Por: Henry Bances, Economista de Macroconsult
Gestión, 7 de enero de 2021
El crecimiento económico puede darse por dos razones: i) una mayor acumulación de factores o ii) un uso más eficiente de estos. E, primero, referido al capital físico y la fuerza laboral, tiene ciertos límites a largo plazo. El segundo, resumido en la productividad total de factores (PTF), no presenta límites. Así, la PTF constituye una de las variables fundamentales para el crecimiento económico.
La PTF representa la eficiencia en el uso de los factores en el proceso productivo. A diferencia del capital físico y del trabajo, la PTF es no observable. Su medición depende del enfoque usado, que suele ser el propuesto por Solow (1957).
Este, que descuenta del crecimiento económico la contribución ponderada de los otros factores de producción, es conocido como primal.
La PTF depende de diversas variables. Estas se puede agrupar en cuatro grandes dimensiones: i) económica (estabilidad macroeconómica e infraestructura productiva), ii) social (educación y salud), iii) calidad institucional (estabilidad política y marco regulatorio) y iv) tecnológica (investigación, innovación y desarrollo).
De acuerdo con The Conference Board, que sigue el enfoque primal, en los últimos 30 años la PTF tuvo su mayor auge entre 2000 y 2009, donde se expandió cerca de 1.3% promedio anual. En ese mismo período, el PBI creció 5% promedio anual. Ello respondió principalmente al impulso generado por la puesta en marcha de diversas reformas estructurales a fines del siglo pasado y a la estabilidad macroeconómica alcanzada.
A partir del 2010, en un contexto de ausencia de políticas explícitas de crecimiento, la PTF se desaceleró notablemente, llegando incluso a estancarse entre el 2015 y 2019. De esta manera, pese al progreso de la economía peruana desde 1990, la PTF y las variables que la determinan aún se encuentran reszagadas. La gran excepción es la estabilidad macroeconómica, que resulta una condición necesaria, pero no suficiente.
Para revertir tal estancamiento se necesita una mayor y mejor inversión en capital físico y humano, mejorar ciertos arreglos institucionales, promover una mayor innovación tecnológica y orientar políticas específicas a los sectores más productivos, tales como la agroindustria y los relacionados con el turismo.
La literatura internacional señala que todo ello también permitirían mejorar nuestro desarrollo económico, ya que a mayor PTF: aumentan los ingresos, se reduce la pobreza, coexisten sistemas políticos más desarrollados y se reducen los niveles de crimen y violencia.