Alfonso Baella Herrera
Expreso, 16 de marzo de 2016
Hay una enorme presión, sobre todo por parte de Nadine Heredia y de sus voceros oficiales y oficiosos, para que este proceso implosione. Es decir para que se derrumbe desde dentro. Es posible que la rivalidad existente entre el nacionalismo, y el fujimorimo y aprismo sea una de las razones. Pero hay otra razón más importante y tiene que ver con la investigación que viene desde Brasil y en la que se ha mencionado a Ollanta Humala. Esa investigación coincide con las agendas y los millonarios manejos dinerarios.
El oficialismo, por eso, dirige ahora sí todas sus energías y recursos no a promover a un candidato sino a impedir que, como lo ha dicho el principal vocero de Heredia, Fredy Otárola, ni Keiko ni Alan lleguen al poder.
¿Es esto políticamente válido? Por supuesto. Oponerse a otro planteamiento político es válido y es democrático. Lo que no está bien es pretender patear el tablero de un proceso electoral porque el resultado no nos gusta. Y eso es justamente lo que está haciendo Nadine Heredia a través de todo un aparato legal, mediático y político dentro y fuera del país.
Pero lo preocupante no es que Nadine diga esto o lo otro. Lo preocupante es que sea el propio presidente de la República el que rubrique un pronunciamiento político de su partido que dice textualmente: “ausencia marcada de principio de certeza electoral… falta de coherencia… actos contradictorios y faltos de concordancia, etc.”, todo esto en relación al JNE. Es decir el presidente de la República, en pleno proceso, toma partido y opina criticando al JNE y al proceso electoral que él ha convocado.
La señora Heredia, como presidenta de su partido, hace firmar al presidente de la República, un documento público en el que el jefe de Estado se pronuncia arrojando suspicacias y sospechas sobre el proceso electoral.
¿Por qué hace esto Nadine? Porque está preparando el camino…
Algo más. La República publicó un artículo de Ricardo Uceda: “Me metieron el dedo”. El artículo es una suerte de crónica de lo que ha ocurrido en los últimos días con la salida de Urresti. Pero revela cosas tremendas como el apoyo del Gobierno a Guzmán y la corrupción que brilla en el gabinete actual. Agreguemos la marcha que anoche se ha vuelto a convocar contra la candidatura de Keiko Fujimori. Agreguemos a esto las misiones de la OEA y la CIDH, invitadas para opinar sobre nuestro proceso electoral.
Vale la pena solo recordar la candidatura del Sr. Guzmán. Un candidato que “nació” de las redes sociales y que saltó desde un par de encuestas. Esa posición en las encuestas es el argumento para legitimarlo pero además para intentar deslegitimar todo el proceso electoral.
Hay grupos interesados en boicotear este proceso. Las razones son diversas. La derrota de la izquierda en las elecciones municipales del 2014 dio inicio al fin de una era de incapacidad probada en la gestión pública. Los votos los mandaron a sus casas. El próximo proceso electoral es posible que aleje del poder a ese mismo grupo que lo ostentó y que se parapetó detrás del gobierno nacionalista por cinco años. Hay varias mamaderas que se han terminado y no hay de donde llenarlas. La izquierda anquilosada y retrógrada lucha para evitar su derrota electoral y un próximo quinquenio sin chamba fácil. Eso es parte de lo que estamos viendo.
Por eso es importante estar alertas. Algunos dicen que hay además de intereses políticos otros más oscuros; la palabra fraude es la que mejor esconde otra palabra que se llama fuga. Nos queda seguir atentos y no dejarnos engañar. Lampadia