Fernando Cáceres Freyre
El Comercio, 23 de junio del 2025
“La minería ilegal está íntimamente relacionada con la informal, porque los ilegales se disfrazan de informales”.
Los mineros que operan en reservas son ilegales. Quienes operan en concesiones de un tercero sin contrato son ilegales. Quienes operan en concesiones de un tercero cuyo terreno han invadido son ilegales. Quienes obtienen mineral ilegalmente, pero lo camuflan a través del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) también son ilegales. ¿Hay algún tipo de minería –más allá de la grande y formal– que no sea ilegal?
Sí, hay mineros de pequeña escala que trabajan en concesiones, como los afiliados a la Sociedad Nacional de Minería de Pequeña Escala (Sonamipe). Estos son mineros formales a pequeña escala.
Luego, hay quienes trabajan sin concesión en zonas no prohibidas, y están en trámite de formalización vía el Reinfo. Pero las cifras del Reinfo son risibles. Hay 86.000 personas inscritas, de las cuales 65.000 tienen su registro suspendido, y solo 21.000 lo tienen vigente.
El tema de fondo es que el Reinfo tampoco es garantía de legalidad. Como dice Iván Arenas, los ilegales camuflan su producción a través del Reinfo, y existen muchos que usurpan concesiones mineras de terceros donde extraen el mineral. El problema de la minería ilegal está íntimamente relacionado con la minería informal, porque los ilegales se disfrazan de informales.
Ahora bien, ¿sabía usted que hay partidos como Podemos Perú y Renovación Popular que tienen inscritos en sus filas a mineros “informales” y que planean que postulen al Congreso como diputados o senadores?
Hace algunas semanas, comentaba en este espacio que el alcalde de Lima viene posicionándose como un político con mano dura, que logra avanzar obras contra viento y marea. Pero subir a su carro a los mineros informales para jalar votos no solo es una irresponsabilidad mayúscula, sino que denota mano blanda contra el crimen. Él solo se dispara al pie.
¿Puede Porky garantizar que ninguno de los mineros “informales” del Confemin que ha enrolado en sus filas camufla mineral ilegal a través del Reinfo, trabaja solo en zonas permitidas y no usurpa concesiones de terceros? Lo más probable es que –como muchos políticos– haya decidido hacer de la vista gorda.
Desde otro punto de vista, es dudosa que la apuesta por el bolsón electoral de la minería informal corresponda a un buen cálculo político. Hay un precedente de un minero “informal” que postuló al congreso con Avanza País. El presidente de Confemin, Franco Bequer, candidateó al Parlamento con el número 6, pero solo obtuvo 3.452 votos y no logró ganar plaza alguna.
Lo cierto es que Porky le ha abierto las puertas de par en par a mineros que él no puede garantizar que no realicen actividades ilegales camufladas de informales. Y la minería ilegal sí que está relacionada con la inseguridad y la ola de crímenes que vive el país.
Hay un colectivo, denominado PAS, que viene realizando campañas en contra de la minería ilegal. Uno de sus spots reza: “Minería ilegal no es minería artesanal. La minería ilegal ya llegó a tu barrio, porque trabaja con las redes de crimen organizado que cometen extorsiones, asesinatos, secuestros, corrompen autoridades y siembran la inseguridad ciudadana que está llegando a todo el país. ¡Parémosla ya!”.
Este es justamente el mensaje que hay que levantar. La minería ilegal genera gran parte de la inseguridad que vive el país. Y mientras más conciencia tome la población sobre el vínculo que existe entre la minería ilegal y la inseguridad que “ya llegó a su barrio”, más rechazarán a candidatos vinculados con la minería “informal”.
Como dice PAS, haciéndose pasar por informales los ilegales compran explosivos que luego usan en atentados, procesan oro robado que venden por millones, depredan la Amazonía y no reciben castigo alguno. Llamemos a las cosas por su nombre.