Hasta hace poco, cuando se hablaba de la relación del Asia con occidente, o de China con EEUU, ésta se refería al crecimiento de China y su eventual primer lugar en la economía global. A esos pensamientos y análisis, hay que sumarle ahora la emergencia de la India y la regresión de los EEUU.
Dado que parece que el liderazgo económico y político se mueve hacia el Asia, en Lampadia consideramos que debemos escuchar a sus líderes intelectuales, como a Kishore Mahbubani, a quién volvemos a citar líneas abajo, es uno de los intelectuales más representativos del pensamiento asiático.
Fuente: economist.com
Mahbubani siempre ha mantenido su posición de sumar y de tener una mayor sensatez en el manejo de decisiones que tengan impacto global, abogando por la necesidad de que la geopolítica global vaya tendiendo hacia la convergencia entre occidente y oriente, tema que analizó a fondo en sus libros “The New AsianHemisphere” (El Nuevo Hemisferio Asiático) y The Great Convergence (La Gran Convergencia). Ver en Lampadia: EEUU se encierra y China se postula al libre comercio, EEUU debería aliarse con China y China-India-América (CIA) ¿Oportunidad geopolítica?.
Ante todo, Mahbubani defiende los beneficios de la globalización: “La globalización no ha fallado. Todas las discusiones sobre la globalización están distorsionadas porque los analistas occidentales se centran en aproximadamente el 15 % de la población mundial que vive en Occidente. Ignoran el 85 % que son el resto. Los últimos 30 años de la historia humana han sido los mejores 30 años que los demás han disfrutado”.
Fuente: www.esan.edu.pe
Ahora pregunta: ¿Pueden China y la India pueden colaborar en la gobernanza mundial? Según el líder singapurense, dada la masiva reacción populista anti globalización tanto en EEUU como en Europa, es hora de que China e India emerjan como nuevos líderes de la globalización y el libre comercio. Y recuerda una cita del presidente Xi Jinping en Davos(enero 2017), “debemos adaptarnos y guiar la globalización económica, amortiguar su impacto negativo y ofrecer sus beneficios a todos los países y naciones”.
Fuente: apnagujarat.com
“Por lo tanto, la opción de cara a China e India es clara. Si ambos quieren disfrutar plenamente de las ricas oportunidades que fluyen en su camino, es probable que estas lleguen más pronto si pueden superar sus diferencias bilaterales y cooperar y colaborar en los desafíos de la gobernanza mundial”. Lamentablemente, por disputas fronterizas menores, hace pocos meses se avivaron las brechas entre ambos, que ya han inhibido la concreción de importantes reuniones bilaterales.
El mayor desafío de liderazgo que enfrentan Xi y Modi es si podrán unir a China y la India para colaborar en los desafíos mundiales de la gobernanza. Lampadia
¿Pueden China y la India pueden colaborar en la gobernanza mundial?
Kishore Mahbubani
Global Policy Journal en Durham, Inglaterra
28 de julio de 2017
Traducido y glosado por Lampadia
Fuente:.ifitshipitshere.com
Kishore Mahbubani explora las perspectivas de la defensa conjunta de China e India de la globalización.
La mayor contradicción en la gobernanza global puede ser descrita sucintamente como: Vivimos en tiempos de cambios masivos, con enormes cambios de poder. Sin embargo, nuestras Instituciones de Gobernanza Mundial (GGI, por sus siglas en inglés) siguen prácticamente congeladas, resistentes al cambio. No hace falta un genio político para predecir que las explosiones políticas vendrán en el ámbito de la gobernanza global.
Con una perspectiva histórica corta se entiende la escala y la velocidad del cambio. Desde el año 1 hasta 1820, las dos economías más grandes fueron siempre las de China e India. Hace sólo 200 años fue que Europa tomó el poder económico, seguido por EEUU. China e India, inevitablemente volverán a sus posiciones número uno y dos. PWC (PriceWaterhouseCoopers) predice que esto ocurrirá en 2050. China ya superó a Estados Unidos como la mayor economía del mundo en términos de PPP en 2014.
Desafortunadamente, la mayoría de nuestras GGIs fueron creadas en la década de 1950 en torno al punto más bajo de la fortuna económica de China y la India. De una participación combinada de alrededor del 50% de la economía mundial en 1820, se habían reducido a menos del 5% en 1950.Todo esto se está revirtiendo con fuerza, como se demuestra en el cuadro inferior. Sin embargo, ninguna de los GGI parece estar lista para lidiar con estas nuevas realidades económicas y políticas.
En teoría, las dos GGI económicos más poderosas, el FMI y el Banco Mundial (BM), deberían ser los más fáciles en ser reformados, ya que los votos para la toma de decisiones deben reflejar la participación de los países a nivel global. En la práctica, sin embargo, el cambio es difícil. Incluso después de que el Directorio Ejecutivo del FMI acordara asignar a China una mayor participación de 2.928% a 6.068% en 2008, el Congreso de Estados Unidos suspendió la ratificación por 8 años, a pesar de que Estados Unidos no tenía nada que perder con esa nueva fórmula. Tal es la irracionalidad en el discurso sobre las cuestiones de gobernanza global. Para empeorar las cosas, a pesar de que la reunión del G20 en abril de 2009 en Londres acordó que los líderes del FMI y el Banco Mundial debían ser elegidos por mérito y no por nacionalidad, los nombramientos posteriores a estos puestos reflejaban los viejos patrones de asignación de posiciones a europeos y estadounidenses respectivamente. Incluso hoy día, es incierto que un chino o indio vaya a ser elegido alguna vez para dirigir estas instituciones.
China y la India eran percibidas como negativos para gobernanza mundial. Se consideraba que eran obstruccionistas en los procesos de negociación global. En el debate sobre el cambio climático (Copenhague 2009), China e India se negaron a abandonar su posición sobre quienes deberían afrontar los costos de hacerle frente.
En Ginebra (enero de 2018) el Presidente Xi Jinping dijo: “Hasta hoy, la Tierra sigue siendo el único hogar de la humanidad, por lo tanto, cuidarla es la única opción para nosotros, la humanidad.” Y el PM Modi citó un famoso dicho sánscrito: “Es mío, es tuyo, sólo las personas de mente mezquina sacan la cuenta de esta manera. Para los generosos, el mundo entero es una familia”.
A diferencia del retroceso de Estados Unidos, Europa mantiene su rumbo sobre el cambio climático. De hecho, Merkel ha respondido al giro de Donald Trump diciendo: “Los europeos tenemos que tomar nuestro destino en nuestras propias manos”. Una buena oportunidad para que Europa, China e India puedan liderar los desafíos mundiales. China y la India tienen la bendición de tener líderes excepcionalmente fuertes, Xi Jinping y Narendra Modi, en un momento crucial de su histórico retorno a la grandeza. Todo indicaba que Xi y Modi cooperarían y colaborarían. Pero, ha habido una falla política, en parte desencadenada por un pequeño enfrentamiento militar sobre la frontera de Sikkim. Como resultado, Xi y Modi no pudieron tener una reunión bilateral oficial al margen de la reunión del G-20 en Hamburgo en julio de 2017.
Esta desaceleración en las relaciones China-India no podría haber llegado en peor momento para hacer frente a los crecientes desafíos mundiales. Dada la masiva reacción contra la globalización tanto en EEUU como en Europa y mientras China e India emergen como nuevos ganadores de la globalización en su viaje de regreso al número uno y dos, este sería un momento perfectamente natural para que China e India colaboren fuertemente y prediquen, en su propio interés, las virtudes de la globalización. Como dijo el presidente Xi Jinping en Davos en enero de 2017, “debemos adaptarnos y guiar la globalización económica, amortiguar su impacto negativo y ofrecer sus beneficios a todos los países y naciones”.
Si China lanzara una defensa masiva de la globalización por sí sola, el impacto, especialmente en Occidente, sería limitado. La confianza occidental en China es limitada, pero su confianza en la India es mayor. Por lo tanto, una defensa conjunta chino-india de la globalización naturalmente funcionaría mejor. Al mismo tiempo, las crecientes divisiones entre China e India también significarían que cualquier esfuerzo significativo para reformar las GGI se estancaría. El viejo orden seguirá por más tiempo.
Por lo tanto, las opciones de cara a China e India son claras. Si ambos quieren disfrutar plenamente de las oportunidades que pasan por su camino, estas se aprovecharían más pronto si ambos superan sus diferencias. Este es probablemente el mayor desafío de liderazgo que enfrentan Xi y Modi: ¿podrán unir a China y la India para colaborar en los desafíos mundiales de la gobernanza? Lampadia