1

La foto de Ayala

La foto de Ayala

MIENTRAS SUCEDE
Milagros Leiva
Para Lampadia

Ha contado el almirante Jorge Moscoso que fue en el Consejo de Ministros de aquel funesto 30 de setiembre del 2019 que el ex presidente Martin Vizcarra comentaba preocupado la crisis política y comentaba que el Congreso quería vacarlo. Moscoso levantó cinco veces la mano para opinar que se debía encontrar una salida a la crisis, que el choque de trenes era lo último que debía buscarse. El gobernante nunca le dio la palabra.

Ni bien vio salir a Vizcarra con cara de pocos amigos a dar el mensaje a la Nación el almirante comenzó a escribir su carta de renuncia. No lo dudó. Moscoso solo tenía tres meses como Ministro de Defensa, pero antes ya había logrado ser el Comandante General del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú y no podía traicionar su juramento. Lo que Vizcarra hizo al disolver un parlamento con la excusa de la “denegación fáctica” no era propio de un demócrata y no pensaba avalarlo. Por supuesto jamás se tomó una foto con el mandatario en ese día de espanto para la democracia, ni siquiera de “despedida”. Antes de marcharse a casa miró a los ojos de los Comandantes Generales de todas las armadas en el piso 12 del ministerio de Defensa, les dijo que había renunciado y que el presidente los convocaba a Palacio. Les aconsejó que preguntaran bien a sus conciencias si avalaban esa disolución, que meditaran su decisión y se retiró.

El desconcierto en el Perú era total. Moscoso y todos los peruanos verían después la foto de Martin Vizcarra junto a la cúpula del comando conjunto de las fuerzas Armadas. Allí estaba sentado muy tranquilo después de disolver el parlamento, protegido por los generales César Astudillo, Jorge Celis, José Luis Lavalle, Rodolfo García Esquerre, José Luis Lavalle y el almirante Fernando Cerdán. Cuenta la historia que esa foto fue tomada casi por inercia por un felpudo funcionario de Palacio y que los generales jamás imaginaron que segundos después la estarían viendo en televisión. La historia también cuenta que cuando la vicepresidenta Mercedes Araoz atrincherada en el Congreso vio la foto publicada en el twitter de la Presidencia entendió que todo estaba perdido para quienes interpretaban que lo hecho por Vizcarra era inconstitucional. Sin el apoyo de las Fuerzas Armadas es imposible gobernar.

Hace unos días el general en retiro Rodolfo García Esquerre protagonista de esta fotografía y quien entonces era el número uno de la FAP me contó que en esos minutos de crisis todos los generales y almirantes conversaron y decidieron dar el respaldo. Que todo sucedió muy rápido y que en efecto fueron fotografiados al vuelo. ¿Fueron usados para el golpe final? La respuesta se escribe sola. ¿Qué habría pasado si ellos al igual que el almirante Moscoso le hubieran dicho NO a Vizcarra? Esta respuesta es materia de otro análisis.

Ahora regresemos al presente. ¿Han visto en estos días la foto del ministro de Defensa Walter Ayala junto a los comandantes generales? De manera insólita el hombre que jamás debió llegar a ese ministerio y que ha tratado de influir en los ascensos junto al impresentable Bruno Pacheco secretario general de la Presidencia (según narran los generales José Vizcarra y Jorge Chaparro sus pases al retiro de manera injustificada no es otra cosa que una venganza política por haberse negado a ascender a los conocidos del presidente) se tomó una foto con la cúpula militar y la tuiteó al mejor estilo de Martin Vizcarra. Estuve investigando cómo así los generales aceptaron esta fotografía después de tanto escándalo y la verdad es incómoda y pinta de cuerpo entero al ministro lechuga.

La verdad es una sola: Walter Ayala citó a los generales al piso 12 y les contó que había renunciado, se despidió, les deseó lo mejor y les pidió una última foto del recuerdo para su archivo personal. Los comandantes generales le estrecharon la mano, le desearon también lo mejor y accedieron a la foto del adiós. Jamás imaginaron que segundos después esa foto aparecería en el tuit personal de Walter Ayala. En la imagen el único que sonríe es él. Por supuesto el ministro nunca se fue y hasta hoy ninguno de los generales ha vuelto a mirarle la cara. Ayala no se atreve a convocarlos al piso 12.

Horas después a los comandantes generales les volvieron tomar una foto pero esta vez el personaje protagonista era el presidente. Convocados a Palacio fueron imaginando que el gobernante les hablaría de la salida del ministro Ayala, del alejamiento del secretario Pacheco, del escándalo que nunca debió suceder; imaginaron que el presidente les diría que de ninguna manera quiso influir en los ascensos y que todo fue un mal entendido. Nada de eso pasó. El hombre del sombrero habló de todo menos de sus camaradas venidos a menos Ayala y Pacheco. Nada de la crisis, nada de las invitaciones al retiro. Habló de Dios, de la Patria, de la familia, del Perú y por supuesto llegó el momento de la foto que minutos después obviamente estaría en un tuit de la cuenta personal del presidente. En la imagen el rostro adusto de los militares vale más que mil palabras. Pedro Castillo Terrones levanta la mano y ensaya una mueca feliz que se estrella con la realidad.

¿Hasta cuándo los militares serán usados con fotografías políticas que sirven para mantenerse “bien” en el poder? No lo sabemos, lo que sí es real es que en Ayacucho, en la presentación populista de los primeros cien días de gobierno, no solo llamó la atención la ausencia de la primera ministra Mirtha Vásquez. Los altos mandos tampoco lo acompañaron. ¿Imaginan ustedes la cara de los generales mientras Castillo anunciaba la venta del avión presidencial? ¿Imaginan ustedes que ellos asistan “felices” a tomarse fotos en Ayacucho después del tremendo golpe a la institucionalidad castrense que acaba de cometer Castillo? Imposible. Por eso no hay foto que le sirva al gobernante para bajar la temperatura. Los jefes militares son obedientes al jefe supremo que es el presidente, pero tampoco son bobos. Lo están demostrando. Lampadia




Elijamos al equipo más capacitado

El Perú atraviesa uno de sus peores momentos históricos con cuatro crisis simultáneas: sanitaria, económica, social y política. En estas dramáticas condiciones entramos a un proceso electoral que lógicamente, encuentra a la población muy afectada, decepcionada de sus líderes y sin sensación de futuro.

Como producto de la pandemia del Covid-19, en los últimos doce meses han muerto más de 100,000 peruanos, ubicándonos entre los países más impactados del mundo. Buena parte de los fallecidos se deben a la torpeza criminal del gobierno de Vizcarra que:

  • insistió en el uso de pruebas rápidas, desoyendo todos los consejos para usar las pruebas moleculares
  • rechazó la donación de un software especializado para el rastreo del virus
  • no se rastreó y aisló el virus para limitar su expansión
  • rechazó el apoyo del sector privado y de las iglesias
  • rechazó las ofertas de vacunas de Astra Zeneca (9/20) y Pfizer (10/20)
  • demoró la aceptación de donaciones de plantas de oxígeno
  • ocultó la información sobre el número de fallecidos

Todo esto se agravó debido a la pésima selección de ministros y colaboradores, más comprometidos con la destructiva ideología de una izquierda retrógrada, que con la lucha contra la pandemia.

Además, se destrozó la economía del país y el empleo de millones de peruanos con cuarentenas mal hechas, en contra de los consejos de los peruanos más capacitados, pero con el aplauso inconsciente de buena parte de los medios de comunicación. En este aspecto, el Perú también fue uno de los peores países en la caída del PBI, empobreciendo a un 10% de la población.

A estas crisis, la sanitaria, la económica y la social, se sumó la crisis política promovida por el gobierno de Vizcarra para tomar control de todos los estamentos del Estado.

Todo esto ha terminado en la absoluta pérdida de confianza en las élites, políticas y empresariales, y en la pérdida de confianza en el futuro del país y de los propios ciudadanos.

No es posible imaginar peores condiciones para atravesar un proceso electoral. No puede pues llamarnos la atención el poco entusiasmo de la población con las elecciones del bicentenario.

Se ha configurado una penosa oportunidad para la aparición de los aventureros de la política, de la demagogia y del populismo; e incluso de propuestas, como la de Castillo-Cerrón de Perú Libre, que basa su predicamento político en la agudización de las contradicciones, en la siembra de resentimientos y en enfrentamiento entre ricos y pobres.

Una propuesta que está dividiendo a los peruanos, y que más allá de la pésima calidad de sus propuestas de gobierno, está dañando la necesaria cohesión social para poder aspirar a recuperar la senda del desarrollo sostenido.

No es fácil salir de esta gravísima situación.

La pregunta más importante de estos días es ¿cómo hacemos para salir de estas crisis?

Y la respuesta obvia es que necesitamos convocar a los mejores peruanos en todos los campos de gobierno, con prescindencia de sus opciones políticas.

En Lampadia, consecuentes con nuestra misión de defender la economía de mercado, la inversión privada, la modernidad, el Estado de Derecho y la meritocracia en el Estado, queremos compartir con nuestros seguidores, el testimonio de una enfermera que nos dice: elijamos al equipo más capacitado.

Ver el video:

Lampadia




Vienen por todo

Vienen por todo

Desde Chile, donde ha fracasado la convivencia entre derechas e izquierdas que permitió décadas de avances sociales y económicos muy importantes, Axel Kaiser, de la Fundación para el Progreso, nos advierte sobre las dificultades estructurales de las izquierdas ideologizadas para negociar espacios políticos de concertación, que reconozcan la validez de los indicadores sociales y económicos como base de los diagnósticos y desarrollo de políticas públicas (leer líneas abajo).

Kaiser nos dice que la derecha, “una y otra vez sueña con que se trata de personas con las que es posible llegar a acuerdos y consensos en torno a ideas sensatas. El socialista puro, sin embargo, no tiene interés ni en la verdad, ni en el bienestar de los grupos marginados que reclama representar —si lo tuviera abrazaría instituciones de mercado”.

Efectivamente, sorprende una y otra vez, que las izquierdas no reconozcan los avances de la humanidad, que no propongan mejoras y que siempre planteen ideas refundacionales.

No avanzar en los procesos sociales y económicos, no querer mejorar las cosas y plantear empezar de cero cambiando los procesos naturales de progreso, es una demostración clara que las advertencias de Kaiser no son producto de una visión sesgada.

Veamos nomas lo acontecido en el Perú en los últimos años. La izquierda mantiene sus mismas agendas revisionistas como la del cambio de Constitución, la creación de empresas públicas, la estabilidad laboral absoluta, el pos-extractivismo, y tantas otras ideas anti modernas y empobrecedoras. No interesan las evidencias en contrario. Pero lo que es peor, ojalá creyeran en lo que plantean, más bien las mantienen como plataformas políticas populistas para acercarse al poder.

Luego de la reciente crisis política, el presidente Sagasti ofreció un gabinete plural, pero al día siguiente formó uno más bien monocorde, nutrido desde las ONGs y las universidades de militancia izquierdista, como la PUCP y la Universidad del Pacífico. Un gabinete que, con algunas excepciones, en lo político transmite un espíritu excluyente. Es importante que esta vez, los medios de comunicación mantengan un espíritu crítico e independiente que ayude a perfilar un mejor gobierno.

Al mismo tiempo, el gobierno, después de darse 60 días para sentar las bases de la modernización de la Policía Nacional, ha apurado una cuestionada purga policial. Sin embargo, hay que rescatar que se introduzcan gerentes profesionales de Servir en la gestión administrativa de la policía.

Por otro lado, la calle, en sus vertientes más extremas, ha adoptado los ataques personales contra quienes discrepan del pensamiento guía de las facciones políticas dominantes.

Cuidado con ser tontos útiles de estas agendas. Estamos advertidos, no cometamos los mismos errores de los chilenos. Lampadia

Axel Kaiser
Fundación para el Progreso – Chile
Publicado en El Mercurio, 08.09.2020

Una de las características más distintivas de la derecha chilena es su dificultad para entender al adversario que enfrenta y la forma en que este consigue, aun sin mayorías, imponer su agenda. Se trata de una ingenuidad derivada de un idealismo infantil que confunde lo que el mundo es con lo que se desearía que este fuera. Salvo excepciones, la derecha, incluidos sus intelectuales, no entiende el alma socialista. Una y otra vez sueña con que se trata de personas con las que es posible llegar a acuerdos y consensos en torno a ideas sensatas.

Asumen, seguramente porque jamás han leído a Orwell, que realmente tienen un compromiso con la verdad y el bienestar de la sociedad y se sienten tan culpables frente a su discurso que los validan en todos los foros posibles e incluso los financian. El socialista puro, sin embargo, no tiene interés ni en la verdad, ni en el bienestar de los grupos marginados que reclama representar —si lo tuviera abrazaría instituciones de mercado—. Su único objetivo es el poder y todo lo que dice y hace apunta a concentrarlo lo más posible en sus manos. Y es que, sin el poder, no pueden transformar el mundo de acuerdo a los dogmas que exige su ideología. Marx ya se quejaba amargamente de que los filósofos se limitaban a explicar el mundo cuando lo que había que hacer, según él, era transformarlo.

Y en ese juego todo vale: fingir moderación, distorsionar los hechos, parecer sensato cuando corresponda, retroceder si la situación lo amerita, etc. Así́ convencieron a los empresarios y a la derecha de que ya habían aprendido la lección, que ahora, salvo unos pocos, si eran razonables y que no querían tumbar el sistema. En su ingenuidad y culpa la derecha empresarial y política los abrazó, mientras estos, a veces invisiblemente, seguían realizando su trabajo de demolición, al principio haciéndolo parecer como algo meramente socialdemócrata y, luego, desatando por completo su intención refundacional. Por supuesto quienes advertimos que esto iba a pasar fuimos tratados de extremistas, apocalípticos y exagerados por la misma derecha que hoy mira aterrada como el país se desmorona frente a sus propias narices.

Pero es peor, porque incluso hoy muchos siguen creyendo que una nueva Constitución puede resolver en algo la crisis actual, ingenuidad que a estas alturas raya en la estupidez. Una vez más quienes creen esto estarán equivocados por no entender que la izquierda no cambia, que, si bien hay algunos más sensatos entre ellos, al final también estos, con pocas excepciones, terminan cediendo ante los duros capaces de controlar la narrativa y llevar los principios que abrazan los moderados a sus consecuencias lógicas. La izquierda avanza sin transar, poniendo en jaque a un país completo dirigido por una elite temerosa y ciega que le ha entregado la soga con la que esta va a ejecutar el suicido de Chile, desenlace inevitable a menos que un real despertar ponga freno al tercermundismo de la nueva Constitución y dé un golpe a la mesa, acabando de una vez con la violencia. Lampadia




¿Tenemos una población esquizofrénica?

¿Tenemos una población esquizofrénica?

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

En las elecciones del 2016, la población del Perú le dio una súper mayoría en el congreso al partido fujimorista, para en segunda vuelta, con mucho hígado y después de una campaña política muy ruda y agresiva, contra toda lógica, elegir presidente a PPK.

Cualquiera puede comprender, que para gobernar se necesita contar con el respaldo del congreso, o cuando menos, con la posibilidad de articular y hacer alianzas políticas que lo hagan viable. Por esa razón, los países con regímenes “parlamentaristas”, obligan a que el presidente de gobierno, constituya una mayoría en el parlamento, que respalde su posición y su gabinete para hacer gobierno y mientras tal cosa no ocurra, el jefe de gobierno no es ratificado. Pero aquí, mucha gente se esforzó por polarizar a la opinión pública y terminó eligiendo presidente a quien había quedado muy disminuido en el congreso.

Para nuestra desgracia, ni el ganador tuvo la sagacidad de acercarse y negociar políticamente la gobernabilidad con todos los partidos, ni la perdedora alcanzó la estatura política requerida en esas circunstancias, para juntar voluntades en beneficio de nuestro país.  Muy importante también, es el hecho que, desde hace algunas décadas hemos venido destruyendo el concepto y acción de los partidos políticos, al punto que hemos llegado a constituir únicamente “clubes con propósito electoral” y como consecuencia, se incorporan a las planchas presidenciales y listas de candidatos parlamentarios, gente sin ideario, sin conexión entre ellos ni calidades morales verificadas.  De esa manera, llega gente sin moral ni prestigio a esas listas y así fue cómo llegó Martín Vizcarra.

Durante su gobierno, PPK   fue sometido a dos procesos de vacancia, contando con la felonía de su primer vicepresidente y en esas circunstancias, nadie dijo que lo que pretendían hacer desde el congreso era un golpe de estado, a pesar que se contaba con acusaciones mucho más débiles y con mucho menos pruebas y colaboradores eficaces atestiguando, tal como las que hoy existen contra Vizcarra.  Finalmente, PPK renunció y se tuvo un proceso de sucesión ordenado y pacífico.

Cuando Vizcarra asumió la presidencia, acompañado de algunos delincuentes que hoy no están en prisión, sino con detención domiciliaria por el COVID, se generaron grandes expectativas anticorrupción, pero, por los silencios cómplices de cierta prensa y la “izquierda Gramsciana”, nadie cayó en cuenta que teníamos al “gato de despensero”.

Vizcarra se ocupó de completar el proceso de desprestigio del congreso, originado por el propio comportamiento de los parlamentarios y los usó de “piñata”, con apoyo y entusiasmo de la prensa que “comía de su mano”, de manipular la fiscalía para sacar del tablero a quienes podían acusarlo, hacer una “reforma política” que impidió la creación del senado, eliminó la reelección de congresistas, anulando así la posibilidad de hacer una carrera política y abriendo puertas a los aventureros de la política.  En ese momento disolvió el congreso, violando la constitución al punto que, hasta el día de hoy, el Perú no cuenta con el Decreto Supremo, con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros que aprobó la medida.

El “argumento” para disolver el congreso, fue el pedido de confianza por una ley para cambiar el procedimiento de elección de los miembros de Tribunal Constitucional, labor exclusiva y excluyente del congreso y en la que el ejecutivo no tiene nada que hacer, pero se usó “al caballazo”. La población aplaudió, en apoyo del ejecutivo para evitar la “repartija”.  El pueblo hizo silencio, pero ahora, con nuevo congreso y “nuevo procedimiento”, también se oponen a la elección de los nuevos miembros, por falta de legitimidad de los congresistas para elegir. Todo esto, a pesar que los plazos de seis de sus actuales miembros, están largamente excedidos.

En esas circunstancias, nadie habló de ilegitimidad, de golpe de Estado, ni de defensa de la constitución.  Ahí, hasta el Tribunal Constitucional, con una actitud claramente prevaricadora de algunos de sus miembros, cohonestó ese clarísimo y real ataque a la democracia y violación de la Constitución, que le permitió gobernar sin el contrapeso del parlamento durante seis meses, pero que se prolongó con el desorden de la cuarentena impuesta en razón de la pandemia.

En el camino, se eligió de cualquier manera, a desgano y con profundo desprecio de Vizcarra, un nuevo congreso.  El desprecio llegó a tal punto, que Vizcarra no presentó siquiera candidatos, que, desde ese poder del estado, lo ayudaran a dar gobernabilidad al país. Consecuentemente, no rindió cuentas a nadie y mantuvo una actitud absolutamente autocrática y “pechadora” con los demás poderes.

El punto es que, entre esa manada de advenedizos de la política, le salió en el parlamento, “la criada respondona”. A cada quién más populista, sedientos de aprovechar sus pocos minutos de popularidad y deseosos de aparecer en el escenario político, para más tarde aspirar a alcaldías y gobiernos regionales.

No es del caso mencionar su pésimo gobierno, pero, aún arropado por gente de tercer nivel en los ministerios, salvo algunas honrosas excepciones, exudaba corrupción en cada decisión; compra de las pruebas rápidas para el COVID, repartija de fondos a gobiernos regionales y municipales encaminados a facilitar el robo, mala entrega de “bonos” de todo tipo, pero siempre en busca de apoyo en esos niveles de gobierno, acompañado de un rosario de manejos populistas. Hasta que empezó a aparecer la podredumbre, que no se puede ocultar para siempre; primero con lo de “Swing” y su personal deseo e intervención de torcer la verdad y obstruir a la justicia. Una vez rota esa “primera costra”, empezaron a salir también los colaboradores eficaces, que han venido testificando acerca de las coimas recibidas por Martin Vizcarra, por los proyectos de irrigación regionales y por el hospital de Moquegua, para empezar.

Reconociendo que el congreso, hechura de Vizcarra, es impresentable y no representa a ciudadanos con sentido de dignidad y honor, esa característica no es óbice para que no esté legalmente habilitado para aplicar la ley y declarar la incapacidad moral de este indigno gobernante.

Puede no gustarnos el señor Merino, pero es lo que el Perú, con el apoyo de Vizcarra, eligió y de acuerdo a la Constitución, es lo que corresponde por estar ocupando la posición de presidente del Congreso y, nuevamente, con el entusiasmo y apoyo de Vizcarra, por haber aceptado la renuncia de la Segunda Vicepresidente.

Tal como están las cosas, la izquierda Gramsciana, con el apoyo y disfrute de MOVADEF y del MRTA, está en campaña para desconocer la aplicación de la Constitución y no quiere aceptar al Sr. Merino, ¿qué quisieran, una “addenda express” a la Constitución?  No aceptaron que Vizcarra “inverne” hasta 28 de julio del 2021, con un Primer Ministro de oposición que conforme su propio gabinete, pero hoy quieren que cualquiera reemplace a Merino. Toda la población está actuando como esquizofrénica, al punto que, quien hasta hace pocos días era Primer Ministro y pontificaba sobre el distanciamiento social, hoy convoca a las marchas.  Se agotó la línea de sucesión constitucional, ¿quisieran acaso que las Fuerzas Armadas asuman un rol protagónico, ante la incapacidad civil para conducir la Nación? ¿Tanto dinero ha venido recibiendo la prensa y las ONGs por parte de Vizcarra, que no pueden controlar su luto y azuzan la protesta?

Es tan escandaloso el comportamiento de esta izquierda, que mientras que a PPK, Keiko, Yoshiyama, Humala, Nadine Heredia, por mencionar sólo a algunos pocos de las decenas de maltratados, a los que, con menos razones y pruebas los enmarrocaron, presentaron con chaleco de “Detenido” y les dieron prisiones preliminares y preventivas, para nuestro “angelito” Vizcarra, sólo piden 18 meses de impedimento de salida del país.

La situación a la que hemos llegado, no da para más. O se permite que este gobierno de transición administre el día a día, con miras a unas elecciones limpias en abril y entregar el cargo a un nuevo gobierno, espero mejor elegido, o tendremos que esperar que las “Instituciones Tutelares de la Patria” se hagan cargo, ante la absoluta incapacidad de la sociedad civil para conducirse. ¡Una vergüenza! Lampadia




La democracia representativa debe ser reformada

La democracia representativa debe ser reformada

EDITORIAL DE LAMPADIA
Jaime de Althaus

Durante varios días la democracia representativa estuvo suspendida y sigue estándolo. Estamos en un momento de democracia directa. Las muchedumbres movilizadas no aceptarán a nadie como presidente de la República que no pertenezca al único partido que no votó por contra la vacancia. Se tendrá que dar entonces la paradoja de que el Congreso elija como su presidente al vocero no sólo de la única bancada disidente, sino del grupo parlamentario que por lo general votó en contra del resto en la mayor parte de las leyes populistas. De allí las dificultades para aceptar de una buena vez lo que la “calle” pide. Porque dicha elección sería implícitamente al mismo tiempo un voto de inhibición congresal de seguir aprobando esa clase de proyectos.

Lo que no podía ocurrir es que el Congreso se retractara de la vacancia, y Vizcarra regresara a la presidencia. Pues ello habría indicado que la movilización juvenil fue para reponer en un cargo a una persona con graves acusaciones de corrupción, desnaturalizando el supuesto sentido de las manifestaciones.

En las marchas de los últimos días se han sumado una serie de actores, corrientes e intereses políticos, incluso de manera oportunista, pero sin duda ha habido en una parte importante de los movilizados un genuino  sentimiento de rechazo a un acto que fue percibido como un abuso de poder arbitrario, irresponsable y guiado por intereses particulares, que se sumaba al hartazgo frente a una confrontación política de ya casi cinco años que arruina el presente y no brinda ningún futuro a una generación que hasta pocos años atrás todavía formaba parte de un país que crecía con esperanza.

La declaración de vacancia no era inconstitucional, pero sí era irracional. Y lo que hemos tenido estos últimos días ha sido la emergencia política de una nueva generación cuyos valores son post materialistas. Valores y demandas ya no vinculados a las necesidades de la supervivencia amenazada por el terrorismo y la hiperinflación de los 80 y 90 –seguridad, empleo, ingresos-, sino a las exigencias morales propias de una generación que ha crecido en un país que ya había superado el nivel de sobrevivencia y que venía progresando de manera sostenida desde los 90. Pero que veía como ese progreso se estancaba y era amenazado por la lucha política sin cuartel entablada desde el 2016 (en realidad, el crecimiento se estancó relativamente desde hace 10 años, con crecientes sobre regulaciones que frenaron la actividad). Son los hijos de la bonanza que ven que el horizonte se oscurece en medio de la inestabilidad política y la corrupción generalizada, con el agravante de una pandemia que ha agudizado la sensación angustiosa de pérdida de seguridad económica.

Se trata, en alguna medida, de un sentimiento de defensa de la democracia liberal o constitucional en cuanto ella significa limitación al poder arbitrario. Lo que hay en el fondo, como escribí recientemente, es una demanda por un orden político que funcione y con políticos honestos y serios. Hay, en ese sentido, una demanda por una reforma política profunda. ¿Cómo canalizarla?

Lo normal en una democracia representativa sería que esta generación indignada y frustrada se incorporara en uno o varios partidos políticos para canalizar desde allí su voluntad de asegurar un sistema político funcional con actores decentes y responsables. Pero ese es precisamente uno de los grandes problemas: no tenemos un sistema de partidos. Los precandidatos presidenciales que rechazaron la vacancia podrían abrir sus agrupaciones mediante una convocatoria, pero la suspicacia es tal que ello quizá se vería como un aprovechamiento indebido, mientras la izquierda sí aprovecha para lanzar una tercera marcha nacional por una asamblea constituyente que termine de arruinar el futuro del país.

Lo que se requiere es reconstruir un sistema político funcional. Si queremos partidos serios en los que sea atractivo participar, es absolutamente indispensable restablecer la reelección congresal y sub nacional. No hay manera de construir una clase política seria y profesional ni de consolidar partidos políticos si quienes quieren hacer carrera política no pueden hacerlo. Y si no es posible tener think tanks asociados a los partidos, para que tengan capacidad de análisis y propuesta.

Pero lo que ha estallado ahora ha sido la democracia representativa, la relación con el Congreso. ¿Cómo entender la paradoja de un Congreso elegido por el pueblo pero que no lo representa? La única manera de resolverla es con un sistema electoral que me permita escoger bien, conocer a mi representante y comunicarme con él. Ese sistema es el uni o bi nominal, donde tengo que escoger entre pocos candidatos y entonces los puedo conocer antes de elegir, y sé quién es mi representante una vez elegido.

Quizá las universidades, los centros de investigación y los gremios podrían abrir un debate participativo. Lampadia




Se vislumbra la vacuna contra el covid 19

Se vislumbra la vacuna contra el covid 19

La noticia del anuncio que hizo Pfizer la semana pasada sobre la efectividad del 90% de lo casos de su vacuna del covid ha pasado prácticamente desapercibida en nuestro país, ante la crisis política y social en la que nos hemos visto sumergidos los últimos días con la vacancia presidencial y el afloramiento de diversas marchas en diversos puntos de Lima y otras regiones del territorio nacional.

Vale la pena, sin embargo, dilucidar realmente qué significa este hallazgo, pues pulula mucha desinformación en las redes sobre que la efectividad es supuestamente muy baja – sin dar evidencia de la efectividad de otras vacunas – menospreciando además la innovadora tecnología que subyace a ella y que supone un avance notorio sobre todo para futuras mutaciones que podría experimentar el covid.

Un reciente y esperanzador artículo de The Economist que compartimos líneas abajo destaca los atributos de la vacuna Pfizer, a la vez que hace un llamado a los gobiernos a enfocarse en articular esfuerzos a invertir en  las denominadas “cadenas logísticas de ultra-frío”, pues la vacuna además que supone la inyección dos dosis, debe mantenerse a -70 ° C hasta su uso.

Cabe resaltar que Carlos Neuhaus del Comando Vacuna ya anunció que el primer lote de 50,000 vacunas de Pfizer estaría por arribar en diciembre en nuestro país con la capacidad de frío necesaria, con lo cual se empezaría a vacunar al personal de la primera línea del combate a la pandemia. Sin embargo, también mencionó que no se tiene certeza si se contara con la capacidad de frío restante en los siguientes lotes, que en su totalidad ascenderían a 9.9 millones según el contrato pactado, por lo que urge desde ya asegurar recursos en este tema, así como empezar a hacer llamados a la comunidad internacional para asegurar que esta cadena de frío no sea un problema para la distribución final en los países más afectados por la crisis.

Por lo demás queremos destacar, al igual que hace The Economist, que este notorio avance no hubiera podido ser posible sin la globalización, pues el trabajo de Pfizer, empresa estadounidense, junto a Bionetch, de origen alemana, refleja un claro ejemplo de cómo diversos países pueden expandir sus posibilidades de su aporte a las ciencias de la salud si trabajan juntas por el bien común. Ello sin contar que muchas otras vacunas que siguen la fórmula de Pfizer también se encuentran en camino a ser desarrolladas. Esperaremos ávidos los siguientes meses de mejores noticias en el combate a la pandemia. Lampadia

De repente, esperanza
La promesa de la nueva vacuna covid-19 es inmensa

Pero no subestime el desafío de vacunar a las personas

The Economist
14 de noviembre, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Transcurrieron nueve largos años entre el aislamiento del virus del sarampión en 1954 y la autorización de una vacuna. El mundo esperó 20 años entre los primeros ensayos de una vacuna contra la polio y la primera licencia estadounidense en 1955. Maravíllese, entonces, de cómo los científicos del mundo están en camino de producir una vacuna que funcione contra el SARS-COV-2, el virus que causa la covid-19, en un solo año.

Y no cualquier vacuna. Los primeros datos de un ensayo en etapa final revelados esta semana por Pfizer y BioNTech, dos compañías farmacéuticas, sugieren que la vacunación reduce las posibilidades de sufrir síntomas en más del 90%. Eso es casi tan bueno como para el sarampión y mejor que la vacuna contra la gripe, con una eficacia de solo 40-60%. De repente, en un invierno oscuro, hay esperanza.

Como era de esperar, las noticias de Pfizer del 9 de noviembre despertaron los alcistas de los mercados. Los inversores abandonaron acciones en Clorox, Peloton y empresas tecnológicas, que se han beneficiado del coronavirus, y en su lugar cambiaron a empresas como Disney, Carnival e International Consolidated Airlines Group, a las que les irá bien cuando el sol vuelva a brillar. La OCDE, un club de países principalmente ricos, calcula que el crecimiento global en 2021 con una vacuna temprana será del 7%, dos puntos porcentuales más que sin ella.

De hecho, hay mucho que celebrar. El resultado de Pfizer sugiere que otras vacunas también funcionarán. Más de 320 están en desarrollo, varios en ensayos avanzados. La mayoría, como la de Pfizer, se centran en la proteína de pico con la que SARS-COV-2 gana la entrada a las células. Si una vacuna ha utilizado esta estrategia para estimular la inmunidad, es probable que otras también puedan hacerlo.

La vacuna de Pfizer también es la primera que utiliza una nueva tecnología prometedora. Muchas vacunas preparan el sistema inmunológico mediante la introducción de fragmentos inertes de proteína viral. Éste consigue que el cuerpo produzca la propia proteína viral insertando instrucciones genéticas contenidas en una forma de ARN. Debido a que puede editar el ARN, la vacuna se puede modificar en caso de que la proteína de mute, como puede haber ocurrido recientemente en los visones. Esta plataforma se puede utilizar con otros virus y otras enfermedades, posiblemente incluido el cáncer, el enfoque original de BioNTech.

Así que celebre lo lejos que ha llegado la biología y lo productivo en cómo puede manipular la maquinaria bioquímica para el bien de la humanidad (más adelante habrá tiempo para preocuparse por cómo se podría abusar de ese poder). Y celebre la potencia de la ciencia como un esfuerzo global. Basándose en contribuciones de todo el mundo, una pequeña empresa alemana fundada por inmigrantes turcos de primera generación ha trabajado con éxito con una empresa multinacional estadounidense dirigida por un director ejecutivo griego.

Sin embargo, a pesar de las buenas noticias, destacan dos grandes preguntas, sobre las características de la vacuna y la rapidez con la que se puede distribuir. Estos son los primeros resultados, basados en 94 casos sintomáticos de covid-19 de entre los 44,000 voluntarios. Las respuestas adicionales deben esperar hasta que el ensayo haya recopilado más datos. Por lo tanto, no está claro si la vacuna detiene los casos graves o leves, o si protege a los ancianos, cuyo sistema inmunológico es más débil. Tampoco se sabe si las personas inoculadas aún pueden causar infecciones potencialmente fatales en quienes aún no han recibido inyecciones. Y es demasiado pronto para estar seguro de cuánto durarán los efectos beneficiosos.

La claridad tomará tiempo. En las próximas semanas, el ensayo debería declararse seguro, aunque se necesitará un mayor control de la vacuna. Las empresas predicen que la inmunidad durará al menos un año. La eficacia superior al 90% es tan alta que esta vacuna puede ofrecer al menos algo de protección a todos los grupos de edad.

Mientras el mundo espera los datos, tendrá que lidiar con la distribución. La vacuna será escasa durante la mayor parte del próximo año. Aunque las vacunas de ARN pueden resultar más fáciles de hacer a escala que las basadas en proteínas, las de Pfizer requieren dos dosis. La compañía ha dicho que podrá producir hasta 50 millones de dosis en 2020 y 1,300 millones el próximo año. Eso suena mucho, pero solo EEUU tiene más de 20 millones de socorristas, personal médico, trabajadores a domicilio y tropas en servicio activo. Quizás una quinta parte de los 7,800 millones de personas del mundo, incluidos dos tercios de los mayores de 70 años, corren riesgo de covid-19 grave. Nadie ha intentado nunca vacunar un planeta entero a la vez. A medida que aumenta el esfuerzo, las jeringas, los vasos médicos y el personal podrían agotarse.

Peor aún, las inyecciones de Pfizer deben almacenarse a temperaturas de -70 ° C o incluso más frías, mucho más allá del alcance de su químico local. La empresa está construyendo una cadena de ultra-frío, pero la logística seguirá siendo difícil. La vacuna viene en lotes de al menos 975 dosis, por lo que es necesario reunir a esa cantidad de personas para su primera inyección y la misma multitud nuevamente 21 días después para una dosis de refuerzo. Nadie sabe cuántas dosis se desperdiciarán.

Mientras haya muy poca vacuna para todos, los gobiernos deben establecer prioridades. Mucho depende de que lo hagan bien, dentro de los países y entre ellos. El modelo sugiere que, si 50 países ricos administraran 2,000 millones de dosis de una vacuna con una efectividad del 80%, evitarían un tercio de las muertes a nivel mundial; si la vacuna se suministrara según la población de los países ricos y pobres, esa proporción casi se duplicaría. Los detalles dependerán de la vacuna. Los países pobres pueden encontrar demasiado costosas las cadenas de ultra-frío.

La respuesta nacional a estos problemas son los comités nacionales para asignar la vacuna de manera óptima. La respuesta global es COVAX, una iniciativa para fomentar la igualdad de acceso de los países a los suministros. Sin embargo, en última instancia, la solución será continuar trabajando en más vacunas. Algunas pueden sobrevivir en refrigeradores comerciales, otras funcionarán mejor en los ancianos, y otras pueden conferir una protección más prolongada, requerir una sola inyección o detener infecciones y síntomas. Todas aquellas que funcionen ayudarán a incrementar la oferta.

Solo cuando haya suficiente para todos, los anti-vacunas se convertirán en un obstáculo. Los primeros informes sugieren que la vacuna causa fiebre y dolores, que también pueden desanimar a algunas personas. La buena noticia es que una eficacia del 90% hace que la vacunación sea más atractiva.

El túnel adelante

Los próximos meses serán duros. Las tasas mundiales de mortalidad registradas han superado su pico de abril. Los gobiernos lucharán con la logística de la vacunación. EEUU es rico y tiene una medicina de clase mundial. Pero corre el riesgo de quedarse corto porque el virus se está propagando allí y porque la transición entre administraciones podría conducir a un caos y retrasos innecesarios. Derrochar vidas cuando hay una vacuna a la mano sería especialmente cruel. La ciencia ha hecho todo lo posible para eliminar el virus. Ahora viene la prueba para la sociedad. Lampadia




¡Más patriotas y menos políticos!

¡Más patriotas y menos políticos!

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

El escenario electoral para el 2021 se presenta con una característica que es muy peligrosa, ya que prácticamente aseguraría la continuación de la crisis política, el deterioro en todos los frentes y el retroceso económico que vivimos actualmente. Me refiero a la ridícula cantidad de alternativas políticas que aparentemente se presentarían al proceso de abril.

De no hacerse nada al respecto la votación será muy dispersa y por consiguiente continuaremos con la pugna de poderes del estado, el populismo barato, las grandes limitaciones para el consenso y la necesidad de negociar debajo la mesa. Es decir, mas de lo mismo y siempre en perjuicio de la población y el país.

Este festival de alternativas se debe principalmente a tres causas: La primera, el deficiente marco legal electoral, con normas hechas a la medida para beneficio de los políticos irresponsables. El actual congreso no ha cumplido con el mandato que se les dio de aprobar la reforma política. Solo han aprobado los temas puntuales que les favorecía y han dejado una normativa modelo ¨frankestein¨. Otra irresponsabilidad de este inepto e irresponsable congreso.

La segunda causa es la carencia de partidos políticos serios, con valores morales y debidamente organizados. Los pocos que existían ya se perdieron, porque siempre estuvieron bajo la sombra de caudillos que ya no existen y que nunca pudieron ser reemplazados.

Y la tercera es la falta de verdaderos líderes que inspiren confianza y tengan la capacidad necesaria para enfrentar adecuadamente este dificilísimo encargo, salvo honrosas excepciones.

Dado lo absurdo de la actual normativa, hay varios posibles candidatos que no tienen partido y varios partidos que no tienen candidatos. Además, las elecciones internas no serán universales y seguirá existiendo el voto preferencial. Todo a favor de los ¨dueños¨ de los partidos, para que así puedan negociar y manipular a su antojo. ¡Un verdadero mercadillo!

Si no se enfrenta este problema de inmediato, tendremos en el partidor a veinticuatro agrupaciones de todos los colores pugnando por ganar el derecho a ¨gobernar¨ un país que vive una de sus peores crisis. Esto, con el agravante que la mayoría de los que pretenden participar no lo harán para conseguir el bienestar de los peruanos y el progreso del Perú, sino para beneficio de ellos mismos.

Esto es lo que ha venido sucediendo en los últimos años y es lo que tenemos que evitar a como de lugar. Para conseguirlo se tiene que pasar a un segundo plano a la política y pensar mas en nuestra patria, cumpliendo con dos acciones que son absolutamente necesarias.

  • La primera es reducir la dispersión concentrando la participación de los partidos con objetivos afines, en alianzas o frentes.
  • La segunda es conseguir que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto muy bien informados, evitándose así la manipulación en base a mentiras, populismo y demagogia.

Lo primero es mucho mas complicado de lograr y es aquí donde se requiere patriotismo, ya que implica sacrificarse por el bien del país. Formar un frente o alianza es lo ideal, pero muy difícil de conseguir dado los impresionantes egos que tienen los dirigentes partidarios, así como la mayoría de los que pretenden ser candidatos a presidentes. Nadie quiere ceder su opción y la mayoría se cree indispensable. ¡Solo verdaderos patriotas lo harían!

La posibilidad de alianzas es mayor entre partidos que comparten similares objetivos y propósitos. Si analizamos mas de cerca las corrientes que existen en las agrupaciones políticas peruanas, encontramos a tres muy claras. Una que aún insiste en ideologías trasnochadas que han fracasado en todos sus intentos y en todo el mundo. Otra sin alma, compuesta por oportunistas, populistas y/o nacionalistas, que solo persiguen objetivos personales y siempre han servido solo para crear grandes crisis y retrocesos.

Y la tercera que cree y defiende el libre mercado, la propiedad privada, el emprendimiento propio y el desarrollo. Las dos primeras prefieren un estado empresario, mientras que la tercera, lo contrario.

Es muy claro que la tercera corriente es la preferida de los peruanos, dado que la gran mayoría de empresarios, grandes, medianos, pequeños, individuales, formales o informales se manejan dentro de una economía de libre mercado. Esto incluye a los emprendedores y a los informales que actúan como mini-capitalistas y que son entre el 70% y 80% de nuestra economía.

Por lo tanto, sería verdaderamente patriótico que los líderes políticos de los partidos que siguen la tercera tendencia, se desprendieran de sus egos y sus ambiciones personales y se pusieran de acuerdo en formar un frente en beneficio de los peruanos y del Perú. Este frente estaría conformado por las personas más idóneas para cada uno de los cargos de gobierno y que obviamente serían miembros de los partidos agrupados en la alianza.  

¡Necesitamos mas patriotas y menos políticos!

La segunda condición es muy importante para eliminar el voto desperdiciado y convertirlo en un voto bien informado. Para esto se requiere una campaña muy bien orquestada por diferentes medios, especialmente por redes sociales y también vía el mensaje boca a boca en el que todos nosotros podemos ayudar (ver mi anterior artículo: Ya basta, en Lampadia 30-9-20). Aquí las instituciones serias, las empresas privadas, los empresarios emprendedores y todas las personas que queremos detener la crisis y reversar el retroceso, tenemos que actuar patrióticamente, levantando nuestra voz y aconsejando a todos los que podamos.

Si se consigue formar una alianza que tenga como único objetivo ¨el bienestar de los peruanos y el progreso del país¨ y si logramos que la gran mayoría de la población vote bien informada, no tengo dudas que lograríamos detener la crisis y regresar al camino de la modernidad y el progreso que vivíamos en la primera década del presente siglo.

¡Por eso demandemos a los que quieren participar en las próximas elecciones, que piensen mas en los peruanos y menos en ellos mismos y que sean ¨mas patriotas y menos políticos¨!

¡ES ABOSLUTAMENTE NECESARIO FORMAR ALIANZAS!

¡ES ABSOLUTAMENTE NECESARIO VOTAR BIEN INFORMADOS!

Lampadia




Voz y voto

Voz y voto

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas; Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

¡Nuestro país está nuevamente en crisis, pero el mundo también lo está!
¨Mal de muchos, consuelo de tontos¨

Es cierto que en casi todos los países existe algún tipo de crisis adicional a la pandemia. En algunos es económica y en otros social o política. Casi nadie se salva. Sin embargo, hoy en nuestro país las tenemos todas al mismo tiempo y en mas de una estamos en el podio de los punteros a nivel mundial.

Hace menos de diez años vivíamos una realidad muy diferente y positiva. Crecimiento económico ininterrumpido, duplicación de la clase media y reducción de la pobreza a la mitad. Estábamos en la senda hacia la modernidad y el desarrollo. Lamentablemente esto se comenzó a deteriorar desde el 2012 por la pésima gestión de un gobierno improvisado, sin liderazgo y que además avalaba la corrupción. Sus malas decisiones y sus indecisiones pusieron freno al desarrollo que veníamos experimentando por casi veinte años. Casi todo se paralizó y se inició el retroceso.

Sin embargo, las elecciones del 2016 nos devolvieron las esperanzas de regresar al camino positivo que habíamos dejado. Los dos candidatos que llegaron a la segunda vuelta tenían programas de gobierno que apuntaban en esa dirección. ¡Parecía que no había pierde!

¡Pues si lo hubo! Lo que nunca nos imaginamos fue que la irresponsabilidad política de ambos, echarían por tierra la tremenda oportunidad de recuperarnos, solo por privilegiar sus egos y sus intereses políticos mezquinos. ¡Que tales irresponsables!

Sus nefastas acciones han generado una de las peores crisis políticas de nuestra historia. Todo esto a costa del Perú y de los peruanos. Ambos son los grandes culpables de este fracaso y de esta profunda crisis política que vivimos. ¡Muchas gracias Sra. K! ¡Muchas gracias Sr. PPK!

La imprudente lucha de poderes entre el Ejecutivo y el Legislativo agravó la paralización y destapó una impresionante corrupción que involucró a políticos, funcionarios públicos, jueces y hasta empresarios. Esto originó la renuncia del presidente por un tema de conflicto de interés, que se vinculó a la corrupción. Su vicepresidente asumió el mando del gobierno. ¡Tragedia!

Nuevamente una persona improvisada, carente de liderazgo, timorata, indecisa y con escasas o nulas habilidades de gestión. Esto, lejos de solucionar el enfrentamiento lo agudizó terminando de manera abrupta con el forzado cierre del congreso.

Posteriormente y de manera irreflexiva se celebraron elecciones congresales, donde se eligió al que probablemente será el peor congreso de nuestra historia. Una verdadera selección de incompetentes, irresponsables y populistas a ultranza, que no tienen ninguna idea de lo que hacen, ni de lo que pueden hacer.

En esta condición de crisis política a gran escala, es que nos pilla la segunda crisis: La pandemia del Coronavirus. ¡Muchas gracias, Mr. Murphy!

Como era de esperarse, la pésima gestión del improvisado presidente y su incompetente equipo, no han podido amenguar la crisis de salubridad después de casi seis meses. Sus medidas mal pensadas e inefectivas, sumadas a las insensatas y populistas acciones del impresentable congreso, han generado rápidamente dos crisis adicionales: la económica y la social.

La económica porque se está destruyendo la sólida situación macro que ostentábamos después de veinte años de crecimiento. Esto por haber implementado medidas fallidas de defensa financiera a la población mas vulnerable y también por haber generado la mas grande caída del PBI del mundo, al cerrar la economía drásticamente, sin ningún tipo de análisis, ni planeamiento. A esto se suman las imprudentes normas dictadas por el congreso, regalando a diestra y siniestra y anticonstitucionalmente la plata de todos los peruanos.

La social porque no han sido capaces de gestionar un plan adecuado de defensa sanitaria, ni de ayuda a la ciudadanía mas vulnerable. Los contagios y fallecimientos se mantienen a niveles muy altos, hay cerca de cuatro millones de personas que han perdido sus empleos y hay muchísimas pequeñas y medianas empresas en quiebra o al borde de esta. Parece increíble que podamos destruir tan rápido lo que con mucho esfuerzo se consiguió entre los años 1995 y 2011.

La crisis económica y la social son consecuencia de la pandemia y de la crisis política. Pero la crisis política es consecuencia directa de una mucho mayor y de mas larga data, que es la que viene afectando a nuestro país desde sus raíces. Es la crisis madre: LA CRISIS MORAL.

Esta se da por el gran deterioro de los valores, la ética y hasta la consciencia. La crisis moral esta presente en casi todas partes, pero se manifiesta claramente en las personas que ostentan algún tipo de poder. Los funcionarios de los poderes del estado, los funcionarios de las entidades públicas, los responsables de impartir orden y justicia, la mala prensa y hasta algunos empresarios, son ejemplos vivos de este deterioro moral.

La ética y moral se aprenden en los primeros años de vida y es muy difícil, por no decir imposible, enseñarles esto a un adulto. Sin embargo, lo que sí es posible es que algunos que lo han aprendido de pequeños, las ignoren voluntariamente de adultos.

Los valores se aprenden en el hogar, principalmente a través del ejemplo de los padres. Luego se refuerzan en las escuelas primarias y secundarias y posteriormente, con esta base sólida, uno se enfrenta la vida adulta. La carencia de estos valores (voluntaria o involuntariamente) es el motivo principal de la existencia de esta nefasta crisis moral o crisis de consciencia.

El tremendo aumento de hogares disfuncionales, de padres ausentes, del alcoholismo y las drogas, de la delincuencia, del trabajo infantil y juvenil, del hacinamiento, así como la televisión chatarra y en general la falta de vida familiar, son las causas de la ausencia de valores en muchos de los hogares.

Por otro lado, la cada vez peor educación pública, la deficiente preparación de los maestros y la incomprensible eliminación de los cursos de educación cívica, son las principales causas de la falta del refuerzo de moral, ética y civismo que se debe dar en las escuelas.

MAL EJEMPLO EN EL HOGAR + MALA EDUCACIÓN ESCOLAR = CRISIS MORAL   

La crisis moral es la causante directa de todas nuestras debilidades como país: La corrupción en todas sus formas, la burocracia, la informalidad, el abuso de poder, la viveza criolla, la mentira descarada, la falta de orden público, de seguridad y de justicia (Análisis FORD del PerúLampadia Julio y agosto 2020).

Obviamente el remedio para esto es muy complejo y de larguísimo plazo, pero no debemos ignorar el problema y dejar que continúe el deterioro. Hay que atacarlo frontalmente con planes de corto y largo plazo. Estos planes deben ser parte central de los programas de gobierno de quien aspire a ser presidente en el 2021. ¡Hay que demandarlo y verificarlo!

¿Que se puede hacer? En el largo plazo, hay que introducir una verdadera reforma de la educación y de la carrera magisterial. Para esto, no es necesario inventar la pólvora, hay que tomar como ejemplo a los países mas exitosos en este frente como Finlandia y Corea del Sur. Copiar y adaptar. En estos países la carrera magisterial es considerada de muy alto nivel y es muy apreciada por los graduados de las escuelas. Se busca a los mejores, para que sean ellos los que preparen a los adultos del futuro y les refuercen los valores.

En el corto plazo y al ser imposible enseñar ética y moral a los adultos, lo único que se puede hacer es combatir valientemente las debilidades que hacen daño a los peruanos y al país. ¿Cómo? Primero creando entes de control y regulación verdaderamente autónomos e independientes, conformados por gente idónea, independiente y proba, que si la hay.

Segundo desterrar definitivamente la IMPUNIDAD, aplicando las sanciones correspondientes con firmeza y sin miramientos. Para esto es absolutamente indispensable y urgente la reforma política, del Estado y de justicia, que están durmiendo el sueño de los justos.

Es muy importante que estas medidas incluyan doble castigo, para los que hacen mal uso de su investidura pública para delinquir. ¡Doble pena para ellos!

Dejemos la indolencia de lado y exijamos esto, porque es nuestro derecho. Somos una mayoría de peruanos con valores, que nos estamos dejando aplastar por una minoría de malos peruanos sin ética, ni moral y sin vergüenza.

Las mejores armas con que contamos son NUESTRA VOZ Y NUESTRO VOTO, hagamos uso de ellas. En las próximas elecciones tenemos que analizar muy bien a los candidatos y exigirles que desvelen sus programas y sus equipos, de tal forma que sepamos bien por quién vamos a votar.

No permitamos la improvisación, el populismo barato y mucho menos la falta de ética y moral. Demos nuestro voto a quien cumpla con los requisitos necesarios y castiguemos a los partidos y a los políticos que han hecho un mal uso de su poder y han dado rienda suelta a su falta de moral y vergüenza.

¡LEVANTEMOS LA VOZ Y VOTEMOS BIEN INFORMADOS, ES LA ÚNICA FORMA DE DETENER LA CRISIS MORAL! Lampadia




Excesos presidenciales e infantilismo congresal

Excesos presidenciales e infantilismo congresal

EDITORIAL DE LAMPADIA

En plena crisis sanitaria y económica, poderes públicos agravan crisis política

Vizcarra y el Congreso: dame que te doy

El presidente Vizcarra arremetió ayer contra el Congreso acusándolo de haber traicionado al pueblo por no haber alcanzado 87 votos para eliminar la inmunidad parlamentaria y no haber puesto en agenda el impedimento a postular al Congreso a todo aquel que tenga sentencia en primera instancia. El Congreso entonces decidió devolver el golpe y aprobó anoche por 110 votos una ley de reforma constitucional que le quita inmunidad al Presidente (Art. 117 de la Constitución), pues podrá ser acusado por delitos contra la administración pública durante su mandato, y le quita a los ministros el antejuicio por “infracción a la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de sus funciones y hasta cinco años después de que hayan cesado” (Art. 99).

Presidente, ministros y congresistas necesitan protección constitucional

Esto puede tener efectos muy nocivos para la gestión pública, pues si los ministros no van a tener esa protección, ninguna persona de prestigio va a aceptar una cartera porque no va a poder gestionar y va a salir de cargo con decenas o centenas de juicios. Lo mismo en el caso del Presidente de la República. Pero los congresistas también necesitan una protección, porque de lo contrario pueden ser amedrentados y anulados. La reforma aprobada elimina la inmunidad (la Corte Suprema ve directamente cualquier acusación por delito común), pero sí mantiene una protección al establecer que los parlamentarios no pueden ser procesados por las acciones legislativas o fiscalizadoras “u otras inherentes a la labor parlamentaria”. Tendría que precisarse los alcances de esta protección para que no sea usada para cubrir el tráfico de influencias, por ejemplo.   

Asimetría, excesos presidenciales e infantilismo congresal

Sin embargo, se ha creado una asimetría a favor de los congresistas: al Presidente y a los ministros se les elimina la protección constitucional por delitos de función, pero a los congresistas no: se les mantiene la protección del art. 99. Lo que hemos tenido aquí es un doble exceso presidencial (al apelar al manido recurso confrontacional cuando el Congreso ya iba a reconsiderar los temas, y al convocar a referéndum para aprobar la reforma de la inmunidad parlamentaria, algo que no está entre sus atribuciones), respondido con infantilismo congresal, pues la respuesta es muy destructiva. Aunque todavía falta la segunda votación, por cierto. Ojalá se retome la cordura.

Presunción de inocencia

De otro lado, el Presidente anunció que enviaría un proyecto de ley para que quien tenga sentencia en primera instancia por delito doloso no pueda postular a ningún cargo electo. A nuestro juicio tal proyecto hubiese sido inconstitucional, pues afectaba el derecho fundamental a la presunción de inocencia, derecho que no debe ser recortado en un país donde muchas personas condenadas en primera instancia luego son absueltas en segunda instancia, y donde los jueces pueden estar al servicio de intereses delictivos o políticos. No obstante, el Congreso aprobó por 111 votos una modificación constitucional en ese sentido, y sin ninguna limitación. Todavía falta segunda votación también, pero si se aprueba podrá ser usada para sacar de carrera a políticos incómodos o rivales. 

Salida política

Si el Presidente realmente piensa que “Ningún país en el mundo puede salir de la pobreza con instituciones débiles”, como dijo, debería centrar sus arengas en que se elimine el voto preferencial -por donde se cuelan las mafias- y aprobar las reformas de gobernabilidad como la bicameralidad y la de elegir el Congreso junto con la segunda vuelta. Pero ni las mencionó. Como siempre, su anuncio de referéndum y su requerimiento al Congreso fue también una salida política para escapar del tema del coronavirus, donde no le están saliendo las cosas al punto que hasta el alcalde Jorge Muñoz ha pedido un cambio de gabinete, para retornar a la arena que siempre le fue rentable: confrontar al Congreso. Ojalá lo hiciera por las leyes populistas que se aprueban.

Lampadia




La importancia de la clase media peruana

La importancia de la clase media peruana

Rafael Venegas
Director Independiente de Empresas y Senior Advisor de Spencer Stuart
Para Lampadia

Muchos no saben que la principal fuerza detrás de la transformación, el crecimiento y la estabilidad económica del Perú de los últimos años, se debe a la pujante y emprendedora clase media. El Perú es el único país de la región, que viene creciendo todos los años, sin excepción, desde 1998 (21 años consecutivos) y esto, en gran medida, es por el tremendo desarrollo y esfuerzo de nuestra clase media.

Según un reporte reciente del banco BBVA, en el año 2004, el 28% de los hogares peruanos, eran considerados de clase media (entre la clase media consolidada y la emergente). Esta proporción casi se duplicó en los últimos 15 años, ya que en el año 2018 la clase media pasó a ser el 46%. Esto significa que los hogares de clase media, que hace 15 años eran un cuarto del total, ahora son la mitad.

Ver en Lampadia: LIBRO BLANCO de la nueva clase media peruana.

Lo interesante es que nuestra clase media tiene una composición y un comportamiento muy diferente a la de la mayoría de los países de la región. Mientras que en otros países la clase media está conformada mayormente por empleados dependientes, que reciben un salario mensual, la peruana la componen principalmente emprendedores independientes, que en su gran mayoría son informales. Es decir, la clase media peruana está conformada mayormente por pequeños y medianos empresarios que actúan como ¨mini-capitalistas¨. Personas que individualmente o en pequeños grupos y en base a un gran esfuerzo, producen y venden bienes y servicios, generando así sus propios ingresos y aumentando significativamente el consumo interno. Esto a su vez genera más negocios, creando así un círculo virtuoso, que favorece tremendamente a la economía del país, al darle mucho más dinamismo y solidez.

Hace un par de meses, nuestro vecino Chile, comenzó a tener grandes problemas de desorden callejero, violencia, saqueos, vandalismo, así como de multitudinarias protestas en contra del gobierno. Esta situación, que viene durando hace varias semanas y que aún no ha sido controlada totalmente, ha afectado fuertemente a los negocios y a la economía del país, ya que la gente dejó de trabajar para protestar y las empresas dejaron de producir. Esto le ha generado un tremendo problema político y sobretodo económico, al gobierno, del cual le será muy difícil recuperarse.

Apenas sucedió esto en Chile, hubo mucha preocupación en el ámbito de los negocios en nuestro país, ya que se pensaba que el contagio sería inminente, dado que la economía peruana había seguido la misma receta que se utilizó en Chile, aparte que nos encontrábamos viviendo una importante crisis política en ese momento. Pero esto felizmente no ocurrió. ¿Y porqué no ocurrió? Justamente por la diferencia que existe entre la clase media chilena, conformada en su mayoría por empleados formales asalariados, que se pueden dar el lujo de ¨parar¨ y protestar y la peruana que principalmente está compuesta por pequeños empresarios emprendedores, dueños de sus propios negocios, que no se pueden dar el lujo de ¨parar¨, porque si lo hacen no tienen ingresos y ¨no comen ese día¨. A estos pequeños empresarios, más les preocupa seguir produciendo y vendiendo para subsistir y para progresar, es decir se comportan como verdaderos capitalistas, a si sea en pequeña escala.

Esta realidad es probablemente la principal fuerza que le da solidez y estabilidad a nuestra economía.

Hasta allí todo bien, con excepto que esta fortaleza va en contra de la formalidad y de la tributación, que es una obligación que debería ser acatada por todas las personas que tienen ingresos. Es aquí donde está el gran dilema, ya que la formalización en este país es muy cara y burocrática y definitivamente afectaría a esta clase media emprendedora, que como vimos, es el motor de nuestra economía. Este dilema es un gran reto, que debería resolver la SUNAT, pero esta institución ha demostrado ser incapaz de resolverlo.

Aparte del tema tributario, en estos últimos días hemos podido descubrir otra debilidad de nuestra clase emprendedora. El tema del Covid-19, que tiene a todo el mundo encerrado en cuarentena, ha desnudado un gran problema para los emprendedores, ya que su modelo de negocio no les permite ¨parar¨ por el motivo que sea, porque si lo hacen, dejan de tener ingresos y por ende ¨dejan de comer¨.

En resumen, el tema de no poder dejar de trabajar de la clase media emprendedora, resulta positivo para evitar problemas como los de Chile, pero es muy negativo y peligroso para el caso que nos ocupa actualmente. El gobierno tiene un gran problema entre manos, pero felizmente es consciente de él y está tratando de solucionarlo con medidas aparentes. Sin embargo, esta no es una tarea solo para el gobierno, es también una misión y una gran oportunidad para las grandes empresas del país, para demostrar que pueden ser solidarios y devolver algo a favor de la clase emprendedora, que es el gran motor y soporte de nuestra economía. Lampadia




La Disolución del Congreso, Crisis Política y el Futuro del Modelo Económico

La Disolución del Congreso, Crisis Política y el Futuro del Modelo Económico

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

La reciente disolución del Congreso por parte de Martín Vizcarra ha sido el suceso más dramático de la política peruana desde la caída del régimen de Alberto Fujimori y ha generado una profunda incertidumbre respecto al futuro del país. Más allá de la legalidad de la disolución todo parece indicar que Martín Vizcarra está consolidado en el poder, puesto que controla los instrumentos básicos del Estado, la Fuerza Armada, el presupuesto público, buena parte del aparato de justicia le es funcional y un segmento muy significativo de la prensa le apoya. Por ello, es casi seguro que se den elecciones congresales complementarias en enero del 2020 y nacionales en abril del 2021. Bajo estas condiciones es relevante analizar en qué medida se encuentra afectado el principal determinante del destino del Perú en el largo plazo: la sostenibilidad política y social del modelo de democracia representativa de economía de mercado. Este modelo político y económico ha sido el principal factor detrás de la sustancial mejora de la calidad de vida de los peruanos en las últimas tres décadas.

En los últimos años, en especial desde la segunda vuelta de las elecciones del 2016 se ha dado una durísima lucha política, al interior de los sectores que respaldan el actual modelo de desarrollo. Por un lado, está un sector socialmente liberal, con repulsión al fujimorismo y al Apra, que considera que la izquierda no es una amenaza significativa, que no da mucha prioridad al crecimiento económico y que prioriza una agenda de valores socialmente liberales. Este sector es muy fuerte entre líderes la prensa y redes sociales y en la práctica opera como un aliado al gobierno y la izquierda, en contra las fuerzas políticas mayoritarias en el disuelto congreso, este sector considera que el gran reto del país consiste en la lucha contra la corrupción la cual tiene al Apra y al Fujimorismo como sus representantes políticos y que el apoyo a los fiscales que llevan el caso Lava Jato peruano es decisivo. Por otro lado, se encuentra un sector más conservador en lo social, con mayor preocupación por el accionar de la izquierda y que tiene una postura hacia el gobierno de Martín Vizcarra que varía entre la desconfianza y la hostilidad. Este sector da una mayor prioridad al crecimiento económico y tiene una profunda aversión a las ideas y proyectos de la izquierda. Este sector pro-mercado es débil en términos mediáticos, y no logra superar su aislamiento en los medios. Además, con la decadencia política del APRA y de Fuerza Popular no posee actualmente referentes políticos fuertes a nivel nacional. La lucha de PPK y Vizcarra contra el Congreso en buena medida refleja este enfrentamiento que en buena medida se ha resuelto con la victoria del Ejecutivo.

Consideramos que la crisis política que ha desembocado en la disolución del congreso ha debilitado la sostenibilidad política del modelo económico, no tratamos de sostener que un retroceso en la gestión económica es inminente, pero sí que la probabilidad de un retroceso significativo en cuanto a libertades económicas se ha elevado significativamente. Vamos a mencionar los diversos mecanismos como mediante los cuales creemos que esto se ha dado.

El Giro de la Prensa

Durante los últimos años el principal foco de la prensa ha consistido en debilitar a Fuerza Popular en particular y al conservadurismo en general. Para la mayor parte de los medios el fujimorismo era y sigue siendo el mayor obstáculo, especialmente desde el congreso, para la lucha contra la corrupción por lo que debilitar al fujimorismo era un imperativo moral. La emisión de la “Ley Mulder”, que prohibía la publicidad pública a través de medios privados, llevó a que los intereses comerciales de los dueños de los medios y los ideológicos de los trabajadores (Periodistas y reporteros) de los mismos se alinearan en la necesidad del ejecutivo de reducir al máximo el poder parlamentario de Fuerza Popular y sus aliados. Figuras mediáticas que tenían posturas afines o inclusive neutrales ante Fuerza Popular han sido reemplazadas en los medios por figuras más hostiles al fujimorismo y al parlamento como representación de su fuerza política. Este proceso ha debilitado el grado de defensa del modelo de mercado en los medios, puesto que buena parte de los defensores más vocales del libre mercado no tenían el grado de hostilidad hacia el parlamento esperado por los dueños de los medios o acorde con el sentir de la audiencia.

Para visibilizar este proceso, de retroceso en el soporte mediático al libre mercado, generamos un indicador de postura de los medios frente al libre mercado en base a la Encuesta del Poder que publica anualmente Semana Económica. En esta encuesta se genera un ranking del poder de figuras mediáticas en las categorías radio, televisión y prensa escrita. El indicador fue construido clasificando a los diversos personajes listados en este ranking en una tabla de valores donde +2 implicaba un apoyo sistemático a las posturas de libre mercado, +1 un apoyo eventual al modelo, 0 la neutralidad -1 un rechazo eventual y -2 un rechazo sistemático. A su vez para generar el indicador se ha ponderado a los influyentes más elevados en el ranking con un mayor valor. Entonces, de ser la totalidad de los influyentes renqueados defensores activos del libre mercado este indicador mostrará un valor de +2 y de ser hostiles al libre mercado el indicador llegaría a -2. El índice se establece con el promedio ponderado al ranking del poder de cada vocero.

Como se puede observar a partir del año 2016, año de las victorias políticas de PPK y de FP, el grado de apoyo de los Influyentes en los diversos medios de comunicación ha venido reduciéndose de manera paulatina. Si bien se da todavía una ligera superioridad de la postura pro libre mercado entre los influyentes mediáticos, esta ha ido menguando con los años. En los medios radiales esta reducción ha sido más dramática que en la prensa escrita y en la televisión. Un análisis detallado de la encuesta del poder encuentra que más que el ascenso de personalidades anticapitalistas en los medios lo que se ha dado ha sido el desplazamiento de los defensores más activos del libre mercado por personalidades más moderadas en su apoyo o neutras respecto al sistema económico.

Los Opositores de Derecha del Presidente

El enfrentamiento entre los poderes del Estado terminó con la disolución del Congreso, esta acción del Ejecutivo, ha sido considerada por múltiples fuerzas políticas y analistas jurídicos como un Golpe de Estado y un delito. La aversión contra la Martín Vizcarra por parte de estas fuerzas políticas es hoy sumamente elevada. Mientras mayor sea el poder político de estas fuerzas “anti-golpistas” más amenazado se encontrará Vizcarra, tanto en términos políticos como judiciales. En buena medida el bloque político “anti-golpista” aglomera a fuerzas políticas a la derecha del centro político nacional. Para este sector Martín Vizcarra es un gobernante de facto que ha incurrido en un acto criminal que merece condena penal.

Ante semejante contexto Vizcarra enfrentará poderosos incentivos a utilizar recursos públicos con el fin de impedir el fortalecimiento político de sus enemigos declarados. Se podría considerar que estas fuerzas “anti-golpistas” no representan plenamente a los sectores pro modelo económico y que es necesario que surjan nuevos actores políticos pro mercado distintos a los que ha estado cumpliendo este papel. Ello puede ser cierto, pese a ello el proceso de renovación de los representantes políticos de un espacio político demora varios años y difícilmente se daría para enero de 2020 ni para abril del año 2021. Por lo que esta postura anti derechista de la Presidencia tendrá como consecuencia una correlación de fuerzas más hostil para las fuerzas pro-mercado durante las próximas dos elecciones.

Muchos dirán que los posicionamientos entre fuerzas políticas de izquierda y derecha son irrelevantes en términos de políticas públicas, en la medida que no ejerza el poder una fuerza antisistema. En esa medida, la destrucción de las fuerzas políticas de derecha se podría considerar como irrelevante en términos de libertad económica. En esta concepción el poder ejercido por el centro y la centro izquierda implica la continuidad plena del modelo económico.

Sin embargo, hay evidencia de que la posición ideológica, aun dentro del campo pro sistema, si es relevante para las políticas públicas del país, y que, si importa el centro de gravedad de la representación política del país, pues puede representar un deterioro de los índices de libertad económica y del ambiente de negocios del país.

La gráfica superior es la trayectoria del Índice de Libertad Económica, calculado por el Heritage Institute, para el Perú[1]. Este índice se calcula mediante la agregación de diversos indicadores internacionales en múltiples aspectos y trata en la medida de lo posible de apoyarse en elementos cuantitativos. Se puede observar un claro patrón entre los vaivenes de la libertad económica y la política nacional. Los gobiernos más asociados con la derecha como los de Fujimori (Hasta el año 2000) y Alan García ( 2006-2011) estuvieron asociados a incrementos en la libertad económica mientras que aquellos con una mayor participación de la izquierda como los de Toledo (2001-2006) y Humala (2011-2016) mostraron un deterioro de dicha libertad. Aún si ninguno de estos gobernantes buscó cambiar radicalmente el modelo económico se dieron fluctuaciones en función a la conformación ideológica de las fuerzas en el poder.  Una presidencia poderosa como la actual, enfrentada a las actuales fuerzas políticas de derecha, mejora significativamente la correlación de fuerzas para la erosión de su marco legal y el debilitamiento de los pilares institucionales del modelo.

Como se puede observar se pueden dar cambios graduales en el modelo sin necesidad de que triunfe una posición política programáticamente radical que cambie el modelo de manera abrupta. Para tener una idea, el gobierno de Toledo estuvo asociado a una caída en 9.1 puntos en el Índice de Libertad Económica, muy similar a la caída de 9.7 puntos en los primeros 5 años del gobierno de Hugo Chávez. Los 20.1 puntos de caída en la Libertad Económica de Venezuela entre 1998 y 2018, cuyo costo social es hoy visible, fue producto de un proceso que ha tomado más de 20 años. Para dañar a un modelo, la erosión no necesita ser abrupta, es más, se hace socialmente más aceptable si es un largo proceso gradual.

Tener un Presidente enemigo de la derecha, aún cuando personalmente sea ideológicamente moderado, facilita una deriva sistemática en las políticas públicas, incrementando el intervencionismo estatal, consumiendo el ahorro nacional y endeudando a las nuevas generaciones. No por casualidad bajo los gobiernos apoyados por los sectores proclamados como “republicanos” en la visión de Alberto Vergara, se han dado importantes retrocesos en la libertad económica.

Empoderamiento de la Presidencia y cambios en la Constitución

El enfrentamiento entre el poder Ejecutivo y el Legislativo ha llevado a cambios constitucionales y a precedentes judiciales que han decantado en un alto grado de empoderamiento del Presidente de la República, que expone el país al cambio del Capítulo Económico de la constitución.

Actualmente ha triunfado, en términos de legitimidad social y precedentes, una visión extensiva del uso de la Cuestión de Confianza por parte del ejecutivo que puede ser utilizada para modificar la Constitución, convocar a referendos, intervenir en el proceso de nombramiento del Tribunal Constitucional, modificar la constitución, reformar la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial. Muy posiblemente en un breve plazo el Tribunal Constitucional dará fallos que consoliden legalmente estos precedentes fácticos.

Esto ha socavado la división de poderes en el país, en especial considerando que el parlamento peruano tiene usualmente bajísimos niveles de aprobación. Recordemos que 6 de los 7 magistrados del actual tribunal constitucional han sido nombrados por un congreso que en esos momentos tenía apenas 10% de aprobación. Con los precedentes generados, un presidente podrá intervenir en el nombramiento de la Defensoría del Pueblo, Banco Central y Tribunal Constitucional amenazando con la disolución en caso el proceso no apruebe sus propuestas en los tiempos y en la modalidad propuesta por el Ejecutivo. Esta amenaza es especialmente efectiva considerando que ya no existe reelección congresal con lo que la represalia sobre los congresistas que no se plieguen al ejecutivo será aún mayor que antes.

Los ejemplos de los países como Bolivia o Venezuela nos señalan que para poder aplicar un giro severo en el modelo económico es necesario un alineamiento de diversas instituciones del Estado en un sentido “anti-neoliberal” no basta con la captura de un poder del Estado se requiere de una profunda cooptación institucional. Lo que ha ocurrido en Perú es el surgimiento de un poder intervencionista del Ejecutivo sobre los otros poderes del estado, con la anuencia de fuerzas que se consideran favorables al libre mercado y a la institucionalidad democrática.

Más allá del programa que Vizcarra desee aplicar, un potencial presidente hostil al modelo de democracia de mercado tiene ahora muchísimos menos contrapesos en caso quisiera aplicar un cambio radical. Sin estos precedentes un proyecto radical hubiera necesitado obtener la presidencia, una mayoría congresal, capturar la Fiscalía de la Nación, etc., para poder implementar su programa de transformaciones. Ahora, la figura de la Moción de Confianza se ha transformado en un mecanismo que concentra un poder extraordinario en el Presidente.

Ahora basta con que se gane la Presidencia de la República, la capacidad de las otras instituciones para implementar contrapesos se halla severamente reducida. El trabajo de demolición de instituciones que un gobernante radical hubiera tenido que realizar en un fuerte enfrentamiento con gran parte de la sociedad civil y medios de comunicación ha sido llevado a cabo por un Presidente moderado con el apoyo de gran parte de dichos actores sociales (sociedad civil y medios). En esta ocasión, en buena medida, ha sido una facción del sector pro modelo económico, la que ha estado generando condiciones para una más fácil consolidación en el poder de un potencial presidente antisistema.

Conclusión

La crisis política reciente y su culminación en la disolución del parlamento ha tenido un desenlace que ha sido celebrado por la mayoría de la población, líderes de opinión y medios de comunicación. Gran parte de estos líderes y medios se consideran a sí mismos, de manera sincera, defensores del modelo democrático de libre mercado. Sin embargo, este proceso ha debilitado los pilares de la sostenibilidad política del modelo a un nivel que pareciera no está visible para ellos.

En el corto plazo, se ha debilitado la coalición mediática en favor del libre mercado e impone al Ejecutivo la necesidad de impedir que triunfe una opción política de derecha. Esto implica que hacia los procesos electorales 2020 y 2021 una correlación de fuerzas más favorable hacia un corrimiento a la izquierda en el centro político del país. Las probabilidades de un deterioro, aunque no dramático, en el modelo económico se han elevado notablemente.

En el largo plazo se ha dado un empoderamiento presidencial, la reducción en los contrapesos entre poderes y se han elevado las posibilidades de modificar el marco constitucional del país. En especial se ha elevado el rol del Presidente como actor constituyente, siendo este un elemento común en todos los procesos de cambio radical regresivo en América Latina.

En el mejor de los casos, aún si Martín Vizcarra es un creyente en actual modelo de desarrollo, las condiciones para un deterioro en las libertades económicas están más avanzadas de lo que se vislumbraba en junio del 2016 cuando él ingresó como vice-presidente. Lampadia




La primavera chilena

CEP Chile
Leonidas Montes
Director del CEP

Foto: Internet

Fue un fin de semana triste y también deprimente. Un alza de pasajes gatilló situaciones que nadie hubiera imaginado. La efervescencia social nos recordó una vez más ese estado de naturaleza hobbesiano, donde la vida fuera de la sociedad sería ‘solitaria, pobre, repugnante, brutal y corta’. Por eso, según Hobbes, debemos ceder parte de nuestra libertad para establecer un contrato social que nos garantiza vivir en paz. En estos días de rabia y bronca –ya hablaremos de la ira- hemos olvidado lo que significa ese principio hobbesiano que nos limita e impone deberes, pero también esa vieja idea aristotélica del zoon politikón, ese animal social que somos nosotros. En efecto, somos seres humanos que vivimos en sociedad, con otros. Esta idea fundamental sienta los cimientos del Estado moderno. Y del liberalismo que inspira nuestra sociedad moderna. No en vano John Locke establecía los principios de “la vida, la libertad y la propiedad” como los cimientos la sociedad.

Partamos por lo principal. La tolerancia, ese gran valor liberal, nos exige un esfuerzo para tolerar aquello con lo cual no concordamos o que nos produce rechazo. La tolerancia es un ejercicio social que nada tiene que ver con la simple indiferencia. Ésta es solo el acto de ignorar. No nos exige nada, solo centrarse en uno mismo. La tolerancia, en cambio, nos exige ponernos en la situación del otro, tratar de entenderlo y eventualmente esforzarnos por tolerar aquello con lo que no estamos de acuerdo. Pero lo que no se puede tolerar es la violencia y los atentados contra “la vida, la libertad y la propiedad”. Esto atenta contra el tejido que mantiene unida a la sociedad. Destruir los cimientos de nuestra sociedad es atentar contra lo más sagrado de nuestra convivencia: nuestro estado de derecho. Son inquietantes las imágenes de los robos y saqueos, y de la ira destruyendo aquello que nos enorgullece y nos une: el Metro de Chile. Es un ataque cobarde y egoísta a un símbolo de integración y unión. El Metro es una empresa estatal que es de todos y para todos. Destruirlo es intolerable e inaceptable y nos distancia del sentido humano del zoon politikón.

Ahora vamos a la ira. Sloterdijk, en su libro Ira y Tiempo, cuyo título evoca a Heidegger con su Ser y Tiempo, nos recuerda que desde la Ilíada la ira ha acompañado la historia de Occidente. Y su tesis más provocativa es que durante el siglo XX la izquierda fue la banca de la ira ciudadana, una ira que, por supuesto, también era esperanza. Los ciudadanos depositaban su ira a la espera de los intereses que se prometían y esperaban. Con el fracaso del socialismo y la crisis de corrupción que ha azotado a la política, los ciudadanos ahora no tienen una banca para depositar la ira. Como no hay banco, los intereses y las esperanzas han desaparecido. Y lo que es peor, los ciudadanos depositan la ira en sí mismos. Una ira que explota y se define en la subjetividad. Existe un individualismo que es preocupante. Y aquí hay un gran desafío para nuestra clase política que no canaliza la ira, ni refleja las esperanzas.

Las razones detrás del individualismo, eso que algunos pretenden reducir solo al neoliberalismo, es más profunda. Tiene que ver con esa pérdida del sentido social, con esa orfandad que genera el olvidar que somos seres sociales que vivimos con otros. Chile ha vivido un rápido y sostenido crecimiento muy centrado en el individualismo metodológico que es propio de la economía neoclásica. Hablamos mucho de la planilla Excel, como dijo alguna vez Lucía Santa Cruz, pero soslayamos que vivimos en sociedad. El progreso, bien lo sabemos, es más complejo que el PIB per cápita. En cierto sentido nos quedamos solo con el Adam Smith de la Riqueza de las Naciones, y todavía no hemos visto la importancia de su Teoría de los Sentimientos Morales. Hay una preocupante carencia de empatía a todo nivel.

En esta crisis social y política, todos somos responsables. Pero los más irresponsables son los que ignoran lo que está en juego: los principios que sostienen nuestra vida en común.