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Un monstruoso despropósito

Un monstruoso despropósito

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

La reforma del sistema de pensiones tenía que priorizar la falta de cobertura, el mayor problema actual. El 70% de los peruanos no tienen respaldo para la vejez.

Pero la bendita ‘comisión especial multipartidaria encargada de evaluar, diseñar y proponer el proyecto para la reforma integral del sistema previsional peruano’, se dedicó a malograr lo que mejor funciona, el Sistema Privado de Pensiones (SPP).

Actualmente, el SPP da una pensión promedio de S/. 1,181, a diferencia de los S/. 784 que da el sistema público de la ONP, que solo cubre a los que hayan aportado 20 años (el 60% se queda sin nada).

Además, es muy notorio que, a la fecha, de los 100,000 millones de soles que se han generado en el SPP, dos tercios son producto de la rentabilidad acumulada, gracias al efecto ‘mágico’ de la tasa de interés compuesto. (Por ejemplo, 10 soles aportados a los 18 años, con un rendimiento anual de 7%, genera 240 soles a la edad de 65 años).

Fuente: AFP Horizonte

Todos los intentos de llevar a los informales a afiliarse a un sistema de pensiones, han fracasado. Por esta razón, en Lampadia, en enero del 2014, propusimos un modelo de generación de pensiones que no se basara en la renta, como actualmente, sino en el gasto. La idea es usar los pagos individuales de IGV como fuente de aportes individuales para la formación de fondos previsionales.

El sistema establecería que todos los ciudadanos, desde la edad de 18 años, aporten a su fondo individual de pensiones una parte de lo que paguen por IGV cada vez que consuman. En otras palabras, cada vez que un ciudadano consuma, el Estado le devolvería para su fondo individual, digamos cinco puntos de los 18 pagados por IGV.

Veamos una simulación de rangos de aportes:

Estos cálculos están basados en que una persona con un ingreso mensual de S/. 1,500, que consume el 80% de su ingreso, podrá obtener, con sus consumos realizados entre los 20 y 65 años, destinando un punto de IGV (1 de 18) de sus compras a su fondo individual, con una rentabilidad real anual de 7%, una renta vitalicia equivalente de S/. 181. Esto le daría una tasa de reemplazo (es decir la pensión obtenida como fracción del ingreso obtenido durante la etapa laboral) de 12.1%. Con 5 puntos de aporte, la pensión llegaría a 905 soles y la tasa de reemplazo sería del orden de 60.5%.

Este modelo previsional permitiría lograr un sistema Universal, Voluntario, Formalizador y Autofinanciado. Ver en Lampadia: Pensión para todos.

De esta manera, los trabajadores independientes, informales o no, que no cuentan con ingresos por planilla, pueden tener acceso al sistema de pensiones. El incentivo de recibir una pensión por pagos de IGV ya efectuados (a pérdida desde el punto de vista del ciudadano), debe ser suficiente para que todos pidamos comprobantes de pago, formalicemos el empleo y aumentemos la recaudación efectiva de IGV, que hoy no pasa de 10%.

El sistema previsional no es un juego. Es un tema que determina la calidad de vida de nuestros ciudadanos después de su vida laboral y, además, la salud fiscal del Estado.

En general los sistemas pensionarios son un fracaso en la gran mayoría de países, incluyendo a los países más ricos. El modelo tradicional para el manejo de las pensiones es el sistema de reparto. Un sistema en el que los trabajadores mantienen con sus aportes corrientes a los jubilados, una suerte de ruleta, en la cual ellos también serán mantenidos por los futuros trabajadores.

Más allá de la ineficiencia de los estados para administrar fondos, todo funcionaba teóricamente hasta que se empezó a alargar la esperanza de vida. Todos los modelos de reparto entraron en déficit, creando inmensos huecos fiscales que muchas veces superan el PBI de sus economías, o en países más pobres dejando a los jubilados con pensiones miserables.

Afortunadamente, hace unos 40 años, en Chile, se creó el sistema de cuentas individuales de ahorro para pensiones sujetos a capitalización individual, manejados por especialistas financieros privados.

Esto transformó el tema de las pensiones y lo hizo sostenible financieramente. Este modelo fue adoptado por muchos países, con distintas variantes, entre ellos el Perú desde 1993.

Pero en el Perú, sobre la base de un desconocimiento generalizado del tema pensionario, y por la natural preferencia de lo actual sobre lo futuro, nuestros políticos han encontrado un espacio para hacer populismo con propuestas engañosas. Entre el retiro del 95.5% al momento de la jubilación, los retiros anticipados, y las devoluciones de aportes, se está condenando a millones de peruanos a no tener pensiones, y eventualmente al Estado, a tener que responder con alguna variante de la limitada pensión 65.

La comisión de reforma ha recibido múltiples recomendaciones, que han tirado en saco roto. En lugar de construir sobre lo avanzado y de mejorar el sistema, pretende regresar a pensiones administradas por el Estado con un componente importante de reparto, con una canasta común financiada por aportes individuales. Ver en Lampadia: Se viene un camello para el manejo de las pensiones.

La propuesta de la comisión de reforma es regresiva, anti moderna y empobrecedora de la calidad de vida de los peruanos. Tenemos que salir al frente para evitar semejante despropósito. Lampadia




El Congreso se ha propuesto dinamitar el Estado

El Congreso se ha propuesto dinamitar el Estado

Jaime de Althaus
Para Lampadia

El Congreso no solo se ha propuesto demoler el sistema privado de pensiones, dejando sin pensión a los aportantes, sino que, como si fuera poco, se ha propuesto dinamitar el Estado, la estabilidad fiscal del Estado. Abrirle boquete tras boquete hasta hundirlo.

Lo último ha sido el propósito de insistir en la ley observada por el Ejecutivo que disponía devolver los fondos de las ONP, que tiene un costo de 17 mil millones de soles. Un verdadero coche bomba.

Antes de eso dos dictámenes aprobados en la Comisión de Constitución tendrían también consecuencias letales. El primero deroga un decreto de urgencia que ordenaba el proceso de negociación colectiva en el Estado y ponía límites a los acuerdos. Y el segundo deroga otro decreto de urgencia relativo a las reincorporaciones por mandato judicial de personas que ni siquiera habían ingresado por concurso público y para las que no existía plaza presupuestal.

Ambos temas se habían escapado completamente de control, amenazando seriamente la disciplina fiscal del país, una conquista nacional que es una de las pocas fortalezas del Perú. Resulta que en muchas entidades públicas las negociaciones colectivas se resuelven en laudos que otorgan aumentos y beneficios inmanejables que pueden convertirse en una bomba de tiempo fiscal y que generan una situación caótica e injusta donde pequeños grupos son privilegiados en detrimento de la calidad de los servicios públicos para todos los peruanos. En el caso de las reposiciones judiciales el costo, según el MEF, alcanza los S/ 151 millones cada año y podría llegar a más de S/ 1,300 millones.

Era indispensable ordenar y poner límites a esos temas, para desactivar la bomba de tiempo que ya se encendió. Por eso, es muy irresponsable derogar esos decretos de urgencia. Se trata de dictámenes desvergonzadamente clientelistas orientados a satisfacer el pedido de los sindicatos con la idea ilusa de ganar el voto de los empleados públicos. Solo se piensa en el interés político inmediato.

Estos han sido los últimos dos torpedos de una batería que ya ha disparado toda una serie anterior. Tuvimos el que regalaba nombramientos y ascensos automáticos a todo el personal de Salud y Essalud, que no solo entraña un costo fiscal permanente de 4 mil millones de soles, sino además la anulación de la meritocracia en el sector. Fue observado por el Ejecutivo y aprobado por insistencia. Ha sido demandado ante el Tribunal Constitucional.

Se aprobó el que reponía a 14 mil maestros que no habían pasado evaluación, que también destruye el principio meritocrático. Y otros más.

No solo se revienta el fisco, sino que se sabotea la meritocracia, indispensable para tener un Estado al servicio del ciudadano y no de sí mismo, o de sus empleados. Al Congreso no le interesa otra cosa que sus propios apetitos políticos. Lampadia




Proyecto de ley afectaría gravemente la jubilación

Recientemente, la Comisión de Trabajo y Seguridad Social del Congreso emitió un dictamen a favor del Proyecto de Ley N°3060/2017-CR presentado en agosto del 2018, que permite a todo afiliado al Sistema Privado de Pensiones (SPP), no menor de 45 años, el retiro íntegro de los aportes, siempre que acredite encontrarse desempleado por un período mínimo de 12 meses. Ello aún cuando entidades de vasto prestigio técnico del sector público -como el MEF y la SBS- e importantes gremios del sector privado –como la Asociación Peruana de Empresas de Seguros y la Asociación de AFP- mostraron su rotundo rechazo a dicho proyecto de ley.

Una vez más el Congreso quiere inducir de manera irresponsable y demagógica -al igual que con el proyecto de ley que permitió el retiro anticipado del 95.5% de los fondos desde el 2016- un mayor deterioro y – por qué no decirlo – un desmoronamiento de un sistema que ha demostrado ser, en el ámbito de su cobertura, de los más eficientes a nivel mundial – reporta la cuarta rentabilidad real a 15 años más alta a nivel mundial, además ser largamente superior a la de otros productos financieros como los depósitos a plazo, fondos mutuos, entre otros – y cuyas comisiones cobradas se encuentran entre las más competitivas de la región (ver Lampadia: Lo importante es lograr cobertura universal). Asimismo, como indicaría recientemente Giovanna Prialé, presidenta de la Asociación de AFP, los ahorros administrados por el sistema representan la principal fuente de ahorro interno en el Perú, la cual asciende al 22% del PBI.

Sin embargo, aún con todos estos atributos que saltan a la vista, nuestros políticos insisten en destruir un sistema de cuentas individuales que, a la fecha, ya protege a 7 millones de peruanos de una situación económica adversa –que puede desembocar en pobreza – en la etapa posterior a la jubilación.

Peor aún, el Congreso no puede pretender llevar a cabo la promulgación de dicha ley, si, como señaló Jaime de Althaus recientemente, en el Perú son pocos los que cuentan con pensiones –solo 1 de cada 4 peruanos que trabajan aportan al SPP- , además de la inminente bomba fiscal que heredaremos ya no solo con la ONP –cuya deuda para con sus aportantes asciende a medio PBI- sino con los peruanos que, en ausencia de ahorro previsional, no podrán contar con recursos una vez entrados a la jubilación.

En ese sentido, reiteramos que el centro del debate de la reforma previsional no debe ser más el retiro anticipado de los fondos –como ha estado pretendiéndolo hacer el Congreso en los últimos años – sino el incremento de la cobertura, de manera que nuestro país pueda tener un verdadero sistema de pensiones formalizador, voluntario y sobretodo, universal. Esto se puede hacer a través de aportes individuales de canjes parciales de los pagos del IGV (ver Lampadia: El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo).

Urge pues, hacer un llamado al Congreso a desechar dicho proyecto de ley. Esta impronta populista no puede concretarse, en pos del bienestar de nuestros futuros pensionistas y jubilados. Ellos merecen un sistema que pueda garantizarles una buena calidad de vida, inclusive en los últimos años de su existencia. Siempre velaremos por ello. Lampadia




Gobierno se apresta a destruir el SPP

Gobierno se apresta a destruir el SPP

Lamentablemente, en el Perú, muchas veces hacemos las cosas a medias, y luego, en vez de arreglarlas, las terminamos de malograr. Este es justamente, el caso del Sistema Privado de Pensiones (SPP).

  • Se hizo a medias, porque se mantuvo un sistema estatal de reparto que estafó a miles de peruanos con topes bajos de pensiones, la pérdida de los aportes de los que acumularon menos de 20 años de cotizaciones, y con bajos rendimientos de las inversiones del operador estatal, la ONP, a cargo del Sistema Nacional de Pensiones (SNP).
  • Se hizo a medias, porque, tanto el SPP como el SNP, se basaban en aportes de las planillas de los trabajadores, o sea, solo cubrían a los trabajadores formales, dejando fuera al 75% de los trabajadores.

  • Se terminó de malograr, porque en vez de unificar los sistemas hacia uno basado en cuentas individuales sin pérdidas de aportes por menos de 20 años, se atacó políticamente al sistema privado, no se fijó una pensión mínima en el SPP, y se atrajo más trabajadores al SNP, para estafar a más peruanos.
  • Se terminó de malograr, porque no se enfrentó la mayor deficiencia de ambos sistemas, la falta de cobertura de los trabajadores independientes. Teniendo como hacerlo, llevando la fuente de los aportes de la renta de las planillas de los trabajadores, a canjes parciales de pagos de IGV, para todos los trabajadores. Ver en Lampadia: Sobre formalización, pensiones e IGV.
  • Se terminó de malograr, porque el Estado dio el mal ejemplo de no abonar las retenciones de sus trabajadores a sus cuentas pensionarias individuales y de reparto.
  • Se terminó de malograr, porque al no haber incluido en un sistema previsional a todos los trabajadores, se creó el espacio político para que los políticos populistas buscaran réditos políticos desprestigiando el SPP, y, finalmente, desbaratándolo, al permitir el retiro del 95.5% de los fondos privados al alcanzarse la edad de jubilación.

La situación actual, determina un sistema insostenible fiscalmente, porque no solo se mantiene el déficit de la ONP en el SNP, también se tendrá que crear algún esquema de protección previsional, cuando se haga patente la pérdida de protección de los afiliados al SPP, luego de que se hayan agotado los fondos retirados bajo la norma del 95.5%.

Sin embargo, como estamos en el gobierno de los economistas (PPK, Fernando Zavala, Mercedes Aráoz, Alfredo Thorne y Claudia Cooper), se esperaba el diseño de un nuevo sistema de pensiones, que cubriera a todos los trabajadores, con pensiones basadas en aportes individuales.

Pero increíblemente, según trascendidos, el gobierno está por hacer público un esquema de pensiones vergonzoso, que adolece gravemente de los siguientes defectos:

  • Ha sido diseñado en secreto, a espaldas de los ciudadanos, y se mantiene bajo siete llaves.
  • El nuevo esquema se olvida, se zurra, en los independientes, que no están considerados en ninguna forma.
  • Se estaría descartando definitivamente, la posibilidad de usar los canjes de pagos de IGV, que podrían cubrir al universo de trabajadores.
  • Se le encargaría a la SUNAT, la recaudación de los aportes individuales, con una jugosa comisión de por medio.
  • Se encargaría el manejo de todo el sistema a la ONP, el brazo estatal de pensiones, que antes de cuidar los aportes personales de los trabajadores, cubriría sus costos. Costos de un monopolio estatal, el peor de todos los monopolios, pues actuaría por la libre.
  • Finalmente, los fondos individuales de los trabajadores, irían a operadores privados para que gestionen la inversión de los mismos.
  • Esto implicaría que los fondos individuales pasen varios días entre la recaudación por parte de la SUNAT, hasta su inversión efectiva, a cargo de algún operador de inversiones.
  • El rendimiento de las inversiones, regresaría a la ONP, ya sea para que se encomiende otra gestión de inversiones, o para pagar las pensiones a los afiliados. Más días de rentabilidad perdidas.
  • Se supone que la selección de los gestores de las inversiones, se haría mediante licitaciones manejadas por la ONP.

¡Dios nos libre de que semejante elucubración se convierta en ley!

En Lampadia, llamaremos a este entuerto: el NEO-SPP.

NEO-SPP por: Sistema Patético de Pensiones.

Ver la operatividad del NEO-SPP en el siguiente gráfico:

Levantemos nuestras banderas, no podemos permitir que el gobierno disponga de la suerte de los fondos previsionales, de propiedad de cada afiliado, poniéndolos en manos de entidades gubernamentales, cuyos objetivos y compromisos están muy lejos de la necesidades y aspiraciones de los ciudadanos, máxime, si al mismo tiempo se abandona a los independientes, a su propia suerte.

En el empeño de la reforma en ciernes, primero se estuvo coqueteando con la idea de un funcionario del BID, Santiago Levi, de usar los canjes de IGV, pero para aportes a un pozo colectivo que determinaba pasar a un sistema de reparto. Un esquema inspirado en una visión fiscalista más que previsional, y que lamentablemente, algunos economistas peruanos, confundieron con la propuesta de Lampadia, de mantener las cuentas individuales, la esencia de la gran reforma previsional de los años 90, que se extendió por el mundo como uno de los mejores aportes sociales y fiscales de los tiempos modernos.

Otra idea que anda compitiendo con lo expresado anteriormente, es la del llamado: ‘Matching’. Incentivar a los trabajadores a hacer aportes de doble impacto, pues el Estado aportaría otro tanto, doblando el aporte del trabajador. Una solución insuficiente para superar el gran reto del sistema pensionario, la afiliación de los independientes, quienes, ya sabemos, tienen una gran resistencia a disponer recursos hoy (así sea en menor proporción), para beneficios futuros.

El nuevo Sistema de Pensiones tiene que incluir a los independientes, entre los que están los ciudadanos menos favorecidos. Su diseño debe basarse en ese objetivo. No podemos darles la espalda.

Lamentablemente, por lo visto hasta ahora, ni el gobierno, ni las AFPs, tan lejanas de sus afiliados por esa competencia de atributos patrimoniales, que capturó el enfoque publicitario del sistema durante muchos años, muestran la más mínima preocupación por servir y proteger a la gran mayoría de trabajadores peruanos, los independientes, la clase media emergente, ese pulmón social y económico de la nueva economía peruana.

El siguiente gráfico muestra el esquema propuesto por Lampadia, que se basa en aportes y pensiones individuales, originadas mediante canjes VOLUNTARIOS, de una fracción de los pagos por IGV, que hagan los ciudadanos mayores desde los 18 años de edad.

  • Diez Soles aportados a los 18 años, generan un valor de S/. 240 a los 65 años, con un rendimiento promedio de 7% anual.

Como se aprecia en el gráfico, todos los trabajadores tendrían el incentivo de canjear sus pagos de IGV por aportes a sus cuentas de pensiones individuales. Cada trabajador elegiría su AFP, pudiendo cambiarla a su decisión. Las inversiones se harían bajo las regulaciones que el Estado vea convenientes, en los mercados peruanos y globales, produciendo las mejores pensiones posibles, incluyendo una pensión mínima, de ser el caso.

Entendemos que nuestras ideas, no son necesariamente las únicas buenas, lo que nos resistimos a entender, es que no se consideren cuando se buscan cambios para salir de perdedores; y que, en el Perú del siglo XXI, se siga decidiendo la suerte de los ciudadanos a puertas cerradas, entre gurús y gobernantes lejanos del sentir ciudadano. Lampadia




¡Cuando te jubiles, yo ya no estaré por acá!

Ya todos sabemos que en el Perú, el anterior Congreso de la República, presidido por Luis Iberico, empezó la demolición del Sistema Privado de Pensiones (SPP) permitiendo el retiro de los fondos a la edad de 65 años y adelantos del 25% para equis fines. Todo esto se respaldó por supuesto en propuestas populistas que se apoyaron en la natural propensión del ser humano a preferir dinero en el corto plazo antes que en el largo. Además, las irresponsables normas fueron aderezadas por gran parte de los medios de comunicación, algunos por purismo liberal y otros por ignorancia y oportunismo.

Contrario a lo que pronosticaban los promotores de las nuevas normas, incluyendo economistas como Mendoza de la UP, la tendencia al retiro de los fondos es masiva. Por ejemplo, Jorge Ramos, CEO de SURA (AFP Integra), hizo los siguientes comentarios en Gestión (ver en Lampadia):

  • Las estadísticas demuestran que ahora solo el 1% de las personas que se jubilan destinan el 100% de su ahorro previsional para una pensión.
  • Un 8% retira una parte de su fondo, en promedio dos tercios de su ahorro. Estos, en promedio, tienen un fondo de S/ 350,000.
  • Pero estos retiros se vuelven una fiesta para los que tienen fondos más pequeños, de S/ 80,000 a S/ 90,000. Ellos retiran todo. En este segmento, el efecto riqueza se vuelve más potente, es decir, la gran mayoría de personas que tiene en su cuenta hasta S/ 100,000 jamás han tenido acceso a ese monto de dinero; es como si ganaran un premio.
  • El 50% usa los fondos que retira para poner un negocio propio, 20% lo destina a inversiones y el 30% a consumo.
  • Lo más riesgoso de todo es el 50% de jubilados que retiran su fondo para abrir un negocio propio, porque en el Perú solo uno de cada ocho emprendimientos tiene éxito.
  • Lo peor de todo es que casi la mitad de las personas que solicitan retirar el 95.5% de sus fondos tiene menos de 65 años. Por la jubilación anticipada por desempleo, quienes tienen 50 o 55 años, dependiendo de si son mujeres u hombres, pueden retirar todo su fondo. Lo cual es más grave aún, porque pueden quedarse sin nada a los 60 años.

Queda pues muy claro que muchos peruanos que pudieron llegar a tener un respaldo previsional, lo están perdiendo. En consecuencia, además de no haber logrado incorporar al sistema a los trabajadores independientes, estamos sembrando el desamparo en la vejez de más peruanos.

Por increíble que pueda parecer, ahora en Chile (el país que creó el sistema de capitalización individual), se ha desatado una campaña callejera, para desbaratar el sistema privado y el gobierno de Bachelet ha planteado una serie de reformas regresivas (ver en Lampadia: “Para mejorar las pensiones, todos deben esforzarse”). Sin embargo, no debiera sorprendernos que Bachelet pretenda también arrasar con el sistema privado de pensiones, tal como está haciendo con prácticamente todos los espectaculares avances de los últimos 40 años. Como dijo el historiador británico Niall Ferguson en Santiago, “Chile que ha sido el país más inteligente de la región, está ahora ejerciendo su derecho a ser estúpido”.

Lamentablemente, temas tan importantes como las pensiones, están expuestas al quehacer de los políticos cortoplacistas que aprovechan cualquier oportunidad para obtener réditos políticos a costa de desarrollos de largo plazo, cuyos resultados finales no podrán evidenciarse durante sus mandatos de servicio público.

Ahora queremos compartir con nuestros lectores una entrevista en profundidad a José Piñera, el diseñador de las AFP en Chile y difusor del modelo en todo el mundo, donde 35 países lo han adoptado con más o menos los mismos ingredientes. La entrevista a Piñera se hizo el 3 de agosto pasado, en el contexto del proceso de reclamos y reformas en curso. La entrevistadora, Soledad Onetto de ‘Ahora Noticias, Edición Central de MEGA’ (la Sol Carreño de Chile), se muestra malcriada, desinformada y agresiva.

El diálogo dura unos 20 minutos, a diferencia de los que usualmente publicamos en Lampadia, es posible que muchos no puedan verlo integramente, pero, las personas vinculadas al tema pensionario, no pueden dejar de hacerlo. Piñera nos dice:

  • El sistema tiene 35 años y muestra dos indicadores de éxito claro:
    – Nunca ha habido una pérdida, nadie ha tocado un peso de los fondos de los trabajadores.

– De los fondos acumulados, el 70% corresponde a la rentabilidad y solo el 30% a los aportes.

  • Nunca hubo una promesa sobre el nivel de las pensiones, éstas dependen del volumen de ahorro, la rentabilidad y la expectativa de vida.
  • Si no se ahorra suficiente, no habrán buenas pensiones.
  • Una de las AFP chilenas, Habitat, ha publicado un informe en el que afirma que los trabajadores que han aportado 30 o más años, tienen una pensión promedio de 650,000 pesos al mes (US$ 1,005 mensuales).
  • Desde que nació el sistema, se estableció un pilar solidario.
  • Con el aumento de la expectativa de vida hay que ajustar algunos parámetros como, aumentar la tasa de las cotizaciones e igualar la edad de jubilación de hombres y mujeres.

Ver la importante entrevista a Piñera: 

En el Perú tenemos que volver a analizar el tema de las pensiones. El gobierno apuesta por reducir sustancialmente la informalidad laboral y además bajar la tasa del IGV.

Según Lampadia, estos tres temas se intersectan y por lo tanto deberían tratarse los tres juntos, sin apurar decisiones independientes sobre cada uno. (Ver: Sobre formalización, pensiones e IGV). Lamentablemente, no hemos tenido oportunidad de sustentar estas ideas con los miembros del nuevo gobierno.

Nuestra propuesta básica es que para la formalización laboral, la incorporación de los independientes a los sistemas de pensiones y, el mejor destino del IGV; habría que cambiar la fuente de fondos para la formación de los ahorros pensionarios, usando una fracción de los pagos de IGV. De esa manera, todos los ciudadanos, podrían acumular fondos desde los 18 años. En la publicación indicada mostramos que un aporte de S/. 10, hecho a los 18 años, se convierte en un monto de S/. 240 a los 65 años.   

Reiteramos nuestra propuesta al gobierno de PPK, para que los tres temas sean tratados en conjunto en diferentes instancias técnicas y políticas, para lograr profundidad de análisis, consensos e incentivos que permitan un positivo avance social de todos los peruanos

Lampadia             




Sobre formalización, pensiones e IGV

Sobre formalización, pensiones e IGV

Estos tres temas, la formalización del empleo, las pensiones de jubilación y el manejo futuro del IGV han terminado, curiosamente, en una intersección que puede ser una ayudadita del Ángel de la Guarda, después de tanto mamarracho que hemos hecho, por separado, con los tres temas.

El Caballo de Troya, ejemplo clásico de un disparate (folly en ingles)

La informalidad laboral es una trampa de la que aún no logramos salir. Esta se originó desde las primeras migraciones de la sierra a Lima, hasta la formación de la nueva clase media con la emergencia de nuestra incipiente economía de mercado. Una clara expresión de resiliencia social que permitió, de alguna manera, convertir la tragedia del abandono y el desempleo en una bullente propagación del emprendedurismo. Ver: La fuerza del migrante: emprendimiento y libre mercado.

En cuanto a las pensiones hemos producido una suerte de ‘suicidio social previsional’ al haber desbaratado el Sistema Privado de Pensiones con las normas que permiten el retiro del 95.5% de los fondos individuales a los 65 años de edad y, con el retiro optativo del 25% del mismo para el financiamiento de vivienda. Ambas medidas se sacaron apuradamente en uno de los peores Congresos de nuestra historia (sino el peor a secas). Toda la sociedad fue manipulada o acobardada por unos cuantos activistas que ante el vacío de buena parte de la clase dirigente, llenaron los titulares de los periódicos y las preguntas de las encuestas de opinión.

En este tema se llegó al colmo de tener a un diretor de maestría en economía de una importante universidad, haciendo una campaña mediática para promover la absurda legislación. El mismo afirmaba que la gente que retirara su dinero, lo iba a cuidar para mantener el sustento en la vejez. 

Sintomáticamente, en Lampadia publicamos un informe sobre como los jubilados de uno de los países más ricos del mundo, Japón, robaban en las tiendas de departamentos para ser arrestados, pues vivían mejor en la cárcel por la calidad de la comida, alojamiento y cuidado de la salud, en comparación con lo que podían lograr con sus pensiones.

En el resto del sistema pensionario, la ONP, que paga pensiones de miseria apropiándose de los aportes de un 65% de sus afiliados que no llegan a acumular 20 años de aportaciones. Un sistema quebrado, que representa un forado de la caja fiscal que nos acompañará muchos años. Finalmente, tenemos también Pensión 65, un programa social del gobierno de Humala, basado en la filosofía del fracasado asistencialismo de Chávez en Venezuela y Lula en Brasil.

Por el lado del IGV tenemos la propuesta del gobierno de PPK para reducirlo el IGV hasta en tres puntos. Su aplicación sería paulatina, empezando con un 1% y graduándose según la respuesta fiscal.

¿Cuál es la intersección? ¿Cómo conectamos los tres temas?

Usando parte de los pagos de IGV como aportes individuales a fondos privados de pensiones de todos los peruanos sin excepción.

Este mecanismo permitiría formalizar el empleo y dar acceso a pensiones privadas al 100% de los trabajadores.

Esta idea fue propuesta por Lampadia en enero del 2014, ver El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo. Esta es diferente a la de Santiago Levi del BID que concibió que los aportes fueran a un pozo común para pensiones de reparto.

Con el aporte de una parte de los pagos por IGV a cuentas individuales se podrían obtener los siguientes resultados:

  • Registrar y formalizar a toda la clase trabajadora, pues sería muy extraño que alguien dejara de canjear su IGV por ahorro previsional privado bien remunerado.
  • Establecer un sistema universal de pensiones al que se podría aportar desde los 18 años y que podría permitir acumular un fondo adecuado, por lo menos para una pensión base o mínima de buen nivel, dado el período de aportes de 47 años (18 a 65) con el efecto de la tasa de interés compuesta. Por ejemplo, un aporte de 10 soles después de 47 años con un rendimiento de 7% anual generaría 240 soles, y en 24 años, el promedio del período sugerido de aportes, 51 soles por cada 10.
  • Se podría disminuir la evasión de pagos del IGV.
  • Se podría cerrar la ONP y poner coto al forado fiscal que hoy representa.
  • Se podría ir eliminando las inafectaciones al IGV y tener un sistema plano y universal.
  • Aumentaría la recaudación de IGV, lo que podría compensar (total o parcial) los puntos que se usen en los canjes.

En Lampadia asumimos que el nivel de canje debería estar entre 3 a 5 puntos de los actuales 18 puntos del IGV. Sin embargo, es evidente que habría que hacer los cálculos adecuados en función de los períodos de aporte y demás factores vinculados. 

También será necesario ver como se establece un objetivo de pensión mínima que podría lograrse mediante aportes del Estado que complementen lo que el trabajador pueda haber acumulado por su cuenta.

Esta propuesta no fue nunca recogida por la Asociación de AFPs ni por las empresas individualmente. La verdad es que nunca manifestaron ningún interés en siquiera conversar del tema. En Lampadia hemos defendido el sistema privado y no a las AFPs.

A diefrencia de las AFPs, nuestra propuesta ha sido recogida por importantes analistas económicos y políticos independientes como:

  • Elmer Cuba[1]
  • Eduardo Ferreyros[2]
  • Pablo Secada[3] (confundiendo la propuesta con la de Levi) 
  • Farik Matuk[4]
  • Luis Galarreta[5]

Con el mayor de los respetos, invocamos al gobierno del Partido de Peruanos por el Kambio y a su futuro Ministro de Economía, Alfredo Thorne, a convocar un debate técnico sobre estos tres temas antes de proceder a ejecutar decisiones parciales que puedan debilitar la eventual acción conjunta sobre los mismos. Esperamos, de igual manera, que la bancada de Fuerza Popular se sume a este debate.

Nuestra propuesta puede sonar disruptiva para algunos, pero no debemos olvidar que muchas veces los problemas que no tienen solución, como la persistente informalidad, la falta de acceso a un sistema de pensiones de los trabajadores independientes y, el alto nivel de evasión del IGV, solo pueden enfrentarse ‘saliendo del cuadrado’.

Por el lado de Lampadia hemos tenido que multiplicar nuestra publicaciones sobre el tema, para compartir nuestras ideas y también para llenar el vacío que debió ser llenado por gremios empresariales, analistas, académicos y en general, líderes de opinión, que prefirieron pasar al lado de los observadores. Ver nuestras publicaciones:

¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Legisladores parecer ir más allá de la razón

AFPs: La voz del gremio

Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones

¡Juguemos a la Ronda! Todos a Pensión 65

Futuro de los jubilados en la picota

Réquiem por las pensiones decentes y seguras

En el país de los mitos, los falsarios son reyes

Una pensión para todos como se debe

Propuestas para mejorar el sistema

Cuidado, no destruyamos las AFP, mejoremos el Sistema

Enfoquemos adecuadamente el debate 

Lampadia

 

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[1] Gestión, 12 de mayo de 2016

[2] Perú21, 15 de marzo de 2016

[3] Entrevistas con Jaime de Althaus

[4] La República, 30 de junio de 2016

[5] La República, 17 de noviembre de 2015




Euforia destructiva cierra con broche de hiel pésima gestión congresal

Euforia destructiva cierra con broche de hiel pésima gestión congresal

Continuando con las destructoras ‘reformas’ del Sistema Privado de Pensiones (SPP), el miércoles pasado la Comisión de Economía del Congreso aprobó, sin análisis y sin debate, al carpetazo, el proyecto de Ley 30425 que permite que los afiliados al sistema de AFP puedan retirar el 25% de sus fondos para la compra de su primera vivienda.

Esto parecería una medida destinada a favorecer al sector inmobiliario que termina prácticamente de aniquilar la protección previsional en el país. Hoy en día existe una oferta de 16 mil departamentos en Lima pero solo se venden 700 al mes, cifra que podría aumentar si las personas pueden cubrir la cuota inicial con parte de su fondo previsional. El requisito para esto es simple: el afiliado tendría que tener como mínimo S/. 50 mil acumulados en su fondo para poder usar el 25% como cuota inicial, explica Francisco Dumler, ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, que se ha apurado a comentar la norma sin pudor alguno.

Además, se aprobó otro proyecto de ley que indica que el 4.5 % de la Cuenta Individual de Capitalización de los afiliados a las AFP sea derivado a EsSalud si es que los afiliados deciden retirar hasta el 95.5 % de sus fondos. Otra medida apurada y contraproducente que toman los congresistas sobre dinero ajeno. El esquema anterior establecía que el 4% de las pensiones fueran a EsSalud para solventar el seguro de salud. La situación de esta institución es tan grave que ha suspendido la afiliación de independientes por falta de fondos. 

Con todas estas nuevas medidas se terminará eliminando el SPP, como se advirtió con la primera norma. En un Editorial de Lampadia, explicamos porqué es que estas reformas implican la muerte del sistema privado de pensiones. Tres razones fundamentales:

  1. Primero, porque la esencia del sistema es lograr pensiones decentes y seguras para los peruanos y, si ya no habrán pensiones, al retirarse los fondos, no hace ningún sentido mantener el ahorro forzoso.
  2. Segundo, porque al no haber fondos de largo plazo, basados en las pensiones que tienen ese mismo horizonte, los fondos privados ya no podrán utilizarse en algunas inversiones de largo plazo, como las referidas a las inversiones en infraestructuras, tan importante para todos los peruanos.
  3. Tercero, porque con este eventual dispositivo, terminaremos recreando un sistema de reparto en el cual los trabajadores peruanos tendrán las mismas pensiones miserables e injustas del sistema público de la ONP.

Los beneficios del sistema de aportes a cuentas privadas han probado largamente ser una de las reformas más importante de la seguridad social en el mundo y su reforma no puede tomarse a la ligera. Los sistemas de acumulación privados generan una mejor esperanza de contar con una pensión razonable.

Para empezar el SPP, no exige aportes de 20 años para efectivizar las pensiones, todos los montos aportados los recibe el afiliado junto con su respectivo interés. La protección individual para alguien que entre al sistema de joven y se mantenga en él durante su vida laboral, que es muy importante. Además, el SPP genera otros beneficios como la formación de ahorro nacional, el desarrollo del mercado de capitales y la capacidad de movilizar inversiones locales de largo plazo, en consonancia con la naturaleza de las pensiones.

En Lampadia publicamos, según cálculos de la Asociación de AFPs, una simulación de la posible pensión de alguien que durante toda su vida gane solo el salario mínimo vital (anterior) de S/. 750.00 constantes, a lo largo de 40 años, que debería ser el período normal de trabajo. El resultado muestra que con un aporte constante de S/. 750.00 se puede obtener una pensión de S/. 1,371. Ver en Lampadia: El Sistema Privado de Pensiones (SPP) es para los pobres.

Si se deja que se consolide el sistema y ampliamos su cobertura, podríamos ofrecer un gran beneficio a las familias peruanas. Solo un acto de máxima irresponsabilidad podría desaparecer el SPP, habiendo mejores alternativas.

Actualmente, el mayor problema para universalizar las afiliaciones es la composición laboral de los peruanos, donde prima la informalidad y el trabajo independiente. Está claramente probado que es sumamente difícil, si no imposible, incorporar a esta población al sistema tal como estaba establecido.

Con esto en mente, en Lampadia planteamos la posibilidad de canjear parte del IGV gastado por cada trabajador por aportes a su fondo individual de pensiones, a diferencia de la propuesta de Levi (BID) que lo plantea como aporte a un pozo común para un sistema de reparto tradicional. La idea es IGV por aportes individuales. (Ver: El IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo). Este mecanismo combatiría la informalidad al poseer fuertes incentivos para la formalización, al mismo tiempo que estimularía una mayor recaudación; así, el Estado solo “devolvería” una porción del IGV en cuentas que cada nuevo afiliado mantenga en el SPP.

El daño hecho al país con los recientes cambios al SPP, son, como se verá con toda nitidez más adelante, sumamente graves. 

Es importante que los ciudadanos tengamos claramente identificados a los responsables de semejante barbaridad. En este caso encabezan la lista los congresistas Delgado, Lezcano y García, a quienes hay que sumar al Presidente del Congreso, Luis Iberico, que conociendo las consecuencias de estas normas, no ha tenido la capacidad política para orientar mejor los debates e incorporar a los ciudadanos en sus ponderaciones.

Tal vez el argumento más claro que hemos presentado en Lampadia para tratar de evitar esta situación es aquel con el que planteamos que a quién se debía preguntar sobre el SPP era a los hijos de los pensionistas, que en un país sin pensiones, tendrán que apuntalar las condiciones de vida de sus padres. Ver: ¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

Las reformas aprobadas por la Comisión de Economía del Congreso son ejemplo de una lucha de intereses ajenos al mejoramiento del sistema y más bien una manipulación populista y cortoplacista que debe ser reprochada. Pensemos en nuestro futuro antes de tomar tales decisiones. Lampadia




Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Ancianos japoneses prefieren la cárcel a pobres pensiones

Caso real: Los ciudadanos mejor educados no ahorran para vejez y el segundo país más rico del mundo no puede ofrecerles buenas pensiones

Ayer publicamos un nuevo artículo sobre los intentos del Congreso de desbaratar el Sistema Privado de Pensiones (SPP): ¿Quieres que tu papá tenga una pensión?. Al cierre de la edición, nos dimos con una publicación del Financial Times (FT) sobre un desarrollo muy sorprendente y dramático: resulta que en Japón, los ancianos jubilados pensionados por el Estado, prefieren terminar sus días en las cárceles en vez de vivir de sus pobres pensiones, pues en la cárcel acceden gratuitamente a alojamiento, alimentación y servicios de salud adecuados.

EVERETT KENNEDY BROWN /EFE

En el Perú, estamos a punto de destruir el SPP (ver numerosas publicaciones al respecto en Lampadia). En la mayoría de estas, hemos criticado mayormente a los políticos populistas y medios despistados por su promoción facilista o apoyo a la norma que, en la práctica, destruiría el sistema y nos llevaría de regreso a algún pobre sistema de apoyo estatal.

No hemos enfatizado suficientemente, las posiciones más intelectuales de personajes de pensamiento liberal, que con sus opciones puristas, consideran que el sustento de los ciudadanos mayores es un asunto personal, que el Estado no debe obligar a ahorrar para las pensiones y que, por último, para eso están los activos que puedan haber acumulado y los hijos de los ciudadanos mayores.

En nuestro artículo de ayer, ya le preguntamos a los jóvenes si desean que sus padres tengan buenas pensiones. Nos parece que las respuestas son claras.

Hoy día (ver líneas abajo), queremos profundizar algunas ideas alrededor de la triste realidad que se ha comprobado en el Japón con la creciente tendencia, por parte de sus jubilados,  de buscar ser encarcelados, como una opción para tener ‘una mejor calidad de vida’. Tal como se lee, la cárcel proporciona, a los ojos de los ancianos japoneses, mejores condiciones de vida que la soledad de la vejez con una pobre pensión en el bolsillo. Ver nuestras conclusiones después de las glosas del artículo del FT.

Ancianos japoneses recurren al crimen para aliviar su costo de vida

Leo Lewis, Tokio
Financial Times
27 de marzo 2016
Traducido y glosado por Lampadia

Adultos mayores prisioneros en Japón. (El 35% de robos en tiendas los hacen los mayores de 60 años). © Bloomberg

El sistema penitenciario de Japón va hacia una crisis presupuestaria por la demografía, el déficit de bienestar y una nueva especie de villanos perniciosos: Los jubilados reincidentes. Los ladrones de cabellos de plata, dicen los académicos, están desesperados por estar tras las rejas.

Las estadísticas del crimen muestran que alrededor del 35% de los delitos de hurto en tiendas, son cometidos por personas mayores de 60 años. 40% de ellos han reincidido en el mismo delito, más de seis veces.

Hay una buena razón para ello, concluye un informe, la ola de hurtos en las tiendas es un intento (voluntario), de terminar en la cárcel, una institución que ofrece comida, alojamiento y cuidado de la salud, gratuitos.

Los cálculos que sustentan esta triste realidad, son convincentes. Pues con una dieta frugal y un alojamiento muy barato, un jubilado japonés que vive solo, con ahorros mínimos, tiene un costo de vida 25% mayor a la pensión estatal básica, de unos magros US$ 6,900 anuales (780,000 yenes), según un estudio sobre la economía de los delitos de edad avanzada, de Michael Newman, del Centro de Investigación de Productos Personalizados de Tokio.

Incluso el robo de un sándwich 200 yenes, puede generar una sentencia de dos años de prisión, a un costo para el Estado de 8,400 yenes diarios que equivalen a 3’066,000 yenes por año, según los académicos.

La ola de crímenes geriátricos se está acelerando. El sistema penitenciario japonés, recientemente ampliado, tiene un nivel de ocupación de 70%. Entre 1991 y 2013, el número de internos de edad avanzada que repiten el mismo delito en seis ocasiones, ha subido 460%.

Estas crecientes tasas de delincuencia ocultan una tendencia más oscura que el mero desprecio por la ley, dicen economistas y criminólogos, el crimen de jubilados está aumentando más rápidamente que el cambio demográfico de mayores que va a llevar al 40% de la población japonesa a tener más de 65 años para el 2060.

Akio Doteuchi, investigador de desarrollo social del Instituto de Investigación NLI de Tokio, afirma que “la situación social en Japón ha llevado a los ancianos a la necesidad de cometer  crímenes. Alrededor del 40 por ciento de los ancianos viven solos. Es un círculo vicioso. Ellos salen de prisión, no tienen dinero o familia, de modo que de inmediato vuelven a delinquir”.

Las cifras del crimen, añade, exponen los cálculos del gasto social del gobierno, mientras se envejece la segunda mayor economía mundo. La prisión, no importa cómo se hagan los cálculos, es una manera completamente ineficaz de dirigir el gasto social del gobierno a los que más lo necesitan.

Los intentos de liberar a los presos de edad avanzada, han encontrado problemas legales insalvables, dice Doteuchi, y el sistema penitenciario en su conjunto, será  eventualmente, sobrepasado por los internos de edad avanzada.

Nuestras conclusiones:

  • El segundo país más rico del mundo, no es capaz de proveer pensiones decentes a sus jubilados.
  • Ante situaciones difíciles, las personas saben hacer relaciones de costo-beneficio, como representa el optar por la cárcel para tener mejor sustento de vida.
  • Sin embargo, dada la falencia de sustento vital de muchos japoneses mayores, se hace evidente, que en temas de largo plazo, como ahorrar para la vejez, los ciudadanos más sofisticados, no supieron hacer las provisiones necesarias.
  • El remedio es más costoso que la enfermedad. Tanto para los jubilados japoneses que optan por la cárcel, como para el Estado, el resultado final es muy malo: de pérdida de la libertad para los ciudadanos y mayor costo para el Estado, pues la cárcel es más costosa que las pobres pensiones que otorga.

Basta pues de tanta irresponsabilidad. Hagámoslo mejor que los japoneses. ¡A debatir el tema con seriedad y sin prisas! Lampadia




¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

¿Quieres que tu papá tenga una pensión?

La Comisión de Economía del Congreso acaba de aprobar la insistencia del absurdo proyecto para que los afiliados al Sistema Privado de Pensiones (SPP) puedan retirar el 95.5% de sus fondos privados a la edad de jubilación (65 años).

Lamentablemente, los políticos, encuestas y medios han caído en una trampa, se limitan a preguntar e imaginar cuál es el deseo de los afiliados sobre la posibilidad de retirar sus fondos a los 65 años. Como debiéramos saber, la propensión natural del hombre es preferir el corto plazo. Es pues fácil considerar que un adulto mayor prefiera tener la disponibilidad de sus fondos: ya sea para hacer un negocio, con sus naturales riesgos, o para irse de viaje o para complementar su gasto en el corto plazo.

Pero siendo las pensiones un asunto de largo plazo, debiéramos más bien preguntarle a los jóvenes si ellos consideran necesario que sus padres tengan una pensión. Seguramente los jóvenes, interpretando las necesidades de largo plazo de sus padres, contentarán que sí. ¡Qué ojalá sus padres puedan gozar de una buena pensión!

Navidad 2014: jubilados hacen colas para cobrar aguinaldo de S/. 300 (popular.pe)

Esta respuesta no se basaría únicamente en la angustia de los jóvenes por tener que, eventualmente, apoyar a sus padres en su edad adulta, también estaría basada en su amor por ellos, puesto que todos los hijos desean el bienestar de sus padres.

Esta forma de preguntarnos sobre la prevalencia del Sistema Privado de Pensiones (SPP), aún sin hacer la pregunta, nos permite entender el tema en su debida perspectiva.

Es sin embargo evidente, que los congresistas que promueven la norma de marras no hacen más que responder a impulsos populistas que crearían una aceptación cortoplacista. Por otro lado, sus promotores mediáticos, algunos por ignorancia, otros jugar al rating y otros por exquisiteces de liberalismo, que creen que el Estado no debe obligar a los trabajadores a ahorrar para sus pensiones, sino que ese debe ser un espacio de decisión personal, está jugando con fuego. El Perú no puede quedarse sin un buen sistema de pensiones.

Sabemos por experiencia, que dada la norma, pronto se haría desaparecer el SPP, pues sin el origen previsional de su creación, no tendría sentido alguno que se mantenga el ahorro privado.

Ante ello, sabemos también que el Estado terminaría recreando un modelo público, Pensión 65 o cualquier otro que no podría ser diferente al de los sistemas de pensiones públicos quebrados que acechan la falencia social y/o la situación fiscal de los países que no han tenido el privilegio de contar con un sistema privado de ahorro pensionario.

Esto no quiere decir que el SPP es una maravilla y no hay que mejorarlo sustancialmente. Como hemos propuesto 20 veces en Lampadia, es indispensable incorporar a los trabajadores independientes al sistema, mientras no lo hagamos seremos presas de los cantos de sirenas del populismo, aventureros, así como de intelectuales radicales.

Nuestra propuesta, como la ha explicado Eduardo Ferreyros en un artículo reciente, permite que mediante el canje de parte de los pagos de IGV, se puedan hacer aportes individuales que además de incorporar a los independientes al sistema, podría reducir sustancialmente la informalidad laboral. Ver el artículo de Ferreyros:

Enfrentar la informalidad con beneficios

Por: Eduardo Ferreyros

Perú21, 15 de marzo de 2016

Las encuestas de opinión pública muestran como los principales problemas del país a la inseguridad ciudadana y la corrupción, ya no al desempleo, como décadas atrás. Pero hay un grave problema que casi no aparece en las encuestas y que los candidatos tratan de solucionar: la informalidad.

Normalmente los candidatos proponen enfrentar el problema reduciendo impuestos en distintos mecanismos. Regímenes especiales para pequeñas empresas, exoneraciones temporales y otros, que de alguna forma ya existen y no vienen dando los resultados esperados.

Pablo Bustamante, director de Lampadia, propone algo novedoso que todos deberíamos evaluar. La propuesta consiste en que parte del IGVque pagamos todos los peruanos en nuestras compras de productos o servicios sea reembolsado por la Sunat, para formar parte del fondo de pensiones individual de cada contribuyente.

Con esto, los peruanos tendríamos una razón fuerte para exigir comprobantes de pago al comprar, y todos así promoveríamos la formalidad, porque parte de ese pago luego nos sería devuelto como pensión. Habría menos evasión de impuestos y se promovería la afiliación universal al sistema pensionario. En pocos años, todos tendríamos un fondo de pensiones.

El porcentaje a reembolsar debe ser analizado técnicamente (se habla de un 5%) y la Sunat debería implementar un sistema de aplicación eficiente para facilidad del usuario. Los peruanos pagamos 18% de IGV al comprar, y no tenemos cómo recuperar nada de eso como crédito contra los impuestos que debamos pagar, a diferencia de las empresas.

Esta propuesta, que parecería generar menor recaudación por IGV, si es bien administrada, resultaría, más bien, en una mayor recaudación de impuestos al aumentar la emisión de comprobantes de pago, porque todos exigiríamos uno.

Propuesta interesante que podría matar varios pájaros de un tiro.

Esperamos pues, que el pleno del Congreso se avenga a iniciar el debate público que debió convocar antes de seguir adelante con una norma perniciosa para el conjunto de la sociedad. Lampadia

Última noticia: Curiosa y descriptiva sobre la naturaleza humana

(Publicado por el Financial Times, 27 de marzo, 2016, 9:24 am – GMT)

Varios japoneses mayores de edad, están optando por cometer delitos para ser encarcelados en las prisiones de Japón y poder así, tener sustento diario.

Pues resulta que ni los japoneses ahorran para su vejez y el sistema de pensiones nipón no les permite vivir dignamente, prefieren la cárcel.

En el Perú: ¿Necesitamos destruir lo que tenemos en vez de mejorarlo? Señores congresistas, se necesita más análisis.




Presidente del Congreso pondera situación del proyecto sobre el SPP

Presidente del Congreso pondera situación del proyecto sobre el SPP

Según publicación del diario Gestión del 4 de marzo pasado, Luis Iberico, Presidente del Congreso, ponderó el proyecto que  permitiría el retiro de los fondos del Sistema Privado de Pensiones (SPP), con las siguientes expresiones, que habría dado a Radio Exitosa:

“Lo cierto es que los aportantes estamos sintiendo mucho abuso por parte de este sistema (privado de pensiones) actual y deben cambiarse muchas cosas”.

Pero agregó: “No creo que el Congreso se allane a las observaciones del Ejecutivo en el tema de las AFP, pero pueden haber dos alternativas: o se insiste, con lo cual la ley va tal como se aprobó y se requiere de una votación altamente calificada, o se busca puntos intermedios”.

“La Comisión de Economía ha dado la exhortación a que se trabajen estas observaciones enviadas por el Ejecutivo, ante las cuales creo que la posibilidad del allanamiento es prácticamente inexistente”.

Como se puede apreciar, el tema es muy delicado políticamente, pues los proponentes de la aprobación de la ley consideran que su carrera política estaría detrás del proyecto.

Por lo demás, sería más sensato que este tema, dada su naturaleza vinculada a impactos de muy largo plazo, sea contemplado por el próximo gobierno, alejados ya, del escenario electoral.

En Lampadia hemos planteado la necesidad de ampliar el diálogo y el análisis sobre las consecuencias de ir adelante con el proyecto, como también, contemplar alternativas que se ajusten de mejor manera a los intereses sociales de largo plazo de los peruanos.

Ver en Lampadia: Futuro de los jubilados en la picota

Nos parece que las declaraciones del Presidente del Congreso, muestran, de alguna manera, la tremenda responsabilidad de los líderes del Parlamento ante las eventuales consecuencias de insistir en la ley. Es evidente, que cuando se hagan visibles los daños de una norma precipitada como esta, la sociedad terminaría asignando su costo político a la dirigencia parlamentaria. Algo que ojalá no veamos en la foja de servicios de Iberico y su junta directiva.

Nada importante nos apura para que, en la práctica, se elimine el SPP. Calma, ponderación y responsabilidad. Lampadia  




El Sistema Privado de Pensiones (SPP) es para los pobres

El Sistema Privado de Pensiones (SPP) es para los pobres

Hace un par de semanas logramos conseguir los datos necesarios para publicar una simulación de la pensión de alguien que durante toda su vida gane solo el salario mínimo vital S/. 750.00 (constantes) a lo largo de 40 años, que debería ser el período normal de trabajo. Ver en Lampadia: ¿Iniciando un indispensable debate nacional? AFPs: La voz del gremio.

El resultado muestra que con un aporte constante de S/. 750.00 se puede obtener una pensión de S/. 1,371. En otras palabras, 1.83 veces el salario mínimo. Ver cuadro siguiente:

Nadie ha cuestionado esta cifras. Y si alguien lo hiciera, se podrían hacer muchos ajustes y sin lugar a dudas, se llegaría a un resultado muy positivo.

De esto podemos sacar una primera conclusión:

1. El SPP es para los pobres

Como es fácil de entender, los que más necesitan tener una pensión decente son los ciudadanos de menores recursos. Pues a mayores niveles de ingresos y activos, es más fácil tener sustento económico en los años del retiro. Esto nos permite hacer una segunda conclusión:

2. El SPP no es tan importante para los ciudadanos de mayores recursos

Hasta acá la música es magnífica, sin embargo, como todos sabemos, el sistema tiene una gran limitación, no ha logrado afiliar a los trabajadores independientes, formales e informales, lo que determina una falencia previsional para lo más importante de la población trabajadora. Esto nos lleva a una tercera conclusión:

3. Es indispensable afiliar a los trabajadores independientes al SPP

El gobierno y el sistema de pensiones privado han sido incapaces de proponer, implantar y hacer efectivo un mecanismo adecuado para afiliar a los trabajadores independientes. Lo que es más, hay hasta cierta resistencia a debatir propuestas que sí podría lograr ese importante objetivo, tanto por parte del gobierno como del gremio pensionario. Una cuarta conclusión:

4. No podemos esperar que el gobierno o el gremio pensionario logren ampliar la cobertura

Pues nosotros insistimos tercamente en que se debata nuestra propuesta de permitir el canje de parte de los pagos por IGV que hacen todos los ciudadanos como aportes a cuentas individuales. No a un pozo común, como propuso un funcionario del BID.

Ver: Una pensión para todos como se debeEl IGV como aporte al Fondo de Pensiones y formalización del empleo 

Lo que es más, como es evidente, y como declaró el economista del IPE, Pablo Secada, hace unos meses en entrevista con de Althaus, este mecanismo serviría también para formalizar el empleo, uno de los grandes problemas sociales y económicos del país. Una quinta conclusión:

5. El canje de parte de los pagos de IGV por aportes individuales al SPP incorporaría a la gran masa de trabajadores al sistema y formalizaría el empleo

Si logramos avanzar en esta dirección dejaríamos sin piso a los políticos populistas, a todos los que manifiestan un extraño odio al sistema y a los que hacen campañas personales pregonando que el vacío pensionario que planteó el Congreso hace unos meses, sería mejor.

Unas preguntas: ¿Mejor para quién? ¿Acaso para los pobres? O es que nivelando el piso con los trabajadores independientes que no tienen acceso a ninguna pensión, lo que puede ser una plataforma política, ¿se estaría buscando el bien común?

Basta de irresponsabilidades. ¿Podemos negar una pensión de S/. 1,371 a un trabajador que solo reciba el salario mínimo toda su vida? Lampadia

 




AFPs: La voz del gremio

AFPs: La voz del gremio

Líneas abajo reproducimos la entrevista de la revista Caretas al presidente del gremio que agrupa a las AFP. Lo hacemos por tres razones:

  • Es indispensable iniciar, cuanto antes, un debate serio sobre el discutido proyecto del Congreso que permitiría el retiro del 95.5% de los fondos previsionales a la edad de 65 años de los afiliados al Sistema Privado de Pensiones (SPP).
  • La entrevista a Valdivieso suple de alguna manera la ausencia de información pública por parte de los administradores del SPP y de las empresas vinculadas a las pensiones, como las compañías de seguros, que iluminen el criterio de los ciudadanos.
  • Esperamos fomentar la reacción de la clase dirigente del país, que, en un tema tan importante y de tantos eventuales impactos, hace mutis en el foro. Más allá de algunos académicos enemigos del SPP, que han hecho inconcebibles campañas mediáticas, como es el caso de Juan Mendoza,  director de la maestría en economía de la Universidad del Pacífico, hemos constatado un gran vacío de opinión, incluyendo la Confiep.

En Lampadia consideramos que esta norma es muy dañina en términos sociales, económicos e institucionales. Así lo hemos manifestado en nuestras publicaciones al respecto. Ver en Lampadia:

Un debate técnico sobre el futuro de las pensiones,

Futuro de los jubilados en la picota

Réquiem por las pensiones decentes y seguras

Además hemos propuesto una medida estructural que permitiría enfrentar la mayor deficiencia actual del SPP, su escasa cobertura, pues no se ha logrado incorporar a los trabajadores independientes. Ver: Propuestas para mejorar el sistema

Como un elemento de ilustración sobre los beneficios del sistema para los trabajadores más pobres, hemos solicitado a los administradores del mismo, las siguientes simulaciones del nivel posible de pensiones para alguien que solo tenga ingresos basados en el salario mínimo vital. Veamos:

Como se puede ver en el gráfico superior, un trabajador que reciba el salario mínimo vital de S/. 750 constantes y que aporta durante 40 años, podría recibir una pensión equivalente al doble de su salario de S/. 1,371 a valor constante.

Si se deja que se consolide el sistema y ampliamos su cobertura, podríamos ofrecer un gran beneficio a las familias peruanas. Solo un acto de máxima irresponsabilidad podría desaparecer el SPP sin una mejor alternativa.

Reiteramos nuestro pedido para que el Congreso de la República convoque un gran debate nacional, previos informes técnicos de los mejores especialistas que se puedan convocar.

Veamos las ideas de Valdivieso:

Luis Valdivieso, presidente de la Asociación de AFPs habla sobre la polémica ley de libre disponibilidad de los fondos de pensiones.

Entrevista a Luis Valdivieso, presidente d la Asociación de AFPs
Caretas, 28 de enero 2016
Glosado por Lampadia

¿Cuáles son las principales implicancias de la nueva ley que plantea la liberación de fondos de las AFP para mayores de 65 años?

El proyecto del Congreso que ha sido observado. Tal cual fue elaborado, implicaría en la práctica la desaparición de las pensiones en el país. El fin previsional de los ahorros, que es una pensión, se desvirtuaría. Quienes impulsaron la aprobación de esta ley han adelantado que posteriormente se propondría la liberación de los fondos de la ONP. La pregunta es cuál es su verdadera motivación.

¿Qué consecuencias traería la aprobación de dicha ley para el fondo de pensiones?

La principal consecuencia es la desaparición de las pensiones como las conocemos. El liberar el 95.5% de los fondos de los afiliados al llegar a los 65 años haría que los mismos asuman cada uno el riesgo de longevidad, que se deriva de agotar sus propios recursos para financiar el retiro y quede sin pensión. Ello es muy peligroso y atenta contra el concepto de seguridad social consagrado en la Constitución y en Tratados Internacionales.

¿Por qué cree usted que la ley fue observada por el Ejecutivo?

La observación del Ejecutivo se centra en tres posibles conflictos con la Ley de Presupuesto, la Constitución y los Acuerdos y Buenas Prácticas Internacionales sobre Sistemas Previsionales, así como Tratados sobre Derechos Humanos. De cada tema emanan una serie de observaciones puntuales que deben ser evaluadas responsablemente por el Congreso. Desde nuestra perspectiva, la observación más importante y pertinente es la que señala la inconstitucionalidad de la propuesta del Congreso respecto al derecho a la seguridad social que tienen todas las personas.

¿Qué dice la Constitución al respecto?

La Constitución dice que el acceso a una pensión es la manifestación esencial y básica de la garantía constitucional de la seguridad social. De otro lado, la observación señala también el perjuicio que se causaría a los afiliados al trasladarles el riesgo de longevidad. Los sistemas de pensiones tienen como objetivo trasladar ese riesgo de los afiliados a los administradores de pensiones o compañías de seguros. Si se permitiera retirar el 95.5% del fondo a los 65 años, el afiliado asumiría ese riesgo de longevidad.

¿Qué pasa si al afiliado le va mal y se le agotan los fondos mucho antes de la esperanza de vida?

Habría que preguntarse quién va a mantener al afiliado. Tendría que ser su familia o el Estado, imponiéndoles más impuestos a los contribuyentes. Es importante la observación que se hace sobre la inconstitucionalidad de la disposición de los fondos como garantía hipotecaria. Esto tiene sentido ya que si se usan para garantizar créditos hipotecarios, estos corren el riesgo de perderse en caso el afiliado caiga en incumplimiento. ¿Se puede ejecutar una garantía con los fondos que de acuerdo a la Constitución son intangibles? La medida propuesta desnaturaliza la finalidad esencial de los fondos de pensiones que es otorgar una pensión.

¿Cuál cree usted que será la decisión del Congreso con respecto a esta ley una vez que discuta nuevamente en marzo?

Creo que debe abrirse una discusión mucho más profunda para ver cómo mejorar el Sistema de Pensiones Peruano y actuar con mucha responsabilidad. En la Asociación de AFP hemos identificado una serie de mejoras que se pueden introducir en el sistema previsional en beneficio de la población, incluyendo los afiliados al Sistema Previsional de Pensiones SPP). Entendemos que las propuestas no sólo deben venir de nosotros y hay que escuchar a todos los grupos involucrados, afiliados al SPP y la ONP, expertos y académicos, reguladores y representantes del Ejecutivo y Legislativo y de la sociedad civil. En tal sentido creemos importante que se forme una Comisión del más alto nivel de profesionalidad y ética que discuta sin apasionamiento cuáles son dichas mejoras que deben llevarse a cabo.

¿Cuáles son las ventajas de las AFP versus la ONP?

Las pensiones del Sistema Privado de Pensiones ya son 63% superiores a las del Estado y eso sin considerar que en el Estado hay mucha gente que se queda sin pensión. La pensión promedio del SPP es S/. 1,115 pero el 75% de los jubilados de las AFP tienen pensiones que exceden los S/. 1,400. Y eso que todavía no hay una generación que haya cotizado a las AFP durante toda una vida laboral de 45 años (el sistema solo tienen 22 años); cuando la haya, las pensiones serán mucho mayores que las de la ONP. Otra importante ventaja es que en las AFP todos obtienen una pensión, y si sus fondos no exceden los S/. 5,800 a la edad de jubilación (lo cual financiaría aproximadamente una pensión de S/. 35 mensuales) se lo pueden llevar. Si existen afiliados que se quedan a pesar de la opción de retiro, es que con solo 4% de esa pensión baja obtienen acceso a ESSALUD. En la ONP, en cambio, según el BID, dos de cada cuatro afiliados no van a recibir una pensión por no cumplir con los 20 años mínimos de aporte, con el agravante que para el 2050 esta institución estima que este número subiría a 3 de cada 4 afiliadas a la ONP. Lampadia