Me acuerdo que allá por 1964, los Cusqueños inaugurábamos orgullosos el nuevo terminal Velasco Astete, en ese momento llegó el primer cuatrimotor DC6 en remplazo de los DC4 (que aún no tenían la cabina altimática y que proveían una manguerita de oxígeno para que los pasajeros pudiéramos respirar). Definitivamente Había llegado el progreso.
Tiempo después, llegó el primer JET de Faucett (BAC111 ) y los Fokker 28 de Aeroperú… ¡ Los Cusqueños habíamos llegado a la modernidad… ¡ “Pronto habrán vuelos de noche” decía alguien y todos lo celebrábamos como un caro anhelo.
Eso no fue realidad en mucho tiempo, porque las montañas lo impedían, porque el VOR de Urcos no era suficiente, o porque faltaba balizaje. Se instaló años después un ILS (instrumental landing system por sus siglas en Ingles) No funcionó como se esperaba, y se frustró una vez mas nuestra aspiración.
Arequipa, ya tenía vuelos nocturnos, (Habíamos perdido!!), pero claro, la ciudad blanca estaba más industrializada y tenía más mercado… Juliaca empezó a recibir vuelos de noche, los aeropuertos de la selva, (Iquitos, Tarapoto y Maldonado). Las ciudades del Norte… todos tienen vuelos de noche… ¿qué pasa? ¿Porqué no Cusco? Y claro, los Cusqueños tuvimos en ese momento una excusa que nos hiciera justificar porqué el progreso aéreo era tan esquivo. “Es por el centralismo” decíamos resentidos.
Nuestro aeropuerto sólo operaba 6 horas diarias, el la tarde “El viento de cola” impedía que salgan los aviones.
Poco a poco, la tecnología y la nueva política aerocomercial, impulsada por un mercado dinámico empezaron a derribar los mitos… Ahora tenemos vuelos Toda la tarde y ¿El viento de cola? ¿Es que ahora ya no sopla? O era simplemente un mito.
Era también un mito que los aviones grandes nunca aterrizarían… En la década pasada tuvimos frecuencias de American Airlines volando con modernos Boeing 767 trayendo pasajeros directos desde Miami, Nueva York y Dallas.
Ahora se anuncia que gracias a la tecnología nuevamente, los aviones equipados por un sistema satelital podrán operar hasta en horas de la noche.
Sin embargo… Ya no queremos. Lo que fue un caro anhelo, de todos los Cusqueños, es visto por nuestras autoridades como “Una afrenta” a nuestros derechos.
¿Derecho al sueño?, ¿derecho a la tranquilidad?, Hay evidentemente una tremenda falta de rigor en esta percepción.
Hablan las autoridades de “contaminación sonora” cuando la cantidad de decibeles de un avión al aterrizar en mucho menor a los pitos de la policía de tránsito, es menor a las bocinas ilegales con sonidos de sirena que tienen Combis y Ticos por igual. Sin embargo parece que el ruido causado por empresas transnacionales sí produce daños irreversibles en la salud de los vecinos.
Tengo el privilegio de ser testigo de excepción, porque por muchos años fui vecino de la cabecera de pista del aeropuerto (viví en la urb. Kennedy A-A22). Es verdad, no era un placer escuchar a los aviones despegar, a menos de 60 metros de mi casa, pero nunca fue una molestia importante. Tampoco (y me someto a las pruebas psicológicas y médicas) creo haber sufrido daño permanente causado por esta contaminación sonora.
Entonces, si vamos a debatir sobre las razones por las cuales se deben o no tener vuelos, sería bueno que usemos argumentos rigurosos, porque las medias verdades justificadas por “la voluntad del pueblo” tienen más bien un tufillo de populismo.
La responsabilidad de nuestras autoridades
Ahora, como ciudadano de Cusco quiero Llamar a la responsabilidad de nuestros Alcaldes:
Estamos Ad-portas de la construcción del aeropuerto de Chinchero, y eso dejará libre un terreno de 290 hectáreas, en medio del pujante distrito de San Sebastián.
¿Se ha pensado qué debe hacerse con este espacio?
¿Se ha pensado que estaríamos frente a nuestra última oportunidad de revertir una perversa tendencia de mal ocupar los espacios libres? De ver con complacencia las invasiones, (recordemos que la mayoría de construcciones adyacentes a la pista de aterrizaje son invasiones de la zona de amortiguamiento). Dejemos de tugurizar la ciudad, de permitir construcciones clandestinas. Dejemos afianzar la tendencia caótica del desarrollo urbano.
Existe un plan de desarrollo urbano que nos ha sobrepasado, la falta de zonificación, la falta de áreas de recreación y el caos del transporte son sólo algunos síntomas de un mal mayor, el deterioro de la calidad de vida.
Entonces, Señores Alcaldes, actúen con responsabilidad, pensando en el bien mayor, porque también es posible concitar el respeto del electorado, con una actuación serena, con un liderazgo lúcido y comprometido con los verdaderos intereses del Cusco.