Jaime Spak
Para Lampadia
A raíz del absurdo golpe de estado de Pedro Castillo, Dina Boluarte vestida de amarillo patito, asumió la presidencia.
El golpe fue tan inesperado, como lo sucedido la semana pasada con la vacancia de esta mujer.
Boluarte estuvo protegiendo al innombrable de Santivañez en el ministerio del Interior, pero cuando fue baleado y muerto el cantante del grupo Armonía 10, inmediatamente fue censurado por el congreso.
Similar situación ocurrió la semana pasada.
El lunes hubo un paro general de transportistas, que ya no podían seguir soportando las continuas extorsiones de los delincuentes y las muertes de conductores, cobradores y pasajeros a cargo de cobardes sicarios.
Allí no pasó nada.
El miércoles pasado, en un concierto en la Escuela militar de Chorrillos, unos sicarios dispararon cobardemente por detrás del escenario a músicos del grupo Agua Marina.
Al día siguiente de la manera más Express que se haya visto, fue vacada Dina.
Todos los grupos del congreso, que la blindaban le dieron la espalda, y la música se encargó de lo que los congresistas no querían hacer.
Si hubiera sido más inteligente y con asesores idóneos, en lugar de llamar a nuevas elecciones, decidió seguir gobernando.
Grave error.
Lo dije en muchos artículos, que la señora Boluarte tenía una oportunidad única.
Ser la primera mujer en ejercer la máxima magistratura y hacer los cambios que se requerían en ese momento.
Pero no se puede pedir peras al olmo.
Una persona que era una mediocre administradora de la agencia de Reniec en Tomas Marsano, se encontró siendo, primero ministra y luego presidente.
A la presidente del Club Apurímac se le subió la bilirrubina.
En lugar de convocar a gente capaz para ayudarla , su principal consejero fue su hermano Nicolas y gente lumpen.
Tuvo algunos muy buenos ministros, en Minas, en Economía, que no duraron nada, pues esta mujer no confiaba en ellos y los destituyo rápidamente.
El ministerio más importante, que era del interior lo puso en manos de impresentables.
La mochila de los muertos en las protestas, las mentiras de los Rolex, las operaciones estéticas, la huida de Cerrón en su carro presidencial, la negativa de dar entrevistas a medios de comunicación independientes, fueron mellando su credibilidad y su popularidad.
Llego a tener 2% de popularidad, que prácticamente es el margen de error.
Para ser más claros, nadie la quería un minuto más en el gobierno.
No supo entender esta situación y se mostró ofensivamente soberbia y siempre decía que en su gobierno se hicieron más obras que en anteriores.
No Dina, el puerto de Chancay, el aeropuerto nuevo, no fueron obras de su gestión.
Ella solo las inauguro.
Pero antes del atentado de los músicos, a raíz de la huelga de transportistas del pasado lunes, pronuncio su frase más celebre y que pasara a los anales de lo absurdo.
Dijo “para evitar ser extorsionados, no contesten el teléfono”.
Inmediatamente me recordé a nuestro querido Melcochita.
Este genial trovero y cómico, entre sus frases populares tenía la de “no vayan”, para, justamente, incentivar a la gente a que asista al lugar donde se presentaba.
Ahora el Perú debe ostentar el récord Guinness en cantidad de presidentes en poco tiempo.
En 10 años, ocho presidentes.
¡Qué vergüenza!
No nos pueden convertir en un país bananero.
Ha asumido la presidencia José Jerí, un joven de 38 años, que ingreso al Congreso, como accesitario de otro gran corrupto, como es Vizcarra.
El jueves 9 de octubre, Dina y Jerí se despertaron como siempre, sin pensar que en la noche ella ya no sería presidente y Jerí ni se lo soñaba.
Este joven tampoco tiene pergaminos para ser presidente, aunque sea para una transición de 6 meses.
Somos Perú, el partido fundado por Alberto Andrade ahora es prácticamente propiedad de Patricia Li.
Gran desconocida, políticamente, fue alcaldesa de Punta Negra por más de 20 años, no fue reelecta y postulo en el 2016 al congreso por el partido de Acuña.
Al momento es escribir este artículo, aún no sabemos quién conformara su gabinete.
SI no convoca, gente capaz para llevar la transición de estos 6 meses, podría terminar como un Manuel Merino 2.0.
Se requiere un primer ministro de consenso y de calidad, tal como hizo Paniagua, cuando nombro a Javier Pérez de Cuellar y gente de calidad en las demás carteras.
Jerí tiene una mochila muy pesada por la acusación de violación de una joven, en la fiesta de año nuevo en una casa de Canta.
Un juzgado dicto medidas de protección a la joven y tratamiento psicológico al nuevo presidente de la república.
Cosa que nunca hizo.
Lo único que le pedimos a Jerí es que se preocupe solo de la situación de inseguridad eligiendo a un buen ministro.
No ha sido la mejor opción, pero es lo que tenemos. Lampadia