Goldman Sachs
Gestión, 18 de diciembre del 2025
La economía crecería 2.7% en el 2026. Esta es la nueva proyección del Instituto Peruano de Economía (IPE) de cara al próximo año. “Revisamos nuestro estimado al alza desde 2.4% para el próximo año. Eso se debe principalmente a los resultados de gasto privado: consumo e inversión”, comentó Martín Valencia, su jefe de estudios económicos.
Agregó: “La incertidumbre electoral que siempre pesa sobre la inversión privada no minera no sería tan fuerte. Como vemos, las expectativas empresariales continúan en un tramo optimista. La resiliencia de la inversión privada continuaría y habría todavía un dinamismo en la inversión minera. Por tanto, la desaceleración económica no sería tan fuerte como la esperábamos anteriormente”.
En esa misma línea, aunque ligeramente más optimista está Goldman Sachs. Santiago Téllez, vicepresidente de investigación económica para América Latina de la firma, mencionó que el contexto que envuelve al Perú, y al mundo en general, es de términos de intercambio favorables en el 2026 y 2027.
“Esto incide sobre nuestro pronóstico de crecimiento para el 2026, que está ligeramente por encima del 3% (…) También estamos esperando una desaceleración de la inversión privada. (Esto) es más porque tenemos una visión un poco más optimista con relación a las exportaciones por los términos de intercambio”, mencionó Téllez en el evento de presentación de proyecciones del IPE.
Es más, según sus cálculos, un impacto sobre la actividad no minera del aumento del precio del cobre se manifiesta dos o tres trimestres más adelante. Entonces, con el precio récord del metal rojo visto en octubre, puede repercutir positivamente, pueden tener cierto impulso adicional que veremos a inicios del próximo año.
Esto porque el sector del cobre tiene encadenamientos productivos industriales que son importantes, «No es tanto así el caso del oro, sabemos que la oferta es mucho más inelástica», añadió.
Con todo esto en mente , Téllez ve un panorama positivo para el país: términos de intercambio favorables, un dólar global estructuralmente débil, mercados emergentes resilientes.
«Básicamente el desafío del próximo Gobierno, sea quien asuma, es capitalizar y tratar de sacarle provecho y potencial en el mediano plazo a este entorno que se plantea mejor de lo que podríamos haber pensado a principio del año», específico.
Valencia coincidió: «El país requiere aprovechar su potencial. Los términos de intercambio han alcanzado niveles máximos históricos; la inversión privada aún no ‘reacciona’ en la misma magnitud a este escenario».






