Desde la vigencia de la Constitución del 1993 se han sucedido tres elecciones nacionales impecables y avanzamos ala cuarta. Igualmente, desde el imperio de esta Carta,la pobreza se ha reducido del 60% a solo el 25% de la población. El mundo y los organismos internacionales celebran los logros de nuestro país e, inclusive, las Naciones Unidas proclama que somos campeones en cumplir anticipadamente los Objetivos del Milenio. Sin embargo, desde la vigencia de la Constitución del 93, las minorías políticas y sus detractores se han multiplicado buscando derogarla sin éxito. En la medida que el apoyo popular les es esquivo por los motivos ya debatidos, ahora, recurren al embuste: su nueva campaña se basa también en aprovechar la ira ciudadana contra los congresistas. ¡Cómo si resolver la crisis del Legislativo pasara por una nueva Constitución!
Alberto Borea y Javier Valle Riestra, los dos principales juristas que buscan derogar nuestra Constitución, o en nombre de ellos, se está impulsando la recolección de firmas a través de las redes sociales con el supuesto propósito de reformar el Poder Legislativo. Sin embargo, ellos deberían saber que el hecho de que el Congreso tenga menos del 10% de aprobación ciudadana, no se explica por preceptos constitucionales, sino por la crisis de los partidos políticos y la incapacidad de las leyes electorales de organizar un sistema de representación política eficiente. Cualquier estudiante de derecho sabe esta verdad de Perogrullo, pero como ambos están desesperados por la indiferencia de la gente ahora parecen recurrir a un embuste.
Por favor, ¿qué tienen que ver las siguientes demandas con la reforma de la Constitución? Veamos cuales son: el congresista será asalariado solamente durante el período que haya sido elegido y no tendrán jubilación de por vida; el congresista debe contribuir al sistema previsional como todos los peruanos; el congresista debe pagar su plan de jubilación como todos los peruanos, en vez de que todos los peruanoslo paguemos; el congresista dejará su actualseguro de salud y deberá participar del mismo sistema de salud que los demás ciudadanos. Como se dice, más claro no canta el gallo. En este caso, la manipulación está más clara que un mediodía de verano. ¿Cómo se atreven a tanto?
Como no pueden negar cómo así bajo el imperio de la Constitución del 93 se ha reducido tanto la pobreza y la desigualdad, como no pueden negar cómo avanzamos hacia el cuarto proceso electoral cancelando la inestabilidad política del siglo XX, como no pueden negar cómo conseguimos una continuidad democrática y económica que se expresa en una prosperidad generalizada, ahora, recurren a la manipulación del más viejo cuño. Pretenden hacernos creer que la reforma del sistema electoral o la reforma de un reglamento del Congreso o quizá una ley sobre el sistema remunerativo de los legisladores se consiguen a través de la derogatoria de la Carta del 93.
La desesperación frente a la indiferencia popular a su propuesta es tan evidente que a Borea y a Valle Riestra no les importa poner en riesgo su prestigio como juristas, echando mano de esta burda manipulación. En todo caso, en el campo político y jurídico vale ganar o perder, pero siempre en buena ley.