Hania Pérez de Cuellar
Magister en Desarrollo Económico y Social – Universidad de París, exministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento
Enrique Felices
Ingeniero. Asesor principal del MVCS (Dic 2022-sep 2024) y del Despacho Presidencial (nov 2020-julio 2021).
Para Lampadia
A raíz de un artículo publicado en Lampadia sobre el proyecto Obras de Cabecera No – Lima Futura Sí (ODC) hemos recibido comentarios y aclaraciones que nos llevan a reafirmar su contenido y reiterar que ODC debe replantearse, no ejecutarse.
Construyendo malas obras no se edifica un país: se le desmantela. ODC implica una enorme inversión, sin factibilidad técnica probada, para captar agua altoandina, trasvasarla, conducirla hasta la planta de tratamiento (PTAP) de Huachipa y distribuirla a varios distritos. Proinversión ha previsto una Asociación Público-Privada (APP) para ODC, pero, por las razones expuestas en el artículo y aquí, es probable que el proceso de selección no tenga postores. O, al menos, postores que valgan la pena.
Las APPs son un muy buen mecanismo para dotar al país de indispensable infraestructura que el Estado por sí solo no puede proveer ni mantener. Su prestigio debe preservarse para atraer capital y postores que aseguren la eficacia de las inversiones, y no devaluarse con proyectos mal concebidos y estudiados. Proinversión debe ser su riguroso guardián, y una manera de serlo es brindando información cuya calidad despierte entusiasmo en los inversionistas, no dudas. No es el caso de la Etapa I de ODC (la Etapa II ha sido postergada). Si se concreta como está, será otra de las malas APPs de agua y saneamiento que ya existen.
La Etapa I propone ampliar la PTAP Huachipa I hasta una capacidad de 10 m3/seg, y construir el Ramal Sur para llevar el agua a varios distritos con un caudal inicial de 6.2 m3/seg (en Ate) y final de 0.3 m3/ seg (en Manchay), pero aún no tiene asegurada la fuente de agua para los meses de estiaje. Además, el desarrollo de esta etapa no ha seguido reglas universales de la ingeniería para proyectos de inversión, que son pautas para lograr buenos resultados y no obras fallidas como el Estado exhibe en sucesión. Una señal que todo proyecto con contratos EPC (ingeniería + Procura + Construcción) debe tener un anteproyecto (ingeniería básica en plantas de proceso) que defina con claridad funcional el alcance de los trabajos, presupuesto y plazo del contratista con aproximación de un 15%. Otra indica que ese anteproyecto debe entregarse a los postores con el tiempo y facilidades de acceso (físico y documental) necesarias para obtener propuestas técnico-económicas de precios firmes y ajustadas a todos los riesgos.
Según Proinversión esas pautas no son aplicables a ODC, porque se ejecutará con la modalidad DBO (Design, Build & Operate). Sostiene que en los EPC de esta modalidad “los estudios técnicos son referenciales porque el concesionario preparará el estudio técnico definitivo que será revisado por un supervisor y aprobado por Sedapal”. Craso error. La modalidad BDO, con ese mismo criterio, se empleó para construir Huachipa I, obteniendo un fiasco de $ 304 millones que al cabo de 17 años no concluye ni funciona bien, y requiere un monto similar para terminarse. (ver la publicación oficial al respecto). Ese esquema reedita también, en versión empeorada, los EPC de la refinería de Talara y la Línea 2 del Metro (APP cofinanciada). Estos tuvieron estudios de factibilidad, pero no el anteproyecto que verifique la ejecutabilidad de las obras y cuadruplicaron, respectivamente, su costo y plazo previstos. ODC no tiene siquiera un estudio de factibilidad actualizado que señale la solución técnica: se rige por uno de 1998, basado en proyecciones del Plan Maestro de Sedapal en una Lima de 7 millones, y no cuenta con el anteproyecto que asegure un mínimo control sobre los costos y plazos de la inversión, y permita saber si es técnicamente factible y de obras ejecutables a costo cierto. Por último, ODC no siguió la buena práctica de preparar los estudios técnicos para ejecución de inversiones con información obtenida directamente por el consultor, o certificada por fuentes independientes, y no con información proporcionada por el cliente. En buena parte de sus estudios técnicos los consultores han sido calculistas que obtuvieron sus resultados aplicando datos de Proinversión. El mismo esquema de trabajo de los consultores de Talara.

La consolidación urbana. A la izquierda, el distrito de Ate el 2002. A la derecha, en el 2025.
No se sabe si para ODC seguirá la mala costumbre estatal de dar poco plazo a los postores. Pero queda claro que, en las actuales condiciones, no cabe esperar postores serios dispuestos a arriesgar capital y prestigio. Solo cabe esperar, por ahora, que concluya bien la indispensable y recién iniciada obra fundacional de reparar y rehabilitar Huachipa I, lo que ya es bastante dado los habitualmente problemáticos precios unitarios de los valores referenciales para obras.
Una mirada a los componentes de ODC muestra que carece de condiciones para una buena APP.
HUACHIPA
Proinversión señala que, según Sedapal, Huachipa I produce 3.39 m3/seg: cifra inverosímil por sentido común, ya que la PTAP tiene habilitada una capacidad de solo 2.5 m3/seg y sus notorias deficiencias se han comenzado a corregir recién este mayo, a un costo de S/ 130 millones, con la obra de “Reparación, adecuación y corrección de vicios ocultos, averías y defectos de la bocatoma, planta de tratamiento y Ramal Norte”. El título lo dice todo, pero, además, esa producción es implausible por razones que explicamos seguidamente. En abril del 2024 se presentó dicha cifra de 3.39 m3/seg al MVCS, motivando que el Despacho Ministerial encargue a un equipo técnico su verificación in situ. Este comprobó que la producción promedio era de 1.5 m3/seg, no 3.39 m3/seg, y explicó las razones de la diferencia. Se debía a que la PTAP, por deficiencias, solo puede alcanzar un nivel de producción cercano a su capacidad nominal cuando trabaja intermitentemente, o por cargas, no de manera continua como La Atarjea. Así, recibe el poco caudal que ingresa por sus deterioradas bocatoma y desarenador, lo trata y acumula durante unas horas para después descargarlo al Ramal Norte en los picos de demanda. Repite esta operación varias veces al día, a un promedio de 3.39 m3/seg por descarga, obteniendo una producción de 1.5 m3/seg cada 24 horas. Vista de otro ángulo: si la producción fuese de 3.39 m3/seg, como indica erróneamente Proinversión, habría disponibles 120 litros diarios por persona (como en ciudad desarrollada) para dar un buen servicio (hoy inexistente) a 2.5 millones de pobladores de Lima Norte: más que toda la población que vive arriba de 200 msnm.
Huachipa I se contrató EPC a la carrera y sin base técnica. Es una planta trasplantada de Brasil (con letreros en portuñol) que está inconclusa y muestra serias deficiencias:
- Está mal ubicada. Se encuentra en el lado abierto de la curva del río, donde acumula la mayor proporción de material arrastrado y acentúa la sedimentación y erosión.
- Su canal de llegada o aproximación, de 300 metros, no permite conducir bien ni laminar hasta la bocatoma, el flujo turbulento del río. El canal de La Atarjea tiene 2.5 km.
- No tiene transversas ni otras estructuras en el cauce para atenuar el torrente y retener sólidos arrastrados por el río, para su retiro posterior. La Atarjea tiene 62.
- No tiene estanque de regulación para operar cuando cierra la bocatoma por exceso de turbidez. El de La Atarjea tiene de 1.5 millones de m3 y permite operar con autonomía durante 15 horas (debe ampliarse a 24).
- Su desarenador es de diseño y operación defectuosa. Con frecuencia se descolmata manualmente, pese a estar previsto que su purga sea hidráulica.
- Su bocatoma es deficiente, aguas arriba y aguas abajo. Además, está dañada desde el 2017 cuando no resistió los embates de una avenida.
La corrección de deficiencias en curso es parcial, porque algunas son irremediables: la ubicación de la bocatoma y los terrenos insuficientes, entre otras. Es evidente, por ello, que Lima Futura tiene más lógica y sentido que ODC cuando propone: i) la prioridad de completar Huachipa I para lograr 5 m3/seg de capacidad efectiva, en lugar de una ampliación a 10 m3/seg que viene con problemas de origen, ii) Reubicar Huachipa II a una altura mayor para atender a la población asentada por encima de 400 msnm y mejorar el servicio a la radicada entre 200 y 400 msnm, y iii) trazar desde esa altura una línea de conducción viable, alternativa al Ramal Sur.
RAMAL SUR
Este renueva las inconsistencias de ODC. Según Proinversión en el EPC para esta masiva obra con 100 km de grandes tuberías enterradas y túneles “lo importante es que el futuro concesionario sepa manejar adecuadamente las afectaciones, tome las medidas de mitigación posibles y realice las compensaciones, de ser necesario”. Así no se da certezas al postor que debe preparar una propuesta técnico-económica competitiva para: i) construir obras de alcance impreciso, ii) gestionar ignotos problemas sociales y disputas legales por la construcción pesada en zonas urbanas, y iii) manejar y pagar afectaciones y expropiaciones de predios cuya ubicación, número y características no está identificada. Cabe recordar que las tuberías de agua corren en línea recta y no pueden bordear las manzanas ocupadas por viviendas o establecimientos.
El Ramal Sur debe replantearse a fondo por su concepción obsoleta y estudios muy antiguos, y por no tener agua asegurada. Su trazo, de 1998, cruza hoy zonas consolidadas, urbanizaciones con propiedades de alto valor y urbanizaciones populares en creciente expansión. Para todos los efectos es inejecutable y la necesidad de una alternativa, indudable.


La reubicación de Huachipa II permitirá trazar por tierras eriazas un ramal con más sentido técnico y social que el Sur, que se basa en una actualización de datos de Proinversión y otros hecha el 2021 por el IFC/Banco Mundial, y de utilidad reducida por los cambios urbanos.
El 2020 Manchay y Huaycán, no atendidas por ODC, estaban distantes entre sí, hoy están muy cercanas y en breve integrarán a 250,000 personas sin agua. Aparte, el IFC/Banco Mundial, respetable entidad financiera, no es objetiva en este caso por su interés en colocar capitales para ODC.
Lampadia