Jaime de Althaus
Para Lampadia
Aprobado el séptimo retiro de las AFP, y casi destruido ya el sistema privado de pensiones, el Congreso se lanza ahora por una nueva presa: la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Aprobará su liberación total.
En este caso, sin embargo, felizmente el daño no es tan grande. En realidad, existiendo la indemnización por despido arbitrario, la CTS es casi redundante. Un costo no salarial innecesario y prescindible.
Entonces el Congreso podría aprovechar, a fin de agregarle un contenido de reforma a la medida de corte redistributivo que pretende tomar, no eliminar del todo la CTS, sino convertirla en lo que realmente debería ser: un seguro de desempleo.
Considerando que en nuestro país el tiempo promedio que se demora un trabajador en conseguir un nuevo empleo sería, según estimaciones, de 3 meses, el laboralista Germán Lora ha propuesto que el aporte del empleador para la formación de la CTS se limite a 6 meses del sueldo del trabajador. Es decir, depositar 6 sueldos en la cuenta del trabajador. Llegado a dicho tope, empleador no tendría obligación de seguir haciendo depósitos.
Pero, eso sí, dicha cuenta sería intangible. Solo podría ser abierta cuando trabajador esté desempleado.
Esta reforma tiene la ventaja de que elimina la redundancia con la indemnización por despido más allá de seis meses de sueldo, y por lo tanto, en ese medida, reduce los costos no salariales del trabajo. Es decir, favorece la formalización laboral. Y permite que a la larga ese monto que ya no se depositaría en la cuenta del CTS vaya directamente al bolsillo del trabajador. Pues, como sabemos, para la empresa ese monto forma parte del costo que representa contratar a un trabajador de manera formal.
Sin duda los trabajadores preferirían recibir ese mondo en líquido que acumularlo. Con esta reforma, entonces, todos se beneficiarían; empresas, trabajadores e informales que tendrían mayor posibilidad de acceder a un contrato de trabajo formal.
Eso sí, el Congreso ya no podría aprobar una nueva liberación. Ya no podría jugar al Papa Noel. Pero le está aumentando el salario en términos reales al trabajador. Anímese señor Congreso. Lampadia