1

El parlamentarismo es sociológicamente presidencialista

Jaime de Althaus
Para Lampadia

Respecto del sistema de gobierno, Gonzalo Zegarra apuntaba en El Comercio que mientras el diseño constitucional en nuestra Carta Magna es semi parlamentario, la realidad sociológica es presidencialista. Se desprendería entonces que deberíamos ir a un presidencialismo ortodoxo, eliminando componentes parlamentaristas de nuestra Constitución como la censura de ministros, la cuestión de confianza, y la disolución del congreso, para ajustar nuestro sistema constitucional a la realidad sociológica.

Pero hay aquí una confusión. Cuando decimos que el Perú es sociológicamente presidencialista, estamos diciendo que la población aplaude a un presidente con poder y con capacidad de acción efectiva, y que desaprueba que el Congreso obstruya las decisiones o iniciativas presidenciales. La idea de una separación balance entre poderes, de controles mutuos entre ellos para limitar el poder, no es sociológicamente natural. La gente prefiere alguien que mande, que sea eficaz.

En realidad, la idea de poner límites al poder, que está en la esencia de la democracia liberal, requiere aprendizaje, educación. Es algo que debería aprenderse en buenos cursos de educación cívica en el colegio, que no existen.

Lo paradójico, es que la fórmula constitucional que se acercaría al presidencialismo sociológico no es el presidencialismo constitucional propiamente dicho -eliminado los elementos parlamentaristas que posee en el Perú-, sino el parlamentarismo. En efecto, en un presidencialismo ortodoxo, lo más probable, considerando la cantidad de partidos políticos existente, es que quien resulte elegido presidente, carezca de mayoría parlamentaria. Y aunque con presidencialismo puro el congreso no podría ya censurar ministros ni consejos de ministros, si podrá rechazar las leyes que proponga el poder Ejecutivo, impidiéndole ejecutar su plan de gobierno.

En un sistema parlamentarista, en cambio, el Ejecutivo por definición tiene mayoría en el Congreso, porque nace del Congreso. El jefe de gobierno es el líder de la mayoría del Congreso. El Parlamento ejerce control, por supuesto, pero esencialmente colabora con el Ejecutivo en las leyes que requiere. Por lo tanto, un jefe de gobierno en un sistema parlamentarista suele tener más gobernabilidad y más poder de acción efectiva para ejecutar su plan de gobierno. En ese sentido, es sociológicamente más presidencialista que un régimen legalmente presidencialista.

Es cierto que en un régimen constitucionalmente presidencialista elegimos a un presidente de la república. En un régimen parlamentarista, en cambio, votamos por el Congreso, por nuestro o nuestros representantes al Congreso, dentro de una lista partidaria. Pero se sabe que el líder del partido por el que votamos será el presidente o jefe de gobierno si esa lista consigue mayoría en el congreso. O sea que en el fondo elegimos también a un presidente o jefe de gobierno. El efecto de votar por un líder no se pierde.

El régimen parlamentarista tiene otra ventaja: permite disolver el congreso de manera natural si es que se produce un impasse entre poderes. No hay confrontaciones traumáticas.

Si, además, incluimos un sistema electoral de distritos uni o binominales para elegir a los diputados, colaboraremos a reducir el número de partidos y bancadas, lo que facilitaría la formación de mayorías para gobernar. Bueno, esto es algo que deberíamos hacer incluso con el sistema actual.

Los politólogos Juan Linz y Arturo Valenzuela sostenían que los países de América Latina debían pasar al sistema parlamentarista para evitar las rupturas constitucionales y darles gobernabilidad y viabilidad. A mi juicio, tienen razón. Lampadia




Mineros no muestran sus aportes a comunidades

Por: Guido Bayro
Correo, 1 de Junio del 2023

El director de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Cusco, Guido Bayro, señaló que los empresarios mineros son satanizados por las izquierdas radicales de esta región y no les reconoce su participación en el desarrollo del país

En ese sentido, dijo que está en los empresarios del sector minero mostrar el testimonio de sus aportes a las comunidades donde operan. Bayro, que fue panelista en un evento que desarrolla InPerú en Cusco, evocó el caso de Tintaya, yacimiento minero de cobre, que, cuando aún era un proyecto, solo tenía unas 30 casas de adobe con techo de paja.

“En la actualidad, Yauri, capital del distrito del mismo nombre, en la provincia de Espinar (Cusco), es ahora una ciudad con construcciones modernas”, manifestó a Correo.

Por ello, instó a los mineros a ser más proactivos con sus aportes que benefician a la población.




La legítima defensa en acción

Por: Ricardo León Dueñas
Expreso, 1 de Junio del 2023

La legítima defensa -en sus modalidades propia e impropia- es una figura jurídica mediante la cual se defiende bienes jurídicos propios o de terceros ante una agresión ilegítima, actual o inminente.

Para accionarla deben concurrir los requisitos que prevé el artículo 20° inciso 3, del Código Penal peruano vigente, a saber: a) agresión ilegítima: b) necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla. Se excluye para la valoración de este requisito el criterio de proporcionalidad de medios, considerándose en su lugar, entre otras circunstancias, la intensidad y peligrosidad de la agresión, la forma de proceder del agresor y los medios de que se disponga para la defensa y c) la falta de provocación suficiente de quien hace la defensa.

Nos detendremos en la proporcionalidad de medios, quizás la que más polémicas y discusiones generan entre los que estamos por considerar -de manera absoluta- que ante un ataque inminente que implique peligro a la vida de uno o de una persona cercana, se debe actuar de inmediato y con razonabilidad para detener la agresión.

En estos casos, no cabe distinguir dicha proporcionalidad, pues dada la situación que generalmente es de segundos, se debe actuar instintivamente para preservar el supremo valor de la vida. De esta manera, si un sujeto se acerca blandiendo un cuchillo de manera amenazante, se puede y se debe disparar -y a matar si es necesario- al atacante sin dudas ni murmuraciones.

El ciudadano Ney Chávez Santillán -dueño de un restaurante en el distrito de Villa El Salvador- abatió a un avezado ladrón cuando éste intentaba asaltar su local. Chávez Santillán recurrió a su arma de fuego luego que el delincuente inclusive amenazara a su esposa e hijo.

Increíblemente y pese a que había actuado en legítima defensa (cautelando su vida, la de sus seres queridos y su propiedad) la policía lo detuvo como si fuese un delincuente más y por varios días; una potente campaña vecinal y la creciente indignación de la gente ante la indefensión ante la que nos encontramos por la ola de inseguridad ciudadana permitió que obtuviese su libertad. Sin embargo, no se salvará de un largo, engorroso, kafkiano e injusto proceso penal, propio de nuestro espantoso sistema judicial.

La noción legal de la legítima defensa tiene un sólido sustento en la “Doctrina del Castillo”, mediante la cual si tu hogar o tu propiedad es tu castillo, tienes derecho a usar fuerza letal para defenderlo y no retirarte de él, debe por cierto utilizarse dicha fuerza letal legalmente al tener la certeza absolutamente razonable de que temes por tu vida y por la de tus seres queridos, ante la inacción de un Estado ausente e indolente que no toma la debida acción para preservar la ley y el orden.




“Caviar para Tanaka, Althaus y León Moya”

Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 1 de Junio del 2023

“La caviarada moderna proviene de marxistas pudientes que se moderan y entran a las consultorías, el empleo público y las ONG desde los 90″.

Me sorprende que a estas alturas aún ningún politólogo haya delineado bien la categoría política “caviar”, como también me deja perplejo que varios analistas reputados lo reduzcan a definiciones muy simples (para León Moya son tan solo “izquierdistas de clase alta” y para Althaus lo mismo, añadiéndoles el antifujimorismo) o hasta interesadas (para Tanaka son simplemente mafiosos que luchan contra activistas anticorrupción, definición penosa e interesada para quedar bien con sus amiguitos de la PUCP y el IEP, donde trabaja).

El origen es francés y quien lo importó fue el periodista Herbert Mujica. Y el término es más rico y de origen más añejo de aquel que creen estos analistas: tiene mucho de eso, pero va más allá de solo pitucos blancos metidos a “progres”.

Los “protocaviares” fueron aquellos alrededor del expresidente Bustamante en los 40. O a Basadre y el fallido partido Social Republicano (1946). Los “caviares aurorales” de los 60 fueron la Democracia Cristiana (antes del cisma derechista de 1967, que origina al PPC) y el Socialprogresismo, partidos que acabaron después de sirvientes del dictador Velasco. Un típico intelectual caviar de esa época es Sebastián Salazar Bondy.

Pero el padre putativo de la caviarada peruana fue el jesuita Felipe McGregor, que volvió a la PUCP el corazón de la caviarada cuando fue rector de ese claustro (1963-77), al influjo del Mayo del 68 francés y de “the New Left” yanqui de Berkeley. Por ejemplo, McGregor alentó, junto al decano Jorge Avendaño, el auge de los “Wisconsin Boys” en Derecho, que fueron a estudiar a esa universidad “progre” gringa. La caviarada moderna proviene de marxistas pudientes que se moderan y entran a las consultorías, el empleo público y las ONG desde los 90, cuando no les molestaba trabajar para Fujimori. Luego Paniagua y Toledo las meten al Estado y allí siguen enquistados (como en la academia y la prensa), ya más “choleados” en sus filas y con aliados (los vargallosistas, RMP, AAR, etcétera).




“Lula se equivocó tontamente”

Entrevista a Eduardo Ponce Vivanco
Perú21, 1 de Junio del 2023

El embajador Eduardo Ponce asegura que fue un grave error del presidente brasileño Lula da Silva invitar a Nicolás Maduro a la reunión de presidentes sudamericanos.

¿Lula da Silva hizo bien en integrar a Venezuela a la cumbre y llamar “narrativa” a la dictadura que vive ese país?

Creo que ha cometido un grave error y me llama mucho la atención porque teniendo una Cancilleria tan profesional, el presidente brasileño debió estar informado. Entonces, me parece que la inauguración de su cumbre no ha podido ser más lamentable y equivocada porque ha generado el rechazo de un presidente de izquierda como es Boric Esto es un pésimo cálculo del Brasil de Itamaratiy de Lula al inaugurar la cumbre recibiendo tan ostentosamente al señor Nicolás Maduro.

¿Se puede aceptar la reintegración de Venezuela que aún vive en dictadura?

Creo que haría muy mal Brasil en no escarmentar porque esta feacción ante lo ocurrido tiene que haberle dolido Lula ha estado lejos de satisfacer sus ambiciones lo que quiere es una plataforma que le permita figurar como una suerte de potencia mundial y se ha equivocado tontamente.

El presidente de Uruguay no quiso estrechar la mano al premier Alberto Otárola, ¿ello tiene alguna explicación?

No he visto la imagen, pero me sorprende de una persona como el presidente de Uruguay. No creo que se encuentre alguna explicación a esto o expresiones previas que hayan sido negativas ante una sucesión constitucional a consecuencia del golpe de Pedro Castillo, que fue televisado. De tal manera que las imágenes y el discurso es prueba más que suficiente de lo que se hizo en el Perú. Además, la presentación de Otárola ha sido muy decorosa.

¿Considera importante que la presidenta Boluarte viaje a futuras cumbres?

A mi me parece lamentable que Boluarte no haya viajado por los intereses del pais y la vocería de alto nivel que ejerce la jefa de Estado en este momento. Creo que el Congreso debe encontrar una fórmula satisfactoria para no cerrarle al Perú una puerta importante para estar presente con otras autoridades internacionales.




Narrativa mentirosa de Lula

Por: Augusto Álvarez Rodrich
La República, 1 de Junio del 2023

Contra los derechos humanos, la democracia y la honestidad.

El ‘retiro’ presidencial convocado por Lula por la integración regional fue un fracaso por el afán del anfitrión de anteponer su propio interés geopolítico al principio vital de la democracia.

“El retiro crea una oportunidad histórica donde la altura la pondrá la grandeza de la que hagan muestra los participantes”, escribió el sábado Pepe Mujica a Lula, y eso fue lo que este defraudó al querer lavarle la cara a la dictadura criminal y corrupta de Venezuela, con una declaración vergonzosa:

“Me estuve peleando con los compañeros socialdemócratas europeos y gente de Estados Unidos, porque para mí era absurdo que quienes defienden la democracia te nieguen a ti como presidente de Venezuela, habiendo sido elegido por el pueblo venezolano. Hay un prejuicio muy grande, porque no les caes bien. Ustedes saben muy bien cuál es la narrativa que han construido sobre Venezuela: del autoritarismo”, le dijo Lula a Nicolás Maduro.

Lula miente. En Venezuela, las elecciones son estafa, Maduro maneja una cleptocracia, se persigue a la oposición y violan los derechos humanos, y los venezolanos desperdigados por el mundo mendigando un lugar para vivir evidencian el desastre que el presidente brasileño atribuye a una ‘narrativa’.

Hicieron bien el uruguayo Luis Lacalle y el chileno Gabriel Boric al marcar distancia de ese exabrupto, a diferencia del argentino Alberto Fernández, el boliviano Luis Arce y el colombiano Gustavo Petro, quien es un ejemplo grotesco del doble estándar. Critica al gobierno peruano, sin fundamento, de ser una dictadura, como volvió a hacerlo en Brasilia, pero se pachamanquea con el autócrata venezolano por considerarlo de ‘izquierda’.

Lula, que en sus presidencias previas fue entusiasta promotor de la exportación de la corrupción de las constructoras brasileñas en la región, cree que América Latina es ‘su’ patio trasero para proyectarse como mediador de la paz entre Rusia y Ucrania, pero actuando de conserje de Xi Jinping y Putin.

Pero es inaceptable querer construir un liderazgo regional con la defensa de una dictadura corrupta como la de Venezuela, en complicidad con Petro y el mexicano Manuel López, lo que explica el respaldo de ambos a otro ladrón y golpista como Pedro Castillo.




Silicon Valley, el fin del valle ‘naif’

Por: Maite Vizcarra
El Comercio, 1 de Junio del 2023

“El mito más desarrollado ha sido aquel de que se puede atraer ingentes cantidades de dinero tan solo con una versión muy preliminar de lo que vamos a proponer al mundo”.

“Work hard, play harder” es el primer contacto que se puede tener con el llamado valle del silicio (Silicon Valley). La frase hace alusión a un estilo de trabajo que se relaciona con intensas horas de trabajo, muchas. Pero, sobre todo, con más horas de diversión. Esa frase no solo describe un estilo de trabajo, sino una forma de vida.

La influencia de ese lugar en la cultura moderna es enorme, no solo porque es la meca de los desarrollos tecnológicos más disruptivos, sino porque es un lugar en donde la posibilidad de forjar fortunas enormes a través de la mera enunciación de ideas muy locas –los llamados ‘elevator pitch’– o a través de versiones muy tempranas de las que pretenden romper el mercado –’killer application’– es muy accesible. Muy accesible si nuestra tecnología es lo suficientemente desestabilizante para lo que ya existe y si se está muy bien conectado.

En el 2015, en Lima, el gurú de la tecnología Salim Ismail –MIT, Singularity University– me describió bien el tipo de emprendimientos que Silicon Valley financiaba: “Si has descubierto cómo viajar en el tiempo, algo así como la máquina del tiempo, Silicon Valley es para ti. Si lo que tienes entre manos no es así, mejor no intentes ir para allá”.

Silicon Valley es un lugar mitificado. Esto implica reconocer que hay verdades que se engrandecen más de lo debido: que ahí es posible encontrar gente fuera del promedio, genial, es cierto. Que mucha de esta gente se convierta en multimillonaria a temprana edad –como Jobs o Gates– es relativamente cierto. Pero el mito más desarrollado ha sido aquel de que se puede atraer ingentes cantidades de dinero tan solo con una versión muy preliminar de lo que vamos a proponer al mundo, vía el llamado “Modelo Mínimamente Viable”.

Pareciese que un lugar mítico requiriese de fábulas para vivir o existiese el deseo de dejarse llevar por la expectativa. Ya antes hubo un antecedente en los años 90, cuando se produjo la caída de las empresas web (la crisis de las “punto com”), debido a la alta especulación que traían y al poco respaldo real que ofrecían a quienes las financiaron.

Y ahora, más recientemente, se corona con otra desilusión que nos lleva a pensar en el fin de la época de gloria de Silicon Valley. Porque, además de ser un caso mediático, la condena a prisión que acaba de merecer Elizabeth Holmes, otrora disruptiva emprendedora de la tecnología para la salud, nos habla del fin de una manera de hacer negocios basados básicamente en un alto optimismo, muchas promesas y pocos resultados.

Holmes les había contado a importantes inversionistas que había encontrado una tecnología “de frontera” para acabar con las pruebas de salud invasivas: a partir de la creación de su empresa, Theranos, las pruebas de sangre ya no iban a requerir de jeringa, pues con una sola gota de sangre era posible hacer complejas evaluaciones como las del cáncer y otras enfermedades mortales.

Gente como Rupert Murdoch –que llegó a invertir US$100 millones en la firma–, Henry Kissinger –el centenario exsecretario de estado de EE.UU.– y los dueños de la cadena Walmart se dejaron llevar por la narrativa mítica y creyeron que los unicornios existían solo porque les mostraron una foto de ellos. Nunca existió la tecnología que Holmes había descrito, pero todos se dejaron seducir por una expectativa.

El Caso Theranos no solo nos habla del fin de una era en la meca de la tecnología global; nos habla de cómo es que las personas actuamos la mayoría de las veces movidos por la emotividad, la simpatía y lo que queremos ver, más allá de las razones lógicas. Y eso también aplica para las expectativas que algunas ideologías prometen en un país menos sofisticado que el valle del silicio, como el Perú.




El lado de la oferta de la descarbonización

Por: Ricardo Hausmann
El Comercio, 1 de Junio del 2023

“Una estrategia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que les dé el mismo peso a la oferta y a la demanda ganaría mayor respaldo político”.

Usted ya ha oído hablar de esto antes: las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son demasiado altas como para impedir cambios catastróficos para nuestro clima. Es preciso concientizar a los países, a las empresas y a las familias sobre la fragilidad del planeta en el que vivimos.

Son cada vez más los economistas que quieren gravar al carbono para fomentar su sustitución. Otros se centran en garantizar que los costos del cambio a energías limpias no recaigan de manera desproporcionada en los países en desarrollo que, según se espera, renunciarán a las fuentes de energía barata a pesar de ser responsables de muchas menos emisiones de GEI –tanto históricamente como en la actualidad– que sus contrapartes desarrolladas.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) les pide a los países que anuncien sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) y espera que la presión social los obligue a cumplir con esas promesas. Todas estas estrategias para promover la transición a energías limpias tienen algo en común: se centran en fomentar la demanda global por descarbonización.

Sin embargo, el lado de la oferta está notoriamente ausente de la conversación. Cada vez que alguien hace una compra, hay alguien que hace una venta; el gasto de una persona es el ingreso de otra. Si bien la estrategia del lado de la demanda hace hincapié en la compra y el gasto, pasa por alto la dinámica crucial de vender y ganar. Esto hace que todo el esfuerzo se vuelva ineficiente, injusto y políticamente engorroso.

Centrarse únicamente en los factores del lado de la demanda es ineficiente. Una creciente demanda de descarbonización, sin un incremento correspondiente en la oferta de las herramientas esenciales como cables, baterías, electrolizadores, vehículos eléctricos (VE), acero verde, fertilizantes y celdas eléctricas, no haría más que hacer subir los precios y enriquecer a los proveedores actuales de estos productos.

Este foco exclusivo en el lado de la demanda de la descarbonización también es financieramente ineficiente. Dirige el capital disponible hacia los grandes emisores y no hacia los potenciales proveedores de recursos de descarbonización.

Un buen ejemplo es la iniciativa “Una transición justa para todos” del Banco Mundial, que brinda financiamiento a los países que cierran las centrales eléctricas alimentadas a carbón. Las alianzas para una transición energética justa que han sido anunciadas hasta el momento han apuntado a los principales consumidores de carbón, pero no respaldan a los países que podrían contribuir del lado de la oferta.

Hasta el momento, la transición energética justa se ha centrado esencialmente en mitigar las pérdidas experimentadas por los trabajadores en la industria de los combustibles fósiles y en gestionar los costos adicionales asociados con abandonar estas fuentes de energía. Pero la transición a energías limpias, probablemente, tenga efectos distributivos significativamente más amplios.

Los países importadores de energía hoy en día incurren en costos muy elevados para comprar carbón, petróleo y gas, lo que enriquece a los exportadores de esos recursos. Un mundo verde alimentado con energía solar, eólica, de biomasa e hidráulica resultaría en una distribución más equitativa de la producción que favorecería a regiones como los trópicos y las zonas áridas.

Como el petróleo es tan barato de transportar, hizo que el mundo se volviera energéticamente plano, permitiendo que industrias de alto consumo de energía como el acero y los productos químicos puedan operar en países importadores de energía. Pero es poco probable que esto siga siendo sustentable en un mundo verde. Dado que las energías renovables son mucho más costosas de transportar que el petróleo, las industrias de alto consumo energético probablemente intenten reubicarse más cerca de zonas ricas en energías verdes.

Una estrategia que incluya tanto el lado de la demanda como el de la oferta de la descarbonización fomentaría coaliciones mucho más amplias en favor de una transición acelerada. Si los países pudieran forjarse un rol como proveedores de las herramientas de la descarbonización, tendrían un incentivo para presionar por un mundo que demande más sus nuevas exportaciones.

Comparemos ese incentivo con la noción de que instalar solamente paneles solares generaría suficientes empleos como para justificar la transición a energías limpias. Esos empleos nunca podrían convertirse en un motor de crecimiento porque la mayor parte del gasto va hacia los productores de paneles solares. Por el contrario, convertirse en los proveedores de herramientas de la descarbonización del mundo les permitiría a los países en desarrollo crear nuevos flujos de ingresos nacionales y regionales, facilitando un crecimiento generalizado del empleo en todas las actividades económicas.

La estrategia prevaleciente para reducir las emisiones de GEI amenaza con hacer que la transición a energías limpias se vuelva ineficiente, costosa, injusta y políticamente contenciosa, mientras que una estrategia que les dé igual peso a los lados de la oferta y de la demanda reduciría los costos, promovería la justicia y ganaría mayor respaldo político. Esta estrategia movilizaría el potencial creativo de los países al ampliar su foco, pasando de sus propias emisiones a satisfacer las necesidades de un mundo en proceso de descarbonización. Esa es una estrategia de crecimiento para todos y un llamado a la acción más convincente y lleno de energía.

–Glosado y editado–

Project Syndicate, 2023




Un siglo con Kissinger

Fernando Rospigliosi
CONTROVERSIAS
Para Lampadia

El sábado pasado cumplió cien años Henry Kissinger, el más importante diplomático de nuestro tiempo, que es también un intelectual brillante.

Judío nacido en Alemania en 1923, huyó con su familia de la barbarie nazi y se refugió en los Estados Unidos. Siendo profesor en Harvard, se incorporó como consejero de Seguridad Nacional en el gobierno de Richard Nixon y fue luego Secretario de Estado con él y su sucesor Gerald Ford.

Dos de sus operaciones más significativas fueron establecer relaciones con China de Mao Zedong -hasta ese momento aislada y excluida de la ONU- y negociar el fin de la guerra de Vietnam, por lo cual ganó el Premio Nobel de la Paz.

Teórico notable de las relaciones internacionales, es un crítico de la política “idealista” predominante en los EEUU desde Woodrow Wilson (presidente entre 1913 y 1921), aunque siempre entendió que tenía que manejarse cuidadosamente en un ambiente influido decisivamente por esas ideas.

En su libro “La diplomacia” (1994) explica como desde la fundación de los EEUU “la política exterior [trazada por los Padres Fundadores] fue un refinado reflejo del interés nacional”, aunque el país estaba lejos de los centros de poder de la época.

Las cosas cambiaron entrado el siglo XX, cuando los EEUU se convirtieron en un actor importante en la escena internacional. Theodore Roosevelt, (presidente 1901-1909), “un agudo analista del equilibrio del poder. Insistió en que se atribuyera a los EEUU un papel internacional porque así lo exigía su interés nacional y porque, según él, un equilibrio global del poder era inconcebible sin la participación norteamericana.”

En cambio, “para Wilson, la justificación del papel internacional de los EEUU era mesiánica: el país no tenía un compromiso con el equilibrio del poder, sino la obligación de difundir los principios norteamericanos por todo el mundo.”

El fracaso de esa política se demostró en los acuerdos de Paris en 1919 y el Tratado de Versalles, que tuvieron como protagonista al propio Wilson, y en la inutilidad de la Sociedad de las Naciones, creada a instancias de Wilson y en la que los EEUU se negaron a participar, a pesar los esfuerzos de su presidente. (Ver Margaret MacMillan, “Paris, 1919”).

En “Orden mundial” (2014), Kissinger desarrolla varios conceptos básicos en la misma dirección. Allí explica su adhesión a los principios de la Paz de Westfalia (1648) que dio fin a la guerra de los treinta años:

“La Paz de Westfalia reflejó una adaptación práctica a la realidad, no una visión moral única. Se basaba en un sistema de estados independientes que se abstuvieran de interferir en los asuntos internos ajenos y controlaran mutuamente sus ambiciones a través de un equilibrio general del poder.”

Y precisa como los EEUU se mueven en una ambivalencia que muchas veces ha producido resultados negativos:

“Estados Unidos ha oscilado entre defender el sistema westfaliano o reprobar sus premisas de equilibrio de poder y no injerencia en los asuntos internos por considerarlas inmorales y obsoletas, y en ocasiones ha hecho las dos cosas a la vez. Continúa afirmando la relevancia universal de sus valores para la creación de un orden mundial pacífico y se reserva el derecho de defenderlos a nivel global.”

Es decir, esos principios westfalianos implican reconocer a los Estados y no interferir en sus asuntos internos, guiando la política internacional en función del interés nacional. Mientras que la política wilsoniana, “idealista”, pretende imponer los valores norteamericanos en todas partes, a veces con resultados que van en contra de los intereses de los EEUU.

Por ejemplo, en 1979, el gobierno de Jimmy Carter contribuyó decisivamente al derrocamiento del Sah de Irán, un firme aliado de los EEUU en el Medio Oriente, aduciendo que no era democrático y era corrupto.

La consecuencia es que se hizo del poder una pandilla de fanáticos fundamentalistas islámicos, que han sometido a su pueblo a una represión brutal y lo han hundido en la miseria, son enemigos acérrimos de los EEUU, han cometidos atentados terroristas en todo el mundo y pretenden conseguir armas atómicas con el declarado propósito de borrar de la faz de la tierra a Israel.

En “China” (2011), Kissinger relata una anécdota significativa, que muestra como el interés nacional guía las decisiones por encima de la ideología. En una reunión el 21 de febrero 1972 con Mao Zedong, Zhou Enlai, Richard Nixon y él, se produjo este diálogo:

“Cuando la reunión estaba a punto de terminar, Mao, el profeta de la revolución permanente, recalcó al presidente de las entonces vilipendiada sociedad imperialista-capitalista [Nixon] que la ideología ya no venía al caso en las relaciones entre los dos países:

    • “Mao: creo, que por regla general, las personas como yo parecemos cañones. (Carcajadas de Zhou). Es decir, algo así como ´el mundo tiene que unirse y derrotar al imperialismo, al revisionismo y a todos los reaccionarios y establecer el socialismo´.”
    • “Mao se rio a mandíbula batiente de su insinuación de que todo el mundo podía haberse tomado en serio una consigna que llevaba décadas pintada en los lugares públicos de todo el país.”

En ese momento, mientras Mao y Zhou se carcajeaban de sus propias arengas mientras negociaban con el “imperialismo” en función de sus intereses nacionales, en el Perú un grupo de desquiciados encabezados por Abimael Guzmán se preparaban para ensangrentar el país siguiendo esa ideología que solo merecía risotadas de sus creadores.

En síntesis, Kissinger no solo es un extraordinario diplomático, sino que es también uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo. Él tuvo la habilidad -y la suerte- de participar en el gobierno de los EEUU y de contribuir a modelar la política exterior de ese país en momentos importantes. Lampadia




Descalificaciones políticas

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

En sentido contrario de lo que se esperaba en la política global y regional, se está produciendo una recuperación de las derechas y centro derechas, y los que ven retroceder sus espacios de poder, las izquierdas de todos los colores, recurren aquí y allá a la descalificación de las fuerzas políticas emergentes.

En Europa, en el Mediterráneo, las derechas están recuperando el poder con mucha fuerza, como se comprueba con los últimos procesos electorales de Grecia, España e Italia. En Chile, la debacle del régimen izquierdista conducido por Boric y Vallejo, han dejado paso, sorprendentemente rápido, a la recuperación de las derechas con Kast y Republicanos.

En todos los casos se recurre al San Benito descalificador de acusarlos de radicales de extrema derecha. En España, en sus estertores políticos, Sánchez, más allá de las nítidas descalificaciones, vaticina terribles desgracias sociales a los españoles.

Igual es en el Perú, donde, por ejemplo, Keiko Fujimori y Rafael López Aliaga son caricaturizados como de extrema derecha por los caviares y las izquierdas.

Leamos el descargo de Fernando Claro, de la Fundación para el Progreso, sobre Republicanos:

«Republicanos no representa una derecha extrema ni radical»

Fernando Claro
Fundación para el Progreso – Chile
Publicado en El Mercurio
28.05.2023

¿Qué ideas deben reivindicar las derechas?

Las derechas tienen que mantenerse en lo que siempre han sido, por lo cual han sido reconocidas en Chile y en el mundo, que es por el orden y el Estado de Derecho. Y eso implica obviamente la seguridad y el respeto a las reglas, prosperidad y respeto a los otros. Que son las cosas que se han dejado de lado por querer parecer «cool».

¿Son esos principios los que explican el avance de republicanos?

Republicanos no trae nada nuevo, más que un discurso nítido al respeto. Y eso, sumado al completo caos en el que nos tiene sumido el actual Gobierno, obviamente que cunde mucho más. También ha influido que la derecha histórica empezó a enredarse en su discurso y fue poco clara en defender sus principios. La derecha histórica ha sido muy poco clara en transmitir a la ciudadanía quiénes son.

El Partido Republicano viene acompañado de ideas valóricas conservadoras. ¿Cómo lo ve?

Republicanos no representa una derecha «extrema» y/o «radical». Eso es una etiqueta falsa que trata de instaurar la izquierda y la centroizquierda para mantener un enemigo fácil.

Los republicanos no han mostrado ningún hecho ni ideología contraria a la democracia representativa. José Antonio Kast en su historial ha sido muy respetuoso de las elecciones. Y también defienden los derechos fundamentales de una democracia liberal.

La gran novedad dentro de los republicanos es que son cristianos en su ideología. Personalmente y como liberal, soy contrario a eso, pero creo que esas fuerzas siempre van a estar presentes en Chile. El cristianismo es una fuerza importante, que creo que debería aliarse con los liberales, sin que eso impida que los liberales sean igual de claros en cuanto a defender el orden, el Estado de Derecho y la separación de poderes.

Esas etiquetas muchas veces vienen de la propia centroderecha…

Es un error de parte de Chile Vamos atribuirles ese tipo de etiquetas a republicanos. Ellos tienen que ser claros en diferenciarse de republicanos en cuanto a lo que son, pero no darles etiquetas falsas. Demostrar quiénes son de manera positiva, propositiva, de que son liberales, que tienen ciertas ideas en las que se diferencian.

¿Qué está en juego con una nueva Constitución?

Chile se juega la oportunidad de al fin cambiar la Constitución de manera democrática, a pesar de que la Constitución de Lagos esté súper legitimada.

Esperemos que sea una Constitución buena, liberal y que controle fuertemente a quienes busquen destruir la democracia liberal. Es una gran oportunidad de todos los chilenos de salir al fin de este problema y darnos estabilidad de aquí para siempre, y que de aquí en adelante no sean más que reformas. No tiene ningún sentido andar haciendo asambleas constituyentes.

La pelota la tiene el Partido Republicano…

Republicanos tiene todos los incentivos para jugársela y demostrar que pueden gobernar y que pueden entregar una Constitución, mediante la cual conversaron con toda la centroderecha y hacer algo más liberal de lo que ellos representan.

¿Cómo deben convivir las distintas derechas?

Las dos derechas presentes en el Consejo tienen que ponerse de acuerdo e incluso conversar con la centroizquierda extra convencional. Con eso, van a tener una fuerza electoral importante para el plebiscito de salida.

¿Sigue el «malestar silencioso» en Chile?

El malestar existe en el sentido de que hay muchas cosas que los chilenos exigen mejorar de parte del Estado.

Incluso hay más pobreza, mala salud todavía, la educación se destruyó después de la pandemia. Eso no quiere decir que el estallido haya sido representativo de lo que los chilenos pensaban, más aún después de haber visto lo que ha pasado con las elecciones. Lampadia




Economía peruana podría crecer solo 0.8% este año

Por: SBS/IPE
Perú21, 31 de Mayo del 2023

Es el escenario previsto por estrés por problemas climáticos y reinicio de las protestas. El Instituto Peruano de Economía está evaluando a la baja su proyección de avance del PBI de 2023.

La economía peruana corre el riesgo de crecer este año solo 0.8%, según el Informe de Estabilidad del Sistema Financiero de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).

Según el documento, para que se dé un avance tan lento se tendría que generar un escenario de estrés en el que los conflictos sociales se activen nuevamente en la segunda mitad de 2023, “acentuando la inestabilidad política nacional”.

“Se debe considerar la posibilidad de que se mantenga la incertidumbre política y que se desarrollen nuevos conflictos sociales, lo que podría afectar las expectativas empresariales y la actividad productiva de algunos sectores como la agroexportación y minería, entre otros”, se precisa en el documento de la SBS.

En el escenario de estrés también se incluyen las condiciones de un Fenómeno de El Niño costero de magnitud moderada hasta el invierno del presente año.

Ambos eventos tendrían un impacto principalmente en el sector agrícola, pesquero, comercio, turismo y minería.

Al respecto, el economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Teodoro Crisólogo, manifestó a este diario que están revisando a la baja la proyección de 1.9% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que tiene el IPE.

Este cambio responde principalmente al pobre desempeño de la inversión privada durante el primer trimestre del año. Este indicador registró un retroceso de 12% en los tres primeros meses.

La proyección que tiene la institución para el desembolso privado 2023 es de un descenso de 3%, aunque también se está revisando.

“No solo es por lo ocurrido en el primer trimestre. Hay indicadores que demuestran que la debilidad de la inversión privada ha continuado en el inicio del segundo trimestre”, precisó a este diario.

Datos:

La SBS precisó que a marzo, el sistema financiero ha recuperado el dinamismo de años anteriores.

Señaló que el crecimiento anual de la cartera total, sin considerar programas de gobierno, ha sido de 9.2%, con un mayor dinamismo en los créditos de consumo.




“Política y empresa”

Por: Alfonso Bustamante Canny
Perú21, 31 de Mayo del 2023

“Los partidos políticos deben reforzar su gobernanza, con un código de integridad donde impere el honor, con verdaderas elecciones internas, preparación de cuadros descentralizados y con un plan de gobierno enfocado en el desarrollo de las personas”.

Hace unos días en este diario, Ipsos publicó una estadística sobre las preferencias políticas de los peruanos, ubicando a un importante grupo de connacionales con tendencias moderadas, lo que nos devuelve la esperanza en lograr una propuesta política constructiva para el Perú en la contienda electoral de 2026.

Pero las experiencias recientes nos demuestran que el sistema electoral actual nos obliga a elegir al mal menor en la segunda vuelta, quien inevitablemente iniciará su mandato presidencial sin respaldo político ni popular. En los comicios de 2021, los peruanos tuvimos que elegir entre 20 candidatos presidenciales en primera vuelta, ninguno de los cuales alcanzó siquiera el 20% de la preferencia electoral.

Urge entonces corregir nuestros procesos:

Los partidos políticos deben reforzar su gobernanza, con un código de integridad donde impere el honor, con verdaderas elecciones internas, preparación de cuadros descentralizados y con un plan de gobierno enfocado en el desarrollo de las personas.

El Poder Ejecutivo y el Congreso deben propiciar una reforma política que evite la dispersión de candidaturas, elevando la valla electoral y permitiendo la reelección congresal a fin de evitar la impunidad política sobre su gestión. También se debe proveer de mecanismos que permitan acceder a financiamiento público a los partidos políticos que superen esta valla y cuenten con instrumentos para rendir cuentas de manera transparente.

Como consecuencia de la inestabilidad política generada por el gobierno de Pedro Castillo, en los períodos 2021 y 2022, la Bolsa de Valores de Lima reportó que las empresas priorizaron el reparto de dividendos frente a la reinversión de utilidades, lo que se refleja en un decrecimiento de la inversión privada del 12% en el primer trimestre de 2023.

Según el Banco Mundial, “la inversión privada impulsa el crecimiento económico al fomentar la creación de nuevas empresas, la generación de empleo y el desarrollo sostenible. Estos factores ayudan a reducir la pobreza, mejorar los niveles de vida y aumentar la capacidad adquisitiva de la población”.

En el Perú la inversión privada representa más del 85% de la inversión total del país, por ello urge recuperar la confianza y promover la inversión privada con políticas transparentes y predecibles, con gestión pública eficiente, justa y sin sesgos represivos ni desmesuradas sanciones, que acompañen el crecimiento y no lo ahuyenten.

Avisados estamos: no hay cuerdas separadas entre política y empresa.