Alexandra Ames, Profesora de Centrum Católica
El Comercio – Portafolio, 02 de diciembre de 2015
Hace algunas semanas el MEF dio a conocer el cumplimiento del plan de incentivos (PI) para gobiernos locales a julio del 2015. El PI consiste en plantear metas concretas a los municipios, de manera semestral, orientadas a fortalecer la gobernabilidad o la eficiencia de dichas instituciones. Por cada meta cumplida, el MEF entrega recursos financieros adicionales al presupuesto de cada municipio. Cada semestre se plantean de 10 a 20 metas y, si se cumplen todas, se entrega un bono extra al que corresponde por cada meta cumplida.
Lo transferido debe usarse en obras. Así, se genera un círculo virtuoso en donde el sector público empieza a funcionar mejor y, de esta manera, aportar al dinamismo económico.
A diciembre del 2014, de 24 capitales de departamento, 20 cumplieron la meta de registrar y hacer uso de un sistema informático de seguimiento de obras en ejecución, permitiendo que se centralice la información del avance de las obras de manera planificada y transparente. Sin embargo, de todas las capitales de departamento, solo siete cumplieron con la meta de incrementar en 12% o 14% la recaudación predial en comparación con el 2013. Aumentar la recaudación debe ser una meta que todos los municipios deberían trazarse sin necesidad de la existencia del PI. Esto no solo porque incrementan los recursos financieros, sino porque ayuda a generar ciudadanía responsable.
Otra meta que llama la atención es la de insertar en los procesos de los municipios un tiempo máximo de 10 días hábiles para entregar licencias municipales. Esto con el ánimo de promover la inversión pública y privada y, por lo tanto, la competitividad. De las 18 capitales de departamento a las que se les aplicó esta meta, solo tres cumplieron. Resulta imprescindible que el clima de negocios mejore a nivel nacional si lo que buscamos es aumentar nuestro PBI. Los municipios que pierden la oportunidad de cumplir con estas metas no solo dejan de percibir ingresos adicionales, sino que pierden la oportunidad de aportar al crecimiento de sus propias regiones.
Así, el MEF no debe centrarse en comunicar los impactos positivos del PI, también debe promover el clima necesario para que en el futuro se cumplan todas las metas.
Desde la perspectiva del Business Management, no solo basta con fijarse objetivos, sino que la estructura organizacional debe asegurar el cumplimiento de lo planificado. Es decir, para implementar una estrategia efectiva, la estructura o la organización interna de las instituciones debe estar diseñada de tal forma que esta permita que todo fluya acorde con el planeamiento estratégico. “La estructura sigue a la estrategia”, decía el profesor Alfred Chandler, de Harvard Business School. Así, las instituciones del Estado no deben perder de vista –si quieren cumplir con las metas impuestas– a sus procesos de gestión interna y al diseño mismo de sus organizaciones.
Las autoridades y los tecnócratas deben utilizar las herramientas que las escuelas de negocios pueden ofrecer también para el sector público con miras de hacer más eficientes a sus organizaciones y dirigirlas de manera exitosa.