero de Alan García.
A raíz de las declaraciones del ministro Francke, el presidente Castillo ha expresado que su gobierno en un corto plazo tomará medidas para que los precios del pan, el gas, aceite, medicamentos, etc., bajen.
Dentro de este panorama, en el que se podría implementar un negativo control de precios, es necesario que los economistas en coordinación con el Gobierno encuentren otras soluciones y no llegar al nefasto sistema de los controles.
Una interesante posibilidad, sin perjudicar la economía, sería bajar el IGV a 4% para los commodities, el maíz, trigo, aceite, de tal manera que los productos de la canasta básica alimenticia (pan, fideos, pollo,etc.) bajen en beneficio del consumidor, entre un 12% y 15%.
Esta posibilidad es similar al trato que reciben algunos productos agrícolas, que inclusive están exonerados del IGV.
Al aplicar esta reducción a los alimentos, el Gobierno directamente estaría contribuyendo en bajar los precios considerablemente y en paralelo, podría dosificar el regalo de los bonos y así compensar la disminución del IGV. Inclusive, este sistema resultaría más justo que el reparto de los bonos a solo una parte de la población, ya que al lograr bajar los precios, todas las familias del Perú gastarán menos en alimentarse.
En lo que respecta al gas, no quedó claro si se refería al Natural de Camisea o al GLP que ha subido enormemente al incrementarse el precio del petróleo, pero igualmente se lograría bajar su precio con la reducción del IGV. Respecto a los medicamentos, sería interesante que el Gobierno incentive la utilización de los genéricos, que tienen precios bajos.
Independientemente, esperemos cambio de ministros y el Congreso dé la confianza.
Finalmente, el control de precios genera baja producción, escasez, acaparamiento y mayores precios, pero de utilizar la alternativa de bajar el IGV a los commodities, entre otras posibilidades, se lograría bajar los precios a los alimentos básicos.