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La apuesta por el Perú

Por: Miguel Palomino
La República, 31 de Mayo del 2023

“Lo importante es entender que sin inversión la población de un país se empobrecerá al mismo ritmo que aumenta su gente…”

Muchos lectores cuando escuchan hablar de lo importante que es la inversión para el empleo y el crecimiento piensan que esto es en gran parte un cuento para lograr el apoyo a medidas a favor de la inversión, que sería solo una justificación para que “se deje hacer negocios a los ricos”.
Nada más falso y aquí veremos por qué.

Imaginen un país en el cual durante años no se ha invertido nada mientras su población en edad de trabajar ha seguido creciendo. ¿Cuál sería la situación del empleo en dicho país? Los nuevos trabajadores tendrán que encontrar qué hacer con su tiempo y al no haber equipo nuevo (porque no hay inversión) tendrán que aceptar un salario más bajo o recursearse. Así, el empleo total crecerá.

Sin embargo, la calidad del empleo y de la vida en ese país estará cayendo permanentemente. Mientras más tiempo pase, más pobre será la población.

Sabemos por la historia del Perú de los 70 y 80 que el tiempo durante el cual un país puede empobrecerse es muy largo.

La calidad del empleo (la productividad, en términos económicos) y de la vida solo puede mejorar si mejoran los medios con los que un trabajador produce. Solo la inversión permite esta mejora en las condiciones de vida de un país.

La inversión puede tomar muchas formas, claro. Podrá ser en capital humano (alcanzando un nivel superior de educación para la población), en más maquinaria (para que un trabajador pueda producir más) o en tecnología (para que, usando mejor los recursos, un trabajador produzca más).

Lo importante es entender que sin inversión la población de un país se empobrecerá al mismo ritmo que aumenta su gente. ¿Por qué esto, que explicado así resulta sencillo de comprender, no nos lleva a todos a apoyar la inversión para mejorar nuestra productividad y con ello la calidad de nuestras vidas?

Una primera respuesta es que “invertir” suena a algo que hacen los ricos, no la gente común. Al pensar en inversión, lo que nos viene a la mente es una gran fábrica, mina o puerto, algo que, en resumidas cuentas, no hacemos nosotros.

Pero la inversión también es ese segundo piso que construimos en nuestra vivienda, esa fruta que compramos para venderla en el mercado, ese pequeño tractor para trabajar la chacra, esa camioneta que nos sirve para transporte o esa plata que utilizamos para que nuestra hija esté mejor educada que nosotros. En realidad, casi todos somos inversionistas.

Estimo que, entendida así, cerca del 50% de la inversión que se realiza en el país es a pequeña escala. Por ejemplo, a pesar de todos los edificios y centros comerciales que se construyen, cerca del 65% de la actividad de construcción de viviendas es lo que se llama autoconstrucción.

Una segunda respuesta es que los efectos de la inversión se confunden en el tiempo. La inversión tiene efectos duraderos y es difícil ver su efecto en un periodo dado. Pero, usando largos periodos de tiempo, los resultados son evidentes. Entre el 2004 y 2013, la inversión aumentó a un ritmo de 14% anual.

Del 2014 al 2019 (no quiero usar los años de pandemia porque serían desastrosos), la inversión en el Perú fue casi plana. En el primer periodo, el empleo adecuado en el Perú creció en 550.000 puestos de trabajo anualmente. En el segundo periodo, la cifra comparable fue de solo 250.000.

La inversión privada en el primer trimestre de este año cayó 12%, el tercer trimestre consecutivo de caída. Es urgente revertir esta tendencia. Si queremos que nuestros hijos vivan mejor que nosotros, necesitamos que la inversión crezca de manera fuerte y sostenida. Debemos apostar todos por el Perú.




Nunca perdamos la capacidad de indignarnos, podríamos estar mucho mejor

Por: Madeleine Osterling
Expreso, 31 de Mayo del 2023

La resiliencia en los peruanos ya no es una virtud, sino un conformismo insoportable. Somos el país más maltratado por Odebrecht, no solo porque fue la red más corrupta en la historia de nuestro país, a la que se le permitió pagar indemnizaciones diminutas con la complacencia de quienes debieron defender los intereses del Perú, sino porque sigue moviendo sus hilos con aquella prensa que se lo concede, para intentar lavarse la cara, una vez más.

Inaceptable que una reconocida conductora de televisión sostenga, en prime time, que la empresa brasileña nos ha pagado reparaciones millonarias o que justifique la interminable demora y torpezas del equipo especial Lava Jato.

Es una absoluta falta de respeto, parecía un publirreportaje pagado por el Ministerio Público. No podemos permitir que se manipule a la opinión pública de esta manera. Lastimosamente, hay muchos desinformados que le creerán, pero ¿hasta cuándo? Basta de cuentos y mentiras, hay que llamar a las cosas por su nombre y reconocer el absoluto fracaso de un equipo liderado por dos fiscales que creyeron haber tocado el cielo.

Nietzsche sostenía que, de todos los monstruos, el mayor es el Estado y eso que no conoció a nuestro incompetente y elefantiásico aparato del siglo XXI. El gasto corriente va a terminar asfixiándolo. Hasta abril, los tres niveles de gobierno aumentaron sus gastos en 16 %; le ganaron a la tasa de inflación.

El MEF se defiende aclarando que no ha habido un aumento de personal sino de sueldos para compensar el incremento en el costo de vida. Así de simple, no es un premio a la productividad ni fruto de la meritocracia sino empatía, compasión del sector público por sus pares, a costa de nuestros bolsillos.

Lo que tiene que hacer el Gobierno es tomar medidas valientes, que sin duda tendrán un costo social pero que son absolutamente necesarias para salir del atolladero económico. La primera de ellas es reducir el aparato estatal mediante la consolidación de algunos ministerios y, la segunda, hacer una permanente revisión de los titulares de las carteras. Finalmente, los ministros son fusibles y, si no dan fuego o empiezan a desviarse, hay que cambiarlos. El Gobierno no debe pagar favores con estos atractivos y bien remunerados cargos, le hace mucho daño al país.
Ante ello, me pregunto: ¿Qué ha hecho Óscar Vera Gargurevich por la minería? Poco o nada.

La inversión caerá en 18% durante el 2023 y no se le ve tomar una sola medida correctiva. El Minem se limita a presentar, año tras año, la cartera de proyectos, cambiándole de nombre y de envase, pero el producto es el mismo.

Uno de los sectores esenciales del país no puede estar en manos de un funcionario cuestionado, cuya “trayectoria destacada” ha sido en Petroperú, empresa pública deficitaria que adolece de todos los males: botín de los gobiernos de turno y agencia de empleos con un sindicato muy poderoso.

Necesitamos a alguien que se la juegue y que esté dispuesto a sacar leyes que realmente faciliten la inversión. Que no tiemble ante los conflictos sociales y que, por ejemplo, tenga la fuerza para encabezar una cruzada hasta lograr que Tía María sea una realidad. Este sector ha sido castigado con malos ministros y ello nos está pasando una gran factura.

Hay una creciente participación de Japón en la minería chilena que el Perú debería estar en capacidad de atraer. Pocos saben que Mitsubishi Corporation es dueña del 21 % de Quellaveco, 10 % de Antamina y que conjuntamente con el Bank of Tokyo participó en el financiamiento de la ampliación de Cerro Verde en 2014. Estarán en Perumin pero no esperemos hasta setiembre, hay que actuar ahora, cada día cuenta.




¿La IA cambiará la política para siempre?

Por: Juliana Uribe, Diario “El Tiempo” de Colombia, GDA
El Comercio, 31 de Mayo del 2023

Un día vimos a Donald Trump siendo arrestado y después al papa Francisco vestido de Balenciaga, con un abrigo de plumas blanco, perfectamente combinado con el crucifijo que suele cargar en el pecho. También vimos a los más conocidos representantes republicanos de Estados Unidos maquillados como `drag queens’, en la misma semana en la que varios de ellos se mostraron a favor de crear leyes para prohibir las actuaciones `drag’.

Y aunque al final supimos que todas estas imágenes habían sido crea das por herramientas de inteligencia artificial (IA), el asombro dejó un espacio para que nos hiciéramos prelado. g untas profundas como hasta qué punto se está atenuando la línea entre la realidad y la ficción en Internet.

Aún no hemos sido testigos del primer gran golpe de opinión causado por la IA enColombia, pero sus pasos ya se sienten muy cerca, tan cerca como las elecciones locales de octubre. Entonces, cuando se miran las dos cosas juntas, aparecen más preguntas .¿ Veremos imágenes creadas para afectar la reputación de tal o cual candidato ?¿ ChatGPT, la aplicación más conocida de generación de texto con IA, será capaz de crear discursos para que cualquier aspirante conecte mejor con un determinado grupo de e lectores ?¿ Podrán las personas pedirle ala inteligencia artificial argumentos para posturas en conversaciones cotidianas? ¿Cambiará la IA la política para siempre?

No se trata de mirar la realidad venidera con ojos apocalípticos, sino de ver que la enorme cantidad de oportunidades que abre la IA puede ser directamente proporcional a los retos que implica. La IA opera con una alta capacidad para procesar datos que están `online’ y su `creación’ de productos nace de esa información disponible. Sin embargo, sería ingenuo desconocer que los datos no reposan neutrales en algún lugar de la red y que estos están a salvo de los sesgos de las personas que los han originado.

En ese sentido, para el aterrizaje de la IA deberíamos estar prestas a promover la transparencia entre quienes emiten los mensajes, pues solo así seremos capaces de saber cuándo la IA está sirviendo para ilustrar o manipular, cuándo para informar o desinformar y cuándo para manifestar o polarizar. El sentido crítico que tengamos para consumir la información servirá para que podamos establecer confianza en las reglas de juego que ofrece la democracia, ya sea para las próximas elecciones o para el ejercicio permanente de nuestros derechos.

Lo cierto es que desde ya hay un reto que parece ineludible: como sociedad debemos entender el papel prioritario que debe tener la educación mediática y digital en nuestros entornos y apuntar a que este conocimiento sea lo suficientemente capaz de trascenderlas brechas sociales, económicas y de edad.

Quizá la IA sí cambie la política para siempre y quizá no solo la política, sino la vida misma. Sin embargo, lo saludable o tóxico de este cambio, al final, dependerá de nosotros. Hace días, en un conversatorio que hicimos sobre este tema, la cien tist ad e datos argentina MaríaLas a decía que este tipo de herramientas ya está aportando para optimizar tareas diversas, pero, al final, sigue siendo la indicación humana la que las origina, la que diferencia sus productos.

Por eso, la diversidad de aproximaciones que se le puede entregar a la IA será lo que al final distinga lo humano de lo maquinal. María decía que el monopolio de la intención y las narrativas, de es oques ele entrega ala tecnología de manera personal, deberá permanecer en la sociedad civil, y que ese es un monopolio, es algo a lo que nunca deberíamos renunciar. Yo no podría estar más de acuerdo.

–Glosado y editado–




El otro Boom

Moisés Naím
El Reporte

Mientras el mundo anda preocupado por las guerras, el cambio climático y la inteligencia artificial, otro fenómeno profundamente transformador está en pleno apogeo: la exploración del espacio.

Hay aspectos de esta exploración que son de larga data. En 1957, el programa espacial de la Unión Soviética lanzó al espacio un cohete que transportaba una esfera de metal pulido de 58 centímetros de diámetro, 84 kilos de peso y tres antenas. Este primer satélite artificial, el Sputnik disparó una feroz competencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética por alcanzar el dominio tecnológico en el espacio.

Pero desde entonces mucho ha cambiado.

Tan solo durante la semana pasada, SpaceX, la firma aeroespacial de Elon Musk, lanzó a cuatro pasajeros privados en uno de sus cohetes para ir a pasar unos días en la Estación Espacial Internacional. Al mismo tiempo que esto sucedía, Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, concretaba con la NASA un contrato de 3.400 millones de dólares para desarrollar una nave espacial capaz de transportar pasajeros a la luna. Y Virgin Galáctica, de Richard Branson, mandó un cohete con una tripulación de 6 empleados de la empresa al espacio suborbital.

Estos son solo tres de los audaces, costosos y continuos esfuerzos por alcanzar roles definitorios en la exploración del universo. Antes, los principales contrincantes en la carrera por el espacio eran las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS. Ahora son una multitud de empresas privadas. Además de la privatización y comercialización, la carrera por el espacio también está siendo influida por la militarización, la contaminación causada por los miles de satélites inoperativos que flotan en el espacio sin control, y la pasión innata del ser humano por la exploración.

Las empresas privadas están tomando la delantera en la exploración espacial y el desarrollo de las nuevas tecnologías necesarias para conquistar ese mercado. El negocio espacial ascendió a $469.000 millones en 2021. SpaceX y Blue Origin son los principales competidores en este negocio. Pero estos gigantes no están solos: se apoyan en un vasto ecosistema compuesto de unas 10.000 empresas pequeñas y medianas en lo que se conoce como el sector de «New Space». Esta constelación abarca desde la producción de componentes para satélites y sistemas de control terrestre, hasta el diseño y la fabricación de cohetes, así como la naciente promesa del turismo espacial.

Otra tendencia importante es la militarización del espacio. Las grandes potencias mundiales están desarrollando sistemas militares espaciales y, al mismo tiempo, sistemas de defensa contra ese tipo de ataque. Las armas antisatélite y los sistemas de vigilancia son sólo algunos ejemplos de cómo el espacio se está convirtiendo en un teatro de conflictos geopolíticos.

De manera incipiente, algo de esto ya está ocurriendo. El sorprendente éxito de la resistencia ucraniana ante la invasión rusa se debe mucho a su acceso a tecnologías satelitales para dominar el campo de batalla, apuntar sus armamentos con precisión milimétrica, y atacar las líneas de abastecimiento del enemigo. Y aunque aún no hemos presenciado el primer conflicto bélico a gran escala donde se ataca directamente la infraestructura orbital del adversario, es inevitable que ese día llegue. Y cuando lo haga, el sistema internacional se podría ver seriamente desestabilizado.

Un tercer elemento de este boom espacial es la creciente contaminación que se ha creado por la chatarra espacial. Estos son los desechos de lanzamientos previos de satélites que ya no cumplen función alguna, pero siguen flotando sin control en el espacio. Esto ha creado una tupida capa de escombros que nadie sabe cómo retirar. Es un problema creciente, porque muchas de las nuevas tecnologías requieren para funcionar de una gran cantidad de satélites.

Propuestas como la de la empresa OneWeb, dirigida por el emprendedor Greg Weiler, que tiene planes de lanzar 100.000 satélites al espacio antes de 2030, dan pie a grandes preocupaciones. Como la misma OneWeb ha reconocido, hay ya casi 1.000.000 de pedazos de chatarra orbital transitando a 27.000 km/hora alrededor de la Tierra, y las tecnologías para recobrar escombros están en pañales. Aunque estos satélites son pequeños, sus cantidades son enormes, y cuando salgan de servicio seguirán en órbita, poniendo en riesgo a sistemas que vendrán después.

¿Por qué está ocurriendo todo esto? Dos motivos: el lucro y la curiosidad. Muchas tecnologías, como los sistemas de posicionamiento global por satélite (GPS) y proyectos como el Starlink de Elon Musk, solo pueden comercializarse con una vasta presencia espacial. En Silicon Valley, todos intuyen que hay grandes fortunas a ser ganadas en órbita, y eso está alimentando esta fiebre del oro en el espacio.

Por otro lado, el ser humano es innatamente curioso. El espacio representa un horizonte desconocido, un desafío irresistible para nuestra especie. Nuestro deseo de descubrir, de explorar fronteras desconocidas, continuará impulsando el interés en el espacio como mercado y como campo de batalla.

Cuentan que cuando se le preguntó al gran explorador británico George Mallory por qué quería escalar el Everest, respondió “porque está ahí». Suena tonto, pero el desafío de lo que está ahí y que aún no hemos logrado conquistar siempre tendrá un encanto especial para los humanos. La sed por ser el primero en conquistar un reto nos define como especie. Y el espacio… está ahí.

* Artículo publicado en el diario El Nacional de Venezuela
Lampadia




Impiden la movilidad intergeneracional

Con estructuras rígidas

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Maite Vizcarra cita en El Comercio (25/05/23) una investigación titulada “Desigualdad de generación en generación, Estados Unidos en comparación” por Miles Corak de la Universidad de Ottawa e IZA, que revela que “en las antípodas de la inequidad intergeneracional están, en un extremo –el del mejor resultado– países nórdicos como Noruega; mientras que, en el otro extremo –es decir, el país en el que es más difícil avanzar de forma intergeneracional– está, tristemente, el Perú”.

Lo que quiere decir que “mientras que en Noruega una persona que nació en un hogar con determinadas características sociales puede moverse en bienestar a otros niveles sociales con una gran facilidad, en el Perú sí está condenada a seguir el derrotero de sus predecesores generacionales”. Según esto, en el Perú “los niños ricos están predestinados a crecer y convertirse en adultos privilegiados y los niños pobres a ser adultos con restricciones económicas”.

Habría que conocer la profundidad temporal del estudio, porque, a primera vista, no estaría reflejando el proceso de crecimiento acelerado de la clase media ocurrido en nuestro país en las últimas tres décadas, aunque interrumpido relativamente, es verdad, ya desde algunos años.

Precisamente un reciente informe de The Economist, “¿Qué tan bien provee su país a sus ciudadanos?”, basado en un índice global publicado el 24 de mayo por Social Progress Imperative, coloca al Perú en el puesto 60 de 170 en un ranking que mide cómo la prosperidad se traduce en bienestar, qué ciudadanos de qué países están prosperando y cuáles languidecen, dónde están progresando las personas y dónde están retrocediendo, entre los años 1990 y 2020.

Es claro, sin embargo, que, pese a que hemos tenido un crecimiento importante de una clase media emergente, ese ascenso tiene un límite. Y ese límite está dado efectivamente por unas “estructuras sociales rígidas” que impiden progresar más allá de cierto punto.

Las más importantes son dos.

  • La primera es el enorme costo de la formalidad, que condena al 76% de los peruanos a la informalidad, que es una escalera que se queda sin peldaños rápidamente porque no es posible crecer más allá cierto punto en la informalidad, salvo que se pase a la ilegalidad, a la criminalidad organizada. Hace falta una reforma profunda de la formalidad, pero nadie toma el toro por las astas por temores políticos. El tema es un tabú.

Una prueba clarísima de esta situación es la estructura del tamaño de las empresas según número de trabajadores. Debería ser una pirámide: más trabajadores en las empresas chicas, un número algo menor en las medianas y la menor cantidad de trabajadores en las empresas más grandes, que son relativamente pocas. Pero, como podemos ver en el siguiente cuadro, lo que tenemos en nuestro país no es una pirámide sino un reloj de arena: gran cantidad de personas en la micro y pequeña empresa, y la menor cantidad en la mediana empresa. Lo que significa que a las micro y pequeñas empresas les es muy difícil crecer. Se quedan en ese tamaño. Hay muy poca mediana empresa en el Perú.

  • Y la segunda estructura rígida es, por supuesto, la pésima calidad de los servicios públicos, particularmente de la educación y la salud. No tenemos que abundar en esto. Los aprendizajes fueron mejorando en alguna medida, pero luego de la pandemia se vinieron abajo. El porcentaje de alumnos que comprenden lo que leen o pueden resolver problemas matemáticos, es muy bajo. Así la movilidad intergeneracional se dificulta.

Aquí hay dos problemas.

El primero, la ofensiva de algunos sectores magisteriales para anular la carrera magisterial, que debe ser meritocrática, y la tendencia de los gobiernos a dar aumentos generales -no meritocráticos- en lugar de que se obtengan por ascenso en la carrera.

Y, el segundo, la gestión de los gobiernos regionales, que no ha funcionado.

Es hora de pensar en una autoridad nacional autónoma conformada por profesionales altamente calificados y protegidos de los vaivenes de la política, que se haga cargo de la educación nacional. Lampadia




El sueño perverso

Rafael Venegas
Para Lampadia

Miniserie de cuatro temporadas para Netflix sobre los sucesos de los últimos años en el Perú.

Primera Temporada: “Los años de Bonanza”

Se muestran los grandes logros conseguidos en los veinte años de crecimiento ininterrumpido, incluyendo un episodio dedicado al impresionante fenómeno de la economía emprendedora y otro sobre la dramática reducción de la pobreza.

Una etapa muy positiva, pero que tenía un gran riesgo: la posibilidad de dormirnos en nuestros laureles y dejar la marcha política del país en manos de los más incapaces e inmorales, como en efecto sucedió.

Segunda Temporada: “Se inicia el retroceso”

En ella se relata como la izquierda volvió a ganar protagonismo a través de los intolerantes y soberbios caviares, la mentirosa propaganda política y el venenoso periodismo parcializado.

Se incluyen episodios sobre el destape de la corrupción a gran escala, principalmente en justicia y obras públicas. También sobre la delincuencial corruptela alrededor de la pandemia, así como sobre la crisis política que devino en cuatro presidentes y tres congresos en menos de cuatro años.

Tercera Temporada: “Dormidos en nuestros laureles”

EPISODIO 1: “La irregular toma del poder”.

Aquí se muestra como los malos peruanos enemigos de la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, se aprovecharon de la vulnerabilidad, desinformación y “cojudignidad” de muchos peruanos y apoyándose en un delincuencial sistema electoral, así como en un sucio financiamiento, tomaron el poder en Julio de 2021.

Al final de este episodio, se evidencia que los peruanos que si creemos en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, nos quedamos vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 2: “El descarado saqueo”.

Este capítulo muestra como los nuevos gobernantes, dirigidos por el incapaz de las orejas y uñas largas, se aprovecharon del poder y dieron rienda suelta a la corrupción, tráfico de influencias, copamiento del sector público, luz verde al narcotráfico y la minería ilegal, así como la legalización de sendero luminoso, entre otras barbaridades que apuntan directamente a un narco estado.

Igual que en el primer episodio, queda bastante claro que la gran mayoría de los peruanos que si creen en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, continuaron vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 3: “El milagroso harakiri”.

El tercer episodio muestra el video real de cómo, ante la sorpresa de tirios y troyanos, se produjo un milagro: el corrupto reyezuelo inexplicablemente se hizo el harakiri.

Esta acción dio paso constitucional a un nuevo gobierno improvisado, ambiguo, sin liderazgo y con perfume a caviar, que no ofrece ninguna garantía.

El milagro nos libró temporalmente de muchos de los pecados que se venían cometiendo en la orgía de poder de la primera fase, así como de la vertiginosa velocidad con que nos dirigíamos al abismo rojo.

Sin embargo, se muestra como las instituciones públicas han quedado peligrosamente copadas por incapaces y corruptos, así como también la manera en que el mercantilismo ha hecho perder totalmente la vergüenza y la moral al Congreso.

A pesar de esta fragilidad del sistema, el episodio se cierra dejando una clara sensación de riesgo debido a que la mayoría sigue durmiendo el sueño perverso, creyendo ingenuamente que la pesadilla ya terminó.

Craso error que sirve para crear la expectativa de la siguiente temporada de la serie, al más puro estilo de Netflix.

LA CUARTA TEMPORADA RECIÉN SE DEFINIRÁ Y PRODUCIRÁ EN LOS PRÓXIMOS MESES Y SU CONTENIDO DEPENDERÁ DE QUIEN ESCRIBA EL GUION.

La gran pregunta es: ¿Nos despertaremos y lo escribiremos nosotros o seguiremos dormidos y le cederemos nuevamente la iniciativa a los rojos y sus tontos útiles?

EL PERÚ NO ES COMUNISTA, como lo evidencian los millones de pequeños capitalistas que conforman la sólida base de nuestra economía.

Eso significa que el problema no es de ideología, sino de falta de participación y de información veraz.

Escribamos juntos el guion de la cuarta temporada con patriotismo y valentía. Participemos, cada uno desde nuestras trincheras, en la marcha política del país y sobre todo, informemos y eduquemos con la verdad a la población, utilizando todos los medios que nos sean posibles.

La alarma está sonando: ¡TENEMOS QUE DESPERTAR YA! Lampadia




“ Izquierdas vs. derechas”

Por: Alfredo Torres
Perú21, 28 de Mayo del 2023

“En el Perú, han sido candidatos con propuestas de centroizquierda y centroderecha los que han ganado las elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2021…”.

(Ipsos/Perú21)

La historia es conocida: los orígenes de la división política entre izquierda y la derecha provienen de la manera como se sentaban los constituyentes franceses en la Asamblea de 1789: A la izquierda, los que pedían un cambio radical –en ese entonces, el cambio era hacia una monarquía constitucional–, y a la derecha, los defensores de la monarquía tradicional, la mayoría provenientes de la aristocracia o el clero.

Con el tiempo, los conceptos fueron evolucionando. El socialismo se convirtió en la bandera de la izquierda, mientras que la defensa de la propiedad privada pasó a ser la bandera de la derecha. En el camino fueron apareciendo propuestas más centristas como la socialdemocracia o la economía social de mercado.

En el Perú, han sido candidatos con propuestas de centroizquierda y centroderecha los que han ganado las elecciones presidenciales desde 1980 hasta 2021, en que por primera vez llegó al poder el candidato de un partido marxista aliado con sectores de la izquierda más extrema. Las protestas que ocurrieron en algunas regiones del país en respaldo de Pedro Castillo luego de su frustrado autogolpe de Estado llevarían a pensar que en el Perú la izquierda radical es muy amplia. No es así.

Para entender hasta dónde llega el apoyo a la izquierda y la derecha, Ipsos llevó a cabo un estudio por encargo de Perú21 Foro, donde aplicó la tradicional escala de 10 puntos donde 1 es la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, y encontró que 14% del electorado se identifica con la izquierda (puntajes 1, 2 y 3), 37% con la centroizquierda (puntajes 4 y 5), 11% con la centroderecha (puntajes 6 y 7) y 21% con la derecha (puntajes 8, 9 y 10).

Es decir, la mayor parte del electorado se ubica al centro (48%). Sin embargo, si este espacio se llena con múltiples candidatos poco atractivos, el voto se dispersa y permite que candidatos de los extremos los superen y pasen a la segunda vuelta, donde se produce una polarización. En esas circunstancias es cuando el electorado de centroizquierda puede votar por el candidato de la izquierda radical si el candidato de derecha genera mucho rechazo. Eso fue lo que pasó en 2021 y podría volver a ocurrir en el futuro.

La extrema izquierda que llegó con Castillo al gobierno no estaba dispuesta a dejar el poder y por eso organizó una reacción violenta cuando este fue justificadamente apresado luego de su frustrado autogolpe. Sin embargo, como también reveló el estudio de Ipsos para Perú21 Foro, no todas las personas que votaron por Castillo o salieron a protestar a su caída son de izquierda. El sentimiento de identidad, la esperanza frustrada y la distorsión informativa que prolifera en las redes sociales son algunos de los factores que estuvieron detrás de la participación de diversos ciudadanos en las protestas. En realidad, el voto y la conducta política son el resultado de un conjunto de emociones y razones en el que la ideología es solo una de ellas.




Si yo fuera presidente

Jaime Spak
Para Lampadia

En el año 1952 el genial artista mexicano Mario Moreno “Cantinflas“ protagonizó una hilarante película que se titulaba “Si yo Fuera Diputado”.

En esta película hace el papel de un peluquero de barrio que se preocupa por los problemas de su vecindario y es tan hábil para defender varios casos de gente modesta que al final se lanza y sale elegido diputado.

No tenía estudios universitarios, pero si una gran emoción social. Al fin y al cabo, era una ficción.

Haciendo una comparación con el título de este artículo, nos preguntamos:

¿Por qué tantos peruanos quieren ser presidentes?

En el año 1963 hubo solo 4 candidatos, y de allí fueron aumentando, hasta que en el año 2021 se presentaron 18 candidatos.

¿Que tendrán en su mente los que desean ser presidentes?

Lo primero que deben de entender es que son elegidos para administrar el país.

Un primer prerrequisito debería ser experiencia en administrar la cosa privada o pública.

Un buen presidente es el que logra que su equipo trabaje de manera sostenida y el tenga la capacidad de supervisar el trabajo.

Para ser presidente el candidato debe contar en su equipo unas 500 personas honestas para puestos de confianza.

El problema más álgido de los que salen elegidos es que se suben al coche personas inadecuadas, que en su gran mayoría acaban siendo acusados de corrupción.

Entre el año 2006 al 2021 se postularon para presidente 58 personas.

En la última elección salió elegido un candidato totalmente incompetente.

Para colmo, una vez elegido Castillo dijo en una entrevista: “estoy empezando a aprender como gobernar”.

Ya con esa afirmación presagiábamos que su gobierno iba a ser desastroso.

¿Como es posible que una persona que no tiene idea de gobernar un país se lance de candidato?

Vuelvo a preguntar: ¿para qué quieren ser presidentes?

Es una función muy complicada que requiere un trabajo 24/7.

Pero si además de ser un inútil para la cosa pública, se dedica a saquear el erario con ayuda de su esposa, hijos, cuñados, amigotes y hasta delincuentes, entonces el peligro de un gobierno catastrófico es inminente.

Que deberíamos de exigir a los próximos candidatos que se lancen a la presidencia.

  • Por lo menos un CV donde indique su experiencia en administración.
  • Un plan de gobierno claro, en donde haga énfasis en su propuesta de crecimiento económico y lucha contra la pobreza.
  • Que nos demuestre como hará para lograr un crecimiento de al menos 7% del PBI y una reducción de la pobreza de varios puntos anuales.
  • Un examen de IQ.

Obviamente un IQ alto no nos garantiza un gobierno exitoso, basta ver los casos de Alan García en su primer gobierno y PPK en su corto gobierno.

El primero nos llevó a la hiperinflación y el segundo fue el autor pasivo de lo que vino después.

  • Algo utópico sería un examen psicológico para ver sus fortalezas y debilidades, si es una persona equilibrada o si sufre de alguna patología que ponga en peligro la gobernabilidad.
  • Si bien la edad mínima es 35 años, nunca deberíamos de elegir a una persona menor de 50 años, edad en la que ya puede dar un testimonio de vida y saber cómo se ha comportado frente a la sociedad.
  • Una declaración jurada de lo que se propone.

El único candidato que dijo la verdad en su campaña fue Mario Vargas Llosa y fue aniquilado por la propaganda aprista en su contra.

Al salir elegido Fujimori, sin gente que lo respalde lo que hizo fue seguir la política que iba a implementar MVLL y obtuvo muchos logros en sus dos periodos.

¿Pero vuelvo a preguntar para que quieren ser presidentes?

Tendríamos que discernir entre quienes están deseosos del tremendo sacrificio que significa llevarnos por el camino de la prosperidad a los 33 millones de peruanos o seguir el camino de la prosperidad propia y de sus allegados.

Tenemos la urgencia de elegir en el año 2026 a un nuevo presidente y para ello debemos de ser muy exigentes.

No es posible que el Perú tenga el lamentable récord de tres presidentes encarcelados.

Hay otros tres que están en procesos judiciales y por lo menos dos más serán sentenciados.

El poder más importante que tenemos en la actualidad es la prensa y la misión de ella es informar de la manera más objetiva todos los detalles de la vida de las personas que van a postular.

Un país que crece es un país con instituciones independientes y sólidas.

Es urgente que los partidos políticos se consoliden.

No más caudillos que se crean Cantinflas.

Hagamos de la política una palabra que no esté relacionada con la corrupción, sino con el deber de trabajar por los demás.

Seamos muy severos con los próximos candidatos.

Necesitamos menos pobres en un país rico. Lampadia




Fue cosa de niños… de niños extraordinarios

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 30 de mayo de 2023
Para Lampadia

Ica – mi región – es de contrastes extremos. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) somos la región más próspera del Perú.

Lo acaba de dar a conocer en un informe muy comentado, acerca de la pobreza actual en nuestro país. Efectivamente, tenemos los menores niveles de pobreza. De acuerdo a los indicadores sociales del INEI, apenas el 5% de nuestra población es pobre. Además, somos la única región con pleno empleo.

Incluso, según el Índice de Competitividad Regional (INCORE) del Instituto Peruano de Economía (IPE), Ica lidera el ranking nacional en cuanto a empleo adecuado. O sea, no sólo no tenemos desempleo, sino que los empleos en Ica son los mejores, en cuanto a niveles salariales y condiciones laborales.

Por supuesto que en Ica existen los envidiosos de siempre que se niegan a reconocer dichos logros socioeconómicos. Por supuesto que también tenemos renegados como los anti mineros, y los que se refieren a las empresas agrarias como “agro explotadoras”, y los periodistas chantajistas que se venden para tapar corruptelas… Pero de esa gente no me voy a ocupar en el presente artículo. ¡Para qué gastar pólvora en gallinazos!

 

El tema del presente artículo es la verdadera pobreza de Ica. Esa pobreza que contrasta cruelmente – e injustificadamente – con la riqueza y prosperidad de la región.

Pues bien, según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CNC) del Ministerio de Salud (MINSA), en lo que va del 2023, Ica registra el mayor número de muertes por Dengue a nivel nacional. ¡Una desgracia… propia de una región de pobreza extrema!

Ojo… en el 2018, prácticamente habíamos erradicado el Dengue en Ica. De 4,384 casos registrados en el 2017, bajamos a 127 casos en el 2018, y a 51 en el 2019, casi todos migrantes de otras regiones. Durante el 2018 y 2019 no tuvimos ninguna muerte por Dengue.

¿Qué pasó? ¿Cómo así pudimos erradicar una epidemia tan agresiva? Bueno pues, los 250 mil escolares del Ica lograron la hazaña. Lo que no se pudo lograr desde el Sector Salud, se logró con la extraordinaria participación del Sector Educación.

Una nota previa. Las consabidas fumigaciones casa por casa no funcionan. Pues resulta que no todas las casas se pueden fumigar. En primer lugar, porque la fumigación implica evacuar las viviendas por un lapso de 2 horas o más. El insecticida que se utiliza es altamente tóxico para los humanos. Hay viviendas donde puede haber recién nacidos, ancianos o personas discapacitadas que no pueden salir a la intemperie para dar paso a los fumigadores. Sobre todo, porque las fumigaciones suelen hacerse en horas de la madrugada. Consecuentemente, había que ir por otra vía… la de los escolares.

En aquel 2018, los escolares de Ica – niños y adolescentes de entre 4 y 17 años – fueron entrenados y motivados para ir a sus casas, y a las casas de sus vecinos, y tapar y raspar todos los recipientes de agua donde los zancudos trasmisores del Dengue pudieran poner sus huevos y reproducirse. Incluso, debían recoger todas las tapas de botellas y envases que estuvieran boca arriba, todas las llantas y bandejas viejas donde se pudiera acumular agua de lluvias, etc.

En el caso de los floreros, debían cambiar el agua por arena húmeda. Y así – ahí sí – casa por casa, tienda por tienda, empresa por empresa, mercado por mercado, parque por parque, y cementerio por cementerio – gracias al heroico trabajo de 250 mil soldaditos escolares extraordinarios – no quedó un solo recipiente con agua destapado en todo Ica. Chau zancudos… chau Dengue. ¡Lo logramos! ¡Extraordinario!

¡Qué linda experiencia la que vivimos aquel extraordinario 2018 en Ica!

Para la campaña, los niños hicieron poesía, música, danza, teatro, cuentos, marchas, disfraces, slogans… todo alusivo a la lucha contra el Dengue. ¡Una fiesta! ¡Y eliminaron el Dengue! Ica le debe mucho a esos niños y adolescentes extraordinarios. ¡Héroes de verdad!

El problema es que todo lo logrado se vino abajo con la llegada de Javier Gallegos al Gobierno Regional, en enero de 2019.

En vez de insistir y persistir en la lucha contra el Dengue con el apoyo de los escolares, Gallegos destituyó a todos los directores de la gestión regional anterior, y se puso a vender los puestos directivos – al mejor postor – en todas las dependencias del gobierno regional, incluidas las de salud y educación.

Hoy – repito – gracias a la inoperancia de un ex gobernador regional corrupto e indolente, Ica está infestada nuevamente de Dengue. Al extremo que ostenta el mayor número de muertes por dicha enfermedad a nivel nacional. ¡Oh corrupción… cuánta crueldad, cuánto sufrimiento, cuánta muerte has traído a Ica!

El contraste extremo que existe entre la riqueza y pobreza de Ica es el mismo que existe entre la integridad y esfuerzo de nuestra población civil, y la corrupción y bajeza moral de nuestros funcionarios públicos… salvo muy contadas y honrosísimas excepciones.

¿Cómo así, una región que se precia de ser la más próspera en materia económica y laboral, puede llegar a ser la peor en materia de salud pública y corrupción estatal? ¡Ese es el contraste extremo de Ica!

Sin embargo, nada podrá borrar la heroica gesta de los escolares iqueños en la lucha contra el Dengue en aquel entonces. Efectivamente, el Dengue en Ica fue cosa de niños… de niños extraordinarios. Lampadia




Gobierno, ¿racista?

Por: Federico Salazar
El Comercio, 28 de Mayo del 2023

“No se debe aceptar la acusación especulativa y sesgada. Tenemos, también, derecho a la verdad”.

Quieren que abandonemos la razón. No quieren que pensemos. Quieren agitación, falsedad y sublevación.

Amnistía Internacional (AI), una ONG de alcance global, ha publicado un informe sobre las protestas y la represión de inicios de año. No es un documento serio.

AI concluye que se usaron “armas letales” y “armas prohibidas para tarea de control del orden público (perdigones)”.

Todas las armas que usan las Fuerzas Armadas son, obviamente, “letales”. La redundancia quiere causar una impresión.

Los mismo sucede con la expresión “armas prohibidas”. AI no informa sobre el contexto en que se recurrió a las Fuerzas Armadas.

Hubo incendios de aeropuertos, de sedes del Ministerio Público y del Poder Judicial, además de empresas, así como vías tomadas y bloqueadas. Todo ello inmovilizó a buena parte del país que quería trabajar.

Las autoridades esperaron a que las cosas se calmaran. Cuando el Gobierno recurrió a las Fuerzas Armadas y Policiales, ya había una situación de vulneración de los derechos de los ciudadanos que quieren vivir en paz.

No es falso que hayan muerto decenas de personas. Culpar al Gobierno de esas muertes es, sin embargo, irrazonable e irresponsable.

Es cierto que hubo efectivos de las fuerzas del orden que persiguieron a manifestantes. Cuando vemos a uno de ellos arrodillarse, apuntar y disparar, estamos ante un asesinato. La pregunta es: ¿obedecía una orden de matar?

Esta es la conclusión del informe de AI. Para ellos, “lejos de tratarse de incidentes aislados de excesos policiales y militares individuales, el uso ilegítimo de la fuerza letal por parte de los cuerpos de seguridad peruanos apuntaría a una respuesta estatal deliberada y continua”.

¿Apuntaría? ¿Es eso serio? Acusas a alguien de cometer asesinato ¿y le dices “todo apuntaría a que ordenaste”? Eso es de una colosal irresponsabilidad.

La mejor acrobacia argumental de AI se refiere al racismo. Las fuerzas de seguridad actuaron letalmente, dice, en regiones que representan el 13% de la población total. Pero en ese 13%, la mayoría se considera indígena.

El 80% de las muertes ocurrió en esas regiones. Por lo tanto, “hubo una sobrerrepresentación de muertes por fuerza letal en las regiones de pueblos indígenas”. Ergo, ¡fue un ataque racista! Y si es contra una etnia, ¡es genocidio!

Las muertes se “sobrerrepresentan”. Este atentado contra la razón tiene una finalidad. ¡Tener un acusado de genocidio!

AI no nos puede contar lo que vimos. Lo que vimos no fue, en todos los casos, manifestaciones y protestas. Muchas veces vimos delitos, como asaltar e incendiar una empresa o una comisaría o matar y quemar a un policía.

Imaginemos que un grupo protesta en París y toma por asalto y quema un “Comissariat de Police”. ¿No tendrían que acudir las fuerzas del orden con todo su equipamiento?

Esto ya lo vivimos antes. Se cometen delitos muy graves para que la respuesta de las fuerzas del orden sea desmedida. Y entonces viene la acusación no para el que inició la violencia, sino para el que respondió.

Las fuerzas del orden deben actuar bajo la ley. Están facultadas a usar su equipamiento, según lo establecen el decreto legislativo correspondiente y su reglamento. Se debe investigar quiénes infringieron su propia ley.

No se debe aceptar la acusación especulativa y sesgada. Tenemos, también, derecho a la verdad.




“Es clave tener un tren que conecte la Amazonía”

Entrevista a Samuel Dyer
Perú21, 29 de Mayo del 2023
Por: Isaac Vásquez Tello

“En un lapso de 30 años, (el sector forestal) puede pasar a ser el segundo mayor sector después de la minería”, comenta el empresario y presidente del Grupo Pro Amazonía.

Cree en la integración amazónica, cree en el desarrollo sin deforestación, cree en un tren que conecte la selva peruana con la costa y cree que un plan al 2050 que haga todo lo ya mencionado sea posible. Samuel Dyer lo cree factible. Y, como ello también es parte de la agenda del IV Congreso de Emprendedores Amazónicos, Dyer, empresario y presidente del Grupo Pro Amazonía, conversa con Perú21 TV y cuenta qué es lo que trae el encuentro de este año.

En unos días se realizará el Congreso de Emprendedores Amazónicos. ¿Qué va a caracterizar a la edición de este año?

La característica de este evento, que es histórico, es que los tres primeros los hemos realizado emprendedores que tienen sus inversiones en la Amazonía, y de todos los sectores, pequeños, medianos y grandes. Están todas las cámaras de la Amazonía. Acá participan la comunidad de gobernadores de la Amazonía peruana, que son seis y también gobernadores invitados de las regiones que también tiene la Amazonía. Van a participar los alcaldes provinciales de toda la Amazonía, las cámaras de comercio de todas las regiones amazónicas, el Grupo Pro Amazonía y la institución internacional GCF (Fondo Verde del Clima), que aglutina a 46 países que tienen bosques tropicales y que es parte del comité organizador.

En el contexto del congreso hacen referencia a un plan estratégico a 2050. ¿Cuáles son los principales motores económicos que van a estar impulsando la Amazonía?

Al unirnos queremos ver el desarrollo integral de la Amazonía peruana, coordinar, tener planes de los temas transversales que unen a todos estos gobiernos regionales, que ocupan el 62% del territorio nacional y lograr tener un proyecto estratégico con una visión a 2050 que permita planificar objetivos y metas de corto, mediano y largo plazo para llegar a lo ideal, que sería tener un desarrollo pleno de esta región, muy vinculada a la protección de sus bosques y evitando que las actividades de todos sus sectores impacten lo menos posible al medio ambiente y logremos que todas las actividades terminen en ser lícitas, que no impacten el medio ambiente, y que desaparezcan las ilícitas desplazadas por las formales. Las actividades ilícitas que más agobian a la región son la tala ilegal, la deforestación, la contaminación de los ríos, el maltrato a comunidades nativas y actividades como la minería ilegal y cultivos que terminan en el narcotráfico (…). Y sobre los sectores, el forestal es uno de los que más aportan (actualmente).

Hay futuro en la industria maderera o en el sector forestal…

En un lapso de 30 años (el sector forestal) puede pasar a ser el segundo mayor sector después de la minería. Todo depende de la decisión que haya dentro de un plan estratégico integral (…). Perú, por su ubicación más propicia y porque hay mayor variedad de maderas finas, podría producir más madera que Chile. Y detrás hay muchas actividades vinculadas a la agricultura, como la agroindustria, que pueden generar otros productos que incluso hoy no los sembramos, como algunas frutas. Esto es, en síntesis, el potencial de la Amazonía. Hay muchas oportunidades, como sembrar café, cacao, palma aceitera. Y debería establecerse que solo se siembre en áreas deforestadas, que no deforesten (…). La conectividad es un problema, por lo que lo más importante y clave es tener una línea de trenes que interconecte a toda la Amazonía.

¿Cuál sería la ruta que debería tener este tren? No es la primera vez que se propone un tren…

No lo es. Ya por los años 50 se estuvo construyendo un tren que conecte La Oroya con Pucallpa, pero terminó abandonado y nadie más volvió a iniciarlo. Ya hay una ruta de tren que propuso una empresa extranjera hace muchos años. Por Tingo María se subiría al norte, se intercomunicaría transversalmente a muchas zonas y entraría a la altura de San Martín. Un ramal iría a Iquitos y otro ramal iría a Bayóvar, que es una zona ideal para que se conecte el tren.

¿Y cómo se puede lograr impulsar una iniciativa como esta desde el Ejecutivo?

Justamente teniendo un plan estratégico a largo plazo de toda la Amazonía, que sume todas las necesidades transversales de esta parte del Perú. Lo importante es que el tren es una necesidad para todas las regiones amazónicas. ¿Y por qué hablo mucho del tren? Porque el tren es más barato que hacer carreteras. Según Naciones Unidas, es menos impactante negativamente en el medio ambiente, su transporte es más seguro, los vagones pueden ser controlados mejor, tanto lo que se descarga como lo que se carga para evitar que metan producción de madera talada ilegalmente u otra producción ilegal. Evita que paren en bosques o que se deforeste hasta 200 km a la derecha y a la izquierda que generan las carreteras (…). Tiene todas las ventajas y el costo baja sustancialmente, lo que hace más competitivo el transporte de nuestras mercancías y disminuye los precios de los alimentos que se llevan y traen desde y hacia la costa y sierra.

Datos:

Samuel Dyer es fundador del Grupo DyC (Dyer y Coriat). En 2007, compró Camposol, una de las empresas peruanas más conocidas del sector agroindustrial.

El Congreso de Emprendedores Amazónicos se realizará durante los días jueves 8 y viernes 9 en la ciudad de Iquitos (Loreto).

Entre los participantes del evento estarán, además de Dyer, el gobernador regional de Loreto, René Chávez; la embajadora de EE.UU., Lisa Kenna; la presidenta Dina Boluarte, entre otros.




“Caviar”

Por: Jaime de Althaus
El Comercio, 27 de Mayo del 2023

“Lo que tenemos ahora es una reacción, un reflujo, centrado en la denuncia de abusos y corrupción cometidos por aquellos que enarbolaron la lucha contra la corrupción como arma de persecución política y control del poder”.

“Caviar”, el término más usado en la diatriba política en el Perú, se origina en Francia, donde la “gauche caviar” o “izquierda caviar” designaba a aquellos intelectuales de izquierda de clase social privilegiada que de la revolución rusa solo conocían el exclusivo caviar. El término tiene una connotación descalificadora, porque alude a una inconsecuencia moral. En nuestro país designa a personas acomodadas con ideas de izquierda o con ideas “progresistas” (derechos humanos, ambientalismo, antirracismo, género, aborto, fuerte regulación estatal) y visceralmente antifujimoristas.

Son el producto del reciclaje de la izquierda luego del fracaso del socialismo real, que identificó nuevos escenarios de lucha contra el abuso o la opresión. Puede tratarse del abuso contra la naturaleza, dictando normas que en ocasiones hacen prohibitiva cualquier inversión, o contra los trabajadores, sobreprotegiendo el trabajo con la misma consecuencia, o contra poblaciones o grupos insurgentes −aunque ejerzan violencia−, o contra grupos raciales discriminados, o contra minorías sexuales o mujeres penalizadas por tomar decisiones sobre su cuerpo. Diversos ministerios habrían sido tomados por estos “caviares”, que ejecutan una agenda cuasi global.

Pero aquí hay tres variantes según quién sea el supuesto agente opresor: el capital, el gobierno, la sociedad o la religión. En ese sentido, las posiciones liberales en lo moral, derivadas de un liberalismo que defiende la libertad del individuo, pertenecen a un conjunto ontológico diferente y hasta contradictorio con los otros temas, en los que la libertad económica y la iniciativa individual resultan más bien reprimidas o limitadas por el pensamiento “caviar”.

Esto puede explicar por qué los que son caviares para unos no lo son para otros. Un caviar puede tener una sensibilidad de izquierda o prejuicios antimercado, pero no es un radical, no es un marxista azuzador de la lucha de clases. Verónika Mendoza, por ejemplo, no es caviar. Es marxista. Para Vladimir Cerrón, sin embargo, ella es caviar, quizá porque, siendo él conservador en lo moral, temas como la “ideología de género” o el feminismo o el aborto o la defensa de la comunidad LGTB serían una clara señal de caviarismo (aunque en EE.UU. ello sea etiquetado como marxismo cultural). Incluso las agendas ambientalistas y hasta la de los derechos humanos no serían marxistas, sino caviares. Al fin y al cabo, la revolución no para mientes en los derechos humanos: los sacrifica en aras del objetivo superior de la dictadura del proletariado. Los derechos humanos se originan en la agenda liberal de la ilustración de la revolución francesa o burguesa.

Ese anticaviarismo explica la conjunción con Fuerza Popular para la elección del defensor del Pueblo. También, es cierto, comparten la condición de acusados judiciales. Martín Tanaka señala que los políticos acusados denuncian la bandera de la lucha contra la corrupción como “caviar” y lo que tendríamos ahora es una ofensiva de esos sectores para sacar a los caviares de las instituciones judiciales, en procura de impunidad.

Pero el tema es mucho más complejo. La llamada lucha contra la corrupción fue el instrumento que usó el populismo político de Vizcarra para acumular popularidad y eliminar a la oposición confrontando al Congreso hasta cerrarlo, y fue también el disfraz de ese populismo judicial abusivo de los fiscales Lava Jato que terminó dinamitando parte importante de la clase política y, por ende, de la democracia en el Perú, llevando a la cárcel a líderes de partidos importantes por donaciones de campaña que no eran delito y tipificando a sus partidos como organizaciones criminales. Hasta alguien como Luis Pásara ha condenado severamente los excesos inconmensurables de estos fiscales.

Lo que tenemos ahora es una reacción, un reflujo, centrado en la denuncia de abusos y corrupción cometidos por aquellos que enarbolaron la lucha contra la corrupción como arma de persecución política y control del poder. Una reacción que no debería caer en los mismos excesos.