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Cuando el Estado interviene en los mercados se cae en abismos

De cómo una intervención en contra del mercado avanza hasta destruir la economía de mercado y desbaratar la producción de bienes y servicios.

Las políticas públicas y las decisiones económicas son el espacio de encuentro y desencuentro de la falta de miras, el cortoplacismo y las buenas intenciones, con la cruda realidad determinada por miles de agentes económicos, personas, empresas e instituciones, que responden a incentivos y oportunidades, y no a normas y regulaciones que interfieren en los mercados.

Líneas abajo compartimos una brillante presentación de Ludwig von Mises, de mayo de 1950, que explica con una gran sencillez, cómo las decisiones de gobierno sobre los mercados, así estén inspiradas en buenas intenciones, pueden desencadenar una serie creciente de regulaciones (cada una para remediar el problema ocasionado por la anterior) que terminan conduciendo al Estado a hacerse de capacidades que sustituyen las funciones del mercado y llevan a las economías a disminuir la inversión, la producción, y el bienestar general.

Este tipo de normas terminan produciendo efectos contrarios a sus enunciados y a sus propósitos. En Lampadia desarrollamos, hace algún tiempo, una sección llamada: ‘Normas-contra-propósito’. Lamentablemente, tal como explica von Mises, en el Perú, este tipo de decisiones de gobierno se siguen multiplicando todos los días, al punto de haber intervenido en nuestro novel mercado de principios de siglo y haber creado una costra de normas, instancias, y enfoques burocráticos que, en esencia, han lisiado a nuestra economía de mercado y hecho tortuosos los espacios de innovación, creatividad e inversión.

Un par de ejemplos recientes de intervencionismo, son los casos de la leche (el ejemplo de von Mises), y los cines:

La leche marca ‘Pura Vida’

A mediados del año pasado,  se acusó a [Gloria] de engaño. El Ministerio de Salud,  seguido con gran intensidad por los medios, prohibió el uso de la palabra leche en las etiquetas del  producto.

A un año del escándalo, el consumo de leche bajó 9% en el 2017 y 5% en lo que va del 2018. El precio promedio que están pagando quienes han migrado a otros productos es hasta 25% más alto.

Algo muy grave, porque el Perú tiene un consumo per cápita de leche muy bajo, de 87 litros por habitante/año, cuando la FAO recomienda que sea de al menos 180 litros. 

Efecto colateral: más gasto y menos consumo.

Glosado de: Alimentación saludable: buenas intenciones, pésimos resultados.
Por Julio Luque, Gestión.

El caso de los cines y la canchita

Más recientemente, Indecopi ha invadido el ámbito de la gestión de los cines, con lo cual ya se pararon inversiones en ampliación de cobertura y mejoramiento del servicio, generando una tendencia de aumento de precios y un menor espacio para el desarrollo del cine nacional, que estuvo creciendo de la mano del crecimiento de la industria atacada en la esencia de su cadena de valor.

Ver en Lampadia: A las empresas se les trata con prejuicio e ignorancia – La convergencia anti-empresa apunta contra los cines.

Nuestro Congreso genera normas de este tipo todos los días. Ojalá nuestros lectores nos traigan más ejemplos. Pero ahora, los invitamos a iluminarse con la sabiduría de Ludwig von Mises:

Las políticas públicas de la tercera vía conducen al socialismo

(Primera parte)

Ludwig von Mises
Traducido y Glosado por Lampadia

Middle-of-the-Road Policy Leads to Socialism
Esta disertación se presentó en el University Club de Nueva York, el 18 de abril de 1950.
Mises Daily Articles, Mises Institute, Austrian Economics, Freedom and Peace, 12 de febrero, 2006.

El dogma fundamental de todas las formas de socialismo y comunismo es que la economía de mercado o el capitalismo, es un sistema que perjudica los intereses vitales de la inmensa mayoría de personas, con el único beneficio de una pequeña minoría de individualistas insensibles. Condena a las masas a un empobrecimiento progresivo. Trae miseria, esclavitud, opresión, degradación y la explotación de los trabajadores, a la vez que enriquece una clase de parásitos inactivos e inútiles.

Esta doctrina se desarrolló mucho antes de que Marx entrara en escena. Sus propagadores más exitosos no fueron los marxistas, sino personas como Carlyle y Ruskin, los fabianos británicos, los profesores alemanes y los institucionalistas estadounidenses.

Y es muy significativo que este dogma solo fuera cuestionado por unos pocos economistas, que fueron silenciados muy pronto, e impedidos de acceder a las universidades, a la prensa, a la dirección de los partidos políticos y, sobre todo, a los cargos públicos. La opinión pública, en su gran mayoría, aceptó la condena del capitalismo sin ninguna reserva.

Socialismo

Pero, por supuesto, las conclusiones políticas prácticas que las personas extrajeron de este dogma no fueron uniformes.

Un grupo declaró que solo hay una forma de acabar con estos males, a saber, abolir el capitalismo por completo. Abogan por tomar en el Estado, el control de los medios de producción privados. Apuntan al establecimiento de lo que se llama socialismo, comunismo, planificación o capitalismo de estado. Todos estos términos significan lo mismo. Los consumidores ya no deben determinar, mediante su compra y abstención de comprar, qué debe producirse, en qué cantidad y de qué calidad. De ahora en adelante, una autoridad central sola debería dirigir todas las actividades de producción.

Intervencionismo, supuestamente una política para la ‘tercera vía’

Un segundo grupo parece ser menos radical. Rechazan el socialismo al igual que el capitalismo. Recomiendan un tercer sistema que, como dicen, está tan alejado del capitalismo como del socialismo, que se encuentra a mitad de camino entre los otros dos sistemas, conservando las ventajas de ambos. Este tercer sistema se conoce como el sistema de intervencionismo. En la terminología de la política estadounidense a menudo se la conoce como la política de la mitad del camino, o la tercera vía.

Lo que hace que este tercer sistema sea popular entre muchas personas es la forma particular en que ellos eligen ver los problemas en cuestión. Según lo ven, por un lado los capitalistas y empresarios, y por otro los asalariados, discuten sobre la distribución del rendimiento del capital y las actividades empresariales. Ambas partes reclaman todo el pastel por sí mismos. Ahora, sugiérales a estos mediadores, hagamos las paces dividiendo equitativamente el valor en disputa entre las dos clases. El Estado como árbitro imparcial debería intervenir, y debería frenar la avaricia de los capitalistas y asignar una parte de los beneficios a las clases trabajadoras. Por lo tanto, será posible destronar al capitalismo moloch [del Culto a Moloch, el Dios de fenicios, canaanitas y cartagineses, que exigía sacrificios humanos], sin entronizar el moloch del socialismo totalitario.

Sin embargo, este modo de juzgar el problema es completamente falaz. El antagonismo entre el capitalismo y el socialismo no es una disputa sobre la distribución del botín. Es una controversia sobre cuál de los dos esquemas de organización económica de la sociedad, el capitalismo o el socialismo, conducen a un mejor logro de los fines que todas las personas consideran el objetivo final de las actividades comúnmente llamadas económicas, a saber, la mejor oferta posible de productos y servicios útiles.

El capitalismo quiere alcanzar estos fines mediante las empresas e iniciativas privadas, sujetas a la decisión suprema de comprar y abstenerse de comprar del mercado.

Los socialistas quieren sustituir los planes de las distintas personas, por el plan único de una autoridad central. Quieren poner en el lugar de lo que Marx llamaba la “anarquía de la producción”, el monopolio exclusivo del gobierno. El antagonismo no se refiere al modo de distribución de una cantidad fija de comodidades. Se refiere al modo de producir todos aquellos bienes que la gente quiere disfrutar.

El conflicto de los dos principios es irreconciliable y no permite ningún compromiso. El control es indivisible. O bien la demanda de los consumidores manifestada en el mercado decide con qué fines y cómo se deben emplear los factores de producción, o el gobierno se ocupa de estos asuntos. No hay nada que pueda mitigar la oposición entre estos dos principios contradictorios. Se excluyen el uno al otro.

El intervencionismo no es un camino dorado entre el capitalismo y el socialismo. Es el diseño de un tercer sistema de organización económica de la sociedad y debe ser apreciado como tal.

Cómo funciona el intervencionismo

No es tarea de la discusión de hoy plantear preguntas sobre los méritos del capitalismo o del socialismo. Hoy estoy tratando solo sobre el intervencionismo. Y no pretendo entrar en una evaluación arbitraria del intervencionismo desde ningún punto de vista preconcebido. Mi única preocupación es mostrar cómo funciona el intervencionismo y si puede o no considerarse como el patrón de un sistema permanente para la organización económica de la sociedad.

Los intervencionistas enfatizan que planean retener la propiedad privada de los medios de producción, el emprendimiento y el intercambio de mercado. Pero, continúan diciendo, es perentorio evitar que estas instituciones capitalistas propaguen estragos y exploten injustamente a la mayoría de las personas. Es deber del gobierno restringir, mediante órdenes y prohibiciones, la avaricia de las clases propietarias, no sea que su codicia perjudique a las clases más pobres. El capitalismo sin ataduras o laissez-faire es un mal. Pero para eliminar sus males, no hay necesidad de abolir el capitalismo por completo. Es posible mejorar el sistema capitalista mediante la intervención del gobierno en las acciones de los capitalistas y empresarios. Dicha regulación gubernamental y la reglamentación de los negocios es el único método para evitar el socialismo totalitario y rescatar esas características del capitalismo que vale la pena preservar.

Sobre la base de esta filosofía, los intervencionistas abogan por una galaxia de diversas medidas. Permítanos elegir uno de ellos, el muy popular esquema de control de precios.

De cómo el control de precios conduce al socialismo

El gobierno cree que el precio de un bien definido, por ejemplo, la leche, es demasiado alto. Quiere hacer lo posible para que los pobres les den más leche a sus hijos. Por lo tanto, recurre a un precio tope y fija el precio de la leche en un nivel menor que el que prevalece en el mercado libre.

El resultado es que los productores marginales de leche, aquellos que producen al costo más alto, incurren en pérdidas. Como ningún agricultor o empresario individual puede seguir produciendo a pérdida, estos productores marginales dejan de producir y vender leche en el mercado. Utilizarán sus vacas y sus habilidades para otros fines más rentables. Por ejemplo, producirán mantequilla, queso o carne.

Por lo tanto, habrá menos leche disponible para los consumidores, no más. Esto, desde luego, es contrario a las intenciones del gobierno. Que quería que sea más fácil para algunas personas comprar más leche. Pero, como resultado de esta interferencia, la oferta disponible disminuye. La medida se prueba como abortiva desde el punto de vista preciso del gobierno y de los grupos que pretendía favorecer. Produce un estado de cosas que desde el punto de vista del gobierno, es aún menos deseable que el estado previo de cosas, que estaba destinado a mejorar.

Ahora, el gobierno enfrenta una alternativa. Puede derogar su decreto y abstenerse de cualquier esfuerzo adicional para controlar el precio de la leche. Pero si insiste en su intención de mantener el precio de la leche por debajo del que el mercado libre habría determinado, no obstante, evitar una caída en el suministro de leche, debe entonces, tratar de eliminar las causas que hacen que el negocio de los productores marginales no sea rentable. Debe añadir, al primer decreto relacionado solo al precio de la leche, un segundo decreto que fija los precios de los insumos necesarios para la producción de leche, en un nivel tan bajo que los productores marginales de leche no sufran más pérdidas y, por lo tanto, se abstengan de restringir su oferta.

Pero luego, la misma historia se repite en un plano más remoto. El suministro de los insumos requeridos para la producción de leche cae, y nuevamente el gobierno está de vuelta donde comenzó. Si no quiere admitir la derrota y abstenerse de cualquier intervención en los precios, debe ir más allá y fijar los precios de los insumos necesarios para la producción de los insumos necesarios para la producción de leche.

Por lo tanto, el gobierno se ve obligado a ir cada vez más lejos, fijando paso a paso los precios de todos los bienes de consumo y de todos los factores de producción, tanto laborales como materiales, y a ordenar, a cada empresario y a cada trabajador, que sigan trabajando con esos precios y salarios. Ninguna rama de la industria puede dejarse de lado, de esta fijación general de precios y salarios, y de la obligación de producir aquellas cantidades que el gobierno quiere ver producidas. Si algunas ramas industriales se dejan libres, por el hecho de que solo producen bienes calificados como no vitales o incluso como lujosos, el capital y el trabajo tenderían a fluir hacia ellos y el resultado sería una caída en el suministro de aquellos bienes, cuyos precios ha fijado el gobierno precisamente porque los considera indispensables para la satisfacción de las necesidades de las masas.

Pero cuando se alcanza este estado de control general de las empresas, ya no puede haber ningún tipo de economía de mercado. Los compradores, mediante su decisión de comprar o abstenerse comprar, ya no determinan qué se debe producir y cómo. La capacidad de decidir recae en el gobierno. Esto ya no es capitalismo: es una planificación integral por parte del gobierno, es el socialismo. Lampadia




Realizaciones Empresariales

A principios de marzo pasado escribimos el análisis:  En defensa de las empresas – La inversión privada no es una fuerza invasora, en el que decíamos que:

En el Perú hemos dejado que las prédicas anti inversión privada, distorsionen el sentido común sobre los elementos fundamentales del desarrollo, y en vez de entender la importancia del mercado para el bienestar general (de la ‘mano invisible’ de Adam Smith), nos dejemos llevar por los cantos de sirena del poder del Estado para resolver las necesidades de los ciudadanos a espaldas, y hasta en contra del sector privado. Un nefasto intervencionismo de los políticos, que configura una suerte de ‘mano negra’, que pretende diseñar nuestras vidas.

En Lampadia, estamos comprometidos con: La defensa de la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad, así como con la promoción del Estado de Derecho y la meritocracia de los funcionarios públicos. En general, no nos ocupamos de casos de empresas individuales, pero la situación que estamos viviendo, nos lleva a ampliar nuestra cobertura de análisis. 

Hoy queremos compartir un video sobre Graña y Montero, una empresa que más allá de las investigaciones a las que está sujeta, ha desarrollado, a lo largo de su existencia, innumerables obras de primera calidad. Veamos: 




La inversión privada no es una fuerza invasora

En el Perú hemos dejado que las prédicas anti inversión privada, distorsionen el sentido común sobre los elementos fundamentales del desarrollo, y en vez de entender la importancia del mercado para el bienestar general (de la ‘mano invisible’ de Adam Smith), nos dejemos llevar por los cantos de sirena del poder del Estado para resolver las necesidades de los ciudadanos a espaldas, y hasta en contra del sector privado. Un nefasto intervencionismo de los políticos, que configura una suerte de ‘mano negra’, que pretende diseñar nuestras vidas.

 

Ante la desaparición de los liderazgos políticos de PPK, el Presidente de la República, y de Keiko Fujimori, líder del partido mayoritario del Congreso de la República, y el abandono de la búsqueda de la ‘gobernanza’ y de toda iniciativa de reformas estructurales; estamos sufriendo una estampida de iniciativas que erosionan, desnaturalizan y paralizan, las actividades del sector privado. Se está exacerbando esa nociva tendencia de nuestros políticos, de buscar banderitas políticas, que enciendan los reflectores del facilismo populista, apoyados por las reverberaciones de las cajas de resonancia de los medios de comunicación.

La lista de iniciativas anti-inversión privada y anti-empresa es larguísima. Así tenemos, por ejemplo, el caso de los Fondos Privados de Pensiones, el etiquetado de alimentos, la canchita y los cines, las cadenas de farmacias, las tarjetas de crédito, los centros comerciales, los proyectos mineros, la leche en polvo, y tantos otros.

Lamentablemente, el sector privado, tanto desde la plataforma de sus gremios, como de las propias empresas, opta hace años por lo que llaman ‘el perfil bajo’, pasar desapercibidos; como si sus actividades no fueran legítimas, perdiendo la oportunidad de compartir con la opinión pública, sus aportes a la sociedad.

Pero, peor aún, dejando que los personajes que añoran el estatismo empobrecedor, que nos estancó por décadas hasta inicios de los años 90, recobre espacio en el pensamiento popular.

En Lampadia, estamos comprometidos con: La defensa de la economía de mercado, la inversión privada, el desarrollo y la modernidad, así como con la promoción del Estado de Derecho y la meritocracia de los funcionarios públicos. En general, no nos ocupamos de casos de empresas individuales, pero la situación que estamos viviendo, nos lleva a ampliar nuestra cobertura de análisis. 

La guerra contra la economía de mercado y la pasividad del sector empresarial, ya pasó de madura y vemos que algunas empresas, han decidido salir al frente y presentar sus casos con transparencia. Una de estas iniciativas es la de Southern Copper, que está divulgando con mucha solvencia los beneficios de su proyecto de Tía María en Arequipa.

Otro caso es el de Leche Gloria, atacada desde las veredas de reguladores estatales hasta una amplia convergencia de medios de comunicación.

Para difundir y apoyar el caso de Gloria, en la defensa de la leche evaporada, compartimos con nuestros seguidores el siguiente spot:

Lampadia




Otro planteamiento para reformar la ciencia económica

Otro planteamiento para reformar la ciencia económica

A fines del año pasado (y coincidiendo con el 500 aniversario de las Tesis de Lutero en las que desacreditaba la doctrina papal), un grupo de estudiantes y profesores de Economía de la prestigiosa London School of Economics difundió, con un gran alarde, un listado de 33 ‘tesis’ para reformar la disciplina económica.

Al igual que hizo Lutero con su manifiesto, clavándolo, según cuenta la tradición, a las puertas de la iglesia del Palacio de Wittenberg; este grupo de académicos de economía clavaron sus tesis a las puertas de esa prestigiosa universidad, celebrando posteriormente un acto en el University College de Londres, en el que explicaron y debatieron el conjunto de sus propuestas. Parlamentarios y economistas, junto a un grupo de estudiantes que forman parte de Rethinking Economics, aportan una serie de clichés llamativos sobre distintos aspectos de la economía, que, en realidad, en su gran mayoría, no aportan nada nuevo, como:

  • La economía no puede separarse de las políticas públicas
  • La distribución de la riqueza y el ingreso son fundamentales
  • La economía no está libre de juicios de valor
  • La economía no puede sobrevivir sin acoger elementos del mundo natural
  • Los recursos no renovables no son infinitos
  • La economía no puede ignorar la ecología
  • Los mercados resultan de interacciones entre organizaciones públicas y privadas
  • Las instituciones modelan los mercados
  • Las políticas económicas no son de aplicación universal
  • Las decisiones de las personas no son ‘perfectamente racionales’
  • Pequeñas diferencias de suerte o circunstancias pueden producir resultados muy diferentes para personas similares

Y así continua con verdades de Perogrullo, y hasta generalizaciones temerarias, como que los mercados muestran una tendencia a incrementar la desigualdad. Critican los conflictos vinculados a juicios de valor, pero abundan en ellos.

Para complementar el análisis de esta propuesta, ver la crítica de Jorge Baca Campodónico (ex ministro de economía), publicada en Expreso bajo el título La Reformas del Modelo Económico Neoliberal.  

Este tipo de aportes oportunistas para la presencia mediática se multiplican todos los días, aprovechando la instantánea difusión de los medios y redes, adictos a la llamada ‘sociedad del espectáculo’.

En lo que sí tienen razón los imitadores de Lutero, es en la necesidad de promover el pensamiento crítico. Justo lo que necesitamos para no dejarnos llevar por aventureros. Lampadia

33 tesis para una reforma de la disciplina de la economía

EL MUNDO SE ENFRENTA A POBREZA, DESIGUALDAD, CRISIS ECOLÓGICA E INESTABILIDAD FINANCIERA…

Rethinking Economics & The New Weather Institute
Clavado en la puerta del London School of Economics (al estilo de Martín Lutero)
12 de diciembre, 2017
Glosado por Lampadia

Nos preocupa que la economía esté haciendo mucho menos de lo que podría para proporcionar intuiciones que ayuden a resolver estos problemas. Esto sucede por tres razones:

Primero, en el seno de la economía se ha desarrollado un insano monopolio intelectual. La perspectiva neoclásica domina de modo abrumador la enseñanza, la investigación, la asesoría política y el debate público. Muchas otras perspectivas que podrían proporcionar intuiciones valiosas se marginan y excluyen. Y esto no tiene que ver con que una teoría sea mejor que otra sino con la noción de que el progreso científico sólo avanza por medio del debate. En el seno de la economía, este debate ha fenecido.

Segundo, aunque la economía neoclásica ha realizado un aporte histórico y todavía es útil, hay enormes posibilidades de mejora, debate y aprendizaje desde otras disciplinas y perspectivas.

Tercero, la corriente principal de la economía parece haberse vuelto incapaz de autocorregirse, desarrollándose más como fe que como ciencia. Con excesiva frecuencia, cuando las teorías y la evidencia llegan a entrar en conflicto, son las teorías las que se han mantenido y la evidencia la que se ha descartado.

Proponemos estas Tesis como desafío al insano monopolio intelectual de la corriente principal de la economía. Son ejemplos éstos de las fallas en las teorías de la corriente principal, de las intuiciones que tienen que ofrecer las perspectivas alternativas y de las formas en que un enfoque más pluralista puede ayudar a la economía a hacerse más eficaz y democrática. Esta es una afirmación de que es posible una mejor economía y, una invitación al debate.

FINALIDAD DE LA ECONOMÍA

1. La finalidad de la economía la ha de decidir la sociedad. Ningún objetivo de la economía puede separarse de las políticas. Los indicadores de éxito representan elecciones de políticas.

2. La distribución de la riqueza y la renta son fundamentales para la realidad económica y así deberían serlo en la teoría económica.

3. La economía no está exenta de valores y los economistas deberían mostrarse transparentes acerca de los juicios de valor que hacen. Esto se aplica especialmente a esos juicios de valor que pueden no ser visibles para un ojo inexperto. 

4. Las políticas no ‘nivelan’ el campo de juego, pero lo inclinan en una dirección. Nos hace falta una discusión más explícita de qué género de economía queremos y cómo alcanzarla.

EL MUNDO NATURAL

5. La naturaleza de la economía es que se trata de un subconjunto de la naturaleza, y de las sociedades en que surge. No existe como entidad independiente. Las instituciones sociales y los sistemas ecológicos son, por tanto, centrales y no externos a su funcionamiento.

6. La economía no puede sobrevivir o prosperar sin insumos del mundo natural, o sin los muchos sistemas de soporte vital que proporciona la naturaleza. Depende de un flujo continuo de energía y material y actúa en el seno de una biosfera de delicado equilibrio. Una teoría económica que trate el mundo natural como algo externo a su modelo no puede comprender plenamente de qué modo la degradación del mundo natural puede dañar sus propias perspectivas.

7. La economía debe reconocer que la disponibilidad de energía y recursos no renovables, no es infinita, y el uso de estas reservas altera los equilibrios de energía agregada del planeta, ocasionando consecuencias tales como los trastornos climáticos.

8. No se puede ignorar la retroalimentación entre la economía y la ecología. Ignorarla hasta la fecha ha conducido a una economía global que opera ya fuera de los umbrales de viabilidad de la ecología que la alberga, pero requiere mayor crecimiento para funcionar. Pero la economía ha de anclarse en las constricciones objetivas de la ecología del planeta.

INSTITUCIONES Y MERCADOS

9. Todos los mercados están creados y configurados por las leyes, las costumbres y las culturas y se ven influidos por lo que hacen y por lo que no hacen los gobiernos.

10. Los mercados son resultado de las interacciones entre diferentes tipos de organismos públicos y privados (además de las del sector voluntario y la sociedad civil). Habría que dedicarle más estudio al modo en que se organizan en realidad estos organismos y a la manera en que funcionan y podrían funcionar las interrelaciones entre ellas.

11. Los mercados son también más complejos y menos previsibles de lo que puede implicarse de las simples relaciones de oferta y demanda. La economía necesita una comprensión más profunda de cómo se comportan los mercados, y podría aprender de la ciencia de sistemas complejos, tal como se emplea en la física, la biología y la informática. 

12. Las instituciones dan forma a los mercados e influyen en el comportamiento de los agentes económicos. La economía debe considerar por tanto las instituciones como parte central de su modelo.

13. Puesto que diferentes enfoques económicos tienen diferentes instituciones, una política que funciona bien en una economía puede funcionar mal en otra. Por esta razón, entre muchas otras, resulta improbable que sea de ayuda proponer un conjunto universalmente aplicable de políticas económicas que se base únicamente en la teoría económica abstracta.

TRABAJO Y CAPITAL

14. Se puede mostrar que salarios, beneficios y retornos sobre activos dependen de un amplio abanico de factores, entre ellos el poder relativo de trabajadores, empresas y propietarios de activos, y no simplemente de su aporte relativo a la producción. La economía necesita una comprensión más amplia de estos factores con el fin de informar mejor sobre aquellas elecciones que afectan a la porción de renta recibida por los distintos grupos de la sociedad.

NATURALEZA DE LA TOMA DE DECISIONES

15. Error, sesgo, reconocimiento de patrones, aprendizaje, interacción social y contexto son todas influencias importantes sobre el comportamiento que no están reconocidas en la teoría económica. La corriente principal de la economía necesita, así pues, una comprensión más amplia del comportamiento humano y puede aprender de la sociología, psicología, filosofía y otras escuelas de pensamiento. 

16. La gente no es perfecta y no es posible la toma de decisiones económicas ‘perfectamente racionales’. Toda decisión económica que tenga algo que ver con el futuro implica algún grado de incertidumbre no cuantificable y requiere, por tanto, tener juicio. La corriente principal de la teoría económica y la práctica han de reconocer el papel de la incertidumbre.

DESIGUALDAD

17. En una economía de mercado, la gente que dispone de las mismas capacidades, preferencias y dotes no tiende a acabar con el mismo nivel de riqueza, sujeta sólo a una variación aleatoria. Los efectos de pequeñas diferencias en la suerte o las circunstancias pueden llevar aparejados resultados enormemente diferentes para gente semejante.

18. Los mercados muestran a menudo una tendencia a una desigualdad creciente. A su vez, las sociedades desiguales se desempeñan peor en toda una serie de indicadores de bienestar social. La corriente principal de la teoría económica podría hacer mucho más por comprender de qué modo y por qué sucede esto, y de qué forma puede evitarse.

19. La proposición según la cual a medida que un país se hace más rico, la desigualdad debe inevitablemente aumentar antes de que caiga, se ha demostrado falsa. Cualquier combinación de crecimiento del PIB y desigualdad es posible.

CRECIMIENTO DEL PIB, INNOVACIÓN Y DEUDA

20. El crecimiento es una opción política, tanto como económica. Si elegimos perseguir el ‘crecimiento’, entonces las preguntas – ‘¿crecimiento de qué, por qué, para quién, durante cuánto tiempo y cuánto es suficiente?’ – deben responderse de modo explícito o implícito.

21. La innovación no es externa a la economía, es parte inherente de la actividad económica. Nuestra comprensión del crecimiento del PIB puede mejorar si contemplamos la innovación como algo que sucede en un ecosistema en desequilibrio en constante evolución, configurado por el diseño de los mercados y por las interacciones entre todos los agentes en su seno.

22. La innovación tiene a la vez un ritmo y un rumbo. El debate sobre el ‘rumbo’ de la innovación requiere comprender la ‘finalidad’ del diseño de políticas.

23. La deuda privada también influye profundamente en el ritmo con que crece la economía, y sin embargo queda excluida de la teoría económica. La creación de deuda se suma a la demanda financiada por el crédito, y afecta tanto a los mercados de bienes como al de activos. No se pueden separar las finanzas y la economía.

DINERO, BANCOS Y CRISIS

24. La mayoría de la nueva moneda que circula en la economía la crean los bancos comerciales cada vez que realizan un nuevo préstamo.

25. La forma en que se crea el dinero afecta a la distribución de la riqueza en el seno de la sociedad. Por consiguiente, el método de creación del dinero debería entenderse como una cuestión política, no simplemente técnica.

26. Puesto que los bancos crean dinero y deuda, son agentes importantes en la economía. Y se les debería incluir en los modelos macroeconómicos. Los modelos económicos que no incluyen a los bancos no podrán predecir las crisis bancarias. 

27. La economía necesita una comprensión mejor de cómo se pueden crear internamente la inestabilidad y las crisis en el seno de los mercados, en lugar de tratarlas como ‘shocks’ que afectan a los mercados desde fuera.

28. La financiación tiene dos dimensiones: las finanzas cortoplacistas y especulativas, y el financiamiento la economía real. Los dos problemas han de estudiarse conjuntamente.

ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA

29. Una buena formación en economía tiene que ofrecer una pluralidad de enfoques teóricos a sus estudiantes. Ello debería incluir no sólo la historia y filosofía del pensamiento económico sino también un amplio abanico de perspectivas actuales, tales como las institucionales, austriacas, marxistas, pos-keynesianas, feministas, ecologistas, y complejidad.

30. La economía misma no debería ser un monopolio. Los cursos interdisciplinarios son claves para comprender las realidades económicas de las crisis financieras, la pobreza y el cambio climático. La política, la sociología, la psicología y las ciencias ambientales deben integrarse, por tanto, en el programa académico, sin que se las trate como adiciones inferiores a la teoría económica existente.

31. No debería enseñarse economía como un estudio neutral en valores de modelos e individuos. Los economistas tienen que estar versados en ética y política, así como ser capaces de involucrarse de modo significativo con la opinión pública.

32. Concentrarse abrumadoramente en la estadística y los modelos cuantitativos puede acabar cegando a los economistas frente a otras formas de pensar. Habría que apoyar a los estudiantes para explorar otros enfoques metodológicos, entre ellos la investigación cualitativa, la entrevista, el trabajo de campo y la argumentación teórica.

33. Por encima de todo, la economía ha de hacer más por alentar el pensamiento crítico y no premiar simplemente la memorización de teorías y la aplicación práctica de modelos. Hay que animar a los estudiantes a comparar, contrastar y combinar teorías, y a aplicarlas críticamente a estudios en profundidad del mundo real. Lampadia




Nuevas investigaciones sobre la desigualdad en EEUU

Nuevas investigaciones sobre la desigualdad en EEUU

En los últimos tiempos gran parte del debate económico se ha centrado en el aumento de la desigualdad que se habría producido en los países más ricos.

Lamentablemente, este desarrollo se ha manejado sin el debido cuidado, planteando una generalización de la desigualdad para todo el planeta. La verdad, como hemos explicado  anteriormente, es que durante las últimas décadas la desigualdad se ha reducido dramáticamente en los países emergentes. Ver en Lampadia: Las dos caras de la desigualdad en el mundo y Contundente reducción de la desigualdad.

Ahora, según nuevas investigaciones serias, como la que presentamos líneas abajo, se habría sobreestimado sustancialmente, el aumento de la desigualdad en EEUU, lo que pone en entredicho la gran movilización mediática al respecto, y quita sustento al fenómeno populista que ha hecho carne, precisamente, en los países ricos.

Esperamos que, con estas nuevas investigaciones, amaine el aprovechamiento periodístico de un tema tan sensible como la desigualdad y, por supuesto, la peligrosa ola populista, que ya ha afectado la política de países muy importantes para la salud global. 

Un nuevo estudio dice que gran parte del aumento de la desigualdad es una ilusión. ¿Deberíamos creerlo?

Todos aceptan que la desigualdad creció. La pregunta es cuánto.

Por Dylan Matthews
VOX.COM
10 de enero de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Manifestaciones de desigualdad de ingresos y riqueza, en un evento de caridad en la ciudad de Nueva York. Andrew Lichtenstein / Corbis vía Getty Images

Pocos hallazgos económicos han penetrado tanto en la conciencia pública en los últimos años como este: la desigualdad de ingresos se ha disparado en las últimas décadas, y el top 1% de la sociedad de manera particular.

Los economistas Emmanuel Saez de UC Berkeley y Thomas Piketty de la Escuela de Economía de París han estado documentando un aumento masivo en la desigualdad de ingresos desde 2003 utilizando registros híper-detallados del IRS. De acuerdo con sus últimos datos, compilados con Gabriel Zucman de Berkeley, el top 1 % del ingreso nacional, después de que se toman en cuenta los impuestos, aumentó de 9.1 % en 1979 a 15.7 % en 2014.

Es difícil exagerar la influencia de esta línea de investigación. Ganó la medalla John Bates Clark, el premio más prestigioso de Estados Unidos para economistas académicos, convirtió al libro de Piketty en un best-seller internacional y ayudó a enmarcar el debate sobre la desigualdad de Occupy Wall Street y las propuestas de la Casa Blanca de Obama. El director de presupuesto del presidente Obama, Peter Orszag, escribió en 2009 que el trabajo de Saez ” tuvo mucha influencia en el presupuesto del presidente”.

Pero otro artículo publicado recientemente sugiere que el aumento en la desigualdad que Piketty y Saez han documentado es una sobreestimación dramática.

Gerald Auten y David Splinter, economistas en el Comité Conjunto de Impuestos del Congreso y la Oficina de Análisis Fiscal del Departamento del Tesoro, utilizaron los mismos datos impositivos del IRS que Piketty, Saez y Zucman. Descubrieron que la participación de los ingresos del top 1 % después de impuestos aumentó de 8.4 % en 1979 a 10.1 % en 2015, un aumento inferior a un tercio del total.

Lo que se ve en el papel como un gran aumento de la desigualdad en la década de los ochenta y en adelante, sostienen Auten y Splinter, es en realidad el simple cambio del manejo del dinero en respuesta a los cambios de la legislación impositiva de la era Ronald Reagan. En 1980, la tasa impositiva máxima sobre los ingresos individuales era del 69.13 %; en 1989, y disminuyo en más de la mitad, a 28 %.

En las décadas de 1960 y 1970, las empresas generalmente reinvertían sus ganancias en lugar de darles aumentos a los ejecutivos: las altas tasas impositivas significaban que esos salarios serían en gran medida gravados. La reinversión del dinero finalmente benefició a los accionistas de la compañía al aumentar el valor de la compañía, y beneficiar a los accionistas significa beneficiar a las personas ricas. Poseer acciones corporativas era mucho más raro para las personas de clase media en los años 60 y 70 antes del aumento de las pensiones e impuestos.

Después de los recortes de impuestos, las compañías comenzaron a dirigir más dinero a los aumentos. En lugar de explotar la desigualdad real, escriben Auten y Splinter, los cambios impositivos de Reagan cambiaron principalmente el dinero que solía destinarse a las personas ricas a través de las acciones, de modo que este dinero llegaba a las personas ricas en forma de salario.

Eso parece un gran aumento en la porción del pastel de los ricos, porque los sueldos más altos aparecen en las declaraciones de impuestos, pero no es un creciente valor para los accionistas, al menos hasta que se vendan las acciones.

Auten y Splinter argumentan que el aumento salarial es en gran medida una ilusión. Estos cambios de compensación y otros problemas de medición, representan el 85 % del aumento aparente en el top 1 % de los ingresos después de impuestos desde 1960.

Por su parte, Piketty, Saez y Zucman argumentan que los datos de Auten y Splinter son incompletos y se basan en una forma poco realista de tratar los impuestos corporativos. Insisten en que el descubrimiento de que la desigualdad ha aumentado dramáticamente es válido y se mantiene incluso después de considerar estos temas.

La literatura sobre desigualdad de ingresos está creciendo rápidamente y está cargada de implicancias políticas. Auten y Splinter son investigadores serios y no partidistas, pero es fácil imaginarse que los políticos conservadores se aferren a sus hallazgos para argumentar que la desigualdad no es tan importante. Su trabajo no es la última palabra sobre el tema, y ​​aún queda mucho por hacer. Pero ilustra lo difícil que es tener una idea completa de lo que está sucediendo con la desigualdad.

El caso de que estamos exagerando el aumento de la desigualdad

Auten y Splinter hicieron un ajuste con el supuesto que las altas tasas impositivas de los años sesenta y setenta se crearon para que las corporaciones acumularan dinero manejando todas las ganancias obtenidas por las corporaciones como ingresos para las personas que poseen corporaciones. Usan los dividendos y el impuesto a las ganancias de capital para estimar la cantidad de acciones corporativas que poseen los contribuyentes individuales, y luego distribuyen las ganancias a los contribuyentes.

Este no es el único ajuste que hacen. Las tasas de matrimonio, según Auten y Splinter, han caído sustancialmente en el último medio siglo. Alrededor del 69 % de los contribuyentes se casaron en 1960, en comparación con el 39 % en 2015. Pero básicamente no ha disminuido entre los estadounidenses más ricos: el 90 % del top 1 % de los contribuyentes se casaron en 1960 y el 86 % en 2015.

Eso puede sesgar los resultados cuando se comparan los declarantes de impuestos, que pueden ser personas solteras o parejas casadas (incluidas las parejas casadas donde ambas personas trabajan), entre sí. Si los ricos son más propensos a casarse, eso aumenta artificialmente los ingresos de las unidades impositivas ricas, al hacer más probable que esas unidades incluyan dos personas en lugar de solo una.

“Para controlar estas tasas decrecientes de matrimonio, nuestro análisis define los grupos de ingresos en función de la cantidad de adultos, en lugar del número de unidades impositivas”, escriben. “Esto significa que cada percentil incluye el mismo número de adultos en lugar de la misma cantidad de unidades impositivas”. Este ajuste por sí solo reduce la porción del ingreso del top 1 % en un 10 %.

Para tener una idea completa de los ingresos, Auten y Splinter hacen muchos de los mismos ajustes que Piketty, Saez y Zucman hacen en su trabajo más reciente, incluyendo la incorporación de beneficios no gravados como seguro de salud, ajustando los ingresos no reportados al IRS, añadiendo transferencias del gobierno, etc.

Encuentran que agregar las ganancias corporativas, incluidas las que grava el gobierno federal, aumenta sustancialmente la parte del ingreso del top 1 % en 1960 y 1979, pero solo aumenta levemente su participación en 2015. El efecto de agregarlas es reducir el crecimiento en el top 1 % considerablemente:

Al incluir las ganancias corporativas, la medida de la desigualdad cambia
Auten y Splinter 2017

Pero otros ajustes, como la adición de impuestos a la nómina del empleador en los ingresos antes de impuestos de los empleados, incluido el seguro de salud, también marcan la diferencia. El gran cambio no es el resultado de solo un puñado de cambios, sino el efecto acumulativo de todos estos ajustes. Antes de los ajustes, los datos de referencia de Piketty-Saez encontraron un aumento de 11.3 puntos porcentuales en la participación del top 1 % en los ingresos desde 1979 hasta 2015. Luego, el impulso se redujo a cinco puntos.

Agregar el ingreso por transferencias de los programas del gobierno y luego aplicar impuestos para obtener ingresos después de impuestos, esto reduce aún más la escala del aumento. Comparemos los números de Piketty-Saez a continuación (con el aumento de 11.3 puntos) con la medida de ingresos después de impuestos que diseñan Auten y Splinter (con solo un aumento de 1.7 puntos):

Comparando Auten / Splinter con Piketty-Saez
Auten y Splinter

Piketty, Saez y Zucman responden

Piketty, Saez y su coautor Zucman no están tan lejos del análisis de Auten y Splinter como uno podría pensar. En un trabajo reciente, han ido más allá de simplemente medir el “ingreso de mercado” antes de impuestos usando declaraciones de impuestos, datos de encuestas y otras fuentes para construir lo que llaman “cuentas nacionales distributivas”. Esta investigación intenta tomar cada dólar en la economía estadounidense en un año determinado y asignarlo a individuos específicos, y luego observar la distribución de ese ingreso.

Este enfoque produce un aumento más modesto en el top 1 % superior comparado con la duplicación del 9 % al 20.3 % que muestran los datos de ingresos del mercado. En cambio, los datos de las cuentas nacionales muestran que el top 1 % del ingreso nacional después de impuestos creció del 9.1 % en 1979 a 15.7 % en 2014.

Pero eso sigue siendo un impulso más grande que lo que muestra el documento de Auten y Splinter. Entonces, ¿qué explica la diferencia?

Cada grupo de investigadores tiene su propia respuesta. Auten y Splinter observan que no están rastreando el ingreso nacional total de la misma forma que Piketty, Saez y Zucman. Pero una vez que ajustan sus datos para hacerlo, encuentran que “las participaciones en el ingreso nacional después de impuestos [esencialmente] no han cambiado: permanecieron en 8.5 % en 1960 y aumentaron ligeramente de 10.1 % a 10.2 % en 2015. En 2014, el PSZ estimó que las participaciones en el ingreso nacional de impuestos el top 1 % representaron el 15.7 %, en comparación con nuestra estimación del 10.2 %, una diferencia de 5.5 puntos porcentuales”.

Encuentran que aproximadamente la mitad de la diferencia se explica por la forma en que los dos equipos distribuyen los ingresos no reportados.

Piketty, Saez y Zucman suponen que los ingresos comerciales no declarados se distribuyen más o menos de la misma manera que los ingresos comerciales normales: los dueños de negocios que no confiesan todos sus ingresos al IRS tienen la misma distribución de ingresos que los propietarios de negocios honestos.

Auten y Splinter no creen que eso sea correcto; argumentan que los propietarios de empresas de bajos ingresos son más propensos a reportar menos. El resto de la brecha se explica por las diferencias en cómo manejar a las parejas casadas, cómo lidiar con la distribución de los déficits del gobierno a las personas y el manejo de los ingresos de la jubilación.

Piketty, Saez y Zucman respondieron con un apéndice de datos detallado defendiendo sus números. Argumentan que, si bien los datos de auditoría aleatoria sugieren tasas bastante parejas de evasión de impuestos en todos los niveles de ingreso, las auditorías del IRS no son tan efectivas para desentrañar intentos más intrincados de evasión de impuestos emprendidos por personas ricas. Si consideran que los esfuerzos de evasión de las personas ricas son más probables de tener éxito, entonces su enfoque de asignar más ingresos no declarados a los ricos parece más razonable.

Tampoco están de acuerdo con los datos de ingresos antes de impuestos que produjeron Auten y Splinter. “Tienen un manejo poco ortodoxo del impuesto a las sociedades, que suponen que recae en los jubilados actuales (que generalmente son de ingresos relativamente bajos)”, escribió Zucman en un correo electrónico. “Como resultado, el top 1% solo paga el 17% del impuesto corporativo en 2013. Esto es demasiado bajo. CBO, JCT, Treasury y nosotros mismos tenemos un manejo más justificado donde el impuesto corporativo recae principalmente en los propietarios de capital, y el top 1% paga el 40% -45% del impuesto corporativo. Pero, Saez agrega, “Esto es relevante para la comparación de la serie de ingresos antes de impuestos, no la comparación después de impuestos”.

Muchas preguntas sobre la desigualdad se reducen a detalles aparentemente técnicos

Esos desacuerdos probablemente suenan bastante técnicos y quisquillosos. Pero marcan una gran diferencia en los números totales. Una vez más, Piketty, Saez y Zucman documentan un gran impulso en la desigualdad de ingresos, mientras que Auten y Splinter muestran un aumento mucho más leve en la participación del top 1 % desde 1979 más o menos.

Dicho esto, es importante recordar que Piketty, Saez y Zucman no son las únicas personas que documentan un aumento importante de la desigualdad. La Oficina de Presupuesto del Congreso, por ejemplo, considera que el top 1 % de los ingresos después de impuestos aumentó de 7.4 % en 1979 a 15.1 % en 2012; disminuyó al 12.4 % en 2013 como resultado de las alzas de impuestos de Obama.

Y los signos de los efectos perniciosos de la desigualdad fuera de los datos brutos de ingresos son claros. Solo observe el relativo estancamiento de la esperanza de vida de los estadounidenses pobres, incluso cuando los estadounidenses ricos viven cada vez más.

Además, los datos de Auten/Splinter no tocan el estancamiento salarial de la clase media, otro tema principal del trabajo de Piketty/Saez/Zucman. El documento de Auten / Splinter podría razonablemente hacerle cuestionar la escala del aumento en la desigualdad, pero el hecho de que haya aumentado es difícil de disputar.

Los datos de Auten / Splinter sugieren que podríamos estar subestimando el desempeño de los ricos en los años 60 y 70, y sobreestimando de qué manera es diferente la desigualdad de ese período, una conclusión compartida por otras investigaciones recientes.

Entre otras cosas, eso sugeriría que las altas tasas impositivas individuales de ese período podrían haber sido menos efectivas para atenuar la desigualdad de lo que comúnmente se piensa. Ciertamente hicieron algo, pero parece que la gente rica de ese período encontró maneras de cobrar el dinero libre de impuestos independientemente, específicamente mediante corporaciones. Lampadia




Recrudece el deseo de emigrar

El domingo pasado, El Comercio publicó un estudio de Ipsos que indaga sobre los deseos de emigrar de los peruanos. Estos indicadores no se monitoreaban desde hace algún tiempo, pues el proceso de crecimiento e inclusión del Perú, desde inicios de siglo hasta la llegada al gobierno del nacionalismo con Humala, hacían que la mejor apuesta de nuestros ciudadanos, especialmente de los jóvenes, fuera quedarse en su país, con sus familias, sus amigos y su comida.

Lamentablemente, los impactos acumulados del desastroso gobierno de Humala, con su espíritu anti inversión privada, marcó lo que hemos llamado en Lampadia, El Punto de inflexión, la paralización del crecimiento y menor inclusión. La evolución de todos los indicadores de la salud del Perú, confirman el mismo punto de inflexión, y como se ve en el siguiente gráfico de Ipsos (primicia de Lampadia) el deseo de emigrar, lo marca dramáticamente.

El cuadro nos dice con claridad:

  • Desde la captura del asesino Abimael Guzmán, la Constitución de 1993, y del regreso de la inversión privada, los peruanos dejaron paulatinamente de proyectar sus vidas fuera del Perú.
  • La recesión de fines de los 90, los escándalos de corrupción y la crisis política reversaron la tendencia y se incrementó nuevamente el deseo de emigrar.
  • En el nuevo siglo, cuando nuestro modelo de economía de mercado y el crecimiento de la inversión privada, pudieron desplegarse, mejorando los indicadores de pobreza, desigualdad, empleo, ingresos e inclusión, los peruanos optaron por su querido país como el escenario de su desarrollo personal.
  • Con el advenimiento del nacionalismo, exactamente desde el 2011, los peruanos empezaron a dejar de proyectar sus vidas en su patria, y paulatinamente, fueron incrementando, otra vez,  su deseo de emigrar.
  • Con el gobierno de PPK, en vez de revertirse esta maligna tendencia, se ha acelerado.

Lo más dramático es el caso de nuestros jóvenes:

  • El deseo de emigrar de los jóvenes es de 76% a nivel nacional (primera vez que se mide fuera de Lima).
  • El deseo de emigrar de los jóvenes en Lima es de 83%. En 2014 era 61%.
  • El deseo de emigrar en Lima se ha vuelto a disparar a los niveles del 2008.

No hay peor indicador que el de tus jóvenes pensando en emigrar. Tenemos que interpretarlo como un país donde su población, y mayormente sus jóvenes, están dispuestos a apagar las luces e irse a algún otro lugar del mundo.

Curiosamente, esta mañana, el Presidente de la República, don Pedro Pablo Kuczynski, afirmó en su programa de inicio del mes en RPP, que las cosas no están tan mal, pues en el extranjero todos ven que al Perú le va muy bien y que el mejor indicador del país es el del ‘riesgo país’. No señor Presidente, el mejor indicador de la salud del país es el que expresan sus ciudadanos y, especialmente, sus jóvenes y ese indicador es el deseo de emigrar. Y ese indicador nos dice sin ambages, que la salud de nuestro Perú no está bien. Y si no actuamos desde la realidad, solo se seguirán empeorando las cosas.

Pero, ¿qué está en el pensamiento de los peruanos cuando expresan su deseo de emigrar?

El cuadro anterior, de Ipsos, ante la pregunta: ¿cuál es el país que…?

Este último cuadro nos dice a donde piensan emigrar los peruanos. Veamos:

  •  ¿A dónde iría?
    Economías pro mercado: 94%
    – Economías anti mercado: 2%
    – Otro, ninguno, no precisa: 4%

Las cinco preguntas anteriores demuestran que los peruanos, hoy día, al igual que hace algunos años, cuando también pensaban en emigrar, proyectan sus vidas fundamentalmente a economías de mercado. Donde están dispuestos, tal como los 3’000,000 de peruanos que ya están en el exterior, a cumplir las leyes, a trabajar largas horas, a educar a sus hijos, a participar en la vida cívica de sus países de residencia, y a enviar dinero a sus familiares en el Perú.

¿Cómo debemos interpretar toda esta información?

  1. Los peruanos, especialmente los jóvenes, saben medir con precisión la salud del país.
  2. Cuando el Perú deja de ofrecerles el espacio adecuado para su desarrollo personal, se proyectan a economías de mercado.
  3. Esto implica que su pensamiento individual está muy alejado de las ideas del populismo, el socialismo y el estatismo.
  4. Mientras siguen en el Perú, se siguen expresando políticamente en concordancia con una suerte de pensamiento social, más proclive al populismo, el socialismo y el estatismo, ¿o será porque estos ofrecen alguito en el corto plazo?

Evidentemente, la trampa de la política peruana es seguir interpretando el pensamiento de los peruanos en función del oportunista ‘pensamiento social’, y no en función del realista ‘pensamiento individual’.

Estas ideas y este análisis lo hemos expresado anteriormente, no creíamos que tendríamos que volver a verlo, pero no podemos esconder la cabeza, cual avestruces, y decir que todo va bien. Nuestra responsabilidad es mostrar el camino para que nos vaya bien y, llamar la atención cuando nos desviamos del camino de la prosperidadLampadia

Nota: Agradecemos a IPSOS por habernos facilitado la información.




Las dos caras de la desigualdad en el mundo

Tras el ascenso en la tendencia populista en el mundo, es oportuno examinar los vínculos entre el populismo y el malestar socioeconómico. Donald Trump y muchos otros líderes populistas regularmente hacen una conexión entre una “élite” interesada sólo en enriquecerse a sí mismos y a sus (ricos) partidarios y la marginación de “trabajadores”.

El populismo es un término utilizado para describir un movimiento político que busca movilizar a las masas que se sienten alienadas e incluso resienten a las élites que creen que sólo están actuando para sus beneficios personales. El líder populista no tiene necesariamente ninguna ideología. Su objetivo es movilizar y unir a las masas. Y su manera de obtener más seguidores es mediante la manipulación del descontento de los segmentos más afectados. Fenómeno que curiosamente se está dando en los países ricos de Europa y EEUU.

Fuente: incomprendeus blogspot

El populismo se vuelve atractivo para las personas cuando existe la percepción de que las instituciones políticas tradicionales no han logrado cumplir la promesa de mejorar su calidad de vida. Esta percepción se amplifica cuando la mayoría ve que una pequeña clase de élite se está haciendo más rica mientras sus ingresos se estancan o aumentan a tasas muy bajas.

Recientemente, el Financial Times publicó un cuadro (que reproducimos líneas abajo) que muestra el crecimiento del ingreso disponible real de los principales países después de la crisis financiera del 2008-09. Entre 2007 y 2014, en España e Italia, el ingreso real disponible de los segmentos más pobres cayó en mayor medida que los de los más ricos, pero la caída más dramática se dio para las clases medias. Los ingresos de los más pobres también cayeron en Estados Unidos, donde el ingreso del 10 % más rico de la población aumentó. En Francia y Holanda, sin embargo, los hogares con altos ingresos vieron caer sus ingresos más abruptamente que los de los más pobres.

Esto expresa en cifras uno de los elementos han venido generando un amplio descontento en los países más ricos del mundo, donde el 10% más rico se ha hecho más rico, y los más pobres se han empobrecido aún más (como el caso del Reino Unido y EEUU) o donde los ingresos de todos se han reducido considerablemente (como Italia y España).

Sin embargo, la culpa no es de la globalización. Y mucho menos se puede afirmar que esta situación se puede generalizar a todo el mundo. El aumento de la desigualdad es un fenómeno de Europa y EEUU. En el Asia se ha dado todo lo contrario, un crecimiento muy grande de la clase media y una notoria disminución de la desigualdad. Lo mismo ha pasado en el Perú durante los últimos 25 años.

Contrariamente a la prédica de los nuevos líderes del populismo, la desigualdad, producida en buena medida por la pérdida de empleos manufactureros, no se debe a la globalización ni el comercio internacional. Según los últimos análisis, la pérdida de empleos se debe hasta en un 80% a la automatización (robots e inteligencia artificial).

El 2016 ha sido un año de grandes cambios en dirección del populismo.

Absurdamente, todos los días empeoran las críticas a la globalización y el libre comercio y, aún peor, se generalizan realidades muy diferentes entre los países más ricos y los países en desarrollo. Estos argumentos, muy mediáticos, son las nuevas banderas de la ola de populismo que aqueja a las democracias occidentales más desarrolladas.

Como hemos comentado anteriormente en Lampadia, un factor que no se menciona en los rebotes periodísticos es el de la ‘cuarta revolución industrial’, que ya empieza a mostrar sus impactos en la composición del empleo. Europa no llega a resolver la caída del empleo y es probable, que mientras continúe sobre-regulando e inhibiendo la innovación, no pueda corregirla. El tema anti comercio internacional y anti globalización es muy peligroso para países como el Perú. Ver en Lampadia: El sándwich que amenaza a los países emergentes

Felizmente, en las temidas elecciones de ayer en Holanda, fracasó el candidado populista, el extremista Geert Wilders. Líneas abajo reproducimos el despacho de El País de España.

Rutte proclama su victoria: “Hemos derrotado al populismo equivocado”

El partido del primer ministro obtiene una clara victoria frente al del ultraderechista Wilders

El primer ministro, Mark Rutte, celebra su victoria electoral en La Haya. Fuente: infobae

El partido de Mark Rutte, el primer ministro de Holanda, revalidaría su victoria con 31 de los 150 escaños según las encuestas a pie de urna. El partido antieuropeísta de Geert Wilders (PVV) solo obtendría 19 escaños, frente a los más de 25 que le otorgaban la mayoría de encuestas. Los democristianos (CDA) y los liberales de izquierda (D66) podrían superar al partido de Wilders. El partido ecologista (GroenLinks) multiplicaría por cuatro su actual representación y lograría el mejor resultado de su historia. Los socialdemócratas (PvdA), socios minoritarios en la actual coalición de Gobierno, sufren un varapalo histórico y perderían 29 escaños (de 38 a 9). Si se confirman los pronósticos a pie de urna, será necesaria una coalición de al menos cuatro partidos para poder formar Gobierno. La participación ha sido del 82%, la más alta desde 1986, según IPSOS.

Debemos tener una mejor clase dirigente y medios de comunicación para que, con compromiso cívico y pensamiento crítico, nos ayuden a evitar que poblaciones poco informadas caigan en las trampas políticas del populismo que nos acecha.  Lampadia




El sándwich que amenaza a los países emergentes

La historia tiene a veces formas retorcidas de presentarse. En estos últimos años se está generando una alianza no escrita entre los políticos más activos de los países ricos y las cúpulas de las izquierdas tradicionales que siguen proponiendo ‘ideas muertas’, como en el Perú. El eventual éxito de cualquiera de esos extremos, tendría efectos devastadores en los niveles de vida de los pobres.

Curiosamente, la extrema derecha internacional y nuestra extrema izquierda nacional, unas veces con el ropaje del populismo, otras con el del nacionalismo, basados en inferencias inconsistentes pero muchas veces efectistas, se las ingenian para trasmutar las frustraciones y anhelos de muchos pobladores, en reclamos y hasta movimientos populares que cimientan el camino de cambios regresivos.

Efectivamente, hoy tenemos al candidato republicano en EEUU, Donald Trump, planteando el aislacionismo, la expulsión de los migrantes, aranceles compensatorios con China, la reversión del libre comercio, el rechazo de los tratados de comercio, etc. En Francia, el Frente Nacional de Marine Le Pen es abiertamente anti globalización y Nicolás Sarkozy agita nuevamente el nacionalismo. En Alemania, la derrota de Angela Merkel (y el CDU) en las recientes elecciones y la consolidación del partido populista, Alternativa por Alemania (AfD), plantean cambios radicales. En España la situación es más grave aún, dado que todavía no tiene un gobierno y podrían llevar acabo su tercera elección en 12 meses.
    
Por su lado, en el Perú, todas las izquierdas han adscrito al llamado pos-extractivismo, que plantea que produzcamos lo mínimo posible para sobrevivir. Por ejemplo:

En cuanto a las agroexportaciones, donde todavía tenemos la mayor cantidad de pobres, plantean que solo produzcamos lo que necesitamos para consumir nosotros y ‘tal vez’ nuestros países vecinos. 

El sector agrícola solo puede crecer, sostenidamente, llegando a más estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo de comida por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano? Si 3 millones de agricultores tendrían que abastecer solo a 27 millones de habitantes. Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos. Pero si exportamos a mercados de 2,700 millones de personas, en teoría, cada agricultor podría abastecer a 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos, que, además, son dueños de la mayor parte de las tierras y predios agrícolas del Perú. 

O sea, los izquierdistas tradicionales, quieren condenar a la pobreza eterna a nuestros campesinos. ¡Habrase visto semejante barbaridad!

Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento, Todas las izquierdas peruanas apuestan por la pobreza y Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’.

En los países más ricos, donde el crecimiento de sus economías no llega a recuperarse desde la crisis del 2008/9, el desempleo se mantiene alto (excepto en EEUU) y se ha ampliado la desigualdad entre ricos y pobres; se esta cayendo en el facilismo de culpar de esta evolución a la globalización, el libre comercio, la deslocalización industrial y la competencia ‘abusiva’ de países como China.

En el caso de EEUU, la economía recuperó con creces el empleo, que está cerca del llamado pleno empleo (5.1% de la PEA). Lo que es más, después de que salieran cifras alarmantes sobre la disminución de la clase media, acaban de salir cifras que muestran nuevamente el crecimiento de la columna vertebral de su economía. Como afirma un reciente artículo publicado en El País de España, “la mediana de los ingresos de los hogares mejoró por primera vez desde la Gran Recesión (un 5.2%) y un total de 3.5 millones de ciudadanos dejaron de formar parte de los pobres.”

El reciente llanto de los países más ricos sobre sus problemas de desigualdad, algo en lo que también caen connotados economistas estadounidenses (ver en Lampadia: Un economista de Harvard le pone colores políticos a la globalización), hace caso omiso de la muy positiva evolución paralela de una disminución sin precedentes de la desigualdad en los países más pobres y la reducción de la pobreza en el mundo durante el período del boom globalizador. En los últimos 40 años se ha duplicado la población mundial y se ha formado una clase media global de 3,000 millones de habitantes y, hoy los más pobres tienen mejores condiciones de vida que nunca antes, con mayor esperanza de vida, mejor alimentación y mejor salud. 

Evidentemente, estos resultados que traen menor pobreza y desigualdad en los países emergentes, son además muy positivos para los países más ricos, pues crean un ecosistema proclive a los principios de la economía de mercado y por lo tanto habría que profundizarlos. Sin embargo, la reacción expresada en la nueva ola anti globalización y anti comercio, plantea revertir las políticas que originaron el mayor bienestar que hoy día goza la humanidad.

Recientemente hemos podido leer una seria de advertencias sobre la fuerza de esta ola regresiva. Por ejemplo, hace poco, Martin Wolf afirmó que “La liberalización del comercio se ha estancado y se puede observar un constante aumento de las medidas proteccionistas. Es probable que el aumento del sentimiento xenofóbico y la ralentización del comercio reduzcan el crecimiento de la IED.” Además, la política tampoco favorece a la globalización. Trump es, sin duda, el candidato a la presidencia de EEUU más proteccionista desde 1930.

De triunfar gente como Trump en EEUU, y/o Le Pen en Francia, podríamos tener que enfrentarnos a condiciones globales que restrinjan el acceso de nuestros productos a los mercados globales y a una disminución de los flujos de inversión extranjera. Algo que sería muy grave para un país como el Perú que mantiene la necesidad de generar suficientes recursos para superar las brechas sociales y económicas que aún nos aquejan y, que tiene que dar saltos cualitativos en educación salud, infraestructuras y tecnología para nivelar a nuestros pobres con los ciudadanos promedio del mundo.

Por otro lado, nuestros izquierdistas, atrapados en sus trampas ideológicas, plantean lo mismo que los nuevos políticos emergentes de los países del norte. No les gusta la globalización, no les cuadra la economía de mercado ni el crecimiento, sufren con los avances del comercio internacional y odian los recursos que produce la minería que ha permitido financiar el mayor estadio de inclusión de nuestra historia (2004 – 2011). 

El Perú pos-Constitución de 1993 se ha emancipado del estancamiento, de la relación del mercantilismo con el señor (Estado) repartidor, de la falta de oxígeno y autonomía para desarrollar ideas y proyectos. En un Perú que crece, con un poderosos sector privado, el rol del burócrata se va devaluando, el rol del intelectual venido a político repartidor (de pobreza) se diluye y el rol del gobernante omnipresente se opaca. Ya no hay sitio para ser gobernados por ideas muertas. La agujas de la economía y la mejora social las mueve en mayor medida el mercado, la inversión privada y la acción de millones de ciudadanos comprometidos en la construcción de un mejor país para sus hijos.

Como consecuencia de esta evolución política nos enfrentamos a dos amenazas. La externa que podría secar las fuentes de recursos, ya sean por exportaciones o inversión; y la interna que pretende paralizarnos para llevarnos nuevamente a la desesperanza, madre de las malas aventuras.

En nuestra opinión, debemos desarrollar una estrategia ofensiva que enfrente ambos males ‘de un tiro’. En vez de dar respuestas y explicaciones a las afrentas conceptuales detrás de estos movimientos, debemos izar las banderas de la globalización, de la economía de mercado y del comercio internacional. Y hacerlas nuestras banderas de cara a la próxima reunión de APEC en el Perú en noviembre próximo.

Estos objetivos deben ser vinculados a los beneficios que produjeron y deben seguir produciendo para los pobres y para las clases medias del Perú y del Mundo.

El Perú debe proclamar los algoritmos del bienestar y distinguirse en noviembre (APEC) como el campeón de la integración global, el comercio, la creación de riqueza y la superación de la pobreza. Lampadia

 




La democracia y el capitalismo crearon un nuevo mundo

La prosperidad es un logro muy reciente que distingue a las últimas 10 o 20 generaciones de todos sus antepasados. Según un reciente artículo de Our World In Data, “en 2000, el PBI promedio 30 veces el promedio del pasado [antes del año 1800]”.

Con una perspectiva histórica, a pesar de todos los problemas, sociales y económicos, que tenemos en la actualidad, con una población global mayor a los 7,000 millones de personas, no debemos perder de vista los grandes logros que ha conseguido la humanidad en los últimos años. La verdad es que los procesos económicos y sociales del mundo van sólidamente hacia la prosperidad. Jamás hemos estado tan bien.

La pobreza ha disminuido a mil millones de personas y se estima que en 20 años debe desaparecer. Ha crecido la esperanza de vida y han mejorado la alimentación y la salud, gracias a la globalización y a la consiguiente incorporación de muchos países a la economía de mercado, empezando por China y ahora India. Así lo demuestran Hans Rosling (Hans Rosling y Ola Rosling: Como no ser ignorantes del mundo), Bill Gates (El mundo ha mejorado y seguirá mejorando) y Xavier Sala i Martín (El Capitalismo Reduce la Pobreza en el Mundo y Sala i Martin calatea a Thomas Piketty)  entre otros.

Algo que no aborda el artículo citado es el origen de este proceso de crecimiento exponencial. Este análisis será motivo de otro ensayo, sin embargo, si uno se pregunta cuales fueron los cambios que dieron origen a este gran salto en la calidad de vida de tantas personas, no podemos dejar de identificar en su base, la ruptura de ese maligno binomio élite-siervo que caracterizó procesos de concentración inmensos, tanto de riqueza como de conocimiento y acceso a la tecnología. Una vez que se rompieron las ‘relaciones de dependencia social’ entre reyes y papas con los pobladores, los ciudadanos comunes y corrientes pudieron innovar, crear y acumular riqueza y, dar origen al capitalismo, que junto con la democracia, crearon la base de las sociedades modernas.

En Lampadia consideramos ilustrativo e importante compartir el artículo de Max Roser para tener una visión histórica sobre el gran progreso económico y social de la humanidad. Este  enfoque contradice al pertinaz y pernicioso negativismo con el que una buena parte del establishment político, académico y mediático devalúa la realidad.

No debemos dejar de lado el eco de los grandes procesos históricos y el fomento de una mejor educación cívica. Como afirmó Matt Ridley, en su reciente libro: The Evolution of Everything (La evolución de todo), en el que nos dice: “No puedo reconciliar en mi mente esta extraña yuxtaposición de optimismo y pesimismo. En un mundo que nos da una oferta inagotable de malas noticias, las vidas de las personas mejoran y mejoran”. Ver en Lampadia: Mayor bienestar con malas noticias.

Tenemos muchos problemas en la humanidad y en nuestro país, pero no hay nada más pernicioso que las agendas de los negacionistas. La historia debe verse como un proceso de suma, que ha venido prosperando con los años. Todavía hay mucho por hacer, pero debemos construir sobre lo avanzado. Lampadia

Crecimiento económico en el largo plazo

Max Roser

Publicado en Our World In Data

2016

Traducido y glosado por Lampadia

Desde la perspectiva de largo plazo de la historia social, sabemos que la prosperidad económica y el crecimiento económico duradero son logros muy recientes para la humanidad. En esta publicación vamos a ver cuál es la situación actual y también se estudiará la desigualdad entre diferentes regiones – tanto en lo que respecta a la desigualdad en términos de  prosperidad, como en cuanto a los desiguales puntos de partida para salir de la pobreza, del pasado ‘pre-crecimiento’.

La prosperidad económica se mide a través de crecimiento del producto bruto interno (PBI) per cápita, el valor de todos los bienes y servicios producidos por un país en un año, dividido por la población del país. El crecimiento económico es la medida de la variación del PBI de un año al siguiente. Desde una perspectiva de largo plazo de la historia social, el  crecimiento económico es una excepción absoluta.1

Crecimiento del PBI per cápita en el mundo desde el año 1 DC

Hay muchas reconstrucciones del PBI per cápita en los últimos siglos; aquí me centraré en las reconstrucciones del economista británico Angus Maddison.

El siguiente gráfico muestra las reconstrucciones de Maddison para las  principales regiones del mundo2:

PBI Real (absoluto) grandes regiones del mundo en 1990 $ internacionales, 1-2008 DC – Max Roser

Los datos de Maddison confirman lo que hemos aprendido desde la perspectiva de muy largo plazo: antes del inicio del crecimiento económico moderno, todas las regiones del mundo eran extremadamente pobres. Pero también se han obtenido importantes conocimientos gracias a la data de Maddison: Los puntos de partida del crecimiento económico son muy diferentes de una región a otra. Hasta el año 1000, el mundo era igual de pobre, pero nos enteramos de que ya en el año 1500 Europa Occidental había logrado cierta limitada prosperidad económica; hacia  principios del siglo 19 la región pudo aumentar poco a poco la riqueza económica. Pero la riqueza disfrutada en esa época sigue siendo incomparablemente más baja que la de Europa a comienzos del siglo 21. A partir de 772 $ internacionales en 1500, se duplicó hasta 1820, ¡pero desde entonces ha aumentado más de 12 veces! 3

En 1700, los “vástagos occidentales de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y EEUU eran tan pobres como cualquier región a excepción de Europa Occidental. Sin embargo, a pesar de que tenían un retraso en el inicio del  proceso de dejar atrás la pobreza, éstos alcanzaron rápidamente a Europa Occidental y lo superaron en 1900.

A menudo el progreso crea desigualdad entre las regiones, ya que no  sucede igual de rápido en todas partes, pero si comparamos la prosperidad económica de todas las regiones en 2003 con cualquier época anterior, vemos que todas las regiones son hoy más ricas individualmente que nunca en su historia. Aunque algunas regiones son más productivas que otras, cada región está mejor que nunca antes – mucho mejor.

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Después de mirar la pobreza de más de un millón de años atrás, surge la pregunta: ¿por qué el crecimiento económico no ocurrió antes? ¿Por qué se mantuvieron nuestros antepasados en la pobreza durante milenios? Para responder a esta pregunta, es útil observar un solo país. 

Desde los últimos milenios hasta ahora

Los datos sobre el crecimiento económico se publican ahora rutinariamente en las oficinas de estadística, pero los investigadores han tenido que reconstruir la productividad económica del pasado. Estas reconstrucciones son, sin duda, muy inciertas. Sin embargo, es absolutamente claro que en comparación al crecimiento prolongado de la productividad económica en los últimos siglos, la productividad fue siempre muy baja: La diferencia de la prosperidad es mucho mayor que la incertidumbre de los valores exactos.

He incluido una reconstrucción del PBI per cápita en el muy largo plazo: los últimos 1’002,000 (un millón dos mil) años. El economista J. Bradford DeLong ha construido los datos visualizados en este gráfico interactivo.

No es fácil mostrar más de 1 millón de años en el eje X de un solo gráfico cuando toda la acción sucede en el último par de siglos. Si yo hubiera elegido darle a cada año el mismo espacio, el eje del gráfico tendría simplemente este aspecto: ˩, prácticamente un ángulo recto.

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Por esta razón decidí darle un espaciamiento muy desigual a los años,  ciertamente una manera no tan precisa de mostrar estos datos.

Lo que aprendemos de esta tabla es que, en promedio, la gente del pasado era muchas veces más pobre que en la actualidad. Para todos los miles y miles de años antes de 1800, el PBI promedio per cápita era inferior a US$ 200 (1,990 dólares Internacionales).6 La prosperidad es un logro muy reciente que distingue de todos sus antepasados a las últimas 10 o 20 generaciones. En 2000, el PBI promedio fue de $ 6539 – más de 30 veces el promedio del pasado.

Los últimos 2000 años

De los datos mencionados previamente, sabemos que con respecto al crecimiento económico, toda ‘la acción’ sucedió muy recientemente. Es cierto que en la era pre-crecimiento algunas personas estaban muy bien colocadas – pero esto fue una élite muy pequeña, de los líderes tribales a los faraones, los reyes y papas. Sin embargo, las personas promedio estaban mucho peor en estas desiguales sociedades.

La miseria del hombre común sólo cambió con el inicio del crecimiento económico. El momento en que ocurrió este cambio se representa en el siguiente gráfico – esta vez de nuevo en un eje de tiempo regular. La prosperidad económica sólo ha sido posible en el transcurso del último 

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milenio – en realidad sólo en el último par de cientos de años. De hecho, se logró sobre todo durante la segunda mitad de los últimos cien años. 7

El crecimiento del PBI desde 1500

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Fuentes:

He recogido todas las fuentes de datos en “Our World in Data’’.

Notas de pie de página:

  1. Estos datos están disponibles en la página web del Proyecto Madison. Los datos construidos por el propio Maddison también están disponibles en línea en su página web personal.
     
  2. La data ha sido tomada de “Las estadísticas sobre la población mundial, el PBI y el PBI per cápita, 1-2008 AD” disponible en línea en el Centro de Crecimiento y Desarrollo Groningen aquí.

Este es un proyecto fundado por el historiador económico Angus Maddison y ha sido actualizado más adelante.

El PBI per cápita se mide en dólares Internacionales de 1990 de Geary-Khamis.

Los “derivados occidentales” son Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos.

  1. De acuerdo con los datos de Maddison, el PBI per cápita de Europa Occidental era de $772 Int. en 1500. $1572 Int. en 1820 y $19,912 Int. en 2003.
     
  2. Estos datos se toman a las estadísticas históricas de Angus Maddison Estadísticas en el Centro de Crecimiento y Desarrollo Groningen aquí.

Los países se muestran con sus fronteras actuales.

Para Rusia moderna, la data antes de 1990 incluye el total de URSS. ‘Indonesia’ incluye a Timor hasta 1999.

  1. DeLong (1998) – Las estimaciones del PBI mundial, un millón aC – se encuentran en línea aquí. El gráfico muestra la serie ‘preferida’ de Bradford.
     
  2. La moneda se explica aquí.
     
  3. La fuente es el blog Visualización Económica – aquí.

Hay otra entrada en el blog de Visualización Económica donde la autora, Catalina Mulbrandon, compara el crecimiento del PBI mundial con el de Estados Unidos.

Los gráficos están bajo la licencia de Creative Commons por el autor original.

Los datos sobre la población y el PBI promedio mundial per cápita son de Angus Maddison. Su trabajo continúa en el Proyecto Maddison, donde la data actualizada está disponible en línea.

  1. Estos datos han sido tomados del conjunto de datos por el Proyecto Maddison, que está disponible a través del Proyecto CLIO Infra aquí.

Esta base de datos trabaja en la investigación de Angus Maddison. La base de datos y el documento complementario – Tornillo y van Zanden (2013) – son un producto del proyecto Maddison y es en parte una revisión de la obra anterior. Las fuentes están muy bien documentadas en la página web del proyecto CLIO.

Ver: Jutta Perno y Jan van Luiten Zanden (2013) – La primera actualización del Proyecto Maddison – Nueva estimación de crecimiento antes de 1820. Publicado en enero de 2013 y en línea aquí.

  1. Esto está tomado del blog de Visualización Económica en línea aquí.

Los gráficos están bajo licencia de Creative Commons BY-NC.

  1. Estos datos se toma del conjunto de datos por el Proyecto Maddison que está en línea aquí.

El PBI per cápita es expresado en dólares Internacionales de 1990 de Geary-Khamis para ajustarse a los cambios de precios en el tiempo y las diferencias de precios entre países.

  1. Estos datos se toma del conjunto de datos por el Proyecto Maddison que está en línea aquí.

El PBI per cápita es expresado en dólares Internacionales de 1990 de Geary-Khamis para ajustarse a los cambios de precios en el tiempo y las diferencias de precios entre países y regiones del mundo. 




Buscando las rentas del turismo por medio del conflicto

Alarmados por la nueva ola de conflictos vinculados al turismo, especialmente en el Cusco, hemos conversado con diversos representantes de la civilidad cusqueña, empresarial y mediática, y hemos podido juntar unas cuantas palabras para compartir con el país, la forma y estrategias con las que se va montando un proceso violentista destinado a desestabilizar la Región y el país, en manos de un gobierno que solo acaba de tomar la posta de la administración pública.

Primer día de paro en el cruce entre Urubamba y Ollantaytambo, donde se les impidió el paso a los turistas Fuente: La República

Los conflictos en el Perú, han sido históricamente muy rentables. Ver en Lampadia: El quid de los conflictos anti minería.

Quienes promueven la conflictividad (tradicionalmente contra la inversión) buscan una rentabilidad no productiva. Se posicionan como líderes locales, ganan elecciones, acceden a ejercer la autoridad, participan en las decisiones de gobierno, y también se nutren, muchas veces, de la corrupción.

El caso del turismo, una actividad muy sensible, ya tiene su primera “plataforma de lucha” a escasos días de la inauguración del nuevo gobierno.

Desde los tres temas que llevaron a un bloqueo de carreteras en Urubamba y Ollantaytambo, son, por decir lo menos,  solo pretextos:

  • La rebaja de las tarifas eléctricas (que para el día de la convocatoria ya estaban rebajadas por mandato de la ley) y que fueron debidamente sustentadas por Osinergmin.
  • Una pretendida “usurpación de terrenos por parte de un importante Hotel (que fue desvirtuada por las expresiones de su CEO, que probó que habían comprado terrenos saneados.

El tercer tema tiene otro trasfondo, no menos perverso.

  • Los huelguistas reclaman contra la empresa de buses que opera en Machu Picchu,  (CONSETUR) que se inició como propietaria de los trabajadores de la ex ENTUR PERU, y lamentablemente, devino en  un monopolio  que no sólo tiene muy poca popularidad,  sino que  opera  con muchas deficiencias.  No programa toda su capacidad en momentos de alta demanda creando largas colas, y todo esto en una ruta pública ¡de las más caras del mundo!!!  S/. 80 soles por un recorrido de 8 kilómetros.  (Un billete de bus de casi 1,000 kilómetros de Cusco a Lima, cuesta en condiciones de libre mercado, desde S/.60). CONSETUR factura 50 millones de soles y tiene 24 buses autorizados (cada uno genera en promedio algo más de dos millones de soles por año).

Esta distorsión del mercado permite plantear la protesta con la disculpa del abuso de la empresa, de la cual pretenden obtener beneficios en una suerte de extorsión y, además, crear un clima político favorable a sus designios desestabilizadores del orden público y del desenvolvimiento de un sector vital para el conjunto de la economía.

Con ésta “plataforma de lucha”  se inaugura la gestión de un grupo de profesores de la provincia (naturalmente militantes del SUTEP), que promovieron un paro con bloqueo de vías, y conatos de violencia, los días 3 y 4 de agosto pasado. El objetivo era, a todas luces, impedir la visita a Machu Picchu en un momento de alta demanda. Se calcula que los días mencionados hubo una demanda  superior a los 6,000 visitantes diarios. Es decir, además de la minería, el turismo parece también estar en la agenda de los violentistas.

Policías custodiando el puente de Urubamba Fuente: La República

Para variar, las “fuerzas” que convergen en éste atentado, serían por un lado, autoridades que  no pueden mostrar neutralidad en este conflicto, algunos alcaldes electos con los colores de “Tierra y Libertad” y por otro, tendríamos, a dos personajes llamativos, sin vinculación aparente con la problemática del  conflicto, pero que intervienen activamente azuzando a la población:

  • Un líder musulmán (militante confeso de HEZBOLLAH), llamado  Edwar Quiroga
  • Un pintoresco y díscolo personaje, buscador de conflictos, abogado “ad honorem” de cuanto conflicto se gesta en la Región, Ricardo Noriega  Salaverry.

Estas presencias deberían deslegitimar cualquier reclamo, pero de alguna manera tienen éxito… Entre otras razones, por el apoyo mediático que logran.

Esta vez, el movimiento, no logró impedir el acceso a Machu Picchu, pues se usó una carretera alterna y se logró una operación precaria, evitando que unos 10,000 turistas se queden sin Machu Picchu, gracias a la efectiva acción de la policía y la coordinación con el sector empresarial.

La violencia que se está gestando es definitivamente un plan de largo aliento… Misteriosamente,  están convergiendo a estas acciones, otros colectivos y otros reclamos.

El Gasoducto sur peruano, tiene movilizados a los dirigentes de La Convención. Se reclama por la calidad de los trenes locales y tienen al llamado ‘Frente de Defensa de Machu Picchu’, en pie de lucha.

Todos los días se anuncian nuevos paros, algunos de ellos “indefinidos”. Y muchos de los potenciales conflictos se enfocan en contra empresas privadas, sin embargo, cuando se marcha, se lo hace contra el Estado. ¿Quién entiende?

Ante cualquier evento y con cualquier pretexto, se gesta un FRENTE UNICO DE LUCHA, del cual, la Federación Agraria, es parte.

¿Qué nos espera durante los próximos meses?

Creemos que la puntería está dirigida a ‘debilitar el nuevo gobierno democrático’. No es casualidad que a sólo 3 días de la instalación de un nuevo gobierno que goza de aprobación ciudadana, algunos grupos de dirigentes políticos, cual enemigos del país, que detentan,  impunemente, una de las facultades más importantes de cualquier gobierno, ‘el monopolio de la violencia’. Y sigan dañando a los ciudadanos, las empresas, el Estado y a nuestros visitantes. Todos debemos rechazar estas acciones. ¡El Perú debe defenderse!!!! Lampadia




Cómo una teoría pudo dar forma a los negocios

Como prometimos la semana pasada, en Lampadia seguiremos la publicación de una serie de informes de The Economist sobre las más importantes teorías económicas, relevantes en la actualidad, explicadas de una manera menos ‘matematizada’ y con énfasis en cómo estas teorías son aplicadas en los problemas actuales.

El primer tema publicado por The Economist es el del análisis de los mercados mediante la Información Asimétrica, con lo cual George Akerlof, Michael Spence, y Joseph Stiglitz obtuvieron el Premio Nobel de Economía de 2001. Akerlof mostró como se distorsionan los precios en un mercado con información asimétrica y como aparecen el riesgo moral y la selección adversa. Spence, a través de un modelo de señalización de la educación, mostró los efectos de las asimetrías informativas en los mercados laborales y, finalmente Stiglitz, mostró los efectos de las distorsiones en los puntos de equilibrio causados por la presencia de información asimétrica en los mercados de crédito y seguros.

La publicación da el siguiente ejemplo: El comprador de un auto de segunda mano tiene menos información acerca del estado de dicho auto que el vendedor. Como consecuencia de esta información desigual, surge la incertidumbre en los compradores, por lo que tratarán de bajar el precio al máximo posible. El hecho de que los compradores no estén dispuestos a ofrecer un buen precio impide precios elevados. De esta manera, los vendedores de coches en buen estado se ven obligados a retirar sus vehículos, originándose una caída  en el mercado porque muchos de los coches vendidos son de mala calidad y bajos precios. 

La conclusión es que los vendedores de autos en buen estado retiran del mercado sus vehículos, ya que no pueden encontrar un precio justo y acorde a lo que creen conveniente recibir por ellos, porque los compradores desconfían de todos y creen que les quieren engañar con algo de menor calidad.

¿Solución? Ya que el principal problema radica en la asimetría de la información, el vendedor sabe el verdadero estado de su auto, mientras que el comprador no lo sabe y tendrá que confiar. Esto es un ejemplo de que los mercados se tienen que adaptar para poder compensar la asimetría de información, ya que en caso contrario los bienes de baja calidad pueden expulsar del mercado a los bienes de mejor calidad, encontrándonos con un problema de selección adversa.

Líneas abajo, reproducimos el artículo de The Economist:

Asimetría de la información

Secretos y agentes

The Economist

26 de julio de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

El estudio económico de George Akerlof de 1970, “El mercado de los limones”, es una de las bases de la economía de la información. La primera de nuestra serie sobre las principales ideas económicas seminales.

En 2007, el estado de Washington introdujo una nueva regla destinada a hacer más justo el mercado laboral: se les prohibió a las empresas comprobar las puntuaciones de crédito de los solicitantes de empleo. Los activistas celebraron la nueva ley como un paso hacia la igualdad, ya que es muy probable que un solicitante con un bajo puntaje crediticio sea pobre, negro o joven. Desde entonces, otros diez estados han seguido su ejemplo. Pero cuando Robert Clifford y Daniel Shoag, dos economistas, estudiaron las prohibiciones, se encontraron con que esta ley dejó a los negros y jóvenes con menos puestos de trabajo, no más.

Antes de 1970, los economistas no tenían mucho para ayudarles a resolver este rompecabezas. De hecho, ellos no pensaron mucho sobre el rol de la información. En el mercado laboral, por ejemplo, los libros asumían que los empleadores saben la productividad de sus trabajadores (o trabajadores potenciales) y que, gracias a la competencia, les pagaban exactamente el valor de lo que producían.

Se podría pensar que la investigación que produjo esa conclusión sería celebrada como un avance importante. Sin embargo, cuando, a finales de 1960, George Akerlof escribió “El mercado de los limones” (y más tarde ganó un premio Nobel por eso), el documento fue rechazado por tres revistas de primera línea. En ese momento, Akerlof era un profesor asistente en la Universidad de California, Berkeley; y sólo había completado su doctorado en el MIT en 1966. Quizás por ello, la American Economic Review pensó que sus percepciones eran triviales. El Review of Economic Studies estuvo de acuerdo. El Journal of Political Economy tenía la preocupación opuesta: no podía aceptar las implicancias del estudio. Akerlof, ahora profesor emérito en Berkeley y casado con Janet Yellen, presidente de la FED (Banco de reserva de EEUU), recuerda la queja del editor: “Si esto es correcto, la economía sería diferente.”

En cierto modo, los editores estaban en lo correcto. La idea de Akerlof, finalmente publicada en el Quarterly Journal of Economics en 1970, era a la vez simple y revolucionaria. Supongamos que los compradores de autos valorizan un buen auto usado (melocotones) a US$ 1,000 y los vendedores a un poco menos. Un auto en mal estado (un limón) se valoriza en tan sólo US$ 500 por los compradores (y, de nuevo, un poco menos por los vendedores). Si los compradores pueden diferenciar los limones de los melocotones, el comercio florecerá en ambos lados. En la realidad, los compradores suelen tener problemas para diferenciarlos: los rasguños pueden retocarse, los problemas del motor pueden no haberse divulgado e incluso los odómetros pueden estar alterados.

Para contabilizar el riesgo de que un auto pueda ser un limón, los compradores redujeron sus ofertas. Ellos podrían estar dispuestos a pagar, por ejemplo, US$ 750 por un auto que perciben que tiene la misma probabilidad de ser un limón o un melocotón. Pero los distribuidores que saben con seguridad que tienen un melocotón rechazarán la oferta. Como resultado, los compradores se enfrentan a una “selección adversa”: los únicos vendedores que están dispuestos a aceptar US$ 750 serán los que saben que están vendiendo un limón.

Los compradores inteligentes pueden prever este problema. Sabiendo que ser les va a ofrecer un limón, ofrecen sólo US$ 500. Los vendedores de limones terminan vendiéndolo al mismo precio que lo habrían hecho inicialmente. Sin embargo, los melocotones se quedan en el garaje. Esta es la tragedia: hay compradores que pagarían felices el precio de un melocotón, si tan sólo pudieran estar seguros de la calidad del auto. Esta “asimetría de información” entre compradores y vendedores debilita el mercado.

¿Es realmente cierto que se puede ganar un premio Nobel sólo por la observación de que algunas personas en los mercados saben más que otros? Esa fue la pregunta que un periodista le hizo a Michael Spence, quien, junto con Akerlof y Joseph Stiglitz,  recibieron el Premio Nobel del 2001 por sus trabajos sobre la asimetría de información. Su incredulidad era comprensible. La publicación de los limones no era ni siquiera una descripción precisa del mercado de autos usados: claro que no todos los autos usados ​​que se venden son un fracaso. Y las aseguradoras habían reconocido hace tiempo que sus clientes podrían ser los mejores jueces de los riesgos que corrían, y que los más dispuestos a comprar seguros eran probablemente las apuestas más riesgosas.

Sin embargo, la idea era nueva para los economistas tradicionales, que rápidamente se dieron cuenta que muchos de sus modelos se habían vuelto redundantes. Pronto siguieron otros avances, ya que los investigadores examinaron cómo el problema de la asimetría podría ser resuelto. La contribución insignia de Spence era un documento de 1973 llamado el “modelo de señalización” que analizaba el mercado laboral. Los empleadores pueden tener dificultades para descifrar qué candidatos de empleo son los mejores. Spence mostró que los mejores trabajadores podrían indicar su talento a las empresas mediante la recopilación de señales, como títulos universitarios. Fundamentalmente, esto sólo funciona si la señal es creíble: si los trabajadores de baja productividad encontraron que les fue fácil obtener un título, entonces podrían hacerse pasar como tipos inteligentes.

Esta idea pone de cabeza la sabiduría convencional. Por lo general, se cree que la  educación hace que los trabajadores sean más productivos. Sí es una señal de talento.  Los retornos de la inversión en educación para los estudiantes que ganan un salario superior a expensas de los menos capaces, y tal vez para las universidades, pero no para la sociedad en general. Un discípulo de la idea, Bryan Caplan, de la Universidad George Mason, está actualmente escribiendo un libro titulado “El caso en contra de la educación”. (El propio Spence lamenta que otros tomaron su teoría como una descripción literal del mundo).

La señalización ayuda a explicar lo que sucedió cuando Washington y otros estados dejaron de permitir que las empresas obtengan las calificaciones de crédito de los postulantes. El historial crediticio es una señal creíble: es difícil de falsificar y, presumiblemente, los que tienen una buena puntuación de crédito son más propensos a desempeñar buenos trabajos que los que no pagan sus deudas. Clifford y Shoag encontraron que cuando las empresas ya no podían acceder a las puntuaciones de crédito, ponían más peso en otras señales, como la educación y la experiencia. Debido a que estos son más escasos entre los grupos desfavorecidos, se hizo más difícil, no más fácil, convencer a los empresarios de su valor.

La señalización explica todo tipo de comportamiento. Las empresas pagan dividendos a sus accionistas, quienes deben pagar impuestos por ellos. ¿Seguramente sería mejor que los conservaran como utilidades retenidas y así, aumentaran los precios de las acciones? La señalización resuelve el misterio: el pago de un dividendo es una señal de fuerza, lo que demuestra que una firma no siente la necesidad de acumular dinero en efectivo. De la misma manera, ¿por qué un restaurante escogería deliberadamente localizarse en una zona con altos alquileres? Indica a los clientes potenciales que su buena comida le traerá éxito.

La señalización no es la única manera de superar el problema de los limones. En un documento de 1976, Stiglitz y Michael Rothschild mostraron cómo los aseguradores podrían escoger a sus clientes. La esencia de la revisión es ofrecer ofertas que sólo atraen a un tipo de cliente.

Supongamos que una aseguradora de automóviles se enfrenta a dos tipos diferentes de clientes, de alto riesgo y de bajo riesgo. Ellos no pueden diferenciar a estos dos grupos; sólo el cliente sabe si es un conductor seguro. Rothschild y Stiglitz mostraron que, en un mercado competitivo, las aseguradoras no pueden ofrecer el mismo trato a ambos grupos de una manera rentable. Si lo hicieran, las primas de los conductores seguros subsidiarían los pagos a los imprudentes. Un rival podría ofrecer un acuerdo con primas ligeramente más bajas (y un poco menos de cobertura), lo cual atraería a los conductores prudente solamente, ya que los arriesgados prefieren permanecer totalmente asegurados. La firma, que se quede sólo con los clientes más riesgosos, tendrían pérdidas. (A algunos les preocupaba que pasaría lo mismo con el Obamacare, que prohíbe a los aseguradores de salud estadounidenses discriminar a los clientes que ya están mal: si las altas primas resultantes fueron para disuadir a los clientes jóvenes y sanos, las empresas podrían tener que aumentar las primas aún más, haciendo que cada vez más clientes sanos se retiren, en un denominado “espiral de muerte”.)

La aseguradora de automóviles debe ofrecer dos ofertas, asegurándose de que cada uno atraiga sólo a los clientes para los que ha sido diseñado. El truco consiste en ofrecer un contrato de seguro costoso que cubra todo riesgo y una opción alternativa más barata con un deducible alto. Los conductores arriesgados se resistirán a cambiar, sabiendo que hay una buena probabilidad de que lo necesiten eventualmente. Ellos seguirán pagando la cobertura más cara. Los conductores más seguros no tolerarán el alto deducible y pagarán un precio menor por una cobertura inferior.

Esto no es una solución particularmente feliz del problema. Los buenos conductores están atrapados con altos deducibles del mismo modo que trabajadores los altamente productivos deben desembolsar por una educación con el fin de demostrar su valía en el modelo de educación de Spence. Sin embargo, la señalización está en juego cada vez que una empresa ofrece a sus clientes un menú de opciones.

Aerolíneas, por ejemplo, quieren sacarle la mayor cantidad de dinero a los clientes ricos con precios más altos, sin alejar a los más pobres. Si supieran la profundidad de los bolsillos de cada cliente con antelación, podrían ofrecer sólo pasajes de primera clase a los clientes ricos y una mejor relación calidad-precio a todos los demás. Pero debido a que deben ofrecer las mismas opciones para todos, tienen que empujar hacia los pasajes más caros a los que puedan pagarlos. Esto significa hacer deliberadamente que la cabina estándar sea incómoda, asegurando que las únicas personas que las utilicen sean los que tienen billeteras más delgadas.

El peligro socava el Edén

La selección adversa tiene un primo. Las aseguradoras han sabido por mucho tiempo que las personas que compran seguros son más propensas a tomar riesgos. Alguien con un seguro de hogar probará sus alarmas de humo con menos frecuencia; alguien con un seguro de salud tendrá una alimentación poco saludable y beberá más. Los economistas asumían que este fenómeno era un “riesgo moral”, cuando Kenneth Arrow escribió sobre el tema en 1963.

El riesgo moral se produce cuando los incentivos se descontrolan. La vieja economía, señaló Stiglitz en su conferencia del premio Nobel, prestaba mucha atención a los incentivos, pero tenía muy poco que decir sobre ellos. En un mundo completamente transparente, que no necesita preocuparse por incentivar a alguien, se puede utilizar un contrato para especificar su comportamiento con precisión. Pero cuando la información es asimétrica y no se puede observar lo que se está haciendo (¿Está utilizando piezas baratas el comerciante? ¿Está vagando tu empleado?) es que uno debe preocuparse por asegurar que los intereses están alineados.

Tales escenarios presentan lo que se conoce como problemas del ” agente-principal”. ¿Cómo puede un director (o un administrador) conseguir que un agente (o un empleado) se comporte como quiere, cuando él no los puede controlar todo el tiempo? La forma más sencilla de asegurarse de que un empleado trabaje duro es darle parte o la totalidad de la ganancia. Las peluqueras, por ejemplo, suelen alquilar  un lugar en un salón de belleza y mantienen sus ganancias para sí mismas.

Pero el trabajo duro no siempre garantiza el éxito: un analista estrella en una empresa de consultoría, por ejemplo, podría hacer un trabajo estelar lanzando un proyecto que, sin embargo, va a un rival. Por lo tanto, otra opción es pagar “salarios de eficiencia”. Stiglitz y Carl Shapiro, mostraron que las empresas podrían pagar salarios de primera calidad para hacer que los empleados valoren más sus puestos de trabajo. Esto, a su vez, podría hacer que sean menos propensos a eludir sus responsabilidades, porque perderían más si fueran despedidos. Ese descubrimiento ayuda a explicar un rompecabezas fundamental de la economía: cuando los trabajadores están desempleados, pero quieren puestos de trabajo, ¿por qué no caen los salarios hasta que alguien esté dispuesto a contratarlos? Una respuesta es que los salarios por encima del mercado actúan como una zanahoria, el desempleo resultante, como un palo.

Y esto revela un punto aún más profundo. Antes de que Akerlof y los otros pioneros de la economía de la información llegaran, la disciplina suponía que, en mercados competitivos, los precios reflejan los costos marginales: cobra por encima del costo y un competidor te ganará con un menor precio. Pero en un mundo de asimetría de información, el “buen comportamiento es impulsado mediante la obtención de un excedente sobre lo que se podría conseguir en otro lugar”, según Stiglitz. El salario debe ser mayor que lo que un trabajador puede obtener en otro puesto de trabajo, para que ellos quieran evitar el despido; y las empresas deben considerar doloroso perder clientes cuando su producto es de mala calidad, por no invertir en la calidad. En los mercados con información imperfecta, el precio marginal no puede igualar al costo marginal.

El concepto de asimetría de la información, entonces, realmente cambió la economía. Casi 50 años después de que el estudio de los limones fuera rechazado tres veces, sus ideas siguen siendo de importancia crucial para los economistas y para la política económica. Solo pregúntele a cualquier joven negro de Washington que tenga una buena puntuación de crédito, que desea encontrar un trabajo.

Lampadia




Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Realidad vs. Negacionismo, Mentiras y Complacencia

Desde la campaña electoral del 2011, algunos peruanos, especialmente los políticos siguen ‘escupiendo al Cielo’. La transición del Perú de los años 80 al incontrastable proceso de crecimiento con impactos muy positivos en el plano social, que se dio hasta el 2011, no fue un cambio menor y mucho menos un deterioro, sino, mas bien, una suerte de milagro, pues nuestros logros se dieron sin que nadie los vislumbrara.  

En esencia, después del acta de renacimiento estipulada por la Constitución de 1993, que permitió el regreso de la inversión privada y que liberó a los peruanos y sus empresas de las amarras regulatorias ideadas por la dictadura militar, nuestro país floreció como el desierto de Sechura luego de unos días de lluvia.

Lo que el milagro no trajo, la pata rota de nuestro desarrollo, fue la mejora de nuestros espacios institucionales. La única institución que se desarrolló fue el MERCADO, con letras mayúsculas, junto con algunos ministerios y organismos reguladores modernos y profesionales.

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Desde el nacimiento de Lampadia, hemos destacado los avances del Perú, y los hemos defendido de los ataques de los negacionistas que buscaban una plataforma para acceder al poder, de los mentirosos por sus frustraciones y su vocación ‘incendiaria’ y, de los complacientes que no entendieron que, conociendo la realidad, estaban obligados a difundirla y defenderla.

En noviembre del 2013, publicamos una serie de indicadores sobre los avances económicos y sociales del Perú: Las Cifras de la Prosperidad. Estas cifras demuestran la evolución positiva del crecimiento, la pobreza, la desigualdad y de múltiples indicadores sociales y económicos, que confirman el volteretazo socio-económico de un país por el que nadie daba un medio.

Hoy tenemos que destacar otro desarrollo extraordinario de nuestra patria:

  • El porcentaje de NINIS en el Perú es la mitad de América Latina e igual al de los países más ricos de la OCDE (NINIS: Jóvenes que no trabajan ni estudian).

El sustento de este indicador se muestra en un reciente estudio del Banco Mundial, publicado en febrero pasado: NINIS en América Latina – 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, desarrollado por Rafael Hoyos, Halsey Rogers y Miguel Székely.

Sorprendentemente, uno de los autores, Halsey Rogers, ha sido entrevistado por el diario La República (Carlos Bessombes, Página 20, del 20 de marzo 2016). Los siguientes pasajes corresponden literalmente a la publicación de La República:

En el Perú lo que descubrimos es que tiene la tasa más baja de NINIS en toda la región. Es del 10%, eso es igual a la tasa que se encuentra en los países más ricos de la OCDE. Eso es muy interesante porque se trata de la mitad de la tasa en toda la región, que es de 20%. Lo que encontramos es que había una tasa más alta hasta el año 2000, pero desde ese año se vio una tendencia bastante rápida hacia la baja.

Parece que los jóvenes en el Perú sí se beneficiaron más del rápido crecimiento económico

Con esta información podemos afirmar que hasta el 2011, en que se da el punto de inflexión hacia la parálisis de la economía, el desarrollo fue integral; el llamado ‘modelo peruano’ funcionó, pues el crecimiento fue pro-pobre y pro-clase media; llegó a todas las regiones, incluyendo la sierra rural (Webb) y abarcó a los jóvenes que tuvieron una mejor situación que los del resto de América Latina.

Lo logrado fue extraordinario, pero no es suficiente, falta mucho en desarrollo económico y social, y mucho más aún en desarrollo institucional.

Sin embargo: Para cubrir las brechas que debemos cerrar, no podemos retroceder a las políticas que nos hicieron pobres. Para emprender las agendas de mejoras, no podemos negar los avances. Para alcanzar el poder, no se puede desorientar a la población, diluyendo las relaciones causa-efecto de nuestros avances.

Producto de la complacencia de los que entendieron la realidad, pero no la defendieron, tenemos que una buena parte de los candidatos a las elecciones presidenciales, fluctúan entre los negacionistas y los mentirosos. Entre ellos han destacado con todos los honores: Guzmán, el candidato que fue incapaz de manejar los trámites electorales. Mendoza, que representa a la izquierda tradicional que sigue nublada por las vendas de ‘la gran transformación’, el rentismo de la anti-minería, la admiración del chavismo y la veneración al ominoso ‘Foro de Sao Paulo’ de Lula. Y, por último, pero no en menor grado, Barnechea, que después de haber cortejado y convivido con todas las élites y de representar a varias grandes empresas, ahora se presenta como una suerte de reformista de la base de la pirámide.

Felizmente, los peruanos no son negacionistas, mentirosos ni complacientes. Ahora tienen a sus hijos en el Perú, han formado una gran clase media y saben como mejoraron sus vidas y sus esperanzas desde la gran reforma de los años 90. Juegan con los políticos y la política, pero al final deciden lo mejor para sus hijos. Lampadia