(Asociación de Naciones del Sudeste Asiático)
Por Kishore Mahbubani (decano de la Escuela Lee Kuan Yew de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Singapur, y autor de “La Gran Convergencia: Asia, Occidente, y la lógica de un mundo”) y Rhoda Severino (asistente de investigación en la misma escuela).
The Nation, Singapur, 11 y 12 de Julio del 2014
Traducido, editado y adaptado por Lampadia
ASEAN es un excelente ejemplo de integración regional (la más importante después de la europea). Este proceso fue concebido y desarrollado lejos de una contaminación ideológica. Sus realizaciones son espectaculares y desconocidas en el Perú. Por lo cual estamos presentando la reciente disertación académica de Kishore Mahbubani y su asistente de la Universidad Nacional de Singapur, sobre la realidad y retos del ASEAN. Mahbubani estuvo en el Perú en el 2010 para dar una conferencia magistral. Ver en Lampadia la Conferencia Magistral de Kishore Mahbubani: “Asia y Occidente: Balance de Poder”.
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha elevado drásticamente los niveles de vida de las más de 600 millones de personas que residen dentro de sus 10 países miembros y ha traído una gran cantidad de beneficios indirectos a millones de otras personas en estados vecinos. En occidente, pocos han oído hablar de la ASEAN, este artículo pretende dar a conocer tres de los sus logros e identificar los tres riesgos principales que pueden marcar su futuro éxito.
ASEAN se formó en 1967, durante el apogeo de la Guerra Fría entre: Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia. Thanat Khoman, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Tailandia, uno de sus fundadores, enumera cuatro motivaciones principales detrás de su creación.
La primera, fue para prevenir que poderes externos exploten el vacío de poder dejado tras la rápida descolonización de la región.
En segundo lugar, vieron una oportunidad para fomentar la cooperación entre países con intereses comunes en la misma región geográfica.
En tercer lugar, estaban convencidos de que los países del sudeste de Asia tendrían una voz más fuerte para hacer frente a las grandes potencias, si podían hablar entre sí.
En cuarto lugar, creían que “la cooperación y la integración definitiva servían a los intereses comunes – Algo que esfuerzos individuales no pueden lograr.”
Las tres mayores contribuciones de la ASEAN son la paz, la prosperidad y la estabilidad geopolítica del Sudeste asiático. Cada logro es notable, en conjunto, son asombrosos.
ASEAN cubre una superficie de 4.46 millones de km2, menos de la mitad de los EEUU, sus miembros abarcan un caleidoscopio de lenguas, religiones y tradiciones. Incluye 240 millones de musulmanes, 125 millones de cristianos, 150 millones de budistas, 7 millones de hindúes, y 50 millones de seguidores de otras religiones. Los sistemas políticos también abarcan un amplio espectro, desde democracias competitivas a estados de un solo partido y monarquías. Las culturas de la región son aún más diversas.
Su primera gran contribución fue la paz. El brote de la paz se expresó en al menos tres aspectos importantes:
– Primero, se cultiva una cultura de “musyawarah y mufakat” (“consulta y consenso” en indonesio). El académico Amitav Acharya asocia las formas de ASEAN con “un alto grado de discreción, informalidad, pragmatismo, conveniencia, creación de consenso, y estilos de negociación sin confrontaciones, que a menudo se contrasta con la postura de confrontación y los procedimientos de toma de decisiones legalistas en las negociaciones multilaterales occidentales”.
– Segundo, ASEAN organiza más de 1,000 reuniones al año que tocan prácticamente todos los temas, resultando en el desarrollo de miles de redes formales invisibles en la región.
– Tercero, se adoptó una política de no intervención. Que reforzó la paz.
La segunda mayor contribución: la reducción de la pobreza y la prosperidad, facilitada por el camino que allanó la paz. En cinco décadas Singapur y toda la región del sudeste asiático, han experimentado un crecimiento económico extraordinario. Del 2001 al 2013, el PBI de la ASEAN se triplicó.
El crecimiento y la expansión del comercio han traído beneficios tangibles. Durante los últimos 10 años, los niveles de pobreza en toda la región se han desplomado.
La tercera gran contribución, la colaboración geopolítica entre las principales potencias – no sólo en el sudeste de Asia, sino en toda la región Asia-Pacífico. Asia oriental ha experimentado grandes cambios de poder en el siglo XXI. Los Estados Unidos y China han pasado de una estrecha colaboración a un nuevo patrón de competencia con colaboración. La relación entre China y Japón ha sido tempestuosa.
Cada año el Foro Regional de la ASEAN (ARF) acoge a 27 países para discutir los problemas de seguridad en la región. Este foro institucionaliza las interacciones entre ellos, incluso durante los períodos de tensión diplomática.
En vista de estas contribuciones monumentales – la paz, la prosperidad y de colaboración geopolítica – pensamos que ASEAN debe ser considerada para el premio Nobel de la Paz. Muchas otras regiones podrían beneficiarse de estudiar en profundidad el desarrollo de la ASEAN.
A pesar de sus muchos logros, la ASEAN debe seguir adelante. Hay que adaptarse a nuevos retos y riesgos, y aprovechar las oportunidades. Vemos por lo menos tres posibles amenazas que pueden evitar la continuación de su éxito.
El primer riesgo es geopolítico. La competencia entre la mayor potencia del mundo, los Estados Unidos, y la potencia emergente más importante del mundo, China, plantea una nueva amenaza para la estabilidad de toda Asia.
Durante varias décadas, la ASEAN se ha beneficiado de la competencia geopolítica. En el 2000, los líderes de China sorprendieron a sus contrapartes en el sudeste de Asia al proponer- y lograr rápidamente- un acuerdo de libre comercio (TLC) con la ASEAN. Esto impulsó a Tokio a tomar acción. India, Corea, Australia y Nueva Zelanda siguieron rápidamente su ejemplo. Pero después se cayó en la complacencia, y con frecuencia se da por sentado que la competencia geopolítica traerá más recompensas que riesgos.
El segundo riesgo es que podría quedarse atrás en la competencia por la inversión extranjera directa (IED) entre los mercados emergentes de Asia. En los años 70 y 80, cuando China recién abría su economía e India se mantenía cerrada, la ASEAN no tuvo dificultades para atraer IED. Pero eso ya no es así.
En respuesta a esta nueva competencia de China e India, la ASEAN lanzó dos importantes proyectos: la Comunidad Económica de la ASEAN (AEC) y el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional, ambos programados a completarse en el 2015. Los políticos de la ASEAN deben entender que si hacen caso omiso de esa realidad, la AEC será percibida como un fracaso por los potenciales inversores.
El tercer riesgo es que la ASEAN ha sido fundamentalmente un proyecto de arriba a abajo, impulsado por sus líderes. Como los países de la ASEAN se han ido convirtiendo progresivamente en más democráticos y más responsables ante sus poblaciones, la era de los líderes fuertes está llegado a su fin. Hasta el momento, el apoyo de sus sociedades ha sido bastante razonable, en el futuro, la participación de la gente será un factor crítico.
En resumen, a pesar de que la ASEAN ha demostrado ser el segundo mayor éxito de integración regional en el mundo después de la Unión Europea, todavía tiene mucho trabajo que hacer para consolidar sus éxitos y hacer frente a nuevos retos.