EDITORIAL DE LAMPADIA
El Perú tiene dos grandes retos, uno viene del pasado y el otro define nuestro presente y futuro:
- Superar las brechas sociales y económicas acumuladas por décadas de malas políticas públicas
- Afrontar los cambios de la cuarta revolución industrial sin dejar incapacitados a nuestros ciudadanos más pobres
Nuestro país es uno de los pocos en la tierra que tiene características extraordinarias, tales como:
- País Milenario
- Mega Diverso
- Pleno de Recursos Naturales
- Multicultural
- Geografía Extraordinaria
- Gastronomía Universal
- Gente Creativa, Trabajadora y Resiliente
Por todo ello, estábamos llamados a ser una de las naciones más exitosas del planeta. Pero, a pulso, hemos labrado nuestro atraso y pobreza relativa. Ésta solo se explica por la debilidad de nuestra clase dirigente, su falta de carácter cívico, que nos ha llevado, década tras década de nuestra vida republicana, a desaprovechar nuestras capacidades y oportunidades para ubicarnos en un lugar privilegiado en el concierto de las naciones y lograr el bienestar de todos nuestros hijos.
La coyuntura actual es única, nunca como ahora, hemos tenido que enfrentar dos agendas tan gruesas, la de un pasado que nos mantiene disminuidos y la de un presente y futuro que puede incapacitar estructuralmente a nuestros pobres.
El reto para superar el pasado
Del pasado arrastramos la pobreza que todavía no podemos superar. Esta se expresa en la falta de acceso y calidad a la educación y la salud, la falta de infraestructuras sociales y económicas y, en los niveles de pobreza, desigualdad, desnutrición y anemia infantil, que no se condicen con nuestro potencial productivo y económico.
El reto de afrontar la cuarta revolución industrial
Mirando hacia delante, tenemos que reconocer y considerar, que los grandes cambios (disruptivos) que se están produciendo en la humanidad, nos alcanzan, lamentablemente, con los pantalones abajo. Pues las brechas sociales y económicas del pasado no nos permiten tener la mejor base para enfrentar con éxito el futuro. No para los que están mejor, que pueden siempre insertarse en el mundo global, sino para nuestros pobres, que podrían quedar muy lejos de los estándares de vida de los pobladores menos ricos de los países más avanzados.
La necesidad de tener un gran gobierno los próximos cinco años
Por lo tanto, la combinación de estas dos realidades, los vacíos en los que estamos parados por nuestras debilidades del pasado y, el tremendo reto de tener que aprovechar las oportunidades del nuevo mundo y evitar la mayor parte de sus riesgos, configuran un espacio de dificultades extraordinarias para los próximos años. En el futuro enfrentaremos una aceleración exponencial de cambios de los que no podemos ser víctimas.
Para ello tenemos que buscar, como nunca antes lo hemos logrado, una gran convergencia nacional, el compromiso y unión de todos los peruanos para trabajar por el reto común de superar lo de atrás y triunfar en el futuro.
Del 5 de junio hacia el 2021
En las elecciones del 5 de junio próximo y lo que hagamos los siguientes días, meses y años, determinarán la suerte de todos los peruanos, especialmente la de los más pobres.
De el 5 de junio en adelante tenemos que ser más responsables, maduros, consecuentes, comprometidos, generosos y esforzados. Vayamos haciéndonos la idea.
¡Viva el Perú que podemos forjar!
Lampadia