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La funesta incapacidad moral

La funesta incapacidad moral

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas
Para Lampadia

Muchas personas culpan a la pandemia de todos los males que viene padeciendo el mundo. Por eso creen que pronto todo volverá a la normalidad. La verdad es que esta afirmación está lejos de la realidad, porque el mundo ya se encontraba enfermo antes de que apareciera el Covid para agravar su situación.

La infección ya existía y era de un antiguo mal, que al parecer no tiene cura, pero que en los últimos tiempos se ha venido expandiendo peligrosa y rápidamente. Me estoy refiriendo a la madre de todos los males: LA CRISIS MORAL.

La falta de ética y valores viene tomado al mundo por asalto y lo está destruyendo. Es una enfermedad crónica mucho más peligrosa que cualquier pandemia, ya que no solo afecta al frente sanitario, sino a todos los demás, especialmente al social, al político y al económico. 

Su agresivo avance está lesionando severamente a las personas, instituciones y países del mundo. La desmedida corrupción, el fraude, el abuso del poder, el narcotráfico, el lavado de activos, la compra de voluntades, el contrabando y el crimen organizado vienen arrasando todo lo que encuentran en su camino. Y lo mas grave es que esto se está convirtiendo en la nueva y nefasta normalidad.

Este mal se expande mucho más rápido en los países menos desarrollados y con mayores índices de pobreza, como los de nuestra región. En ellos, estas prácticas son implementadas por la vía política y por personajes que tienen una tremenda incapacidad moral.

Para lograr sus infames planes, penetran todas las instancias del estado con el objetivo de perpetuarse en el poder, apoderarse de las riquezas de los países y convertirlos en viles dictaduras o, peor aún, en narco estados.

Sus tácticas incluyen la mentira descarada, el divisionismo de clases, la compra de voluntades, el fraude electoral, la confusión y el caos y las utilizan aprovechándose de la pobreza e ingenuidad de la población mas vulnerable. No le faltaba razón a Maquiavelo cuando afirmaba que ¨La política no tiene ninguna relación con la moral¨.

En varios países la estrategia está muy avanzada y ya se encuentran completamente sometidos a regímenes totalitarios. Los demás están en diferentes grados de avance. En estos todavía existen algunas alternativas defensivas basadas en la legalidad y en el derecho ciudadano de la voz, la insurrección y el voto.

Sin embargo, el éxito de estos esfuerzos dependerá del nivel de penetración que alcancen los incapaces morales, para lo cual utilizan la táctica de la confusión y el adormecimiento, mientras avanzan subterráneamente con su plan. Las poblaciones tienen que estar muy alertas y defender firmemente sus libertades a como de lugar.

A nivel mundial, los pocos países que se salvan de esta funesta crisis de moral tienen al menos tres factores en común:

  • EDUCACIÓN: Es la primera prioridad y sus índices PISA son muy altos.
  • MORAL: La población practica altos estándares de ética, civismo, disciplina y respeto.
  • PROPÓSITO: Sus gobiernos están enfocados en ¨Bienestar para la población y progreso para el país¨.

Como se puede apreciar, el sistema político y económico utilizado no es uno de los factores claves de éxito. Lo fundamental es quien lo ejecuta. Como apuntó el General francés Charles De Gaulle, ¨La política es un asunto muy serio como para dejarla sólo en manos de los políticos¨.

En pocas palabras, es necesario tener un buen plan estratégico, pero es más importante aún, contar con un equipo probo y profesional para que lo ejecute correcta, oportuna y transparentemente. Por este motivo la capacidad moral es la clave del éxito y lo contrario es el fracaso seguro.

En cuanto al modelo económico, el capitalismo es el que mejores resultados ha tenido en las últimas décadas. Sin embargo, en casi todos los países en que se implementó, se hizo de manera incompleta. Se enfocó en el crecimiento y el desarrollo, pero prácticamente se dejó de lado el complemento social y la sostenibilidad. Un gran error que se tendrá que revisar y reparar en el futuro.

En el otro frente, el sistema económico socialista/comunista ha fracasado rotundamente, sin excepción alguna, en todos los países en que se implementó o que se intentó hacerlo. En ellos, solo se generó mas pobreza, caos y destrucción.

Aquí se aplica perfectamente la famosa frase de Sir Winston Churchill, ¨El capitalismo distribuye desigualmente la prosperidad, mientras que el comunismo distribuye equitativamente la miseria¨

El caso de China, cuna del maoísmo, la doctrina tan amada y predicada por algunos políticos de nuestra región, es un claro reconocimiento del fracaso de su sistema económico. Actualmente mantienen el sistema político comunista, pero es uno de los países más agresivos en el uso del sistema económico capitalista. Esto los ha convertido en la segunda potencia económica del mundo.

Entonces, se hace muy difícil entender porque en nuestra región, los miembros del foro de Sao Paulo insisten en implementar un sistema económico fracasado que hasta uno de sus países símbolo lo han dejado de lado.

¿No será porque quieren conseguir el resultado que han conseguido los miembros de las cúpulas políticas de países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia y Nicaragua? Por eso no le falta razón al escritor brasileño Paulo Coelho, quien dice ¨Cuando un comunista dice que acabará con la pobreza, se refiere a la suya¨.

Concluyo con una reflexión que viene muy al caso y que sirve para aclarar de manera contundente el tema de la incapacidad moral:

¨Quien no tiene educación, incurre en incapacidad intelectual. Quien tiene problemas psiquiátricos, incurre en incapacidad mental. Quien tiene problemas serios de salud, incurre en incapacidad física. Pero quien no tiene ética, ni valores, incurre en incapacidad moral¨. Lampadia




El nuevo enemigo

El nuevo enemigo

Alejandra Benavides
Para Lampadia

La semana pasada, el congresista Abel Reyes de Perú Libre, presentó el proyecto de ley que declara “de interés nacional la justa y equitativa distribución del espectro electromagnético y radioeléctrico en radio, tv y otros medios de comunicación, y la transmisión en territorio nacional”. Establece que el Gobierno podría suspender las licencias de radio y tv, y manejarlas de manera “excepcional y transitoria”. Afirma que “los medios han olvidado su rol de colaboración” y que “desconocen cualquier forma de ética en la difusión de contenidos”.

Además de la audacia de Perú Libre para dar lecciones de ética, claramente lo que buscan es el monopolio de contenidos y su difusión, acción fundamental para la sostenibilidad del gobierno comunista y su propaganda.

Como en todas las dictaduras, el control de la prensa es un arma potente para:

  • Gozar de impunidad y mantener en la clandestinidad sus fechorías, esconder su incompetencia y no dejar que se expongan sus debilidades
  • Omitir información objetiva y datos duros, usando la posverdad como herramienta para jugar con lo emocional, manipulando el lenguaje, victimizándose y manoseando temas sensibles como el racismo, pobreza, desigualdad
  • Difamar a quienes consideran una amenaza a su posición, como líderes de oposición y de opinión, líderes sindicales y de gremios, jueces y fiscales, periodistas
  • Criticar sistemas distintos, como las democracias liberales, mostrando sólo fragmentos que se acomoden a su discurso de desprestigio de los mismos, y atacando a empresas y empresarios
  • Mantener un sistema de extorsión, terror y corrupción, para lograr alineamiento con sus objetivos
  • Reescribir la historia a su antojo, lograr adoctrinamiento y controlar la formación de opiniones (pensamiento único direccionado), el famoso brain remodeling
  • Asegurar espacios donde tontos útiles tengan cabida, sobretodo aquellos que se presentan como “imparciales”, y den legitimidad al régimen (esos abundan en el mundo)
  • Control total y censura de contenidos que puedan poner en riesgo su narrativa (películas, programas de entretenimiento, etc.)

La prensa ha puesto al descubierto que el Presidente, su gabinete y las personas de su máxima confianza que ocupan posiciones críticas, son personajes cuestionados, incluso con prontuarios, incapaces e incompetentes – no sólo intelectual sino moralmente, sin la más mínima preparación. Han entrado al poder simplemente para servirse de él, poniendo por encima la ideología y lealtad partidaria, sobre las capacidades y la experiencia, y lo que necesita el país en momentos de crisis.

Acostumbrados a hacer de las suyas, los Dinámicos del Centro han descubierto que más que la Constitución, lo que hoy los ata de manos es la prensa. Les irrita no poder ejercer el poder como ellos quisieran: de manera ilimitada e irrestricta. Por eso preferible es tener a los peores cuadros como Guido Bellido, Íber Maraví, entre otras joyas, en cargos públicos y con gran visibilidad, ya que será la única forma de limitarlos. Más peligrosos son en la clandestinidad. Lampadia




Trabajemos en los valores

Trabajemos en los valores

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Siempre decimos que el Perú es un crisol de razas, que es el país de todas las sangres, pues “quien no tiene de Inga, tiene de mandinga” y, por supuesto, en este proceso de mestizaje todos hemos ido aportando cuotas étnicas, lingüísticas, culturales, de tradiciones y de valores. Esta rica combinación, ha sido un gran motivo de orgullo donde quiera que uno va.

Haber tenido la posibilidad de conocer, vivir y disfrutar en los distintos departamentos del Perú; la calidez de su gente, sus ciudades y paisajes, su sabrosa comida, música, bailes y costumbres, ha sido un privilegio que la vida no les brinda a muchos. Para mi, ha sido interesante la experiencia de llegar como escolar de primaria o secundaria a diferentes departamentos (en mi caso de costa, sierra y selva), a lo largo de la infancia y adolescencia, haberse sentido acogido en el salón de clase e integrarse fácilmente con los compañeros de colegio, para finalmente mimetizarse rápidamente, hasta en el hablar.

Quien es acogido en esas circunstancias, donde uno es minoría, difícilmente percibe anti valores, pues son pueblos cálidos, con costumbres y tradiciones muy positivas, que funcionan y que uno trata de adoptar. Los problemas aparecen con las corrientes migratorias.

Nuestro país, con cerca de 33 millones de habitantes, tiene concentrada en Lima una población cercana a los 10 millones, mayoritariamente migrantes de primera o segunda generación, quienes al llegar encontraron una ciudad hostil, que no los acogió amablemente, que los obligó instalarse con dificultad, buscar oportunidades de trabajo y cuidar de su familia en un ambiente de una alta inseguridad.

Quienes vinieron a Lima, lo hicieron buscando oportunidades de desarrollo personal y familiar, tratando de superarse económicamente y muchísimos con el objetivo de ser profesionales o lograr que sus hijos lo sean. Esta es, normalmente, una clara aspiración para ascender en la escala social. A ese respecto, escuchaba en una charla al profesor Jorge Yamamoto, que la aspiración educativa de este grupo inmigrante, en la mayoría de los casos no es por sed de conocimientos y mejor educación, sino para lograr un “cartón”. Eso explica varias cosas, que van desde la proliferación de universidades de ínfima calidad en el Perú, hasta la distribución de la demanda entre las distintas carreras universitarias.

Es claro que las profesiones menos demandadas en ese grupo de universidades en nuestro país, son las que requieren un alto nivel de exigencia matemática, de física, química y biología. En cambio, las carreras llamadas de “tiza y saliva”, están sobrepobladas. El nivel académico de exigencia deja mucho que desear y las “tesis” para graduarse, no serían aceptadas ni como trabajo de grupo a media carrera, en una universidad de calidad. Pero eso “no es problema”, lo que se busca es un cartón para trabajar. Sin embargo, la cosa no queda ahí, pues también han proliferado las “maestrías” y “doctorados” que, en su mayoría, no serían convalidadas a nivel mundial, no alcanzan un puesto en un ranking universal y por supuesto, que el grado se otorgó sin ningún trabajo serio de investigación, ni aporte al conocimiento.

Obviamente, para nuestra administración pública, eso último no interesa, lo importante es que ya tienen “título”, “maestría” y “doctorado”. En consecuencia, ya “cumplen todos los requisitos” para aspirar a ocupar una plaza en la administración pública; ministerio, gobierno regional, municipalidad, u organismo descentralizado o bien para ser jueces, fiscales, miembros de la Junta Nacional de Justicia o miembros del Tribunal Constitucional.

La administración pública tiene su propia dinámica, toman sus tiempos, nadie toma decisiones ni asume riesgos. El pensamiento es; “a mi no me pagan para obtener un buen resultado, a mi me pagan para que se siga el procedimiento”, en consecuencia, quien está ocupando una plaza sólo tiene que hacer tiempo para ascender o mantenerse en el puesto. Luego de algunos años, incluirá en su Hoja de Vida que tiene muchos “grados académicos” y varios años en ciertas dependencias del Estado, en las que, aún sin haber logrado ningún objetivo en favor del país, podrá demostrar que tiene una hoja de servicios limpia y que está apto para concursar en cualquier convocatoria pública, incluyendo la del Tribunal Constitucional.

Interesante la mención que hace el profesor Yamamoto respecto de las “argollas” que se crean en las ciudades, universidades o entidades de trabajo. Así se armaron las “argollas” de “Los cuellos blancos del Puerto” y otras, que sin haber sido bautizadas, son conocidas, tales como las de las distintas universidades, ministerios, la Fiscalía, el Poder Judicial, las ONGs y la Prensa, así como la de los Moqueguanos, entre otras.

Esa mediocridad y “chatura intelectual”, se ha ido enquistando también,  a lo largo de los años, en nuestros congresistas, quienes, con muy raras excepciones siguen el mismo patrón de conducta y esquema mental. Por eso, en cada proceso electoral, logramos devaluar más y más el nivel parlamentario. Gente sin valores, capaz de hacer por ejemplo, uso de su prerrogativa parlamentaria de hacer visitas de inspección a los penales (privilegio que les permite garantizar la integridad, salud y adecuadas condiciones de carcelería), para usarlo para fines personales, tales como coordinar y conducir campañas políticas, sometidos al liderazgo de algunos presidiarios.

La vergüenza de las coordinaciones entre “los hermanitos” del sistema judicial, se explica por sí sola, pero en el Poder Judicial y en la Fiscalía de la Nación, nadie se avergüenza. Nadie puede negar que el ex juez Hinostroza, hoy en proceso de extradición en España, era en su momento quien había destacado por sus conocimientos entre los miembros del Poder Judicial y se había convertido en un referente al que muchos recurrían.

Este es un caso clarísimo de cómo un individuo, por currículum y exámenes puede ocupar una posición muy importante en la judicatura, pero no debería ser bien calificado en una entrevista personal para ocupar tan alto cargo. Hago esta mención, porque estamos en pleno proceso de selección para nuevos miembros del TC, donde se calificará con 85% la evaluación curricular y con 15% la entrevista personal. Importante destacar que, de la evaluación curricular, 30 puntos corresponden a formación académica (cartones), 35 puntos a la experiencia profesional (muchos serán años en la administración pública) y 20 puntos a la labor de investigación en materia jurídica, debiendo lograr con esto un total mínimo de 60 puntos.

Por las circunstancias en que se encuentra el Sr. Hinostroza, no podrá participar, pero no dudo que de participar, hubiera vuelto a destacar entre sus pares y, aplicando los criterios que se han establecido, hubiera sido un candidato de fuerza para ser nuevo miembro del TC.

Los parámetros, valores y criterios de selección y valoración “meritocrática” deben ser reformulados en el Perú. Pero claro, es imposible pretender que, esos mismos grupos de ciudadanos, forjados en “argollas” y cargados de anti valores, puedan cambiar sus propios criterios. Ellos los han internalizado como “correctos” y no cambiarán.

Así pues, hemos defenestrado a la camarilla que estaba en el CNM, pero no hemos erradicado la mafia de jueces y fiscales distribuidos a nivel nacional. Hemos defenestrado a dos Fiscales Supremos, que se suponían intachables, pero hemos dejado otros que se someten al poder de un presidente investigado. Hemos disuelto un congreso por manejar un proceso de elección de miembros del TC, tal como les manda la Constitución y la ley, para ahora estar a trompicones, en un proceso “meritocratico” de nuevo cuño.

¡Sabe Dios qué saldrá de este sancochado! Lampadia




Indignación, mal ejemplo, humillación…

Indignación, mal ejemplo, humillación…

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 16 de octubre de 2020
Para Lampadia

Muchos moralistas cuestionan la corrupción – únicamente – por sus connotaciones éticas y morales. Sin embrago, el problema es mucho peor. La corrupción tiene también otras connotaciones… más allá de lo ético y moral. Y de eso se trata el presente artículo.

Efectivamente, la corrupción enquistada en el Estado – y en la sociedad civil – es inmoral, descarada, e indignante. Las coimas, el clientelismo político, y todo lo demás, son actos inmorales, descarados, e indignantes. Y el hecho de que haya mucha gente corrupta, no justifica que uno también lo sea. Y menos cuando se trata del propio presidente de la República.

A ese respecto, la justificación que dio el presidente Vizcarra acerca de las reiteradas e injustificadas contrataciones de Richard Swing fue realmente denigrante. – Pero si muchos lo hacen – dijo el presidente, muy suelto de huesos, para defender las indefendibles contrataciones de su amigo cantante. En ese sentido, la corrupción del presidente tiene una connotación de efecto en cascada de alcances verdaderamente perniciosos. El ejemplo percola de arriba hacia abajo… tanto el bueno, como el malo. Y en este caso, el pésimo ejemplo del presidente ha percolado hacia millones de personas que trabajan en el Estado.  

Pero la corrupción tiene otra connotación que es aún peor que las anteriores: la humillación. En efecto, todo parece indicar que la humillación que conllevaron las contrataciones de Richard Swing está pasando inadvertida. Me refiero a la humillación infligida a los funcionarios del Ministerio de Cultura que tuvieron asistir a las charlas motivacionales de aquel personaje impresentable.

¿Qué habrán sentido los buenos funcionarios del ministerio – que de hecho los hay – cuando vieron a Richard Swing al frente de las sesiones motivacionales? Incluso, antes de las charlas absurdas ¿qué habrán sentido las personas de las áreas administrativas del ministerio al tener que pasar por todos los trámites previos a las contrataciones?

Obviamente, la relación del cantante con su amigo el presidente debió haber trascendido de antemano. De lo contrario, jamás hubieran procedido unas contrataciones tan absurdas e inoportunas. – Esto es una inmundicia – habrán pensado tanto los funcionarios que fueron forzados a contratarlo, como los que tuvieron que asistir a las charlas motivacionales. ¡De allí la humillación! La cual se agrava por provenir del propio presidente de la República.

Es verdad que los funcionarios en cuestión debieron negarse a tal infamia. La lucha contra la corrupción implica que uno pueda perder su trabajo, su reputación… y hasta su seguridad personal y familiar. Como que guardar silencio frente a la corrupción, nos hace cómplices de ella. Entonces, si queremos luchar – de verdad – contra esa lacra universal, debemos estar dispuestos a perderlo todo. Así de bravo es el desafío. Ante la corrupción no caben medias tintas. O estamos contra la ella… o somos parte de ella.

Por otro lado, el presidente Vizcarra no nos puede seguir contando el cuento de que su prioridad es la lucha contra la corrupción. Está clarísimo… él es uno más del montón. ¡Un presidente más! ¡Un coimero más! ¡Un corrupto más! ¡Una lástima más!

Y su actitud frente a la corrupción es triplemente perniciosa. En primer lugar, porque es inmoral y antiética. En segundo lugar, por el pésimo ejemplo para millones de peruanos. Y en tercer lugar – tal como lo hemos visto en el caso de los funcionarios del Ministerio de Cultura – porque es humillante y abusiva.

Sí pues… la corrupción es mucho más que un acto inmoral y antiético. La corrupción es un pésimo ejemplo para la ciudadanía; sobre todo para los niños y jóvenes. Además, la corrupción es abusiva y humillante; tanto para los que tuvieron que cumplir las órdenes de un presidente corrupto, como para los que tuvieron que asistir a las charlas motivacionales de tan pernicioso personaje. Lampadia




El valor de los buenos servidores públicos

El valor de los buenos servidores públicos

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 8 de noviembre de 2019
Para Lampadia

Mucho se ha hablado – y se seguirá hablando – de la corrupción en el Estado. Y está bien que sea así. El Estado está plagado de gente corrupta. Desde presidentes hasta conserjes – pasando por ministros, congresistas, jueces y fiscales, policías y militares, gobernadores y alcaldes, consejeros y regidores, médicos y maestros… – el Estado está lleno de gente corrupta. Y ¡vaya que tenemos audios y videos que corroboran tal afirmación! Además ¿quién no se ha topado con muchos de ellos a lo largo de nuestras vidas?

Sin embargo, el Estado tiene también gente honesta y capaz. Y mucha. El problema es que de ellos casi no se habla. “Lo bueno no es noticia” se dice por ahí. Y sí… pareciera que el Dios rating ha tomado el control de muchas televisoras, radios, y periódicos.

Aunque – seamos sinceros – todos tenemos vela en este entierro. El rating lo hacemos los ciudadanos. Entonces, no nos quejemos. Por culpa nuestra, los noticieros suelen transmitir – casi exclusivamente – hechos de sangre, crímenes, y escándalos de corrupción. Y muy pocas veces dan cuenta de los buenos servidores públicos, u otras noticias por el estilo.

Bueno pues… más vale tarde que nunca. Los buenos servidores públicos son tan valiosos que los peruanos deberíamos reconocerlos y premiarlos por todo lo alto. Por otro lado ¡qué injusto resulta que pasen inadvertidos! La motivación humana es muy importante. Y – en estos casos – no hay nada peor que el olvido y la indiferencia.

En el Gobierno Regional de Ica – durante la gestión anterior – reconocimos y premiamos a muchos buenos servidores de la institución. Y las expresiones de gratitud – y satisfacción – de los beneficiarios no pudieron ser más emotivas y enternecedoras. El orgullo y alegría de sus familiares fue total. Y – por supuesto – la entrega y compromiso para servir mejor a la ciudadanía se reforzó.

En ese sentido ¡qué mal que los salarios en el Estado sean tan bajos! Y – peor aún – que existan topes salariales. Por ejemplo, eso de que nadie pueda ganar más que el presidente o gobernador en las diversas dependencias del Estado, es una aberración administrativa. Los buenos servidores públicos deberían ganar mucho más que sus pares del sector privado. Incluso, que sus autoridades políticas. No hay nada más valioso – para el país – que los buenos servidores públicos.

Pensemos. Las autoridades políticas son – en esencia – pasajeras. Mientras que los servidores públicos son estables. Al menos, deberían serlo. Y si queremos que el Estado sirva bien a la ciudadanía, pues deberían ganar bien. Obviamente, me refiero a los buenos servidores públicos.

Y viceversa, los malos servidores públicos – los que maltratan a los ciudadanos y los corruptos – deben salir del Estado. No hay nada más dañino – para el país – que los servidores públicos corruptos e indolentes.

Por eso, a las autoridades políticas les aconsejo. Reconozcan y premien a los buenos servidores. Ese gesto los motivará y el servicio público mejorará.

Y a mis lectores les digo. Cuando sean bien atendidos por un servidor público, abrácenlo. Díganle gracias. Háganle saber que lo valoran mucho. Les aseguro que el buen servidor se los va a agradecer.

Los peruanos estamos en deuda con los – muchísimos – buenos servidores del Estado. Ojalá – algún día – sepamos reconocerlos y valorarlos. Lampadia




A propósito de la intervención del Magistrado Carlos Ramos Núñez

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

En Política y Constitución (Lampadia 06 de setiembre de 2019), afirmé que en la sociedad contemporánea, donde el imperio es del derecho y no de la fuerza, la tensión histórica entre política y Constitución debe ceder en favor de esta última. En la sociedad libre, abierta y plural, se celebra el triunfo del texto sobre la masa, de la ley sobre el caudillo, de la Constitución sobre el autócrata. Nada bueno le espera a una sociedad que celebre lo contrario. Nada bueno le espera a una sociedad en la cual la política, como lo planteaba Macchiavello, este desprovista de reglas y de ética. Nada bueno le espera a una sociedad que desata a la política del yugo que le impone la Constitución y que se queda a merced de la voluntad de una persona”.

Se esbozaron allí un par de ideas que resultan capitales en el escenario jurídico constitucional peruano de estos días: la política debe estar subordinada a la Constitución y esta no puede ser ajena a la ética. Dicho de otro modo, el encausamiento de la política por parte del derecho es una condición necesaria, pero no suficiente. Hace falta un contenido ético en este cometido. Quiere decir que el actuar del operador jurídico encargado de encausar la actuación política debe estar ajustado no solamente a la Constitución, sino también a la ética.

¿Y donde están las reglas éticas a partir de las cuales se juzga la actuación de un Juez?

En los principios de la ética profesional y por supuesto, en los Códigos de Ética.

La Cumbre Judicial Iberoamericana, por ejemplo, a través del CIEJ, su Comisión Iberoamericana de Ética Judicial, tiene establecido un Código Iberoamericano de Ética Judicial que consagra un conjunto de deberes éticos para los jueces. Aquí dos de ellos:

ART. 11.- El juez está obligado a abstenerse de intervenir en aquellas causas en las que se vea comprometida su imparcialidad o en las que un observador razonable pueda entender que hay motivo para pensar así.

ART. 12.- El juez debe procurar evitar las situaciones que directa o indirectamente justifiquen apartarse de la causa.

El Perú como Estado es uno de los 23 países miembros de esta Cumbre Judicial Iberoamericana a la cual está dirigido este Código de Ética Judicial, por lo que resulta un parámetro supranacional válido de exigencia para nuestros magistrados, los cuales además acuden con frecuencia a los instrumentos y organismos internacionales para sus decisiones y para la conservación de sus cargos.

De estos deberes éticos fluye el deber de abstención del magistrado cuya imparcialidad se vea comprometida, por ejemplo, por un adelanto de opinión. Surge lo que Martínez López afirma:

“La ética debe impulsar, sostener, inspirar y complementar al Derecho, aunque lo exigible al poder público, bajo el Estado social y democrático de Derecho, es su plena sumisión a este. El deber de abstención de los servidores públicos cuando se encuentran en las situaciones que la ley determine por comportar riesgo de parcialidad o de servicio a algún interés particular y no a los fines públicos es solo una medida precautoria, que busca la mejor garantía de la efectiva sumisión de toda actuación del poder público al Derecho, así como también favorecer la confianza del ciudadano en las autoridades y en los empleados públicos”[i]

¿A que viene todo esto?

El magistrado Carlos Ramos Núñez, miembro del Tribunal Constitucional, ha adelantado opinión acerca del fondo de la cuestión planteada en la demanda Competencial promovida por el Presidente del Congreso contra el Poder Ejecutivo por la disolución del Congreso. En entrevista con el Diario El Comercio, el 04 de octubre, cuando ya se había producido la disolución, señaló:

Es un mecanismo de salvación de la democracia. No es un golpe de Estado, como sería, por ejemplo, el 5 de abril de 1992.

— ¿No se parece esto a un golpe de Estado?

No, no es un golpe de Estado. Es un mecanismo constitucional previsto en la Constitución y que forma parte de algo muy típico de la Constitución del 93, que es reforzar el poder del presidente de la República.

Es cierto que Ramos no adelantó opinión acerca de la admisibilidad o no de la cuestión competencial, que todavía no se había planteado y seguramente por eso, ha participado como ponente de su admisión a trámite. Sin embargo, sobre el fondo de la cuestión, ya adelantó su opinión y, salvo que la ética le importe muy poco y su futuro académico menos que eso, tiene el deber de abstenerse y dejar que los otros 6 magistrados voten el fondo de la demanda.

Don Carlos Ramos Núñez se encuentra entonces ante el imperativo de la ética de la abstención. Lampadia

[i] Martínez López-Muñiz, J. (2011). Ética pública y deber de abstención en la actuación administrativa. Derecho PUCP, 2(67), 329-357. Recuperado a partir de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechopucp/article/view/2995




Política y constitución

Política y constitución

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

La política es mucho más antigua que la Constitución. Existe antes, después y a pesar de esta última. Más aún, puede vivir sin ella.

Para obtener el poder, mantenerlo y ejercerlo (que son los cometidos principales de la política), no hace falta la Constitución.

Los romanos (para no ir más lejos en la historia), gobernaron la península itálica a partir del siglo VIII a.c y desde allí ejercieron el poder en Europa, el Norte de África, Siria y Egipto hasta el siglo V d.c., sin estar sujetos a una Constitución. Tuvieron reglas, instituciones y normas en otro ámbito, pero no en el ámbito político.

Ni los señores feudales europeos, ni los shogunes japoneses, que ejercieron el poder real en Europa y Japón por siglos, estuvieron limitados por normas constitucionales. La vida, la libertad, el patrimonio y la honra de las personas dependían de su voluntad, no de un papel, ni una regla de esas características.

Los emperadores mayas, aztecas o incas, tampoco ejercieron el poder en todo nuestro continente bajo la permisión de un texto, norma o constitución. Nada había en ese momento que separara su autoridad política de su autoridad religiosa, ni mucho menos reglas que le impidieran disponer sobre la virtud de las mujeres, el destino de los jóvenes o la libertad de los súbditos.

La conquista de América, la colonización del África y las incursiones imperiales en el Asia, tuvieron como marco la ley de la selva que fue y sigue siendo el derecho internacional, pero se dieron con mayor libertad dada la ausencia de marcos o límites normativos internos en cada reino. Carlos V o Luis XIV no tuvieron que rendir cuentas de sus actos a un Congreso elegido por el pueblo, no debieron observar reglas de derechos humanos plasmadas en un texto obligatorio para todos, ni observar reglas o procedimientos cuando decidían el destino del Perú, las colonias norteamericanas o Canadá.

Cuando Luis XIV afirmaba que “El Estado soy yo”, lo hacía porque nada le impedía decirlo y porque no existía nada parecido a lo que en este tiempo Enmanuel Macron tuvo que jurar cumplir para ser presidente.

Para todos ellos, la política se ejercía al margen de la Constitución o de algo similar.

La gran conquista de la sociedad contemporánea es haber encausado la política dentro de una norma. Someter la política no ha sido sencillo. Tardó siglos lograrlo. Fueron primero los ingleses quienes a través de su Bill of Rigths arrancaron en 1689 el reconocimiento de sus derechos al monarca inglés. Luego los norteamericanos en su Constitución de 1786 y después los franceses en 1789 a través de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. La Constitución de Cádiz de 1812 fue el primer avance en el mundo iberoamericano, pero duró muy poco ya que en 1814, el rey Fernando vii la derogó para restaurar el absolutismo.

En el siglo XIX la tensión entre política y constitución se mantuvo en Europa a raíz del retorno del absolutismo y en América, a causa del caudillismo militarista post independencia, que buscaba zafarse de los límites, pesos, contrapesos y controles de los flamantes textos constitucionales de las nacientes republicas americanas.

Hitler, Mussolini, Franco, Mao o Stalin son ejemplos globales de como la tensión entre política y constitución ha cedido en favor de la primera durante el siglo XX.  Pinochet, Castro, Velasco Alvarado o Fujimori son ejemplo de esa tensión en el siglo XX latinoamericano, como lo son Chávez, Maduro, Ortega o Morales de la tensión actual. En todos estos casos, la política, en una dirección o en otra, ha buscado imponerse sobre la Constitución.

En la sociedad contemporánea, la libertad de las personas, su dignidad, su patrimonio, sus emprendimientos y su vida, no dependen de la decisión de una persona, están declaradas y garantizadas en una norma que todos deben observar, sobre todo y principalmente los que ejercen el poder. La organización del poder, su separación, su alternancia y la independencia de las instituciones que ejercen el poder no es una gracia del gobernante, sino una garantía pre existente.

En la sociedad contemporánea, donde el imperio es del derecho y no de la fuerza, la tensión histórica entre política y Constitución debe ceder en favor de esta última. En la sociedad libre, abierta y plural, se celebra el triunfo del texto sobre la masa, de la ley sobre el caudillo, de la Constitución sobre el autócrata. Nada bueno le espera a una sociedad que celebre lo contrario. Nada bueno le espera a una sociedad en la cual la política, como lo planteaba Macchiavello, este desprovista de reglas y de ética.

Nada bueno le espera a una sociedad que desata a la política del yugo que le impone la Constitución y que se queda a merced de la voluntad de una persona. Lampadia




La ética en la inteligencia artificial (IA)

La ética en la inteligencia artificial (IA)

¿Es necesario tener consideraciones éticas en la implementación de la inteligencia artificial (en adelante, IA) dentro de la industria? O, son más bien estas mismas consideraciones éticas, una traba para explotar todos los beneficios que nos podría brindar esta tecnología, de cara al empresariado.

Estas interrogantes son tratadas en un reciente artículo escrito por Dharmesh Syal, Director de Tecnología BCG Digital Ventures, en el blog del Foro Económico Mundial (ver artículo líneas abajo). En él, Syal señala que, a la velocidad que van las empresas hoy en día en la adopción de nuevas tecnologías, es hasta cierto punto, poco competitivo discutir sobre si se debe implementar IA en algunas industrias, aún cuando existan implicancias éticas de por medio.

No olvidemos que Isaac Asimov propuso en 1950, en su libro: Yo Robot, las Tres Leyes de la Robótica:

  1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

Syal es enfático también en señalar que Las áreas en las que la IA nos beneficia más también tienen el mayor potencial de dañarnos”. Cuestiones que tienen que ver con el límite legal de las acciones de las máquinas y/o robots programados con IA en el ámbito de la salud por ejemplo, hasta el peligro de que pueda haber equivocaciones de esta tecnología en el uso de armas de guerra, son algunos de los ejemplos que propone el autor al respecto.

Ante ello, él considera que tales preocupaciones relacionadas al comportamiento “ético” de la IA pueden ser superadas basándose en 3 estrategias:

  • Codificar las prácticas éticas en los metadatos de la IA para impulsar a largo plazo el “factor humano” en la toma de decisiones de las máquinas y/o robots programados con esta tecnología.
  • Implementar medidas de seguridad en las redes, de manera que se asegure que no se viole la confianza de los consumidores, en particular, sus datos personales.
  • Crear un código de ética que esté acorde a lo dictado por la forma en que las empresas usan IA. Esto es fundamental, en tanto el CEO  tome en serio dichos estándares e irradie esta actitud hacia los demás trabajadores de menor jerarquía.

Se debe relevar que, desde Lampadia creemos que, como toda tecnología introducida por la 4ta Revolución Industrial (4IR), la IA permitirá volver más eficientes los procesos de mercado lo que, a la larga, mejorará la calidad de vida de la población mundial como lo hizo en su momento y lo sigue haciendo, la digitalización.

Sin embargo, considerando la propia naturaleza de la IA, la cual pretende a la larga, replicar las acciones del hombre en una serie de actividades económicas, sociales y hasta de índole militar, consideramos que las propuestas de Syal son sensatas, sobretodo porque, de ser correctamente implementadas, pueden aplacar la creciente preocupación que está generando esta nueva tecnología en torno a la ética. No puede descartarse el uso de la IA, dado que aún no ha mostrado todo su potencial. Lampadia

Es hora de dejar de hablar de ética en la IA y comenzar a tenerla

La carrera para construir el primer vehículo totalmente autónomo ha planteado cuestiones
éticas en primer plano. Imagen: REUTERS/Amir Cohen

Dharmesh Syal
Director de Tecnología
BCG Digital Ventures
Foro Económico Mundial
17 de Enero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

Todos, desde Stephen Hawking a Bill Gates y Elon Musk, han discutido la filosofía de la inteligencia artificial (IA). Ahora que las compañías de todo el mundo están creando productos de IA a un ritmo increíble, es cada vez más urgente que dejemos de hablar sobre cómo implementar salvaguardas éticas en IA y comenzar a hacerla.

La carrera para construir el primer vehículo totalmente autónomo (AV) ha llevado este tema al frente y al centro. La muerte de un peatón en marzo ha generado preocupación no solo por la seguridad de los AV, sino también por sus implicaciones éticas. ¿Cómo enseñar a una máquina a “pensar” éticamente? ¿Y quién decide quién vive y quién muere? Si bien este es un ejemplo obvio (e inminente), las preguntas éticas sobre la IA están a nuestro alrededor.

¿Por qué la ética es tan importante?

Las áreas en las que la IA nos beneficia más, también tienen el mayor potencial de daños. Tomemos la atención médica, una industria donde las decisiones no siempre son en blanco y negro. La IA está lejos de poder realizar diagnósticos complejos o replicar los “sentimientos viscerales” de un humano. Incluso si pudiera, ¿son éticos los médicos de IA? ¿Se podría capacitar a la IA para aumentar las ganancias a expensas del paciente? Y en el caso de negligencia profesional, ¿a quién demandaría el paciente? ¿El robot?

Se ha proyectado que la IA gestionará $ 1 trillón en activos para 2020. Al igual que en la atención médica, no todas las decisiones financieras se pueden tomar solo con lógica. Las variables que intervienen en la gestión de una cartera son complejas y un movimiento en falso podría llevar a millones en pérdidas. ¿Podría utilizarse la IA para explotar el comportamiento y los datos de los clientes? ¿Qué pasa con la piratería? ¿Confiarías en una máquina para administrar tu dinero?

Se ha proyectado que la IA gestionará $ 1 trillón en activos para 2020.

La guerra de la IA levanta las banderas éticas más preocupantes. “Entidades móviles inteligentes” totalmente autónomas están llegando y prometen cambiar la guerra como la conocemos. ¿Qué sucede cuando un misil de la IA comete un error? ¿Cuántos errores son “aceptables”?

Estas son las preguntas que me mantienen despierto por la noche. La buena noticia es que no es demasiado tarde; Solo hemos visto un atisbo de lo que es capaz de hacer la IA. La única manera de asegurarnos de que no creamos un monstruo que pueda volverse contra nosotros es incorporar salvaguardas éticas en la arquitectura de la IA que estamos creando hoy.

Aquí hay tres estrategias que cualquiera que actualmente construya IA debería considerar:

1. Traer a un humano a escenarios sensibles

En todos los escenarios anteriores, la pregunta sigue siendo: ¿cuándo y en qué medida traemos a un ser humano? Si bien no hay una respuesta definitiva, la IA que emplea un sistema de “human-in-the-loop” (HITL), donde las máquinas realizan el trabajo y los humanos asisten solo cuando hay incertidumbre, produce algoritmos más precisos. Si una máquina encuentra un conjunto de metadatos engañoso, podría aprender lecciones que un humano razonable evitaría.

El establecimiento de prácticas éticas en torno a los metadatos dará estructura al escenario HITL y posiblemente automatizará el “factor humano” a lo largo del tiempo. La conciencia humana y el código moral también deben codificarse como parte de los metadatos de la IA que impulsan las interacciones y, en ocasiones, las decisiones.

2. Coloque protecciones para que las máquinas puedan autocorregirse

Todos hemos leído sobre el problema de las falsas noticias de Facebook, pero el gigante de la tecnología ha sido atacado nuevamente una vez más, lo que lo ha llevado a eliminar más de 5,000 opciones de segmentación en su plataforma de anuncios que podrían usarse para discriminar a ciertas etnias y grupos religiosos. Este tipo de características éticas deberían integrarse idealmente a medida que se construye el producto, pero es mejor tarde que nunca.

Tuve la oportunidad de hacer esto de primera mano cuando BCG, BCG Digital Ventures y una compañía de Fortune 100 se asociaron para construir Formation, una plataforma de IA para experiencias personalizadas. Durante la creación del producto, implementamos medidas de seguridad en tres puntos de control para asegurarnos de que no violamos la confianza de los usuarios.

3. Crear un código de ética

Esto puede parecer obvio, pero te sorprenderán las pocas compañías que están haciendo esto. Ya sea sobre la privacidad de los datos, la personalización o el aprendizaje profundo, cada organización debe tener un conjunto de estándares con los que opera. Según el CEO de Apple, Tim Cook, “la mejor regulación es la autorregulación”. Para Apple, esto significa examinar cuidadosamente cada aplicación en su plataforma para asegurarse de que no estén violando la privacidad de los usuarios.

Esta no es una solución de talla única; el código ético que promulgues debe ser dictado por la forma en que usas IA. Si su empresa rompe (o se aproxima) a un estándar, se debe alentar a los empleados a levantar la bandera y usted, como su líder, es responsable de tomar en serio estas preocupaciones.

Aquí hay algunas recomendaciones para crear un código de ética:

⦁ Cuando los datos personales están en juego, nos comprometemos a agregarlos y anonimizarlos lo mejor que podamos, tratando los datos de los consumidores como lo haríamos con los nuestros.

⦁ Nos comprometemos a aplicar salvaguardas a múltiples intervalos en el proceso para garantizar que la máquina no tome decisiones perjudiciales.

⦁ Nos comprometemos a volver a capacitar a todos los empleados que han sido desplazados por la IA en una función relacionada.

Como los arquitectos del futuro, tenemos la responsabilidad de construir tecnologías que mejoren las vidas humanas, no que las lastimen. Ahora tenemos la oportunidad de dar un paso atrás y entender realmente cómo estas decisiones de productos pueden afectar las vidas humanas. Al hacerlo, podemos convertirnos colectivamente en administradores de un futuro ético. Lampadia




Naturaleza humana y ética

¿Existe una naturaleza humana? ¿Cuáles son sus implicancias para la ética? ¡Preguntas de ayer, hoy y de mañana!

“En la actualidad, nuestra situación ética es un desastre”, nos dice Massimo Pigliucci en Project Syndicate, y no le falta razón. Muchas de nuestras sociedades han perdido el sentido de la ética como consecuencia de fenómenos complejos y variados.

Muchos han planteado la ética desde la perspectiva de la definición de la naturaleza humana, que han definido como:

  • Innatamente buena
  • Fundamentalmente corrompida por el pecado
  • Solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve
  • Maleable
  • Una combinación de altruismo y egoísmo
  • Una especie particular dentro de los primates, o
  • Algoritmos sin libre albedrío, como plantea Harari

Yuval Noah Harari, en su libro: Homo Deus, plantea el futuro del pos-humanismo y afirma que los seres biológicos somos algoritmos y por lo tanto niega la existencia del libre albedrío. “Dudar del libre albedrío no es solo un ejercicio filosófico. Tiene implicaciones prácticas. Si los organismos en verdad carecen de libre albedrío, ello implica que podemos manipular e incluso controlar sus deseos mediante el uso de drogas, ingeniería genética y estimulación directa del cerebro”.

Según Aristóteles, el niño es un hombre en potencia y el hombre es un niño en acto. El tránsito de la Potencia al Acto es el de la Libertad y la Ética. 

Por otro lado, podemos decir que el ser humano está metafísicamente vacío, y pretende llenar ese vacío con una meta, un sentido, una razón de ser o una manera de ser. El único ser que necesita tener conciencia o darse un sentido de vida. De allí la Libertad y de allí la Ética.

Libertad negada por la biología moderna. Con lo inteligente que se muestra Harari, en Lampadia preferimos considerar su interpretación como parte del estadío de desarrollo de la biología y no como una verdad determinística.

Veamos el análisis de Pigliucci:

La naturaleza humana y la vida ética

Project Syndicate
Oct 1, 2018 
MASSIMO PIGLIUCCI
Traducción: Esteban Flamini

¿Existe una naturaleza humana? La respuesta tiene implicaciones para todo aquel a quien interese la ética. En una era definida por un liderazgo político amoral y la erosión de los valores sociales, pensar en la esencia de la humanidad es más importante que nunca.

El concepto filosófico de “naturaleza humana” tiene una larga historia. En la cultura occidental, su estudio comenzó con Sócrates en el siglo V a. C., pero fue Aristóteles quien sostuvo que la naturaleza humana se caracteriza por atributos únicos, en particular, la necesidad de socializar y la capacidad de razonar. Para los estoicos de la Grecia helenística, la naturaleza humana daba significado a la vida, y contribuyó a su adopción del cosmopolitismo y la igualdad.

  • Antiguos filósofos chinos como Confucio y Mencio creían que la naturaleza humana es innatamente buena, mientras que Xunzi pensaba que es malvada y carente de brújula moral. En las tradiciones judeo‑cristiano‑islámicas, se considera que la naturaleza humana está fundamentalmente corrompida por el pecado, pero que podemos redimirnos aceptando a Dios, a cuya imagen hemos sido creados.
  • Los filósofos occidentales modernos que escribieron en los siglos XVII y XVIII ampliaron estas ideas. El filósofo inglés Thomas Hobbes sostuvo que nuestro estado natural conduce a una vida que es “solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve”; por eso necesitamos una autoridad política centralizada fuerte (el así llamado Leviatán).
  • En cambio, Jean-Jacques Rousseau creía que la naturaleza humana es maleable, pero que en nuestro estado original no tenemos razón, lenguaje o comunidad. Concluyó que la inadecuación entre la condición primitiva y la civilización moderna es la causa de nuestra infelicidad, y propugnó un regreso a la naturaleza en sentido literal. El siempre razonable y moderado David Hume propuso que los seres humanos se caracterizan por una combinación de altruismo y egoísmo, y que esa combinación se puede moldear parcialmente para bien (o para mal) mediante la cultura.
  • Las investigaciones de Charles Darwin a mediados del siglo XIX volvieron insostenibles muchas de las primeras visiones “esencialistas” de la naturaleza humana. La idea de que los seres humanos poseemos una reducida serie de rasgos exclusivos no se condice con el lento y gradual avance de la evolución darwinista. Aunque el Homo sapiens evolucionó como una especie particular dentro de los primates, eso no implica un quiebre claro entre nuestra biología y la de otras especies.

El debate filosófico sobre la naturaleza humana continúa, actualizado con los hallazgos de la biología. Hoy algunos filósofos interpretan a Rousseau y Darwin en el sentido de que la naturaleza humana misma es inexistente, y que, aunque la biología ponga límites al cuerpo, no restringe la mente ni la volición.

Los psicólogos evolutivos, e incluso algunos neurocientíficos, dicen que eso es absurdo. El mensaje que extraen de Darwin (y en parte de Rousseau) es que estamos mal adaptados a un contexto moderno: básicamente, somos monos del Pleistoceno que de pronto nos encontramos equipados con teléfonos móviles y armas nucleares.

Como biólogo evolutivo y filósofo de la ciencia, mi visión es que la naturaleza humana sin duda existe, pero que no se basa en ninguna clase de “esencia”, sino que nuestra especie, igual que cualquier otra especie biológica, se caracteriza por un conjunto de rasgos dinámico y en evolución, que son estadísticamente típicos de nuestro linaje, pero ni están presentes en todos sus miembros ni ausentes en todas las demás especies.

¿Qué importancia tiene esto para alguien que no sea científico ni filósofo? Se me ocurren al menos dos buenas respuestas. Una es personal; la otra es política.

En primer lugar, la interpretación que hagamos de la naturaleza humana tiene amplias implicaciones para la ética, en el antiguo sentido grecorromano de un estudio sobre cómo hay que vivir. Alguien que sostenga una visión judeo‑cristiano‑islámica de la naturaleza humana estará naturalmente inclinado a adorar a Dios y guiarse por los preceptos religiosos. En cambio, alguien que siga una filosofía existencialista según los lineamientos de Jean‑Paul Sartre o Simone de Beauvoir pensará que, puesto que “la existencia es anterior a la esencia”, somos radicalmente libres para moldear nuestras vidas según nuestras propias elecciones, y no necesitamos la ayuda de Dios en el proceso.

Además, las ideas sobre la naturaleza humana afectan las concepciones éticas. Y en la actualidad, nuestra situación ética es un desastre. Un estudio reciente en Estados Unidos calificó la presidencia de Donald Trump como la “más antiética” de la historia estadounidense; y la encuesta anual de Gallup en el mismo país sobre cuestiones éticas habla de una erosión permanente de los valores morales. Si todos nos tomáramos un momento para analizar dónde nos situamos en el debate sobre la naturaleza humana, podríamos obtener una valiosa comprensión de nuestras creencias, y por extensión, de las creencias ajenas.

Personalmente, me inclino hacia la ética naturalista de los estoicos, para quienes la naturaleza humana limita y sugiere –sin determinar rígidamente– lo que podemos y debemos hacer.

Pero cualquiera sea la orientación religiosa o filosófica de cada uno, la reflexión sobre quiénes somos –en sentido biológico y en general– es un buen modo de hacernos más dueños de nuestras acciones, un ejercicio que (no hace falta decirlo) le vendría bien a más de uno. Lampadia

Massimo Pigliucci is the K.D. Irani Professor of Philosophy at the City College of New York. He is the author of How to Be a Stoic: Using Ancient Philosophy to Live a Modern Life




La edición genética nos brindará muchas oportunidades

La edición genética nos brindará muchas oportunidades

La capacidad de reescribir el código genético de nuestras vidas es una gran oportunidad. En los últimos años, los científicos han revolucionado nuestra capacidad de hacerlo con el descubrimiento y el refinamiento de una herramienta molecular llamada CRISPR (las siglas provienen de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, una herramienta molecular utilizada para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula), que nos permite editar secciones de ADN. Esta herramienta puede cortar partes específicas del código genético y reemplazarlas con segmentos nuevos, eliminando enfermedades o dando a las personas rasgos completamente nuevos.

 

Si bien era posible editar el ADN antes del descubrimiento de CRISPR, esta herramienta nos permite hacerlo de forma más precisa y económica que nunca. En una reciente publicación en Foreign Affairs (compartido y traducido líneas abajo), Bill Gates describió algunas de las formas en que las tecnologías de edición genética tienen el potencial de transformar el mundo. “Desde la década de 1990, el mundo ha logrado un progreso significativo para acabar con la mortalidad infantil, combatir las enfermedades y la hambruna, y sacar a la gente de la pobreza. Pero todavía hay un largo camino por recorrer. Si el mundo continúa el notable progreso de las últimas décadas, es vital que los científicos, sujetos a las pautas de seguridad y ética, se animen a continuar aprovechando herramientas tan prometedoras como CRISPR”, escribió Gates.

Gates siempre ha apoyado el uso de herramientas de edición genética. Fue uno de los primeros inversores en Editas Medicine, una de las primeras compañías en comenzar a utilizar CRISPR para eliminar las enfermedades humanas. Los investigadores de la Fundación Gates han trabajado durante casi una década en las formas de utilizar la edición genética para mejorar los cultivos y eliminar los mosquitos portadores de la malaria.

En su publicación, Gates establece exactamente dónde cree que la edición de genes podría tener el mayor impacto para la humanidad:

  1. Alimentando el mundo

Uno de los primeros lugares en que muchos expertos consideran que deberían iniciar los experimentos de CRISPR es en el mundo de la agricultura. Editar los genes de una planta o animal no implica agregar genes de otras criaturas, como algunas formas de modificación genética. Pero es posible cambiar los organismos de manera poderosa mediante la edición genética.

Como explicó Gates, los investigadores están estudiando formas de modificar los genes de los animales de ganado como las vacas tropicales, que normalmente no producen mucha leche, para que produzcan leche más como las vacas lecheras. Los científicos también intentan ver si pueden hacer que el ganado lechero sea más resistente en climas cálidos, algo esencial en un mundo que se calienta cada vez más. Los investigadores ya han descubierto cómo editar el código genético de las vacas para eliminar sus cuernos, por ejemplo.

Editar los genes de los cultivos también podría facilitarles la supervivencia de las condiciones cálidas y áridas, proporcionar más nutrientes y requerir menos agua para prosperar. Este es el tipo de modificaciones que podrían ser esenciales para alimentar al mundo: como escribió Gates, se espera que la población de África aumente a más del doble para el año 2050. Y el mundo seguirá calentando.

2. Eliminando las enfermedades

Muchos investigadores también están interesados ​​en usar la edición de genes para modificar genes humanos y tratar o eliminar enfermedades con causas genéticas, como una forma de ceguera o la enfermedad de Huntington.

 

Pero Gates señala que la misma herramienta de edición genética podría lograr un progreso enorme en la lucha contra la malaria, una enfermedad que su Fundación Gates ha tratado de erradicar durante años. La enfermedad transmitida por mosquitos mata a unas 450,000 personas cada año e infecta a cientos de millones.

Los debates por el uso de la edición genética aumentan

El uso de CRISPR y otras tecnologías de edición genética es la fuente de muchos debates filosóficos sobre cuánta influencia deben imponer los humanos sobre el mundo natural. En términos de prevención de enfermedades, Gates argumenta cómo la edición de genes podría ayudar a la humanidad a superar algunos de sus “desafíos más grandes y persistentes” en la salud y la agricultura mundial durante la próxima década.

La Fundación Gates ya apoya financieramente la investigación de un proyecto que verá el desarrollo de un tipo de arroz que puede generar su propia energía a través de la fotosíntesis de manera más eficiente. Gates destaca que para hacer cualquiera de estos avances en la edición de genes, la regulación gubernamental debe ser flexible, progresista, pero sobre todo ética: “Un entorno normativo más armonizado resultaría más eficiente y probablemente también elevaría los estándares generales de vida”, escribe.

“La tecnología hace que sea mucho más fácil para los científicos descubrir mejores diagnósticos, tratamientos y otras herramientas para combatir enfermedades que aún matan y causan sufrimiento a millones de personas cada año, principalmente los pobres”, escribió. Tenemos que apoyar este gran avance de CRISPR para transformar nuestro desarrollo global y mejorar nuestra calidad de vida. Lampadia

Edición genética para bien                       

Cómo CRISPR podría transformar el desarrollo global

Bill Gates
Foreign Policy
10 de abril, 2018
Traducido y glosado por
Lampadia

Hoy en día, más personas viven vidas saludables y productivas que nunca antes. Estas buenas noticias pueden sorprender, pero hay muchas pruebas para ello. Desde principios de la década de 1990, la mortalidad infantil mundial se ha reducido a la mitad. Se han producido reducciones masivas en casos de tuberculosis, malaria y VIH/SIDA. La incidencia de la poliomielitis ha disminuido en un 99 %, llevando al mundo al borde de erradicar una gran enfermedad infecciosa, una hazaña que la humanidad ha logrado solo una vez antes, con la viruela. La proporción de la población mundial en extrema pobreza, definida por el Banco Mundial como que vive con menos de US$ 1.90 por día, ha descendido del 35 % a alrededor del 11 %.

Sin embargo sigue habiendo una gran cantidad de sufrimiento e inequidad innecesaria. Para fines de este año, cinco millones de niños menores de cinco años habrán muerto, principalmente en países pobres y en su mayoría por causas prevenibles. Cientos de millones de otros niños seguirán sufriendo innecesariamente de enfermedades y malnutrición que pueden causar discapacidades cognitivas y físicas de por vida. Y más de 750 millones de personas, en su mayoría familias de agricultores rurales en el África subsahariana y en el sur de Asia, todavía viven en la pobreza extrema, según las estimaciones del Banco Mundial. Las mujeres y niñas, en particular, se les niegan la oportunidad económica.

Algunos de estos problemas que todavía existen se pueden aliviar si se continúa financiando los programas de asistencia para el desarrollo y las alianzas multilaterales que se sabe que funcionan. Estos esfuerzos pueden ayudar a mantener el progreso, especialmente a medida que el mundo mejora utilizando cifras y data para ayudar a guiar la asignación de recursos. Pero en última instancia, la eliminación de las enfermedades y las causas más persistentes de la pobreza exigirán mayores descubrimientos científicos e innovaciones tecnológicas.

Eso incluye CRISPR (las siglas provienen de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats, una herramienta molecular utilizada para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula) y otras tecnologías para la edición de genes específicos. Durante la próxima década, la edición de genes podría ayudar a la humanidad a superar algunos de los desafíos más grandes y persistentes en la salud y el desarrollo mundial. La tecnología hace que sea mucho más fácil para los científicos descubrir mejores diagnósticos, tratamientos y otras herramientas para combatir enfermedades que aún matan y deshabilitan a millones de personas cada año, principalmente los pobres. También está acelerando la investigación que podría ayudar a poner fin a la pobreza extrema al permitir que millones de agricultores del mundo en desarrollo, cultiven y críen ganado que sea más productivo, más nutritivo y más resistente. Las nuevas tecnologías a menudo se encuentran con escepticismo. Pero si el mundo desea continuar el notable progreso de las últimas décadas, es vital que los científicos, sujetos a las pautas de seguridad y ética, se animen a continuar aprovechando herramientas tan prometedoras como CRISPR.

Alimentando el mundo

A principios de este año, viajé a Escocia, donde me reuní con científicos extraordinarios asociados con el Centro de Genética y Salud del Ganado de la Universidad de Edimburgo. Aprendí sobre la investigación genómica avanzada para ayudar a los agricultores en África a criar pollos y vacas más productivas. Como explicaron los científicos, las razas de vacas lecheras que pueden sobrevivir en ambientes cálidos y tropicales tienden a producir mucha menos leche que las Holsteins, que tienen un rendimiento pobre en lugares cálidos pero son extremadamente productivas en climas más moderados, gracias en parte a mutaciones naturales que los criadores han seleccionado por generaciones. Los científicos en Escocia están colaborando con Etiopía, Kenia, Nigeria, Tanzania y los Estados Unidos. Están estudiando formas de editar los genes de las razas de ganado tropical para darles los mismos rasgos genéticos favorables que hacen que los Holsteins sean tan productivos, lo que podría impulsar la producción de leche y proteínas de las razas tropicales hasta en un 50 %. Por el contrario, los científicos también están considerando editar los genes de Holsteins para producir una sub-raza con un pelo corto y liso, lo que permitiría que el ganado tolere el calor.

Este tipo de investigación es vital, porque una vaca o unos pocos pollos, cabras u ovejas pueden marcar una gran diferencia en las vidas de las personas más pobres del mundo, tres cuartas partes de las cuales obtienen sus alimentos e ingresos cultivando pequeñas parcelas de tierra. Los agricultores con ganado pueden vender huevos o leche para pagar los gastos diarios. Los pollos, en particular, tienden a ser criados por mujeres, que son más propensas que los hombres a usar los ingresos para comprar artículos para el hogar. El ganado ayuda a las familias de los agricultores a obtener la nutrición que necesitan, lo que permite que los niños crezcan y tengan éxito en la escuela.

Del mismo modo, mejorar la productividad de los cultivos es fundamental para acabar con la pobreza extrema. 60% de las personas en el África subsahariana se ganan la vida trabajando la tierra. Pero dada la generalmente baja productividad agrícola de la región, los rendimientos de los cereales básicos son cinco veces más altos en Norte América: África sigue siendo un importador neto de alimentos. Esta brecha entre la oferta y la demanda solo crecerá a medida que aumente la cantidad de bocas que alimentar. Se espera que la población de África aumente a más del doble para 2050, alcanzando los 2,500 millones, y su producción de alimentos deberá igualar ese crecimiento para alimentar a todos en el continente. El desafío será aún más difícil a medida que el cambio climático amenace los medios de subsistencia de los pequeños agricultores en África y el sur de Asia.

La edición genética para hacer que los cultivos sean más abundantes y resistentes podría salvar vidas a una escala masiva. La tecnología ya está empezando a mostrar resultados, atrayendo inversión pública y privada, y por buenas razones. Los científicos están desarrollando cultivos con características que mejoran su crecimiento, reducen la necesidad de fertilizantes y pesticidas aumentan su valor nutricional y fortalecen las plantas durante las sequías y los períodos cálidos. En la actualidad, muchos cultivos que se han mejorado mediante la edición de genes se están desarrollando y probando en el campo, incluidos los hongos con vidas útiles más largas, papas con bajo contenido de acrilamida (un posible carcinógeno) y la soja que produce un aceite más saludable.

Durante una década, la Fundación Bill y Melinda Gates ha respaldado la investigación del uso de la edición de genes en la agricultura. En uno de los primeros proyectos que financiamos, muchos científicos de la Universidad de Oxford desarrollaron variedades mejoradas de arroz, incluido uno llamado arroz C4. Usando la edición de genes y otras herramientas, los científicos de Oxford pudieron reordenar las estructuras celulares en las hojas de la planta de arroz, haciendo que el arroz C4 sea un notable 20 % más eficiente en la fotosíntesis, el proceso por el cual las plantas convierten la luz solar en comida. El resultado es un cultivo que no solo produce mayores rendimientos sino que también necesita menos agua. Eso es bueno para la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia de los agricultores y el medio ambiente, y también ayudará a los pequeños agricultores a adaptarse al cambio climático.

Tales alteraciones de los genomas de plantas e incluso animales no son nuevas. Los humanos han estado haciendo esto durante miles de años a través del crecimiento selectivo. Los científicos comenzaron a recombinar moléculas de ADN a principios de la década de 1970, y hoy en día, la ingeniería genética se usa ampliamente en la agricultura y en la medicina, la última para producir en masa insulina humana, hormonas, vacunas y muchas drogas. La edición de genes es diferente ya que no produce plantas o animales transgénicos, lo que significa que no manipula la combinación de ADN de diferentes organismos. Con CRISPR, las enzimas se utilizan para dirigir y eliminar una sección de ADN o modificarla de otras maneras que den como resultado características favorables o útiles. Lo más importante es que hace que el descubrimiento y el desarrollo de innovaciones sean mucho más rápidos y precisos.

Terminando con la Malaria

En salud global, uno de los usos más prometedores a corto plazo de la edición de genes es la investigación sobre la malaria. Aunque las mosquiteras tratadas con insecticida y las drogas más efectivas han reducido drásticamente las muertes por paludismo en las últimas décadas, la enfermedad parasitaria aún tiene un costo terrible. Cada año, se registran alrededor de 200 millones de casos de malaria y unas 450,000 personas mueren a causa de esta enfermedad, de los cuales cerca del 70 % son niños menores de cinco años. Los niños que sobreviven a menudo sufren discapacidades mentales y físicas. En los adultos, la fiebre alta, los escalofríos y la anemia causados ​​por la malaria pueden impedir que las personas trabajen y causen que las familias entren en un ciclo de enfermedad y pobreza. Más allá del sufrimiento humano, los costos económicos son asombrosos. En el África subsahariana, que alberga el 90 % de todos los casos de malaria, los costos directos e indirectos asociados con la enfermedad suman aproximadamente un 1.3 % del PBI, un lastre significativo para los países que trabajan para salir de la pobreza.

Con suficientes fondos e intervenciones inteligentes utilizando los enfoques existentes, la malaria es en gran parte prevenible y tratable, pero no del todo. Las herramientas actuales para la prevención, como la pulverización de insectos y sus larvas, solo tienen un efecto temporal. El tratamiento estándar para la malaria actual -medicamento derivado de la artemisinina, un compuesto aislado de una hierba utilizada en la medicina tradicional china- puede aliviar los síntomas, pero también puede dejar en el cuerpo humano un parásito de la malaria que aún puede propagarse mediante mosquitos. Para empeorar las cosas, el parásito de la malaria ha comenzado a desarrollar resistencia a las drogas, y los mosquitos están desarrollando resistencia a los insecticidas.

Los esfuerzos contra la malaria deben continuar haciendo uso de las herramientas existentes, pero avanzar hacia la erradicación requerirá avances científicos y tecnológicos en múltiples áreas. Por ejemplo, los sofisticados sistemas de vigilancia geoespacial, combinados con modelos computacionales y simulación, permitirán adaptar los esfuerzos antipalúdicos a condiciones locales únicas. La edición genética también puede jugar un rol importante. Hay más de 3,500 especies conocidas de mosquitos en todo el mundo, pero solo unas pocas son buenas para transmitir parásitos de la malaria entre las personas. Solo los mosquitos hembras pueden transmitir la malaria, por lo que los investigadores han utilizado CRISPR para crear con éxito impulsos genéticos -que producen ediciones heredables de sus genes- que hacen que las hembras se vuelvan estériles o las inclinen hacia la producción de descendencia mayoritariamente masculina. Los científicos también están explorando otras formas de usar CRISPR para inhibir la capacidad de los mosquitos de transmitir malaria, por ejemplo, mediante la introducción de genes que podrían eliminar los parásitos cuando pasan por el intestino de un mosquito hacia las glándulas salivales, el principal camino a través del cual las infecciones se transmiten a los humanos De manera similar, la herramienta también promete combatir otras enfermedades que transmiten los mosquitos, como el dengue y el virus Zika.

Pasarán varios años, sin embargo, antes de que cualquier mosquito editado genéticamente se libere en la naturaleza para ensayos de campo. Aunque muchas preguntas sobre seguridad y eficacia tendrán que ser respondidas primero, hay razones para ser optimistas de que la creación de unidades de genes en mosquitos propagadores de la malaria no hará mucho daño, si es que causan daño alguno, al medio ambiente. Esto se debe a que las ediciones se enfocarían solo en las pocas especies que tienden a transmitir la enfermedad. Y aunque la selección natural eventualmente producirá mosquitos que son resistentes a cualquier impulso genético liberado en la naturaleza, parte del valor de CRISPR es agiliza el desarrollo de nuevos enfoques, lo que significa que los científicos pueden mantenerse un paso adelante.

El camino hacia adelante

Al igual que otras tecnologías nuevas y potencialmente potentes, la edición de genes plantea preguntas legítimas y preocupaciones comprensibles sobre posibles riesgos y mal uso. ¿Cómo, entonces, debería ser regulada la tecnología? Las reglas desarrolladas hace décadas para otras formas de ingeniería genética no encajan necesariamente. Observando que los organismos editados por genes no son transgénicos, el Departamento de Agricultura de EEUU ha concluido razonablemente que las plantas modificadas genéticamente son como las plantas con mutaciones que ocurren naturalmente y por lo tanto no están sujetas a regulaciones especiales y no plantean preocupaciones especiales de seguridad.

La edición de genes en animales o incluso humanos plantea cuestiones más complicadas de seguridad y ética. En 2014, la Organización Mundial de la Salud emitió directrices para probar mosquitos genéticamente modificados, incluidos los estándares de eficacia, bioseguridad, bioética y participación pública. En 2016, la Academia Nacional de Ciencias se basó en las directrices de la OMS con recomendaciones para una conducta responsable en la investigación de genes en animales. (La Fundación Gates cofinanció este trabajo con los Institutos Nacionales de Salud, la Fundación para los Institutos Nacionales de Salud y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa). Estas recomendaciones enfatizaron la necesidad de una investigación exhaustiva en el laboratorio, incluyendo evaluaciones intermedias en establecer puntos, antes de que los científicos pasen a las pruebas de campo. También instaron a los científicos a evaluar los riesgos ecológicos y a involucrar activamente al público, especialmente en las comunidades y países directamente afectados por la investigación. Dondequiera que se lleve a cabo la investigación de edición de genes, debe involucrar a todas las partes interesadas clave -científicos, sociedad civil, líderes gubernamentales y comunidades locales- desde donde sea que sea posible su despliegue.

Parte del desafío para regular la edición genética es que las reglas y prácticas en diferentes países pueden diferir ampliamente. Un entorno normativo más armonizado resultaría más eficiente, y probablemente también elevaría los estándares generales. Las organizaciones internacionales, especialmente de científicos, podrían ayudar a establecer normas globales. Mientras tanto, los financiadores de la investigación de edición de genes deben asegurarse de que se realice de acuerdo con los estándares establecidos por la OMS y la Academia Nacional de Ciencias, sin importar dónde se realice la investigación.

Cuando se trata de la investigación de edición genética sobre malaria, la Fundación Gates se ha unido a otras para ayudar a las universidades y otras instituciones en las regiones afectadas por la enfermedad a realizar evaluaciones de riesgo y asesorar a los organismos regionales sobre experimentos y futuras pruebas de campo. El objetivo es empoderar a los países y comunidades afectados para que tomen la iniciativa en la investigación, evalúen sus costos y beneficios y tomen decisiones informadas sobre si aplicar o no la tecnología resultante.

Finalmente, es importante reconocer los costos y riesgos de no explorar el uso de nuevas herramientas como CRISPR para la salud y el desarrollo global. Los beneficios de las tecnologías emergentes no deberían reservarse solo para las personas en los países desarrollados. Usada de forma responsable, la edición de genes tiene el potencial de salvar millones de vidas y empoderar a millones de personas para salir de la pobreza. Sería una tragedia dejar pasar la oportunidad. Lampadia




Ética para la era de la Robótica y la Inteligencia Artificial

Ética para la era de la Robótica y la Inteligencia Artificial

Durante el último año, y especialmente durante las últimas semanas, hemos hablado mucho sobre la Cuarta Revolución Industrial, la robótica y la Inteligencia Artificial. Cuando hemos podido, hemos enfatizado los temas éticos que se deben enfrentar. Pero lastimosamente, en el debate sobre estos desarrollos, todavía se percibe una peligrosa lejanía con este aspecto tan importante.

En todos los aspectos de la vida de las sociedades podemos comprobar un pernicioso debilitamiento de la ‘gobernanza global’ y una distancia muy grande entre lo cotidiano y la evolución de los temas estructurales que determinarán la calidad de vida futura de todos los seres humanos.

Es indispensable tomar nota de la realidad que se despliega ante nuestros ojos. Anteriormente, hemos llamado mucho la atención sobre los impactos de esta revolución en el empleo del futuro (ver en Lampadia nuestro repositorio sobre la  ‘Revolución Tecnológica’, ahora queremos poner a su disposición un buen análisis sobre el aspecto ético de la misma, que no debemos pasar por alto. Recomendamos leer el siguiente artículo de John Thornhil, del Financial Times, para ubicarnos mejor en esta nueva realidad.     

La nueva era de la tecnología necesita una nueva ética

Escrito por John Thornhill

Financial Times

20 de enero 2016

Traducido y glosado por Lampadia

Pablo Picasso declaró alguna vez: “Las computadoras son inútiles. Solo dan respuestas”. 

La broma del artista español pudo haber sido cierta en el siglo XX, cuando las computadoras eran en su mayoría máquinas calculadoras que desempeñaban funciones claramente pre-establecidas. Pero la expansión de la potencia de cálculo a principios del siglo XXI ha hecho que las computadoras planteen algunas de las interrogantes más exigentes de nuestros tiempos. Y no está claro quién será el responsable de dar las respuestas.

Los avances tecnológicos en inteligencia artificial (IA), biotecnología, nanotecnología, robótica y neurociencia (por nombrar solo unos pocos), han dejado a los hacedores de política, a los hombres de negocios y a los consumidores intentando entender todas las implicancias sociales, económicas y éticas.

Considere sólo tres preguntas: primero, ¿es la inteligencia artificial, como cree Elon Musk, “potencialmente más peligrosa que las armas nucleares?”

La idea de que robots rebeldes vayan a intentar destruir a sus creadores ha sido un tema popular de la ciencia ficción durante décadas (Asimov et al). Pero ahora algunos científicos serios, como Stephen Hawking y emprendedores tecnológicos destacados (entre ellos Musk, que dirige Tesla Motors y SpaceX), expresan sus preocupaciones acerca de este tema.

¿Cómo podemos asegurar que la IA se utilice para propósitos benéficos en lugar de otros no éticos? La perspectiva de que la súper inteligencia sea capaz de amenazar la vida humana aún parece estar a décadas de distancia, si es que llega a ocurrir. (Ver en Lampadia: Entrevista sobre la transformación del empleo y las industrias).

Al final del año pasado, Musk, Peter Thiel y otros empresarios de Silicon Valley se comprometieron a financiar US$ 1,000 millones para una nueva empresa sin fines de lucro, llamada OpenAI, con el objetivo de asegurarse que la IA siga siendo “una extensión de las voluntades humanas individuales.”

“Es difícil imaginar cuánto podría beneficiar la IA a la sociedad humana, y es igualmente difícil imaginar lo mucho que podría dañar a la sociedad si se construye o se usa incorrectamente,” escribieron los fundadores de OpenAI en un blog.

Musk también ha donado US$ 10 millones para el futuro del Life Institute, una organización con sede en Cambridge, Massachusetts, EEUU, que estudia las dimensiones sociales y éticas de la AI.

La misión del instituto afirma que: “La tecnología le está dando a la vida el potencial para florecer como nunca antes… o para autodestruirse. Hagamos la diferencia”.

Una segunda cuestión difícil es cómo construir una “elasticidad ética” en los autos sin  pilotos. Para bien o para mal, los conductores humanos de automóviles son infinitamente flexibles para evaluar la ética de diferentes situaciones, superando  reglas como “no adelantar” para dar más espacio a los ciclistas, por ejemplo. Pero, ¿cómo deben programarse los autos sin conductor para reaccionar cuando se enfrenten a una crisis real? ¿Debería proporcionarse a los propietarios, configuraciones éticas ajustables?

El año pasado, en un discurso, Dieter Zetsche (presidente ejecutivo de la automotriz alemana Daimler) preguntó cuan autónomos deberían comportarse los coches “si un accidente es realmente inevitable y donde la opción es una colisión con un coche pequeño o un gran camión, conduciendo hacia una zanja o contra una pared, o correr el riesgo de golpear a una madre con un cochecito, o a una abuela de 80 años de edad.”

La Fundación Daimler y Benz han invertido más de €1.5 millones desde 2012 para apoyar a un equipo de 20 científicos a que examinen los efectos sociales de la conducción autónoma y algunos de los dilemas éticos que plantea.

Estas preguntas han sido previamente planteadas en el reino de los filósofos morales, como el profesor Michael Sandel de Harvard, cuando discuten si “¿podría ser justificado un asesinato?”. Pero ahora, directorios de empresas y propietarios de automóviles se encontrarán cada vez más debatiendo los méritos del ‘imperativo categórico’ de Immanuel Kant versus el utilitarismo de Jeremy Bentham.

Los avances en la salud también crean nuevos dilemas. Deberían ser prohibidos los medicamentos que mejoran la cognición para los usuarios ocasionales? En su libro “Bad Moves”, las neurólogas Barbara Sahakian y Jamie Nicole LaBuzetta destacan los desafíos éticos del uso de drogas inteligentes para mejorar el rendimiento académico.

Ellos pregunta: ¿Por qué tenemos una visión tan cerrada sobre el uso de esteroides por atletas que engañan en los Juegos Olímpicos, pero ignoramos a los estudiantes que usan drogas inteligentes para mejorar su performance cuando dan exámenes de ingreso a las universidades?.  

Los autos sin conductor plantean preguntas inquietantes sobre la vida y la muerte.
Los fabricantes de automóviles se están acercando con precaución a la carrera hacia los vehículos automatizados. 

Estudiantes de la Universidad de Duke en Carolina del Norte, EEUU, han presionado a las autoridades para modificar la política de honestidad académica de la institución para que se considere el “uso no autorizado de medicamentos con receta” como una forma de hacer trampa. Pero solo pocas universidades o empleadores parecen haber considerado este dilema.

“Estos medicamentos tienen el potencial de cambiar la sociedad en formas dramáticas e inesperadas”, dicen Sahakian y LaBuzetta en su libro: ‘Ahora es el momento de tener la discusión y el debate de la ética de estas ‘drogas inteligentes’ y el rol que deben desempeñar en la sociedad del futuro”, concluyen.

Por encima de todas estas complicadas cuestiones, surge una más grande: ¿quién es el responsable de asegurarse que los últimos avances tecnológicos no sean abusivos?

Los gobiernos nacionales y los parlamentos, preocupados por problemas mucho más urgentes, como la austeridad fiscal o el  flujo de refugiados, rara vez tienen el tiempo y la libertad política para considerar desafíos tan abstractos y menos aún para ayudar a establecer estándares o reglamentos internacionales.

Como en tantos otros ámbitos, parece inevitable que las regulaciones se arrastren detrás de la realidad. Además, ¿qué detendría a naciones rebeldes el ignorar las normas internacionales y que pongan en uso la edición de genes o el aprendizaje automático o tecnologías cibernéticas para usos destructivos?

¿Por qué es difícil enseñarles a los robots a elegir sabiamente?
Aún quedan preguntas sobre si las respuestas de las máquinas a los dilemas morales serán alguna vez  aceptables para los que pierden.

 

Los departamentos universitarios y centros de investigación ya desempeñan un rol útil en la difusión de los conocimientos y estimulando el debate. Pero normalmente  son dependientes de la financiación del sector privado y es poco probable que lleguen a soluciones radicales que restrinjan seriamente a sus patrocinadores.

Eso deja a gran parte de las empresas de alta tecnología a que se autorregulen. Algunos son, de lejos, las organizaciones mejor situadas para comprender los peligros potenciales de la tecnología y hacer algo para contrarrestarlos. Empresas como Google están formando consejos de ética para ayudar a supervisar sus propias actividades en áreas como la inteligencia artificial.

Pero, como vimos en el período previo a la crisis financiera de 2008, las instituciones del sector privado pueden a menudo esconderse detrás de una interpretación estrecha  de las leyes.

Algunos bancos también resultaron adeptos a explotar el arbitraje legal y normativo internacional.

Claramente, el llevar a la ley hasta el límite ha corroído los estándares éticos y ha dado lugar a una serie de abusos de todo el sector financiero. Al verano pasado (julio-agosto 2015), las instituciones financieras habían pagado más de US$ 235 mil millones en multas por incumplimientos de las normas, según datos compilados por Reuters.

Como dice un ex banquero: “No todo lo que es legal es ético.”

Este es un tema que las empresas de tecnología tendrán que enfrentar si no quieren que sus propias industrias sufran un latigazo regulatorio en el futuro. Lampadia

 




Minería y Desarrollo

Minería y Desarrollo

Hoy día lanzamos nuestra Biblioteca Virtual sobre Recursos Naturales y Desarrollo. Qué mejor manera que hacerlo con el ensayo de Sebastiao Mendonça sobre la legitimidad social de la minería.

Como todos sabemos la actividad minera ha sido pasiva de un proceso de cuestionamiento que ha descarrilado las políticas públicas que permitieron su desarrollo y aporte múltiple a la mejora de nuestros indicadores económicos y sociales durante los últimos 25 años.

Las siguientes líneas de Mendonça, inician un proceso de difusión y debate sobre los verdaderos impactos de la minería en el Perú.

La Legitimidad Social de la Minera

Un drama con elementos de tragedia

Sebastiao Mendonca Ferreira

Centro Wiñaq

No hay nada más práctico que una buena teoría.

Kurt Lewin, MIT.

Los conflictos mineros parecen rayos en cielo abierto. Aparentemente todo está tranquilo en una región, y de repente un conflicto, que parecía ser un problema menor, adquiere una escala masiva y se hace noticia nacional o internacional.

¿Por qué los conflictos mineros pueden escalar tan fácilmente? ¿Cómo puede ser que empresas muy grandes y tecnológicamente sofisticadas puedan ver sus proyectos de miles de millones de dólares paralizados en forma tan sorprendente? ¿Cómo puede ser que esas empresas sean blancos de campañas de rumores y de acciones violentas generando grandes pérdidas a ellas y al país? ¿Qué es lo que posibilita que los conflictos mineros escalen localmente y ganen el apoyo de segmentos importantes de la opinión pública nacional en cuestión de días o semanas?

La respuesta breve es que ello depende de la legitimidad social de las empresas mineras y de la actividad minera en la sociedad peruana. La facilidad con que los conflictos escalan e impactan sobre la opinión pública nacional está directamente ligada al deterioro de la legitimidad de la minería. Es el descuido sistemático de la construcción y protección de dicha legitimidad lo que ha generado todo un conjunto de debilidades críticas que hoy son bien aprovechas por quienes ven en la promoción del conflicto la ruta de su ascenso político y económico.

Cuando una empresa o un sector como la minería dejan que su legitimidad ante la sociedad local sea dañada, la empresa y todo el sector se vuelven vulnerables a múltiples tipos de ataques y hace económica y políticamente rentable el aventurerismo político, estimulando así la expansión de esa actividad en el país.

¿Qué es legitimidad social?

Una de las definiciones más ampliamente aceptadas es de Suchman (1995):

La legitimidad es una percepción o creencia generalizada [de la sociedad local] de que las acciones de una entidad son deseadas, apropiadas y adecuadas, dentro de un sistema construido de normas, valores, creencias y definiciones.” [1]

Lo desafiante de la legitimidad social es que es una batalla que se gana o se pierde en la mente y en los corazones de la población local, en el marco de sus creencias, estereotipos, inclinaciones sociales e instituciones. Sin un conocimiento profundo de esos elementos locales, las empresas mineras no tienen muchas chances de construir y proteger su legitimidad. Sin entender la cuestión de la legitimidad, los millones de dólares aplicados en proyectos de desarrollo y en campañas de imagen tienen resultados inciertos, para decir lo menos.

A diferencia de las empresas mineras, los grupos anti-mineros conocen muy bien el sistema de creencias de la población local y han desarrollado narrativas que apuntan a destruir la legitimidad de la minería y a justificar sus acciones en contra del sector. En realidad, el desarrollo de narrativas hostiles a la minería es una especialidad de esos grupos, sea en su versión marxista o post-extractivista.

Los pilares de la legitimidad de la minería

Para el caso de la actividad minera y las empresas que la realizan, son cuatro las grandes áreas o temas de preocupación de la población en torno a los cuales se construye o se deteriora la legitimidad. Ellos son los pilares de la legitimidad social de la minería:

1.      Contribución al desarrollo económico y social.

2.      Responsabilidad hacia el ambiente/recursos naturales

3.      Actitud ética hacia la comunidad/sociedad local.

4.      Confiabilidad de la institucionalidad ligada a la minería.

1. Contribución al desarrollo económico y social

La presencia de empresas en una región genera una gran cantidad de temores y de expectativas de progreso en las poblaciones próximas y no tan próximas a sus operaciones. Si las instituciones públicas son incompetentes y/o corruptas, las expectativas hacia las empresas mineras se vuelven aún más grandes.

No sirve de mucho discutir si, además de cumplir con estándares globales, con las leyes del país y con el pago de los impuestos, las empresas mineras tienen o no la responsabilidad de dinamizar el desarrollo económico en las zonas próximas a sus operaciones. Independiente de la respuesta a estos temas, las empresas necesitan responder de algún modo a esos temores y expectativas sociales, porque si no lo hacen su legitimidad peligra.

Si la opinión de la población local es favorable, no será difícil para las empresas mineras constituir coaliciones de actores sociales que defiendan un modelo de desarrollo en donde la minería cumpla un rol de locomotora de la economía local. Si esa opinión es desfavorable, los grupos anti-mineros tendrán muchas oportunidades de generación de conflictos.

Este es un campo en que los grupos anti-mineros tienen una gran ventaja, pues las narrativas de las empresas mineras son poco efectivas en permitir a la población visualizar los impactos positivos de la minería en su economía, y sin una narrativa convincente, es muy difícil avanzar en la construcción de este pilar de legitimidad.

2. Responsabilidad hacia el ambiente/recursos naturales

Los impactos ambientales de la minería son visibles, especialmente si la operación es de tajo abierto. La expectativa de la población es que esos impactos estén previstos en el diseño de la operación, que las tecnologías y procedimientos utilizados los minimice, y que la empresa corrija los accidentes que pudieran darse. La población local espera, además, que la información brindada a ella y a las instituciones públicas sea confiable. [2]  

Esta es un área  en que los temores abundan, los reportes técnicos resultan discutibles, las incertidumbres de la población son altas, y las acusaciones pueden ser creíbles aún sin soporte de evidencias. Este es un tema en que los temores son tan importantes cuanto el control de los riesgos en si mismos. No es suficiente que las medidas de control de riesgo ambiental estén bien diseñadas, es necesario que la población tenga confianza en que la empresa las aplica en forma consistente y responsable.

Si la cuestión ambiental asume la forma de disputa por los recursos naturales, la preocupación de la población se incrementa notablemente. Lo que la población, especialmente de los ámbitos rurales, no quiere es que la minería les prive o afecte la calidad del agua poniendo en riesgo sus actividades económicas y su bienestar. Sin que la población esté tranquila sobre este tema, es poco sensato creer que los conflictos no van ocurrir.

3. Actitud ética hacia la comunidad y/o sociedad local:

Sin ganar la confianza de la población acerca de sus intenciones, es imposible que las operaciones de una empresa minera puedan ser sostenibles.

Si una empresa genera resentimientos en la población y/o deja que su imagen sea asociada a los enemigos y rivales con los cuales la población ha enfrentado a lo largo de su historia –invasores, traidores, dictadores, colonialistas, saqueadores, etc.– se incrementa notablemente la propensión de la población a entablar conflicto con esa empresa.

Una vez que las empresas son encasilladas en la mente de la población local como entidades hostiles, todo lo que digan en defensa de su accionar y todo lo que hagan, aún siendo positivo para la población, deja de ser creíble. Sin credibilidad, las empresas pierden voz ante la sociedad local. En el Perú hay muchas empresas mineras que han perdido su credibilidad ante importantes segmentos de la población de las regiones donde operan.

4. Confiabilidad de la institucionalidad ligada a la minería

La actividad minera se da en un marco institucional: el registro de las áreas, el derecho de exploración, la aprobación del EIA, las licencias de operación, el pago de los impuestos, el pago del canon, etc. La credibilidad de ese marco institucional es fundamental para la legitimidad de las operaciones de las empresas mineras. No es gratuito que los grupos anti-mineros ataquen sistemáticamente la confiabilidad de las instituciones que norman, supervisan o representan al sector minero.

Las reglas de convivencia en una sociedad están dictadas por sus instituciones. Si las instituciones no son confiables, las leyes y las autoridades que las aplican no son dignas de ser obedecidas. En esas situaciones, las protestas son vistas como necesarias, e incluso el uso de la violencia puede ser visto como justificable. La acción directa, al margen de la institucionalidad, pasa a ser percibido como la única forma de hacer oír la voz de quienes se sienten injustamente tratados por instituciones ilegítimas.

¿Cuán legítimas son las instituciones del sector minero? En el Perú no se llega a los extremos Africanos en donde los conflictos por los recursos minerales (diamantes, petróleo, etc.) asumen la forma de guerra civil, pero la escala de los conflictos anti-mineros y el uso generalizado de la violencia en ellos, indica un grado preocupante de ilegitimidad de la institucionalidad minera.

Sin referencia institucional, la población se guía por las imágenes difundidas en los medios y por las apariencias circunstanciales de los conflictos, muchos de ellas fabricadas para las cámaras, y los anti-mineros son expertos en montar escenarios para los medios. El problema se complica si consideramos la fuerte presencia de los anti-mineros en los medios radiales, en donde la población rural busca informarse, predominantemente.

Conclusiones

El estado de la legitimidad social de la minería es la referencia principal de su duración en el tiempo, de su sostenibilidad. Es decir, sin legitimidad ninguna empresa es sostenible en el largo plazo.

Con la práctica del pragmatismo transaccional –aún predominante en muchas empresas– las empresas mineras y la SNMPE han dejado que la legitimidad del sector sea erosionada a lo largo de décadas enteras, y ahora vemos en la conflictividad social las consecuencias de ese error.

Los enfoques que promueven la aplicación de estándares globales en las prácticas ambientales y sociales de las empresas e incluyen mecanismos de promoción del desarrollo regional (Responsabilidad Social Empresarial y Valor Compartido) contribuyen en alguna medida a la construcción y protección de la legitimidad social, pero no son suficientes porque no abordan el problema de la legitimidad en sus cuatros pilares.

En países como el Perú, en donde el aventurerismo político asume, en muchas ocasiones, la forma de movimiento anti-minero. Los temas referentes a dos de los cuatro pilares de la legitimidad, la imagen ética de las empresas y a la credibilidad de las instituciones de la minería, no pueden dejarse a la improvisación o al ensayo y error. Todos los cuatro pilares necesitan ser abordados en forma consistente.

El  tema de la legitimidad social de la minería y de cada una de las empresas mineras necesita un tratamiento más comprehensivo. Mientras no lo hagan, los anti-mineros van a tener amplias facilidades para la acción hostil. La responsabilidad de recuperar la legitimidad del sector la comparten las mismas empresas mineras, la SNMPE y el periodismo especializado.

 

[1] Suchman, M. (1995). Managing Legitimacy: Strategic and institutional approaches. Academy of Management Review, 20(3), 571-610.

[2] Todas las actividades económicas y sociales tienen impactos ambientales, algunos de esos impactos son locales y otros son a escala global: calentamiento global, deforestación, pérdida de la diversidad biológica, acidificación de los océanos, solo para citar algunos. Lo importante para los fines de la legitimidad es que los impactos ambientales de las actividades mineras son localmente muy visibles y tienen efectos directos concentrados sobre su entorno.