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La defección de la clase dirigente

EDITORIAL DE LAMPADIA

Los siguientes comentarios de Simon Kuper (en su artículo del Financial Times, ‘Have we reached peak liberal resistance?’, 26 de setiembre, 2018), describen el comportamiento que se empieza a percibir entre la clase urbana acomodada en EEUU con el populismo de Trump y, en el Reino Unido con el Brexit:

  • La clase urbana educada abandona la política, tal como lo hizo la clase trabajadora blanca en décadas anteriores.
  • Resulta que los liberales urbanos acomodados (a diferencia de, digamos, los hispanos pobres) pueden vivir bien bajo Trump.
  • Están en el lado correcto de la creciente desigualdad de EEUU.
  • Se sienten mal por Estados Unidos, pero bien consigo mismos.
  • Las personas educadas continuarán encontrando buenos empleos en Londres.
  • Se arriesgan a ser políticamente marginados después del Brexit.
  • Los debates liberales en universidades, medios de comunicación, partidos políticos y grupos de expertos se sentirán irrelevantes.
  • Los liberales urbanos educados se irán al exilio interno, cultivarán sus jardines en la azotea, llevarán a sus hijos a las escuelas adecuadas, buscarán el café perfecto y se dedicarán al activismo local, por ejemplo acerca de las ciclo vías.
  • Se separarán gradualmente del sentimiento de nación compartida.
  • “No es mi gobierno”, será la actitud.
  • La élite liberal tiene sus patios de recreo (cafés hipster y patinaje sobre ruedas) y se le permitirá prosperar con la condición de que no se inmiscuyan en la política.
  • Vi una versión anterior de esto en el apartheid de Sudáfrica: los liberales urbanos se sentaban alrededor de sus piscinas burlándose del gobierno que los privilegiaba, mientras que las criadas negras servían pastel.
  • Es una forma de vida sorprendentemente sostenible.

Según nuestra forma de pensar en Lampadia, esto es algo muy pernicioso, pero el que se de en países desarrollados, con altos estándares de vida, por malo que sea, no descalabra la sociedad, y menos, condena a su población más pobre a perennizarse en la pobreza.

Pero que eso se de en un país como el Perú, que está a medio camino de desarrollo, y que no ha logrado remontar la pobreza a niveles soportables, es una desgracia incapacitante del conjunto de la sociedad. Es una irresponsabilidad insoportable e intolerable. Algo que debemos combatir todos los días, hasta superarla.

Efectivamente, en el Perú, la clase más acomodada, no participa de la vida pública y hemos dejado que los enemigos de la modernidad y el desarrollo copen todos los espacios donde se inspiran las políticas públicas.

Por ejemplo, luego que Lampadia develara la infiltración del pos-extractivismo, esa teoría jalada de los pelos que propone producir lo mínimo de todo y no exportar alimentos, ningún gremio empresarial, los entes encargados de promover la producción de bienes y servicios, se dignó analizar y combatir el brulote.

En general, las universidades están ajenas al debate de políticas públicas, excepto las politizadas, como la PUCP, que copó de asesorías el Ministerio de Educación y cuyos representantes del pensamiento económico, son en gran medida, anti globalización, anti comercio internacional y anti minería.

Del mismo modo, los medios televisivos, parte del mundo empresarial, están entregados a conducciones periodísticas activistas de claro tinte anti economía de mercado. Éstos han entronizado como referentes de la opinión pública nacional, a personajes como los congresistas Arana, Lezcano, Becerril, Scheput y García Belaunde.

Curiosamente, en el Congreso, (excepto el congresista Olaechea, que no tiene presencia mediática) nadie defiende la Constitución de 1993, atacada diariamente por el Frente Amplio y Nuevo Perú. Una Constitución que permitió sacar al país de ser un ‘Estado Fallido’ en 1990 y llevarlo hasta el 2011, a tornarse en una ‘Estrella Internacional’.

Desde el 2012 hemos revertido la dirección de las políticas. Públicas que nos permitieron progresar. Aun así, nuestra clase dirigente no ha salido a la palestra.

Recientemente en Lampadia, hemos publicado el ‘Manifiesto de Powell’ y el ‘Manifiesto de The Economist’. Ambos reclaman, en sus contextos, el involucramiento de sus clases dirigentes, y nos permiten entender en perspectiva, las consecuencias de sus ausencias en la salud económica, social e institucional de sus países. Los dos documentos son muy aleccionadores.

Sin embargo, las clases dirigentes de EEUU y Gran Bretaña, pueden darse el lujo de no estar a la altura de sus responsabilidades, pero ese no es nuestro caso.

En el Perú, los que están mejor, la clase dirigente que no milita en la política, está obligada a participar, directa o indirectamente, en la construcción de un país próspero, máxime, teniendo el Perú un potencial de desarrollo tan grande. No hacerlo es un desentendimiento con sus propios hijos y nietos, y una traición a una sociedad que les permitió lograr el bienestar individual que hoy gozan. Lampadia




¿Quiénes son los Hortelanos y los Republicanos en el Perú?

Deja mucho que desear que autos proclamados intelectuales y politólogos planteen falsas dicotomías para generar argumentos efectistas y populistas.

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

“Desde que la democracia volvió al Perú en el 2000, solo hemos tenido dos proyectos políticos. Por proyecto político aludo a un horizonte programático claro para el país, abiertamente defendido desde el poder. Uno es el republicanismo que promovió Valentín Paniagua en su breve gobierno de transición; el otro, el hortelanismo modernizador que encontró en Alan García su articulador más fino. No hay más. […] Es decir, el hortelanismo, con el apoyo entusiasta de nuestros líderes políticos, tecnocráticos, empresariales y opinantes, ofreció riqueza sin ley. Y eso logramos. Estamos cosechando lo que sembramos.”
Alberto Vergara en “¿Hortelanos o republicanos?”.

La propagación de audios que visibilizan el profundo grado de corrupción y tráfico de influencias imperante en el poder judicial ha generado un clima político con sentido de urgencia en la sociedad respecto a la necesidad de reformar los poderes del Estado. Junto con ello, se ha producido un mayor interés entre líderes de opinión intelectuales y comunicadores respecto al porqué del precario desarrollo institucional del país.

En un sector de la intelectualidad y líderes de opinión se pretende vender la idea según la cual, en el Perú, las elites se han preocupado por mantener el libre mercado y la confianza de los inversionistas a consta del desarrollo institucional.

  • Se afirma que las políticas públicas del Perú en buena medida han sido determinadas por una elite económica únicamente preocupada por la defensa del modelo de libre mercado y que ha desatendido profundamente el desarrollo institucional.
  • Esta elite tendría como representación de su ideología el artículo “El Perro del Hortelano” de Alan García[1].
  • Según esa corriente intelectual, sectores conservadores se opondrían a reformas institucionales claves para la sociedad por temor a que las perturbaciones que se derivaran de estas pudieran afectar la calidad del ambiente de negocios.
  • Frente a estos sectores conservadores “hortelanistas” se encontraría un sector “Republicano” que si bien busca mantener los pilares básicos del modelo de mercado sí se encontraría dispuesto a llevar a cabo reformas institucionalistas y que es impulsado en mayor medida por valores que por sus intereses económicos.
  • La tragedia del Perú actual consistiría en lo infructuoso de los triunfos electorales del sector “Republicano”.
  • Estos triunfos se manifestarían en las dos derrotas en segunda vuelta de Keiko Fujimori en las que los sectores ciudadanos preocupados por la honestidad y vigencia de la democracia fueron decisivos.
  • Un artículo representativo de esta visión es el artículo de Alberto Vergara “¿Hortelanos o republicanos?”[2].

Esta es, a primera vista, una narrativa atractiva, en especial si uno es un líder opinión o intelectual, de izquierda o centro izquierda. Encaja con las actitudes anti empresariales de dichos sectores en los que una supuesta clase dominante necesita de instituciones injustas para poder sostener su aprovechamiento sobre el resto de la sociedad. No obstante, pese a su atractivo emocional la evidencia no sostiene varias de las creencias en que se basa este relato.

En este texto, cuestionamos dos puntos de esta narrativa.

  • Por un lado, la existencia de una disyuntiva entre profundización del modelo de mercado y desarrollo institucional.
  • Por otro la existencia misma de un sector “Republicano” con el interés, el enfoque y la capacidad para generar mejoras sostenidas en la institucionalidad peruana.

Para ello hacemos uso de estadísticas[3] respecto a nivel de desarrollo institucional acopiadas por el Banco Mundial dentro del programa ‘World Governance Indicators’. En este programa se agregan diversos indicadores de calidad de institucional. Los aspectos a ser monitoreados son los siguientes:

  • Expresión y Rendición de Cuentas (VA)
  • Estabilidad Política y Ausencia de Violencia/Terrorismo (PS)
  • Efectividad del Gobierno (GE)
  • Calidad Regulatoria (RQ)
  • Imperio de la Ley (RL)
  • Control de la Corrupción (CC).

Estos indicadores son mostrados mediante percentiles, así cuando un país se encuentra en el percentil 70% en Efectividad de Gobierno, ello significa que el 70% de los países están por debajo del país mencionado en este indicador. Ello significa que a mayor valor del percentil mayor desarrollo institucional tendrá el país. Se hace uso de percentiles para que así sea posible agregar diversos indicadores ubicados en múltiples escalas.

A esta información de institucionalidad le hemos agregado el indicador de Libertad Económica del Cato Institute (EF), ello con el fin de ver la relación existente entre libre mercado y desarrollo institucional. Para los últimos gobiernos hemos dado los valores para cada uno de estos aspectos al final de su mandato.

Se puede observar que la entrada de Paniagua generó un cambio claro hacia un régimen con mayor libertad de expresión y rendición de cuentas como lo manifiesta el incremento en el valor de VA (17.91), también se dio una mejora significativa, aunque no tan alta en el Imperio de la Ley (8.91). Es digno de mención lo elevado, relativamente, de los niveles de Efectividad de Gobierno durante la época de Fujimori, lo cual explicaría en parte la importancia política del fujimorismo después del año 2000. También es notable que el gobierno del “mal menor” de Ollanta Humala muestre indicadores de corrupción más elevados que aquellos de Fujimori al final de su régimen. Es llamativo, también, que la Libertad Económica no haya tenido fluctuaciones muy abruptas a lo largo del tiempo, aunque las opciones apoyadas por la derecha tienden a mostrar niveles más altos que aquellos apoyados por la izquierda, lo que muestra cierto nivel de coherencia ideológica entre las políticas públicas y el alineamiento de las fuerzas políticas. De ahí que, a pesar de lo que se diga en muchas ocasiones, la ideología del gobernante sí importa, en cierta medida, para las políticas económicas en el Perú.

Esta tabla nos señala los cambios en los indicadores de institucionalidad en comparación a los gobernantes previos. Alberto Fujimori ha sido retirado de la muestra puesto que no existen indicadores previos a su gobierno a los cuales referirse. También se ha generado un indicador de “Efecto Institucional Neto” que refleja la suma de los cambios en los diversos indicadores durante el periodo.

Los resultados entran en claro contraste con las teorías de Vergara y las impresiones de múltiples líderes de opinión de izquierda. El gobierno, “Hortelanista” por excelencia de Alan García resultó ser aquel en que más mejoro la Libertad Económica (EF), lo que es coincidente con su imagen de derechista. Sin embargo, resultó también ser aquel en la que los indicadores en gobernanza tuvieron una mayor mejora en promedio, es decir aquel del que hay mayor evidencia de un progreso institucional (Efecto Institucional Neto). En el campo de la corrupción, si bien con los niveles altos de corrupción históricos del Perú, el gobierno de García mostro avances anticorrupción muy cercanos a los de Paniagua. A su vez los gobiernos electos en coaliciones políticas de calificados de “Republicanos” como Toledo y Humala mostraron retrocesos en los niveles de CC. El caso de Humala es llamativo puesto que llevo los indicadores de Control de Corrupción a los niveles más bajos alguna vez medidos y se dio un deterioro mayor que todos los avances registrados desde la caída de Fujimori.

Un análisis de correlación entre el indicador de Libertad Económica y el Efecto Institucional Neto muestra que el caso peruano no existe una correlación significativa con Control de la Corrupción (CC), el Imperio de la Ley (RL) o la Estabilidad Política (PS). Estos aspectos de la calidad institucional de un país parecen ser independientes de que tan a favor del libre mercado sea el Perú.

Los únicos casos en los que se encuentran niveles de asociación relevantes positivos es en el caso de Rendición de Cuentas (VA), Efectividad de Gobierno (GE) y Calidad Regulatoria (RQ). Es decir, en el Perú, la libertad económica se encuentra asociada a mejoras a los indicadores de calidad institucional o no tiene relación respecto a ellos.

Se puede considerar que la data peruana no es suficiente para arribar a conclusiones definitivas. Sin embargo, es mejor fundamentar posiciones respecto a algún grado de evidencia que respecto a antipatías o simpatías políticas, por más populares que sean en un determinado sector social.

Queda bastante claro, por la información mostrada, que no existe un sector “Republicano” que haya sido capaz de ejecutar reformas anti corrupción efectivas. En todo caso creer que entregar el control de la reforma judicial a sectores que se proclaman abanderados de la anticorrupción llevaría a resultados positivos es algo que choca contra la experiencia.

La evidencia mostrada parece indicar que cuando los sectores asociados al término “caviar” detentan un mayor control sobre las instituciones lo que se da es un retroceso en la capacidad de la sociedad para controlar la corrupción. Además, la Efectividad del Gobierno, imprescindible para una redistribución social efectiva, también se ve socavada. Además, las mejoras dadas durante el gobierno de Paniagua no se deberían a la existencia de acciones de un sector “Republicano” con “horizonte programático” sino seria resultado natural de la reinstauración del equilibrio de poderes tras la salida de un régimen autoritario y con corrupción generalizada, algo que se hubiera dado bajo casi cualquier gobernante en transición.

Sin embargo, hay quienes han estudiado, mediante métodos estadísticos solidos, la relación entre corrupción, crecimiento económico y libre mercado. Y las conclusiones de sus estudios no concuerdan con las premisas que han encontrado una voz florida en Vergara.

En el artículo “¿Hortelanos o republicanos?” el autor afirma: “Entonces, ¿por qué en estas últimas dos décadas hemos crecido económicamente mientras la vida pública se pudre por los cuatro costados? Porque como mandaba el catecismo, la inversión era “lo único” que nos haría progresar. Por gracia divina modernizadora, ella se convertiría en mejores instituciones. O, como repetía Jaime de Althaus en su libro del 2011 (¡citando a un marxista!): Sin burguesía no hay democracia. Ese es el corazón del mito hortelano.”

Pero resulta que hay evidencia de que el crecimiento económico sí genera, por si mismo, un mejor control de la corrupción.

  • En un estudio[4] titulado “El Crecimiento Económico Reduce la Corrupción?” se muestra como el crecimiento causa una reducción en el porcentaje que los sobornos representan de los ingresos las empresas.
  • Así mismo, en “Las Reformas de Mercado Brindan a las Reformas Anticorrupción una Mayor Fuerza: La Evidencia China”[5], se señala que la liberalización económica genera un incremento en los sectores de la elite deseosos de reformas anticorrupción.

Los estudios citados concluyen que el liberalismo económico genera una correlación de fuerzas sociales y políticas más hostiles a la corrupción.

Esto no implica que no habría que luchar contra la corrupción y que la misma no sea una tara para el desarrollo social y económico del país. Pero lo que queremos afirmar es que no existe una disyuntiva entre desarrollo institucional y liberalismo económico y que inclusive la evidencia señala que de darse una asociación esta seria de signo contrario.
En los años 80s la inestabilidad macroeconómica y el fenómeno terrorista impulsaron por parte de la sociedad la generación de reformas y propuestas respecto a cómo responder a semejantes desafíos. De las reacciones de la sociedad a esos dos fenómenos, influenció la naturaleza de las respuestas en políticas públicas que posteriormente se implantaron y que dinamizaron la economía del Perú y la expansión de la clase media.

El reto que enfrenta el Perú actual es la construcción de instituciones políticas sólidas que no se dediquen a utilizar el poder el Estado para canalizar riqueza a actores privados y a grupos privilegiados de la burocracia. De las ideas predominantes en la sociedad al momento de realizar las reformas dependerá el tipo de instituciones que definirán por décadas el tipo de proceso de desarrollo que seguirá el país. Por ello es necesario que las ideas al respecto se fundamenten en evidencias y no en las antipatías y simpatías políticas. Lampadia

 

[4] Bai, Jie, Seema Jayachandran, Edmund J Malesky, and Benjamin A Olken (2013), “Does Economic Growth Reduce Corruption? Theory and Evidence from Vietnam.” National Bureau of Economic Research Working Paper 19483.




Los relatos de América Latina han creado una realidad peor

Hoy compartimos con nuestros seguidores, un magnífico discurso de Fausto Salinas Lovón, que denuncia como los ‘relatos’ han creado en América Latina y el Perú, una interpretación de la realidad que nos ha llevado a desenfocar nuestra visión del desarrollo y nuestra acción política, para terminar cayendo en los tres grandes males de nuestra región, el autoritarismo, el populismo y la corrupción.

Tres grandes males que se refuerzan mutuamente y distraen la atención de los ciudadanos, evitando una presencia crítica en la formación de nuestras estrategias de desarrollo y las políticas públicas.

Fausto, un cusqueño comprometido con la construcción de nuestra nación, colaborador de Lampadia, tiene el valor de alejarse de lo ‘políticamente correcto’, para prender las luces que deben ayudarnos a reaccionar hacia la acción cívica. Reclamo que les plantea a sus colegas del Rotary International, en la inauguración de la Conferencia del Distrito 4455, en el Cusco.

Fausto Salinas Lovón
Cusco
Compartido con Lampadia

Conferencia pronunciada en la Inauguración de la Conferencia Distrital del Distrito 4455 de Rotary International, en el Cusco, el 25 de mayo de 2018

El propósito de esta conferencia es mostrar cómo en América Latina los relatos sobre su historia se van alejando de la realidad, se convierten en una nueva historia y han creado una realidad mucho peor.

La historia de América Latina está llena de relatos. La realidad, desde el sur del Rio Grande hasta la Patagonia, ha sido una sola y ha estado allí, por varios siglos después de la conquista, sin embargo, los relatos que se han dado para contar esa historia y sobre todo para explicarla, han sido muy variados y de distinto tipo.

En la colonia, hubo dos tipos de relatos. Unos que nos decían que no éramos una civilización, que discutían inclusive nuestra condición humana (me refiero a Jines de Sepulveda en la Conferencia de Valladolid) y que, como lógica consecuencia de ello, nos proponían cambiar todo y sustituir una parte de nuestra esencia por el modo de vida de la metrópoli. El otro relato, nos decía que, si fuimos un conjunto de civilizaciones y culturas y que la colonización sólo era despojo, saqueo y muerte, siendo la consecuencia lógica la necesidad de restablecer la utopía precolombina. Este último relato, ciertamente parte de un hecho histórico: la conquista y el exterminio de varias civilizaciones y culturas; sin embargo, oculta, al igual que el primero, el verdadero sentido de la mezcla de dos mundos: el mestizaje y el surgimiento de una nueva sociedad. La realidad del mestizaje racial y cultural no era advertida por estos relatos.

En la emancipación y el primer siglo republicano, el relato interesado de los caudillos nos hizo creer a todos que podíamos pasar fácilmente, de ser súbditos a ciudadanos de repúblicas inexistentes. Siguiendo estos relatos y desoyendo el mensaje sanmartiniano de prudencia constitucional o las advertencias de Juan Bautista Alberdi a quien le preocupaba nuestra falta de ciudadanía, nuestro desapego a la Ley o el irrespeto a la autoridad, nos enfrascamos en un republicanismo tropical que engendró casi un siglo de caudillismo militar estéril, sólo interrumpido por escasas primaveras liberales y constitucionales en la Argentina con Mitre, Sarmiento y Avellaneda;  en Chile con Andrés Bello o en Perú con José Pardo y el Partido Civil.  Este caudillaje militar engendrado por estos relatos, no hizo otra cosa que prolongar nuestra inmadurez continental y retardó la consolidación institucional de nuestros países. Es cierto que en el Siglo XIX la amenaza de una reconquista europea rondaba diversos ámbitos de nuestro continente; sin embargo, esto sólo fue la coartada para no avanzar en la instauración de verdaderas repúblicas y estados de derecho con libertades ciudadanas.

A principios del siglo XX América Latina tiñó sus relatos de radicalismo. Las ideas de los anarquistas Proudhon, Kropotkin y Mijaíl Bakunin llegaron a América y el anarquismo, llamado a exacerbar la libertad, no ayudó en su protección y terminó siendo simple telonero del marxismo anticapitalista que aterrizó, hace un siglo en nuestra Región, para no dejarla nunca más. En efecto, las ideas anarquistas impulsaron los primeros movimientos sindicales en Argentina, Chile, Perú, sin embargo, fueron superadas por el embate comunista que pasó a controlar el sindicalismo en esta parte del mundo.

En este terreno, abonado por el radicalismo, América Latina siguió siendo tierra de relatos y el nuevo pretexto a inicios del Siglo XX fue la Doctrina Monroe.

Según esta doctrina, acuñada en Washington, Norteamérica podía intervenir en caso de que una potencia colonial europea quisiera reconquistar territorios en América. El intervencionismo norteamericano surge entonces como el nuevo y principal enemigo de la Región, y el relato nos dice que los Estados Unidos están detrás de todo porque quiere una América para los Americanos y que invadirán todo aquello que les parezca. A partir de este relato,  se nos ha llevado a ver en todo la mano norteamericana y su afán intervencionista, pese a que ya han pasado 100 años desde la construcción del canal de Panamá (probablemente el acto más nítido del intervencionismo norteamericano) y ha pasado ½ siglo desde la Alianza para el Progreso, tiempo desde el cual hemos dejado de ser parte de la página principal del Departamento de Estado, ocupado en Corea y China en los 50s, en Vietnam, en los 60´s , en Rusia , Medio Oriente, Afganistán e Irak y ahora en Siria y Corea del Norte. Pero el relato está tan vivo, que, en la cumbre de las Américas de abril pasado, en Lima, el canciller Cubano Bruno Rodríguez, espetó al Vicepresidente Norteamericano Mike Pence, la Doctrina Monroe, afirmando que el encarcelamiento de Luis Ignacio Lula por corrupción es una expresión más del intervencionismo norteamericano.

Si la Doctrina Monroe estuviera presente en la realidad latinoamericana de las últimas décadas y no solo en el relato, Allende no hubiera tenido tiempo de destruir la economía y sociedad chilenas, la Isla del Mal hubiera sido destruida por unos cuantos misiles y en Venezuela, Chávez hubiera podido ver las consecuencias de sus atrocidades. 

Así ha transcurrido el Siglo XX en América Latina en medio de relatos.  En el Perú, de la mano del marxismo de Mariátegui y del antiimperialismo de Haya de la Torre en Perú, se construyeron enemigos distantes en Nueva York y Londres, contra quienes se luchaba en calles y plazas, se aglutinaban masas y obviamente se obtenían votos.  Basados en relatos similares, antiimperialistas y nacionalistas, en 1929 surgió en México el PRI, que gracias a su relato populista se mantuvo en el poder 70 años en lo que Octavio Paz llama la Dictadura Perfecta, que le permitió controlar los sindicatos, las alcaldías, las profesiones, los Estado y obviamente el gobierno central por todo este tiempo.

En La Argentina, el relato entronizó a los “descamisados” como protagonistas de la acción política y bajo el concepto de que las “nacionalizaciones nos hacen independientes” acuñado por Perón a raíz de la compra de los ferrocarriles a los ingleses, se estatizó la infraestructura pública de ese país, se hizo de la dádiva y el subsidio el lenguaje político y se creó el engaño más acabado de América Latina, el peronismo, que tiene la capacidad de cobijar en su regazo a personajes tan variados como el pseudo liberal Carlos Saúl Menen o la pareja de Néstor y Cristina Kirchner.

En Chile, el relato comunista tuvo forma poética con Pablo Neruda y este, que no renunció a sus tres esposas, pero si a la candidatura presidencial comunista en favor de Allende, hizo posible la llegada del comunismo al poder, con las consecuencias que todos conocemos.

Pero es Cuba, sin ninguna duda, donde se han fabricado los mejores y más poderosos relatos de la historia latinoamericana. Dos fabuladores brillantes como Fidel Castro y Ernesto Che Guevara le hicieron creer al mundo que destruir una nación, asesinar opositores, abolir las elecciones, eliminar la separación de poderes, suprimir la alternancia en el poder, asesinar homosexuales por simple homofobia, exportar guerrillas e instalar el totalitarismo de estado eran actos de dignidad, de heroísmo y de valor revolucionario, porque se daban en contra del Imperio.

En 1963, Lisa Howard, periodista de la ABC entrevistó a Ernesto Che Guevara y le preguntó cuales son los 2 principales problemas de Cuba. Guevara, puro en mano y con dos balas de fusil como decorado de esta entrevista le respondió: Uno el Imperialismo. Dos, el Imperialismo.

Obviamente, en Cuba más que en ningún sitio era necesario un relato de esta magnitud. Había que justificar la destrucción de una nación libre y el enemigo, estaba apenas a 70 millas.

El relato del antiimperialismo y la lucha de clases ligado al anterior, es tan fuerte y vigente que nos ha puesto en guardia de alguien a quien hemos dejado de interesarle hace décadas y hemos perdido la carrera frente a quienes no vieron esos enemigos y nos han ganado la carrera de la historia. Corea, Singapur, Taiwán no se pusieron en guardia frente a imperialismo y sus fantasmas y, en 40 años, han dejado el tercer mundo y son potencias, mientras nosotros, seguimos apostados en trincheras universitarias, académicas, políticas, en contra el imperialismo.

Hay otro relato que no se acuñó en las batallas políticas sino en los gabinetes. La teoría de la dependencia. Esta teoría utiliza la dualidad metrópoli-satélite​ para sostener que la economía mundial posee un diseño desigual y perjudicial para los países no desarrollados, a los que se les ha asignado un rol de subordinación de producción de materias primas con bajo valor agregado, en tanto que las decisiones fundamentales y los mayores beneficios se realizan en los países centrales, a los que se ha asignado la producción industrial de alto valor agregado.

La versión poética de esta teoría (porque los poetas, siguiendo el mandato de Gramschi tenían el encargo de tomar la cultura para garantizar la hegemonía), la dio Eduardo Galeano en sus Venas Abiertas de América Latina de 1971.

“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, se especializó en perder”   

Este debe ser uno de los relatos más tóxicos de la realidad latinoamericana, ya que, si a alguien le dicen que nació para perder, probablemente no esté dispuesto ni siquiera a entrar al campo de juego.

El último relato es el Socialismo del Siglo XXI creado en el Foro de Sao Paulo, fundado en 1990 a instancia del PT de Luis Ignacio Lula da Silva, como la agrupación de izquierdas latinoamericanas. En su formación, posterior a la caída del muro de Berlín, este Foro sólo tenía a un partido miembro que estaba en el poder: El partido comunista de Cuba. En 20 años llegó a tener hegemonía en América Latina con la llegada de Chávez al poder en Venezuela en 1998, el triunfo de Lula y el Partido de los Trabajadores en 2002 en Brasil, luego Tabaré Vázquez del Frente Amplio en Uruguay en 2004, Evo Morales por el  Movimiento al Socialismo en Bolivia en 2005, Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile en 2006, Rafael Correa por Alianza PAIS en Ecuador en 2006, Daniel Ortega por el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua en 2006, Fernando Lugo en Paraguay, José Mujica por el Frente Amplio en Uruguay en 2009, Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador en 2009, Dilma Rousseff por el PT de Brasil en 2010, Ollanta Humala por el Partido Nacionalista de Perú en 2011, Nicolás Maduro del Partido Socialista Unido de Venezuela en 2013, Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile de nuevo en 2014 y Salvador Sánchez Cerén del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en 2014.

El Foro de Sao Paulo nos contó el relato de que el socialismo real, caído estrepitosamente en 1989 en Europa del Este y luego en la Unión Soviética si era posible en América Latina en la medida en que se agregaran ciertas dosis de autoritarismo, privación de libertades, nacionalizaciones, populismo y clientelismo.

Es verdad que algunos países y por algún tiempo, han tratado de sustraerse de este relato. El Perú, en los últimos 25 años, con la excepción del quinquenio humalista. Chile desde 1980, con algunos tropiezos en el segundo gobierno Bachelet.  Colombia desde Álvaro Uribe y México desde Salinas de Gortari y con mayor firmeza desde Fox y Calderón, a través de su apertura comercial, su apuesta por la democracia, su agresiva política social para reducir la brecha de ingresos y su apertura al capital y la inversión. Sin embargo, nada garantiza que el relato no se vuelva a imponer en estos países y señores como Petros, Lopez Obrador u otros sombríos seguidores del relato de Sao Paulo hagan tropezar a esos países, ya que la vacuna del progreso no ha llegado aún a esas naciones.

¿Pero, cual ha sido el precio de estos y otros relatos similares que han cambiado y sustituido la realidad de América Latina? ¿Qué consecuencias han generado?

Estos relatos, reafirmados día a día en la política doméstica de América Latina, en los debates sindicales, en las notas periodísticas, en los debates universitarios, en los comentarios en redes sociales, han engendrado dos consecuencias muy graves:

En primer lugar, nos ha sustraído la responsabilidad de nuestro destino. La ha puesto en manos de los conquistadores, del imperio, del capitalismo y de la globalización. Nosotros no hemos sido ni seremos responsables de nuestro destino. Nada de lo que hagamos para mejorar como personas, empresarios, intelectuales o lo que fuera, será suficiente porque como indica el relato, la culpa es del Imperio o nacimos para perder.

En segundo lugar, ha construido enemigos falaces y ha creado batallas innecesarias.

Los verbos de una sociedad que no tiene estos relatos son: Inventar, Crear, Progresar, Enriquecer o Innovar. La sociedad que no tiene enemigos falaces inventa y crea. La sociedad que no se siente perdedora progresa. La sociedad que no cree en la lucha de clases progresa y se enriquece. La sociedad que no tiene complejos, innova.

Pero, una sociedad como la nuestra, plagada de estos relatos, usa otros verbos. Los verbos de una sociedad que no es responsable de su destino y que tiene enemigos que la hacen pobre son: Luchar, Reivindicar, Confrontar, Conquistar.

Con una predicación de este tipo, hemos tolerado que hoy día, América Latina sea el continente de la corrupción, el populismo y el autoritarismo. La corrupción de las empresas brasileras apadrinadas por el PT, el autoritarismo rabioso de Maduro o el disimulado de Evo Morales, la perpetuación en el poder y la mayor y más triste crisis humanitaria de Venezuela, son la consecuencia de todos estos relatos.

No es casual que Luis Ignacio Lula Da Silva, en su última visita a Caracas en el 2010, le dijera a Chávez:

“Quiero agradecer a los empresarios brasileros porque ellos a pesar de su preocupación de algunas noticias de que Venezuela va a estatizar empresas o no les pague a las empresas, estos empresarios tienen confianza porque ellos están motivados y conozco la extraordinaria relación que usted tiene con esos empresarios.”

Pero, esto solo ha sido posible porque los gurús del relato sostuvieron que en Venezuela sólo había manipulación y no dictadura. Eduardo Galeano en el 2004, en Italia decía:

“El caso más claro y escandaloso de manipulación de la opinión pública mundial es hoy por hoy el caso de Venezuela. En el teatro del bien y del mal hay una distribución de funciones entre ángeles y demonios y Hugo Chávez es uno de los principales demonios, un dictador desde el punto de vista de las fábricas de la opinión pública mundial”.

En clave contemporánea, podemos concluir sin temor a equivocarnos que, han sido estos relatos los que han engendrado el autoritarismo que tenemos hoy en Nicaragua y Bolivia y las dictaduras infames de Venezuela y Cuba. Esos relatos en su afán de mostrar una realidad acorde a sus intereses han creado una realidad peor y de ella somos víctimas hoy día.

Pero entonces, ustedes se preguntarán, y en todo esto, ¿cuál es el rol de los rotarios?

  • ¿Seguir repartiendo refrigerios para los vacunadores de la Polio, cuando el Estado en manos de los seguidores del relato sigue oprimiendo a los pueblos latinoamericanos?
  • ¿Llevar abrigo a nuestros compatriotas empobrecidos por seguidores del relato que les impiden desarrollar actividades mineras o forestales en sus tierras?
  • ¿Poner agua potable en comunidades que se oponen a tener su propia riqueza en base a la explotación de los recursos naturales?

Algunos deben pensar que si.

Yo, y con esto comienzo el final de esta conferencia, no creo en estos relatos. Creo que la historia de América Latina debe borrar estas páginas horribles. Debe arrancar estos relatos infames que han creado una realidad peor y debe recuperar las enseñanzas de Sarmiento, el valor del mestizaje de Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y José Uriel García, las enseñanzas de Andrés Bello y volver a poner al latinoamericano en el protagonismo de su propia historia.

Y creo que los rotarios, si queremos ser líderes en un mundo y una realidad como esta, no podemos quedarnos en el balcón, viendo, por ejemplo, como nuestra inacción frente a los relatos, ha convertido a Venezuela en lo que es. Hemos dejado que el relato cause mucho daño.

Cuando veo los sitios de internet de los clubes de la frontera de Colombia con Venezuela en las zonas de Bucaramanga, por ejemplo, o los sitios web de los distritos de Venezuela y advierto que allí no se refleja lo que pasa en esas realidades, pienso que estamos convertidos en los músicos del Titanic, enviados a tocar “Cerca de ti Señor”, la patética interpretación en medio del naufragio.

Yo, no creo que ese sea el rol del rotario. El rotario no solo debe alimentar hambrientos y curar heridos, el rotario debe alimentar espíritus para que la destrucción de los relatos no siga haciendo de América Latina la región perdida del mundo.

En esta ciudad, ombligo del Mundo Andino, donde se ha creado, por ejemplo, uno de los disparates diplomáticos más grandes de los últimos años, la UNASUR, que solo ha servido para mermar protagonismo a la OEA y para validar autoritarismos, también podemos asumir el compromiso de buscar que el relato termine y que la libertad, la democracia y el estado de derecho sean el verdadero alimento de los pueblos de América Latina. Solo así podremos decir que somos líderes prestando servicios humanitarios, promoviendo normas de ética y contribuyendo a fomentar la buena voluntad y la paz en el mundo.

Espero que este breve ensayo nos motive en esta Conferencia a tomar acción.

Muchas Gracias. Lampadia




La crisis del 2008-9 puso a la economía en la palestra

Durante el ‘cambio de era’ que nos toca vivir, se está cuestionando todo. En nuestro afán por empoderar a los ciudadanos y colaborar en la formación de un pensamiento crítico, compartimos líneas abajo, un cambio de ideas sobre las fallas de la economía y el contexto para juzgarla.

En este trance de cambios, las apreciaciones sobre la economía son de especial importancia, pues esta disciplina inspira buena parte de la formación de las políticas públicas.

Más allá de la discusión entre Tom Clark y Chris Giles, sobre si nos falló o no, la economía, es importante remarcar, desde nuestro punto de vista, una crítica que se sobrepone a las capacidades o incapacidades de lograr mejores orientaciones de las políticas públicas, es la capacidad de comunicación de los economistas.

Efectivamente, cuando en una sociedad se estresan las estructuras y se generan angustias por el devenir, y cuando se producen cambios en normas y condiciones de vida, los ciudadanos, y los medios como sus intérpretes, voltean la cara para recibir comentarios de los economistas.

AFINA LA FORMA DE COMUNICAR. BBVA

Pero como la gran mayoría de economistas no han sido capacitados en habilidades de comunicación, se dificulta la compresión de los acontecimientos sociales entre los ciudadanos.

En nuestra opinión, todos los economistas deben saber: comunicar, comunicar y comunicar. Lampadia 

¿Acaso nos falló la economía?

Tom Clark y Chris Giles
Financial Times
23 de abril de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Dos expertos debaten sobre el futuro de la economía

Sí – todavía estructuras obsoletas sustentan prescripciones políticas. Es necesario aclararse la garganta antes de hablar con ánimo defensivo de una profesión, escribe Tom Clark [Editor de Prospect]. Así que déjenme ser claro: muchas personas llamadas economistas están haciendo cosas valiosas. Nos pueden decir si un sistema de pensiones es sostenible, si el mundo pobre se está poniendo al día con los ricos y quién podría perder con un impuesto en particular.

Pero gran parte de este trabajo es en verdad solamente aritmética social; el razonamiento económico simplemente colorea (o en ocasiones distorsiona) las interpretaciones. El trabajo útil ciertamente requiere alfabetización estadística, pero a menudo no se da, si somos honestos, en gran parte de la teoría económica en cuestión. De hecho, algunos de los hallazgos empíricos recientes más llamativos, han desmentido teorías, como el descubrimiento de que si les das a los pensionistas un pago de combustible invernal, no se embolsan racionalmente como cualquier efectivo, sino que realmente lo gastan en combustible.

No digo que no haya lecciones útiles en la teoría básica: la idea fundamental de que las personas responden a los incentivos para dar sentido al mundo; así lo hacen también algunos otros conceptos, como “externalidades” y “costos de oportunidad”. Muy ocasionalmente, un razonamiento más abstracto encuentra una aplicación poderosa. Es difícil calificar la economía contemporánea como un éxito.

Entiende el mundo como una serie de desviaciones de una visión descabellada de mercados omnipresentes e impecables: competencia imperfecta, información imperfecta compartida, etc. Explique esto a alguien que nunca ha sido convencido por la competencia perfecta y recibirán con una mirada desconcertada. Tome la “selección adversa” (más o menos: “Sé que usted sabe si el automóvil de segunda mano que está tratando de venderme es basura, lo que me hace reacio a desprenderse de mi efectivo”). Después de un período de economía, pensé: “eso es brillante”. Pero póngalo a alguien que no sabe nada (lo he intentado) y ellos dirán: “eso es absolutamente obvio”.

El viejo paradigma todavía enmarca las prescripciones de políticas públicas. En los negocios y el gobierno, los economistas asumen que la eficiencia se mejorará al poner en línea el precio y los costos marginales, a pesar de que no hay garantía de que eso sea así en el momento en que nos alejamos del ideal competitivo. Y, en un mundo de flujos, donde las fortunas están conformadas por procesos dinámicos como la invención y la guerra, la economía se desvía por un anhelo de equilibrios estables.

Ese ordenado marco de pensamiento, alimentó la infame falla de no ver venir el colapso de 2008. Los outsiders, como Gillian Tett, del Financial Times, quien enfocó las cosas desde un punto de vista ecléctico y antropológico, sonaron advertencias mucho más claras. Recuerdo estar en un pub con un grupo de economistas después de la tormenta y uno tuvo la honestidad de preguntar: “Entonces, ¿qué está pasando?” Nadie podría arrojar mucha luz. Es cierto que estos eran generalistas, no macro-especialistas, pero el país sufría un ataque al corazón económico. Nadie perdonaría a un médico de cabecera que olvidó lo que era un paro cardíaco.

Cuando se trata de crisis futuras, Martin Wolf sostiene que deben hacerse preguntas de búsqueda sobre patología, profilaxis y paliativos. Eso suena como que hubieras esperado que cada base de la economía lo cubriera. Mientras reunimos los paliativos para sobrevivir a la recesión anterior, no hay confianza en que tengamos suficiente en el armario para la próxima vez. En cuanto a la prevención, los economistas pueden describir cómo se forman los cambios en la deuda, pero les faltan ideas sobre cómo reducirla.

Mucho permanece en la oscuridad. Hay incertidumbres incuantificables, algo que John Maynard Keynes consideró importante hace 80 años, que desde entonces ha languidecido en el cuadro “demasiado difícil” porque los modelos funcionan mal cuando los riesgos porcentuales se reemplazan por signos de interrogación.

Aquí está el problema. Los grandes problemas económicos de nuestra época, quizás los de todas las épocas, son sobre la incertidumbre. Los mejores economistas siempre han ideado modelos para demostrar puntos particulares en un contexto, y luego los descartan alegremente en otro. Pero la enseñanza y la evaluación han enfatizado el dominio de los modelos sobre las instalaciones críticas para hacerlos pedazos. Las últimas cohortes de jóvenes que, al menos en Inglaterra, han crecido siendo alimentados con cuchara para interminables exámenes escolares, llegan a la universidad y descubren que el atajo a un título de primera clase no es pensamiento crítico o incluso precisión. La profesión confía demasiado en su dominio sobre el mundo, y luego, por lo que veo en las redes sociales, comienza a ofenderse cuando se le presiona con las preguntas incómodas. Para mí, ese es el fracaso más claro de todos.

No – siempre y cuando no espere adivinanzas, la economía es notablemente exitosa.

Si le pediste a un grupo de economistas que pronosticara mi respuesta a esta pregunta, la gran mayoría diría que respondería “no”, escribe Chris Giles. Un análisis de mis probables motivaciones y mis limitaciones trabajando en la rigurosa sala de redacción del Financial Times sería evidencia suficiente para la mayoría. No habrían tenido garantía de estar en lo correcto, pero hubieran estado en lo cierto. Ignore las largas diatribas que se refieren a los “paradigmas neoclásicos” o al dominio “neoliberal” (términos que no significan nada para las personas sensatas); este ejemplo trivial está mucho más cerca del tipo de análisis que apuntala la economía. Pida un poco de la teoría más relevante, piense en una pregunta de manera lógica, reúna y analice datos y luego llegue a un punto de vista, entendiendo que puede estar equivocado.

La economía es fundamentalmente un estudio de cómo funciona el mundo y cómo hacerlo un lugar mejor. Mientras no espere adivinar, es notablemente exitosa en este empeño, iluminando muchas de las preguntas más importantes y difíciles que enfrenta la sociedad.

Los buenos economistas no pretenden ser capaces de predecir el futuro o responder a todas las preguntas con precisión, pero pueden usar una variedad de herramientas, datos y teorías para proporcionar información y mejorar nuestra comprensión.

Si desea un análisis cuidadoso de quién realmente gana y pierde de los recortes de impuestos de Donald Trump, los peligros inherentes al crecimiento continuo de la deuda, la importancia de los teléfonos inteligentes para la vida laboral de las personas en el este de Asia o los efectos históricos de la imposición de barreras comerciales, la economía informa y los economistas pueden dar buenas respuestas. En las reuniones de la semana pasada del FMI y el Banco Mundial, el análisis económico proporcionó evidencia interesante sobre cada uno de estos temas, entre muchos más.

Es importante no colgarse de los errores, incluso de los grandes. Sí, los economistas, colectivamente, no pudieron predecir la crisis financiera. La macroeconomía subestimó la importancia de los bancos para la estabilidad económica y muy pocos microeconomistas observaban los incentivos que se aplicaban en el sistema financiero. La economía está lejos de ser perfecta y aún tiene mucho por aprender. Eso es lo que hace que el tema siga siendo tan importante y emocionante.

Pero la disciplina es aprender de los errores. No niega que sus modelos fallaron. Tras el nuevo análisis, la política financiera y económica ha cambiado.

El nuevo pensamiento no detendrá todas las nuevas crisis financieras. Más fundamentalmente, incluso si evita las crisis en los años venideros, nunca lo sabremos, porque se no puede ‘detectar’ una crisis que se evitó.

Entonces, cuando la Reina preguntó por qué nadie nos advirtió sobre la crisis financiera, los economistas presentes fueron amables y murmuraron algo en sus zapatos, pero debieron haberse mantenido firmes y responder: “Esa es una pregunta estúpida, Majestad. ¿Por qué no está interesada en lo que estamos haciendo para mejorar las cosas la próxima vez?”

Los críticos de esta sombría ciencia, a menudo se obsesionan con el hecho de que las predicciones económicas tienen errores. Por supuesto que lo hacen. El futuro es incierto. El presente es incierto. El pasado es incierto porque no podemos medir las cosas a la perfección. Cuando los economistas hacen un pronóstico, ya sea uno incondicional (cuánto crecerá la economía italiana el próximo año) o uno condicional (cuánto reducirá la obesidad el impuesto sobre el azúcar), los economistas intentan cotejar la evidencia relevante que puede proporcionar cierta orientación.

El resultado será incorrecto, pero los economistas pueden decirle desde la historia qué tan grandes son los errores y hasta qué punto es una pregunta susceptible de pronóstico. Lo que es más importante, los modelos y pronósticos, permiten un escrutinio para que las audiencias cuidadosas puedan tener claro qué suposiciones simplificadoras se hicieron y cuáles son importantes. Obtener un pronóstico incorrecto es una oportunidad de aprendizaje para mejorar el análisis y el proceso la próxima vez. Esto es lo que hacen los buenos economistas.

Así es exactamente cómo funcionan otras buenas disciplinas. Meteorología busca mejorar su comprensión de los patrones climáticos con mejores modelos y datos para mejorar su servicio al público. La medicina busca mejorar su tratamiento. No ha fallado cuando las personas mueren en el hospital.

La economía tampoco le dice a la gente cuál es la decisión “correcta”. Intenta decirle la posible consecuencia de una acción y da una indicación de qué tan bien conoce sus hechos. Es curiosa sobre las formas de influir en el comportamiento que no concuerdan con incentivos financieros simples, por ejemplo, las teorías de “empujar”. Busca recopilar mejores datos y exponer los argumentos al escrutinio, como la siempre molesta cuestión de distinguir entre correlación y causalidad.

Hay, por supuesto, una gran cantidad de malas prácticas económicas: pensamiento aleatorio, tanto por parte de economistas ortodoxos que se apegan rígidamente a una escuela de pensamiento como de voces autodoxas que hacen exactamente lo mismo, pero con otro conjunto de teorías rígidas.

Lo peor son las voces económicas que sugieren que las cosas son fáciles, si solo la gente viera el mundo a su manera. Venden la fantasía de las decisiones que no involucran las muchas concesiones en las que la mayoría de la profesión principal se agoniza. Las guerras comerciales son simples de ganar, el Brexit liberalizará el entorno comercial de Gran Bretaña, los recortes de impuestos se pagan por sí mismos; estos son solo tres argumentos malos que han ganado fuerza en ambos lados del Atlántico recientemente.

Golpear a la economía se ha convertido en un deporte popular, incluso dentro de partes de la profesión. Pero el mundo sería mucho más pobre sin su contribución para comprender cómo funcionan las sociedades y las sugerencias de los economistas sobre cómo los políticos podrían mejorarlas. Entonces, ¿ha fallado la economía? No. ¿Podría hacerlo mejor? Por supuesto. Lampadia




“De la lógica de la confrontación a la cooperación”

Así opina el gerente general de uno de los grupos empresariales más importantes de Chile, sobre el cambio de gobierno chileno, desde el izquierdismo regresivo de Michelle Bachelet, al segundo gobierno de Sebastián Piñera.

Chile tuvo cuatro años en los que se instaló el gobierno de las izquierdas chilenas, incluyendo al Partido Comunista, que, aprovechando ciertas fracturas sociales, pretendió hacer un cambio regresivo de las políticas públicas que permitieron que Chile se destaque en la región como el país más moderno y con menor pobreza, logrando solamente interrumpir el crecimiento de la economía y polarizar la política y la sociedad. Evidentemente, Piñera tiene que parar la confrontación y buscar la armonía y la recuperación del crecimiento.

Un sorprendente paralelismo con el cometido del gobierno de Martín Vizcarra en el Perú, que se comprometió a “poner punto final a la política de odio y confrontación”, y a recuperar el crecimiento económico.

En el Perú, sin embargo, erramos el camino durante siete años, desde el 2011 con la elección del gobierno nacionalista de Ollanta Humala y el ominoso continuismo de PPK, que mantuvo la ocupación del Estado por operadores con una visión confrontacional y anti mercado, que han desarticulado nuestra economía de mercado. Ver en Lampadia: Punto de Inflexión.

La recuperación de la sensatez en el Perú, es un camino arduo y requerirá del apoyo de muchos ciudadanos. Entre ellos, de los miembros de nuestras clases dirigentes que, a diferencia de Chile, prefieren la observación antes que la acción.

Por esa razón, compartimos hoy día la entrevista de La Tercera de Chile a Francisco Pérez Mackenna, gerente del holding del Grupo Luksic, que declara con mucha apertura sobre los temas más sensibles de su sociedad. Un ejemplo a seguir. Lampadia

Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco

“El país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación”

Entrevista de Sandra Burgos A.
La Tercera de Chile
7 de enero, 2018
Glosado por Lampadia

 

 

 

 

 

 

 

 

“Lo primero que debe hacer el nuevo gobierno es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía”. Creo que había un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia”.

El año que se acaba de cerrar fue bueno para Quiñenco, el holding de empresas del grupo Luksic. Se concretó la fusión entre Hapag-Lloyd y United Arab Shipping Company, y CCU Argentina se anotó un punto al vender la marca Budweiser a su dueña, AB Inbev, y conseguir la propiedad de otras marcas que no hacen bajar su posición de mercado en ese país.

“Fue un año muy movido, con mucho viaje”, comenta Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco, quien en esta entrevista no sólo habla sobre los últimos negocios del grupo, sino también se da el tiempo para reflexionar sobre la nueva etapa que inicia el país tras la elección presidencial y que implicará el retorno de Sebastián Piñera a La Moneda.

Cree que los resultados electorales mostraron que Chile es un país moderado, que quiere acuerdos y poner fin a la lógica de la retroexcavadora.

¿Cuál es su interpretación de los resultados de la elección presidencial?

Lo que pasó es que el país se dio cuenta de que teníamos que movernos de la lógica de la confrontación a la cooperación. Es un llamado fuerte a buscar acuerdos, a retomar la senda del desarrollo con la política de los acuerdos, y que esta lógica de la retroexcavadora, de destruir lo que venía antes para hacer tabla rasa y construir un Chile desde cero, la verdad es que la gente no la quiso. Y se dio cuenta de que este es un proceso en el que todos participamos, generación tras generación, por un Chile mejor, y en ese sentido tenemos que construir una lógica de cooperación, de acuerdos, de ayudarnos entre nosotros más que descalificarnos.

En ese sentido, el voto en la dirección de Piñera es un reconocimiento de lo que se ha hecho desde el retorno a la democracia, que hemos construido un país, que no necesitamos destruir lo que hemos construido para lanzarnos a una aventura que nadie sabe lo que significa.

Cree que el país está preparado para sentarse a negociar, a buscar consensos, porque precisamente estos cuatro años se agudizó la crítica a los acuerdos y las “cocinas” …

Yo creo que lo que hay es un pequeño sector del país que gritaba mucho y que tenía una representatividad mayor en el ruido que hacía que a través de los votos de la democracia. Y lo que quedó demostrado es que la gente es más moderada que lo que pensábamos y estaba más jugada por retomar la senda de los acuerdos. Habrá gente que tiene lecturas distintas y que ha calificado de idiotas a los que votaron por Piñera, y yo no estoy de acuerdo. Quien cree en la democracia tiene que pensar que la mayoría que votó por Piñera es un grupo de gente sensata.

Es un reconocimiento a lo que se ha hecho en los últimos 30 años, no por nada hemos llegado a tener el país con mejor desarrollo humano en Latinoamérica, un país que crecía más que el promedio del mundo, con el ingreso per cápita más alto de Latinoamérica, Chile no era así. Cuando yo nací, este era un país pobre y la gente iba a buscar oportunidades a otros países, a Venezuela, Argentina, Ecuador; hoy Chile les saca tremenda ventaja y eso ha sido gracias a los últimos 30 años, desde el gobierno de Aylwin al primer gobierno de Piñera, Chile fue un país ejemplar. A veces la gente tiene mala memoria, pero yo lo valoro.

Usted señala que el resultado de la elección muestra que la gente es moderada, pero es precisamente el centro político el que está desarticulado.

Yo creo que el centro político de Chile es la clase media, estos nuevos profesionales que se educaron en las universidades a tasas que nunca había visto Chile, que quieren oportunidades de trabajo y quieren emprender. Ahora, puede que se hayan desarticulado los líderes que tienen que darles salida a esas inquietudes.

Obviamente que Chile tiene muchos problemas y por alguna razón en los últimos años algunos creyeron que aquellos que gritaban a los cuatro vientos los problemas con mucha fuerza eran los que tenían las soluciones. Ellos tienen el valor de poner el tema arriba de la mesa, pero de ahí a que ellos sean quienes tienen las soluciones es otra cosa.

Al final del día, la gente es realista y elige líderes con capacidad de resolver problemas. Hay excepciones, pero cuando uno mira para atrás se da cuenta de que los presidentes que fueron electos, aunque uno no haya votado por ellos, eran gente que en realidad tenían la estatura de primer mandatario y desde ese punto de vista Sebastián Piñera la tiene y en su primer gobierno lo hizo bien. Fue un periodo en que la economía estaba con harta presión en los neumáticos, estaban bien inflados, en los últimos cuatro años perdieron presión y cuando uno anda con los neumáticos desinflados, entendiendo que todavía nos quedan muchos caminos de tierra, los baches se notan mucho más. Lo que la gente quiere es que paremos en la estación de servicio (ojalá sea Shell, bromea) y que les pongamos un poquito de aire a los neumáticos para que pueda seguir andando este auto, porque no tenemos todo pavimentado.

Ese anhelo se refleja en la elección y por eso fue sorpresa lo que ocurrió después de ver los resultados de primera vuelta.

Dijo que los presidentes que hemos tenido en los últimos 30 años, hasta Sebastián Piñera -incluido-, han demostrado capacidad para sacar adelante al país, ¿cree que el segundo gobierno de la Presidenta Bachelet no estuvo a la altura de sus antecesores?

El segundo gobierno de la Presidenta Bachelet se resume en lo que representa la retroexcavadora, ese es su logo. En el legado probablemente tendrá muchas cosas, pero al Presidente Lagos se le recuerda por las obras públicas, la autopista Costanera Norte. El logo del Presidente Piñera será el rescate de los 33 mineros y la reconstrucción. El logo de la Presidenta Bachelet será la retroexcavadora y no será positivo. Yo hubiera preferido el logo de la sembradora, que deja un legado que germina.

¿Ve diferencias entre Piñera 1 y Piñera 2, cuáles?

Lo veo distinto por cuatro razones. Primero, no tiene el problema del terremoto, ojalá pueda desarrollar su programa. En segundo lugar, viene empoderado con un mandato fuerte, porque en la segunda vuelta la ciudadanía le dio un apoyo muy importante. En tercer lugar, ya fue presidente, así que tiene más experiencia, habrá cometido errores y se acordará de ellos y de sus aciertos y, obviamente, como es una persona muy inteligente, va a aprovechar eso para hacer un mejor gobierno. En cuarto lugar, va a contar con gente que también tiene más experiencia; cuando llegó la primera vez al gobierno no tenían la experiencia de gobernar, habían mirado el partido desde la gradería no más, nunca se habían metido a la cancha, y uno no se prepara mirando, tiene que ser con la guitarra en la mano; habían estudiado, pero no habían hecho nunca la práctica.

¿Este gobierno debería tender a ser más político que el anterior, que al inicio estuvo marcado por lo técnico?

Probablemente, la experiencia que adquirieron la primera vez les va a permitir buscar de mejor forma acuerdos, diálogos y ser capaces de sacar los proyectos en forma más eficiente.

En este segundo gobierno también le tocará enfrentar un movimiento que no existía hace ocho años, el Frente Amplio. El germen de este movimiento partió en su gobierno, pero está institucionalizado ahora y sacó un 20% de los votos.

Él entiende mejor que nadie la forma en que uno puede llegar a acuerdo y negociar distintas posturas, entendiendo que tiene un mandato bien claro y representa una línea de pensamiento diferente al FA. Ahí entra la política, en la capacidad de administrar y negociar.

Lo pregunto, porque al final lo que se dice es que la calle es el gran problema que enfrentan los gobiernos de derecha, y sabemos que la calle genera inestabilidad y mucha presión…

No creo que el gobierno de Piñera sea de derecha, es más bien de centroderecha. Por definición, cuando uno saca el 55% de los votos agarra una parte importante del centro. La derecha y la izquierda no son más que un 33% y para agarrar ese 55% hay que tener una postura de centro.

Entonces, ¿qué tiene que hacer este nuevo gobierno para no defraudar a esa gente que no es de partido, ni de derecha…?

Va a tener que manejar el país con eficiencia, responsabilidad fiscal, con cariño, respeto a todos los grupos, buscando el bien común y siempre anteponiendo el interés de Chile al interés particular de un grupo de presión específico.

¿Cuáles son los movimientos tácticos que debe hacer…?

Lo primero es crear un clima de cooperación, de que estamos todos invitados, que no hay chilenos de primera ni de segunda, y a través de ese camino echar a andar con vigor la economía a un ritmo mayor, necesitamos crecer más para que la gente tenga la esperanza de salir de la pobreza más rápido y el programa es bastante completo.

También está el tema tributario. Y es curioso, porque en los últimos tres o cuatro meses los economistas top en Estados Unidos le han dedicado una cantidad infernal de tiempo a analizar la reforma tributaria allí, a pesar de que el país está creciendo más que Chile, que la Bolsa americana está en récord.

O sea, ¿ve inevitable una reforma tributaria en Chile?

Aquí se hizo una reforma tributaria disparando desde la cintura, que fue tremendamente compleja, y creo que una de las cosas que hay que hacer es darle una mirada y tratar de simplificarla.

Entonces, ¿Sebastián Piñera debería abrir el tema?

Va a depender de cuáles sean sus prioridades políticas y lo que quiera conseguir. Algunos pensarán que es mejor que ni se meta en ese tema, otros dirán que es un tema que en todo el mundo se está discutiendo, pero los países están cambiando, están bajando sus impuestos y están simplificando su estructura tributaria y eliminando loopholes para recaudar lo mismo.

El problema que tiene la reforma tributaria es que cuando uno abre el tema sabe dónde empieza y no necesariamente dónde termina, y un gobierno no puede tener el tema tributario eternamente abierto. Pero yo encuentro nuestro actual sistema tributario extremadamente complejo.

Los ojos están puestos en quiénes liderarán el equipo económico del nuevo gobierno. El mundo económico y empresarial está dividido entre Felipe Larraín y Rodrigo Vergara, ¿cuáles son las cualidades que debe tener quien lidere el equipo económico?

El Presidente Piñera los conoce a todos muy bien, además es un tema que él domina, así que hay que tener confianza en que elegirá al mejor candidato. Los dos nombres son muy buenos. Con Felipe fuimos compañeros de curso, somos muy amigos y creo que es una persona extraordinariamente capaz, que combina dos habilidades muy bien, la gran capacidad académica que tiene con la capacidad política y la experiencia. Cuando estábamos en el colegio me ganó la elección del centro de alumnos, yo era liberal, él conservador. Ahora puede ser distinto.

En los próximos cuatro años, ¿cómo ve el panorama para el mundo empresarial?

El ciclo político de 4 años es mucho más corto que cualquier ciclo relevante que uno tenga que pensar para desarrollar un proyecto. La verdad es que lo que importa es retomar esta lógica de la cooperación. En ese sentido, si este gobierno que viene logra meternos en esa dinámica, aunque dure cuatro años, su legado durará más y desde ese punto de vista yo soy optimista que si la perspectiva de largo plazo se mejora en el sentido que sabemos para dónde va Chile, creo que tenemos todo para que nos vaya bien.

En esta nueva etapa que inicia el país, ¿cuál debiera ser el rol de los empresarios?

Emprender con entusiasmo, invertir, contratar, innovar.

Lampadia




Un SIS rediseñado para la salud de los más pobres

En el Perú son muy pocas las veces en que unos suman sobre lo que otros hicieron antes. Lo común es agarrar una ‘idea genial’ y arrancar de cero. Esto es especialmente grave en la administración pública, en la que la rotación de ministros y otros es altísima. Además, tenemos dos agravantes, no hay una base profesional debajo de los cargos políticos que den continuidad a las políticas públicas, y en el caso de los ministerios, cada ministro ingresa a ver que hace, los partidos de gobierno carecen de un plan de trabajo detallado que se alcance a cada nuevo ministro.

Nunca hemos entendido que en la gran mayoría de los casos se deben mejorar los procesos. Hace décadas, los japoneses enseñaron al mundo como ser más eficientes y efectivos, mejorando productos y procesos. Kaizen (改善), mejora o ‘cambio bueno’ en japonés, traducido habitualmente como ‘mejora continua’, es el nombre de un método exitoso de gestión de la calidad, (de Wikipedia).

La educación y la salud, son las dos debilidades más importantes en nuestra sociedad. Y los ministerios encargados de su gestión tienen un nivel de rotación que hace imposible mantener una dirección y mejorar los resultados. En el caso de educación, desde Lampadia, y luego en el último CADE, propusimos celebrar un ‘Pacto Social por la Educación’, que marcara una línea de mejora sostenible para el esfuerzo de todos los involucrados.

El caso de salud es aún más clamoroso, pues la deficiencia de su servicio malogra la calidad de vida de los peruanos, y muchas veces determina el fallecimiento innecesario de muchos ciudadanos. Peor aún, teniendo niveles muy malos de servicio, cometemos el crimen de no mantener e imitar los buenos desarrollos. Este es el caso, por ejemplo, de los hospitales de Essalud desarrollados mediante Asociaciones Público Privadas (APPs) de ‘bata blanca’, Alberto Leopoldo Barton Thompson y Guillermo Kaelin de la Fuente. En vez de repetir el modelo, se le critica malamente, por intereses de parte, y hasta se les sabotea. La salud no importa, primero están las exigencias de los servidores de salud.

Todos hemos sido testigos de las dificultades que se presentaron en el Seguro Integral de Salud (SIS), hace algunos meses. Pues, hoy, podemos decir que a diferencia de nuestras malas costumbres, se ha hecho una reingeniería del SIS, que permite esperar un sistema adecuado y operativo en todo el país para fines de año.

El siguiente artículo de Moisés Rosas, Ex Jefe Institucional del SIS, describe el proceso. Curiosamente, después de rediseñar el SIS, ya puesto en práctica en 12 regiones, Moisés Rosas fue defenestrado por el ministro Abel Salinas. ¿Qué pasará con el último cambio de ministro? ¿Se hará otra reingeniería? Estaremos atentos. Lampadia

Un Nuevo SIS para diciembre 2018

Moisés Rosas, Ex Jefe Institucional del SIS
Para Lampadia

¿Es posible tener un SIS que financie un modelo de atención primaria, descongestionando los hospitales, fortaleciendo el primer nivel de atención, y garantizando que todos los asegurados reciban las medicinas y tratamientos sin pagar de su bolsillo, para diciembre de este mismo año? La respuesta es SI.

Desde sus inicios en 1997, con el nombre de Seguro Escolar Gratuito (SEG), el sistema de aseguramiento público subsidiado, ahora llamado Seguro Integral de Salud (SIS), ha saturado gradualmente los hospitales públicos y ha atrofiado los establecimientos del primer nivel de atención, en un proceso que ha durado casi 20 años. La crisis hospitalaria, por un lado, y la pauperización del primer nivel, por otro, son manifestaciones de la misma enfermedad: la impericia del estado en usar el SIS como un modelador efectivo de la oferta de salud.

Y es que, debido a la metodología con la que el SIS pagaba las atenciones que brindaban los establecimientos de salud, el propio SIS generó fuertes incentivos financieros para que sus asegurados terminasen referidos hacia los hospitales, sobrecargándolos, saturándolos y aumentando sus requerimientos de financiamiento sin que ello se haya traducido en mejor atención, lo que, a su vez, restaba recursos que deberían haber sido destinados al primer nivel de atención.

Por otro lado, la metodología que empleaba para controlar y auditar las atenciones desfinanciaba y perjudicaba a los establecimientos, ya que les imponía –de manera innecesaria– fuerte carga financiera y operativa: cuando miles de atenciones eran auditadas y observadas electrónicamente, los establecimientos debían subsanarlas presentando reconsideraciones documentarias (físicas), lo que generaba enormes cuellos de botella, excediendo a su vez la capacidad de revisión de los expedientes por el propio SIS, con pagos (“deudas”) que podían demorar años, desfinanciando los hospitales y generando malestar y frustración porque afectaba sus procesos logísticos y la propia atención de los pacientes. Ello también llevaba a tercerizar servicios hacia el sector privado a pesar que existía oferta en el sector público, lo que a su vez generaba deudas en todo lado, y corrupción.

Pero hablamos en tiempo pasado porque, luego de un proceso de reingeniería efectuado con perfil bajo entre junio y diciembre 2017, sobre la base de los resultados extraordinarios de una experiencia piloto previa que duró un año, el SIS ha rediseñado completamente los procesos de administración de riesgo financiero, invirtiendo los incentivos perversos del modelo previo, para que, gradualmente, el primer nivel de atención se fortalezca, los hospitales se descongestionen, la atención sea integral y los pagos de bolsillo sean cada vez menos frecuentes. Por otro lado, también se han rediseñado los procesos de administración de riesgo operativo, de manera que el control y auditoría de las prestaciones sean simples, pero eficientes y poderosos, sin sobrecargar a los hospitales, combatiendo desde el diseño la corrupción en diferentes niveles. Todo ello les dará la estabilidad financiera que necesitan, independientemente de si hay incrementos presupuestales. Por supuesto, ello también le dará estabilidad financiera al propio SIS, que con ello ha comenzado a funcionar como una administradora de riesgo, algo que el país necesitaba hace años.

Esta importante reforma, denominada “Reingeniería del SIS”, simplifica los procesos y brinda a los prestadores mayor cantidad de recursos y flexibilidad en su uso, siempre que cumplan con 2 requerimientos simples pero concretos: no les cobren a los asegurados, y que usen el financiamiento del SIS principalmente para fortalecer la oferta pública. Además, ofrece recursos adicionales a las regiones que logren metas graduales de eficiencia.

La Reingeniería del SIS, que ya está vigente en 12 regiones ―incluidas Lima y Callao― desde el 01 enero 2018, y que entrará en vigencia en otras 16 regiones a partir de 01 abril 2018, ha significado un esfuerzo institucional sin precedentes, que se ha efectuado lejos de la prensa, por tratarse de un tema extremadamente complejo y técnico. Cambiar el paradigma que se mantuvo por 16 años no ha sido fácil, y se han discutido los aspectos técnicos del nuevo modelo –en más de 40 reuniones técnicas– con los prestadores de todo el país. Luego de las vacilaciones propias de cuando se comienza algo nuevo, se ha llegado al consenso que esta integración de los modelos de financiamiento, atención y control prestacional es el camino correcto, y se ha logrado la aceptación y firma de gobernadores, directores regionales y de hospitales, redes y microrredes, luego de incorporar diversas observaciones, aportes y comentarios.

Una condición fundamental solicitada por las regiones participantes ha sido que el SIS transfiera todas las obligaciones pendientes de pago antes de firmar los nuevos convenios. Por ello, en febrero de 2018, el SIS transfirió a todos los establecimientos del país los pagos pendientes desde 2009 a diciembre 2017, y adicionalmente, les adelantó recursos financieros para 3 a 4 meses para que compren medicamentos e insumos, y puedan normalizar gradualmente su abastecimiento. En cuanto a las transferencias pendientes por reconsideraciones, estas se efectuarán en cuanto se cuente con los resultados de auditoría.

Tal como explicamos en nuestra presentación ante la Comisión de Salud del Congreso de la República el 23 de agosto de 2017, un aspecto fundamental de la Reingeniería del SIS, es que el SIS ahora contrata y paga redes integradas de establecimientos ―ya no establecimientos individuales. En el nuevo modelo que ya está en operación, las redes son responsables de manera conjunta por la atención de los asegurados. Ello hace que la atención y el financiamiento no se fragmenten aún más, y, por el contrario, se integren gradualmente. Sin embargo, el proceso de deterioro de la oferta pública que ha tomado 20 años en acentuarse no puede arreglarse completamente de la noche a la mañana, y se estima que los primeros resultados serán percibidos por la población en 6 meses, con resultados claros sobre la satisfacción pública este fin de año.

Todo un nuevo SIS para diciembre 2018. Sin embargo, para que ello se dé, es indispensable que se sigan los procesos de acuerdo con lo previsto en la reingeniería y se gestionen de manera correcta muchos cambios que se avecinan. La gestión del nuevo modelo será un reto tan grande como el haber diseñado e implementado la Reingeniería del SIS. Lampadia




Nuestros congresistas están más allá del populismo

Nuestros congresistas están más allá del populismo

En América Latina en general, y en el Perú en particular, estamos habituados a soportar abnegadamente, los impactos del populismo en las políticas públicas, que, década tras década, han impedido que realicemos nuestro potencial de desarrollo. Un país de un potencial, prácticamente infinito para nuestras necesidades, sigue siendo un país pobre. Un crimen social que ya nadie reclama, ser pobres por mala gestión pública, y no por falta de capacidades. ¡Inaceptable!

Es increíble que no nos indignemos con semejante performance. Sobre todo, después de haber tenido una escuela práctica de economía en nuestro propio país. Los peruanos no tenemos que mirar otras realidades para entender que la inversión (fundamentalmente privada), trae crecimiento, que este reduce la pobreza, crea empleo y le permite al Estado desarrollar programas sociales para los más pobres.

Lecciones desaprovechadas

En pocas décadas hemos experimentado el estatismo de izquierda que, sin inversión, nos llevó al estancamiento, empobrecimiento y pérdida de confianza en el futuro. Al año 1990 llegamos en ‘artículo mortis’. Luego, con una nueva filosofía política, el liberalismo de la Constitución de 1993 y el énfasis en la inversión privada, crecimos más que el resto del mundo, redujimos la pobreza a menos de la mitad, generamos empleo en todo el país, transformamos los espacios de vivienda en nuestras ciudades, y creamos un Estado donde se llegó a declarar, que lo que nos sobraba era dinero.

¡Más claro el agua! Pero como explicamos en nuestro análisis: No nos olvidemos que también sabemos hacerlo bien, entre el negacionismo, las agendas políticas partidistas, la pobreza de nuestros políticos, la debilidad de nuestra clase dirigente, y la ‘sociedad del espectáculo’ de los medios de comunicación; se nublaron las lecciones y se escondieron las realizaciones.

En ese ambiente; sin verdaderos partídos políticos comprometidos con agendas de desarrollo de largo plazo; las representaciones congresales se llenaron de oportunistas y cortoplacístas, que juegan al alimón con las cajas de resonancia de los medios; sin un Senado que pueda convocar a los más reflexivos ‘viejos de la tribu’; y con liderazgos políticos desconectados del Congreso de la República; el Congreso de la República a devenido en una caja de sorpresas, que puede producir normas sin sentido de propósito, por intercambio de firmas, por ignorancia, por desconexión con el mundo que espera nos incorporemos a los espacios de prosperidad, tan notorios en el Ásia, por ejemplo.  

Las angustias causadas por el Congreso

¡Qué lejos estamos de aquellos tiempos! ¿Qué les pasa hoy a nuestros congresistas? Lo que están haciendo ya no se puede calificar como populismo. Aún no sabemos cómo llamarlo. Es entendible que cualquiera se desenfoque de vez en cuando. Pero hacerlo casi en todas las ocasiones, y generar despropósito tras despropósito es inaceptable.

Ya hace varios gobiernos que uno escucha a ministros de varios gobiernos afirmar, que sacar una buena ley del Parlamento, era prácticamente imposible. Que no es posible confiar en que las leyes tengan un proceso de gestación racional. Que es mejor sacar normas que no pasen por el Congreso. Y así vemos que una y otra vez, se tira la toalla, ya ni se hace el esfuerzo de buscar normas para el largo plazo.

Los despropósitos

Algunos ejemplos recientes de diseños congresales que algún día terminarán en la galería de esperpentos que destruyeron las posibilidades de desarrollo del Perú:

  • El retiro de fondos privados de pensiones a los 65 años de edad.
  • La ley de las cabeceras de cuencas.
  • La nueva ley universitaria.
  • El proyecto de ley 1410 que empeoraba el DU 003.
  • La ley de comida chatarra.
  • La prohibición de importar leche en polvo.
  • Las antojadizas regulaciones sobre las denominaciones de la leche, que van más allá de las normas internacionales, y que estos días, están en plena efervescencia.
  • La ley de carrera del trabajador judicial que lo exime de la meritocracia.
  • La ley que pasa los CAS de Essalud a la 728, en vez de incluirlos en la ley de Servicio Civil.

Las leyes que no salen

Por otro lado, el Congreso no avanza en las leyes referidas a las reformas estructurales, como la reforma política, laboral, judicial y de la descentralización.

Cuidado con las inversiones

No puede ser que el Congreso de la República sea uno de los espacios que genera más angustias y temores en el sector privado, que es el llamado a dinamizar la economía, aumentando su propensión a invertir, especialmente en proyectos de largo plazo.

Las inversiones de largo plazo requieren cierta seguridad regulatoria. La sorpresa y la inmediatez de normas caprichosas, que muchas veces responden a iniciativas oportunistas, y de coyuntura, son la mayor traba a las apuestas empresariales de largo plazo. Son las responsables de la mala calidad de las inversiones, que, ante la precariedad normativa, privilegian inversiones oportunistas, de corto plazo y rentistas.

Los representantes de los partidos políticos deben fijar, ante los ciudadanos, sus líneas programáticas. Y liderar una consistencia legislativa, en vez de dar a sus congresistas, un simple pase a la feria regulatoria, donde cada uno ve como acumula horas de vuelo en los medios.

El ejemplo de Luis Bedoya Reyes

En estos días estamos celebrando los 99 años de un gran peruano, el ínclito Luis Bedoya Reyes. Ya se han publicado algunos homenajes, pero hasta ahora no se ha destacado su mayor aporte, que, por supuesto, no es una obra física como el zanjón, sino lo más valioso que un político puede dar a su patria: su compromiso con los intereses de largo plazo de sus ciudadanos y, el haber sabido convocar a otros grandes hombres a la actividad política. Un ejemplo que extrañamos profundamente. Felicidades don Luis.

Nuestra invocación

Más seriedad y compromiso. Es hora de recuperar un Congreso que nos de esperanza y no miedos, que todos respetemos y que convoquen a nuestros mejores ciudadanos. Lampadia




La cambiante riqueza de las naciones

El Banco Mundial publicó recientemente su informe, The Changing Wealth of Nations 2018, donde proponen un indicador que podría ser un complemento para ver la salud y el desarrollo económico de una nación. Definenriqueza como la combinación del capital producido, el capital natural, el capital humano y los activos extranjeros netos.

En Lampadia consideramos que el PBI es la manera más holística de medir el progreso nacional de los países. El crecimiento del PBI es la forma en que decimos si un país está mejorando, y el PBI per cápita se ha convertido en la medida definitiva del éxito de las naciones. Consideramos  que el Producto Bruto Interno se define como la suma de todos los bienes y servicios producidos en un país a lo largo de un espacio de tiempo. Es una medida integral, que abarca la producción de bienes y servicios de consumo, incluso servicios gubernamentales y bienes de inversión, tal cual lo afirmamos en: Se viene un nuevo intento de cambiar de metodología.

Sin embargo, el informe del Banco Mundial argumenta que el desarrollo de una nación debe verse como la gestión inteligente de su amplia cartera de activos o su “riqueza”. De forma similar a cómo una empresa juzga sus perspectivas a través de su estado de resultados y balance general, una nación debería, por lo tanto, controlar su PBI (“sus ingresos”) junto con la gestión de su riqueza (“su balance”).

Vale la pena recalcar que en Lampadia consideramos que el crecimiento del PBI es la clave del desarrollo integral (económico y social) de un país. Si la tasa de crecimiento no es óptima, la renta de una nación, es decir su nivel de riqueza, será escaso, su inversión limitada y su capacidad de crear empleo disminuida. Por lo tanto, además, el Estado no tendrá los recursos para atender sus obligaciones. Todo esto redunda directamente en una menor reducción de la pobreza, objetivo número uno de un país emergente como el Perú. Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza. Tal vez lo más importante del PBI, es que permite marcar una dirección clara de las políticas públicas, permite priorizar el crecimiento de la economía, base indispensable para el desarrollo integral.

Sin embargo, es obvio que medir algo tan complejo como la riqueza de un país y su capacidad de crear riqueza, es algo muy difícil. Además, para agregar complejidad, es necesario tener elementos de juicio que permitan comparar distintos países, que pueden ser muy diferentes entre sí. Otrosí, las mediciones del nivel de desarrollo comparado, deben otorgar los elementos de juicio que permitan evaluar las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que crean riqueza y, de aquellas que destruyen riqueza.

Su metodología

El informe del Banco Mundial cubre un conjunto más amplio de activos que constituyen la riqueza de los países y fortalece la metodología. Si bien la motivación para rastrear los activos naturales sigue siendo clave, ahora muestra que el desarrollo a largo plazo se trata de administrar una cartera de activos: capital natural, producido y humano. El estudio rastrea la riqueza de 141 países entre 1995 y 2014.

Principales resultados

Utilizando este marco, el Banco Mundial descubrió que la riqueza global de hecho ha crecido significativamente entre 1995 y 2014. Los países de ingresos medianos, específicamente los que están en rápido crecimiento en Asia, fueron los principales responsables de esta explosión de riqueza.

La buena noticia es que la riqueza general está creciendo. Los países de medianos ingresos están cerrando la brecha con los países de altos ingresos y ahora tienen una mayor proporción de riqueza. Más de dos docenas de países de bajos ingresos, donde el capital natural domina la composición de la riqueza, se han movido al nivel de ingresos medios, en parte invirtiendo prudentemente en recursos naturales, infraestructura y educación.

Como mostramos ayer, (ver: No nos olvidemos que también sabemos hacerlo bien), durante esos veinte años, entre 1995 y 2014, el Perú, que pertenece al grupo de países de ‘ingreso medio alto’, y es uno de los pocos países que superaron el 100% de crecimiento, junto con China, India y Chile. Por su lado, el promedio mundial de crecimiento fue de 31%.

Sin embargo, según el Banco Mundial, el mundo sigue siendo desigual cuando se le analiza a través del lente de la riqueza. Los países de altos ingresos de la OCDE tienen 52 veces más riqueza per cápita que los países de bajos ingresos.

Según el Banco Mundial, “Más de dos docenas de países vieron disminuir o estancarse su riqueza per cápita. La disminución de la riqueza per cápita implica que los activos críticos para generar ingresos futuros pueden agotarse, un hecho que a menudo no se refleja en las cifras de crecimiento del PBI nacional. Esto incluyó varios países grandes de bajos ingresos, algunos países ricos en carbono en Medio Oriente y algunos países de la OCDE de altos ingresos afectados por la crisis financiera de 2009”.

Otro tema que recalca el Banco Mundial en su informe es la importancia de invertir en las personas. El capital humano representa dos tercios de la riqueza mundial, la mayor parte de la riqueza. El informe muestra que el capital humano es aproximadamente el 70% de la riqueza en los países de altos ingresos y solo el 40% en los países de bajos ingresos. El capital humano se calcula como el valor presente de las ganancias futuras de la fuerza de trabajo, teniendo en cuenta la educación y las habilidades, así como la experiencia y la probabilidad de participación en la fuerza de trabajo a varias edades. Este informe presenta un caso económico claro para invertir en capital humano para impulsar la riqueza y el crecimiento económico futuro.

Un tercer tema que resalta el Banco Mundial es el aprovechamiento del capital natural, pero sin destruirlo. Según el informe, “El capital natural sigue siendo la mayor parte de la riqueza para los países de bajos ingresos. En 10 de los 24 países de bajos ingresos, el capital natural representa más del 50% de su riqueza, principalmente debido a tierras agrícolas y bosques. El hecho de que la participación del capital natural en la riqueza total disminuya en los grupos de mayores ingresos significa que los países no tienen que destruir los activos naturales para crecer.”

Los países de bajos ingresos tienen la oportunidad de crecer mediante el aprovechamiento de sus recursos renovables, como los bosques y la gestión sostenible de la tierra, que a menudo constituyen una mayor parte de sus activos. Los usos de energías no renovables como los minerales y los combustibles fósiles pueden utilizarse para aprovechar otros activos como infraestructura y capital humano, que pueden seguir generando ingresos incluso después de que se agoten los minerales.

Algunas críticas

Mientras que consideramos que el informe tiene información muy valiosa, nos sorprenden las cifras del capital total, producido y natural del Perú en comparación al resto de países. Las cifras están expresadas en valores corrientes, por lo tanto, se pierde cierta capacidad a la hora de analizar las cifras y compararlas entre países, pero igual resultan bastante inquietantes.

Especialmente el “capital natural”, que según el Banco Mundial es un concepto que incluye los recursos de energía (petróleo, gas y carbón), minerales, tierras para la agricultura, bosques y áreas terrestres protegidas. Sin embargo, no incluye las áreas marinas. Se mide como el valor de la renta generada por un activo a lo largo del tiempo, según este trabajo.

Nos sorprende que, en términos de sus recursos naturales, nuestro país haya quedado tan rezagado en relación a la riqueza de otros países de América Latina y nos hace pensar que tal vez esta medición no está considerando algunos factores importantes o la ponderación tendría que ser ajustada.

Además, sorprende que todos los indicadores del Perú sean tan bajos. Interpretando bien las cosas, podríamos afirmar que estamos sub-aprovechando lo que tenemos. Pero más allá de eso, sorprenden algunas cifras, especialmente si las comparamos con otros países, como por ejemplo, la República Dominicana:

En riqueza total, el Perú tiene US$ 81,931, mientras que Rep Dominicana nos supera con US$ 97,257.

En el caso de Capital Producido la diferencia es parecida, nosotros temeos US$ 19,522 mientras que la Rep Dominicana tiene US$21,808.

Y quizás el indicador más sorprendente es el Capital Humano, donde el Perú tiene una débil cifra de US$ 39,504, mientras que la Rep Dominicana obtiene US$ 73,055.

Conclusiones del Banco Mundial

Por lo tanto, un país inteligente deberá invertir más dinero en capacitación para el desarrollo del capital humano, capacitación en nuevas habilidades, investigación y desarrollo (I + D), tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) para proporcionar soluciones a problemas sociales y ecológicos.

Pero el verdadero bienestar económico de un país radica en el aprovechamiento de sus dotes naturales y su canalización a crear espacios de desarrollo de tercera generación. Si sus bosques, ríos y lagos, y minerales y gemas preciosas desaparecen, o se usan irresponsablemente, un país se habría privado de las fuentes de su futuro crecimiento.

En Perú, a diferencia de opinión del Banco Mundial, tiene un gran potencial productivo. Cuenta con claras ventajas para generar industrias sostenibles en torno al sector forestal, la transformación petroquímica, la pesca, la minería, las agroindustrias, la energía y el turismo. Es un país muy rico en recursos naturales, con una gran diversidad agrícola, buenas zonas de pesca, grandes y variados yacimientos de minerales y metales, entre otros. Está clasificado internacionalmente como un país mega-diverso. (Ver en Lampadia: El enorme Potencial Productivo del Perú).

Hoy estamos muy lejos del ritmo de crecimiento que necesitamos. Tenemos que aprovechar nuestras capacidades para volver a crecer alto y sostenido y así llevar a nuestra población a los estándares de calidad de vida que ofrecen los países más avanzados. Lampadia




Sentido de dirección, coherencia y consistencia

Sentido de dirección, coherencia y consistencia

En Lampadia venimos afirmando que, a pesar de sus limitaciones, el mejor índice para medir el desarrollo de un país es el PBI y el PBI per cápita. Sin recurrir a mayores complejidades, este indicador permite:

  • Medir la posición relativa de un país en el concierto global
  • Apreciar la evolución de una economía
  • Marcar la dirección básica de sus políticas, y sobre todo,
  • Privilegiar el crecimiento de la economía y
  • Evitar confusiones de política que terminan ralentizando el crecimiento

Eso no quiere decir que no deban usarse otros indicadores para, bajo la dirección básica de la búsqueda del crecimiento, complementar las políticas públicas y destacar objetivos como la mejora de la educación, la salud, las infraestructuras, y, por supuesto, las instituciones que permiten la buena gobernanza, la transparencia y la justicia. 

Nuestra opinión al respecto es muy firme, tanto por un simple enfoque estratégico pro desarrollo, como por la experiencia de observar, a lo largo de muchos años, la forma en que cada cierto tiempo se introducen nuevos índices, que siempre quitaron importancia al crecimiento económico.

Uno de los ejemplos más claros fue el del Índice de Desarrollo Humano, del PNUD, que, a pesar de que el PBI per cápita, abarcaba un tercio de su formulación, solo se destacaban los otros factores, con lo cual se llevaba a confusión a los hacedores de políticas públicas y al ciudadano, que necesita entender las relaciones causa-efecto de las políticas públicas, empezando por las líneas matrices. Otro ejemplo de esto es el Índice de Progreso Social (IPS), que llega a omitir el crecimiento económico y el PBI per cápita como el indicador fundamental del progreso de sus países. Ver en Lampadia: El Índice de Progreso Social es engañoso.

Lamentablemente, estamos acostumbrados a que, para destacar algún desarrollo, se devalúe o se pretenda sustituir lo existente, perdiendo la oportunidad de mejorar las cosas, presentándolas como capas de una construcción. Permitiendo así, que todos los ciudadanos entiendan los medios básicos para lograr el desarrollo, y evitar que se terminen alejando del seguimiento de la cosa pública, por la dificultad de tener que estar entendiendo y optando por enfoques y visiones alternativas.   

El mismo The Economist desmitifica las mediciones de la pobreza que pretenden crear indicadores sofisticados como el de la pobreza multidimensional, puesto que, en el largo tiempo, según sus análisis, el PBI per cápita da los mismos resultados. (Ver en Lampadia: No nos equivoquemos sobre cómo medir la pobreza).

Y es que la verdad es bastante simple: el Crecimiento Económico no se opone al Progreso Social, es su fuente. Los peruanos necesitamos información clara sobre la realidad global y sobre nuestras políticas que nos permitan emprender un proceso sostenido de convergencia hacia las condiciones de vida de los países más ricos.

Evidentemente, es muy difícil medir la condición de vida de las personas y más difícil aún compararla con la de los ciudadanos de economías y culturas distintas. Los requisitos para lograr el desarrollo de un país deben ser integrales (económicos, sociales e institucionales) y duraderos, algo que hemos recalcado múltiples veces en Lampadia. Fijar metas coherentes para alcanzarlo es muy difícil, pero si no tenemos claro que el crecimiento económico es la base indispensable para lograr todo lo demás, llámese calidad de vida, buena educación y salud, empleo adecuado y acceso a la modernidad, difícilmente los lograremos.

Por lo tanto, en Lampadia consideramos que, bajo el paraguas de la búsqueda del crecimiento de la economía, para el diseño de políticas públicas holísticas del bienestar, es conveniente monitorear indicadores que tienen la ventaja de mostrar con mayor detalle la situación de la pobreza en un país y es de gran utilidad para formar las políticas macroeconómicas y microeconómicas necesarias para luchar contra la pobreza y brindar las mayores oportunidades a todas las personas.

Por eso, compartimos con nuestros lectores esta interesante propuesta de Urs Rohner, colaborador del Project Syndicate, quien afirma que “En lugar de buscar un marco nuevo y disruptivo para reemplazar los datos actuales y las técnicas analíticas, debemos centrarnos en realizar cambios reflexivos e incrementales al sistema existente.” Lampadia

Ver artículo líneas abajo:

El PIB debe corregirse, no reemplazarse
17 de enero, 2018
Urs Rohner, Chairman of the Board of Credit Suisse
Project Syndicate
Traducción del inglés: Rocío L Barrientos
Glosado por Lampadia

ZÚRICH – Durante mucho tiempo economistas de renombre han venido señalado que el Producto Interno Bruto (PIB) es una medida inadecuada del desarrollo económico y el bienestar social; y, por lo tanto, no debería ser la única obsesión de los formuladores de políticas. Sin embargo, todavía no hemos avanzando en cuanto a encontrar una alternativa viable al PIB.

Una de las reconocidas deficiencias del PIB es que ignora el valor del trabajo dentro de los hogares, incluido el trabajo de cuidado de niños y ancianos que son miembros de la familia. Aún más importante, la asignación de un valor monetario a tales actividades no resolvería una falla más profunda en el PIB: su incapacidad para reflejar adecuadamente la experiencia vivida de los miembros individuales de la sociedad. Una corrección relativa al trabajo en los hogares inflaría el PIB, mientras que al mismo tiempo no crearía una diferencia real en los niveles de vida. Y, las mujeres, quienes conforman una proporción predominante del grupo de personas que realizan tareas domésticas, continuarían siendo tratadas como voluntarias, en lugar de que se las trate como a verdaderas contribuyentes de la economía.

Otra reconocida falla del PIB es que no toma en cuenta la destrucción del valor, tal como cuando los que los países manejan mal su capital humano al no brindar educación a ciertos grupos demográficos, o al agotar recursos naturales para obtener un beneficio económico inmediato. Considerando todo lo antedicho, se llega a la conclusión de que el PIB tiende a medir los activos de forma imprecisa, y no mide los pasivos en lo absoluto.

No obstante, si bien no ha surgido un consenso internacional sobre una alternativa al PBI, ha habido un avance alentador hacia una forma de pensar más considerada con respecto a la actividad económica. En el año 1972, los economistas de la Universidad de Yale William Nordhaus y James Tobin propusieron un nuevo marco: la “medida del bienestar económico” (MBE), con el propósito de dar cuenta de diversas actividades no remuneradas. Y, más recientemente, China estableció un índice de “desarrollo verde”, que considera el desempeño económico de manera conjunta con varios factores ambientales.

Además, los responsables de la toma de decisiones en los sectores público y privado tienen hoy en día muchas más herramientas para tomar decisiones sofisticadas que en el pasado. En el lado del inversor, la demanda de datos ambientales, sociales y de gobierno está aumentando abruptamente. Y, en el sector público, organizaciones como el Banco Mundial han adoptado métricas distintas al PIB para evaluar la calidad de vida, incluida la esperanza de vida al nacer y el acceso a la educación.

Al mismo tiempo, el debate sobre el Ingreso Nacional Bruto (INB) ha estado ganando fuerza. Aunque comparte elementos fundamentales con el PIB, el INB es más relevante para nuestra era globalizada, ya que se ajusta a los ingresos generados por las empresas de propiedad extranjera y los residentes extranjeros. Por consiguiente, en un país en el que las empresas extranjeras poseen una parte importante de los activos manufactureros y otros activos, el PIB se inflará, mientras que el INB sólo mostrará los ingresos que el país realmente retiene (véase el gráfico).

Irlanda es un ejemplo destacado sobre cómo se ha utilizado el INB para corregir las distorsiones en el PIB. En el año 2015, el PIB informado de Irlanda aumentó en un sorprendente 26,3%. Como señaló en octubre de 2016 un documento de trabajo de la OCDE, el episodio planteó serias dudas sobre la “capacidad del marco conceptual de contabilidad que se utiliza para definir el PIB con el propósito de reflejar adecuadamente la realidad económica”.

El documento de la OECD llegó a la conclusión de que el PIB no es un indicador confiable del bienestar material de un país. En el caso de Irlanda, su único año de asombroso crecimiento del PIB se debió a que las empresas multinacionales “reubicaron” ciertas ganancias económicas – es decir, los rendimientos de la propiedad intelectual – en su contabilidad general. Para abordar la creciente disparidad entre el desarrollo económico real y el PIB informado, la Oficina Central de Estadísticas de Irlanda presentó una versión modificada del INB (conocido como INB*) para el año 2016.

La brecha entre el PIB y el INB probablemente también se cerrará pronto en otras jurisdicciones. En un documento de trabajo, reciente, Urooj Khan de Columbia Business School, Suresh Nallareddy de Duke University y Ethan Rouen de Harvard Business School destacan una desalineación en “el crecimiento de las ganancias corporativas y la economía general de Estados Unidos” entre los años 1975 y 2013. Ellos determinan que durante ese período, el crecimiento promedio de las ganancias corporativas superó al crecimiento del PIB cuando la tasa del impuesto a la renta corporativa nacional excedió la de otros países de la OCDE.

De cara al futuro, sugiero que los formuladores de políticas se concentren en tres puntos. En primer lugar, como se demostró líneas arriba, las partes interesadas pertinentes ya abordan varios de los defectos del PIB, lo cual es alentador. En segundo lugar, los responsables de la toma de decisiones en el sector público y el sector privado ahora tienen una multitud de instrumentos disponibles para evaluar mejor las ramificaciones sociales y ambientales de sus acciones.

Y, tercero, en los negocios no se debe permitir que lo perfecto se convierta en enemigo de lo bueno. No hemos resuelto todos los problemas relacionados con el PIB, pero hemos recorrido un largo camino para reducir muchas de sus distorsiones. En lugar de buscar un marco nuevo y disruptivo para reemplazar los datos actuales y las técnicas analíticas, debemos centrarnos en realizar cambios reflexivos e incrementales al sistema existente. Lampadia




Mucha agua bajo el puente del etiquetado de alimentos

Mucha agua bajo el puente del etiquetado de alimentos

Para variar, los políticos más populistas y los periodistas más oportunistas, están dale y dale al tema del etiquetado de alimentos. Algunos analistas llegan a gritar: ‘es ciencia, ciencia’, pero no muestran estudios que los avalen. Llama la atención, que se pretenda justificar una propuesta regulatoriacopiada de Chile, que en este caso se distingue como el único país de la tierra en aplicarla.

Ante tanto ruido, hemos decidido mirar detrás de los telones, y tratar de entender el origen de esta escenificación alimentaria. Que curiosamente se da, en el país campeón de la gastronomía y de las agro-exportaciones. 

Esta no es la primera batalla contra los alimentos procesados o industriales, que solo consumen una parte reducida de nuestra población. Al inicio del gobierno del nacionalismo, se desarticularon todos los programas sociales. Por ejemplo, se suspendió la distribución de las llamadas ‘bolsitas salvadoras’ y volvió a crecer la anemia de los niños menores de tres años a niveles inaceptables. Contra los consejos de todos los especialistas, la ministra de Inclusión Social, Carolina Triveli, politizó los programas sociales y proscribió el uso de alimentos industriales en los desayunos escolares, de ‘QaliWarma’, generando varios casos de intoxicaciones. Más adelante, se armó un tremendo escándalo sobre la leche envasada, y se prohibió la importación de leche en polvo, afectando a los ciudadanos más pobres por el aumento de costos de la leche.

Ahora, siguiendo los pasos del Chile de Bachelet, que según declaró el historiador británico NiallFerguson, hace un par de años en Santiago: “Chile es el país más inteligente de la región, pero ahora está ejerciendo su derecho de ser estúpido” ; el Perú se estaría encaminando a adoptar el etiquetado de alimentos de Chile.

Veamos algunos elementos, que pueden ayudarnos a entender si esta es una iniciativa seria, o es solo otra gesta politiquera de políticos populistas, jugando con algo tan sagrado como con la alimentación. Veamos:

• Información relevante que no se toma en cuenta
Los chilenos tienen un consumo percápita de alimentos industriales de 208 kg, mientras los peruanos consumimos solo 82 kg. Adicionalmente, una buena parte de la población peruana consume alimentos fuera del hogar, en puestos de mercado, quioscos y carretillas, siendo imposible promover información sobre los alimentos que se expenden.

En el Perú, la anemia infantil supera al 40%, mientras en Chile es de solo 1.5%. Y como hemos visto, el autodenominado ‘gobierno de la inclusión’ reversó la tendencia de disminución de la anemia.

Fuente: regiontumbes.gob.pe

A diferencia de otros países, en el Perú debemos promover el consumo de ‘sangrecita’, una de las mejores fuentes de proteína animal.Un estudio publicado en la Revista, Salud, Sexualidad y Sociedad en el 2008, encontró que, frente a la deficiencia de hierro en sangre, ingerir a diario 100 gramos de sangrecita puede superar la anemia, incluso mejor que el suplemento de sulfatoferroso.

Luchar contra la anemia infantil debe ser la prioridad absoluta de la acción pública.

Es cierto, que la obesidad es una de las plagas del mundo moderno, pero esta no depende de tener o no tener etiquetas que inhiban el consumo de azúcar, sodio o grasas saturadas o trans, sino de un esfuerzo educativo que nos enseñe desde la cuna, a disfrutar de nuestros maravillosos alimentos y potajes, con moderación. Dado nuestro nivel de pobreza y las condiciones de vida de las familias del Perú rural, los índices de obesidad y sobrepeso, son aún muy bajos en comparación con los demás países de la región.

• Estándares internacionales
Los sellos de alerta, como los que se quieren imponer en el Perú, solo se usan en Chile. En cambio, las Guías de Alimentación, que indican los contenidos nutricionales y recomendaciones de consumo, se aplican en unos 50 países.

La Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, luego de 4 Mesas Técnicas, a lo largo de los últimos 3 meses, ha propuesto incorporar el Etiquetado Nutricional y el uso de las Guías Diarias de Alimentación, contenidas en el Codex Alimentarius, recomendado por la Organización Mundial de Salud (OMS) y por la FAO, la agencia de alimentación de la ONU.  Si bien estas Guías contienen la información recomendada, van más allá del Codex al plantear que se pongan colores de advertencia.  Vale la pena recordar que en el 2013 la Ley 30021 se aprobó en comisiones sin ningún debate. ¿Por qué deberíamos ir más allá de las recomendaciones de la OMS y la FAO?

 

  • Curiosidades de las intervenciones del Estado

El Informe Legal Nº 30-2016-JUS/DGDOJ, 25 de febrero, 2016.Ante la siguiente consulta:

Si la Ley Nº 30021, en particular el artículo 10º, permite especificar –en el reglamento- las características que deben tener las advertencias publicitarias a las que se refiere el mencionado artículo, tales como tamaño, color, iconografía, entre otros de similar naturaleza, o si ello excedería el mandato de la Ley.
Concluye:
El artículo 10 de la Ley Nº 30021 no permite desarrollar características de las advertencias publicitarias específicas en tamaño, color, e iconografías y de otros de similar naturaleza. Si bien, el reglamento deberá considerar que el lenguaje y comunicación de la publicidad sean adecuados para el entendimiento y conocimiento de los niños, niñas y adolescentes conforme a lo señalado por la Convención del Niño, se recomienda no exceder el alcance de la ley.

Oficio Nº 2886-2017-SG/MINSA, 8 de agosto, 2017

Oficio que se recibió en el Ministerio de Justicia, a las 12:55 horas, del mismo día.

Consulta Jurídica Nº 003-2017-JUS/DGDNCR, 8 de agosto, 2017

Consulta contestada el mismo día a las 16:21 horas, por el Ministerio de Justicia, concluyendo:

Este último documento contradice al oficio de febrero de 2016 que señaló con claridad, que era contrario a la ley establecer íconos en las etiquetas. Pero el 8 de agosto el MINJUS dice lo contrario.

Además, llama la atención, que una consulta ingresada al ministerio, a las 12:55 horas del 8 de agosto, sea absuelta, el mismo día a las 16:21 horas, tres horas y media después, mediante un documento de siete páginas. 

Esta parece pues, otra de las maniobras urdidas por Marisol Pérez Tello, durante su presencia en la cartera de Justicia y Derechos Humanos.

• Curiosidades en el exterior
El 11 de agosto del presente, Michael R. Bloomberg, multimillonario, ex Alcalde de Nueva York (EEUU), fundador del gran operador de información financiera, Bloomberg, y embajador de la OMS, le dirige una carta al Presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, por organizar la próxima conferencia sobre enfermedades no transmisibles, en la que comenta que, en cuanto al etiquetado,modelo chileno, que estaría pensando adoptar, cuenta con todo su apoyo y el de la BloombergPhilanthopies.Típica acción ‘cívica’ de personajes que impulsan una serie de iniciativas sociales que no se aplican en sus propios países, pero están dispuestos a promoverlas en los países emergentes.

• Curiosidades en el interior
Una vez más, llama la atención que los gremios empresariales, en este caso, especialmente la SNI, no tenga una presencia activa en el debate público.
Otra muestra de la anomia de nuestra clase dirigente, que no sabe defender las cosas en que cree, y que suele caer en un derrotista sometimiento a los gobernantes de turno.

Nuestra conclusión
Lo primero que tenemos que destacar, es que para la formación de políticas públicas se debe evitar el tremendismo con el que se suelen sesgar los debates originados por el quehacer de cazadores de nichos de notoriedad, tanto en el Congreso, como en los medios de comunicación.

No dejemos que nos distraigan con proyectos políticos populacheros, cuando tenemos el inmenso reto de superar la anemia infantil, la cual se encuentra en niveles inaceptables.

A estas alturas, ya deberíamos dardos cuenta, que los originadores y seguidores de todas estas iniciativas, son siempre los mismos.

Pero no se trata de acallar a estos personajes, sino de que los ciudadanos, dejemos de vez en cuando nuestras comodidades para, participar en el continuo y aún pendiente, modelamiento de la nación que queremos dejar a nuestros hijos y nietos. Lampadia




… Tarde Piache

… Tarde Piache

“Es el colmo que se liberen terroristas sin que paguen las reparaciones civiles”.
“¿Por qué liberan terroristas sin limitar sus acciones?”
“No nos parecen bien las preguntas sobre etnicidad del censo”.
“Se promulgó ley (Arana) sobre cabeceras de cuenca”.
“Este no es un censo, es una base de datos, un empadronamiento”.​

Preguntas y afirmaciones como las glosadas, se repiten estos días en todos los medios, cuando ya todo se refiere a hechos consumados.

Fuente: La Reserva

Esta es pues, otra muestra de debilidad de nuestra clase dirigente. Otra ausencia del mundo académico, más allá de sus paredes. Otro síntoma de la evaporación de la presencia de los partidos políticos, en el quehacer de la sociedad. Un ejemplo palpable, de la falta de consecuencia y capacidad de los gremios empresariales, para intermediar entre la formación de políticas públicas y la ciudadanía.

Hace algo más de un año. En abril 2016, nuestra población votó aproximadamente en un 80%, por dar mayor sustento a nuestra economía de mercado y por fortalecer nuestra democracia. Prácticamente, ese 80% de ciudadanos, adolece de una orfandad institucional, no tienen organizaciones los representen.

Tampoco tenemos thinktanks que, en sus análisis y propuestas de políticas públicas, asuman la representación de ese 80% de ciudadanos pro-mercado y pro-democracia. Los que representan esas ideas tienen que hacer consultoría para mantener su economía, están sub-financiados. Los que tienen más financiamiento, están en las antípodas de encarnar la visión de sociedades modernas y globalizadas.

Los medios de comunicación más serios, los periódicos de circulación nacional, son normalmente un bastión intelectual y de compromiso pro-mercado y pro-democracia, pero la efectividad de su comunicación se debilita por la menor lectoría de periódicos de nuestros tiempos, especialmente por parte de los jóvenes; y cuando los medios optan más, por opciones partidistas, que por sistemas de pensamiento.

La televisión nacional fue supliendo esta carencia y se desarrollaron varios programas donde se entrevistaba a representantes de ese pensamiento de sociedades abiertas. Lamentablemente, durante los últimos tiempos, todos esos programas han ido cerrándose, cómo, por ejemplo, sucedió con la desaparición de los programas de Willax TV que manejaba Cecilia Valenzuela, Redes y Poder, de Alfonso Baella, y recientemente, La Hora N con Jaime de Althaus, que marcó la apertura de la televisión después de los escándalos de compra de medios de fines de los años 90. La Hora N era un filtro de análisis y debate, sobre esa visión de una sociedad abierta, que representa a la gran mayoría de ciudadanos, traía aire fresco a los medios, capturados por los escándalos, las desgracias, el populismo, y las cajas registradoras del rating.

Hoy los programas televisivos nocturnos, se dan vueltas con ese ‘inbreeding’ intelectual que representa más bien, el pensamiento de sociedades parroquianas, antes que abiertas. En otras palabras, se podría decir, que dichos programas acogen, en gran mayoría, a lo que peyorativamente se conoce como rojos, caviares y social confusos.

Ahora solo tenemos el desarrollo de las redes sociales, donde aún, “muchos opinan y pocos analizan”Pero, es el espacio que hay que seguir y fortalecer, si queremos mantener unos hilos de conexión con el pensamiento de las sociedades abiertas.

Evitemos el tener que llorar por la leche derramada. Estemos atentos al quehacer nacional, no abandonemos la construcción de nuestro país, en manos de políticos desencaminados ni en personajes mediáticos que no representan el pensamiento de las sociedades abiertas, por el que votaron los peruanos, que creen en el mercado y la democraciaLampadia

 




Nuevos paradigmas educativos de la medicina

Nuevos paradigmas educativos de la medicina

La educación médica ha experimentado una metamorfosis en las últimas décadas. El entorno de aprendizaje se ha alejado del aula tradicional con un profesor transmitiendo conocimiento a los alumnos. La multiplicación de información y la tecnología permiten que el acceso a los elementos cognitivos pueda darse fuera de clase y se complemente la educación propiciando el desarrollo de habilidades orientadas a resolver problemas, trasladar el conocimiento de un contexto a otro, trabajar en equipo e infundir la capacidad de auto educarse y adaptarse para aprovechar la permanente creación de nuevos conocimientos.

Fuente: etdea.edu.co

Este cambio radical en la educación médica ha sido impulsado por la Asociación Médica Estadounidense (AMA), la cual está activamente involucrada en educar a sus miembros sobre este nuevo enfoque basado en competencias y su aplicabilidad a la capacitación y la educación médica continua. (Ver la publicación de The New EnglandJournal of Medicine, que compartimos líneas abajo).

Fuente: semana.com

La importancia de este cambio es que la AMA está redefiniendo su metodología de enseñanza para educar, liderar cambios positivos y crear personas más competentes en una carrera que es crucial para todos. Este mismo cambio, estos nuevos paradigmas, deberíamos verlos en las aulas de otras carreras profesionales y en la educación escolar.

El acceso al conocimiento, detrás del toque de una tecla o un comando de voz, permite que la práctica profesional se potencie sabiendo cómo aprovechar las miríadas de datos, información y documentación de casos, para situaciones concretas en contextos distintos a los presentados. Esto requiere nuevas habilidades, la combinación de la capacidad de almacenamiento, procesamiento y búsqueda de la cibernética, con la curiosidad y capacidad de análisis del ser humano.

Fuente: educacion-practica.blogia.com

La adopción de estos paradigmas para todos los espacios de aprendizaje, incluyendo el escolar, es el gran reto que permitiría que nuestros niños y jóvenes formen parte del mundo del conocimiento, la innovación y las nuevas profesiones, que marcarán el desarrollo de vidas plenas en los países más prósperos.

Por ejemplo, en el Perú, Innova Schools ya adoptó los nuevos paradigmas: Los niños pasan la mitad del día en clases pequeñas, de 30 personas, centradas en la resolución de problemas y la colaboración entre alumnos, con un aporte importante del maestro, como facilitador. La otra mitad del tiempo es para el aprendizaje autónomo, utilizando sitios web como Khan Academy y Time To Know (Tiempo de Saber).

Lamentablemente, esta transformación viene siendo resistida desde nuestros gobiernos, en los que la educación ha sido capturada por elementos ideologizados, que entienden los espacios de educación, como campos de formación de ciudadanos que suscriban las ideas de visiones estatistas y anti modernas.

Además, siendo que la innovación viene muchas veces desde el sector privado, se desarrolló una gran resistencia al liderazgo de la educación privada, tanto en el espacio escolar como en el universitario. Todo esto se exacerbó con el gobierno de Humala, primero con el radicalismo de la ministra Salas, y luego con el popular Saavedra, que llegó a decir: “Lleven a sus hijos a escuelas públicas, que brindan mejor educación”, llenó el ministerio de consultorías de la PUCP, impuso un currículo para el siglo XX, apoyó regimentación de las universidades, que ha prohibido hasta el ciclo de verano, obliga a carreras de cinco años y establece su sometimiento a una dictadura arbitraria del Sunedu.

En Lampadia hemos insistido numerosas veces sobre la necesidad de emprender una verdadera revolución educativa si queremos nivelarnos con los estándares educativos de los países más avanzados y enfrentar los retos que traerá la cuarta revolución industrial a nuestros pobres.

Lamentablemente, dada la falta de pensamiento crítico de la sociedad y la limitada participación de nuestra clase dirigente en el debate nacional, nos hemos dejado llevar por la ilusión de los emprendimientos del Estado, que están muy lejos de la gran movilización social que debemos desarrollar.

Este tema va muy ligado a nuestra propuesta de que los jóvenes requieren un “salto cuántico”, o un “Big Bang”, como se propuso en CADE 2014 en la presentación de la “Visión del Perú para el tercio de siglo” y en los consejos de LantPritchett, Presidente de la Maestría en Políticas Públicas del programa de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard para el Desarrollo, en el mismo evento, respectivamente. Ver en Lampadia: Educación y Habilidades para el Futuro y Líneas de acción y compromisos para la educación del siglo XXI.

El futuro del Perú depende de cómo formemos a nuestros jóvenes. Esperamos que el gobierno pueda tomar conciencia de las reformas que necesitamos asumir para iniciar la inmensa tarea de dar a las nuevas generaciones los beneficios y capacidades que nos ofrece el mundo del siglo XXI. Lampadia

Diciendo adiós a las clases en la Facultad de Medicina –
¿Cambio de paradigma o moda pasajera?

Richard M. Schwartzstein, M.D., y David H. Roberts, M.D.
The New EnglandJournal of Medicine 
17 de agosto de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

“Sea un médico, no se requiere tomar clases”. Este titular de la Universidad de Vermont sobre su propuesta de un nuevo enfoque para la educación de médicos, generó una gran controversia. Aunque esta propuesta de cambio es más drástica que la reforma del plan de estudios que se lleva a cabo en otras escuelas de medicina, el abandono de los cursos tradicionales basados ​​en clases presenciales, en las escuelas de medicina de EEUU, ha estado en marcha durante más de tres décadas. La transformación empezó con la introducción de aprendizajes basados en problemas; y, más recientemente, la enseñanza basada en clases ha sido sustituida cada vez más por el aprendizaje en equipo, educación interprofesional y ejercicios que integran la medicina clínica y las ciencias básicas. Pero, ¿están los nuevos cambios propuestos basados ​​en evidencias, o son simplemente la última moda en la educación médica? ¿Deben evitarse todas las clases?

Hoy en día, la mayoría de los médicos reconocen que la información biomédica disponible excede lo que una persona puede aprender y retener en la mente. Sin embargo, todavía están pendientes las respuestas sobre la cantidad de contenidos que los estudiantes deben aprender, si ese aprendizaje se puede realizar de mejor manera en las aulas tradicionales, y qué más se requiere para que los estudiantes de medicina se conviertan en exitosos profesionales, durante una vida de aprendizajes y adaptación. La ubicua presencia de la tecnología personal e institucional permite un acceso rápido a la información médica y permite que los educadores se enfoquen en ayudar a los estudiantes a desarrollar una comprensión más profunda de la salud y las enfermedades humanas, de habilidades para resolver problemas, y de la capacidad de transferir el conocimiento aprendido en un contexto, a otro. Los educadores que dan una clase tradicional con docenas de diapositivas de PowerPoint con contenidos pesados, pueden confundir lo que enseñan con lo que aprenden los estudiantes: el hecho de que un maestro haya presentado una información no significa que los alumnos lo hayan aprendido. De hecho, la teoría de la carga cognitiva sugiere que nuestros cerebros están limitados en la cantidad de información que pueden procesar a la vez;60 diapositivas en 45 minutos pueden parecer una forma eficiente de enseñar, pero es poco probable que sea una manera efectiva de aprender.                                                                                                      

Los estudiantes que aprenden material nuevo pueden ser despistados por la ilusión de saber y la falacia de comprender. Cuando los estudiantes escuchan o leen material fluido y bien presentado, es común que crean que ahora dominan su contenido. Sin embargo, cuando se enfrentan con un problema que requiere la aplicación de esa información, pueden darse cuenta de que, en el mejor de los casos, su comprensión es superficial.

Para promover una comprensión más completa y mejorar las habilidades para resolver problemas y aprendizaje auto-dirigido (habilidades críticas para un médico que practicará entre 30 y 50 años y, en el caso de ejercicios de aprendizajes auto-dirigidos, un nuevo requisito de acreditación establecido por el Comité de Enlace sobre Educación Médica), las escuelas de medicina han comenzado a enfatizar el aprendizaje activo y las actividades basadas en el equipo. La adquisición de información se produce en gran parte fuera del aula: de acuerdo con los principios derivados de la ciencia cognitiva, el contenido fáctico se presenta en asignaciones de estudio que no son abrumadoramente largas y el contenido es intercalado con preguntas o problemas que aseguren que los estudiantes puedan evaluar su nivel de comprensión.

En el salón de clases, el instructor puede facilitar el aprendizaje, pero este debe ser impulsado en gran parte por el alumno. Los ejemplos de casos son importantes para establecer la relevancia del material. Las preguntas pueden plantearse de una manera que requieran la búsqueda de información, lo que solidifica la memoria, pero también obliga a los estudiantes a ver la información desde una nueva perspectiva y transferirla al contexto del caso en cuestión. En lugar de hacer preguntas que comiencen con “qué o cuál” (por ejemplo, “¿Cuáles son las causas de la hipotensión?”), los instructores pueden usar preguntas “cómo” y “por qué” (por ejemplo, “¿Cómo piensan sobre el control de la presión arterial?”; “¿Por qué este paciente sería hipotensor en estas condiciones?”). Pedirles a los estudiantes que comparen un nuevo caso o ejemplo con uno que discutieron la semana anterior facilita aún más la transferencia de conocimiento. Las preguntas para las cuales puede haber múltiples respuestas correctas pueden ser las más convincentes, porque alientan la discusión y la generación de hipótesis contrastantes. Se debe permitir que los estudiantes tengan suficiente tiempo para que trabajen en grupos discutiendo opiniones, prueben ideas (las suyos y de otros), y empiecen a aprender como pensar como un médico. Estas actividades requieren más esfuerzo de parte de los estudiantes que memorizar hechos, pero también son más efectivos para aprender y retener conocimientos.

Este enfoque llamado de aula-invertida, es adecuado para los estudiantes que son miembros de la generación millenial. Estos jóvenes adultos son nativos digitales: han crecido con la tecnología y están íntimamente familiarizados con ella. Entrenados para formar parte de equipos, prosperan en entornos colaborativos. Están acostumbrados a encontrar información en línea y aprender mejor de contenidos visuales atractivos que los mantiene enganchados y se presenta en segmentos cortos (como videos con una duración de menos de 10 minutos). Las clases tradicionales pierden rápidamente la atención de muchos de estos estudiantes y un estudiante no enganchado, no está aprendiendo.

Los resultados iniciales de este enfoque han sido alentadores, particularmente en los cursos de ciencias de la universidad y en una docena de escuelas de medicina que están implementando nuevos planes de estudios utilizando estos métodos pedagógicos. En un ensayo aleatorizado y controlado que comparaba una versión temprana del aula-invertida con los tutoriales de aprendizaje tradicionales basados ​​en problemas, los estudiantes encontraron que el entorno de aprendizaje alternativo era más atractivo e inspirador. Los estudiantes que habían tenido un rendimiento relativamente bajo en cursos anteriores tenían una estadística de mejoría significativa en los puntajes de sus exámenes, posiblemente porque interactuaron mejor con sus compañeros y compartieron sus ideas. Los profesores que utilizan un enfoque de aula-invertida a menudo se sienten liberados de la tiranía del requisito de “cubrir” todo. Dado que la adquisición de información es realizada por el alumno fuera de clase, las interacciones entre profesores y alumnos pueden centrarse en contenidos difíciles de entender y en la aplicación de nuevos conceptos a problemas del mundo real.

Entonces, ¿han muerto las clases? Si “clase” se refiere a la imagen tradicional de un profesor parado y hablando frente a un grupo grande de estudiantes que están absorbiendo información de forma pasiva, entonces sí, creemos que las escuelas de medicina deberían abandonar en gran parte ese formato de enseñanza. Pero si describe sesiones de aprendizaje interactivo de grupos grandes con estudiantes que se prepararon de antemano, con preguntas frecuentes dirigidas a la audiencia, el tiempo reservado para la discusión grupal y el uso de sistemas de respuesta de la audiencia (para encuestar a los estudiantes sobre una pregunta para evaluar su comprensión, por ejemplo), entonces creemos que un formato interactivo de estilo de clase debe seguir siendo una opción y puede ser una herramienta de enseñanza efectiva.

Al mirar hacia el futuro de la educación médica, creemos que es importante evitar el fanatismo con respecto a los enfoques pedagógicos, incluida la insistencia en que los métodos de aprendizaje basados ​​en equipos deben cumplir con criterios específicos o que no se permita ninguna desviación del aprendizaje basado en problemas puros. A menudo podemos servir mejor a nuestros estudiantes fusionando elementos de varios métodos, como el aprendizaje basado en equipo o basado en casos y sesiones interactivas de aprendizaje en grupos grandes, en lugar de sentirnos obligados a adherirnos a un formato particular. Pero también debemos usar enfoques basados ​​en evidencia siempre que sea posible y evaluar rigurosamente nuestras innovaciones, reconociendo que los resultados importantes pueden incluir la participación de los estudiantes y las habilidades para resolver problemas, la dinámica del equipo y el entorno de aprendizaje tanto como los puntajes de los exámenes. En nuestra vida cotidiana como médicos, nuestro objetivo es crear una cultura de mejora continua de la calidad. Deberíamos esforzarnos por crear la misma cultura en nuestras vidas educativasLampadia