Por: Óscar Becerra Tresierra
Expreso, 7 de noviembre del 2023
Es sabido que hace 50 años un mafioso de Nueva York negoció con los productores de El Padrino para que en la película no se mencionara la palabra mafia. Y, efectivamente, la palabra en cuestión está proscrita en las 2 horas y 55 minutos que dura la historia de los Corleone.
En agosto de 2003 se presentó en el Perú el informe final de la cuestionada Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). En el prefacio, Salomón Lerner Febres, quien encabezó ese grupo, aclaró que en los nueve tomos del informe final No se utilizarían las palabras terrorismo o terroristas.
Así, la organización terrorista creada por Abimael Guzmán Reinoso pasó a convertirse en un actor del conflicto armado interno y su denominación formal pasó a ser: Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso. Lerner Febres y sus secuaces le otorgaron la condición de partido político a la banda criminal más cruel y despiadada de nuestra historia.
¿Qué relación existe entre estos dos hechos? Estamos ante la misma mentalidad criminal, mafiosa o terrorista, que está convencida de que, si no nombramos una realidad, esta simplemente no existe. Tenemos las pruebas a la vista.
Una investigación periodística concluye que más de 4,000 docentes han firmado los planillones del Movadef y aún siguen dictando clases en aulas escolares de todo el país. Son innegables los lazos entre el Movadef y Sendero Luminoso. Pero ¿alguien de la izquierda o el progresismo ha mencionado la palabra terrorismo? No, y no debe sorprendernos.
Hace dos semanas la Policía Antiterrorista intervino a un grupo de adultos en el distrito de Nueva Esperanza, en Trujillo, región La Libertad, que estaba adoctrinando a menores de edad en el siniestro “pensamiento Gonzalo” que no es otra cosa que ideología senderista y/o terrorista.
¿Acaso alguna abogada llamada Rosa María, o un desaliñado influencer llamado Marco o un escribidor llamado Renato se han atrevido a condenar este hecho y llamarlo por su nombre: adoctrinamiento terrorista? No.
Lo preocupante es que esta política del avestruz llega al Congreso de la República, que es el llamado a hacer un análisis de las medidas que se pueden adoptar para evitar que nuestros niños sean adoctrinados en las escuelas públicas por docentes ligados al senderismo criminal.
Evitar que en el Perú se repita la barbarie terrorista es también una labor que involucra a todos los peruanos que deben unirse para gritar: terrorismo nunca más. Autoridades, congresistas, policías, profesores, alumnos, padres de familia, todos debemos estar unidos ante esta bien planificada acción de los rezagos del terrorismo asesino.
Trabajo en equipo e inteligencia es lo que el Perú necesita hoy más que nunca. Por eso, está en manos del Congreso dar las leyes que permitan la separación inmediata de aquellos violentistas que se han disfrazado de profesores. De la Policía Nacional (PNP), para que identifique plenamente a los infiltrados. También se necesita del aporte de los padres de familia, pues deben cuidar a sus hijos cuando no están en las escuelas. Cada uno aporta su gota de agua para convertirnos en un océano.
El Perú debe estar unido contra el terrorismo y sus cómplices. No esperemos nada de los falsos líderes de opinión que recurren a eufemismos para no referirse a los herederos de ese par de genocidas llamados Abimael Guzmán y Víctor Polay Campos. El terrorismo existe aunque no lo nombremos, como existía la Mafia a pesar de que en El Padrino jamás se pronunciara esa palabra.
Eso señores es lo que pienso y ustedes saben amigos lectores, yo digo lo que pienso, con el perdón de los adefesios.