Por AMERICA ECONOMÍA, 20 de Febrero de 2018
Las cifras se muestran en una publicación del World Economic Forum (weforum.org), junto con el testimonio de Tony Palomino, un habitante de Villa El Salvador, un distrito de la Provincia de Lima que en la década pasada era considerada una «villa miseria».
En los últimos 5 años, 7 millones de personas han salido de la pobreza. Sobre todo ha mejorado la vida de los habitantes de las áreas urbanas. El 28% de la población que estaba bajo la línea de pobreza en 2005 ya no lo está.
Lima. En una década, Perú logró reducir en más del 50% el índice de pobreza, que pasó de afectar del 55% al 22% de la población.
En los últimos 5 años, 7 millones de personas han salido de la pobreza. Sobre todo ha mejorado la vida de los habitantes de las áreas urbanas. El 28% de la población que estaba bajo la línea de pobreza en 2005 ya no lo está.
Las cifras se muestran en una publicación del World Economic Forum (weforum.org), elaborado en colaboración con BBC Mundo, junto con el testimonio de Tony Palomino, un habitante de Villa El Salvador, un distrito de la Provincia de Lima que en la década pasada era considerada una «villa miseria».
Palomino nació en un pueblo de las montañas, su madre tuvo 18 hijos, todos vivían en «extrema, extrema pobreza». Él salió del campo para intentar ayudar a su familia. Llegó a Villa El Salvador, a los 13 años, cuando el lugar «era desierto». No había electricidad ni agua. Los habitantes tenían que caminar kilómetros para conseguir comida; sin embargo, estaban ahí porque al menos tenían un terreno donde vivir.
Según el presidente Pedro Pablo Kuczynski, en algunos aspectos, Perú hoy es irreconocible. «Algunos de los principales empresarios peruanos de hoy, hace una década estaban manejando un camión», según citan al primer mandatario.
¿Cómo lo hicieron?. «La historia empieza en los años 90, cuando el país liberó su economía como parte del programa de ajuste estructural del Banco Mundial», según el informe.
Explican que al abrirse a nuevos mercados, Perú se benefició de los precios récord de la exportación de sus minerales, particularmente a China y atrajo inversión extranjera, con lo que pudo reducir la deuda pública y la inflación, y aumentar su ahorro nacional.
Las exportaciones aumentaron de US$3.000 millones en 1990 a US$36.000 millones en 2010.
Pero los beneficios para las comunidades pobres no llegaron fácilmente. Hubo presión, protestas, bloqueos de carreteras. La población en extrema pobreza se concentró frente al Palacio de Gobierno y esa presión aceleró los procesos de desarrollo.
Los gobiernos posteriores al de Alberto Fujimori se embarcaron en grandes programas para proveer servicios públicos, particularmente en áreas urbanas de bajos recursos, según la publicación.
Programas que dieron acceso al agua potable en los asentamientos informales, títulos de propiedad de la tierra, préstamos para mejorar la vivienda, entre otros.
En paralelo, la mejora de la macroeconomía generó más empleos formales e informales. De esa manera, los habitantes de los sectores más pobres lograron mejorar las condiciones de sus familias.
La primera ministra de Desarrollo e Inclusión Social de Perú, la economista Carolina Trivello, dijo que el crecimiento en la última década fue inclusivo: Ayudar a quienes están en el fondo tanto como a los de la cima.
Uno de los programas que más impacto ha tenido, según las autoridades, es uno llamado ‘Juntos’, que le da US$30 mensuales a 200 mil mujeres cabeza de familia. El objetivo de este es asegurar que todos los menores, especialmente las niñas, vayan a la escuela o colegio todos los días y que visiten los centros de salud para recibir vacunas y controles regulares.
Lo que pasa en Perú es especial, opina Henrietta Moore, directora del Instituto para la Prosperidad Global de University College en Londres, pues otros países como Brasil, Argentina, Chile y Uruguay también han invertido en programas sociales similares; sin embargo, a su criterio, Perú logró compartir los beneficios del auge.
«Mientras que la riqueza del país aumentó, la desigualdad se ha estado reduciendo y eso es lo importante. La situación de todos ha mejorado, no solo la de los más ricos», según Moore.
Sin embargo, en un país con 32 millones de habitantes, aún hay graves problemas.
La tasa de pobreza sigue siendo alta. Este sector muchas veces queda excluído de los servicios de salud y educación.
Los casos de corrupción y evasión de impuestos proliferan, la economía se está desacelerando y a los expertos les cuesta tener perspectivas positivas.
Pese a ello, según especialistas británicos, el mejor acceso a educación, salud y programas sociales bien distribuidos siempre ayudarán a mejorar las condiciones de un país.