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Aprender en cabeza ajena

Aprender en cabeza ajena

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

He tenido la oportunidad de releer el libro “Why Australia prospered” (Por qué prosperó Australia), escrito por Ian W. McLean. En términos generales describe la historia política y económica de Australia, sus valores, instituciones y circunstancias que hicieron de este un país próspero, a pesar de los eventos negativos que tuvo que enfrentar desde el año 1820 hasta nuestros días. Lo más interesante es que el autor compara Australia con la evolución del propio Reino Unido (UK), Canadá, Estados Unidos (USA) y Argentina. No obstante, este libro y sus comparaciones que muestran por qué algunos países son ricos y otros pobres, me ha hecho pensar en el Perú y se puede observar cómo nuestro acercamiento (o alejamiento), a los criterios, principios, valores e institucionalidad de alguno de estos países, se reflejó inmediatamente en la economía de nuestro país.

Un hecho por muchos conocido es que, los primeros migrantes a Australia fueron; convictos, emancipados e inmigrantes libres del Reino Unido a un territorio inmenso. Gente joven, educada, mayoritariamente hombres, quienes se vieron obligados a trabajar muy fuerte para instalarse y producir, que adoptaron (y adaptaron) la institucionalidad británica. 

Resulta muy interesante que, contrario a lo pregonado por muchos “pensadores económicos”, la economía de Australia se sustenta mucho en sus recursos naturales y dos siglos después, su economía sigue dependiendo de estos recursos. Igualmente interesante es la flexibilidad para adaptar la institucionalidad británica a sus circunstancias y poder así promover su prosperidad, accediendo al mercado de capitales y tomando ventaja de su mercado. Inicialmente, el trabajo en grandes extensiones de terreno los llevó a tener un desarrollo muy importante en la producción lanar, con ello para 1850 alcanzaron un ingreso per cápita 20% menor al de UK y los Países Bajos, pero 9% superior al de USA. 

Para 1851 se dio en Australia un gran impulso a la minería de oro, con eso su ingreso per cápita sobrepasó al de UK en 1860 y para 1880 lo superó en 20%, manteniendo una superioridad del orden del 10% aún en 1890. Debo hacer notar que el ingreso per cápita australiano se amplió de 25% a 30% por encima del ingreso per cápita de USA entre 1860 y 1890. En el tiempo USA creció más y ya para el año 2000, el ingreso per cápita de Australia alcanzó al 76% del de USA, pero fue similar al de Canadá. Un caso patético es el argentino, quien siendo uno de los países más ricos del mundo hacia 1913, su ingreso per cápita pasó de ser en ese entonces el 73% del de USA, a sólo el 30% de este para el año 2000. Lo interesante es que estas mediciones en términos de ingreso per cápita, se corroboran con los reportes comparables de “Índice de desarrollo humano”.

He escogido este tema porque hay una desafortunada tendencia a confundir desarrollo industrial con modernidad y crecimiento económico. Debemos insistir que, la industrialización de los países no debe confundirse con crecimiento o prosperidad. Definitivamente Australia no lideró el desarrollo científico y tecnológico, pero destacó como eficiente productor de recursos naturales. McLean clasifica los países que se especializaron y crecieron a base de

  • manufactura como UK y Japón,
  • los que lideraron en la producción de recursos naturales, como Australia y Noruega y
  • aquellos que sobresalieron en el sector servicios como los Países Bajos y Singapur.

Se puede decir que Australia es un país afortunado por su clima favorable, su aislamiento respecto a conflictos en el mundo, su estabilidad política y sin divisiones sociales. Todo esto le ha permitido aprovechar condiciones favorables para la expansión de su producción lanar, pasando de 70,000 cabezas de ganado en 1816 a 16 millones de cabezas en 1850, con lo que pasó de abastecer sólo el 8% de la lana al UK, lejos de Alemania que proveía el 71% en 1831, a desplazarla en 1850 quien retrocedió al13% permitiendo a Australia abastecer el 53% de la lana. 

Como mencionamos, para 1851 hubo un boom de oro y, además, para 1870 South Australia fue el mayor productor de cobre del Imperio Británico, debiendo mencionar que la tradición cuprífera de Australia venía de antes del boom de oro de 1851.

En términos generales, no fue sólo gente joven, sinceramente esforzada a la búsqueda de oportunidades y con muchas ganas de trabajar en un país “afortunado”. Las estadísticas reportan que en 1861 la productividad australiana en el agro era 76% superior a la del agricultor británico, pero que tres décadas después, en 1891, fue 252% superior a la del productor británico. Esto se confirma también en aproximadamente los mismos niveles cuando se compara la productividad del agricultor australiano, con la del canadiense y del norteamericano.

Ciertamente, la historia del crecimiento australiano descansa mucho en la abundancia de recursos naturales, tierra fértil y minerales, que han sido explotados en la medida que se fueron descubriendo. Dicho esto, hay que resaltar que fueron de los primeros beneficiarios de la globalización al ser capaces de poner en valor sus recursos minerales y otros, con gran eficiencia y en base al aprovechamiento de una adecuada institucionalidad, diseñada con miras a la prosperidad, el mayor desarrollo humano y crecimiento económico.

Cuando vemos el lado financiero, Australia pasó de muy bajos niveles de deuda externa como porcentaje del PBI hasta antes de 1861, a más del 100% del PBI durante el boom, pero con la depresión de 1890 ésta llegó al 150% del PBI. La deuda pública aquí incluida, pasó de 3% del PBI en 1855 a 123% del mismo en 1895.

Australia no fue ajeno a las crisis económicas, lo que se puede apreciar en una caída dramática del número de ovejas entre 1892 y 1903, cuando cayó de 106 millones a 54 millones, no obstante compensó en parte la producción del menor número de ovejas, con mayor productividad y mejoras genéticas.

Retomando las comparaciones, esta vez con Argentina, observamos que antes de 1890 esta disfrutó de un boom en base a comercio e inversión ligada a UK, la expansión rural en las pampas y mucha construcción urbana para acoger a una importante migración concentrada en Buenos Aires. El boom en Argentina y Australia fue comparable y el origen de la crisis financiera de 1890 impactó a ambos, pero con diferentes reacciones.

Mientras Argentina (ojo, tome nota el lector, ya en 1890), negoció la refinanciación de su deuda, reprogramando los vencimientos, obligando a bajar los intereses cobrados y prolongando los plazos de pago (una maniobra estándar para un país impactado por una crisis severa de deuda), lo que trajo desde ese entonces un impacto en la reputación de Argentina, creando una historia de “debt default” que aumentó su riesgo soberano, impactando negativamente futuras oportunidades de endeudamiento. Ciertamente, esto no estaba dentro de los esquemas posibles en Australia, quien se impuso un programa de ajuste económico, tomó un nuevo crédito y honró sus compromisos.

Leía el informe de Reuters respecto a la renegociación de la deuda argentina de hoy (ya llevan 4 meses en eso) y lamentablemente la misma actitud y mala práctica de hace 130 años se sigue aplicando. Es que los países, así como las personas, si no reconocen sus compromisos y obligaciones, no valen nada.

La otra herramienta argentina fue la creación de dos monedas, el “peso oro” y el “peso papel”.  Sólo el primero era convertible y el segundo no, generándose para esta moneda una devaluación de 50% respecto al “peso oro”. Esto encarecía las importaciones y creaba espacio para producir localmente en Argentina productos que, por calidad, eficiencia, costo y productividad jamás hubieran podido producir.

¿Todo esto no nos recuerda al primer gobierno aprista? ¿Al dólar MUC? ¿La refinanciación forzada de deuda? Gracias a Dios desde 1990 el Perú adoptó medidas duras (que correspondían al daño profundo infligido a nuestra economía y reputación) y estableció un manejo macroeconómico que, felizmente se viene respetando durante 30 años. Esto, a diferencia de otros países, nos permite salir al mercado a levantar deuda en este mes de abril y en medio de la crisis global COVID-19, siendo bien acogidos (demandaron esta vez más de 8 veces lo requerido), a plazos largos y tasas bajas correspondientes al “grado inversión” de nuestra deuda y a nuestra buena imagen de país responsable, cumplidor y serio. 

El Perú tiene muchas de las características de Australia, empezando por su potencial geológico y su gente trabajadora y esforzada, por lo que su ejemplo nos debe inspirar. Por otro lado, ya en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, cometimos las torpezas de Argentina (con asesor económico argentino incluido, Daniel Carbonetto para los que no lo recuerden), no volvamos a cometer ese terrible error que nos costó muy caro, pero sigamos observando atentos los manejos buenos y malos de otros países, para aprender en cabeza ajena. Lampadia




La FED reacciona contra la contracción del mercado

La FED reacciona contra la contracción del mercado

Ante la caída de las bolsas de valores, la FED, en una reacción muy rápida, el domingo pasado, bajó su tasa de interés en un punto, llevándola prácticamente a cero.

Pero las bolsas siguieron bajando, como puede verse en el siguiente gráfico.

Felizmente, la crisis del 2008 nos enseñó a reaccionar con rapidez, no solo hay que proteger al mundo del Coronavirus, también hay que proteger la economía.

La Reserva Federal actúa nuevamente mientras continúa la agitación del mercado

Otros bancos centrales dan seguimiento a medidas de emergencia

The Economist
16 de marzo de 2020
Traducido y glosado por Lampadia

Los bancos centrales no son conocidos por su espontaneidad. No rompen sus calendarios a la ligera. Y cuando lo hacen, generalmente no es una buena señal. El Banco de Japón y la Reserva Federal de Estados Unidos tenían programado celebrar reuniones de política a fines de esta semana. Pero ninguno de los dos sintió que podían esperar tanto.

El 15 de marzo, un domingo, la FED redujo su tasa de interés de referencia en un punto porcentual completo, reduciéndola al rango de 0-0.25%, lo más bajo posible. Fue el segundo corte de emergencia del banco central fuera de una reunión programada en menos de quince días. La FED también hizo que sea más barato y más conveniente para los bancos pedir prestado directamente de su ventana de “descuento” (una opción que los bancos han evitado tradicionalmente porque los hace parecer desesperados). Y para aliviar la escasez de dólares evidente en el mercado de intercambio de divisas, redujo el costo de las líneas de intercambio que ha extendido a los bancos centrales de la zona del euro, Japón, Gran Bretaña, Canadá y Suiza.

Si eso fuera todo lo que tenía que hacer, probablemente podría haber esperado hasta su reunión ordinaria del 17 y 18 de marzo. Pero también enfrentó un problema más urgente en dos de los mercados financieros más importantes del mundo: los de los valores respaldados por hipotecas y los bonos del Tesoro estadounidense. En tiempos de crisis, como las recesiones, las guerras o la pandemia del covid-19 de hoy, los inversores acuden a los bonos del Tesoro estadounidense como refugio seguro, elevando sus precios y sus rendimientos. Pero en ocasiones la semana pasada, el precio de los bonos del Tesoro había caído junto con los de los activos de riesgo, como las acciones (que volvieron a caer en Asia y en las primeras operaciones europeas el 16 de marzo). Y surgieron brechas inusuales entre los precios de los valores estrechamente igualados, como los bonos del Tesoro de vencimientos similares. Los rendimientos se habían vuelto “ondulados”, como lo describió Darrell Duffie de la Universidad de Stanford al Financial Times.

Limitar esos movimientos suele ser el trabajo de los fondos de cobertura y otras instituciones financieras que compran el instrumento más barato y venden a su primo más caro. Pero este tipo de arbitraje pareció colapsar la semana pasada cuando las instituciones financieras se retiraron del mercado y se aferraron al efectivo. En respuesta, la FED primero intentó facilitar que estas instituciones se financiaran a sí mismas. Luego comenzó a comprar más bonos del Tesoro, acelerando un cronograma de compras previamente planificado. El fin de semana, dijo que compraría en una escala mucho mayor, comprando al menos $ 500 mil millones en bonos del Tesoro y $ 200 mil millones en valores respaldados por hipotecas, al ritmo que sea necesario para suavizar el mercado.

A Jerome Powell, presidente de la FED, se le preguntó de inmediato si esta compra equivalía a una “flexibilización cuantitativa”, el término aplicado a las rondas anteriores de compra de activos de la FED durante la Gran Recesión. Pero, aunque las compras se ven, nadan y graznan como QE, tienen un propósito diferente: estabilización cuantitativa, no flexibilización. QE, que es una forma de aflojar la política monetaria cuando las tasas de interés ya son tan bajas como puede ser, puede ser necesario incluso cuando los mercados funcionan sin problemas. Por el contrario, a veces es necesario estabilizar los mercados, incluso cuando las tasas son superiores a cero. (De hecho, un miembro de la junta de formulación de políticas de la FED, Loretta Mester, estaba a favor de las compras de activos, pero en contra de reducir las tasas de interés en un punto porcentual completo). En pocas palabras: si estas compras fueran simplemente otra ronda de QE, la FED no lo haría. han necesitado una reunión de fin de semana no programada para anunciarlos.

¿Serán necesarias más medidas? Ciertamente, estos no lograron restaurar la calma inmediata en los mercados. Tras caídas en las bolsas de valores de Asia y Europa el 16 de marzo, el Dow Jones Industrial Average cayó un asombroso 13% y el índice S&P 500 en un 12%. Después de todo, el propio Powell había señalado que la economía probablemente se contraería en el segundo trimestre, a medida que las empresas y las personas se agachan para evitar la infección. El crecimiento podría ser tan bajo como -5%, a un ritmo anual, según Goldman Sachs. Los esfuerzos para frenar la propagación del virus también inevitablemente desaceleran la economía. En China, que ha ido más lejos que la mayoría de los países para contener la pandemia, la producción industrial se redujo en un 13,5% en enero y febrero, en comparación con el año anterior.

No obstante, Powell no cree que las tasas de interés negativas sean “apropiadas”. La FED tampoco busca permiso legal para comprar una gama más amplia de activos, más allá de los valores seguros respaldados por el gobierno que ahora puede comprar.

El Banco de Japón no puede darse el lujo de ser tan particular. Introdujo tasas de interés negativas hace más de cuatro años y ha estado comprando acciones, a través de fondos cotizados en bolsa (ETF), por más tiempo. Aunque Japón ha tenido más éxito que Europa o América en desacelerar la propagación del virus covid-19, su economía ya se estaba reduciendo antes de que surgiera la epidemia. El 16 de marzo, su banco central dijo que compraría bonos corporativos (y papeles comerciales) por valor de 2 billones de yenes ($ 19 mil millones) para septiembre y duplicaría sus compras de ETF de 6 billones a 12 billones de yenes al año. Pero como señala Marcel Thieliant de Capital Economics, una consultora, el banco central ya había comenzado a comprar ETF a un ritmo vertiginoso durante la semana anterior y eso no impidió la caída del mercado de valores de Japón.

Otros bancos centrales han seguido el ejemplo de la FED: el Banco de Corea y el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda también redujeron las tasas el 16 de marzo. Los bancos centrales, como señaló el domingo Powell de la Reserva Federal, pueden aliviar los costos de los préstamos y mejorar la liquidez. Pero no pueden proporcionar ayuda más directa a los hogares y las pequeñas empresas que sufren durante el brote. Tanto en Estados Unidos como en Japón, los bancos centrales ahora esperan una respuesta fiscal más concertada a la crisis del covid-19. “Creemos que la respuesta fiscal es crítica”, dijo Powell, “estamos felices de ver que se están considerando medidas [fiscales] y esperamos que sean efectivas”.

Una de las reuniones más famosas en la historia de la FED se celebró en un hermoso fin de semana de octubre de 1979. Conocido como el “especial de la noche del sábado”, anunció una campaña brutalmente efectiva contra la inflación. El virus covid-19 no es un dragón que los bancos centrales puedan matar. Pero Powell esperará que su especial del domingo por la noche sea igualmente efectivo para calmar los inquietantes efectos colaterales financieros de la pandemia. Lampadia




El oro virtual

El oro virtual

La rampante hiperinflación que enfrenta la economía venezolana ha provocado la generación de mercados de monedas virtuales que han servido de escape a los agentes económicos que han visto sus salarios reales desplomarse con el paso de los meses.

Un reciente artículo que publicó The Economist, y que compartimos líneas abajo, da cuenta del éxito de la denominada “agricultura del oro virtual” en Venezuela. Siguiendo la lógica del minado de las bitcoins (ver  Lampadia: Una mirada a los bitcoins) pero con la innovadora característica de ser tranzado en los videojuegos de estrategia online, el oro virtual se ha terminado de cimentar entre aquellos gameplayers que buscan hacer dinero fuera de un mundo real en el que las leyes de la oferta y la demanda apenas se vislumbran como vestigios de antaño.

Este hecho – que parece hasta paradójico por las limitaciones en cuanto al tiempo que sería necesario aprender las maniobras y tácticas de los videojuegos de estrategia que usan oro virtual – ha podido generar tales ganancias mensuales a los venezolanos, que inclusive han más que quintuplicado el salario mínimo impuesto desde el Estado.

Ello no hace más que confirmar la naturaleza libertaria del ser humano que, ante la coacción estatal para realizar transacciones voluntarias en diversos contextos, siempre termina aflorando ya sea en mercados negros o inclusive virtuales.

Mientras que no se frene la desenfrenada emisión monetaria, utilizada para financiar el exorbitante déficit fiscal que exhibe el fisco; y no se levanten los controles de precio en Venezuela, como agrega finalmente The Economist, “muchos venezolanos trabajarán en el mundo de la fantasía.”  Lampadia

Economía de la fantasía
El papel moneda de Venezuela no tiene valor, por lo que su gente busca oro virtual

La ley de la oferta y la demanda se ignora en Venezuela, pero no en línea

The Economist
23 de noviembre, 2019
Traducida y comentada por Lampadia

La corrupción, la incompetencia y las sanciones han devastado la industria petrolera de Venezuela, la principal fuente de divisas del país. Pero la crisis económica de Venezuela ha alentado el crecimiento de otro: la “agricultura” de oro virtual en los mundos artificiales creados por los videojuegos. Los venezolanos pasan horas jugando juegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPGS) para extraer monedas de oro (la moneda en RuneScape) o las de cristal (Tibia). Los venden por dinero real, a través de sitios web intermediarios, a otros jugadores, que los gastan en objetos de valor virtuales como armas, armaduras y pociones mágicas.

Los venezolanos que juegan RuneScape pueden ganar entre 500,000 y 2 millones de piezas de oro por hora asesinando en masa dragones y produciendo runas en masa. Al tipo de cambio actual, 1 millón de monedas valen unos 50 centavos. Un productor de oro puede ganar US$ 40 al mes, una suma ordenada en un país donde el salario mínimo vale US$ 7.50 al mes. Algunos agricultores intercambian las monedas por Bitcoin, que, aunque es más volátil que la mayoría de las monedas convencionales, es más estable que el bolívar de Venezuela. (La extracción de oro real, en parte ilegal, es otra fuente de ingresos para los venezolanos desesperados).

El “comercio del mundo real” no es nuevo. Comenzó en las salas de juego llenas de humo de Corea del Sur a fines de la década de 1990. En China, a mediados de la década de 2000, tal vez 50,000 “granjas de oro” cosecharon oro virtual durante todo el día. Los agricultores colectivamente ganaron cientos de millones de dólares no gravados.

Los desarrolladores de juegos se resistieron. Los productores de oro no están realmente jugando el juego, sostienen. Algunos piratean las cuentas de otras personas y roban su oro virtual. El exceso de cultivo de oro puede causar inflación en el juego, aunque menos del 200,000% que el FMI pronostica para Venezuela este año. Algunos proveedores de juegos gratuitos venden oro virtual ellos mismos, y no les gusta la competencia de los productores de oro sin licencia.

Después de su apogeo en la década de 2000, la producción de oro disminuyó. Los MMORPGS se volvieron menos populares. Los desarrolladores de juegos reforzaron sus equipos de cumplimiento. EBay, donde los jugadores subastaron bienes virtuales, prohibió la producción de oro, al igual que Corea del Sur. Últimamente, sin embargo, los MMORPGS han tenido un regreso alimentado por la nostalgia, y los productores de oro en la Venezuela golpeada por la crisis se han beneficiado rápidamente.

Su asiduidad irrita a otros jugadores. Ha degradado el poder adquisitivo de las monedas de oro en Grand Exchange, un mercado de RuneScape donde los jugadores pueden comprar artículos virtuales como carbón, troncos de arce, cimitarras y pieles de dragón verde (que pueden convertirse en armaduras). Cuando Venezuela sufrió cortes de energía a nivel nacional este año, las ventas de estos bienes cayeron en picada. Esto se debe a que los “agricultores” sin electricidad no podían producir oro, y la falta de monedas virtuales obligó a subir los precios del kit imaginario.

Hace dos años, un usuario de Reddit que se hace llamar Cerael publicó una guía racialmente abusiva sobre cómo matar venezolanos en los lugares “jugador vs jugador” donde se produce el cultivo de oro. Los moderadores eliminaron la publicación y los comentarios intemperantes sobre ella. Jagex, el desarrollador británico de RuneScape, ha prohibido los sitios web comerciales e intermediarios del mundo real. Este mes, la compañía ganó una demanda que cerró dos sitios web de cultivo de oro.

Sin embargo, la industria no morirá. Aunque los desarrolladores quieren que los juegos sean competencias de habilidad y dedicación, se formarán mercados ilícitos donde exista la oferta y la demanda (una verdad que se pierde para los líderes socialistas de Venezuela). Cuando se cierra un sitio web intermediario, aparece uno nuevo para reemplazarlo. Los recursos necesarios para cerrar cada pequeño productor de oro venezolano en pequeña escala son demasiado grandes para que el esfuerzo sea rentable. No vale la pena el tiempo del desarrollador del juego “para hacer cumplir las reglas en ese nivel de granularidad”, dice Edward Castronova, quien investiga mundos virtuales en la Universidad de Indiana.

El reciente relanzamiento de “World of Warcraft Classic”, la versión original de 15 años de un popular MMORPG, probablemente le dará a la agricultura de oro otro estímulo. Y mientras sea difícil ganarse la vida en la verdadera Venezuela, muchos venezolanos trabajarán en el mundo de la fantasía. Lampadia




Sobre el populismo y América Latina

Entrevista de ANIMA a Alex Kaiser y Gloria Álvarez

En Espacios Inseguros, programa de discusión política español, se invitó a Alex Kaiser y Gloria Álvarez a expresar su opinión sobre el escenario político en América Latina y cómo el populismo afecta al desarrollo, no solo económico, sino integral de todo un país.

Primero tocan la situación complicada de Venezuela y cómo es muy difícil que esta se normalice por la vía pacífica, destacando las peligrosas relaciones que tiene su gobierno con figuras perniciosas como organizaciones terroristas, narcotráfico y potencias mundiales. Álvarez, particularmente, indica que lo principal es analizar qué es lo que pasará con la gente en que está en Venezuela.

En cuanto al caso de México, la reciente llegada de André Manuel Lopez Obrador no augura algún cambio positivo para su país. Prueba de esto son sus accidentadas declaraciones en su propio programa y el sentimiento paternalista que ostenta hacia las personas más pobres de su propio país. Después, se indica que estos disparates no serían lanzados inocentemente, sino que son parte de una cortina de humo mejor planeada con la que AMLO busca apartar la vista de los errores de su Gobierno; por ejemplo, la cancelación de proyectos de inversión.

Llegando al caso de Chile, Kaiser plantea las bases del desarrollo – y la alta productividad – de su país. Se resaltan algunos puntos. En primer lugar, desde su concepción, la economía chilena ha tenido un fuerte componente liberal a favor de la actividad de mercado y las libertades individuales de la población. Es así como Chile se convierte en una de las economías con mayor ingreso per cápita en el mundo emergente. Kaiser hace énfasis el componente democrático que garantizó la existencia de las instituciones, lo cual preparó el campo para un mercado sumamente eficiente. Para concluir su discurso, Kaiser resalta que el pertenecer a la cultura latinoamericana implica tener que enfrentar unos costos de transacción muy altos.

Posteriormente, los invitados resaltan los efectos negativos que han sido causados por algunas políticas asistencialistas en Argentina y Brasil. Los puntos más importantes llegan cunado Kaiser y Álvarez analizan la situación de España, de Podemos y sus políticas. Se resalta el mal manejo que se ha hecho del presupuesto fiscal en España y un pésimo sistema de distribución que no ha generado un crecimiento auspicioso en el país. Además, se brindan ciertos datos importantes para tomar en cuenta y que develan la naturaleza irregular (y hasta ilegal) del manejo de fondos del Estado por parte de los políticos españoles. También se hace hincapié en que estas ineficaces políticas tienen mella en la percepción del español hacia su Gobierno y promueven otras iniciativas más extremas como el independentismo catalán.

Finalmente, se hace una conclusión más general, con la cual se puede ver que las naturalezas populistas de distintos Gobiernos en varios países crean un sentimiento de envidia hacia el sector de la población que ha salido de la pobreza y ahora es considerado como “ricos”. Esto se ve potenciado por las trabas que imponen distintos Gobiernos al libre mercado y las colusiones que este tiene con las élites empresariales. De tal forma, el énfasis de los invitados es que uno no debería culpar a los políticos que están a cargo de las arcas del Estado, sino que deben tomar al toro por las astas y hacerse cargo de su propio destino. Esto se podría ver plasmado en el espíritu emprendedor de cada persona y su afán por entrar a competir al mercado para buscar un mayor bienestar económico. Más detalles se encuentran en la misma entrevista y se recomienda dicho material a fin de comprender mejor por qué para América Latina, y otros países del mundo, se le es tan complicado llegar a un auténtico progreso económico.

Ver:

Lampadia




El Mercado como bien público

Muchas veces se entiende al concepto de bien público como un ofrecimiento de algún bien, valga la redundancia, o servicio que se ha obtenido gracias a las arcas del Estado, que a su vez viene de los impuestos de la población. En este artículo se discutirá si el mercado, tal y como lo conocemos hoy en día, se podría tomar no solo como un bien público más, sino como uno que brinda no solo un alto grado de satisfacción a las necesidades humanas y sirve a la vez como un soporte vital de la sociedad en la que vivimos. Nuestro análisis es un resumen del ensayo de la Fundación para el Progreso de Chile: El Mercado como bien público, de julio pasado.

El primer punto es comprender cómo la ausencia de intercambios se relaciona con la desolación humana. Es importante, en este sentido, un principio moral que el mercado promueve, cual es la cooperación entre personas de toda índole y de diferentes contextos. Estas interacciones, más que por un accionar del Estado o algún ente privado, se da por el incentivo personal a intercambiar, por la búsqueda común de un escenario más beneficioso para todos los actores. Adicionalmente, la historia nos reafirma que la cooperación humana es una de las claves del progreso de la humanidad, desde sus comienzos hasta ahora. Esto nos daría a entender que la ausencia hipotética de un mercado en el cual la gente coopera y se conoce nos habría limitado sustancialmente, al punto de restringirnos conocimientos sumamente importantes como el lenguaje y las tradiciones.

El segundo punto tiene que ver con el relevante papel del mercado en la cooperación social a lo largo de la historia. Esto se ve reflejado en la historia de la supervivencia en la antigüedad, desde que comenzamos a cazar para cubrir una necesidad, hasta que este proceso se fue refinando, al punto de realizar esta clase de intercambios no solo porque lo necesitábamos, sino por los beneficios que dicho intercambio traería a los participantes del mismo. Con este creciente deseo de intercambiar bienes y servicios con un valor determinado, vinieron otros avances de la sociedad que desencadenaron lo que es hoy en día la civilización como la conocemos. Entre estos están la división del trabajo, la estabilidad de la posesión de ciertos bienes y la noción del derecho de propiedad; todas estas constituyen principios básicos de la cooperación dentro de una sociedad y, desde esta perspectiva, tuvieron la oportunidad de ser exploradas gracias a rol que cumple el mercado como facilitador de las mismas.

En tercer lugar, se puede hacer una interesante analogía entre la historia del lenguaje y la de los intercambios económicos. En palabras de Hayek, “el lenguaje no sería de ninguna utilidad para su único poseedor” esto dado que su único valor se encuentra cuando se interactúa con otra persona. De la misma forma, las experiencias mutuas dentro del mercado hacen que los bienes hacen que el valor de los bienes, transados en este sistema, tengan un componente subjetivo sumamente importante. En base a esto, la humanidad ha encontrado las maneras de desarrollar nuevos y mejores modelos para crear sus propios bienes simbólicos, los cuales están basados, a su vez, en simbolismos ideales para nuestra sociedad. Para cerrar el argumento, se puede argüir que la confianza dentro de un mercado aumenta en cuanto sus derechos de propiedad estén garantizados dentro de su contrato social, lo cual solo se refuerza mediante el intercambio dentro de un espacio orgánico, como el de un mercado.

En cuarto lugar, se puede ver que en varios episodios de la historia, distintos Gobiernos y otras figuras de poder han entrado al ecosistema del mercado y a otros ámbitos de la vida social. Estas intrusiones han tenido sus lados positivos y negativos. Entre lo positivo, se tiene a la garantía de los derechos de propiedad privada, la solución de las irregularidades del mercado y la protección del consumidor o de algunos de los productores dentro del mercado. Entre lo negativo, tenemos a las irregularidades que genera la misma intervención en el mercado, como las preferencias de un sector sobre otro o la sobre-regulación que le resta dinamismo a las interacciones. Resulta, últimamente, irónico que la mayor intervención dentro de un mercado con el fin de hacer que este opere de manera más justa y resuelta, devengue en un escenario, muchas veces, poco justo para los involucrados en el mismo, al proponer un exceso de regulaciones y restringir la cooperación espontánea entre los actores del mercado.

En quinto lugar, se presenta la idea del Mercado como uno de los bienes públicos más importantes de cualquier sociedad. Es decir, se puede apreciar que el mercado funciona como un ecosistema cooperativo en el cual todos somos bienvenidos siempre y cuando podamos aportar al mismo; de esta forma, todo el que se lo proponga podría mejorar sus condiciones. Sin embargo, existen otros fundamentos cuasi-simbólicos que sirven como base para llevar a cabo cualquier cooperación; un ejemplo de ello es la legalidad de los contratos que dentro del mercado se engendren y esto solo se puede conseguir siempre y cuando no haya un afán intervencionista consistente que juegue en contra del dinamismo dentro del mercado. Siendo ello así, el Mercado entra a la palestra como un bien público que asegura las libertades que dan paso a estas interacciones y, por ende, a los beneficios y avances que brindan dichas interacciones para la sociedad.

En conclusión, el Mercado, tomado como un ecosistema de intercambios que provoca cambios beneficiosos en la sociedad puede ser tomado como uno de los bienes públicos más provechosos para la sociedad como un todo. También se puede alegar que la ausencia de un Mercado dentro de una sociedad limitaría mucho el progreso de esta y el bienestar de los que podrían participar en el intercambio. Además, se puede tomar a este ecosistema como el lugar en el cual creamos la idea de valor aplicada a los bienes que podamos apreciar, puesto que dicha idea solo puede ser concebida tras una serie de interacciones entre los agentes del mismo ecosistema (en este caso, el mercado). Sin embargo, distintos fenómenos han mermado su utilidad en los últimos años; de entre ellos, resalta un alto grado de intervencionismo por parte de los bloques que ostentan el poder y otras intromisiones en el dinamismo de la cooperación proveniente del intercambio. Es decir, toman una serie de relaciones orgánicas, creadas entre uno o más agentes con el fin de obtener un beneficio y las hacen dificultosas. Todo esto culmina en cuanto apreciamos la capacidad del Mercado como punto de interacción para agentes de toda índole dentro de un mercado, que crea bienestar conforme funciona correctamente y sienta las interacciones que generan el concepto del valor como lo conocemos. Siendo, de esta forma, un bien público que vale la pena analizar y proteger. Lampadia




¿Subsisten los refugios para las inversiones?

En el segundo semestre del 2018 aumentó la volatilidad y se corrigieron los mercados de capitales.

Ningún índice bursátil de las economías más importantes del globo se salvó de registrar ajustes por lo menos en algunos de esos meses y, como era de esperarse, las razones que explicaban estas caídas no distaban mucho entre sí para todos los países: incertidumbre sobre la guerra comercial EEUU- China,  alta expectativa de alzas de tasas de interés por parte de la FED, Brexit, una zona euro con desaceleración económica y tensiones políticas, entre otras.

Un reciente artículo escrito por Benjamin J. Cohen, profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y autor del libro “Currency Power: Understanding Monetary Rivalry”, explica con brillantez y simpleza las implicancias que ha tenido la volatilidad de los mercados financieros sobre el apetito por riesgo de los inversionistas y la actual encrucijada en la que se encuentran: la imposibilidad de encontrar refugios para sus inversiones.

Como bien señala el referido autor, producto de la volatilidad de los mercados financieros, la aversión al riesgo de los inversionistas ha aumentado sobremanera, lo cual los ha volcado a la búsqueda de activos más “seguros”.

Al respecto, señala que es muy complicado encontrar esta clase de activos hoy en día, puesto que aquellos que lideraron este segmento por muchísimos años–inclusive en épocas críticas como la crisis financiera del 2008- , los bonos del tesoro de EEUU, han perdido su atractivo. Esto porque se tiene la expectativa de que la calificación crediticia de EEUU empeore con el tiempo dada la aparente falta de responsabilidad fiscal por parte del presidente Trump.

En este contexto, ¿Qué alternativas de inversión seguras o por lo menos, seguras comparadas a la deuda de EEUU, pueden ser tomadas en cuenta como referencia?

Entre las alternativas que Cohen analiza para este tipo de inversiones están los mercados de deuda de la zona euro, Suiza, la Japón y China

Al respecto, podría parecer que los bonos de países de la zona euro serían los candidatos inmediatos a superar la deuda en dólares como refugio de las inversiones, sin embargo, debe tenerse en mente ciertos procesos políticos que están aconteciendo en esta región del mundo como la actual “fragmentación” de la política [Veáse Lampadia¿Fragmentación política en Europa?] o el Brexit, factores que podrían determinar el pago de la deuda futura de estos países.

Por otro lado, si bien China es considerada el tercer mercado de deuda pública más grande del mundo, su excesiva regulación puede hacerla poco atractiva como inversión “segura”. Otro mercado de bonos que ofrece una amplia variedad de productos es Japón. Sin embargo, su excesivo endeudamiento público y poco crecimiento económico son factores que le juegan en contra.

En todo caso, lo que puede deducirse del análisis del autor es que no existe un refugio amplio y seguro para las inversiones, como existían hace una década. Lampadia

Para ver más detalle acerca del análisis realizado por el Prof. Benjamin J. Cohen sobre el tema ver líneas abajo:

¿Dónde han ido todos los paraísos seguros?

7 de Enero, 2019 
BENJAMIN J. COHEN
Traducido y glosado por Lampadia

Incluso en el apogeo de la crisis financiera mundial del 2008, que se originó en los Estados Unidos, los inversionistas globales vieron al Tesoro de los Estados Unidos como el activo más seguro disponible. Pero con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, minando la fe en el dólar, los gestores de cartera se encuentran en mares agitados sin un puerto de escala que pueda ofrecer refugio contra la tormenta.

Con la caída de las acciones, el aumento de la volatilidad del tipo de cambio y la intensificación de los riesgos políticos, los mercados financieros de todo el mundo se han visto afectados. En momentos como estos, los inversionistas internacionales generalmente se vuelven cautelosos y priorizan la seguridad sobre los retornos, por lo que el dinero huye a “refugios seguros” que pueden proporcionar activos seguros, con grado de inversión, en una escala suficientemente grande. Pero no hay refugios evidentes hoy en día. Por primera vez en la memoria viva, los inversores carecen de un puerto tranquilo donde puedan refugiarse de la tormenta.

Históricamente, el refugio seguro por excelencia fue EEUU, en forma de los bonos del Tesoro respaldados por la “plena fe y crédito” del gobierno de los EEUU. Como lo dijo un estratega de inversiones en 2012, “cuando la gente está preocupada, todo camino conduce a los bonos del Tesoro”.

El estallido de la burbuja inmobiliaria de EEUU en el 2007 ofrece un ejemplo. Nadie dudó de que Estados Unidos fuera el epicentro de la crisis financiera mundial. Pero en lugar de huir de los EEUU, el capital lo inundó. En los últimos tres meses de 2008, las compras netas de activos alcanzaron medio trillón de dólares, tres veces más que la suma de los nueve meses anteriores.

Sin duda, algunas de estas reclamaciones en dólares se debieron al hecho de que los bancos extranjeros y los inversionistas institucionales necesitaban billetes verdes para cubrir sus necesidades de financiamiento después de que los mercados interbancarios y otros mercados mayoristas de corto plazo se apoderaran. Pero esa no fue la única razón por la que los gestores de cartera se apilaron en los EEUU. Gran parte del aumento de la demanda se debió a puro miedo. En un momento en el que nadie sabía lo mal que se podían poner las cosas, se consideraba que EEUU era la apuesta más segura.

Pero esto fue antes de la llegada del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien logró socavar la confianza en el dólar en un grado sin precedentes. Además de abandonar cualquier noción de responsabilidad fiscal, Trump ha pasado sus primeros dos años en el cargo atacando a instituciones internacionales y luchando contra aliados de Estados Unidos.

Sin duda, incluso antes de Trump, la confianza en el dólar sufrió un revés en 2011, cuando Standard & Poor rebajó los títulos del Tesoro en una muesca en respuesta a un casi cierre del gobierno de EEUU. Ese episodio fue provocado por un enfrentamiento entre el entonces presidente Barack Obama y los congresistas republicanos por una propuesta de rutina para elevar el techo de la deuda federal.

Hoy, sin embargo, los inversores tienen aún más razones para preocuparse por la calificación crediticia del gobierno de los EEUU. Solo en 2018, el gobierno fue cerrado tres veces, y continúa en un cierre parcial hasta el día de hoy, debido a la demanda de Trump de fondos para construir un muro “grande y hermoso” en la frontera con México.

¿A dónde pueden ir los inversionistas si no es a los Estados Unidos?

  • La eurozona puede parecer una alternativa lógica. Después del dólar, el euro es la moneda más utilizada en el mundo. Y, en conjunto, los mercados de capital de los 19 estados miembros de la eurozona tienen un tamaño similar al del mercado estadounidense. Pero Europa tiene sus propios problemas. El crecimiento económico se está desacelerando, especialmente en Alemania, y el riesgo de una crisis bancaria en Italia, la cuarta economía más grande de la eurozona, se vislumbra en el horizonte.

Peor aún es la incertidumbre sobre el Brexit, que podría resultar altamente perjudicial si el Reino Unido se estrella fuera de la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio. No hace falta decir que también se puede descartar a Gran Bretaña como un refugio seguro, al menos hasta que se resuelva el fiasco del Brexit.

  • ¿Qué pasa con el franco suizo? Aunque sus atractivos son obvios, los mercados financieros de Suiza son simplemente demasiado pequeños para servir como un sustituto adecuado para los Estados Unidos.
  • Eso deja a Japón. Con su abundante oferta de bonos del gobierno, es el mayor mercado único de deuda pública fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la pregunta para los gestores de cartera es si es realmente seguro invertir en un país donde la deuda pública supera el 230% del PIB.

En comparación, la relación deuda pública / PBI en los EEUU. es de alrededor del 88%; e incluso en la problemática de Italia, no es más del 130%. Es cierto que el mercado de deuda del gobierno japonés es más estable que la mayoría, debido al hecho de que gran parte de él está en manos de ahorradores nacionales (es decir, está bien escondido debajo del colchón). Pero Japón es un país envejecido con una economía que se ha mantenido casi estancada durante un cuarto de siglo. Los inversores tendrían razón si se preguntan dónde encontrarán los recursos para continuar con el servicio de su enorme deuda.

  • Y luego está China, con el tercer mercado nacional de deuda pública más grande del mundo. Ciertamente, la oferta de activos en China es amplia. Pero el mercado chino está tan estrechamente controlado que es esencialmente lo opuesto a un refugio seguro. Pasará mucho tiempo antes de que los inversionistas globales consideren confiar en los valores chinos.

Con la escasez de puertos seguros, los inversionistas se pondrán cada vez más nerviosos. Estarán inclinados a mover fondos ante la menor señal de peligro, lo que aumentará sustancialmente la volatilidad del mercado. La mala racha de hoy probablemente esté aquí para quedarse. Lampadia

Benjamin J. Cohen es profesor de Economía Política Internacional en la Universidad de California, Santa Bárbara, y es autor de Currency Power: Understanding Monetary Rivalry.




Las implicancias geopolíticas y económicas del enfrentamiento por los chips

Las implicancias geopolíticas y económicas del enfrentamiento por los chips

De todas las industrias en las que la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha tenido lugar, no hay aquella que involucre tantos productores de bienes intermedios en el mundo como la industria de los semiconductores, en particular, el mercado de chips.

Si bien el liderazgo en la producción de este mercado la tiene Estados Unidos, China ha venido realizando enormes esfuerzos para desarrollar su industria y dejar de depender de la masiva importación de estos productos, cuyo monto es inclusive mayor a las importaciones de petróleo.

Entre las iniciativas desarrolladas destacan la puesta en marcha de un fondo de inversión destinado a la investigación y desarrollo en la industria de los semiconductores en el 2014, por un monto de $ 150 mil millones. Asimismo, el impulso de  “Made in China”, un programa de desarrollo productivo nacional diseñado en el 2015 para impulsar las industrias de alta tecnología.

Tales han sido los esfuerzos del gigante asiático para potenciar este mercado que Estados Unidos ha tratado de limitar su avance con acciones que incluyen la prohibición de la venta de chips de gama alta fabricados por Intel a fabricantes chinos de supercomputadores, durante el Gobierno de Obama; y la prohibición de la venta de procesadores hacia ZTE, una empresa china productora de smartphones y equipos de telecomunicaciones, durante el Gobierno de Trump, que, de no ser porque se levantó dicha restricción a tiempo, dicha empresa se iba a la bancarrota.

Sin embargo y más allá del conflicto comercial que acontece en estos dos países, ¿Por qué es importante la discusión en torno a este mercado y por qué este conflicto comercial podría poner en riesgo la globalización, uno de los pilares del modelo de desarrollo mundial actual?

Básicamente por dos razones.

En primer lugar, como indica un reciente artículo de The Economist, “los chips de las computadoras son los cimientos de la economía digital y la seguridad nacional. Los coches se han convertido en ordenadores sobre ruedas. Los bancos son computadoras que mueven dinero. Los ejércitos luchan con el silicio y el acero”.

Es decir, es una industria que está presente en una gran cantidad de bienes y servicios que utilizamos y que, conforme se desarrolle más el llamado “Internet de las cosas”, la tendencia es que su presencia siga aumentando. En ese sentido, es fundamental la discusión en torno a las implicancias que esta guerra comercial tiene a nivel de precios ya que son insumos que, con el tiempo, estarán más presentes en nuestras vidas.

En segundo lugar, pero no menos importante, es la enorme complejidad de la cadena de valor de esta industria la cual involucra un proceso de diseño, fabricación, ensamblaje y embalaje. Como también se señala en The Economist, “La industria [de chips] es un himno a la globalización. Una firma estadounidense tiene 16,000 proveedores, más de la mitad de ellos en el extranjero”.

En ese sentido, cualquier política pública que involucre la cadena de valor de los chips, tendrá fuertes implicancias en muchas partes del mundo, desde las montañas de Apalaches, en donde se recoge el silicio, materia prima para la producción del material de dicho producto, hasta en Taiwan o Corea del Sur, donde se encuentran las fábricas finales de los chips.

Viéndolo por ambos lados, una guerra comercial que implica dividir la industria en Estados Unidos y China perjudicaría a los productores y consumidores de ambos países.

En línea con ello, coincidimos con la posición de The Economist en que Estados Unidos debe enfocarse en tres líneas de política:

  • Trabajar con sus aliados en Europa y Asia para prevenir prácticas chinas injustas como la transferencia de tecnología forzada y el robo de la propiedad intelectual.
  • Fomentar la innovación doméstica, tal como está haciendo China con las dos iniciativas que se especificaron líneas arriba – Fondo de inversión y el Programa “Made in China”.
  • Desarrollar procedimientos que permitan garantizar la seguridad de los productos de fabricación china, acordes con estándares de manejos de datos. Lampadia

Superpotencias y tecnología
Guerras de los chips: China, América y la supremacía del silicio

Estados Unidos no puede darse el lujo de ignorar las ambiciones sobre semiconductores de China. Tampoco puede simplemente domesticarlos.

The Economist
1 de diciembre, 2018

Traducido por Lampadia

Las disputas comerciales que el presidente Donald Trump saborea tienen una sensación pasada de moda. Las tarifas son las armas principales. Los mercados de la vieja economía, desde los automóviles hasta el acero, son los principales campos de batalla. Los agricultores y las fábricas preocupan al presidente. Y su química personal con otros hombres poderosos puede hacer o deshacer tratos. De ahí el enfoque de la reunión entre Trump y Xi Jinping en la cumbre del G20 de esta semana, que tuvo lugar en Buenos Aires después de que The Economist fuera a prensa.

Sin embargo, el conflicto comercial que más importa entre Estados Unidos y China es una lucha del siglo XXI por la tecnología. Cubre todo, desde inteligencia artificial (ai) hasta equipos de red. El campo de batalla fundamental está en los semiconductores. La industria de chips es donde el liderazgo industrial de Estados Unidos y las ambiciones de superpotencia de China chocan más directamente. Y lo que sea que digan Trump y Xi en el G20, este conflicto durará más que los dos.

Esto se debe a que los chips de computadora son los cimientos de la economía digital y la seguridad nacional. Los coches se han convertido en ordenadores sobre ruedas. Los bancos son computadoras que mueven dinero. Los ejércitos luchan con el silicio y el acero. Las empresas estadounidenses y sus aliados, como Corea del Sur y Taiwán, dominan las áreas más avanzadas de la industria. China, por el contrario, sigue dependiendo del mundo exterior para el suministro de chips de alta gama. Gasta más en importaciones de semiconductores que en petróleo. La lista de las 15 principales empresas de semiconductores por ventas no contiene un solo nombre chino.

Mucho antes de que Trump llegara a la escena, China dejó en claro su intención de ponerse al día. En 2014, el gobierno de Beijing anunció un fondo de inversión de 1 billón de yuanes ($ 150 mil millones) para mejorar su industria nacional. Los semiconductores ocupan un lugar destacado en “Made in China 2025”, un plan nacional de desarrollo emitido en 2015.

Las ambiciones de China de crear una industria de vanguardia preocuparon al predecesor de Trump. Barack Obama impidió que Intel vendiera algunos de sus mejores chips a China en 2015 y obstaculizó la adquisición de un fabricante de chips alemán por parte de una firma china en 2016. Un informe de la Casa Blanca antes de dejar el cargo recomendó tomar medidas contra los subsidios chinos y la transferencia forzosa de tecnología. Otros países también están alarmados. Taiwán y Corea del Sur tienen políticas para detener las compras de firmas nacionales de chips por parte de las chinas y para impedir los flujos de propiedad intelectual.

Aunque la batalla de fichas pudo haber sido anterior a Trump, su presidencia la ha intensificado. Ha hecho a Qualcomm un campeón nacional en el rubro, bloqueando una oferta de una firma de Singapur por temor a la competencia china. A principios de este año, una prohibición de exportación de vender chips y software estadounidenses a ZTE, una empresa china de telecomunicaciones que violaba las sanciones, la llevó al borde de la quiebra en pocos días. Asustado por el daño que se avecina, y (dice) dominado por las apelaciones de Xi, Trump retrocedió rápidamente.

Dos cosas han cambiado. Primero, Estados Unidos se ha dado cuenta de que su ventaja tecnológica le otorga poder sobre China. Ha impuesto controles de exportación que afectan a Fujian Jinhua, otra firma china acusada de robar secretos, y la Casa Blanca está considerando prohibiciones más amplias sobre las tecnologías emergentes. En segundo lugar, los incentivos de China para convertirse en autosuficientes en semiconductores se han disparado. Después de ZTE, Xi habló sobre las tecnologías centrales. Sus gigantes tecnológicos están a bordo: Alibaba, Baidu y Huawei están apostando dinero para hacer chips. Y China ha demostrado que puede obstaculizar a las empresas estadounidenses. A principios de este año, Qualcomm abandonó una oferta por NXP, una firma holandesa, luego de que los reguladores chinos lo impidieran.

Ninguno de los intereses de los países está a punto de cambiar. Estados Unidos tiene preocupaciones legítimas sobre las implicaciones de seguridad nacional de depender de los chips chinos y ser vulnerable a la piratería china. Las pretensiones de China de ser una superpotencia se verán vacías mientras Estados Unidos pueda estrangular a sus empresas a voluntad. China está destinada a intentar ponerse al día; América está decidida a mantenerse por delante.

La pregunta difícil es sobre hasta donde debería ir Estados Unidos. Los proteccionistas en la Casa Blanca sin duda querrían trasladar la cadena de suministro de semiconductores a Estados Unidos. Buena suerte con eso. La industria es un himno a la globalización. Una firma estadounidense tiene 16,000 proveedores, más de la mitad de ellos en el extranjero. China es un mercado enorme para muchas empresas. Qualcomm hace dos tercios de sus ventas allí. Tratar de dividir la industria en dos perjudicaría a los productores y consumidores de Estados Unidos. Y sería un acto antagónico, que no haría distinción entre competencia desleal y genuina.

A largo plazo, también puede ser inútil. Hoy en día, Estados Unidos tiene la ventaja sobre China en el diseño y fabricación de chips de alta gama. Sin duda puede ralentizar a su rival. Pero el progreso de China será difícil de detener. Así como el crecimiento de Silicon Valley se respaldó en el apoyo del gobierno estadounidense, China combinó los recursos estatales y corporativos para lograr sus objetivos. Cuenta con programas de incentivos para atraer talento de ingeniería de otros lugares, especialmente Taiwán. Las empresas como Huawei tienen una capacidad probada para innovar; el bloqueo del flujo de chips Intel en 2015 solo impulsó a China a desarrollar su industria de supercomputación doméstica.

Por otra parte, el intento de China de convertirse en una potencia de semiconductores global está cronológicamente programado. Durante décadas, la industria de chips se ha visto impulsada por la Ley de Moore, según la cual las capacidades de un chip de un tamaño determinado se duplican cada dos años. Pero la ley de Moore está llegando a sus límites físicos. A medida que todos saltan a las nuevas tecnologías, desde la computación cuántica hasta los chips de IA especializados, China tiene una rara oportunidad de ponerse al día.

El enfoque correcto para Estados Unidos, por lo tanto, tiene tres líneas.

  • El primero es trabajar con sus aliados en Europa y Asia para seguir rechazando las prácticas chinas injustas (como la transferencia de tecnología forzada y el robo de propiedad intelectual) en la Organización Mundial de Comercio, y para proteger las inversiones chinas internas cuando la seguridad lo justifique.
  • El segundo es fomentar la innovación doméstica. Más fondos del gobierno ya están en la investigación de chips; se necesita una mayor apertura al talento.
  • El tercero es prepararse para un mundo en el que los chips chinos sean más poderosos y dominantes.

Eso significa, entre otras cosas, desarrollar procedimientos de prueba adecuados para garantizar la seguridad de los productos de fabricación china; ajustándose a los estándares de manejo de datos para que la información no sea rociada tan descuidadamente. Medidas como éstas no aparecerán en los titulares del G20. Pero harán más para dar forma al mundo en los próximos años. Lampadia




Acero: Aumento de aranceles de EEUU es un boomerang

El proteccionismo del gobierno de Trump está desmontando el sistema de libre comercio que tomó muchos años en forjarse, habiendo sido los EEUU su principal impulsor.

La nueva ola proteccionista se expresó con gran show y promesas de bienestar para la industria local y para el estadounidense común con el caso del acero, que empezó con una tasa de 25%, que hoy alcanza a 59 tipos diferentes de acero. Pero lo peor, es que, para efectivizar la medida, el gobierno ha tenido que recurrir a procesos de licencia previa de importaciones, mediando las correspondientes superaciones de las oposiciones de los productores locales. Algo que empezó con plazos de 30 días y ya se ha salido de las manos. Medidas que los peruanos conocemos por experiencia propia durante los fatídicos años 80.

No solo eso. Más allá de las justificaciones falsas para justificar la medida arancelaria, como, por ejemplo, seguridad nacional, los resultados en el empleo ya se ven negativos, tal como sucedió en el gobierno de Georg W. Bush, quién tuvo que desmontar el esquema a los 18 meses de su incepción.    

Así es el proteccionismo, solo termina desprotegiendo a quienes supone proteger.

Los agentes económicos responden a incentivos, y muy espacialmente a las señales de precios. Los impactos de la manipulación de precios, mediante elementos ajenos a las decisiones de negocio y de mercado, terminan, generando una serie de efectos colaterales adversos. Además, los procesos proteccionistas se terminan auto reproduciendo y multiplicando vertical y horizontalmente. Ver en Lampadia: Cuando el Estado interviene en los mercados se cae en abismos (Del ‘ogro filantrópico` o la ‘mano negra’).

¿Tendrá el gobierno de Trump la capacidad de enmendar errores? Está por verse.

Como invocamos hace medio año, con ocasión de la Cumbre de América, el Perú debe levantar las banderas del libre comercio, el único espacio económico global que nos permite traer riqueza desde el exterior para propiciar el bienestar de los peruanos. 

Luego de leer nuestro análisis los invitamos a leer el informe de Project Syndicate al respecto:

El lío proteccionista de Trump

Anne O. Kruger
Traducido por Esteban Flamini
15 de noviembre de 2018
Project Syndicate
Glosado por Lampadia

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos lideró al mundo en la reducción de barreras proteccionistas y la creación de un sistema comercial abierto basado en reglas. Eso dio lugar a medio siglo del crecimiento económico más rápido de la historia de la humanidad. Pero el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump se ha lanzado a deshacer el progreso alcanzado, echando a correr un proteccionismo contagioso, que probablemente se extenderá mucho más allá de las industrias que el presidente quiere aislar de la competencia extranjera.

Tómese por ejemplo la importación de acero, a la que el gobierno de Trump impuso en marzo un arancel del 25%.

  • Como fundamento para la medida se adujo la “seguridad nacional”, pese a que la industria militar estadounidense equivale a apenas el 3% del consumo de acero del país.
  • Si a Trump realmente le preocupa la seguridad nacional, ¿por qué Estados Unidos no mantiene mineral sin explotar como reserva estratégica para futuras hostilidades?
  • En cualquier caso, los aranceles también alcanzan a aliados de Estados Unidos como Canadá, lo que desmiente el argumento de la seguridad nacional, de una vez y para siempre.
  • En el caso de rivales como China, las importaciones de acero ya estaban sujetas a aranceles de hasta el 70%, y solo se correspondían con un 2% del consumo estadounidense de acero.

Ahora Estados Unidos grava la importación de 59 tipos diferentes de acero. Si una empresa estadounidense no puede obtener un proveedor local, debe pagar el arancel o solicitar una exención (“exclusión”). Si opta por lo segundo, debe declarar la cantidad y la fortaleza del acero que necesita, su composición química, las dimensiones del producto (por ejemplo, tubos o láminas), etc.; y tiene que presentar una solicitud por separado para cada tipo de acero, incluso si la única diferencia son las dimensiones. Además, hay que demostrar que no se pudo obtener localmente. [El mismo procedimiento que tuvimos en el Perú en los años 80 con las fatídicas y fatales licencias de importación].

Una vez recibida la solicitud, se publica por 30 días, para dar a productores locales la posibilidad de cuestionarla. Si no aparece ningún proveedor alternativo, se supone que el solicitante recibirá una exención, válida por un año, en un plazo de siete días desde el final del período de oposición. Pero en realidad, las exenciones se están otorgando con grandes demoras.

El Departamento de Comercio de Estados Unidos contrató a 30 empleados nuevos para que revisaran las solicitudes como parte del proceso de oposición y exenciones. Pero al 1 de noviembre, se habían presentado 31,527 solicitudes y 14,492 oposiciones de productores de acero. Según QuantGov, la Oficina de Industria y Seguridad de Estados Unidos aprobó 11,259 solicitudes, rechazó 4,367, y todavía tiene que procesar más del 50% de las que recibió. Al 2 de noviembre, el precio del acero laminado en caliente en Estados Unidos registraba un alza interanual del 33.4%.

Allá por el 2002, cuando la industria estadounidense del acero convenció al presidente George W. Bush para que subiera los aranceles a las importaciones del 8% al 30%, el sector empleaba a unos 187,000 trabajadores. Se calcula que los nuevos gravámenes llevaron a la creación de unos 6,000 puestos de trabajo en el sector, pero se perdieron unos 200,000 empleos en las empresas estadounidenses consumidoras de acero. El gobierno de Bush terminó anulando todos los aranceles 18 meses después de haberlos introducido.

Hoy en Estados Unidos hay unos 80,000 trabajadores del acero, y las empresas consumidoras emplean a varios millones más. Según un estudio publicado en marzo, los aranceles de Trump al acero y al aluminio pueden crear 33,400 puestos, pero destruirán 180,000 puestos en el resto de la economía.

Todo esto era predecible. Los aranceles al acero ya están poniendo a las empresas consumidoras (por ejemplo, fabricantes de autos, máquinas herramientas y equipamiento agrícola) en seria desventaja respecto de sus competidoras extranjeras. Y mientras esas empresas pierden cuota de mercado, la industria estadounidense del acero también perderá competitividad, al estar protegida de la competencia extranjera.

Como demuestra la enorme cantidad de solicitudes de exención, administrar una política proteccionista es extremadamente complejo, incluso si se trata de una sola industria. Y ahora, el lío proteccionista de Trump se está poniendo peor. Corea del Sur aceptó adoptar “restricciones voluntarias a las exportaciones” a cambio de una exención respecto de los aranceles estadounidenses al acero, y ha encargado a su asociación local de productores la distribución de cuotas de exportación entre sus miembros. Pero las autoridades aduaneras estadounidenses todavía tendrán que incurrir en el costo de controlar todas las importaciones de acero.

Para colmo, el gobierno estadounidense analiza la introducción de otros aranceles. En un mitin de agosto, Trump volvió a amenazar con imponer un gravamen del 25% a los automóviles, en particular los importados desde la Unión Europea. El Instituto Peterson para la Economía Internacional calcula que, si cumple las amenazas, el costo de un auto nuevo en Estados Unidos aumentará entre 1,400 y 7,000 dólares, tanto si es de fabricación nacional o extranjera. Además, Benn Steil y Benjamin Della Rocca, del Consejo de Relaciones Exteriores, hallaron que los aumentos de costo derivados de los aranceles al acero ya han puesto en riesgo hasta 40,000 empleos en la industria automotriz estadounidense.

En síntesis, los aranceles de Trump al acero ni reducirán el déficit de cuenta corriente de Estados Unidos ni generarán creación neta de empleos. Los aranceles a las importaciones no tendrán ningún efecto sobre esos indicadores, pero sin duda aumentarán los costos para los consumidores y productores estadounidenses. Lampadia




Radicales e Inversión

Radicales e Inversión

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Las recientes elecciones regionales han dado como resultado la victoria de algunos candidatos que generan profundas incertidumbres para el sector privado. Este ha sido el caso con las victorias de Zenón Cuevas en Moquegua, Walter Aduviri en Puno y Vladimir Cerrón en Junín.

Hay quienes consideran que el preocuparse por estas victorias es un acto de desprecio colonial a los electores y que en verdad al ser estas (Moquegua, Junín y Puno) regiones con pujantes economías informales estas victorias no implican problemas para la inversión privada ni para la sostenibilidad política de un modelo de desarrollo sustentado en el mercado. Un ejemplo de esta postura es el articulo “¡Ay, los cholos antisistema!” de Juan Carlos Tafur[i].

Sin embargo, la victoria de lideres ideológicamente hostiles a la inversión tiene consecuencias políticas y sociales relevantes, mas allá del malestar que podría generar entre las elites limeñas. La victoria de presidentes regionales con ideologías antisistema implica un conjunto de riesgos para las actividades productivas en su región y también para la sostenibilidad del modelo de libre mercado.

Los efectos negativos de la presencia de esas autoridades en gobiernos regionales, provinciales y distritales son diversos. En forma breve podemos mencionar:

  1. Uso de la representatividad del gobierno regional contra proyectos de inversión minera e hidro-energética. Los gobernadores regionales, al ser los representantes electos de la región, asumen un rol de representación política de la población regional. Esta representación les facilita presentarse a los medios e instituciones como canalizadores de la voluntad de la población de su región o provincia.
  2. Soporte logístico con fondos del gobierno regional o provincial para realización de movilizaciones hostiles a los proyectos de inversión.
  3. Contratación masiva de activistas políticos antisistema dentro del gobierno regional o provincial. Es común que incorporen como personal de confianza a activistas políticos radicales que podrán ahora dedicar una mayor parte de su tiempo al activismo político puesto que sus ingresos pasaran a ser cubiertos por la planilla del gobierno regional. Estos activistas, además de ser remunerados en muchas ocasiones, dispondrán del soporte logístico requerido para sus acciones políticas como transporte, hospedaje y locales a ser financiados por el gobierno regional. Esos activistas, al hablar a la población, lo hacen con el título de representantes elegidos y no como simples ciudadanos.
  4. Instrumentalización ideologizada de las instituciones del gobierno regional hacia fines anti inversión. Los gobiernos regionales pueden realizar diversas acciones que brindan soporte discursivo al activismo anti-inversión aun si no tienen carácter mandatorio. Ejemplos de estas medidas son las ordenanzas regionales declarando inviables a proyectos de inversión o generando medidas de ordenamiento territorial que refuerzan sus narrativas y que, de aplicarse paralizarían los proyectos de inversión.
  5. Envía una poderosa señal a los lideres locales. Puesto que esto señala a autoridades y activistas locales que el realizar acciones y asumir posturas radicales hacia las inversiones es una estrategia exitosa de posicionamiento político. Con ello múltiples lideres están incentivados a propiciar la conflictividad puesto que en la misma ven una oportunidad para impulsar sus carreras políticas.

Seria un error homogenizar a estos actores hostiles al mercado tanto Aduviri, como Cuevas o Cerrón, tienen diferencias ideológicas, de praxis y capacidades políticas. Es en función a esas características especificas que se puede hacer un análisis efectivo de las consecuencias de estas victorias electorales.

Para poder visualizar estas características hemos elaborado un cuadro en el que se puede ver la posición de estos tres lideres políticos en un conjunto de características clave.

 Estas son:

  1. Pos-extractivismo: Medida en la cual se tiene una ideología hostil a la extracción de materias primas y se subscribe un ideario de “alternativas” al desarrollo.
  2. Anticapitalismo: Esto es la oposición a un sistema de libre mercado con propiedad privada y apertura a los productos e inversiones extranjeras.
  3. Identitario: Por ello nos referimos la medida en la cual el proyecto político hace uso de un discurso de identidad. El valor ser mayor conforme en mayor medida se posicione en actor político en función a una identidad especifica. En un continuo que va desde una posición internacionalista, a una nacionalista, pasando por un proponer un Estado Plurinacional y terminando con la exaltación a un grupo étnico especifico.
  4. Articulación Nacional: Con ello los referimos al grado en el cual este gobernador electo tiene alianzas con otros actores políticos fuera de su región y dispone de recursos políticos para desplegar un proyecto nacional. La afiliación a un partido nacional o disponer de una inscripción electoral incrementan la Articulación Nacional.
  5. Perturbación Institucional: Por esto no referimos a la medida en la cual este actor político canaliza la disputa política al interior de las instituciones del Estado o muestra una disposición a medias fuera de la misma tales como la movilización callejera o inclusive acciones violentas. El valor de esta variable será mayor conforme se haya visto una mayor disposición del actor a hacer uso de acciones extra institucionales.

En base a estas variables hemos planteado un diagrama que permite observar el perfil político de los 3 gobernadores electos previamente mencionados. Hemos adicionado a Tierra y Libertad, como referencia por ser el más anti-minero de los radicales. Esta gráfica nos permite observar las diferencias existentes entre ellos y no incurrir en el error de definirlos dentro de una categoría homogénea de “radicales”.

Como se puede observar Walter Aduviri, de Puno, destaca por su énfasis en el discurso identitario. Ha pasado del nacionalismo aymara e impulsar la vigencia de un Estado Plurinacional, influenciado probablemente por la experiencia boliviana. También hace referencias frecuentes a la Pachamama lo que le hacer al Pos-extractivismo, pero sin ser un seguidor pleno de esta ideología. Zenón Cuevas, de Moquegua, es cercano al Partido Comunista del Perú “Patria Roja”, lo que trae elementos anti-capitalistas y le brinda cierta articulación nacional. Él ha impulsado movilizaciones en el caso del Moqueguazo, por otro lado, su discurso no apela a un componente identitario ni pos-extractivista. Vladimir Cerrón, de Junín, destaca por su aversión al modelo de desarrollo capitalista, en el que fue bien instruido tras 11 años en la Cuba castrista, posee una inscripción nacional para su partido “Perú Libre”, aunque no ha destacado por impulsar movilizaciones masivas o violentas.

Conocer las semejanzas y diferencias entre estas distintas fuerzas permite predecir su conducta ante tópicos políticos concretos (minería, regionalismo, constitución, uso de violencia, etc.) y facilita el esfuerzo por mitigar las consecuencias desestabilizadoras de su accionar en los próximos años. Lampadia

 




La economía mundial no está preparada para la próxima recesión

A medida que los mercados financieros reaccionan a las estrictas medidas de la política monetaria estadounidense, se deja entrever que el mundo moderno no está preparado para la próxima recesión.

El año pasado el crecimiento se aceleró en todo el mundo, sin embargo, este año solo EEUU está en auge y recientemente se desplomaron los mercados de valores a nivel mundial ante la preocupación por la desaceleración de su crecimiento y los efectos que ha tenido su estricta política monetaria. La verdad es que a medida que varían las tasas de interés, a los mercados emergentes les resultará más difícil pagar las deudas en dólares, lo que podría tener consecuencias negativas en las economías avanzadas.

Según The Economist, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las economías avanzadas, poniendo en problemas a los mercados emergentes, dado que estos representan el 59% de la producción mundial.

Lo positivo de esta situación es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la última crisis. Si bien es poco probable que ocurra algo tan grave como la crisis del 2008, The Economist afirma que muchas economías “no están preparadas para enfrentar incluso una recesión leve. (…) Los bancos centrales no tienen mucho espacio para recortar las tasas de interés y los políticos pueden rechazar la política monetaria no convencional, el gasto deficitario o la acción internacional coordinada. El momento de prepararse es ahora.”

Ver líneas abajo el artículo de The Economist donde evalúa la capacidad de enfrentar otra recesión:

La próxima recesión
La economía mundial

Políticas tóxicas y bancos centrales restringidos podrían hacer difícil escapar de una próxima recesión

The Economist
11 de octubre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Hace apenas un año, el mundo disfrutaba de una aceleración económica sincronizada. En 2017, el crecimiento aumentó en todas las grandes economías avanzadas (excepto Gran Bretaña), y en la mayoría de las emergentes. El comercio global estaba en alza y EEUU estaba en auge; la caída de China en deflación había sido sofocada; incluso la zona euro estaba prosperando. En 2018 la historia es muy diferente. Esta semana, los mercados bursátiles se desplomaron en todo el mundo cuando los inversores se preocuparon, por segunda vez este año, por la desaceleración del crecimiento y los efectos de una política monetaria estadounidense más estricta. Esos temores están bien fundados.

El problema de la economía mundial en 2018 ha sido un impulso desigual. En EEUU, los recortes de impuestos del presidente Donald Trump han ayudado a elevar el crecimiento trimestral anualizado por encima del 4%. El desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde 1969. Sin embargo, el FMI cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las demás grandes economías avanzadas. Y los mercados emergentes están en problemas.

Esta divergencia entre Estados Unidos y el resto también implica políticas monetarias divergentes. La Reserva Federal ha elevado las tasas de interés ocho veces desde diciembre de 2015. El Banco Central Europeo (BCE) todavía está muy lejos de su primer aumento. En Japón las tasas son negativas. China, el principal objetivo de la guerra comercial de Trump, relajó la política monetaria esta semana en respuesta a un debilitamiento de la economía. Cuando las tasas de interés suben en Estados Unidos, pero en ninguna otra parte, el dólar se fortalece. Eso hace que sea más difícil para los mercados emergentes pagar sus deudas en dólares. Un dólar estadounidense en alza ya ha ayudado a impulsar a Argentina y Turquía a problemas; esta semana, Pakistán le solicitó al FMI un rescate.

Los mercados emergentes representan el 59% de la producción mundial (medida por el poder de compra), desde un 43% más de hace dos décadas, cuando se desató la crisis financiera asiática. Sus problemas pronto podrían volver a las costas de Estados Unidos, justo cuando el auge doméstico del Tío Sam comienza a desvanecerse. El resto del mundo también podría estar en peor estado para entonces, si las dificultades presupuestarias de Italia no disminuyen o China sufre una fuerte desaceleración.

Quitando el piso

La buena noticia es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la crisis. La posibilidad de una recesión tan severa como la que golpeó entonces es baja. Los mercados emergentes están causando pérdidas a los inversionistas, pero en general, sus economías reales parecen estar aguantando. La guerra comercial aún tiene que causar un daño grave, incluso en China. Si el auge de Estados Unidos da paso a una recesión superficial a medida que el estímulo fiscal disminuye y las tasas aumentan, eso no sería inusual después de una década de crecimiento.

Sin embargo, aquí es donde entran las malas noticias. El mundo rico en particular está mal preparado para enfrentar incluso una recesión leve. Esto se debe en parte a que el arsenal de políticas aún está agotado de la lucha contra la última desaceleración. En el último medio siglo, la Fed típicamente redujo las tasas de interés en aproximadamente cinco puntos porcentuales en una recesión. Hoy tiene menos de la mitad de esa capacidad antes de llegar a cero; la zona euro y Japón no tienen espacio en absoluto.

Los formuladores de políticas tienen otras opciones, por supuesto. Los bancos centrales podrían usar la política ahora familiar de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), la compra de valores con reservas de bancos centrales recién creadas. La eficacia de la QE se debate, pero si eso no funciona, podrían probar enfoques más radicales y no probados, como dar dinero directamente a las personas. Los gobiernos también pueden aumentar el gasto. Incluso los países con grandes cargas de deuda pueden beneficiarse del estímulo fiscal durante las recesiones.

La pregunta es si el uso de estas armas es políticamente aceptable. Los bancos centrales entrarán en la próxima recesión con balances que ya están hinchados por estándares históricos; la Fed vale el 20% del PIB. Los opositores de QE dicen que distorsiona los mercados e infla burbujas de activos, entre otras cosas. No importa que estos puntos de vista estén en gran parte equivocados; nuevos combates de QE atraerían un escrutinio aún más cercano que la última vez. Las restricciones son particularmente estrictas en la zona del euro, donde el BCE está limitado a comprar el 33% de la deuda pública de cualquier país.

Techo del gasto

El estímulo fiscal también atraería oposición política, independientemente de los argumentos económicos. La zona euro es de nuevo el caso más preocupante, aunque solo sea porque los alemanes y otros europeos del norte temen que se queden con deudas impagas si un país no cumple. Sus restricciones sobre los préstamos están diseñadas para restringir el despojo, pero también reducen el potencial de estímulo. América está más dispuesta a gastar, pero recientemente ha aumentado su déficit a más del 4% del PBI con una economía que ya está en alza. Si necesita ampliar aún más el déficit para contrarrestar una recesión, espere una pelea política.

La política es un obstáculo aún mayor para la acción internacional. Se necesitaba una cooperación transfronteriza sin precedentes para defenderse de la crisis en 2008. Pero el auge de los populistas complicará la tarea de trabajar juntos. Las líneas de canje de la Reserva Federal con otros bancos centrales, que les permiten pedir prestados dólares a Estados Unidos, podrían ser un punto crítico. Y la caída de las monedas puede alimentar las tensiones comerciales. Esta semana, Steve Mnuchin, el secretario del Tesoro, advirtió a China contra las “devaluaciones competitivas”. La creencia de Trump en el daño causado por los déficits comerciales se confunde cuando el crecimiento es fuerte. Pero cuando la demanda es corta, el proteccionismo es una forma más tentadora de estimular la economía.

Una acción oportuna podría evitar algunos de estos peligros. Los bancos centrales podrían tener nuevos objetivos que dificulten la oposición a la acción durante y después de una crisis. Si establecieron un compromiso con anticipación para recuperar el terreno perdido cuando baje la inflación o cuando el crecimiento sea decepcionante, las expectativas de un auge de recuperación podrían proporcionar un estímulo automático en cualquier recesión. Alternativamente, elevar la meta de inflación hoy podría con el tiempo elevar las tasas de interés, dando más espacio para los recortes de tasas. El estímulo fiscal futuro podría incorporarse ahora al aumentar la potencia de los “estabilizadores automáticos”, que se basan en el seguro de desempleo, por ejemplo, que aumenta a medida que las economías caen. La zona euro podría relajar sus reglas fiscales para permitir más estímulos.

La acción preventiva exige la iniciativa de los políticos, que está claramente ausente. La volatilidad del mercado de esta semana sugiere que el tiempo podría ser corto. El mundo debería comenzar a prepararse ahora para la próxima recesión, mientras aún pueda. Lampadia




Límites morales en la democracia

Lamentablemente, en el mundo actual se toma muchas veces los discursos de progreso a través de ganar a toda costa. Esto implica que se pueden debilitar las barreras morales que los políticos y líderes globales no están dispuestos a quebrar para ganar las elecciones y posiciones de poder. El mundo ha creado incentivos perversos que muchas veces permiten que las corporaciones y los políticos ganen a cualquier precio. Sin embargo, un reciente artículo de Project Syndicate afirma que “los ciudadanos comunes pueden contrarrestar esta tendencia ejerciendo opciones morales que todavía tienen a la mano”.

Su propuesta está basada en la teoría de juegos que podría igualar el terreno para aquellos que buscan mantener una línea base de moral. Esto implicaría que, si los ciudadanos deciden que votarán por su propio interés dentro de las restricciones de un código moral, las prácticas inmorales de campaña impondrían repentinamente un costo, en lugar de otorgarles una ventaja. Una regla general para promover la cooperación es ayudar a aquellos que tienen buena reputación y no a aquellos que tienen mala reputación. Esto también ayudaría a aquellas empresas que sí quieren adherirse a mínimos estándares morales, pero no pueden por temor a perderlo todo.

Sin embargo, hacer un juicio moral confiable requiere tiempo, esfuerzo y dinero. Como afirma Project Syndicate, “para que los ciudadanos comunes desarrollen y acaten dichos códigos morales, necesitamos, como mínimo, una mejor educación cívica, para que las personas entiendan el poder latente que ejercen y para que los usuarios de plataformas digitales aprendan a verificar las fuentes de las noticias que encuentran.”

Compartimos el artículo de Project Syndicate líneas abajo:

Cómo prevenir la democracia del ganador-se-lleva-todo

Project Syndicate
22 de agosto de 2018
Kaushik Basu, ex Economista Jefe del Banco Mundial, es profesor de Economía en la Universidad de Cornell y miembro no residente del Brookings Institute.
Traducido y glosado por Lampadia

En las democracias avanzadas, las tecnologías digitales y otros desarrollos han creado incentivos estructurales para que las corporaciones y los partidos políticos ganen a cualquier precio. Pero los ciudadanos comunes pueden contrarrestar esta tendencia ejerciendo opciones morales que todavía tienen a la mano.

La democracia está en crisis. Las noticias falsas (y las acusaciones falsas de noticias falsas) se encuentran en todas partes del discurso civil, y los partidos políticos han demostrado estar cada vez más dispuestos a usar la xenofobia y otras estrategias malignas para ganar las elecciones. Al mismo tiempo, los poderes revisionistas como la Rusia de Vladimir Putin han estado intensificando sus esfuerzos para interferir en las elecciones en todo el Oeste. Estados Unidos raras veces ha sido testigo de ataques tan descarados contra su sistema político; y rara vez el mundo ha visto esos ataques en tiempos de paz.

Y, sin embargo, la crisis de la democracia no es completamente nueva. Cuando era estudiante en Delhi a principios de la década de 1970, era común suponer que Estados Unidos “participaba” en las elecciones indias. Entonces, como ahora, los rumores que circulaban en los canales de comunicación informales dificultaban que los ciudadanos comunes pudieran distinguir los hechos de la ficción. La broma (que no siempre era una broma) era que, si sospechaba que alguien era un agente de la CIA, debería llamar inmediatamente a la oficina local de inteligencia india, pero no debería sorprenderse si la misma persona contestara el teléfono.

Dicho esto, los eventos de hoy han llegado a un nivel completamente diferente. El Reino Unido pronto abandonará la Unión Europea, con o sin un acuerdo formal de salida. Y EEUU está librando creciente una guerra comercial, que podría ser seguida por una debilitante guerra de divisas. ¿Cómo puede suceder todo esto en las democracias, y qué se puede hacer al respecto? 

En la primera pregunta, una hipótesis es que las nuevas tecnologías digitales están cambiando los incentivos estructurales para las empresas, los partidos políticos y otras instituciones importantes. Un ejemplo es el caso de las corporaciones. La riqueza de los datos de propiedad sobre las preferencias y el comportamiento de los consumidores está produciendo masivos rendimientos a escala que, como consecuencia, solo unos pocos gigantes monopolizan los mercados. En otras palabras, los mercados están cada vez más orientados hacia un juego de ‘el-ganador-se-lleva-todo’: todas las empresas pueden competir, pero solo el ganador se queda con las ganancias.

La democracia electoral está a la deriva en la misma dirección. Los beneficios de ganar una elección se han vuelto tan grandes que los partidos políticos se reducirán a nuevos mínimos para obtener una victoria. Y, al igual que con las empresas, pueden hacerlo con la ayuda de información sobre las preferencias y los comportamientos del público electoral, y con nuevas estrategias para llegar a las principales partes interesadas.

Esto plantea un dilema para los partidos y políticos democráticos con buenas intenciones. Si un partido “malo” está dispuesto a fomentar el odio y el racismo para aumentar sus posibilidades de ganar, ¿qué debe hacer un partido “bueno”? Si se apega a sus principios, podría terminar cediendo la victoria al partido “malo”, lo que lo hará aún más daño una vez que esté en el cargo. Un partido “bueno” puede tratar de anticiparse a ese resultado dando un paso hacia abajo en la escalera moral, precipitando una carrera de pérdida moral sin fin. Este es el problema con cualquier juego de ‘el-ganador-se-lleva-todo’. Cuando el segundo lugar no confiere ningún beneficio, el costo de mostrar una restricción unilateral puede ser intolerablemente alto.

Pero este problema no es tan desesperado como parece. A la luz de la crisis democrática de hoy, haríamos bien en volver a leer el ensayo seminal de 1978 de Václav Havel “El poder de los débiles”. Primero publicado como samizdat que fue escabullido como contrabando de Checoslovaquia, el ensayo presenta un argumento simple pero convincente.

Las dictaduras y otras formas aparentemente omnipotentes de autoritarismo pueden parecer estructuras grandes y de ‘arriba-hacia-abajo’, pero en el análisis final, son simplemente el resultado de las creencias y elecciones de las personas comunes y corrientes.

Havel no tenía las herramientas de la teoría económica moderna para demostrar formalmente su argumento. En mi nuevo libro The Republic of Beliefs, demuestro que a la esencia de su argumento se le puede dar una estructura formal usando la elemental teoría de juegos. Esto, a su vez, muestra que los individuos comunes tienen opciones morales que pueden no estar disponibles para los grandes actores institucionales.
El “poder de los impotentes” tiene un rol clave para salvar la democracia. A diferencia de las corporaciones y los partidos políticos, los ciudadanos comunes no están encerrados en el juego del ‘ganador-se-lleva-todo’, porque pueden hacer pequeños compromisos morales sin incurrir en costos intolerables.

Considere el caso de la fabricación de calzado en un país en desarrollo. Si solo hay dos empresas en el sector, la que se niega a violar las normas laborales mínimas corre el riesgo de perder todo el mercado ante un competidor inmoral, que en última instancia puede vender sus zapatos a un precio más bajo. Pero si los consumidores demuestran que pagarán un poco más por los zapatos fabricados sin violar las normas laborales, pueden socavar la ventaja de la empresa inmoral.

La misma dinámica se aplica a la votación. La mayor parte de la teoría del voto clásico, iniciado por el estadístico matemático y teórico económico Harold Hotelling y el economista y teórico político Anthony Downs, asume que la gente vota por su propio interés. Sin embargo, si los ciudadanos deciden que votarán por su propio interés dentro de las restricciones de un código moral, las prácticas inmorales de campaña impondrían repentinamente un costo, en lugar de otorgarles una ventaja. Una visión similar se expresa en las memorias no terminadas de Sebastian Haffner, ‘Desafiando a Hitler’. Como Cass Sunstein, al comentar sobre Haffner, dijo: “la salvaguardia máxima contra los aspirantes a autoritarios y los lobos de todo tipo radica en la conciencia individual”.

Para que los ciudadanos comunes desarrollen y acaten dichos códigos morales, necesitamos, como mínimo, una mejor educación cívica, para que las personas entiendan el poder latente que ejercen y para que los usuarios de plataformas digitales aprendan a verificar las fuentes de las noticias que encuentran.

Creo que hay corporaciones y grupos políticos que realmente quieren adherirse a mínimos estándares morales, pero no pueden, por temor a perderlo todo.

Deben invertir dinero para efectuar el cambio que necesitan nuestras democracias.

Los votantes deben aprender que sus decisiones electorales y de consumo pueden alterar fundamentalmente la naturaleza del juego en el que las corporaciones y los políticos participan. El futuro de la democracia está en manos de los ciudadanos. Lampadia




Mirada a una ‘industria en transición’

El punto en el que la demanda de petróleo alcanzará su máxima demanda ha sido durante mucho tiempo un tema de debate. La importancia del llamado ‘peak oil’ es que señala un cambio de una era de percibida escasez a una era de abundancia, y con ello, un posible cambio hacia un entorno de mercado más competitivo.

Los mercados mundiales de petróleo están cambiando drásticamente. El advenimiento de los vehículos eléctricos y las crecientes presiones para descarbonizar el sector del transporte significan que el petróleo enfrenta una importante competencia por primera vez dentro de su fuente principal de demanda. El reconocimiento de que las fuerzas combinadas de mejorar la eficiencia y aumentar la presión para reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire urbano es probable que causen que la demanda de petróleo deje de aumentar y ha dado lugar a un considerable enfoque dentro de la industria y entre los comentaristas.

Al mismo tiempo, el lado de la oferta del mercado del petróleo está experimentando su propia revolución. El advenimiento del shale oil de EEUU ha alterado fundamentalmente el comportamiento de los mercados petroleros, introduciendo una fuente nueva y flexible de petróleo competitivo. En términos más generales, la aplicación de nuevas tecnologías, especialmente la digitalización en todas sus diversas formas, tiene el potencial de destrabar grandes reservas nuevas de petróleo en los próximos 20 a 30 años.

La perspectiva de una demanda máxima de petróleo, combinada con suministros de petróleo cada vez más abundantes, ha llevado a muchos comentaristas a concluir que es probable que los precios del petróleo disminuyan inextricablemente con el tiempo. Si la demanda de petróleo se está agotando y el mundo está inundado de petróleo, ¿por qué los precios del petróleo deberían ser significativamente más altos que el costo de extraer el barril marginal? Los días de racionamiento y primas de escasez pueden estar contados.

Estos desarrollos son importantes. Es probable que el crecimiento de la demanda de petróleo disminuya gradualmente y, finalmente, llegue a su punto máximo. Y es probable que el suministro abundante de petróleo altere fundamentalmente el comportamiento de las economías productoras de petróleo.

Sin embargo, también se estima que el consumo de gas aumente, “se espera que aproximadamente el 80 % del crecimiento previsto en la demanda de electricidad de EEUU se cubra con gas natural”, según McKinsey Global Institute.

Mientras tanto, el Perú, no da pie con bola. Se impide la exploración petrolera y se desalienta el desarrollo del gas.

Con disculpas formalistas, que esconden presiones políticas, el gobierno se da el lujo de paralizar las exploraciones petroleras en el zócalo norteño, donde se está construyendo una refinería de US$ 5,500 millones de dólares que no tendrá petróleo, pues el oleoducto de Petroperu está destrozado, como denunciamos en Lampadia el 16/03/2016. (Ver: Se le acabó la ‘Tina’ a Petroperú). Al mismo tiempo se han desintensivado las exploraciones y desarrollos de gas natural.

Para entender más este tema, compartimos un análisis del Financial Times al respecto:

Los productores de petróleo enfrentan una situación de “vida o muerte”

El temor inminente al pico de la demanda significa que las empresas tienen menos probabilidades de invertir. Entonces, ¿eso hace que la escasez y el aumento de precios sean inevitables?

David Sheppard y Anjli Raval
Financial Times
18 de junio, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

El mes pasado un inversor frustrado me preguntó si la Royal Dutch Shell estaba más preocupada por “la sostenibilidad de la empresa o la sostenibilidad del planeta”. El presidente ejecutivo Ben van Beurden reconoció que el cambio climático será “el reto definitivo” que enfrentará la industria petrolera en los próximos años.

Luego pasó a describir los beneficios de la energía para millones de personas en todo el mundo como “a menudo una cuestión de vida o muerte”. Podría haber estado hablando de su propia industria, que acaba de salir de una recesión brutal y que, según algunos, se enfrenta a un desafío aún mayor: si invertir en petróleo en un momento en que las preocupaciones climáticas hacen prever el pico de la demanda tan pronto como en 2020.

Es una pregunta que domina la industria energética y determinará cómo se verán las grandes petroleras, incluidas Shell y BP, en el futuro. Impulsada por la presión de los inversores y la necesidad de frenar los costos después de que el precio del petróleo se redujera a la mitad en 2014, la industria ha abandonado en gran medida nuevas inversiones en megaproyectos, desde exploración ártica hasta arenas petrolíferas canadienses, que una vez fueron su fuerte.

En la segunda mitad de esta década, el gasto de capital total de los grandes grupos de petróleo y gas se reducirá en casi un 50% a US$ 443.5 mil millones desde los US$ 875.1 mil millones del 2010-15, según la consultora noruega Rystad Energy. Aunque parcialmente compensado por una caída en los costos de desarrollo del campo petrolífero, la caída también coincide con los grandes grupos que buscan más capital en proyectos de más corto plazo, que rinden frutos rápidamente, al igual que la energía renovable. Los movimientos se producen en medio de temores de que los vehículos eléctricos representen una gran amenaza para el dominio del petróleo. [Ver en Lampadia: Implicancias sobre la revolución de los autos eléctricos]

De acuerdo con eso, van Beurden les dijo a los inversionistas el mes pasado, que Shell ya no es un grupo de petróleo y gas, sino que es una “compañía de transición energética”, un indicio de su cambio hacia un sistema energético bajo en carbono.

Una afirmación impensable hace solo unos años. Pero la persistencia de la reducción de costos y las crecientes preocupaciones por el clima han dejado a muchos en el sector preocupados de que la industria esté cometiendo un error de cálculo. Temen que esté dando la espalda a muchos proyectos de petróleo y gas antes de que aumente la eficiencia, las energías renovables, los autos eléctricos y los esfuerzos para conservar los combustibles fósiles que puedan limitar el consumo. El resultado podría ser la escasez de suministros y los aumentos de precios, almacenando un problema para la economía global.

“No es inteligente ser arrogante respecto a la falta de inversión”, dice Stewart Glickman, un analista de equity (capital) en energía de CFRA. “La caída en los últimos cuatro años finalmente tendrá un impacto en los precios del crudo”.

Él agrega que, si bien la inversión en shale de EEUU ha crecido a medida que las empresas buscan proyectos de ciclo corto, cuellos de botella y la disminución de la calidad de las reservas, es probable que por sí sola no sea capaz de llenar el vacío. “Asumir alegremente que debido a que [la industria de Estados Unidos] ha sido capaz de generar suficiente producción hasta el momento que podamos continuar haciéndolo, es una expectativa arriesgada”, dice.

Las víctimas del recorte de inversión

Proyecto: Mad Dog 2 (rediseñado). BP, EEUU, Golfo de México

Originalmente programado para comenzar a producir petróleo antes de 2020, el proyecto fue detenido hace cinco años, ya que las previsiones de costos se dispararon a más de US$ 20 mil millones. BP ha vuelto con un nuevo plan que cree que limitará los costos a US$ 9 mil millones, con 140,000 barriles por día de producción que entrarán en funcionamiento a fines de 2021.

Las estimaciones de cuándo la demanda de petróleo alcanzará su punto máximo varían enormemente. Algunos expertos dicen que podría suceder tan pronto como en 2023, otros creen que se postergará hasta 2070. Esa falta de consenso presenta un peligro, dicen los críticos, pues los grupos petroleros están siendo empujados a descartar inversiones complejas a largo plazo justo cuando la demanda de petróleo se acerca a los 100 millones de barriles diarios por primera vez a medida que se expanden las economías emergentes en Asia y África.

“Hay tanta incertidumbre”, dice Andrew Gould, ex presidente y director ejecutivo de la compañía de servicios petroleros Schlumberger. “Cada vez es más difícil conseguir que los directorios aprueben proyectos con vidas de 20 a 25 años”.

La deflación de costos ha permitido la aprobación de ciertos proyectos como Mad Dog 2, el proyecto offshore de aguas profundas de BP en EEUU, mientras que otros están suspendidos o se han reducido. Dichos proyectos habrían proporcionado un colchón de línea de base de suministros para suavizar cualquier escasez futura del mercado o demanda adicional. Si ese suministro no está allí, algunos temen una reacción violenta de los países consumidores a medida que los precios del petróleo aumentan.

Funcionarios en India, que liderarán el crecimiento de la demanda de petróleo en los próximos años, ya están ansiosos después de que el precio tocara los 80 dólares por barril a principios de este año, mientras que los gobiernos de la eurozona se verán presionados si aumentan los precios.

Para las grandes compañías energéticas y las economías ricas en recursos que dependen de vastos campos petrolíferos para el gasto público, el temor a que la demanda alcance su pico es alto. Que se discuta en un momento en que la demanda ha estado creciendo a un promedio de 1.7mb/d cada año desde 2014 (el doble de la tasa al inicio de esta década, cuando el petróleo promedió cerca de US$ 100 por barril) es desconcertante para algunos.

Tony Hayward, el ex presidente ejecutivo de BP, que ahora es presidente del grupo minero y comercial Glencore, tiene dudas sobre toda la estrategia, insinuando que los aplacadores estaban ganando en contra de sus mejores intereses.

“No creo que las empresas grandes realmente crean en la historia a largo plazo de la demanda máxima”, dijo Hayward al Financial Times la semana pasada. “Al observar la trayectoria, es más probable que tengamos un ajuste severo del suministro a principios de la década de 2020″.

Las víctimas del recorte de inversión

Proyecto: Bonga Suroeste (Retrasado). Shell, Nigeria

El plan de Shell para desarrollar su yacimiento petrolífero Bonga en aguas profundas frente a Nigeria se ha retrasado varias veces desde 2015. Después de comenzar a bombear crudo en 2005, se espera que la extensión de Bonga de US$ 12 miles de millones hagan que la producción aumente a 175,000 barriles por día, pero su futuro ahora depende del corte de costos.

Los inversionistas están impulsando este cambio. Los principales gestores de activos y fondos de pensiones están cada vez más preocupados por el posible impacto financiero del calentamiento global y las políticas para limitarlo.

Legal & General Investment Management, uno de los mayores propietarios de acciones de BP y Shell a través de la administración de los fondos de pensiones del Reino Unido, ha liderado el camino al decirles que se centren menos en los riesgos de los movimientos de precios a corto plazo, y se preparen para administrar una industria en declive.

Nick Stansbury, quien encabeza la estrategia de L&G en los mercados de energía y commodities, dice que su argumento es que si bien es imposible predecir con exactitud cuándo llegará a su punto máximo la demanda de petróleo, ahora están convencidos de que llegará el momento. Los vehículos eléctricos, una reacción contra los plásticos y el aumento de los combustibles alternativos amenazan con limitar la demanda de petróleo, argumenta L&G.

Por lo tanto, los grupos petroleros deberían evitar los proyectos que tarden 10 o más años en volverse rentables, lo que solía ser el estándar de la industria. En su lugar, deberían centrarse en maximizar los rendimientos para los accionistas, incluso devolver capital en lugar de tratar de transformarse en compañías renovables en las que carecen de experiencia.

“No pensamos que el pico de petróleo llegará en 2021 o que no hay necesidad de invertir en ningún nuevo proyecto petrolero”, dice Stansbury. “Pero lo que queremos que se comprometan a hacer… es que se conviertan en los motores de flujo de caja que financian la transición energética”.

Dice que esa estrategia plantea riesgos para el resto del mundo en forma de precios del petróleo volátiles, pero argumenta que los fondos que invierten el dinero de otras personas en compañías de energía deben permanecer enfocados en cualquier riesgo a más largo plazo.

Es parte de un debate más grande. Los inversores a menudo consideraron que los programas de gasto de las grandes petroleras eran demasiado derrochadores cuando el petróleo estaba por encima de los 100 dólares el barril, lo que arrojaba rendimientos inadecuados. El colapso del precio del petróleo en 2014 obligó a revisar su enfoque de inversión.

Brian Gilvary, director financiero de BP, insiste en que no es solo el miedo de los inversionistas a la demanda máxima lo que ha provocado que la empresa se aleje de los proyectos de petróleo y gas a más largo plazo. Tras la caída de los precios en 2014, desencadenada en parte por el aumento estadounidense y el exceso de oferta subsiguiente, él argumenta que es sensato que empresas como BP se concentren en los proyectos más rápidos y más baratos.

“Nos estamos volviendo más eficientes en la forma en que invertimos capital”, dice Gilvary. Agrega que BP y otros grupos de energía están arando un camino intermedio: aumentar la producción de petróleo mediante el uso de tecnología para eliminar barriles de los yacimientos existentes, al tiempo que canalizan pequeñas cantidades de capital hacia los llamados proyectos de ciclo corto como el shale de EEUU.

Presidir una era de transición: el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden © Bloomberg

“No estamos viendo ningún indicio de que venga [una contracción de la oferta], pero entendemos el temor”, dice el ejecutivo de BP. “Continuamos haciendo crecer nuestro negocio… y todavía vemos suficiente actividad”.

Chris Midgley, ex economista jefe de Shell, que ahora es analista de S&P Global Platts, cree que el enfoque de BP tiene sentido, pero advierte que el mayor riesgo vendrá en cinco a siete años, cuando al centrarse la inversión en gran medida en campos existentes, podría no generarswe suficiente producción. Incluso si eso llevara a precios más altos, las compañías petroleras podrían no responder.

“Si obtenemos precios más altos, a diferencia de los ciclos anteriores, las [compañías petroleras internacionales] podrían elegir sentarse efectivamente en sus manos, diciendo que usarán la ganancia inesperada para acelerar en la transición energética en lugar de hacer más inversiones [petroleras]”, dijo. “Cualquier período prolongado de precios más altos que puedan seguir conduciría inevitablemente a un freno en el consumo. Eso sería… recesivo para toda la economía”, dice.

Las víctimas del recorte de inversión

Proyecto: Rosebank (Retrasado). Chevron, Reino Unido, Mar Del Norte

Justo al lado de la costa oeste de Shetland está el campo Rosebank, descubierto en 2004. Chevron estaba examinando la factibilidad de desarrollar un proyecto reportado de US$ 10 mil millones poco antes del colapso del precio del petróleo.

En 2016 canceló un pedido de US$ 1.8 mil millones para una embarcación de producción y descarga flotante (FPSO) para atender el campo. Chevron dijo que el proyecto sigue siendo considerado y que está trabajando en su diseño y economía.

Por ahora, la estrategia parece estar funcionando

Según Wood Mackenzie, una consultora petrolera, se espera que el crecimiento de la producción entre las principales petroleras aumente, en promedio, aproximadamente un 3.5 % anual entre 2017 y 2020.

Después de una caída de más del 40 % en la perforación convencional en tierra a nivel mundial desde 2014-16, desde entonces ha aumentado en un 17 %, dice Rystad Energy. En los yacimientos petrolíferos de EEUU, la perforación se redujo en un 55 % en el mismo período, pero aumentó un 65 % desde 2016, lo que demuestra la popularidad de los proyectos de ciclo corto. ExxonMobil, que ha sido más lento en abordar el riesgo climático que sus pares, ha dicho que todavía habría una necesidad de millones de dólares de inversión en nueva producción de petróleo y gas, incluso en un mundo donde el aumento de la temperatura se limitaría a 2ºC.

Mientras tanto, la recuperación en los precios del petróleo ha sido impulsada en gran medida por factores que están fuera del control de las compañías energéticas. La demanda es fuerte, la OPEP y Rusia recortaron intencionalmente la producción en 2017, y desde entonces la producción en Venezuela ha caído debido a la crisis económica y política que afecta al país.

La decisión del presidente estadounidense Donald Trump de retirarse del acuerdo nuclear de Irán y reimponer sanciones a las exportaciones de energía del país fue el golpe final para llevar el petróleo por encima de los 80 dólares el barril. Pero desde entonces los precios han bajado a alrededor de US$ 74, mientras Arabia Saudita y Rusia discuten la posibilidad de liberar barriles adicionales al mercado, algo que los ministros de petróleo debatirán en la OPEP esta semana.

Sin embargo, algunos de los mayores comerciantes de petróleo siguen sin estar convencidos de que sea posible mantener el mercado bien provisto de inversiones a corto plazo.

Pierre Andurand, un administrador de fondos de cobertura que supervisa más de mil millones de dólares en inversiones y apuesta por las fluctuaciones del precio del petróleo, dice que podría llegar a los 150 dólares el barril en dos años, en parte debido a la demanda máxima mientras el consumo sigue en aumento. Otros ejecutivos y analistas de la industria ven una subida más baja, pero creen que los precios volverán a superar los US$ 100 por barril.

“Los inversionistas presionan para que estas compañías no inviertan demasiado en petróleo, pero al mismo tiempo no vemos que los automóviles eléctricos tengan un gran impacto en el crecimiento de la demanda por al menos otra década”, dice. “No es obvio para mí de dónde vendrá este crecimiento de la oferta”.

Algunos descartan esto como un alarmismo, diciendo que la industria ha cambiado de una era de escasez percibida a abundancia, lo que significa que gran parte de la inversión a largo plazo en grandes proyectos es innecesaria.

Por ahora, van Beurden está apostando a que Shell ha hecho los cálculos correctos. Un precio del petróleo un poco más alto no sería lo peor en el mundo para su empresa, ya que lidia con la transición energética. Después de todo, ningún presidente ejecutivo quiere quedarse con yacimientos petrolíferos multimillonarios que el mundo ya no quiere ni necesita. Lampadia