Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Quienes no votamos por la señora Boluarte, pero aceptamos su sucesión presidencial, le venimos pidiendo hace dos meses que gobierne, que lo haga ya. (Ver en Lampadia: Cuídese Dina. 13.01.23 y Gobierne ¡Ya! 3.2.23).
Sin embargo, gobernar no es gastar ¡señora Boluarte!
Gobernar no es llenar las hojas del diario oficial con transferencias presupuestarias para más gastos públicos. Gobernar no es pedir facultades legislativas para propósitos tan elementalmente burocráticos como los que ha solicitado. Gobernar no es dar bonos, bonos y más bonos. Gobernar no es pagar a los ciudadanos para que estén contentos y yo pueda subir en las encuestas. Mucho menos es gobernar pagar a quienes se oponen a mi gobierno, en la cándida idea de que con ello me van a apoyar.
En América Latina, el militar argentino Juan Domingo Perón inventó la idea de que gobernar era dar, regalar, gastar y pagar al ciudadano para que esté de mi lado. Logró que millones de argentinos estén de su lado, pero convirtió un país del primer mundo en un país de tercera, como éramos el resto de los latinoamericanos.
Fidel también dio a manos llenas, repartió lo que no era suyo, gasto hasta que la realidad le obligó a dar hambre, frustración y desesperanza a millones de cubanos.
Chavez hizo lo mismo, convirtió los dólares del petróleo caribeño en misiones, subsidios, coimas y planes sociales. Cuando se acabó, 5 millones de sus ciudadanos salieron por toda América Latina en la mayor crisis de refugiados de nuestra historia.
Evo Morales dio, regaló, subsidio y gasto tanto, que logró torcer la mente de muchos de nuestros compatriotas puneños a quienes les obsequió el gas. Hoy, que se queda sin reservas, incendia el altiplano para disimular el desastre.
Gobernar no es gastar señora Boluarte. Gastar para gobernar es un acto político de dudosa rentabilidad a corto plazo, pero no es un acto de gobierno.
Gobernar es administrar, gerenciar, solucionar problemas, tomar decisiones, crear confianza para la inversión y el trabajo, mantener el orden, hacer respetar la ley, agilizar la actuación del Estado, reformar las instituciones corruptas o ineficientes.
Se equivoca usted si cree que gastando gobierna, como seguramente le aconsejan los funcionarios que usted ha heredado del humalismo. Se equivoca. Salvo que quiera ocupar un lugar en la historia junto a Chavez, Perón, Maduro o Morales, ese no es el camino. Lampadia
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