Roger Valencia
CUSCO
26 de enero, 2024
Para Lampadia
Hoy en el mundo no existen más boletos de ingreso en papel, ni existen oficinas donde se pueda ir físicamente a comprar tu boleto de avión. La tecnología ha reemplazado estos procedimientos obsoletos.
Más temprano que tarde, todos los servicios deberán ser accesibles digitalmente, pagarse por medio electrónico y proveerse sin necesidad de que el usuario deba ponerse en una fila para comprarlos.
Sin embargo, los esfuerzos del MINCUL para transitar hacia una plataforma virtual que llevaría la venta de los ingresos de Machupicchu al siglo XXI, han generado una reacción virulenta por quienes afirman sin sustento alguno que contratar a una empresa para proveer los boletos electrónicos de manera transparente es privatizar el monumento, entre otras falacias como que una empresa genere los tickets de ingreso pone en riesgo las entradas para cusqueños, etc., etc.
¿Qué es lo que está detrás de estas falsas afirmaciones?
El MINCUL ha hecho público un cruce de datos: número de boletos vendidos por Consettur y número de entradas en Machupicchu, hay una diferencia de más de 80,000 visitas a Machupicchu sin que el pago del ingreso sea recaudado por el Estado, es decir 7 a 13 millones de soles de pérdida por año.
La mafia de algunos trabajadores de la DDCC Cusco y su promotores o beneficiarios (empresas que negociaban estas entradas), quienes al ver en peligro sus ingresos y descubiertas sus trapacerías, se han movilizado y unido esfuerzos con organizaciones cuyo único objetivo es político. Expresado por la dirigencia extremista en términos como: “la meta es recobrar la dignidad pisoteada desde el año pasado y hacer retroceder al estado”
Estos mafiosos se han movilizado, amenazando a guías y a otros trabajadores del sector para que dejen de prestar servicios (el Colegio de Licenciados en turismo Colitur ha denunciado estos hechos calificándolos de inaceptables), generando bloqueos de trenes y otras acciones de violencia ejercida para alejar a los turistas (La embajada de USA ya emitió un comunicado indicando procedimientos y advertencias a sus connacionales).
Aparentemente con la suspensión del servicio de trenes, habrían logrado su objetivo de “Parar Machupicchu y perjudicar a todo el sector, difundiendo en el mundo la imagen de un país convulso con violencia en las calles”.
Estos objetivos ilegítimos, por atentar contra la gran mayoría de peruanos, merecen nuestro más profundo rechazo.
La lección que la sociedad cusqueña debe asimilar es que no se desmontan mafias fácilmente, es necesaria la unidad de propósito y expresar nuestro apoyo a quienes desde el Estado buscan llevar la gestión pública a una mejora en la calidad de sus prestaciones y con la ayuda de la tecnología dar un servicio accesible, abierto y transparente al usuario final. Lampadia