Aldo Mariátegui
Perú21, 20 de setiembre de 2017
No hay nada más mutante que la política peruana: el APRA se alió a Prado y a Odría después de que ambos les persiguieron a balazos. Susana Villarán se unió a la candidatura de Urresti, procesado por derechos humanos. Anel Townsend y Patricia Donayre ya han pasado por cinco partidos…
Ahora tenemos al fujiaranismo, una extraña coalición de naranjas fujimoristas con rojiverdes aranistas (o “sandías”). Resulta que el fujimorismo acaba de aprobar la iniciativa favorita de Arana, la nuclear que podría poner fin a la minería a más de 3 mil metros por el mito ese de las “cabeceras de cuenca”, zonas que podrían acabar en “intangibles” y “sin derecho de uso”. La absurda Ley 30640 fue firmada el 16 de agosto pasado por Luz Salgado y Rosa Bartra (estas ni sabrían qué rubricaban), además de PPK y Zavala (estos, más preparados, sí deben haberse enterado, pero no la observaron… ¿Es que no se han dado cuenta hace rato de que este ha sido hasta ahora un gobierno más caviarón que de derecha?). Todos los anteriores me hicieron recordar cómo los despistados Torres y Torres, Rey, Goldemberg (canciller) y Bustamante (premier) nos metieron a la consulta previa en 1993, al adherirnos al nefasto Convenio 169 de la rojicaviar OIT.
Todos estos cuatro genios que firmaron la 30640 no se dan cuenta de que la mayor parte de nuestra gran minería se ubica en esas apodadas “cabecera de cuenca”… ¡Ni Humala sacó una ley así! Con razón Arana está en romance con el fujimorismo, cuchicheándoles y en la censura a Martens o votando contra Zavala o apoyando la creación del Grupo Mixto. ¿Qué más habrán negociado los naranjas con las sandías? ¿Y qué dirán los mineros en el actual Perumin de este regalito de PPK y Keiko, dos supuestamente pro-empresariales? ¡Arana, eres un maestro!