Desde la muerte de Mao y la caída del imperio soviético, y más allá de la captura de Venezuela por parte de Cuba, no se habían visto nuevos proyectos de control y dominación política de terceros países, hasta las recientes malhadadas aventuras de Putin en EEUU y Lula da Silva en Latinoamérica.
Ambos personajes han usado sus capacidades para influir indebidamente más allá de sus fronteras.
Putin, según las más recientes revelaciones, influyó de manera explícita en las elecciones de EEUU para favorecer a Trump, mediante ciber-ataques que debilitaron la candidatura de Hillary Clinton. Algo nunca visto, que ha generado críticas muy fuertes y a lo que no se ha sabido responder institucionalmente.
Por su lado, Lula, habría dirigido la instrumentación de un anillo de corrupción con Petrobras y las más afamadas compañías constructoras brasileñas, para sifonear recursos financieros a partidos y líderes políticos de izquierda en la región, así como para financiar movimientos y eventos como el Foro de Sao Paulo, que alteraron la agenda de desarrollo de Latinoamérica (como fue con el sabotaje de la Iniciativa de las Américas en 1992, que frenó la apertura comercial en el continente).
Fuente: brasilpost.com
En el caso de Lula se llegó al extremo de autorizar a sus embajadores en la región, para confirmar que la alianza del presidente de Brasil con las compañías constructoras brasileñas, era un política de Estado.
Fuente: elmundo.sv
El ilegal, corrupto y nada fraterno, intervencionismo de Lula en la política de la región se ha ido estableciendo país por país, habiéndose llegado a confirmar, el día de ayer (según la revista Veja de Brasil), que la empresa OAS habría financiado la campaña de Michelle Bachelet.
Fuente: La Tercera
Todo esto constituye un atentado de carácter imperialista de Brasil en la Región. Como dice Jaime de Althaus:
La cancillería peruana debería enviar una nota de protesta al Brasil exigiendo una reparación porque la penetración corruptora de las empresas brasileñas en nuestro país, profundamente dañina y desmoralizadora, no fue el producto de iniciativas propias y aisladas de cada empresa sino fue una política de Estado dirigida desde los más altos niveles del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).
Ver en Lampadia: Nota de protesta al Brasil
Se hace pues evidente que muchos eventos de la vida política peruana, como hasta tres procesos electorales, presidenciales, el 2006, 2011 y 2016, habrían estado manchados por la corrupción política del ‘padrino’ Lula y su PT.
Del mismo modo, incluyendo la participación del mismo ‘estratega’ marketero que apoyó a Ollanta Humala, la ex alcaldesa Susana Villarán, se habría beneficiado del apoyo de Lula para su elección y para evitar su revocatoria.
Es de suponerse además, que Verónika Mendoza y varios congresistas hayan recibido también, apoyo ‘petista’ (del PT).
Igualmente hay que señalar a los caseritos del ‘Foro de Sao Paulo’ y quién sabe cuantos desaguisados más.
A la fecha, todos los procesos de investigación sobre la corrupción promovida por Lula en el Perú parece dirigida mayormente a los temas vinculados a los proyectos de inversión y concesiones, al amparo de coimas.
Hasta ahora, no parece haber el propósito de develar la corrupción política y la penetración imperialista de Brasil en el Perú.
Instamos a las autoridades judiciales y a los medios de comunicación, a dedicar parte de sus esfuerzos a investigar la peor interferencia política extranjera de nuestra historia. Sin embargo, como esta viene del ‘padrino’ de las izquierdas latinoamericanas, será difícil movilizar voluntades, pues muchos medios, unos desde arriba y otros desde abajo, están comprometidos con un periodismo ultramontano que aún sigue detrás de las ‘ideas muertas’, que tanto daño han hecho en la región.
No dejemos de preguntarnos tampoco, si estos dineros cochinos han estado financiando a las ONGs anti inversión y anti minería, que en su momento han servido a agendas políticas de liderazgos locales y nacionales.
Ojalá nuestros lectores nos puedan aconsejar el tipo de compensación que nuestro país debe reclamar a Brasil. Estaremos atentos a las sugerencias. Lampadia