Según el último Reporte de Inflación del Banco Central de Reserva (BCR), la estimación de crecimiento económico para este año se mantiene en 4%. Este pronóstico está siendo impulsado principalmente por la entrada en operación de los últimos proyectos mineros que evitaron su paralización por los conflictos creados por los anti mineros. Según el informe, el crecimiento del PBI “se debe principalmente por los sectores primarios, los cuales se expandirán en 7 por ciento”. Además, para los años 2017 y 2018, se proyecta un crecimiento del PBI de 4.6% y 4.2%, respectivamente.
Evidentemente, estamos mucho mejor que los demás países de la región (mal de muchos consuelo de tontos), seguidos por Bolivia con 3.6% y Paraguay con 3.3%. Por su lado, Chile (inmerso en su regresión socialista bacheletiana) tendría un crecimiento de tan solo 1.8%. La misma tendencia se vería en la proyección de crecimiento en 2017, con el Perú liderando en la región con 4.6%.
Es fundamental resaltar que la aceleración del crecimiento del PBI en el primer trimestre 2016 de 4.4%, respondió principalmente al desempeño de los sectores primarios, los cuales se expandieron en 10% y en donde destaca la minería metálica con un 25% de crecimiento, la cual contribuyó con 2 puntos porcentuales al crecimiento del PBI global. Esto demuestra lo que hemos venido repitiendo sin cansancio en Lampadia: el principal motor del crecimiento de la economía peruana es la inversión privada, especialmente en minería. El Perú es un reconocido productor mundial de cobre, oro, plata y zinc. La minería genera normalmente el 60% de los ingresos por exportación, con solo el 7% del PBI, tiene un alto valor agregado y genera encadenamientos productivos muy importantes con otros sectores de la economía.
Según un reciente informe del INEI, “el comportamiento ascendente de la minería metálica está asociado a la entrada en producción del íntegro de la capacidad operativa de la planta concentradora de Cerro Verde, la consolidación de las operaciones de Hudbay Perú (Constancia), el megaproyecto cuprífero Las Bambas de Minera Las Bambas, el proyecto Inmaculada de oro y plata de la Compañía Minera Ares y el proyecto aurífero Shahuindo; a los que se suman los mayores volúmenes reportados por Antamina, Antapaccay, Buenaventura, Casapalca y Volcan, entre las de mayor influencia, además de la producción estimada de los productores artesanales informales de oro en las regiones de Madre de Dios, Puno, Arequipa y Piura.”
Sin embargo, durante el último trimestre, este dinamismo fue atenuado por la caída de hidrocarburos (-18.5 %) y de la manufactura no primaria (-4.0 %). Esta baja en hidrocarburos se debe principalmente a la menor producción de petróleo por la ruptura del Oleoducto Norperuano. Ya han pasado cuatro meses desde que se suspendió el servicio de transporte de petróleo del Oleoducto Norperuano, debido a las reparaciones ordenadas por Osinergmin para evitar que se repita el desastre ecológico de febrero pasado, cuando múltiples rupturas causaron el derrame de 3,000 barriles de crudo en la región amazónica, contaminando dos ríos utilizados por pueblos nativos como fuente de agua. Ver en Lampadia: Se le acabó la ‘Tina’ a Petroperú y La ‘Tina’ de Petroperú sigue rota, donde denunciamos que la paralización del oleoducto tendría para rato pues éste ya ha cumplido con creces su ciclo de vida.
Pero, a pesar de la importancia de la inversión privada (mayormente ligada a la minería) para nuestro crecimiento, ésta recién podría empezar a crecer a partir del próximo año. El informe estima que en el 2016 caerá 1%, una disminución con respecto a las proyecciones de marzo cuando el propio Banco Central consideraba un crecimiento de cero.
Esta caída se debe a que en los últimos años se han fomentado una serie de mitos anti mineros (que contamina, que se gasta el agua, que exporta piedras, que no se puede hacer minería en las cabeceras de cuenca, etc.). Además, de facto y paulatinamente, se instaló un ambiente anti inversión privada mediante todo tipo de trabas burocráticas, permisos ambientales y culturales, que además del empoderamiento de las autoridades regionales y municipales con capacidades discrecionales absolutas (con el dinero del canon en sus manos, pensaron que no necesitaban al sector privado y actuaron como si los ciudadanos individuales y las empresas fueran sus enemigos). Así fue como se paralizó la inversión minera y sus efectos multiplicadores, lo que a su vez terminó desacelerando la economía en su conjunto. Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro.
Según el BCR, “la inversión privada disminuiría moderadamente en 2016 en un contexto de un ciclo contractivo mundial de inversión minera por menores precios de las materias primas, atenuado por mayores inversiones en proyectos de infraestructura”. Para el periodo 2017-2018 se espera que la inversión se recupere con tasas de crecimiento de 4.0% y 4.2%, respectivamente (con el impulso de proyectos de infraestructura).
Por otro lado, el BCR elevó su proyección de crecimiento de la inversión pública para este 2016 de 7.4% a 10.3%. Durante los primeros cinco meses del año la inversión pública ha tenido un mayor dinamismo por una recuperación de los gobiernos regionales. La inversión pública es otro factor que fomenta un mayor dinamismo de la demanda interna, debido a la ejecución de proyectos de infraestructura.
Según el BCR, las exportaciones crecieron 7.8 % en el primer trimestre y estima que tendrían un crecimiento de 6.4% para el 2016, mientras que las importaciones se incrementarían en 0.3%. Las mayores exportaciones serían tradicionales, principalmente mineras, las cuales compensarían unas menores exportaciones no tradicionales, principalmente por menores ventas al exterior de productos pesqueros por problemas de oferta.
En el caso de la agroexportaciones, según el BCR, se han diseñado grandes proyectos de irrigación que fomentarán un mayor crecimiento de la industria. Según cálculos de ProInversión, gracias a estos grandes proyectos se duplicarán las hectáreas dedicadas a la agroexportación, lo que generaría un aumento de exportaciones de US$ 3,190 millones al año, orientadas principalmente al mercado externo.
El Perú cuenta con un gran potencial de crecimiento en distintos sectores productivos. En el minero tenemos el potencial de multiplicarnos por 5; igual o más en energía; en forestería, podemos multiplicarnos por 30; podemos desarrollar acuicultura en nuestros ríos, cochas y mares; etc. El Perú es infinito en comparación al tamaño de nuestra población. Solo necesitamos un gobierno que entienda esa realidad, nos libere de las abusivas manos de la burocracia y permita que nuestra capacidad creativa se encargue del resto. Ya es hora de poner en valor nuestros recursos y actuar en pro de un desarrollo integral, duradero y sostenible. ¡No hay disculpas que valgan! Lampadia