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Precio de medicamentos en el Perú

Precio de medicamentos en el Perú

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Contrariamente a la prédica del gobierno y de las izquierdas destructoras de la calidad de vida de los peruanos, los precios de los medicamentos recurrentemente usados por la población, están, notoriamente, entre los más bajos de la región.

Así lo demuestra el último estudio comparativo de precios desarrollado por Ipsos para la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas (ANACAB). La medición se hizo entre el 19 de enero y el 1 de febrero pasado, para Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.

La medición incluyó 75 medicamentos clasificados en las siguientes categorías:

Veamos los resultados de los precios promedio, de los dirigidos a enfermedades crónicas, de los genéricos, cardiovasculares y de los indicados para los trastornos mentales.

En todas las categorías, los precios ofrecidos por las cadenas de boticas peruanas son los más bajos, con la excepción de Ecuador.

Veamos las comparaciones y la evolución de los precios para el 2020, 2021 y 2022.

Los 75 medicamentos incluidos en el estudio comprenden 36 para enfermedades crónicas y 39 para enfermedades agudas.

En promedio, los medicamentos registrados en el Perú son un 66% más baratos que el promedio de los países evaluados, destacando los medicamentos genéricos donde la diferencia es mayor.

Es evidente que las mentiras de los que malinforman con respecto a los precios de los medicamentos, miembros del gobierno, políticos variados, las izquierdas y los medios de comunicación comprometidos en estas campañas, no tienen el menor interés en proteger la calidad de vida de los peruanos.

No les importa afectar una oferta competitiva de medicamentos, con tal de debilitar nuestra emergente economía social de mercado.

No les importa el ‘pueblo’. Solo les importa la toma del poder para encumbrarse en el Estado, muchas veces para entronizar la corrupción, como la vinculada al narcotráfico.

Las empresas y los gremios empresariales deben hacer más análisis y estudios sobre los temas sensibles políticamente y difundir información objetiva entre los ciudadanos, que de otra manera no tienen como alimentar su pensamiento crítico.

Ver el Power Point del estudio de ANACAB:
https://www.lampadia.comhttps://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/45b04-levantamiento-de-precios-en-medicamentos-en-7-paises-de-latinoamerica-2022.pdf

Lampadia




La Inflación y la izquierda, siempre juntas

La Inflación y la izquierda, siempre juntas

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

La inflación ha llegado al Perú, como siempre, de la mano de la izquierda y sus ideas.

Al 30 de setiembre, el Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana del año 2021 (IPC en lo sucesivo) ha llegado al 4.62%. El IPC anualizado (set 2020- set 2021) del último año llega a 5.23%. A nivel nacional la cifra es mayor. EL IPC Nacional de los últimos meses llega al 5.12% en los últimos 9 meses. De seguir la tendencia, es previsible que a fin de año superemos largamente el 7 % de inflación.

La inflación estuvo por debajo del 4% desde 1999 (con la única excepción del año 2008 donde la crisis financiera mundial llevó el índice al 5.8%). Han sido 22 años en los cuales una generación entera no supo lo que es el alza de precios.

Fuente: Banco Central de Reserva del Perú, INE y adaptación propia​

La izquierda no viene sola. Trae la inflación como su fiel compañera. En el Perú y en todo el mundo. Veamos algunos ejemplos.

ALAN de IZQUIERDA. 1985-1990. Con controles de precios, restricción de importaciones, control de cambios y ataque a la inversión privada.

ALAN 2006-2011. con libre mercado, libre importación, sin control de cambios y con respeto a la inversión privada.

La diferencia es clarísima entre el mismo político, pero con ideas distintas.

En VENEZUELA, con Maduro y sus ideas, que son las mismas del ideario de Perú Libre y de toda la izquierda que ha llegado al poder, las cifras son las siguientes, sólo en los últimos 4 años.

En la ARGENTINA, donde las ideas del control de precios, las restricciones a las importaciones, el control de cambios y el ataque a la inversión privada se han hecho institución desde hace 75 años, con la llegada de Perón, el promedio anual de inflación es del 105%.  

Alberto Fernández, actual presidente argentino, de la izquierda peronista, en 21 meses de gestión, tiene acumulada una inflación del 90%.

La inflación es desatada por las ideas de izquierda que limitan mercados, restringen la competencia, restringen las importaciones, controlan los precios, controlan el tipo de cambio. Estas ideas llegan con la izquierda y sus efectos trascienden a sus gobiernos. Las padecen los pueblos y los siguientes gobiernos.

El riesgo de que la espiral inflacionaria en el Perú se desate, no es por lo tanto un refrito electoral de la derecha, ni mucho menos un “castigo por que un hijo del pueblo ha llegado al poder”. La espiral inflacionaria se desata cuando las viejas ideas que trajeron inflación en el Perú y en otras partes del mundo se ponen en práctica.

Con cambio constitucional (al cual no renuncia Castillo), con segunda reforma agraria que controlará los precios de la importación de alimentos y destruirá el agro moderno, con controles de precios a ciertos productos, con nacionalizaciones de recursos naturales y otras perlas del ideario de la coalición de izquierda que nos desgobierna, llegar a cifras argentinas sería cosa de meses y a cifras venezolanas, cuestión de pocos años.

Estamos a tiempo de evitarlo.

5,12% de inflación hasta setiembre y un estimado de 7% para este año 2021 son dos alarmas que deben obligar al gobierno a cambiar el rumbo. Ya. No basta cambiar nombres, hay que cambiar el rumbo, el libreto y el objetivo.

Ya probamos, en muy pocos meses, que la inflación y la izquierda vienen juntas.  Ahora les toca a ellos desmentirnos y hacernos ver al Perú es posible un proyecto de izquierda que conviva con la sensatez macroeconómica, con el mercado y con las libertades económicas.  Lampadia




“2da reforma agraria”, acto político para radicalizar

“2da reforma agraria”, acto político para radicalizar

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El gobierno se radicaliza. El lanzamiento de la llamada segunda reforma agraria los juntó a todos: Castillo, Bellido, Maraví, Bermejo, con discursos cada uno más incendiario que el otro. En realidad, ese evento fue un acto político destinado a crear el clima para acelerar la marcha hacia el cierre del congreso y la instalación de la asamblea constituyente, con la finalidad de concentrar el poder y perpetuarse. Bellido atacó al Congreso y amenazó con cerrarlo, y llamó a firmar los planillones para el referéndum constitucional. El propio presidente Castillo volvió a hablar de una nueva Constitución. 

Allí también se terminó de instalar la fábrica de enemigos del pueblo. Abundaron los ataques no solo al Congreso, sino también a los medios, a los grupos de poder, a Keiko Fujimori…, todos confabulados contra el pueblo, sea oponiéndose a la asamblea constituyente, sea subiendo los precios, sea explotando o “ninguneando” a los agricultores.

La pulsión creadora de enemigos llegó a niveles de delirio cuando el presidente Castillo resucitó a fantasmas que habían muerto hace más de 45 años: “Acabemos con los patrones y los hacendados porque ellos ya no comerán del sudor de los pobres y los campesinos”. Se trata de infundir una épica revolucionaria a como dé lugar. 

La tesis del Presidente es que luego de la reforma agraria la explotación y la desigualdad se han vuelto a instalar en el campo. “Basta de lastimar al campesino…. Luego de la primera reforma agraria hemos vuelto a ser ninguneados los agricultores… Luego de haber pasado más de 50 años, al fin el Perú se pone de pie para acabar con la explotación y la desigualdad sobre la que se sostiene el agro”.

La verdad es que la reforma agraria de Velasco -más allá de responder a una demanda histórica- fue tan mal ejecutada que empobreció el agro nacional, y más bien este se ha recuperado aceleradamente en las últimas tres décadas. Sobre todo el andino. Es cierto que en las últimas dos décadas el ministerio de agricultura no ha cumplido su función de apoyo técnico a la agricultura familiar andina, pero en los 90 sí tuvimos agencias estatales eficientes como Pronamach, Foncodes y Provias Rural que impulsaron la integración al mercado y la producción campesina.

Y por eso es que, como demostró Richard Webb en su libro “Conexión y Despegue Rural”, los ingresos rurales crecieron a partir de los 90 proporcionalmente más que los ingresos de los sectores urbanos. Por supuesto, la distancia respecto de los sectores urbanos avanzados sigue siendo grande, pero los campesinos peruanos han mejorado su posición relativa en la sociedad como nunca antes en la historia. En el siguiente gráfico podemos ver cómo de tener un ingreso per cápita estancado a lo largo de cien años, este creció a 7.2% por año en promedio a partir de 1994.

Por eso es que la pobreza se redujo sustancialmente en los últimos 30 años y los niveles de desnutrición infantil se redujeron también significativamente. No solo eso. La verdad es que la famosa primera reforma agraria, sumada a las políticas económicas de los 70 y 80, empobreció a los campesinos andinos y costeños. Esas políticas les despojaron de su mercado. Con la finalidad de mejorar la alimentación popular, los gobiernos subsidiaron los alimentos importados que ya venían subsidiados en sus países de origen. Entonces, por ejemplo, el fideo artificialmente barato desplazó a la papa -que es el producto emblemático del campesino andino- y el consumo per cápita de papa bajó, para recuperarse a partir de los 90 con el cambio del modelo económico, como podemos ver en el siguiente gráfico:

Con la producción lechera ha ocurrido lo mismo. Por supuesto que el Estado podría ayudar a difundir aun mas las tecnologías que multipliquen la productividad de las familias andinas, tales como micro reservorios familiares, riego por aspersión, pastos cultivados y otras. Esto es algo que ya ha venido ocurriendo, de manera espontánea, impulsada, entre otros, por el programa de Sierra Productiva, que nunca ha recibido -es cierto- el apoyo del ministerio de Agricultura. Esperemos que ahora sí ocurra.

Como en otros terrenos, el modelo económico, contenido en la Constitución del 93, ha reivindicado al campesino andino y le ha permitido recuperar su mercado interno. Quien ha fallado es el Estado, sobre todo en lo relativo a los servicios agrícolas y a los de educación y salud. Esa es la revolución que el gobierno debe abordar. Si regresamos al modelo proteccionista y estatista de los 70 y 80, la producción campesina volverá a caer. Cambiemos el Estado, no la Constitución. Lampadia




Gobierno juega a la política con el sector agrario

Gobierno juega a la política con el sector agrario

EDITORIAL DE LAMPADIA
Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El gobierno de Castillo-Cerrón inicia su despliegue político para manipular el sector agrario convocando a múltiples burócratas estatales y asociaciones sindicales y anti empresa vinculadas al sector.

  • Se ha excluido expresamente a los representantes del sector privado que generaron la revolución de las agroexportaciones que llevaron el empleo formal al campo para unos 2 millones de trabajadores y alcanzaron exportaciones del orden de US$ 7,000 millones.

Esa exclusión podría explicarse por un enfoque equivocado, por una visión sindicalista del desarrollo del sector, pero que permite mantener una supuesta intención de favorecer a los trabajadores del sector.

  • Sin embargo, la exclusión de organizaciones como Sierra Productiva, que desarrollan la introducción de tecnologías que aumentan notoriamente la productividad y el acceso a los mercados, para los minifundios alto andinos, la zona de mayor pobreza del agro, desnuda las verdaderas intenciones de la llamada segunda reforma agraria: la captura del sector como rehén para los juegos de poder del partido de gobierno.

La primera reforma agraria, la de la dictadura izquierdista de Velasco ofreció: “Campesino, el patrón no comerá más de tu pobreza”. Pero el resultado fue la miseria de los campesinos, que solo lograron algunas mejoras cuando se desprendieron del colectivismo que impuso la dictadura.

La segunda reforma agraria se hace sobre el marco de otra promesa: “No más pobres en un país rico”. Lamentablemente, con el desprecio y ataque al sector privado, y con su exclusión en este proceso, podemos ver que el resultado será “Más pobres en un país pobre”.

Desafortunadamente, no hay otra explicación. No podemos seguir calificando al gobierno por sus declaradas intenciones. Tenemos que juzgarlo por sus actos y los recursos humanos que pone detrás de sus programas.

Ver la convocatoria del gobierno: 

La Resolución Ministerial N° 0274-2021-MIDAGRI crea el Grupo de Trabajo Sectorial para el desarrollo del sector agrario y de riego en el marco de la Segunda Reforma Agraria. Este Grupo aprobará los lineamientos de la Segunda Reforma Agraria y la formulación del plan de acción para el desarrollo del sector.

Integrantes:

–              El Viceministro de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario, quién lo preside;

–              El Viceministro de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego;

–              El Director General de Políticas Agrarias;

–              El Director General de Gestión Territorial;

–              El Director General de Estadística, Seguimiento y Evaluación de Políticas;

–              El Director General de Saneamiento de la Propiedad Agraria y Catastro Rural;

–              El Director General de Desarrollo Agrícola y Agroecología;

–              El Director General de Desarrollo Ganadero;

–              El Director General de Asociatividad, Servicios Financieros y Seguros;

–              El Director General de Infraestructura Hidráulica y Riego;

–              El Director General de la Oficina General de Planeamiento y Presupuesto;

–              El Director Ejecutivo del Programa de Compensaciones para la Competitividad;

–              Un representante de CONVEAGRO;

–              Un representante de la Confederación Nacional Agraria – CNA;

–              Un representante de la Central Única de Rondas Campesinas – CUNAR;

–              Un representante de la Junta Nacional de Usuarios de los Sectores Hidráulicos de Riego
del Perú;

–              Un representante de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas, Andinas y
Amazónicas del Perú; y

–              Un representante de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas,
Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú.

El Grupo de Trabajo podría convocar a representantes del sector privado con derecho a voz, pero sin voto.

Hacemos nuestro el reclamo del comunicado que compartimos líneas abajo, donde varios gremios empresariales y asociaciones vinculadas al campo, exigen “la derogatoria de la Resolución Ministerial N°274-2021-MIDAGRI y solicitamos la inmediata conformación de una Mesa de Trabajo Multisectorial Vinculante con la participación de VOZ Y VOTO de todos los gremios agrarios y ministerios involucrados en la agenda agraria”.

Este comunicado está también firmado por la Confederación Campesina del Perú (CCP), que justamente dio a luz el desarrollo de Sierra Productiva.

Basta pues, de ideologías perversas, mentirosas y divisionistas. Los peruanos, todos los peruanos, queremos trabajo y libertad para integrarnos a los mercados más provechosos para traer riqueza. Lampadia




La reinvención del retail

La reinvención del retail

Hace un tiempo hemos venido escribiendo sobre cómo el comercio electrónico se disparó en todo el mundo producto de la pandemia y cómo numerosos emprendimientos aprovecharon las economías de escala que se gestaron a partir de los canales digitales para la distribución y expansión de sus productos, algo que todavía estaba en plena maduración en años prepandemia.

Sin embargo, hay una industria que, dados estos cambios en el comportamiento del consumidor, parecía que no iba a poder sobrevivir, pues sustentaba buena parte de sus ventas en la presencialidad y la experiencia que ofrecía esta modalidad de atención: el retail. Lo cierto es que, como muestra un reciente artículo de The Economist que compartimos líneas abajo, esto está muy lejos de la realidad.

Como destaca el popular medio británico, se observa un importante cambio en los grandes retailers en EEUU, que ahora compiten con grandes comercializadores electrónicos como Amazon. Estas firmas no solo han adoptado los canales digitales combinándolos con su tradicional presencialidad. Ahora han generado alianzas con otras aplicaciones de comercio electrónico, y en muchos casos juegan el papel de distribuidores, para evitar perder cuota de mercado frente a sus competidores. Ello ha permitido una sana competencia entre la industria retail y el comercio electrónico, mejorando las perspectivas de crecimiento en ambos sectores.

Ello demuestra una vez más la capacidad de innovación constante de los empresarios para sobreponerse exitosamente -a eventos intempestivos como las pandemias y cambios disruptivos en la demanda de los consumidores– y seguir generando bienestar en las sociedades, ofreciendo productos de buena calidad y a mejor precio.

Veamos el artículo de The Economist al respecto. Lampadia

Renacimiento del retail
Cómo los minoristas estadounidenses se han adaptado al efecto Amazon

El mercado del comercio electrónico es más dinámico de lo que los reguladores creen

The Economist
21 de agosto de 2021
Traducida y comentada por Lampadia

Después de recuperarse por el impacto de la pandemia, los consumidores estadounidenses regresaron rugiendo a principios de este año, impulsados ​​por las vacunas, los controles de estímulo y su optimismo instintivo. Ahora su entusiasmo comienza a menguar. Las ventas minoristas en julio fueron un 1.1% más bajas que el mes anterior y una encuesta de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan sugiere que los compradores perdieron más de su arrogancia a principios de agosto. La variante Delta los ha puesto nerviosos, mientras que los picos de precios y los fallos en la cadena de suministro han apagado el entusiasmo por comprar algunos productos como automóviles, cuyas ventas cayeron un 3.9% el mes pasado, en comparación con junio. Ahora existe la sensación de que la tasa de crecimiento en el gasto del consumidor está volviendo a un ritmo más peatonal después de 18 meses vertiginosos de contracciones y derroches salvajes.

Sin embargo, incluso cuando la normalidad llama la atención, es cada vez más claro que el patrón de gasto se ha transformado. Un cambio es bien conocido: un aumento en el nivel del comercio electrónico. El otro es menos familiar. Una industria que se suponía que había sido aniquilada por Amazon se ha recuperado.

En 2017-19 todo lo que se habló fue de un “apocalipsis minorista” y “retailmaggedon”. El temor era que un aumento constante del comercio electrónico y la implacable expansión de Amazon hacia nuevos productos llevaran a los minoristas tradicionales a la extinción, al igual que Kodak no se adaptó a la revolución de la fotografía digital y finalmente quebró. Cuando Sears, que lideró el auge de la cultura de compras en los suburbios después de la Segunda Guerra Mundial, se declaró en bancarrota en 2018, parecía posible que muchos más grandes minoristas tuvieran dificultades para evitar el mismo destino. El espectro era un montón de escombros de centros comerciales, 16 millones de puestos de trabajo minoristas perdidos y una montaña de inventario inútil, amenazado por una Amazon dominante y la sonrisa de Jeff Bezos.

Las cosas han resultado bastante diferentes. La pandemia ciertamente ha acelerado el cambio hacia las ventas de comercio electrónico, que han aumentado del 14% del total en 2018 al 20% este año, según JPMorgan Chase, un banco. Aunque el ritmo de crecimiento se ha desacelerado en los últimos meses, no habrá vuelta al pasado.

Mientras tanto, la estructura de la industria comienza a verse diferente. Amazon ha prosperado: su participación en el mercado del comercio electrónico es de aproximadamente el 40% en general y es mucho más alta que en algunas categorías, como los libros. Los centros comerciales han tenido problemas para atraer la misma cantidad de visitantes que antes, y algunos han incumplido sus deudas. No obstante, la salud de la industria minorista que no pertenece a Amazon se ve mejor que antes. A US$ 2.5 trillones, por ejemplo, el valor de mercado de los minoristas estadounidenses que cotizan en bolsa es un 88% más alto que a principios de 2018, mientras que su carga de deuda neta total se ha reducido desde fines de 2019. La cantidad de personas empleadas en el comercio minorista es solo un 4% por debajo de su pico desde la posguerra en 2017.

Detrás de estos números hay tres tipos de contraataques. Primero, los minoristas más grandes han adoptado el mundo digital. Esta semana, Walmart predijo que sus ingresos globales de comercio electrónico alcanzarían los US$ 75,000 millones durante todo el año (alrededor del 13% de las ventas totales de la empresa). Ha dado un gran impulso a los tipos híbridos de compras que implican actividad en línea, pero aprovechan sus tiendas, como “hacer clic y recopilar” y membresías en línea. Target ha promovido un servicio similar y las ventas digitales ahora representan casi una quinta parte de su total.

El segundo contraataque proviene de alternativas digitales a Amazon. Aunque el veterano mercado eBay ha tenido problemas a lo largo de los años, Shopify, que ayuda a los comerciantes a vender en línea y cumplir con los pedidos, ha visto cómo su participación en las ventas en línea estadounidenses alcanza el 9% y su valor de mercado se dispara a $ 188,000 millones. Muchas otras empresas digitales operan en nichos lucrativos, desde Instacart en la entrega de comestibles hasta Etsy en la compra interactiva de productos artesanales.

Finalmente, algunas marcas están tomando el control de la distribución. Nike dejó de vender directamente en Amazon en 2019 y, en cambio, llega a los consumidores a través de sus propias aplicaciones y plataformas. Sus ventas digitales aumentaron dos tercios en el año hasta mayo, hasta el 20% del total.

El drama minorista tiene varias lecciones. Para las empresas de otras industrias que se enfrentan a la disrupción digital, la clave es experimentar e invertir. Antes de que Walmart recuperara su ritmo, tuvo innumerables comienzos en falso y aumentó su gasto de capital en un 40%. Los reguladores antimonopolio deben mantenerse más actualizados. Incluso mientras se precipitan para regular las grandes tecnologías, existe una creciente evidencia de que el mercado del comercio electrónico es más dinámico de lo que creen.

Apocalipsis evitado

La ola de experimentación probablemente continuará. Las nuevas aplicaciones de pago y las empresas de redes sociales con hordas de clientes se están expandiendo al comercio electrónico, y los minoristas están cambiando a la publicidad y el entretenimiento en línea. Para los consumidores infatigables de EEUU y para sus trabajadores, la buena noticia es que la competencia, combinada con un impacto todopoderoso, ha llevado a una industria más innovadora, en lugar del fin del mundo. ■ Lampadia




No escabullir la elección

No escabullir la elección

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Leo el discursivo artículo de Salvador del Solar y me pregunto si ha reparado en el reporte del INEI que confirma que la pobreza se incrementó en 10 puntos el 2020 y hemos retrocedido 11 años, al 2010. Es en esas circunstancias, agudizadas por una pandemia que mata sin contemplaciones, en las que se da este proceso electoral, alimentando una opción bastante más radical que las que hemos tenido en elecciones anteriores y cuyas recetas son precisamente lo contrario de lo que se requiere para reconstruir la economía del país, rescatar a las personas de la pobreza y devolverles futuro.

No es posible entonces escabullir la elección con el argumento de que tenemos un problema de estabilidad política que no se va a resolver solo con el crecimiento económico, para no regresar una y otra vez a la misma situación. Por supuesto que no se va a resolver solo con el crecimiento, pero es condición necesaria. Sin ello y, al contrario, con políticas económicas destructivas, condenamos a los peruanos a la pobreza, al hambre, la anarquía o la dictadura.

Pedirles a los candidatos que en plena confrontación electoral inviten al otro a conformar un gobierno con espíritu de unidad, es iluso, lo cual no impide hacer todo lo posible, una vez resuelta la elección, por convocar a los partidos de la otra orilla a un gobierno de unidad nacional, si fuera posible. De hecho, Keiko Fujimori se ha adelantado y ya lo ha hecho en alguna medida, aunque no sabemos si del Solar lo considerará suficiente.[1]

Pero un llamado al otro candidato y a los partidos que lo apoyan será retórico y su éxito probablemente nulo por la sencilla razón de que no hay compatibilidad programática y porque la raíz de la división está en el encono ideológico, que a su vez radica en que no existe un consenso mínimo acerca del valor del mercado como propulsor económico y de que el problema que tenemos es un Estado que no ha sido capaz de redistribuir los dividendos del crecimiento económico. De modo que lo que hay que cambiar profundamente no es el capítulo económico de la Constitución, sino el Estado y las reglas de la política.

Pedir un “espíritu de unidad” sin haber avanzado algo en ese consenso básico, es voluntarismo puro y coartada perfecta para no asumir la tarea precisamente de argumentar y persuadir para generar ese consenso, que permita construir la unidad.

Lo lamentable de todo esto es que el sector más ilustrado de la izquierda, el grupo que lidera Verónika Mendoza, que podría haber tenido el potencial de evolucionar hacia una posición social demócrata, al aliarse con Perú Libre   ha regresionado violentamente a las posiciones más arcaicas de la izquierda.

Salvador del Solar es un hombre inteligente y un gran comunicador. Podría ayudar a explicar que, en el fondo, no hay contradicción entre mercado y Estado, ni entre mercado y redistribución, porque un mercado potente genera más ingresos para que el Estado pueda crear igualdad de oportunidades para todos. Pero para eso se necesita un Estado moderno y meritocrático. Esa es la gran revolución. Lampadia

[1] Ver, por ejemplo, diario Correo: 

En su gobierno de ancha base ¿tomará en cuenta a la izquierda pese a las discrepancias?

Nosotros no vamos a vetar a nadie. Además, recordemos, por ejemplo, que en la plancha del año 2016 me acompañó Vladimiro Huaroc…

https://diariocorreo.pe/politica/keiko-fujimori-si-gana-castillo-gobernaran-cerron-y-el-movadef-fuerza-popular-elecciones-2021-peru-noticia/




Los antídotos contra el patrimonialismo

Los antídotos contra el patrimonialismo

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El concepto de “dominación patrimonialista” fue creado por Max Weber para designar monarquías en las que no se distingue la propiedad pública de la privada, en las que el rey hace uso de los bienes públicos como si fueran propios, y afianza su poder otorgando beneficios, monopolios, prebendas, licencias, etc. Y en las que no hay una burocracia formada por profesionales contratados por sus méritos, ni existe una planificación con arreglo a metas racionalmente sustentadas.[1]

Organizaciones patrimonialistas no resuelven problemas ni generan desarrollo; administran privilegios.  

Weber explica que el patrimonialismo no es compatible con el capitalismo, porque supone formas de propiedad y de disposición de bienes y privilegios que entorpecen o anulan el funcionamiento de los mercados. No hay leyes racionales en cuya duración pueda confiarse, por “el amplio ámbito del arbitrio de los actos discrecionales puramente personales del soberano y…por la tendencia connatural de todo patrimonialismo hacia una regulación de la economía” basada en ideales utilitarios, ético-sociales o ‘culturales’”. [2]

Guillermo O’Donnel observó que en nuestros Estados subsistían rasgos “neo patrimonialistas”. En el Perú, salvo en las islas de excelencia y en los sectores vinculados a la administración económica, esto es notorio. El caso de la Digemid, que hemos descrito, es casi un arquetipo, pero el patrimonialismo está presente en general en el sector salud, con médicos dueños de sus puestos en un sistema sin meritocracia organizado para trabajar pocas horas, desviar medicamentos y derivar pacientes a los consultorios privados, lo que explica por qué, habiendo multiplicado ese sector su presupuesto por 7 en términos reales en los últimos 20 años, los servicios no mejoraron ni de lejos en la misma proporción.

En Educación, jefes de Ugel o directores pueden operar como dueños de su pequeño feudo burocrático cuando venden cambios de localidad o licencias laborales o contratos. Y hemos visto cómo la Policía y el Poder Judicial son también organizaciones semi patrimonialistas basadas no en meritocracia y cumplimiento de metas sino en relaciones personales de amistad, promoción, compadrazgo o parentesco que pueden derivar en redes de corrupción interna.[3]

Los gobiernos subnacionales, por su parte, suelen ser verdaderos paraísos patrimonialistas. El alcalde electo se convierte inmediatamente en un autócrata que usa los recursos municipales como si fueran propios, despide a los técnicos de la gestión anterior y coloca a sus amistades o parientes en los puestos clave sin concurso público. Esto le permite la complicidad en el otorgamiento discrecional de licencias, concesiones u otros beneficios para conformar una clientela y una red de apoyo y enriquecimiento mutuo, y que explican la ineficacia en el ordenamiento del transporte, del comercio ambulatorio, bares y discotecas, invasiones, etc., es decir, el funcionamiento caótico de las ciudades, que no se regulan de acuerdo a un plan sino a la lógica de las reciprocidades patrimonialistas.[4]

Para no hablar de gestión de la obra pública, multiplicada por el trasvase de la inversión pública del gobierno central a los locales y regionales en los últimos 25 años, y en pleno crecimiento económico. Verdaderos botines presupuestales que hay que asaltar.[5]

Hay raíces sociológicas e históricas para todo esto. En el caso de los gobiernos locales más pequeños, las relaciones de parentesco y reciprocidad de las familias campesinas se trasladan a la gestión municipal[6] que, por añadidura, maneja recursos que no son recaudados localmente sino transferidos desde el gobierno central, lo que determina que no exista una base de ciudadanos contribuyentes que fiscalicen el gasto municipal. Hay allí una reproducción a la inversa y malamente reparadora de la falla de origen del Estado peruano, que en el virreinato estuvo organizado para la extracción de recursos, no para servir a la población. El Estado virreinal era patrimonialista por definición.

Juega aquí también el proceso migratorio a las ciudades que, al decir de Juan Yamamoto,[7] expuso a los migrantes a relaciones de discriminación -incluso por migrantes más antiguos-, lo que rompió los valores tradicionales llevándolos a desarrollar conductas aprovechadoras o ventajistas para obtener un reconocimiento espurio. De allí la compra de títulos universitarios falsos para ingresar al Estado no por verdadero concurso sino por vinculación con algún funcionario de cuya argolla tendrá que formar parte para medrar. Y de allí la eventual lucha de argollas o mafias dentro de algunas entidades.

El otro mecanismo es la captura de entidades por grupos de interés o gremios profesionales, como el caso de la Digemid que mencionáramos antes. O Salud y Educación.

Por supuesto, ha sido perfectamente funcional a esos condicionamientos la ideología de la estabilidad laboral, que consagra la propiedad del puesto de trabajo. Pese a que se trata de servidores pagados por todos los peruanos, ingresan y permanecen por vara y privilegio legal, no por mérito.

El mejor antídoto contra el patrimonialismo es la profundización social del mercado libre, y la meritocracia en el Estado. Son lo mismo. La libre competencia en el mercado es esencialmente meritocrática: gana más el que trabaja más y mejor. La libertad económica supone la eliminación de la discrecionalidad burocrática. El patrimonialismo se vuelve inocuo si carece de discrecionalidad. Una burocracia profesional basada en el mérito se orienta no a trabar la actividad sino a facilitarla y resolver problemas. De eso depende su ascenso, remuneración y permanencia.  

De hecho, en la década del 90 el Perú avanzó de manera importante en la despatrimonialización del Estado en todo lo relativo a la regulación de los mercados y la administración económica (aunque el manejo de la Inteligencia y las FF.AA. fue típicamente patrimonialista). La liberalización de la economía fue un avance sustancial pues redujo la discrecionalidad de los funcionarios al mínimo y dictó normas universales que no diferenciaban beneficios para no fomentar el mercado de compra de beneficios o ventajas.  Eliminó, en buena cuenta, el mercantilismo, que es la forma que adopta la administración de la economía en los estados neo-patrimonialistas. En la medida en que ya no era necesario pedirle permiso a un burócrata para actuar, la corrupción derivada de la administración de la economía disminuyó. Una economía libre, sin peajes, es una economía libre de corrupción.[8]

Como parte de ese esquema se crearon o refundaron organismos reguladores que funcionaron con principios técnicos y racionales, y algunos ministerios y organismos de lucha contra la pobreza pasaron a organizarse de la misma manera. Fueron las llamadas “islas de excelencia”. El Estado patrimonialista se refugió, sin embargo, en las áreas donde el funcionario todavía decide o brinda servicios: en la justicia, en las licencias municipales, en los medicamentos, en la salud y la educación y, naturalmente, en las compras estatales y la obra pública. Y a partir de cierto momento, movilizado por gremios o grupos de interés, empezó a recuperar poder discrecional incluso en los temas económicos. Por eso venimos creciendo poco en los últimos años y la pobreza incluso se incrementó el 2017. Lampadia

[1] Ver Weber, Max, 1969 (1922: primera edición en alemán) Economía y Sociedad, FCE, México, pp 173-193

[2] Op Cit, P. 192

[3] Ver De Althaus, Jaime, 2016: La Gran Reforme de la Seguridad y la Justicia, Planeta

[4] Ver Reyna Arauco, Gustavo,   2010    “Cultura Política y Gobernabilidad en un Espacio Local”, en               Gonzalo Portocarrero, Juan Carlos Ubilluz y Victor Vich editores, Cultura Política en el Perú.

[5] Ver: De Althaus, Jaime: La Promesa de la Democracia, Planeta 2011

[6] Ver Huber, Ludwig:

2007 Hacia una interpretación antropológica de la corrupción”, en  la revista “Economía y Sociedad” número 66, CIES, diciembre

 2008ª  “La representación indígena en municipalidades peruanas: tres  estudios de caso”. En Romeo Grompone, Raul Hernández y Ludwig Huber, Ejercicio del gobierno local en los ámbitos  rurales: Presupuesto, desarrollo e identidad. Lima, IEP.

 2008b  Romper la Mano: una interpretación cultural de la corrupción, Proética, IEP,

[7] Ver: Yamamoto, Jorge: La Gran estafa de la Felicidad”, Paidos 2019. También presentación TED. 

[8] Ver De Althaus Jaime, Op.Cit




Un puerto seco para el mercado mayorista de Lima

Un puerto seco para el mercado mayorista de Lima

Jose Antonio Luna Bazo
Sociólogo, Consultor
Para Lampadia
26/06/2020

Los orígenes y la ubicación del Mercado

En el distrito de Santa Anita, en la ciudad de Lima, se encuentra ubicado el más grande centro de comercialización de productos agrarios del Perú conocido como el “Gran Mercado Mayorista de Lima”, GMML. En el año 1964, (primer gobierno de Fernando Belaunde Terry) se identificó el predio donde ahora se encuentra este mercado y cuya extensión original fue de 97 hectáreas. Inicialmente se desafectaron 15 hectáreas para la Empresa Comercializadora de Arroz S.A., ECASA, (Empresa estatal Liquidada) luego 5 hectáreas para el Instituto Peruano de Energía Nuclear, IPEN, 12 hectáreas para vías públicas y 11 hectáreas para la línea 2 del Metro de Lima, por lo que actualmente sólo ocupa 54 hectáreas.

El recorte realizado en el año 2012 con la expropiación de 11 hectáreas (valor total de S/1.00) en beneficio del Metro de Lima, área destinada a albergar el Patio de Maniobras, también suma a las 15 hectáreas que inicialmente fueron cedidas a ECASA. A la fecha al predio original le han sido recortadas 43 hectáreas.

Cabe indicar que esta área de terreno se identificó para el mercado mayorista por su proximidad a la vía central, que conecta el rico valle del Mantaro y el centro del país con la ciudad capital y, claro está, porque a través de esa misma vía se articula con los ejes longitudinales de la costa hacia el norte y al sur del país, entre otras vías de la región Lima que, paulatinamente, han ido adquiriendo importancia en la articulación territorial y espacial. Su ubicación es estratégica y es, actualmente, el punto neurálgico en el desarrollo de las actividades comerciales agro alimentarias, tanto como centro de acopio y formación de precios, como para la reexpedición de productos hacia otros mercados.

El recinto está delimitado hacia el oeste por la avenida La Cultura, al norte la avenida Metropolitana y al este, la prolongación de la Separadora Industrial (antes Periférico Vial Norte). Por la zona sur colinda con el Patio de Maniobras del Metro de Lima. Siguiendo el trazo de esta última vía, aproximadamente a 1,500 metros hacia el norte, se encuentra la vía del ferrocarril central, (concesionado a Ferrovías Central Andinas) otro eje de transporte próximo que le otorga al mercado mayorista un valor potencial de articulación adicional a los ejes viales terrestres. Lamentablemente no es utilizado, pese a los valiosos efectos que les otorgaría este medio a los procesos de intercambio, además de constituir una solución aleatoria a las dificultades de transporte en épocas de derrumbes e interrupciones de la vía central.

Puertos Secos para Lima y Junín

El Plan Maestro del Gran Mercado Mayorista de Lima, considera el desarrollo de una infraestructura que permita desarrollar las actividades propias de un Puerto Seco. Esta iniciativa se encuentra registrada en la concepción original del GMML y apunta a contribuir a la solución de los problemas que se presentan en diversos escenarios. Entre éstos se encuentra las dificultades que se originan con las avenidas de las lluvias en la zona central del país y los consiguientes derrumbes (huaycos) y la interrupción del flujo del transporte por la vía central.

Cuando estas contingencias se presentan, casi de inmediato, originan el alza inusitada de los precios, acaparamiento y especulación. Basta un retraso de horas en la llegada de los camiones desde la región central al GMML, para que se produzcan esas manifestaciones irregulares en el comercio agro alimentario. Una interrupción de la carretera que dure más de veinticuatro horas dará origen no solo a los fenómenos indicados, sino que también constituirá una amenaza de desabastecimiento. Eso es lo que ocurre con las manifestaciones de la naturaleza.

Otra contingencia está acotada a las tarifas o fletes que fijan los transportistas de los productos y que se reflejan en el costo de éstos al llegar al GMML. Existen registros, de data reciente, de los conflictos ocurridos entre productores, comerciantes y transportistas por el costo de los fletes, traducidos en denuncias para estos actores.

La ejecución y el desarrollo del Puerto Seco en el interior del GMML implica extender un ramal de la línea férrea en, aproximadamente, 1,500 metros y la construcción en el interior del mercado mayorista de la infraestructura necesaria para las operaciones, tales como muelles de carga y descarga, zonas de acopio y grúas para la estiba y la desestiba, almacenes, entre otros. Los productos de la sierra central (carga de origen) se transportarían en vagones acondicionados para esa finalidad, se acopiaría y cargaría en la región Junín, donde el gobierno regional tiene ubicado el espacio idóneo para el símil del Puerto Seco en esa localidad.

Trazo en rojo muestra línea férrea y el ramal que se construiría hacia el GMML.

La zona central del país es productora de tubérculos, hortalizas, granos y frutas, entre otros, productos agro alimentarios, de consumo sostenido en los mercados de Lima y ciudades del litoral del país. A su vez, el Puerto Seco en el interior del GMML permitiría la provisión de los productos que demanda la zona central del país, tales como harina, aceite, conservas y toda la variedad de abarrotes. La articulación entre la región Junín y el GMML, a través del ferrocarril contribuiría a desarrollar una dinámica de valor competitivo con el eje vial de la carretera central y las vías hacia el norte y sur, con efectos positivos en la estructura de costos de los productos agro alimentarios como también en los procesados.

Debe considerarse que sobre la avenida La Cultura se encuentra ubicado el “Mercado de Productores de Santa Anita”, gran emporio comercial de abarrotes de comercialización al por mayor y menor. Desde este centro de abastos se comercializan y reexpiden miles de productos a los mercados de Lima Metropolitana, a otras ciudades y regiones del Perú. Esta dinámica comercial constituye un sustento para las operaciones a través del ferrocarril y los Puertos Secos en el GMML y en la región Junín.

Fortalecer y ampliar la cadena de distribución utilizando la vía férrea tendría efectos económicos directos en la dinámica comercial de los espacios territoriales atendidos por el ferrocarril central. Se estima que la diferencia es del 50% entre el valor del flete/TN entre el ferrocarril y el transporte en camiones, no habría el problema del desabastecimiento o pérdida (pudrimiento) de los productos cuando los camiones demoran, por un derrumbe, más de un día en llegar al GMML. Además de ello, contribuiría a aliviar la carga vehicular en la carretera central, convertida actualmente en una vía altamente congestionada, con cuantiosas pérdidas de horas/flete, amén del desgaste de la vida útil de unidades y combustible.   

En términos generales, el uso de transporte ferroviario de carga es favorable para grandes embarques, con bajos costos de transporte, cobrando vigencia el axioma ferroviario, ‘a más largo el tren menor el costo unitario’, se aprovecha la capacidad de carga y la infraestructura existente, además de provocar una menor contaminación ambiental y una reducida huella de carbono. Los Puertos Secos, vinculados por el ferrocarril central, son una opción que traería beneficios a las regiones de Lima y Junín y a las ciudades de Lima y Huancayo, fortaleciendo un eje espacial y territorial de desarrollo interno. Lampadia




No pueden complementar ni desplazar al mercado tradicional

No pueden complementar ni desplazar al mercado tradicional

Iván Mesarina Naveda
Director de BRANDINMIND – investigación
Para Lampadia

Durante los pasados dos años hemos evaluado catorce proyectos inmobiliarios de comercio y mercados en Lima y provincias. Lo primero que estudiamos en cada caso fueron los hábitos de compra y consumo de clientes finales. Luego analizamos la georeferencia de los mercados, sus formatos, hábitos y preferencias de sus comerciantes. Vamos a sustentar que, si los mercados tradicionales minoristas y mayoristas han prosperado en Lima y Callao, es por factores estructurales propios de nuestra sociedad, por lo que no podrán ser reemplazados por mercados itinerantes.

En Lima y Callao hay un mercado, mercadillo o paradita cada 8 cuadras. Con excepción de zonas puntuales de la Lima Afluente -Miraflores, San Isidro, San Borja, Surco, San Miguel y La Molina- y nuevos núcleos populares, como aquellos en Ventanilla, Puente Piedra, Carabayllo, SJL, Lurigancho, VMT o el eje La Molina/Lurín, el 70% de las amas de casa se desplaza diariamente entre 6 y 10 minutos a su mercado favorito. Si trazamos, por ejemplo, un círculo de 10 cuadras de radio alrededor de la Comisaría de Bellavista, Callao, encontraremos 8 conglomerados (Mercados San José, José Olaya, Trabajadores Unidos, Pacífico, Bellavista, Algarrobo, Bello Amor, Nueva Familia). Si hacemos lo mismo en Lince, tomando como referencia el cruce de las avenidas José Leal y Arenales, encontramos cuatro (Risso No 2, Risso No 1, Lobatón, Jardín No 3). Ubiquémonos en Breña, cruce de Huaraz con Arica y en el mismo diámetro encontraremos 8 mercados (Paradita Carhuaz c/Loreto, Mercados Conde de la Vega, Manoa, El Progreso, No 3 de Breña, Moderno, Loreto, María Auxiliadora). Algo parecido ocurre si nos ubicamos en el cruce de Av. Universitaria con Av. Angélica Gamarra, en Los Olivos ¿Por qué abundan los mercados barriales y zonales en Lima?

En Lima, mercados y paraditas no son sólo herencia del pasado: son una necesidad.  En Lima y Callao existen 50 municipalidades y (1) en todo distrito se ha construido de uno a cinco mercados municipales. Además, hay pocas plazas de trabajo en industria, construcción o manufactura, por lo que (2) el micro comercio y servicios ofrecidos en puestos de mercados, son primeros generadores de ingresos para las familias. Desde una perspectiva histórica, Lima nació como centro administrativo, punto de entrada y salida de lo que el país acopiaba o producía, por lo que, sugerimos, (3) habría acunado una población de rentistas e intermediarios, no de productores. La mayor parte de jefes o jefas de familia aquí percibe ingresos bajos -55% ganaría en promedio S/. 3,500 mensuales o menos, según los NSEs APEIM 2017- y por eso (4) el comercio de subsistencia es una segunda fuente para muchas familias. Más importante aún, el comercio minorista tradicional es indispensable para un 35% de la población, que percibe ingresos diarios y (5) compra alimentos y artículos de limpieza en fracciones, formatos pequeños, personales, minis y copycats, que solo encuentra ahí.

Los supermercados se diferencian entre ellos por precio, en unos casos, variedad, en otros y ahora, en tamaños de formato, pero los mercados tradicionales también están segmentados. Un ama de casa puede alternar compras entre mercados caros y barato, más y menos surtidos o minoristas versus mayoristas zonales. Los mercados mayoristas regionales –La Parada, Mercado Mayorista, Mercado Productores, Unicachis, Mercado Ciudad de Dios- a su turno, son visitados diariamente por cientos de miles de comerciantes que trabajan en los mercados y bodegas de Lima. Al lado de estos formatos mayoristas han aparecido, a su vez, mini mayoristas que cumplen la función de (1) fraccionar los grandes volúmenes de los primeros y (2) liquidar los saldos perecibles del mayorista. A lo largo y en cada eslabón de actores en esta cadena, hay inversión, stocks y márgenes de ganancia que retribuyen el trabajo, capital y riesgo comercial asumido por los comerciantes.

Los mercados itinerantes no podrían sustituir la cadena de suministro. Este improvisado concepto de conglomerado comercial que vende de la chacra a la olla, no justifica por qué un agricultor o su intermediario, podrían abandonar sus labores para asumir el riesgo comercial, desplazarse a Lima por días con su producción a cuestas y tratar de venderla con éxito en un solo mercado. Pero, además, lo que hemos tratado de sustentar -por el lado de la demanda- es que este esquema no le genera valor a los consumidores finales y afecta la supervivencia de los intermediarios, agentes que están ahí por condiciones estructurales de nuestra población.

Ivan Mesarina Naveda,
Especialista en la conceptualización de proyectos inmobiliarios.

  • Economista de la Universidad de Cambridge.
  • Administrador de la Universidad del Pacífico.
  • MBA de ESAN.
  • Candidato a Maestría en Estadística Aplicada por la Universidad Nacional Agraria La Molina.

 




La mezcla letal de controles de precios y populismo

La Cuadratura del Círculo es un espacio producido por IIG – Infraestructura Institucionalidad y Gestión, con la colaboración de Lampadia como media partner.

Presentamos el siguiente video sobre la mezcla letal de controles de precios y populismo.

Participan Enrique Ghersi, constitucionalista, y Alfredo Thorne, ex-ministro de Economía, como invitados, y Aldo Defilippi, Jaime de Althaus y Gonzalo Prialé.

Lampadia




De la concentración a la desconcentración

De la concentración a la desconcentración

Juan Infante Alosilla
Para Lampadia

Pensemos en los próximos 24 meses.

Con el virus rondando por todas las ciudades. ¿Creen ustedes que los mercados de abastos tienen condiciones para garantizar los requerimientos de bioseguridad necesarios para evitar el contagio?

Yo no.

La infraestructura de la mayoría de los mercados de abastos no permite implementar las medidas básicas sugeridas por las autoridades de salud. Pretender hacer pequeños cambios en los mercados, es jugar con la salud de comerciantes y vecinos de las ciudades y, sobre todo, condenar al país a avances y retrocesos en el control del contagio.

En este artículo señalo por qué.

Para garantizar las medidas de seguridad hay que desconcentrar el comercio. Hay que pasar del conglomerado comercial a la desconcentración. No tenemos opción. Vienen 24 meses distintos. Las necesidades de consumo no han cambiado, son las mismas de siempre, siendo así, debemos desarrollar una logística e infraestructura que se adecúe a los requerimientos de bioseguridad para el comercio mayorista y minorista de productos.

Las actividades esenciales

El gobierno autorizó -desde el inicio de la cuarentena- unas cuantas actividades económicas, considerándolas esenciales, lo que permitió que funcionen algunos centros de salud, todas las agencias bancarias, los mercados de abastos, supermercados, bodegas y farmacias.

Al pasar de los días, parte de los espacios donde se desarrollaban estas actividades esenciales fueron considerados centros de contaminación y contagio de la Covid-19. La frase del presidente Vizcarra: “uno va al mercado a comprar y de paso se lleva el virus”, grafica esta situación.

En esa línea, pudo decir también: “uno va al hospital y de paso se lleva el virus”, “uno va a las agencias bancarias en ciudades y distritos donde hay muy pocas y de paso se lleva el virus”. Pero no sucede lo mismo con las bodegas y farmacias. Uno no se contagia ahí, aunque quizás, el bodeguero y el farmacéutico puedan haber cogido el virus.

El contagio tampoco ocurre en las agencias de los bancos si vives en una zona donde hay muchas y, además, tienes cajeros distribuidos en los grifos y buena conectividad de internet, es decir, en unos cuantos distritos de Lima.

¿Cuál es la lección? La desconcentración evita el contagio, miles de farmacias y bodegas no son centros de transmisión del virus porque permiten el respeto de la distancia entre una y otra persona. Pero ahí donde hay aglomeración de personas eso se torna imposible.

Las medidas de bioseguridad

Las medidas de bioseguridad no son muchas, ni complicadas de respetar, si uno tiene las condiciones para hacerlo. Nos piden a todos:

  • Guardar más de un metro de distancia entre una y otra persona.
  • Lavarnos las manos con frecuencia.
  • Usar mascarillas.
  • No agruparnos con otras personas.

Si cumplimos con estas simples medidas, difícilmente nos contagiaremos.

Los mercados mayoristas

La actividad y la infraestructura de los mercados mayoristas, tal como están planteadas, no permiten cumplir con las simples medidas de bioseguridad que detienen el contagio. Hay que aceptar esta realidad.

Todas las regiones del país, dependen de sus mercados mayoristas para abastecer no solo a la población de la ciudad donde están instalados, sino a sus provincias y distritos. Además, en Lima, los mercados mayoristas se convierten en centros de redistribución con alcance nacional y en algunas otras ciudades del país hay mercados con influencia macro-regional.

En los mayoristas el flujo de comercio es muy intenso y se da, principalmente de madrugada.

Centenares de choferes de los camiones que ingresan la mercadería que abastece a los mayoristas se reúnen, miles de trabajadores entre estibadores (las personas que descargan la mercadería de los camiones), cargadores manuales (las personas que trasladan la mercadería en las carretillas) y ayudantes en los puestos laboran chocándose unos con otros, apretujados entre los camiones y en los pasadizos de los mercados mayoristas de fruta y lo mismo ocurre en el más espacioso mercado de Santa Anita. La realidad en los terminales pesqueros, con sus variantes, es parecida.

El tamaño de los puestos no permite el distanciamiento entre quienes están trabajando en ellos. Entre cajas y sacos, queda muy poco espacio para las tres o cuatro personas que trabajan en cada puesto. Además, hay nula distancia entre puesto y puesto. Y no hay manera de que los clientes hagan una cola ordenada, respetando la distancia requerida.

Súmenle la muchedumbre de comerciantes minoristas que van a comprar. Sus transportes de ida y de vuelta. La congestión en los estacionamientos. Los negocios colaterales que aprovechan la concentración de gente para vender alimentos preparados a la multitud laboriosa.

Esta es la realidad que tenemos que aceptar:

  • No hay manera de tener distancia social. La muchedumbre es un río caudaloso. Los comerciantes minoristas presionan y demandan velocidad. Tienen que llevar la mercadería a sus respectivas tiendas. Todos se aglomeran y topan unos con otros.
  • No hay caños para lavarse las manos en los puestos. Los baños son muy pocos y están lejos de los comerciantes y trabajadores. Además, cobran por el ingreso a los servicios higiénicos. Todo está hecho para que no vayas al baño y no te puedas lavar las manos.
  • En la prisa, no hay –lamentablemente- disciplina para llevar la mascarilla y no tocarse la cara.
  • Todo es en efectivo. El intercambio de dinero es constante. Fluye de una mano a otra. Con guantes o sin guantes, te vas a agarrar la cara, la nariz, los anteojos, los ojos.

La solución es desconcentrar esos mercados. Dividirlos en unidades más pequeñas que se muevan a otros espacios con estructura apropiada para cobijarlos en los próximos 24 meses. Pasar del gran conglomerado al mini conglomerado de venta al por mayor.

Esto permitirá repartir el flujo de camiones con mercadería que llegan de las provincias, estibadores, cargadores, comerciantes mayoristas, ayudantes, comerciantes minoristas, camionetas, combis y station wagons de carga, en muchos más puntos.

Repartiendo el comercio mayorista, se reduce el aforo que hoy se ve en cada uno de los actuales conglomerados mayoristas, y, por tanto, se baja la velocidad requerida para las transacciones, lo que permite respetar las normas de distanciamiento e higiene básicas.

¿Qué se requiere para desconcentrar los mercados mayoristas en Lima?

Veinte terrenos amplios ubicados en lugares donde no se forme un embudo de entrada ni de salida de camiones y vehículos menores. Tienen que ser espacios donde se puedan instalar entre 100 y 150 comerciantes mayoristas, con puestos dos o tres veces más grandes que los que tienen ahora, cada uno con un sistema de agua y desagüe (es fácil y rápido hacer una infraestructura temporal que lo permita).

Esto no es difícil y en menos de una semana podemos montar este esquema si aceptamos la tarea.

Los mercados de abastos (minoristas)

La gran mayoría de los mercados de abastos tampoco pueden cumplir con las medidas de bioseguridad exigidas. Además, buena parte de los puestos de cada mercado minorista está cerrada porque su actividad no es la venta de alimentos. Esos comerciantes están desesperados y presionando porque también los dejen funcionar.

Los pasadizos en la mayoría de estos mercados son estrechos, es difícil que los clientes hagan cola dentro del mercado, delante de cada puesto y respetando el distanciamiento social. Los puestos son pequeños, generalmente tienen la mercadería amontonada y por lo menos dos personas los atienden, siendo imposible que guarden la distancia adecuada. No hay caños para lavarse las manos. Los comerciantes y sus ayudantes están usando un par de guantes para toda la jornada laboral y las transacciones son solamente con dinero en efectivo.

Un mercado es hoy un espacio cerrado con una sola puerta de acceso, para entrar hay que hacer cola y esto desespera, lo que puede llevar a un descuido y un relajamiento en el cumplimiento de las pautas de bioseguridad que cada persona está llamada a respetar.

Mi conclusión es que la gran mayoría de mercados minoristas, no están ni estarán en condiciones de cumplir con las normas de bioseguridad y si pensamos que los riesgos de contagio se extenderán por los 24 siguientes meses, conviene de una buena vez plantearse un sistema de comercio minorista barrial distinto.

¿Qué se puede hacer con los mercados minoristas?

En el caso de los mercados minoristas hay dos salidas complementarias que pueden funcionar en paralelo. Las dos estrategias implican “dividir” el mercado en unidades más pequeñas, repartidas en el distrito y que permitan a los vecinos caminar menos para abastecerse.

La primera estrategia es habilitar espacios temporales (no itinerantes) con infraestructura apropiada proyectada para resistir 24 meses. Infraestructura de calidad. Donde cada puesto tenga mayor espacio y cuente con un caño con agua y desagüe donde el comerciante y sus ayudantes se puedan lavar las manos (repito, esta infraestructura es fácil de montar).

La segunda, permitir a los vecinos habilitar pronto espacios para alquilar (garajes o espacios con puerta a la calle) a los comerciantes de los mercados minoristas. A todos los rubros, no solo los de comida. Espacios que cuenten con caño y lavatorio para lavarse las manos, ventilación y de tamaño apropiado para un aforo de cuatro personas con el distanciamiento apropiado entre una y otra.

A estas alturas necesitamos todos los productos y servicios que se vendían en los mercados antes de la cuarentena.

UNA OPORTUNIDAD PARA MODERNIZAR LA INFRAESTRUCTURA DE LOS MERCADOS DE ABASTOS A NIVEL NACIONAL

Esta podría ser una oportunidad de oro para modernizar los mercados de abastos en todo el Perú.

Si comprendemos que la inmensa mayoría de ellos no está en condiciones de operar con las medidas de bioseguridad requeridas para no ser focos de contagio, si se integra a la solución a los comerciantes de todos los rubros presentes en cada mercado, si se montan espacios adecuados para que ellos puedan desarrollar su actividad por los próximos 24 meses, se puede dar paso a un programa de renovación de la infraestructura de estos centros de comercio.

Lo merecen los barrios y lo merecen los comerciantes. El Perú puede iniciar un gran programa de renovación de su infraestructura comercial barrial. Veinticuatro meses son suficientes para que emerja en el espacio físico de cada uno de esos mercados, un espacio comercial que se convierta en eje de desarrollo económico local.

Decidido este programa, dotado de fondos para que los comerciantes accedan a un financiamiento con intereses y plazos razonables, será el momento de los arquitectos y luego de las empresas, los ingenieros y los obreros de construcción.

Qué oportunidad hermosa para hacer mercados adecuados, con puestos de tamaño suficiente, con agua para el lavado de las manos, con tanques cisternas, con mejor infraestructura de baños, con pasadizos amplios y buena ventilación, con dos pisos de comercio y espacios para almacenes, talleres y oficinas en el tercer y cuarto piso, con escaleras y ascensores de tamaño apropiado.

Vamos a necesitar reactivar la economía, pongamos en paralelo fondos de crédito por 20 mil millones de soles en manos de los comerciantes propietarios de los mercados. Démosles la oportunidad que crezcan, que inviertan en su desarrollo, que, con su esfuerzo, ayuden a la reactivación económica de sus barrios. Pero que haya una institución que fije los parámetros y que estos no dependan de la discrecionalidad de cada municipio local.

Imaginemos los mercados del Bicentenario. Lampadia




Control de precios e intervencionismo

Control de precios e intervencionismo

En los últimos días, a raíz de la crisis sanitaria y socio económica producida por el coronavirus, se ha vuelto a especular sobre la posibilidad de controlar algunos precios.

Esto con el liderazgo del propio Indecopi, llamado a velar por el mantenimiento de una economía sana.

Pues, como puede leerse líneas abajo, en el artículo que publicamos hace un par de años, el intervencionismo de la economía y el control de precios producen efectos contrarios a lo buscado, solo se genera escasez y finalmente el aumento de los precios.

Es un error gravísimo, que es fácil de cometer, pero muy difícil de enmendar. No debemos ir nunca por ese camino.

Del ‘ogro filantrópico` o la ‘mano negra’
Cuando el Estado interviene en los mercados se cae en abismos

Publicado en Lampadia
07/05/2018

Ver artículo sin glosas: https://lampadia.com/analisis/economia/cuando-el-estado-interviene-en-los-mercados-se-cae-en-abismos/

De cómo una intervención en contra del mercado avanza hasta destruir la economía de mercado y desbaratar la producción de bienes y servicios.

Las políticas públicas y las decisiones económicas son el espacio de encuentro y desencuentro de la falta de miras, el cortoplacismo y las buenas intenciones, con la cruda realidad determinada por miles de agentes económicos, personas, empresas e instituciones, que responden a incentivos y oportunidades, y no a normas y regulaciones que interfieren en los mercados.

Líneas abajo compartimos una brillante presentación de Ludwig von Mises, de mayo de 1950, que explica con una gran sencillez, cómo las decisiones de gobierno sobre los mercados, así estén inspiradas en buenas intenciones, pueden desencadenar una serie creciente de regulaciones (cada una para remediar el problema ocasionado por la anterior) que terminan conduciendo al Estado a hacerse de capacidades que sustituyen las funciones del mercado y llevan a las economías a disminuir la inversión, la producción, y el bienestar general.

Este tipo de normas terminan produciendo efectos contrarios a sus enunciados y a sus propósitos. En Lampadia desarrollamos, hace algún tiempo, una sección llamada: ‘Normas-contra-propósito’. Lamentablemente, tal como explica von Mises, en el Perú, este tipo de decisiones de gobierno se siguen multiplicando todos los días, al punto de haber intervenido en nuestro novel mercado de principios de siglo y haber creado una costra de normas, instancias, y enfoques burocráticos que, en esencia, han lisiado a nuestra economía de mercado y hecho tortuosos los espacios de innovación, creatividad e inversión.

(…)

Nuestro Congreso genera normas de este tipo todos los días. Ojalá nuestros lectores nos traigan más ejemplos. Pero ahora, los invitamos a iluminarse con la sabiduría de Ludwig von Mises:

Las políticas públicas de la tercera vía conducen al socialismo

(Primera parte)
Ludwig von Mises
Traducido y Glosado por Lampadia

Middle-of-the-Road Policy Leads to Socialism

Esta disertación se presentó en el University Club de Nueva York, el 18 de abril de 1950.
Mises Daily Articles, Mises Institute, Austrian Economics, Freedom and Peace, 12 de febrero, 2006.

(…)

De cómo el control de precios conduce al socialismo

El gobierno cree que el precio de un bien definido, por ejemplo, la leche, es demasiado alto. Quiere hacer lo posible para que los pobres les den más leche a sus hijos. Por lo tanto, recurre a un precio tope y fija el precio de la leche en un nivel menor que el que prevalece en el mercado libre.

El resultado es que los productores marginales de leche, aquellos que producen al costo más alto, incurren en pérdidas. Como ningún agricultor o empresario individual puede seguir produciendo a pérdida, estos productores marginales dejan de producir y vender leche en el mercado. Utilizarán sus vacas y sus habilidades para otros fines más rentables. Por ejemplo, producirán mantequilla, queso o carne.

Por lo tanto, habrá menos leche disponible para los consumidores, no más. Esto, desde luego, es contrario a las intenciones del gobierno. Que quería que sea más fácil para algunas personas comprar más leche. Pero, como resultado de esta interferencia, la oferta disponible disminuye. La medida se prueba como abortiva desde el punto de vista preciso del gobierno y de los grupos que pretendía favorecer. Produce un estado de cosas que desde el punto de vista del gobierno, es aún menos deseable que el estado previo de cosas, que estaba destinado a mejorar.

Ahora, el gobierno enfrenta una alternativa. Puede derogar su decreto y abstenerse de cualquier esfuerzo adicional para controlar el precio de la leche. Pero si insiste en su intención de mantener el precio de la leche por debajo del que el mercado libre habría determinado, no obstante, evitar una caída en el suministro de leche, debe entonces, tratar de eliminar las causas que hacen que el negocio de los productores marginales no sea rentable. Debe añadir, al primer decreto relacionado solo al precio de la leche, un segundo decreto que fija los precios de los insumos necesarios para la producción de leche, en un nivel tan bajo que los productores marginales de leche no sufran más pérdidas y, por lo tanto, se abstengan de restringir su oferta.

Pero luego, la misma historia se repite en un plano más remoto. El suministro de los insumos requeridos para la producción de leche cae, y nuevamente el gobierno está de vuelta donde comenzó. Si no quiere admitir la derrota y abstenerse de cualquier intervención en los precios, debe ir más allá y fijar los precios de los insumos necesarios para la producción de los insumos necesarios para la producción de leche.

Por lo tanto, el gobierno se ve obligado a ir cada vez más lejos, fijando paso a paso los precios de todos los bienes de consumo y de todos los factores de producción, tanto laborales como materiales, y a ordenar, a cada empresario y a cada trabajador, que sigan trabajando con esos precios y salarios. Ninguna rama de la industria puede dejarse de lado, de esta fijación general de precios y salarios, y de la obligación de producir aquellas cantidades que el gobierno quiere ver producidas. Si algunas ramas industriales se dejan libres, por el hecho de que solo producen bienes calificados como no vitales o incluso como lujosos, el capital y el trabajo tenderían a fluir hacia ellos y el resultado sería una caída en el suministro de aquellos bienes, cuyos precios ha fijado el gobierno precisamente porque los considera indispensables para la satisfacción de las necesidades de las masas.

Pero cuando se alcanza este estado de control general de las empresas, ya no puede haber ningún tipo de economía de mercado. Los compradores, mediante su decisión de comprar o abstenerse comprar, ya no determinan qué se debe producir y cómo. La capacidad de decidir recae en el gobierno. Esto ya no es capitalismo: es una planificación integral por parte del gobierno, es el socialismo. Lampadia