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Y los empresarios participan

“Hay un voto que es bien volátil. Si Republicanos no actúa de forma responsable, lo más probable es que vaya perdiendo adhesión”

La Tercera – Chile
María José Tapia
Entrevista a Juan Sutil, empresario, ex presidente de la CPC
11 de mayo, 2023
Glosado por Lampadia

Foto: Andrés Pérez

Su frustración -asegura- es por los 76,000 electores que, a su juicio, se quedaron sin representación. El domingo pasado, el presidente de Empresas Sutil y expresidente de la CPC quedó fuera del Consejo Constitucional por paridad. Pasadas las 21:30, asumió el resultado; que no comparte. Es, dice, “meter la mano en la urna”. Ahora, analiza el devenir del Partido Republicano y le pone paños fríos a su amplio apoyo. Y asegura que la centro-derecha debe armar un gran bloque, o si no puede terminar pereciendo.

El domingo 7 de mayo, Juan Sutil Servoin (61) estaba en el centro de evento Terra en Rancagua. En ese lugar esperaba junto a su equipo los resultados de las elecciones a consejero constitucional. El presidente de Empresas Sutil y expresidente de la Confederación de la Producción y el Comercio iba a candidato por la Región de O’Higgins como independiente, respaldado por Renovación Nacional. Con el conteo de las primeras mesas, vino su primera sorpresa: “Chuta, estamos más bajos de lo que esperaba”, pensó. Las encuestas que había encargado le daban una votación mayor. Al pasar los minutos, esa tendencia se fue afianzando… aunque tenía los apoyos suficientes para salir electo: 75,605 votos, un 13,73% de las preferencias. Pero pasadas las 20:30 horas, ese escenario cambió drásticamente. “El equipo, me dice: ‘hay riesgo de que nos perdamos por paridad’. Y yo les dije: ¿cómo?”, cuenta. Tenían un algoritmo en el computador que iba cargando la información del Servel. El sistema automáticamente planteaba que, si ocurrían ciertos escenarios, la paridad haría lo suyo. “En dos combinaciones yo me perdía y a las 9:30-10 de la noche, se confirmó”. La candidata por RN, Ivonne Mangelsdorff, con 9.325 votos -el 1,69% del total- desplazaba a Juan Sutil. En ese minuto había cerca de 50 personas en el comando. “Pedí que apagáramos el ruido de la televisión y dije: ‘bueno, hay que aceptar, son las reglas del juego’”. Juan Sutil quedaba sorpresivamente fuera del Consejo. Ahora, tiene más de 100 horas de grabación con su trabajo de campaña, propuestas que espera compilar como respaldo de sus ideas.

¿Cómo vivió ese domingo?

Primero, yo esperaba que me fuera un poco mejor, porque las encuestas me daban más votación y en las últimas dos semanas empecé a recibir ataques en redes sociales muy duros que se vieron reflejados en las elecciones.

Estaba acostumbrado a que me trataran de delincuente, ladrón, cuando era presidente de la CPC, pero nunca pensé que me iban a tratar de traidor. Creo que eso me mermó algo la votación, siendo buena de todas formas, incluso mayor que cualquiera de los senadores de la región.

¿A qué atribuye esos ataques?

A veces hay ciertos objetivos electorales y muchas veces se utiliza cualquier herramienta para lograrlo. Yo no las uso, pero otros sí. Lo que se hizo fue una campaña incorrecta.

Esa mala práctica política es muy destructiva y para mí es la principal frustración de haber estado en una campaña política, porque siempre he estado en políticas públicas de verdad. Pero esta cuestión partidaria de pelea chica, de perro quiltro de callejón, lo encuentro muy fome, decepcionante.

¿De quién vino este fuego amigo?

De gente un poco más dura del Partido Republicano. Y también de los sectores duros de izquierda, o sea, un fuego cruzado, donde para unos, uno es delincuente, y para otros, eres traidor, porque yo considero que hay que hacer un proceso constitucional y para ellos, más extremo, eso es traicionar no sé qué.

Pero al final, saca la votación necesaria, pero queda fuera por paridad…

Son las reglas del juego. A mí no me parece, y no es una postura de ahora y tampoco es la del picado: yo lo dije claramente en dos debates previos. Dije que a mí parece bien la paridad de oportunidades, hombres y mujeres en la entrada, pero no me parece que en el mundo público se meta la mano a la urna.

Me parece que atenta contra la democracia representativa. Entonces, la frustración, más que en lo personal, es que hay 76,000 electores que se quedaron sin una representación, porque el hecho que haya una tendencia que comparta la compañera de lista no dice relación con la confianza del elector, si no, hubieran votado por ella.

¿Debe corregirse el sistema?

A futuro, sí, sin ninguna duda. Te puedo mostrar la cantidad de WhatsApp, cientos, de los cuales mayoritariamente son mujeres de todos los sectores políticos, en todos los ámbitos de la sociedad, que dicen: ‘esto no puede ser, o sea, la igualdad de oportunidad, de género, tiene límites, no puede ser vulnerada la urna’.

También hay otras distorsiones: su región de O’Higgins elige a tres consejeros, la misma cantidad que el Biobío, que tiene mucha más población. ¿Eso también debe cambiar?

Por supuesto. Y creo que también hay que cambiar, por ejemplo, la capacidad que tienen los gobernadores regionales y los Core. Toda la fiscalización de los gobiernos regionales, comunales e incluso de los ministros, siempre es expos, o sea, ocurre un acto de corrupción y la Contraloría lo determina y los tipos caen presos cinco años después. Entonces, lo que tenemos que pensar respecto a la modernización del Estado tiene que tener la lógica del sector privado, que lo que hace es que previene, porque tiene una virtud distinta, que en la empresa está el accionista, el dueño, que está preocupado de que no le roben la plata; y en el Estado, como la plata no es de nadie, cuando hay un escándalo la gente se preocupa.

¿Cómo evalúa el triunfo de los Republicanos sobre la centro-derecha de Chile Seguro?

El triunfo de Republicanos tiene mérito, pero también hay que tener mucho cuidado porque en la feria y en las caminatas, de repente me topaba con gente que me decía, ‘oiga, yo voy a votar Republicano’. Les respondía: ‘Y por qué, y no por mí, por Chile Seguro’. Me decían: ‘no, porque voté por Boric y ahora voy a votar Republicano’. Entonces, con esa anécdota, que no es una, son varias, se plantea una duda de que esto es pendular y que hay un voto que es bien volátil. Si Republicano no actúa de forma responsable, lo más probable es que vaya perdiendo adhesión.

Además, este voto es en gran parte una reacción al buen discurso respecto de la seguridad, que es un discurso que, de alguna forma, comparto, porque es inaceptable que estemos en los niveles de inseguridad que estamos; es inaceptable que este país haya sufrido la migración descontrolada que hemos sufrido. Entonces yo digo: ‘bueno, ese discurso tiene rédito’, obviamente si la gente está afectada, si tiene que vivir con eso, tiende a favorecer con el voto a quien plantea la reacción más dura.

¿Chile Seguro debió ser un poco más duro?

Chile Seguro está pensando en el futuro a largo plazo del país. Está pensando, y yo lo comparto, en que en Chile se tiene que hacer de una forma que genere unas bases que todos queramos respetar. Y creo que finalmente Republicano se va a tener que sumar a eso. Ahora, ellos tienen algunas posiciones más de bordes que, al final, van a tener que transar, porque si no es imposible gobernar. Uno tiene que pensar que la gobernabilidad es para todos los chilenos, no es para un sector y si no, mira cómo le fue a Boric gobernando solo para su sector hasta el día 4 de septiembre. De alguna forma, ese día le pone una lápida a su proyecto político y una lápida que, a mi juicio, va a ser por varios periodos.

Entonces cuando tú te pones en una posición al otro lado, también muy extrema, como lo quiso plantear Johannes Kaiser de saltarse las reglas del proceso, ese tipo de posiciones son tan arrogantes como la posición que tuvo Giorgio Jackson cuando dijo que tenía superioridad moral. Vamos a ver si por el otro lado empiezan a surgir las voces de que son superiores moralmente, o bien si van a ser mesurados, como son probablemente la gran mayoría que apoya intelectualmente a Republicano.

Republicanos sacó una votación aplastante. ¿Qué debe hacer Chile Seguro?

Chile Seguro tiene un gran riesgo: o se unen como un referente de centro derecha de tomo y lomo, saliendo de la rencilla, y se forma una gran alianza y un gran movimiento, o le puede pasar que termine pereciendo, como hoy está el Partido Radical, el Partido Demócrata Cristiano, el PPD.

Hay que tener un gran referente de centro-derecha claro, como es el PP español, con un discurso sostenido con nuestros valores, nuestros principios, nuestras formas, pero también con aquellas reformas pensando en que las materias sociales también son muy importantes.

¿Qué riesgo se corre con que el Partido Republicano tenga poder de veto?

Eso lo va a hacer correctamente. Creo que no va a haber extremos tipo el diputado Kaiser en la Convención, porque es gente inteligente y esos vetos no los veo, porque eso también les va a impedir a futuro eventualmente aspirar a ser gobierno. La primera prueba de gobernabilidad la tienen que dar en la Convención. Es importante hacer una buena Constitución, salir de la martingala de que todo es culpa de la Constitución del 80, porque eso también es falso, además la Constitución es del 2005 y es la Constitución del Presidente Lagos, entonces yo creo que hay que salir de ese concepto cultural y hacer una Constitución equilibrada.

¿En qué pie quedan las reformas del gobierno?

El proyecto de refundación de la izquierda murió el 4 de septiembre. Hoy día el proyecto tiene que ser hacer una Constitución equilibrada para que el 60%, 70%, 80% de los chilenos, diga ‘está bien, demos vuelta la hoja’. La piedra angular es una buena Constitución, que a lo menos el 60% o el 65 % de los chilenos digamos: ‘ok, estas son las reglas del juego’.

¿Se ve posible llegar a ese porcentaje?

Va a depender de cuán responsables sean quienes tienen la responsabilidad de construir esta Constitución. Y después tiene que haber un pacto tributario de largo plazo, donde, en la medida que Chile vaya creciendo, vaya aumentando la base tributaria de las personas.

Hasta hace poco usted estaba en contacto con Hacienda y el ministro Marcel, ¿Qué rol ha jugado usted en la reforma tributaria?

Cuando me retiré de la CPC, el actual presidente, Ricardo Mewes, dijo que ‘Juan iba a ayudar en el proceso tributario’. Y he ido cumpliendo ese propósito que él me pidió. Y lo voy a cumplir hasta cuando mi presidente lo indique.

Le he hecho ver al gobierno y al ministro Marcel la tozudez de instalar la reforma tributaria por encima de las tasas que son competitivas mundialmente, tal es el caso de la minería, aplicar el 45 y medio a la mediana minería y el 46 y medio a la gran minería como topes de impuestos, cuando en Perú, Canadá, Australia, Estados Unidos, son levemente más bajas, genera un desincentivo de invertir a largo plazo. Entonces, si una empresa va a salir a buscar, quizás es mejor buscar en otro lugar. Dicho esto, creo que la reforma tributaria ya fue, lo que hay que hablar es de un pacto tributario, donde tienes que tener un justo equilibrio entre recaudación y crecimiento, y para eso hay que poner a Chile en marcha.

¿Qué espera hacer ahora? ¿Seguirá ligado a las políticas públicas?

En esto fui muy claro: yo era candidato para el Consejo Constituyente porque quiero, y espero, que Chile tenga una buena Constitución. Y dije en mi campaña que yo era candidato a eso y que no iba a ser candidato ni a concejal, ni alcalde, ni gobernador, ni diputado, ni senador, porque además de no desearlo, me bloqueaba el proceso por cinco años.

Claro, pero ese bloqueo era si resultaba electo…

Está bien, pero en la práctica yo estaba sometido a ese bloqueo, estaba feliz de hacerlo, porque yo siempre pensé que iba a salir electo. Entonces, mi compromiso con la región está. Y creo que lo que voy a seguir haciendo es contribuir desde mi posición empresarial, como corresponde en los temas gremiales. De hecho, soy miembro del consejo de desarrollo agroindustrial de Inacap, que sesiona en Rancagua, en esas materias voy a estar siempre conectado. Y voy a apoyar también al mundo político y probablemente a los candidatos que corresponda en la próxima elección municipal.

¿Apoyar en qué sentido?

Se los puede apoyar con recursos como la ley lo permite, los puedo apoyar en sus campañas, del punto vista estratégico, los puedo apoyar de mil formas, y voy a estar presente porque hay 76 mil electores que me dieron una preferencia y eso a uno le va generando ciertos niveles de compromiso. Y esos compromisos uno los tiene que devolver con cosas concretas.

¿Pero postular a cargos de elección popular?

No, y tampoco estoy dispuesto a seguir en una tribuna pública, en un escenario que es tan destructivo y tan sucio, o sea, yo había estado siempre en políticas públicas, en roles gremiales, en cosas que son un poquito más elevadas, pero cuando tú empiezas a caer en la rencilla chica, destructiva, con malas prácticas, creo que eso es muy complejo porque va generando muy malos ambientes. Eso como que me cansó. En política es bien duro, porque nadie te llama, nadie te dice, oye, disculpa. Es importante entender que esto es una descripción de la realidad, yo estoy en paz, no tengo ningún problema, esto lo he hecho como todo en mi vida por responsabilidad, si mi función es ser empresario y no hay nada que me guste más que ser empresario. Y eso es lo que me motiva, entonces hoy día estoy muy, muy feliz porque vuelvo de lleno a hacer eso.

¿Vuelve de lleno a sus empresas?

Siempre he estado, ahora voy a estar más presente. En materia de mi vida pública, creo que ya cumplí, o sea, asumir el rol que asumí en plena crisis del 18 octubre, haber asumido la crisis del Covid y haber respondido correctamente, haber respondido en la crisis económica, en la crisis política e institucional, haber participado también activamente del día 4 de septiembre, de la campaña del Rechazo.

No hay que olvidarse que en algún minuto el 80% de los chilenos votó porque querían una nueva Constitución: obviamente yo no fui del 80%, yo fui del 20% y lo dije públicamente. Entonces, es muy doloroso que te traten de traidor, de vendepatria, con esas prácticas, yo no le veo viabilidad a largo plazo a ese tipo de proyectos políticos, porque fueron las mismas prácticas que usó el Frente Amplio, generando destrucción y mira cómo está.

¿Es la minoría de Republicanos o es un porcentaje importante?

Yo creo que es una minoría, pero bueno, las minorías son las que llevan a los desastres. Hitler y la SS eran una minoría, que representaban menos del 3% de Alemania, y llevó a Alemania a la masacre más grande en la historia de la humanidad. Y Stalin llevó a la humanidad a un gran desastre, donde también murieron millones de personas. Hay que tener mucho cuidado cuando la minoría intelectual de repente lleva a un pueblo a un mal camino.

¿Qué pasa si esta Constitución se rechaza?

Si la Constitución se rechaza, creo que va a quedar vigente la Constitución actual, que la firmó el presidente Lagos el año 2005. Y hay que hacer reformas en el Congreso, de una vez por todas, y que el Congreso asuma su responsabilidad. Y que la izquierda termine con ese discurso de que esto no es democrático.

Lampadia




Elecciones

Los que no votaban son más desideologizados que de derecha.

 

El Mercurio – Chile
Loreto Cox

El curso de los últimos años, marcados por un estallido social y varios otros electorales, se ha asegurado de refrendar la miopía de quienes creyeron tener todas las respuestas, como si la historia tuviese un sentido cierto. ¿Cómo interpretamos, ahora, el resultado de esta elección?

Algunos dicen que la ciudadanía es un péndulo. Algo de eso hay. Durante la última década, las posiciones ideológicas, por ejemplo, sobre el rol del Estado vs. el individuo en el progreso de las personas, muestran varias oscilaciones: hay como un 10% de la población que se mueve según el momento (Bicentenario 2022). Suena poco, pero es suficiente para dar vuelta una elección y, de hecho, los cambios en este indicador coinciden con los cambios en los vientos electorales.

¿Significa esto que la ciudadanía no es más que un manojo de emociones que se lanza de un polo a otro, sin ninguna racionalidad? En absoluto. Los vaivenes se dan dentro de márgenes de estabilidad y de moderación. Es más, ellos son una respuesta lúcida, sobre todo de personas sin una ideología fuerte, a los cambios del país: cuando un gobierno cree poco en el Estado, pide más Estado, y luego al revés. La última medición de Bicentenario muestra una desvalorización importante del rol del Estado respecto de 2021, el año en que fue elegido Boric. Pero también muestra que esta sigue siendo una cuestión debatida, con una buena masa moderada.

Hay otro ámbito donde el “péndulo” ha sido más fuerte, y es fácil palparlo: la seguridad. Entre el estallido y la última CEP, más de un cuarto de la población se pasó desde una posición pro-libertades o moderada al polo del orden público. La seguridad siempre ha sido prioritaria para la gente (nace de algo tan primigenio como el miedo), pero el devenir reciente la ha puesto en el centro. Sin duda, el Partido Republicano fue el que más creíblemente supo conectar con esa demanda —en parte, por sus posturas, en parte, quizás, por el mero hecho de no haber tenido ocasión de intentarlo y fracasar.

¿Qué rol jugó el voto obligatorio? Contra lo que antes se pensó, hoy se dice que esta regla trajo a las urnas a masas conservadoras que antes se abstenían. Pero las encuestas muestran que quienes usualmente no votaban no son tan distintos ideológicamente de los votantes. Su mayor diferencia es que siguen menos la política y, consecuentemente, son más reacios a tomar posiciones. Por ejemplo, en la CEP de mayo de 2022, entre los que dicen no haber votado en ninguna de las dos vueltas presidenciales (25%), el 42% no se identifica en el eje izquierda-derecha, comparado con 23% entre los que dicen haber votado en ambas (60%). Fuera de eso, la distribución se inclina algo hacia la derecha, pero en el margen: los que no votaban son mucho más desideologizados que de derecha. El voto obligatorio, sobre todo, incorporó masas relativamente moderadas que, por mirar más de lejos la política, están dispuestas a cruzar fronteras para votar por lo que hoy les importa (seguridad).

¿Irá a durar el ímpetu republicano? El partido triunfante tiene hoy la ventaja de, hasta ahora, no haber tenido poder. Pero la ciudadanía de hoy es muy crítica y no va a ser fácil estar a la altura. Por de pronto, cabe recordar que los votos están prestados y que, creo, no habría mayor éxito que una Constitución bien aprobada.




La crisis migratoria chileno-peruana

Alejandro Deustua
10 de mayo de 2023
Para Lampadia

La crisis del tránsito ilegal de migrantes venezolanos de Chile hacia el Perú ha puesto en evidencia un problema internacional que es necesario definir, gestionar y regir adecuadamente.

Para empezar, la calificación del problema de las migraciones como global parece, en este caso, excesivo porque sus componentes materiales tienen parámetros y asientos territoriales localizados evidentes. Si la globalización ha tendido a definirse en términos trasnacionales o mediante la simple agregación de problemáticas similares, de cadenas de valor o de un número considerable de estados, es claro que el problema de migrantes venezolanos entre Chile y Perú no puede definirse bajo esa categoría.

Ello ocurre porque las características de origen y la responsabilidad de solución de la crisis no sólo no son trasnacionales ni están a cargo principalmente de organismos internacionales (que ciertamente pueden ayudar) sino que implican el compromiso concreto de muy específicos estados que sufren impactos de carácter nacional.

Por lo demás, este problema ha demostrado que, a pesar de su micro-escala territorial, la problemática referida puede escalarse bilateralmente a la manera más tradicional y poner en riesgo una relación fronteriza sensible. Ello no encaja bien en los presupuestos globales.

De otro lado, parece evidente que ese potencial de conflicto en un contexto general proclive a la confrontación merecía una mejor gestión migratoria acorde con su propia realidad. Ello no ha ocurrido.

En Perú y Chile la menor escala del problema (alrededor 300 ciudadanos venezolanos agitando la frontera peruano-chilena) se encuadra en diferentes urgencias de gestión. El Perú dio un primer paso para atenuar la porosidad del conjunto de sus fronteras declarando en emergencia a las zonas nacionales colindantes. Para ello ha convocado la atención de la Fuerza Armada como complemento de las fuerzas policiales existentes.

Esta iniciativa tiene el propósito de controlar unas fronteras extremadamente vulnerables a transeúntes informales, organizaciones terroristas o al crimen organizado. Pero la crisis con Chile surgió sin que el Perú hubiera dado el segundo paso al respecto. La falta de preparación saltó a la vista.

De manera similar, Chile ha convocado a sus militares pero, en este caso, para atender principalmente las fronteras del norte (especialmente la boliviana por donde se infiltraban -vía Colchane- migrantes ilegales a discreción). Esa decisión fue estimulada por los excesos de delincuentes venezolanos en ciudades principales del país vecino. Y quizás también por la proximidad de las elecciones de integrantes del Consejo Constitucional (que ganó la oposición). Sin embargo, en este caso la falta de cooperación de la fuerza armada chilena con nuestras autoridades fue también evidente. Ello motivó la protesta de Cancillería.

Prueba de tal falta de preparación sería la eventual inducción de migrantes venezolanos por fuerzas chilenas para que aquéllos ingresen por vías informales a territorio peruano (asunto que aún parece estar en proceso de esclarecimiento). Y también la superación de la capacidad de la policía peruana por migrantes desarmados que ejercieron violencia contra la fuerza de resguardo peruano, bloquearon la carretera Panamericana, se infiltraron por el desierto (que, con anterioridad, fue un espacio minado) y agredieron a la policía en la frontera.

Como se ve, bastaron unos cuantos migrantes sin documentos para activar remanentes de falta de cooperación de fuerzas chilenas con consecuencias potenciales de mayor riesgo. Al punto que la protesta de la Cancillería peruana tuvo que requerir el compromiso de las autoridades del vecino para brindar la seguridad que corresponde a los complejos fronterizos de Santa Rosa-Chacalluta en territorio de ese país y asegurar el desbloqueo carretero.

En el proceso, variables locales, como las irresponsables declaraciones del alcalde de Tacna sobre el presidente de Chile, entraron en juego.

Felizmente, más tarde que temprano, necesarias negociaciones bilaterales, quizás sobrecargadas de requerimientos consulares, instigaron la decisión del dictador Maduro (¿o fue su iniciativa?) de enviar, a la hora nona, un avión para transportar a sus compatriotas a su país.

Ello mostró otro potencial nivel de escalamiento entre Perú y Chile en esta materia: ha dependido de la voluntad del dictador venezolano, responsable directo del gran problema migratorio que comprende a siete millones de sus conciudadanos, la solución parcial y de corto plazo de la crisis.

Del impasse han resultado, sin embargo, acuerdos del Perú con los organismos de Naciones Unidas encargados de los asuntos de refugiados (ACNUR) y de migrantes (OIM) con el propósito específico de asistir en el micro-manejo del problema (p.e. la OIM establecerá en Tacna un centro de orientación para el servicio de los migrantes).

Como, la escala del problema de la diáspora venezolana abarca al conjunto de los países andinos, las conversaciones sobre el particular debieran extenderse a ese ámbito con propósito de armonizar legislaciones y prácticas y de adoptar una posición común frente a Venezuela. En este punto no debe permitirse que el dictador que ha devenido, desde hace tiempo, en el causante y moderador de conflictos en Suramérica (y en especial, en la zona andina) continúe siendo quien maneja las riendas de controversias y confrontaciones en el área.

Si el Grupo de Lima fracasó en promover una salida democrática en Venezuela y el diálogo abierto ahora en México entre el gobierno y la oposición venezolanos para lograr ese mismo propósito tampoco tiene éxito, es hora de que sea el foro hemisférico de seguridad colectiva o el Consejo de Seguridad de la ONU promuevan el fin de la dictadura de Maduro y ayuden a generar condiciones de normalidad que permitan el retorno de los millones de venezolanos cuya magnitud se acerca más a los lamentables éxodos de Siria, Ucrania o de la Segunda Guerra Mundial. Lampadia




Ni caos, ni pobreza

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Los chilenos se hartaron del caos y el empobrecimiento que sus izquierdas les regalaron después del terremoto político iniciado en octubre del 2019. Ese fenómeno, aún difícil de explicar, puso en la primera línea política a todas las izquierdas reverdecidas en un penoso salto atrás, bajo la batuta de jóvenes intonsos, incapaces y soberbios.

Los Boric y las Vallejo, que tomaron la posta del gobierno, solo han mostrado las mismas limitaciones de las demás izquierdas latinoamericanas, no han podido generar bienestar. Hoy día, el chileno de a pie es 30% más pobre que hace cuatro años. La fuga de capitales y talentos ha sido dramática. La economía ya no crece. Y la crisis social asociada a la violencia y a la desordenada inmigración, han roto la confianza de los chilenos en el futuro de ese país desarrollado, que no fue.

Después de dos derrotas del gobierno de izquierda, en setiembre pasado con el rechazo al brulote de constitución y ahora con la elección de los consejeros, Chile se enfrenta a una nueva oportunidad de establecer una constitución equilibrada que promueva la economía de mercado y una democracia representativa, que atempere las estridencias voluntaristas.

Es claro que cuando los problemas hacen sangre, los pueblos recuperan la memoria sobre sus avances y se acercan a las estructuras de prosperidad, y no hay nada más destructivo de todo ello, que las crisis existenciales y refundacionales promovidas por las izquierdas que se resisten a aprender de la historia.

Buenas lecciones para los peruanos.

Humildad sin complejos

Rocío Cantuarias
Fundación para el Progreso – Chile
Publicado en Diario Financiero
8 de mayo, 2023

La ciudadanía decidió recuperar Chile y enterrar el octubrismo, en un año en que sesgadamente se «conmemoran» 50 años desde que se interrumpió la vía hacia una dictadura marxista. Simbólico, a lo menos.

La ciudadanía respaldó abrumadoramente al Partido Republicano. Con esto, de pasada, el presidente Piñera y sus ansias de vigencia conquistan irrelevancia.

Avanzar con humildad, pero sin complejos, debiera ser la conducta del Consejo Constitucional. Avanzar en mejorar las condiciones de vida de todos. Y esto se consigue cuando hay menos obstáculos a la iniciativa privada y más libertad económica. Hay más obstáculos a la libre iniciativa cuando los políticos sabotean a los empresarios y consumidores fijándoles más impuestos. Y hay menos, cuando se establecen principios tributarios a nivel constitucional que mantienen a raya la irresponsabilidad fiscal de los saboteadores.

Hay más obstáculos cuando los políticos no diferencian entre la realidad y la fantasía, esta última representada por la falacia de que existen pobres porque los malvados privilegiados, sirviéndose del mercado, se adueñan de lo que sería suyo. Y hay menos obstáculos cuando elegimos a más de 30 consejeros que entienden que la pobreza de unos chilenos no es culpa de la riqueza de otros, y que los problemas de los más vulnerables no se arreglan quitándoles libertad a los más exitosos.

La unión de los consejeros en la defensa del individuo y el libre mercado debe usar el diálogo como un medio para persuadir a la minoría de que menos libertad económica jamás aumentará el bienestar de nuestro país y que las ideologías colectivistas, todavía presentes en un menor porcentaje en el Consejo, pero en plenitud en el Gobierno, causan un daño irreversible al delicado engranaje del progreso.

Hay alertas de gérmenes antidemocráticos: ya no será tan «útil» la democracia ni «legítimo» el proceso, para quienes llegaron al poder a través de la violencia. Otro germen antidemocrático es la forzada paridad. Además de injusta, es un insulto para las mujeres y especialmente para las electoras que «valen menos» que las mujeres candidatas a las que se les entrega un escaño a pesar de haber obtenido menos votos que un hombre, al que eventualmente muchas votantes mujeres prefirieron. Lo mismo respecto de los escaños reservados para pueblos originarios, que hoy tienen muy poca representación gracias a la voluntad popular, pero todavía un estatuto especial gracias a los políticos.

Por último, el Gobierno, con dos derrotas en menos de un año y un evidente desprecio de los ciudadanos a sus ideas colectivistas, debería abdicar de ellas para hacerse cargo en serio de las necesidades sociales o seguir navegando sin rumbo en perjuicio de éstas. Por otra parte, y por ahora, el intento de demoler el orden institucional para suplantarlo por un populismo autoritario de extrema izquierda se aleja de la Constitución, más no de los objetivos del Gobierno.

«Tengo confianza en la sabiduría del pueblo» señaló el presidente. Hasta ayer, no había estado de acuerdo con alguna de sus poesías. Hasta ayer. Lampadia




“Lo que ha sucedido es un escarmiento”

Entrevista a José Rodríguez Elizondo
Perú21, 9 de Mayo del 2023
Por: Mayra Calderón Cornejo

Perú21TV conversó con el analista político de Chile, José Rodríguez Elizondo, sobre el Partido Republicano quién se impuso con más de un 35% de respaldo ciudadano para redactar la nueva constitución chilena.

Para el analista chileno José Rodríguez Elizondo, el resultado de las elecciones constituyentes que definieron quiénes debatirán y aprobarán la nueva Constitución en Chile es una confirmación del rechazo a la propuesta anterior.

¿Por qué hubo un giro de 180 grados en la conformación de la Constituyente?

Sucede que es la ratificación de una posición contraria a la Constitución que propuso la Convención Constitucional, es prácticamente una ratificatoria de que no se quería la Constitución que se estaba proponiendo, por lo tanto, se rechazaba la combinación de fuerzas políticas de esa época. Estamos hablando del 4 de setiembre de 2022.

¿Cuánto pudo influir el voto obligatorio ?

Influyó muchísimo. Creo que uno de los grandes errores que se cometen en una democracia es hacer el voto voluntario. Es decir, desobligar al ciudadano de una de sus obligaciones cívicas fundamentales. En los países en los que la democracia se está debilitando, hay una relación directa con la voluntariedad del voto. Me explico, muchos ciudadanos se despreocupan de la política porque encuentran que su clase política no responde a sus aspiraciones y dejan de votar. Y es en ese círculo vicioso que muchos enemigos encuentran la oportunidad para ir en contra de la democracia.

¿Qué tan probable es que este consejo tenga éxito con la nueva Constitución?

Lo que ha sucedido es un escarmiento, que se produjo con el rechazo a la Constitución anterior. Lo que se nos propuso a los chilenos en la Constitución rechazada fue una refundación del país; el hacer la historia de nuevo, dividir al país en 11 naciones, realmente una locura. Y, eso tiene que ver con la proyección muy alta de carga ideológica de quienes hicieron ese texto, tiene que ver con la injerencia de autores que querían de alguna manera debilitar el estado-nación unitario de Chile, por esta movida del neoconstitucionalismo, que, a mi juicio, nace de la experiencia de Hugo Chávez. Cuando Hugo Chávez llega al poder jura por la misma Constitución, porque lo primero que tenía claro es que si él quería gobernar hasta sus últimos días, él tenía que redactar una Carta Magna ad hoc. Un presidente responsable ante todos los chilenos no puede seguir clavado en el ideologismo.




Y ahora, ¿qué?

Bernardo Larraín
[EX-ANTE] – Chile
Mayo 8, 2023
Glosado por Lampadia

Los integrantes del Consejo harían bien en cambiar rápido del modo campaña al modo constitucional, y acometer un esfuerzo inicial de reconexión de la ciudadanía con los temas que son realmente del ámbito de una Carta Magna, con un enfoque didáctico para explicar por qué sí tienen un rol fundamental en habilitar las soluciones a los problemas de la gente.

Una vez más, un ejemplar día electoral. 13 millones de ciudadanos fueron a las urnas a elegir los 50 integrantes del Consejo Constitucional. Éstos, con un gran piso de legitimidad, tendrán la responsabilidad de llevar a buen puerto este segundo intento constitucional y enfrentar dos riesgos relevantes: la desconexión de la ciudadanía y la polarización de contenidos.

La desconexión de la ciudadanía reconoce dos fuentes. La estridencia de la Convención Constitucional anterior y el contenido refundacional que propuso hizo buena parte de la pega. Luego la violencia, la inmigración desbordada, la inflación y la debilidad en el empleo, cuyas consecuencias sufren tantos chilenas y chilenos, han hecho parecer la discusión constitucional como lejana y abstracta.

Y el riesgo que esta desconexión devenga en rabia, no es menor. Porque las promesas que muchos candidatos hicieron en campaña chocarán con los temas que son realmente competencia del ámbito constitucional: los contornos del estado social de derecho, el sistema político-electoral, la estructura del Estado y el marco general para el uso de nuestras riquezas naturales, entre otros.

La polarización de contenidos, por su parte, se anticipa en diversos ejes. Entre los contenidos propios de una Constitución y aquellos del ámbito de las políticas públicas; o entre un Estado Social de Derecho entendido como una garantía de piso mínimo común coherente con una provisión mixta de derechos sociales, y uno donde el Estado no sólo tiene un rol articulador y regulador, sino que de prestador preferente. Las 12 bases constitucionales no son suficientemente precisas cómo para contener esta polarización.

Los integrantes del Consejo harían bien en cambiar rápido del modo campaña al modo constitucional, y acometer un esfuerzo inicial de reconexión de la ciudadanía con los temas que son realmente del ámbito de una Carta Magna, con un enfoque didáctico para explicar por qué sí tienen un rol fundamental en habilitar las soluciones a los problemas de la gente. La Comisión de Expertos y el Comité de Admisibilidad, respetando la autoridad del Consejo, deberán seguir integrando la técnica, trascendiendo la contingencia y velando por el cumplimiento de las bases constitucionales. Finalmente, desde la sociedad civil organizada debemos acompañar –desafiando y enriqueciendo- este segundo intento constitucional para colaborar a que se reconecte con la ciudadanía y llegue a buen puerto.

Y estos roles deben desplegarse al menos en los siguientes ámbitos esenciales:

  • Un rediseño del sistema político electoral es imperativo para que nuestra democracia retome la capacidad para acordar reformas que enfrenten los problemas de la gente. Será necesario desafiar esa narrativa que argumenta que los problemas de nuestra democracia se deberían a las personas que hasta ahora la han conducido y no a los diseños institucionales que la enmarcan ni a los cambios sociales que la desafían. Quienes así argumentan soslayan que en todos los países del mundo las democracias están desafiadas a evolucionar en sus instituciones para adaptarse a un nuevo contexto social -crispado, volátil y participativo- para evitar el riesgo de transformarse en autocracias, es decir, sistemas políticos donde un grupo de personas asumen el poder con débiles contrapesos institucionales, o en democracias directas totalmente disfuncionales.
  • Un rediseño de la estructura de nuestro Estado es fundamental para que vuelva a estar al servicio de los ciudadanos ofreciéndole servicios oportunos y de calidad. En este caso será necesario desafiar planteamientos troyanos como aquellos en que, detrás de necesarias propuestas de descentralización, se esconden maneras de aumentar la captura por parte de la política de la mayor cantidad de espacios del Estado posibles. Y también será menester enfrentar esa inclinación de ser generalistas y vagos en la manera como la Constitución mandata una modernización del Estado, para propiciar en cambio que el nuevo texto separe con nitidez y precisión el ámbito de la administración pública -que debe ser profesional, técnico y meritocrático- del ámbito del gobierno y sus funcionarios de confianza, que debe tener contornos constitucionales muchos más estrechos y exigentes.
  • Un estado social de derecho que compatibilice la garantía de una base común de derechos sociales con una participación diversa –Estado, sociedad civil y emprendimiento– en las prestaciones que dan vida a los derechos sociales. En este caso será necesario desafiar tanto a quienes quieren darle al Estado un rol preferente en las prestaciones de derechos sociales, marginalizando constitucionalmente el rol de la sociedad civil y del emprendimiento, como a quienes pretenden instalar como único precepto constitucional la libertad de elección de los ciudadanos marginalizando el rol del Estado como garante de esa base común de derechos sociales. También será necesario desafiar a quienes pretenden dejar escrito en piedra el cómo se diseña y evoluciona esa base común de derechos sociales, para judicializar su cumplimiento y desplazar el irremplazable rol del gobierno y el Congreso para ir progresivamente adecuándola según el desarrollo del país.
  • Un marco general que habilite el uso sostenible de nuestras riquezas naturales para un mayor desarrollo económico y social. En esto hay que hacerle frente a un minimalismo constitucional que sólo consagre lo obvio: que hay bienes que la naturaleza ha hecho comunes a todos y que deben pertenecer a la Nación toda, y que corresponde a la ley determinar cuáles pueden ser objeto de concesiones de exploración o de explotación. Bajo esta concepción serán mayorías simples las que determinarán que bienes son concesibles y cuales no, lo que permite, por ejemplo, mantener esa discriminación absurda consagrada el año 1979 que, sólo hace no concesible al litio junto a otros dos minerales, basado en una argumentación de Guerra Fría que hoy es anacrónica. En coherencia con la libertad de emprendimiento y un principio de no discriminación, la Constitución debiera establecer como regla general que esos bienes son concesibles a empresas públicas y privadas en igualdad de condiciones y que la ley podrá establecer limitaciones para resguardar su rol ecológico y social, bajo un principio constitucional de desarrollo sostenible.

Finalmente, debemos asumir un aprendizaje más: no podemos dejar que el proceso constitucional monopolice toda la energía de la política. En paralelo debemos enfrentar con decisión, a través de políticas públicas y escalando iniciativas privadas, los desafíos que marcan el Chile de hoy: delincuencia, inmigración, el terremoto educacional, la paralización de la economía y del empleo formal, la disfuncionalidad del Estado, entre tantos otros. Lo que viene es caminar y mascar chicle, con mucha responsabilidad y rigor para que esta vez no se defrauden las expectativas ciudadanas. Lampadia




El punto de no retorno

Sergio Muñoz Riveros
Ex-Ante
Mayo 8, 2023
Glosado por Lampadia

No está claro cómo va a evolucionar el proceso constituyente. Hay señales que sugieren que las izquierdas podrían levantar alguna excusa para desembarcarse. Y quizás la victoria opositora lo aliente. En cualquier caso, el proceso debe desarrollarse según lo establecido, aunque todos sabemos que el asunto constitucional ha encubierto una confrontación crudamente política sobre el futuro del país.

El resultado de la elección no admite interpretaciones creativas. Transcurrido un año y dos meses de la llegada de Boric a la Presidencia, fue un categórico pronunciamiento contra su gestión y el rumbo de su gobierno. Está en línea con el Rechazo del 4 de septiembre, cuando se hundió el proyecto de Constitución por cuya aprobación él hizo hasta lo indebido.

Dos derrotas en 8 meses son excesivas para cualquier gobernante, pero con mayor razón para uno como Boric, con menguado capital político. Y ambas han sido el precio de su distorsionada visión de la realidad, como ha quedado en evidencia una y otra vez en el tiempo que lleva en La Moneda. Si se hubiera aprobado el proyecto de Constitución que él quería para Chile, la crisis habría sido de tal magnitud que habría desbordado a su gobierno.

La elección del 7 de mayo fue consecuencia directa de la ilusión de Boric de que un nuevo experimento constituyente iba a borrar el Rechazo y se convertiría en la revancha de las izquierdas. Parece que Álvaro Elizalde y Vlado Mirosevic pensaban igual, porque en su condición de líderes del Congreso corrieron a La Moneda a mostrarle al mandatario el acuerdo de los partidos del 12 de noviembre casi como si fuera el Acta de la Independencia. Como que lo llamaron “Acuerdo por Chile”.

¿Pensaban acaso que el oficialismo triunfaría en la elección del Consejo Constitucional? ¿O se volvieron generosos y no les importaba que ganara la oposición? En uno u otro caso, es evidente que en La Moneda no abunda la perspicacia política. Y mejor ni hablar del sentido de Estado

Boric volvió a equivocarse, y además en contra de sus propios intereses. Lo que menos necesitaba su gobierno era buscarse otra derrota, y fue exactamente lo que hizo. Se confirmó que no cuenta con colaboradores que sean capaces de advertirle de los errores catastróficos. Después del plebiscito, debió actuar con prudencia y, por lo menos, no embarcarse en una nueva aventura constituyente, pero siguió adelante. como si cumpliera una manda religiosa.

La elección permitió apreciar que el Rechazo del plebiscito representó mucho más que la oposición al proyecto de Constitución que el gobierno quería para Chile. Entonces y ahora, se manifestó una corriente muy vigorosa de desacuerdo con el rumbo que lleva el país bajo el gobierno izquierdista.

¿Qué va a pasar ahora en el gobierno? Probablemente, se acentuará la pugna por la hegemonía. Habrá que ver si Tohá, Marcel, Elizalde, y quizás Van Klaveren, consiguen gravitar los suficiente como para convencer al mandatario de que necesita actuar con espíritu de supervivencia si no quiere agravar su situación. No hay espacio para porfiar con propuestas que no tienen ninguna posibilidad de prosperar.

Los partidos del Socialismo Democrático tendrán que reflexionar seriamente sobre el sentido de su participación en el gobierno. El PS, en particular, tiene que definir qué quiere representar ante el país. En los tiempos que vienen, se jugará su propio lugar en el mapa político en un contexto en el que existe el riesgo de seguir retrocediendo.

Si la llegada de Boric a La Moneda representó “algo”, asociado principalmente a la promesa de nuevos derechos sociales y al aire fresco que parecía representar su generación, ese algo ya no existe. El mandatario está en vías de convertirse en un actor secundario, y en ello influirá la partida de la competencia presidencial. Es muy probable que en la campaña municipal del próximo año ya haya candidaturas presidenciales desplegadas.

La izquierda ha tenido siempre dificultades para comprender el principio de acción y reacción. La pasión revolucionaria, que tiende a confundir lo real y lo imaginario, provoca habitualmente la pasión contrarrevolucionaria. No puede sorprender, por lo tanto, que Republicanos se haya convertido en el mayor partido del país. Capitalizó, sin duda, el rechazo al extremismo octubrista y a la línea seguida por el gobierno. Será, sin duda, un actor gravitante en los próximos años.

No es claro cómo va a evolucionar el proceso constituyente. Hay señales que sugieren que las izquierdas podrían levantar alguna excusa para desembarcarse. Y quizás la victoria opositora lo aliente. En cualquier caso, el proceso debe desarrollarse según lo establecido, aunque todos sabemos que el asunto constitucional ha encubierto una confrontación crudamente política sobre el futuro del país.Esperemos que no se produzcan nuevos enredos en una materia que ya provoca fastidio en amplios sectores, lo que el Congreso pudo haber evitado si no hubiera aplicado la doctrina de Poncio Pilatos.

Se tiende a consolidar la corriente que se expresó en el Rechazo el año pasado. Fue muy nítido lo rechazado entonces, y se vuelven más nítidos los elementos de coincidencia sobre lo que el país necesita. No se trata únicamente de las fuerzas de derecha, sino de mucha gente sin filiación que quiere que Chile avance sin convulsiones ni demoliciones. Las fuerzas emergentes de centro Amarillos y Demócratas pertenecen a esa corriente, la cual, ayer y ahora, manifestó su anhelo de que terminen el desorden y la inestabilidad, y se ponga freno a la delincuencia y el terrorismo.

Esa mayoría está convencida de que, para progresar de verdad, hay que recuperar la seguridad pública, aplicar la ley en todo el territorio, asegurar que el Estado proteja de verdad a la población. Ese es el punto de partida, y será definitorio en las próximas elecciones. Se necesitará una gran convergencia de fuerzas en el futuro para que el país recupere el sentido de orientación y el optimismo. Lampadia




Chile recupera la cordura

Chilenos rechazan propuestas del gobierno de Boric, le dan la mayoría del Consejo Constitucional al partido Republicano, no le otorgan el veto al gobierno y tienen la oportunidad de retomar el camino de una prosperidad compartida.

Líneas abajo compartimos la portada de El Mercurio de hoy y el artículo de opinión de Felipe Schwember.

El peso de la victoria

Terminar bien es llegar a una propuesta alineada con nuestra tradición republicana.

Felipe Schwember
El Mercurio – Chile
Columna de Opinión
8 de mayo, 2023

La victoria es dulce y los vencedores quieren saborearla. Es natural. Seguramente no querrán que se les recuerden los riesgos que entraña. Pues entraña riesgos y —lamento ser aguafiestas— este es precisamente el momento para tenerlo presente. El mejor ejemplo de ello es el proceso constituyente anterior: embriagados por su apabullante éxito, las variopintas fuerzas de izquierda se entregaron irreflexivamente al embeleso que les producían sus propias ideas. Entraron entonces en un bucle del que, pese a alguna tímida reacción, no pudieron ya salir. Quizás recuerde el lector de derecha la consternación e incredulidad que experimentó entonces ante las propuestas disparatadas o derechamente liberticidas de la Convención. Quizás recuerde también el alivio que experimentó cuando, por ese entonces, la centroizquierda comenzó ¡por fin! a reaccionar. “Gente razonable”, pensó. Y sí, es gente razonable. Y su opinión contó mucho para señalar la desnudez del rey que en este caso era la Convención.

La Convención quedó tan escorada a la izquierda que logró dilapidar rápidamente la enorme confianza y adhesión que en su momento concitó. Más allá de los espectáculos y desplantes, esta lamentable hazaña se explica porque sus miembros, pese a su lenguaje ampuloso, no dieron muestras de entender qué es una Constitución y qué es la democracia. La derecha ahora cuenta con esa confianza y adhesión, y si bien es cierto que la Convención dejó la vara bajísima, haría mal si, como ella, no tiene a la vista la posibilidad de la discusión democrática sana. Tiene, en consecuencia, la responsabilidad de que este proceso termine bien. Y eso incluye también a republicanos, que no quieren una nueva Constitución, pues, después de todo, decidieron participar en el proceso. Pero ¿qué significa que termine bien?

Significa que concluye con una propuesta constitucional alineada con nuestra tradición republicana.

No necesita ser particularmente original: debe tener separación de poderes, consagración de los derechos y libertades fundamentales típicas, sistema de partidos, etcétera. Digamos que el proceso termina bien si la derecha logra redactar una Constitución que puede apoyar, por ejemplo, gente de Amarillos por Chile, el expresidente Frei o exconcertacionistas que entienden que los movimientos revolucionarios no tienen razón de ser en una democracia liberal y representativa.

Si lo anterior sucede, la derecha habrá sabido convertir un éxito puntual —aunque ciertamente muy importante— en un éxito histórico: compartiría su victoria con otras fuerzas políticas democráticas y pondría las bases para la construcción de mayorías estables, que son imprescindibles para el buen funcionamiento de una democracia. Si la derecha hiciera todo eso, daría una lección histórica de responsabilidad a la extrema izquierda, que la necesita urgentemente. Lampadia




Amistades peligrosas

Por: María José guerrero
El Comercio, 3 de Mayo del 2023


“Las afinidades que comparte el régimen de Daniel Ortega con Rusia, China e Irán incluyen el autoritarismo, la supresión de los derechos políticos y civiles de su población, la eliminación de la oposición política y su desprecio a los derechos humanos”.

La última filtración de documentos secretos del Pentágono dio a conocer en abril de este año intimidades de las relaciones diplomáticas del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. Los reportes de inteligencia sugieren que Rusia, China e Irán han encontrado suelo fértil en el país centroamericano con la intención de ampliar su presencia en el hemisferio occidental a través de canales económicos, políticos y militares. La dictadura orteguista, cada vez más aislada y rechazada profundamente por la comunidad internacional, “expresó su voluntad de comprometerse con países de ideas afines” apuntando a “contrarrestar” la esfera de influencia de Estados Unidos, según los informes.

Desde el 2016, Rusia ha suministrado a Nicaragua equipo militar e infraestructura de monitoreo satelital y, en el 2022, ya en el contexto de la guerra con Ucrania, Ortega renovó la autorización a tropas rusas, aviones militares y buques de guerra para realizar supuestos ejercicios de entrenamiento y ayuda humanitaria en su territorio. Además, la semana pasada, la iniciativa empujada por Ortega para otorgar a dicha nación la condición de país observador del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) fue rechazada por los países miembros. Según el politólogo Carlos Murillo, “Rusia no está en condiciones de integrarse a un mecanismo regional como el SICA, en el que los principios del derecho comunitario, el protocolo de Tegucigalpa y demás acuerdos a los que el organismo está suscrito condenan el uso de la fuerza”.

De acuerdo con el reporte de inteligencia, los Ortega ven a los rusos como sus socios de seguridad más importantes. De hecho, Nicaragua es uno de los pocos países que dio su apoyo abiertamente a la invasión de Ucrania, aunque, desde el inicio del conflicto, las relaciones parecen haberse ralentizado y Nicaragua ha volteado los ojos hacia Beijing.

China y Nicaragua restablecieron relaciones diplomáticas en diciembre del 2021. En una movida precipitada y oportunista, Ortega anunció intempestivamente que su gobierno dejaba de “tener cualquier relación o contacto oficial con Taiwán”, tras 30 años de amistad e inversiones taiwanesas en el país, para sellar, un día después, su adhesión inminente al principio de una sola China. Uno de los reportes de inteligencia al que tuvo acceso el “Miami Herald” señala que ambos países han sostenido negociaciones secretas para la construcción de un puerto de aguas profundas en la costa atlántica nicaragüense. La empresa China Harbor Engineering Company estaría en conversaciones con el régimen desde mediados del 2022 para la realización de estudios de sitio y operaciones futuras, mientras que el Gobierno Nicaragüense “probablemente consideraría ofrecer acceso naval a Beijing a cambio de inversión económica”, evalúa uno de los documentos.

Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, realizó una visita diplomática a Nicaragua en febrero de este año en la que se discutieron acuerdos de cooperación económicos, comerciales y energéticos, pero también, según se filtró en los reportes de inteligencia, posibles colaboraciones militares.

Laureano Ortega Murillo, el siguiente en línea de la dinastía dictatorial de los Ortega Murillo y quien funge como asesor presidencial para inversiones, comercio y cooperación internacional, declaró esta semana que “ahora tenemos ese poderoso frente común que vienen conformando la República Popular China, la Federación de Rusia, India, los países árabes, la República Islámica de Irán y nuestra América Latina y Caribeña”.

Las afinidades que comparte el régimen de Daniel Ortega con Rusia, China e Irán incluyen el autoritarismo, la supresión de los derechos políticos y civiles de su población, la eliminación de la oposición política y su desprecio a los derechos humanos y los valores democráticos. Son, por lo tanto, un llamado a la acción a los países de la región para resistir estas alianzas autocráticas.




Candidato outsider de derecha amenaza al establishment político de Argentina

Por Andrés Romaña
Perú21, 3 de Mayo del 2023

El 13 de agosto se desarrollarán en Argentina las Elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) para elegir a los candidatos presidenciales de cada partido. En un país con una fuerte tradición peronista, corriente ideológica de izquierda que estableció el expresidente Juan Domingo Perón, ha generado revuelo la irrupción del diputado libertario Javier Milei, quien propone eliminar el Banco Central de Reserva para acabar con la inflación, reducir el gasto público y dolarizar la economía argentina. Y es que la situación no da para más. En el último semestre de 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Censos reportó que la pobreza en Argentina alcanzó el 39.8%. Además, en marzo la inflación interanual fue de 104.3%; mientras que el dólar blue (dólar que se compra ilegalmente) superó los 400 pesos. Cabe precisar que el Estado regula el tipo de cambio y grava la compra de dólares; esto genera que muy pocos tengan acceso a la divisa.

En este escenario, el electorado argentino votará en agosto para determinar quiénes serán los candidatos presidenciales que van a los comicios del 22 de octubre, en donde se elegirá al sucesor de Alberto Fernández, quien desistió de postular a la reelección. Asimismo, los expresidentes Cristina Fernández —actual vicepresidenta— y Mauricio Macri anunciaron que tampoco postularán. Todo indica que la situación de Argentina es una papa caliente de la que los expresidentes ya no quieren ocuparse.

El internacionalista Francisco Belaunde le dijo a Perú21 que el surgimiento de Javier Milei se debe a que la población está harta y ese candidato representa la novedad. Sin embargo, resaltó que aún se debe esperar a lo que suceda en una eventual segunda vuelta dado que, indicó, el panorama puede cambiar.

“Esta irrupción de Milei introduce un elemento nuevo, porque él tiene un arrastre que es bastante importante. Lo que habrá que ver es cuánto dura el fenómeno (…). Si no alcanza la Presidencia, ese movimiento podría diluirse”, aseguró.

A pesar de la alta inflación que perjudica a todos los argentinos y el excesivo gasto público, Belaunde considera que tendría que haber un descontento muy grande para que se puedan aplicar las reformas económicas propuestas por Milei, dado que, consideró, existe una cultura de dependencia del Estado por parte de la población argentina.

“Es un país donde la gente espera mucho del Estado, eso viene del peronismo. Se han acostumbrado a todo tipo de subsidios y se ha agravado en los gobiernos kirchneristas que ha habido. Romper con eso no va a ser fácil”, añadió Belaunde.

¿ELIMINAR EL BCR?

Una de las propuestas más polémicas de Milei es eliminar el Banco Central, ya que considera que es el causante de la alta inflación en Argentina. Ante ello, propone dolarizar el país; es decir, que se deje de lado el peso argentino y se utilice el dólar estadounidense como moneda, como ya lo hace Ecuador.

El exministro de Economía Alfredo Thorne consideró que la propuesta de Milei “en el papel es buena idea”. Sin embargo, señaló que para ello se necesita tener suficientes reservas o que el fisco obtenga un préstamo para intercambiar los pesos argentinos por dólares. En ese sentido, explicó que al dolarizar la economía se disminuye la inflación y se absorbe la de Estados Unidos. No obstante, indicó que existe otra medida para disminuir la inflación, y fue la que aplicó el Perú en 1990: shock económico.

“Parar en seco la emisión monetaria, subir la tasa de interés fuertemente; (eso) baja la demanda, cae la inflación y la economía entra en recesión. Pero seis meses después, la economía saldrá mucho más fuerte de esa recesión”, explicó el economista.

Thorne explicó que en esa transición de seis meses, se deberán hacer recortes y eliminar subvenciones por un tiempo para estabilizar la economía.

El extitular del MEF dijo que diversos gobiernos argentinos aplicaron un shock económico para acabar con la inflación, pero a los dos o tres meses, la presión social generada por la recesión los forzó a retroceder. “Soltaron todo en cuatro meses y fue incluso peor que antes”. Asimismo, la caótica crisis argentina sería igual a la que vivió el Perú al final del primer gobierno aprista, dijo el economista.

“La economía de Argentina está en la misma situación que la economía del Perú que dejó Alan en 1990. Nosotros en ese entonces tuvimos una inflación del 40 mil por ciento en los últimos días”, dijo el exministro.

A pesar de que la situación se vea turbulenta, Thorne resaltó el potencial productivo de Argentina, que permitirá recuperar rápidamente su economía una vez se apliquen las reformas necesarias.

DATOS

Varios medios han calificado al candidato de La Libertad Avanza como de extrema derecha.

La encuesta Synopsis mostró que Javier Milei (26.9%) sería el candidato más votado de las PASO; en segundo lugar Cristina Fernández (17.5%) —anunció que no postulará—; y en tercer lugar, Horacio Larreta (12.4%) del macrismo.

En los últimos días, la vicepresidenta Fernández y el diputado Milei se enfrentaron ante la propuesta del segundo de dolarizar la economía.




O País Mais Grande Do Mundo

Uri Landman
Para Lampadia

La semana pasada, viajé al país más grande del mundo para participar en una feria del rubro automotriz. A pesar que Brasil no es el país con más extensión territorial, ni el que más población tiene, los brasileros consideran que su país, es el más grande del mundo y tienen razones justificadas para pensar así.

Brasil es la décimo segunda economía más grande del mundo con un PBI de 1,600 billones de dólares en el año 2021. Es el país más extenso de América del Sur y el quinto a nivel mundial con 8.51 millones de kilómetros cuadrados. El 60% del mayor bosque tropical del mundo, el Amazonas, está contenido dentro del territorio brasilero.

Con una población de 215 millones de personas, Brasil es el séptimo país más poblado del mundo. Si bien se considera a Brasil como una economía emergente (es parte del grupo llamado BRICS), la distribución de la riqueza es muy desigual, ubicándose en el puesto 85 con un PBI per cápita de $ 7,518 (datos al 2021).

Parte de la riqueza del país proviene de sus recursos naturales. Brasil, es el segundo exportador del mundo de mineral de hierro, con 46.2 billones de dólares en el año 2021. Es el principal exportador de granos de soya con 39 billones de dólares en el 2021. Es el mayor exportador de azúcar con un monto de 10 billones de dólares, lo que representó unos 720 millones de toneladas o el 40% de la producción de azúcar a nivel mundial. Por supuesto, no nos podemos olvidar de uno de sus productos preferidos: el café, siendo Brasil el mayor productor de café del mundo con 62 mil sacos al año (más del doble del segundo lugar, Vietnam).

Brasil ha sido capaz de industrializar sus recursos naturales para darles un alto valor agregado. El sector industrial ha estado en constante crecimiento desde la década de 1930, cuando el gobierno de Getulio Vargas, decidió invertir en infraestructura, reglamentar el mercado de trabajo y poner en marcha diversas medidas que estimularon la industrialización.

El sector industrial representa el 17.6% del PBI y emplea el 19.9% de la población. La industria brasilera es tan avanzada que el país produce automóviles, trenes, aviones, maquinaria, entre muchas otras manufacturas de alta calidad.

Todas las exportaciones brasileras pueden salir al mundo gracias a las mega-obras en infraestructura que tiene el país, como carreteras, trenes, puertos y aeropuertos.

Un claro ejemplo lo tenemos en el aeropuerto de Sao Paulo – Guarulhos. Al aterrizar en este aeropuerto y ver sus dimensiones, nos damos cuenta que el concesionario del Aeropuerto Jorge Chávez, Lima Airport Partners (LAP), nos está haciendo el cuento cuando nos dice que el nuevo terminal único de pasajeros que se está construyendo en conjunto de la segunda pista de aterrizaje y de la nueva torre de control, convertirán a nuestro aeropuerto en uno de los más grandes y modernos de la región. Esta afirmación contrasta con la realidad de aterrizar en un aeropuerto como el de Sao Paulo, donde uno solo de sus terminales (de los tres que tiene) tiene la capacidad operativa de todo el Jorge Chávez, con su nuevo terminal y torre incluidos.

Al salir del aeropuerto comprobamos que no es necesario visitar Europa o Norteamérica para ver carreteras del primer mundo, con tres o cuatro carriles por cada sentido, con intercambios viales elevados y peajes automáticos. En Brasil, podemos manejar en una carretera de cuatro vías que nos lleva desde Sao Paulo hasta el puerto de Santos, pagando un peaje equivalente a 28 soles. La autopista “Rodovia dos imigrantes” tiene 72 kilómetros de extensión. La Pista Sur, que nos lleva al puerto tiene cuatro túneles, con dos de ellos de más de 3,000 metros de longitud bajo la “Serra Do Mar”. La construcción de esta autopista es una verdadera maravilla de la ingeniería brasilera.

Para movilizarnos dentro de la ciudad, se recomienda usar el Metro de Sao Paulo, el más moderno de la región. Este sistema de transporte masivo cuenta con 104 kilómetros de vías, en seis líneas que conectan 91 estaciones. La red del Metro transporta aproximadamente 8 millones de personas al día. La línea 17 del Metro, también conocida como Línea Ouro, no ha sido ajena a uno de los grandes problemas de Brasil, la corrupción.

La línea 17 debió ser inaugurada en el año 2014, sin embargo, hasta el día de hoy esta no ha sido terminada. Con un costo de 1,500 millones de dólares, el consorcio integrado entre otros por la constructora brasilera Andrade Gutiérrez, abandonó las obras en el año 2015. En el año 2016, la compañía del metro anuló el contrato aplicando millonarias multas al consorcio constructor, con la promesa de retomar las obras para concluir la línea. Promesas que no han sido cumplidas.

Es difícil entender por qué un país tan rico como Brasil, es una economía emergente en lugar de un país desarrollado. En mi opinión, la corrupción, es la respuesta a esta interrogante. Solo basta analizar el caso Lava Jato para entender el nivel de corrupción de todas las esferas del gobierno y del empresariado brasilero. Otra posible explicación es la falta de idoneidad de su clase política. ¿Cómo podemos explicarnos que un presidente izquierdista condenado por corrupción, como Lula Da Silva, haya sido elegido nuevamente para el cargo?

Si bien Brasil tiene innumerables desafíos por enfrentar, la lucha contra la corrupción y el populismo de sus gobernantes debe ser su prioridad.

Parafraseando a Pelé: “Ningún individuo puede ganar un partido por sí mismo”. Solamente si los brasileros se unen, podrán ganarle el partido a la corrupción. Lampadia




La Alianza del Pacífico está congelada

Por: Eduardo Ponce Vivanco
El Comercio, 28 de Abril del 2023

“México y Colombia han congelado la Alianza del Pacífico, la han politizado para defender a un golpista proscrito como Pedro Castillo”.

Cansados de ensayar frustrantes mecanismos regionales de integración, cuatro presidentes echaron una nueva mirada a esa vieja aspiración. Con ímpetu inesperado lanzaron la Alianza del Pacífico (AP) y la impulsaron personalmente. Estimulados por Alan García, sus colegas Sebastián Piñera (Chile), Felipe Calderón (México) y Juan Manuel Santos (Colombia) sumaron a sus empresarios al motor presidencial que propulsó la nave que inició su travesía en el 2011. Con ese cuarteto al timonel tuvieron 17 cumbres presidenciales en 11 años (2011-2022). Un dinamismo que impresionó a la comunidad internacional.

Pero llegó el desastre político: la elección de Pedro Castillo y la arbitraria posición adoptada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sobre la sucesión constitucional en el Perú, condimentada con la insidia del presidente colombiano Gustavo Petro, paralizaron la Alianza del Pacífico, un mecanismo concebido para instrumentar lo que la diplomacia peruana vislumbró desde que Torre Tagle nos afilió a la APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation) en 1998.

El objetivo fue lograr una aproximación del Pacífico latinoamericano a las dinámicas economías del Asia y Oceanía. Su creación entusiasmó a esas regiones y a la comunidad internacional. Más de 60 países solicitaron el estatuto de observadores y algunos, como Singapur y Corea del Sur, se hicieron miembros asociados. Todos valoraron su potencialidad para proyectarse a las lejanas fronteras del Pacífico, convertido en el epicentro económico del futuro. Una suerte de ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) en nuestras costas justificaba un esfuerzo diplomático con expectativas interesantes.

Nadie esperaba, entonces, que esa feliz convergencia política se transformaría en lo contrario por la elección de mandatarios alejados en su visión y forma de encarar la proyección internacional de sus países. Menos aún, que disputaran la presidencia pro témpore de la AP e ignoraran la nitidez del artículo 7 de su tratado constitutivo: “La presidencia pro témpore será ejercida sucesivamente por cada una de las partes, en orden alfabético, por períodos anuales iniciados en enero”, sin añadir nada sobre su traspaso.

Pero a nadie se le ocurrió que el atrabiliario mandatario de uno de sus miembros, AMLO, se arrogaría la facultad de desconocer esa norma clave para el funcionamiento de la organización y vulnerara el principio de no intervención, antigua piedra angular de la política exterior mexicana.

Solo para apoyar el descarado golpe televisado de Pedro Castillo, y exhibiendo un desvergonzado machismo, AMLO calificó de “espurio” al gobierno constitucional de la presidenta Boluarte y decidió secuestrar la presidencia pro témpore de la AP. Prepotentemente, paralizó las cumbres presidenciales que fueron su principal motor. Peor aún, el mandatario colombiano Petro quiso coincidir con AMLO por afinidad política. No se escucharon las pertinentes consultas propuestas por el Perú que solo fueron delicadamente respaldadas por el canciller de Chile.

México y Colombia han congelado la Alianza del Pacífico, la han politizado para defender a un golpista proscrito como Pedro Castillo. Enhorabuena, su Consejo Empresarial (CEAP) está activo y la mantiene viva.

Felizmente los gobiernos pasan y su huella en la vida internacional suele ser efímera.