Por: Jacinda Ardern
El Comercio, 20 de Enero del 2023
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, causó impacto en sus 5 millones de compatriotas al anunciar por sorpresa que no tiene “más fuerzas” para seguir al frente del país y que dejará el cargo el 7 de febrero luego de más de 5 años al mando.
Conteniendo las lágrimas, Ardern dijo que había sido un lustro difícil como primera ministra y que era humana y necesitaba dar un paso al costado.
“Esperaba encontrar la manera de prepararme no solo para otro año, sino para otro mandato. No he sido capaz de hacerlo”, confesó Ardern, de 42 años, en una rueda de prensa.
“Sé que tras esta decisión se debatirá mucho sobre cuál ha sido la llamada `verdadera’ razón […] Lo único interesante es que, después de más de cinco años de grandes desafíos, soy humana”, continuó. “Los políticos somos humanos. Damos todo lo que podemos, durante todo el tiempo que podemos, y luego llega el momento. Y para mí, es el momento”.
Lo cierto es que, en los últimos tiempos, Ardern enfrentó crecientes presiones políticas en casa y un nivel de virulencia que no habían experimentado líderes anteriores de Nueva Zelanda.
Los legisladores de su Partido Laborista votarán por un nuevo líder este domingo.
–Figura que dejó huella–
Ardern irrumpió en la escena mundial en octubre del 2017 cuando se convirtió en la jefa de Gobierno más joven del mundo a los 37 años. Llevó adelante una apasionada campaña por los derechos de la mujer y por el fin de la pobreza infantil en el país.
En el 2018, se convirtió en la segunda líder mundial en dar a luz mientras ocupaba el cargo. Ese mismo año llevó a su pequeña hija al foro de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
En el 2020, Ardern fue elogiada mundialmente por la respuesta inicial a la pandemia que logró impedir durante meses que el virus ingresara al país. Pero tuvo que abandonar esa estrategia de tolerancia cero a medida que se propagaban variantes más contagiosas.
Ardern y su gobierno también enfrentaron críticas de que era grande en ideas, pero carente de ejecución. Sus opositores han dicho que no se enfocó suficiente en la economía.
El momento más duro que vivió
Ataques con 51 muertes
En marzo del 2019, Ardern enfrentó uno de los días más oscuros en la historia de Nueva Zelanda cuando un supremacista blanco irrumpió en dos mezquitas en Christchurch y asesinó a 51 fieles.
Calificó rápidamente los atentados de “terrorismo”, se vistió con un hiyab al reunirse con la comunidad musulmana un día después del ataque y prometió tomar rápidas medidas.
En el lapso de solo un mes, Ardern aprobó nuevas leyes que prohibieron los tipos más letales de armas semiautomáticas.